EL MUNDO DE UNA REALIDAD DESCOMPUESTAY DE UNA RACIONALIDAD INCONSCIENTE
Parte V
2) UNA REALIDAD INFINITAMENTE DESCOMPUESTA
Y
ANALÍTICAMENTE INAGOTABLE
Walter Ritter Ortíz
Parte I
- PRESENTACIÓN
1) PERÍODOS DE CONMOCIÓN; CUANDO NADA EN EL MUNDO TIENE
SENTIDO. (¿DÓNDE ESTAMOS? Y ¿DÓNDE VAMOS?)Parte II
A) REFLEXIONES
IRRACIONALIDAD
2) GUERRAS, GENOCIDIOS Y PODER
3) CREATIVIDAD E INTELIGENCIA EMOCIONAL
4) RELIGIÓN
5) POLÍTICA6) ÉTICA Y NIVEL DE CONCIENCIA
7) AZAR Y VERDAD ABSOLUTA
8) ECONOMÍA Y AMBIENTE9) LA CIENCIA Y SUS NUEVAS REALIDADES
Parte V
2) UNA REALIDAD INFINITAMENTE DESCOMPUESTA Y ANALÍTICAMENTE INAGOTABLE
Lo que hagamos hoy en día, y de las decisiones que tomemos, va a tener un profundo impacto en el bienestar y supervivencia de las futuras generaciones.
Se han hecho notables progresos, aunque desequilibrados y a veces con importantes retrocesos.
Nos impresiona la expansión incesante del conocimiento y el hecho de que más gente pueda realizar su potencial humano. Generando búsquedas continuamente de orden económico, social y político cada vez más amplio, capaz y más justo. La vida siempre ha sido una azarosa competencia en que las especies mueren y sufren mutaciones y donde necesitamos la suspensión voluntaria de la incredulidad para aceptar que la autoorganización y las emergencias son parte del juego de la naturaleza.
Los sistemas biológicos son el resultado de un proceso evolutivo, producto de una interacción entre numerosos factores fortuitos, pero también son sistemas abiertos donde los principios de entropía no son aplicables. La realidad del universo está allí y de alguna manera nosotros hacemos que cobre existencia; son nuestro propio invento y descubrimiento.
La insistencia en la competencia en la vida moderna, donde el hábito mental competitivo invade fácilmente regiones que no le corresponden, está relacionada con una decadencia general de los criterios civilizados, según la cual la vida es una contienda, una competencia, en la que solo el vencedor merece respeto, donde no hay nada que mitigue la lucha cruda y concentrada por el éxito y el poder, con un cultivo exagerado de la voluntad, a expensas de los sentidos y del intelecto.
La competencia considerada como lo más importante de la vida, es algo demasiado triste y pobre para servir como base de la vida. El remedio consiste en reconocer la importancia del disfrute sano y tranquilo en un ideal de vida equilibrado como lo sugiere Bertran Russell (2004).
La evolución ya no es considerada una lucha competitiva por la existencia, sino más bien una danza de cooperación en la que la creatividad y el constante surgimiento de novedades son las fuerzas impulsoras y con el nuevo énfasis en la complejidad, las redes y los modelos de organización, poco a poco está surgiendo una nueva ciencia de la cualidad.
Ningún modelo es completo, pero en la escala apropiada para todas las cosas, se contiene el remedio para la presunción; el pensamiento sistémico y su énfasis en las redes, la complejidad y los modelos de organización, forman una nueva ciencia de cualidades, de formas topológicas y proporciones de simetría.
Los principales problemas de nuestro tiempo (económicos, medioambientales, tecnológicos, sociales, o políticos) son sistémicos y no pueden resolverse en el actual marco fragmentario y reduccionista de las disciplinas académicas y las instituciones sociales. Todo depende de todo lo demás.
El verdadero progreso y solución de nuestros problemas sólo se logrará mediante una combinación de esfuerzos disciplinarios, multidisciplinarios e interdisciplinarios que penetren en las amplias fronteras del conocimiento.
Borges solía decir: Nadie tiene el derecho de turbar el orden público, con el espectáculo de sus desgracias ni con sus lamentaciones; la resignación es propia del cobarde, y sin embargo la rebeldía es semejante al ladrido de un perro loco. Muchos hombres, viven y mueren sin saber quiénes son. Todo momento, todo destino, por largo y complicado que sea, comprende en realidad un solo momento: aquel en que el hombre sabe para siempre quién es él.
El significado del pasado o del presente puede ser muy discutido pero finalmente veremos que sólo podemos juzgar sobre la base de donde estamos hoy. La experiencia humana ha estado siempre marcada por profundos patrones de desarrollo desigual. La consecuencia más obvia de la revolución industrial fue que abrió la posibilidad de consumo masivo, con una acumulación sistemática de conocimiento científico y técnico, así como la aplicación en gran escala de fuentes de energía. Las partes mejor organizadas y más poderosas de este sistema configuran el patrón general de relaciones sin considerar si conviene a los intereses de las partes más débiles.
Estar interconectado no necesariamente es estar en armonía o integrado. Si bien la humanidad está fragmentada en muchos sentidos, la mayoría de sus partes está interconectada y suele ser interdependiente en multitud de importantes modos y en una medida que no tiene precedentes en la historia. Pero la pregunta queda en el aire. ¿Qué estableció las circunstancias que hicieron surgir nuestro sistema global con tanta velocidad y violencia?
A finales del siglo XIX, las potencias europeas más Estados Unidos y Japón controlaban el mundo. Lo cual representaba la culminación de un período de expansión iniciado en el siglo XV y que continuaría por quinientos años, apoyados básicamente en su superioridad marítima; Los cuales establecieron los fundamentos del sistema global capitalista en el cual vivimos y que sentaría las bases para la creencia de que un gobierno estable y próspero se puede fundar en una identidad compleja.
Las grandes civilizaciones crecieron, florecieron y cuando sobrepasaron a sus recursos básicos y a sus estructuras organizativas declinaron. Sus instituciones sociales, culturales y políticas tenían como finalidad asegurar la estabilidad de sus beneficios, más que propiciar cambios. Las características importantes de su auge económico, se basó, en el pillaje, el colonialismo y la explotación de sus recursos básicos; dependiendo de la modificación progresiva e irreversible de los ecosistemas, por lo que dicho auge no fue ecológicamente autosuficiente y el aumento de alternativas debido a la opulencia es en buena parte, simplemente ilusoria. Donde además el rápido aumento de la producción de desechos casi indestructibles, de los productos químicos sintéticos, erosión de grandes extensiones de tierra excelentes para el cultivo, y la contaminación proveniente de fertilizantes y plaguicidas estén en todas partes.
Toda la vida intelectual es acción. Los hombres hacen su propia historia; pero no la hacen en circunstancias que hayan elegido ellos mismos, sino en circunstancias transmitidas desde el pasado. El siglo veinte ha estado lleno de guerras devastadoras pero a la vez de brillante prosperidad económica. Ha sido un siglo de conflicto y colaboración, de progreso y desastre, todo en una escala y con una intensidad sin precedentes, donde es alarmantemente obvio que el desarrollo de esta economía global y liberal es muy desigual. El siglo ha sido cruel, pero repasando la historia no encontramos ninguno que haya sido cálido y tierno.
El mundo quedo atrapado en el equilibrio del terror atómico, donde perversas lógicas humanas consiguieron mantenerlo con vida durante más de medio siglo y que sin embargo las señales nos siguen indicando que hemos perdido el rumbo, que algún mecanismo no funciona y de que estamos perdiendo el control de nuestro futuro. Los países modernos han producido armas de destrucción inaudita, a la vez que creaban una cultura mediática que se deleita con imágenes de violencia destructora, que si no corregimos, es posible que
nos lleve a la barbarie y destrucción.
Querer ser feliz es un término trivial y tramposo, es uno de tantos espejismos propios de la sociedad de consumo, algo ingenuo; el rasgo complaciente que degrada ya que muchas de las causas que pueden acarrear nuestra desdicha escapan a nuestro control individual.
Para Bertrand Russell, para ser razonablemente feliz hay que pensar de modo adecuado, no dejar completamente de pensar; hay que actuar correcta, inventiva y si es posible desinteresadamente, no dejar del todo de actuar y pensar, pero en cuanto a conquistar la felicidad propiamente dicha; sobre eso yo no haría demasiadas ilusiones, como remata en el comentario Fernando Savater. Sin embargo a pesar de nuestras culpas y de culpas ajenas, debemos proclamar que el motivo de la vida, es para ser felices.
Una parte indispensable de la felicidad es carecer de algunas de las cosas que se desean, ya que el ser humano está adaptado a cierto grado de lucha por la vida y la mera ausencia de esfuerzo le quita a su vida un ingrediente imprescindible de la felicidad; Al escribir este libro, se parte de la convicción de que muchas personas que son desdichadas y la humanidad entera podrían llegar a ser más felices si hacen un esfuerzo bien dirigido, y esto lo comparten con sus congéneres, como lo enseña y señala claramente el enfoque sistémico, de los sistemas pensantes.
La organización, la planeación y la toma de decisiones como individuos y como sociedad, son fundamentales para obtener satisfacción y garantizar la continuidad de la civilización; buscando siempre el equilibrio adecuado entre beneficios actuales y los costos futuros, donde una población más informada podrá tomar mejores decisiones.
Virtualmente todo forma parte del sistema económico o se relaciona con él de modo importante, pero tarde o temprano debe hacer frente a los límites que le imponen las leyes de la termodinámica. El verdadero progreso sólo se logra mediante una combinación de esfuerzos disciplinarios, multidisciplinarios e interdisciplinarios, donde la conservación de los recursos se perciben y deben ser resueltos en un contexto muy complejo, en un sistema amplio, dinámico e interactivo, donde el conocimiento que se tiene del sistema es sumamente limitado y las consecuencias de la manipulación de los componentes no son fáciles de predecir.
Un gran número de obreros en el mundo, están insatisfechos con su trabajo y un gran número de gentes está pensando menos en posesiones personales y más en el sentido y propósito de la vida.
Las instituciones han crecido, mientras que la función humana se ha empobrecido y empequeñecido y se ha hecho menos significativa. El hecho de que sea el principio de costo-beneficio y la eficiencia lo único a considerar en la toma de decisiones, esta situación seguirá prevaleciendo.
Desafortunadamente esta tendencia puede llevar implícita probablemente al desastre de la destrucción y la revuelta social. Pero sobre todo es necesario recordar de que hay límites para el crecimiento y de que ni la población ni la opulencia pueden seguir creciendo indefinidamente y si no lo hacemos será la naturaleza quien lo haga.
La actual forma dominante de civilización parece haber llegado a sus límites y está condenada a cambiar; cambiar es un imperativo para nuestra supervivencia, continuar con más de lo mismo es una actitud suicida.
Con una población estabilizada y un consumo constante per cápita de energía y materias primas, la sociedad debe seguir evolucionando. No podemos, ni debemos parar el crecimiento de repente; bajo la comprensión general de su necesidad, la transformación y la transición debe realizarse de forma gradual, ya que de otra forma podría causar mucho daño.
Desarrollar tecnologías e industrias mejor diseñadas así como ciudades pequeñas en las que la gente sea autosuficiente y vivir con comodidad y eficiencia, tal vez hasta aproximarse a la idea de cultura de aldea.
Con esto podemos vislumbrar de que la industrialización tal y como la conocemos debe desaparecer y evitar que las naciones pobres, por falta de decisiones claras y programas constructivos basados en las nuevas realidades, vayan en línea recta hacia el hambre, revolución, enfermedades y derramamiento de sangre en forma masiva.
Tenemos el poder de crear una civilización del todo nueva; de nosotros depende y de nadie más. Si no cambiamos, según un proverbio chino es probable que acabemos llegando exactamente adonde nos dirigimos.
La verdad debe ser universal y no cautiva de unos cuantos privilegiados. Se piensa que las personas deben ser juzgadas por lo que hacen, no por lo que dejan de hacer; pero esto no es verdad ya que el dejar de hacer puede ser una de las mayores desgracias de la humanidad, ya sea de forma intencional o desapercibida, y esto es precisamente lo que la mayoría de nosotros hacemos ante el caos y la injusticia imperante.
Arreglar los problemas a medida que surgen no es suficiente para asegurar la supervivencia de una organización. Existe una necesidad absoluta de creatividad en todo sistema en el que se añade de una manera integradora información nueva a la ya existente. Pensar y suponer no es lo mismo que informarse.
Debemos reconocer que nuestro comportamiento está en gran medida determinado por el comportamiento de los demás. Imperando la creencia de que el análisis inteligente, la información adecuada y el razonamiento correcto son suficientes en la toma de decisiones; de que basta con tener información suficiente sometida a un análisis competente y seguida de una toma de decisiones lógica y que con esto la creatividad deja de ser necesaria.
Pensamos que a medida que conseguimos más y más información y nos acercamos al estado del conocimiento total, la necesidad de pensar de forma creativa disminuye; por el contrario esta necesidad aumenta, porque tenemos que entender y poder saber utilizar la información disponible.
El sistema climático de la Tierra, está tan abarrotado de circuitos de retroalimentación que nuestros conceptos habituales de causa efecto ya no son válidos. Sólo hace falta una ligera desviación en las condiciones límite o una pequeña fluctuación aleatoria en algún lugar del sistema para provocar grandes cambios, cuando el sistema se halla cerca del umbral crítico.
Un cambio abrupto del clima podría tener efectos catastróficos para los ecosistemas y las especies de todo el mundo. Sin embargo ningún computador tiene capacidad para simular la complejidad de la atmósfera.
El volumen de agua dulce que desagua en el Atlántico Norte, debido a los deshielos, puede llegar a desviar la corriente del Golfo, inundando Europa occidental de aguas glaciales, creando inviernos de frío siberiano en gran parte del continente, con tormentas y lluvias concentradas en Siberia, con posibilidades de que el Monzón llegue a descargar sus lluvias torrenciales sobre el mar, en lugar de la Tierra, amenazando así los suministros de alimentos en todo el mundo.
Con independencia de la exactitud de estos informes, una cosa está clara: el curso del cambio climático natural esta ya programado para al menos las próximas décadas, sin posibilidad alguna de que podamos hacer algo para evitarlo.
Podemos extrapolar las tendencias actuales; prolongar los ciclos del momento, prever ciertas convergencias que podrían producir efectos nuevos, podemos obtener datos completos del pasado; pero es sin duda imposible obtenerlos sobre el futuro.
Todas dependen de un análisis del presente; pero ¿qué sucederá si el futuro no es una prolongación del presente?
Una hipótesis es una suposición o una especulación que puede abrir nuevas posibilidades. Podemos proponer ciertas posibilidades futuras pero no hay manera de probar que estas posibilidades sucederán: No se debe cometer el error de elevar las posibilidades a la categoría de certezas, sino otorgarles pleno valor como posibilidades.
Analizamos datos para revelar tendencias y descubrir lo que está sucediendo; en otras ocasiones desarrollamos previamente en nuestra mente un concepto y luego buscamos los ingredientes y datos adecuados para desarrollar, comprobar o controlar; es decir el concepto surge antes que los datos, posiblemente sugerido por inspiración o algo como una información previa.
No todos los conceptos son el resultado de la creatividad; pero por norma general, en la elaboración de cualquier concepto hay un fuerte elemento creativo.
La creación de un concepto nuevo, nos indica hacia dónde mirar y que buscar y obtener información útil. El uso activo de la información, es muy diferente del uso normal o pasivo. Los que se sientan a esperar que el análisis de su información les indique lo que deben hacer, serán totalmente sobrepasados por los renovadores de ideas.
Muchas grandes ideas poseen la elegancia de lo simple, sin embargo en el curso de la historia, los seres humanos se han encontrado a veces atrapados entre formas distintas de percibir la realidad.
Pensadores de la época de la ilustración pusieron en duda algunos credos de la Iglesia ya que preferían una explicación más materialista de la existencia apostando por las matemáticas y la razón. Tratando de romper el tabú contra la ciencia, Bacon nos dice que: El conocimiento “puro” de la naturaleza contempla y glorifica la obra de Dios; donde las verdaderas escrituras estaban en el libro infinito de la naturaleza, argumentando que la ciencia era algo que pertenecía a Dios y no al Diablo.
La realidad puede ser infinitamente descompuesta y analíticamente inagotable.
El mundo, de algún modo, es profundamente distinto de las ideas que tenemos sobre él, y podría incluso suceder que ni siquiera sea posible construir un modelo de la realidad, que pudiera explicar la forma como son las cosas.
¿Cómo adquiere realidad el universo?
Realidad es aquello que tomamos por cierto, aquello en que creemos; lo que pensamos depende de lo que percibimos que determina lo que creemos que a su vez determina lo que tomamos por verdad y lo que tomamos por verdad es nuestra realidad.
Lo que consideramos la realidad es sencillamente una manera particular en que la mente humana ve e interpreta el mundo físico.
Para Kant, la realidad es algo que construimos para nosotros y para Schrodinger, la representación que del mundo posee cada ser humano es y siempre será una construcción de su mente; y no puede demostrarse que posea una existencia aparte.
Existen muchos aspectos del mundo exterior que nunca experimentamos.
El cerebro suele también mal interpretar los datos sensoriales y construye una imagen de la realidad que es equivocada o inconsistente, pero aunque todo sea una creación de la mente, para muchos, no deja de ser real, ya que es la única realidad que alcanzamos a conocer.
La parte izquierda de nuestro cerebro funciona de manera distinta a la derecha, cada una ve el mundo de un modo distinto.
La parte izquierda percibe al mundo de forma lineal, lógica y racional, en la que crea el concepto de causalidad; por su parte el hemisferio derecho concibe modelos completos de realidad; se dice que el hemisferio izquierdo es racional mientras que el derecho es irracional.
No somos un ser consciente; somos la conciencia.
Todo lo que conocemos se manifiesta a partir de la conciencia.
Pero ¿cómo es posible que algo tan inmaterial como la conciencia surja de algo tan inconsciente como la materia?
¿Cómo puede surgir la conciencia de un proceso puramente material?; porque según Eddington, la materia no está compuesta de materia, ya que en su mayor parte (99.9999999%) es un fantasmagórico espacio vacío.
Se dice que no te encuentras tú en el mundo; el mundo se encuentra en ti.
Según Peter Rusell (2000), en lugar de intentar explicar la conciencia en términos del mundo material deberíamos desarrollar una nueva concepción del mundo en la cual la conciencia fuera un componente fundamental de la realidad.
El considerar la conciencia una cualidad fundamental de la realidad no cambia nuestra comprensión del mundo físico, sin embargo, nos aporta una visión más profunda de nosotros mismos.
Buda enseñaba que el sufrimiento es innecesario y lo creamos nosotros mismos. Lao-Tsé y Confucio enseñaron a la gente a ser capaces de descubrir la verdad y hallar la paz interior sin creer en un Dios en particular; defendiendo un estilo de vida caracterizado por la simplicidad, amabilidad y la honestidad.
Einstein no creía en la noción convencional de Dios, pero manifestaba que: “Un espíritu se manifiesta en las leyes del Universo; un espíritu infinitamente superior al del hombre y frente al cual nosotros, con nuestras modestas capacidades, debemos mostrarnos humildes”.
Según las enseñanzas sufi: Dios duerme en la roca; sueña en la planta; se agita en el animal y despierta en el hombre. Mientras que William Blake nos dice en su maravilloso poema: “Ver el mundo en un grano de arena y un paraíso en una flor silvestre, sostener el infinito en la palma de tu mano y la eternidad en una hora”.
Cuando suspendamos el juicio y sentimientos negativos sobre los demás veremos que nada hay más doloroso que ir por el mundo con amargura en el corazón, y nos liberaremos de la fuente donde se alimenta nuestra ira y el ego así como de gran parte de nuestros motivos de queja.
Cuando nos demos cuenta de los errores que hay en nuestro sistema de pensamiento, cortemos nuestras ataduras y descubramos la verdadera naturaleza de nuestro ser, encontraremos la paz aquella que sólo se da cuando conoces la verdad.
A velocidades próximas a la de la luz, la realidad es muy distinta; el tiempo corre más lento, el espacio se encoge, y la masa aumenta y sólo una especie de unión entre el espacio y el tiempo; el espacio-tiempo preservará la existencia de una realidad independiente.
A escalas de 10 a la -33 el espacio y el tiempo se desvanecen y nuestras nociones normales de realidad dejan de ser aplicables. El continuo espacio-tiempo nunca se conoce directamente; son sólo manifestaciones de una realidad más profunda.
El salto cuántico de las partículas, en la mecánica cuántica, es también un salto de una realidad que posee en teoría un número infinito de dimensiones, a una realidad que sólo posee tres.
La irreversibilidad es una propiedad común a todo el universo, y en cierto sentido el tiempo precede al Universo, siendo éste último el resultado de una inestabilidad, a través de una transición de fase.
Pensadores como Aristóteles, Cardan, Giordano Bruno y Einstein creían en un tiempo eterno y de que en realidad no se puede hablar de que tuviera un inicio; pero en el contexto de la ciencia clásica, esta cuestión no podía tener sentido, pero esto puede ser retomado en una nueva perspectiva, pero ¿Qué exigencias debe satisfacer la ciencia frente a un Universo evolutivo?, ¿Cuál es el tipo de sistema dinámico que puede conducir a la irreversibilidad?
Según Prigogine, es la función la que crea la estructura, donde la vida es el tiempo que se inscribe en la materia y el ideal de la ciencia es el ideal de un esquema universal e intemporal.
El individuo no es consciente de cómo se desarrolla su proceso cognitivo y esta falta de conciencia puede llevarle al caos, imponiendo su verdad como irrebatible.
Para otros el verdadero objetivo de la ciencia es facilitar un marco básico matemático para organizar y extender nuestra experiencia, más que en ofrecernos una imagen de la realidad; las matemáticas no dependen de nada y sin embargo todo depende de ellas.
Los científicos suelen no renunciar al paradigma que los ha llevado a la crisis; incluso cuando se enfrentan a situaciones graves y prolongadas
Todas las cosas en el universo que parecen existir independientemente, son en realidad partes de un sistema que lo abarca todo, donde de acuerdo con la mecánica cuántica, basada en la percepción de un nuevo orden, el mundo físico es una red de relaciones entre elementos cuyo significado surge de sus correlaciones con la totalidad, e implica que las partes aparentemente separadas del universo pueden estar íntimamente conectadas en un nivel profundo y fundamental.
Por su parte, el principio de Mach, nos dice que la totalidad del universo está presente de una manera u de otra, en cada uno de sus lugares y en cada uno de sus momentos, de suerte que el universo sería indivisible desde el punto de vista de la totalidad del continuo espacio-temporal
Todas las ciencias poseen aspectos comunes no sólo en metodología sino también en principios y conceptos, y estos aspectos comunes definirán una ciencia unificada; donde el principio de la teoría general de sistemas, establece que un sistema es más que la suma de sus partes y que la integración otorga a los sistemas como un todo propiedades que no tienen sus elementos constitutivos, donde la interacción de las partes confiere a la naturaleza sus características más pronunciadas; propiedades que resultan de la estructura misma.
La naturaleza parece estar hecha de redes y jerarquías anidadas, de sistemas conectados coherentemente, y donde toda estructura tiene la potencialidad de evolucionar, donde las tres perspectivas de la naturaleza de los sistemas vivos corresponden al estudio de la forma (o patrón de organización), de la materia y el proceso de manifestación de la información, por lo que es necesario estudiar al todo lo mismo que a sus partes.
Es un mundo en desarrollo y en movimiento, con sistemas autoorganizados de construcción y uso de pautas, y en donde la información se convierte en parte integrante de dichas pautas, en la cual todas las configuraciones y formas son simplemente fases de un proceso continuo de transformación.
Donde la función de la nueva ciencia es la de demostrar, según Oppenheimer, que la ciencia necesita del sentido común, pero también del sentido no común; que lo maravilloso no es incomprensible; y de cómo revelando la pauta escondida, surge un nuevo objeto de maravilla, donde la complejidad se entreteje con la simplicidad y de una pauta parcialmente oculta.
Para Monod todo lo que existe en el universo es fruto del azar y la necesidad.
Pero no se trata solamente de encontrar un camino para excluir lo normativo, fines y objetivos y para ocuparnos solamente de lo descriptivo del cómo se dan las cosas, sino que a menudo nos es dado poder predecir el comportamiento a partir del conocimiento de los objetivos del sistema y de su medio exterior más que del interior.
Donde combinando los dos grupos de ventajas de un sistema adaptable a unos objetivos y a un medio externo e interno, dependamos de la relativa simplicidad de la interfase como su fuente principal de abstracción y generalidad.
La aparente complejidad del comportamiento de los seres vivos a lo largo del tiempo es, en gran parte, reflejo de la complejidad del medio en que se encuentra. Las similitudes en el comportamiento de sistemas sin identidad con los sistemas internos resulta particularmente factible si los aspectos en que estamos interesados se desprenden de la organización e interacción de las partes, independientemente de casi todas las propiedades de los componentes individuales.
Con una naturaleza siempre cambiante y a la vez estable, donde la mayoría de los fenómenos son expresables mediante ecuaciones no lineales, y las ecuaciones que permiten predecir con exactitud el futuro del sistema son la excepción y no la regla, donde no sólo no se pueden predecir el comportamiento de los componentes individuales sino que aún los sistemas físicos simples, sometidos a leyes simples, pueden tener un comportamiento caótico no previsible; donde condiciones iniciales casi idénticas, pueden llevar a resultados completamente diferentes.
Sin embargo sí se puede hacer una predicción cualitativa de la evolución del sistema en su conjunto y también se pueden buscar las condiciones para que un sistema que está en estado de orden, pase al comportamiento caótico y viceversa y donde además de la gran diversidad posible de formas, emplea una y otra vez, los mismos modelos básicos de organización, Sametband (1994), Thom (1980).
La simulación es una imitación, para tratar de comprender los sistemas, poniendo a prueba los resultados dentro de una gran variedad de medios y que nos puede decir además cosas que no sabemos; sin olvidar que una simulación no es mejor que los supuestos que entraña y en que está basada, así como que las computadoras con que realizamos la simulación no pueden hacer más que lo que tiene programado hacer; que todo razonamiento correcto consiste en un gran sistema de tautologías y no nos queda más que determinar, laboriosa y faliblemente las consecuencias de nuestras afirmaciones.
Lo clásico es considerar, que la idea es que ya conocemos las afirmaciones básicas correctas, usando la computadora para elaborar las deducciones de las acciones cruzadas de un gran número de variables que arrancan de unas condiciones complicadas y difíciles de determinar.
El universo ya no debe verse como una máquina, sino, como un holograma multidimensional. Donde en este superholograma del universo el pasado, el presente y el futuro se pliegan estrechamente entre sí y existen en forma simultánea.
El tiempo es uno y eterno; el pasado, presente y futuro no son más que aspectos diferentes de un registro continuo e invariable de la existencia.
La dinámica del mundo subatómico sólo tienen sentido si suponemos la existencia de otras dimensiones, más complejas y más allá de en las que vivimos.
En el nivel superholográfico el universo podría tener tantas dimensiones como partículas subatómicas hay en nuestro mundo tridimensional, adoptando una concepción totalmente nueva de lo que es el orden.
El tremendo orden que vemos en todo el universo es explicable meramente en términos de actividad autoorganizada, donde la autoorganización es la organización que se acrecienta y se mantiene en vez de destruirse.
En nuestro mundo todavía suceden demasiadas cosas enigmáticas,
que son reales y aún no han sido adecuadamente explicadas por la ciencia, (a pesar de que la ciencia es uno de los instrumentos más poderosos que la raza humana haya tenido), donde existen nuevos tipos de leyes que gobiernan los sistemas complejos, en el sentido en que los diferentes tipos de niveles de explicación apelan a descripciones y análisis en términos diferentes, así como de importantes leyes en espera de ser conocidas,
Pero de ningún modo podemos decir que estamos cerca de comprender todas las fuerzas que han causado la existencia de nuestro universo.
El universo no es un vacío, como tampoco es puro espacio, se trata de un pleno cósmico, repleto de energía e información, la matriz de todo lo que existe y el telón de fondo de todo lo que sucede, en el espacio y el tiempo, es un sistema evolutivo orgánicamente conectado.
Donde nuestra realidad es fundamentalmente integral que evoluciona de manera interconectada, instantánea y permanente. Lo que observamos como cuerpos y fuerzas materiales no son más que formas y variaciones en la estructura del espacio.
De la fusión de la relatividad con la mecánica cuántica ha surgido una nueva idea del mundo en la que la materia ha perdido su papel central, siendo sustituida por los principios de simetría, ocultos muchas veces en el estado actual del universo.
Buscamos verdades universales acerca de la naturaleza y, cuando las encontramos, intentamos explicarlas demostrando cómo pueden ser deducidas a partir de verdades más profundas.
Un principio de simetría es simplemente una afirmación de que algo se ve igual desde diferentes puntos de vista.
El teorema de Bell nos dice que o bien el mundo es no objetivo, como creían Aristóteles y Einstein, y no existe en un estado definido, o bien es no local con lo que permite la instantánea acción a distancia y los posibles viajes al pasado.
Pareciera así también, que ya con el nacimiento del universo, estaba este ajustado con extrema precisión a fin de producir constantes universales que permitiesen la subsecuente evolución de sistemas de creciente complejidad.
Donde según Feynman: lo importante de una ley, no era lo inteligente que había sido la naturaleza en descubrirla sino lo inteligente en respetarla.
La realidad fundamental del cosmos es el ámbito del campo.
Se sabe que los campos como los hologramas, también poseen una misteriosa propensión hacia la totalidad, considerándoseles cantidades matemáticas que se manifiestan en el espacio.
El universo autoevoluciona a través de la propagación, transformación y conservación de energía e información.
En el ámbito del espacio-tiempo, la energía se conserva, pero se degrada cuando se realiza un trabajo. En el ámbito del campo, la información no sólo se conserva, sino que también se crea a través de la interacción con el espacio-tiempo.
En el nuevo concepto de realidad, la creación de Dios no es el universo que observamos y habitamos, sino el potencial del universo para su autocreación.
Donde lo que se creó inicialmente no fue el soporte físico del universo sino la información que gobierna el proceso evolutivo para que el universo autoevolucione, donde la información es el acto creativo, mientras que sus efectos, crecimiento y elaboración son inmanentes.
Donde además se espera probar que los efectos de la mecánica cuántica, pueden ser reproducidos también en la escala de la vida cotidiana, lo que tiene implicaciones muy profundas en lo que concierne a la naturaleza del mundo físico y a una nueva manera de ver las cosas.
Continuará Parte VI
a) El mundo externo reflejo de nuestro interior
b) Nos hemos convertido en el problema
c) La política de la locura organizada
d) Períodos de conmoción; cuando se cuestionan verdades
e) Un cambio evolucionario no revolucionario
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