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Junio 2016

PROYECTO SYNCO - PRÁCTICA CIBERNÉTICA EN EL GOBIERNO


Stafford Beer

DIRECCIÓN INFORMÁTICA CORFO

BIBLIOTECA CORFO - 20224

1. PRÁCTICA CIBERNÉTICA EN EL GOBIERNO
Presentación
2. LA CIBERNÉTICA Y LA LIBERTAD
3. EL CONTROL EN TIEMPO REAL
4. EL DISEÑO DE SISTEMAS Y LA INGENIERÍA DE VARIEDAD
5. ATRAVESANDO LA BARRERA DEL TIEMPO: CYBERSTRIDE
6. EL PODER DE LA PRONOSTICACIÓN
7. UNA MÁQUINA DE DECISIONES: LA SALA DE OPERACIONES
8. LA INCLUSIÓN
Figuras 1-8
Referencias

Parte 4. EL DISEÑO DE SISTEMAS Y LA INGENIERÍA DE VARIEDAD


Equipos interdisciplinarios de investigación de operaciones se abocaron a la tarea de elaborar modelos (imperfectos pero eficaces) de todas las principales empresas del área económica social. Estos serían distintos a aquellas matrices de insumo -producto vastas, estáticas, históricas, a las que son tan aficionados muchos planificadores gubernamentales, y que esencialmente están caducas y son no-estocásticas. Lo que buscábamos era conocer los sistemas dinámicos que hacían funcionar a esas empresas, y queríamos poseer ese conocimiento en una forma que resultara fácilmente comprensible a los administradores y a los ministros.

Fue por esto que usamos el tipo de modelo visible y fácil de visualizar que se llama "flujograma cuantificado.” Empecemos por la producción. ( Un gobierno marxista no tiene ilusiones respecto de los recursos que generan la riqueza.) Si hacemos una lista de las operaciones de producción de la empresa, y de su potencial productivo, podemos trazar un diagrama de flujo de producción en el que las líneas de flujo son proporcionales a los volúmenes de flujo relativos de acuerdo con un tipo de medida que sea conveniente, y en el que las operaciones en sí estén representadas por cajas en los puntos de confluencia, que también se vean según su tamaño relativo, de acuerdo con su potencial de producción. Aquí tenemos un ejemplo en la ilustración Nº 3.



Desde luego, si se puede representar en esta forma el flujo de producción, también puede hacerse lo mismo con respecto a cualquier otro tipo de sistema dinámico que interese a una administración, como ser el flujo de dinero o la distribución y movimiento de personal o mercaderías. Y aunque en un principio emprendimos esta tarea en nombre de la investigación de operaciones, guardo la esperanza de que podamos aplicar un enfoque mejor a medida que las personas vayan acostumbrándose a la idea. Es que realmente nos resulta indispensable una investigación objetiva y científica para lograr entender la estructura del sistema y cómo cuantificarla? Realmente, no. Las personas que mejor entienden cómo funcionan esos sistemas, son aquéllas que los hacen funcionar. Nadie necesita tener una colección de títulos académicos para entender la confección de un flujograma cuantificado de la actividad que lo rodea a diario. Es ahí donde confío que estará más adelante el punto de partida de la "participación", de modo que a la larga los conocimientos especializados de investigación operacional, se usen únicamente para enseñar y orientar.

Valiéndonos de este sencillo mecanismo podemos, entonces, marchar hacia las respuestas a las objeciones que despierta el exceso informativo. La cibernética dispone de una medida real de la complejidad, que se llama "variedad". Al idear sistemas en los que se montan homeostatos entre la administración y lo administrado, emprendemos el proceso que he marcado como "ingeniería de variedad". El propio flujograma cuantificado viene a ser un filtro que amortigua la variedad. En primer lugar, puede seleccionar su propio grado de resolución óptica. Por ejemplo, puede exhibir una caja marcada simplemente "producción de acero", o puede exhibir tres cajas que identifiquen tipos de producción de acero, como ser de horno abierto, arco eléctrico o convertidor, o puede mostrar separadamente cada uno de los hornos. Del mismo modo puede considerar conjuntamente todos los materiales que componen la carga de un horno siderúrgico, o puede considerar cada material aisladamente. La ingeniería de variedad se ocupa de explicar aquella operación que tiene significación para un grupo administrador especifico, y el grado de resolución que se elige depende del nivel de recursividad en que se estudia esta operación. En segundo lugar, la representación icónica es otro amortiguador de la variedad, que actúa suprimiendo palabras y datos numéricos; es producto de la psicología gestalt, en la que se confía la transmisión de información a un padrón.

El siguiente amortiguador de variedad que incluye esta representación es el concepto de "capabilidad". La variación en tiempo real en los flujos y producciones reales desaparece en los flujogramas cuantificados icónicos y pasa a referirse mas bien a una estimación relativamente estática de "lo que es factible hacer". Se podría pensar que resultaría difícil definir esto, pero en la práctica es bastante fácil hacerlo. La capabilidad es un concepto sistémico --cuáles son las producciones que es capaz de generar el sistema total en cada una de sus partes, vistas las limitaciones impuestas a cualquiera de las partes por otras partes? No debe confundirse entonces el termino "capabilidad", como lo empleamos aquí, con el término "capacidad", que no es un concepto sistémico porque nuestro término implica que alguna parte del sistema es capaz teóricamente de hacer algo que podría ser impedido por otras partes. Este amortiguador de la variedad es valioso porque refleja la realidad de todo el sistema en cuestión, y eso tiene un significado para el que recibe la representación icónica.

Sin embargo, con la ayuda de nuevos descubrimientos, podríamos obtener mejores resultados que los que corrientemente están a nuestro alcance. Después de todo, si la capacidad es superior a la capabilidad en algunas partes del sistema, tendrá que haber otras partes del sistema ( llamadas cuellos de botella) que estén coartando la capabilidad activamente. Estos "cuellos de botella" podrían derivarse de capacidades locales bajas, o de restricciones tecnológicas. Por ejemplo, el motor de una laminadora quizá pueda mover los rodillos al doble de la velocidad corriente sin ninguna dificultad si contamos con un lubricante mejor. Son consideraciones como ésta las que definen la potencialidad, que es algo superior a la capabilidad. La potencialidad es el rendimiento de que sería capaz un sistema “si sólo se pudiera satisfacer tal o cual condición". Esto no significa que estemos forjando utopías; es que queremos que se hagan inversiones en equipos nuevos para resolver los cuellos de botella, o en investigaciones para superar deficiencias tecnológicas. No es tan difícil tener los pies firmemente plantados en la tierra y definir la potencialidad de un sistema.

Pero si la potencialidad es mejor que la capabilidad, también hay algo que es peor, y eso es la "actualidad”. El rendimiento de los sistemas no puede elevarse a su potencialidad si no se hacen inversiones de alguna clase; ni siquiera puede satisfacer su capabilidad si la actividad no está perfectamente organizada. Y esto no ocurre nunca. En consecuencia, el rendimiento real (actualidad) queda corto en relación con la capabilidad expresada antes. Todavía mas, la actualidad expresa la realidad misma que mencioné más atrás, la de las vicisitudes cotidianas de la vida. Fue esta variación continua la que impulsó nuestros pensamientos por el camino del control en tiempo real. De modo que hemos llegado a este punto con tres versiones de lo que es la verdad sistémica: La actualidad, que está en permanente fluctuación; la capabilidad que es una variable mucho más estable; y la potencialidad, que es absoluta hasta que se cambia estructuralmente el sistema en sí. Lo que representan las proyecciones icónicas es la capabilidad. Por el momento resultaría poco realista hacerlas reflejar la potencialidad; y hacerlas representar la actualidad significaría que bailarían un fandango sin fin ante nuestros ojos. Es así que este amortiguador del potencial es un reductor poderoso pero sensible de la variedad operacional.

Así sea, en lo que respecta a los flujogramas icónicos. Pero, que hay de la emisión continua de informes y de los problemas de control en tiempo real? Cualquiera que sea la información que recopilemos, ella circulará vertiginosamente por docenas de circuitos homeostáticos --aquellos circuitos que componen el diseño sistémico total. Esa información es de una muy alta variedad, y el análisis que acabamos de hacer la multiplica por un factor de tres --por lo menos así parece, si queremos medir no sólo la actualidad, sino que la capabilidad y la potencialidad también. Pero el auxilio está a la vista. Tanto la capabilidad como la potencialidad son medidas relativamente estáticas. Si tomamos su razón matemática, el índice que obtendremos también será relativamente estable. Más aún, esa razón matemática constituirá un amortiguador masivo de la variedad, porque consistirá de un número puro con una variación de entre cero y uno. De ahí que en lugar de tratar de calcular simultáneamente que tenemos una capabilidad de 800.000 toneladas y una potencialidad de 1.000.000 toneladas, pensaremos en una razón matemática de 0,8; en tanto que la capabilidad de empleo de 110 hombres se contrastará con la potencialidad de empleo de solamente 22 hombres, lo que nos dará una razón matemática de 0,2, y la capabilidad de costo de un ítem de producción fijado en 120 escudos se comparará con una potencialidad de costos de 60 escudos, dando una razón matemática de 0,5. Pues bien, el potencial de una capabilidad existente, es un recurso latente que podría liberarse mediante alguna clase de inversión. De ahí que yo denomine la razón matemática entre la capabilidad y la potencialidad como Índice de Latencia. Al examinar un nuevo diagrama icónico (ilustración Nº 4), podemos ver lo potente que es el amortiguador de la variedad que hemos ideado.



Ya no es necesario tratar de asimilar los números que caracterizan las unidades que medimos. Es ahí donde reside la fuerza de un índice --es un número puro que fluctúa dentro de un ámbito fijo. Cientos de miles de toneladas; cientos o decenas de hombres; unidades monetarias, ya no hay necesidad de lidiar con ellos. Y si nos atenemos a nuestras ideas sobre los diagramas icónicos, tampoco habrá una verdadera necesidad de usar dígitos. Usando la vista podremos diferenciar muy claramente los niveles representados en el diagrama icónico. Poder expresar que un índice de latencia ha variado de 0,71 a 0,73 podrá satisfacer a un contador, pero para un administrador este hecho no tiene interés. A quién puede importarle? La computadora que funciona detrás de los ojos del administrador emprenderá cualquier proceso discriminatorio que tenga sentido para que su cerebro juzgue. Tal fue entonces el primer gran ejercicio de ingeniería de variedad que nos propusimos llevar a cabo en Chile, empleando esos primeros modelos de todas las empresas (imperfectos pero eficaces) que se idearon a un nivel de resolución óptica apropiado. Como he indicado, el índice de latencia se refiere exclusivamente a la inversión y, sin duda, volveremos a hablar de él más adelante.

Por el momento, nos cabe ocuparnos de la actualidad, que es la variable en tiempo real en todo el sistema. Una diferencia de latencia entre 0,71 y 0,73 nada significa porque la potencialidad y la capabilidad son bastante estáticas; pero una diferencia así en un índice muy variable, podría significar algo muy importante. Podría ser parte de una tendencia. Ya he explicado las vías por las cuales se reciben diariamente en Santiago los datos que representan la actualidad. Se usan para formular una segunda razón matemática, comparando la actualidad (la cifra recién recibida) con la capabilidad (seleccionada entre los datos de computación que están almacenados). Esta segunda razón es el Índice de Productividad. Está en constante oscilación, destruyendo la variedad que no tiene interés. En el próximo diagrama ( ilustración Nº 5), podemos ver cómo se combinan los tres conceptos de actualidad, capabilidad y potencialidad en dos razones matemáticas para conformar los índices de latencia y productividad, y como éstos, a su vez, producen un Índice de Rendimiento general.



La razón para hacer esta representación icónica en lugar de la tradicional anotación matemática, se debe a que las porciones de la razón matemática que constituyen el numerador y el denominador se fijan según sea lo que se mide. Por ejemplo, el potencial es siempre mejor que la actualidad, pero en términos numéricos puede que sea más ( por ejemplo, la producción ) o menos ( por ejemplo, horas -hombre por unidad). Como es lógico» el número más bajo será el numerador de la razón matemática, puesto que el índice será de menos de 1,0.

Los índices permiten reducir la variedad enormemente, pero, con todo, tenemos problemas para atenernos a la Ley de la Variedad Requerida de Ashby cuando se trata de administrar la economía. Los modelos de producción empresarial, para poner un ejemplo, generan en promedio unos diez índices triples por planta. Estos siempre incluyen las materias primas y los stocks de productos elaborados, el rendimiento de los principales procesos de producción, y el ausentismo laboral. Este grado de resolución es adverso, y las administraciones están en completa libertad para establecer todos los indicadores adicionales que quieran. Esto está de acuerdo con el argumento en favor de la autonomía, sin que se produzca sino una insignificante diferencia en el volumen de trabajo de las computadoras, porque todos los números que están dentro del sistema de computación son series temporales diurnas de índices que varían entre cero y uno. Por lo tanto, la aplicación de los programas puede extenderse infinitamente. Aun así, cuando el sistema está en plena marcha, se reciben muchos miles de insumos de actualidad diariamente, triplicándose la generación de índices, y su número total podría aumentar fácilmente en dos órdenes de magnitud a medida que las administraciones vayan entendiendo el criterio de la autonomía, que se profundice la investigación de operaciones y se haga efectiva la participación de los trabajadores. Es así como llegamos a los conceptos más sutiles de la ingeniería de variedad.

Si un cierto indicador, como ser la tasa de molienda de piedra caliza en una planta de cemento del Norte de Chile, genera un nuevo índice de productividad todos los días, qué es lo que procede hacer? Deberemos acaso poner el último resultado sobre el escritorio del Ministro de Economía todos los días? Desde luego que no. También es preciso filtrar esta variedad. Esto envuelve dos conceptos estadísticos, siendo el primero de ellos muy simple. Una población de esta clase, digamos de cien cifras, genera una distribución probabilística. Puede que esta distribución tenga una conformación peculiar en lugar de ser rectamente gaussiana; es más, probablemente esté torcida hacia la derecha (puesto que el índice tiene un límite finito de uno). Es asunto sencillo, sin embargo, corregir esta aberración estadística aplicando una transformación trigonométrica. Luego podremos establecer el promedio y varianza de esta población de índices.

Estos dos estadígrafos caracterizan por sí solos el comportamiento estocástico de cada índice con el correr del tiempo. Si enseguida tomamos una muestra continuada de las cifras índices a medida que se computan, es fácil determinar si ha ocurrido algún cambio significativo en el promedio o en la varianza de la población estadística. La población estadística característica de cada uno de los indicadores se conoce por el nombre de índice "taxonómico”, porque clasifica cada una de las actividades medidas dentro de cada una de las operaciones efectuadas de acuerdo con su productividad media.

Existe un programa de computación stándard que sirve para detectar cambios en el índice taxonómico, y si detecta tales cambios, informa del hecho a los administradores interesados, precediéndose a cambiar el diagrama icónico. Todavía más, el historial de este índice se va poniendo al día a medida que pasa el tiempo ( ilustración Nº 6). Estos eventos son relativamente infrecuentes, pero el procedimiento descrito absorbe perfectamente la variedad que así se genera.



Continuará parte 5. ATRAVESANDO LA BARRERA DEL TIEMPO: CYBERSTRIDE







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