GUERRA ECONÓMICA CONTRA MÉXICO DESDE LA PRESIDENCIA DE EUA: UN TEMA DE URGENTE SEGURIDAD NACIONAL
OBJETIVO: DESESTABILIZACIÓN Y SOMETIMIENTO DEL ESTADO MEXICANO
Por Jorge Retana Yarto.
TESIS. El conjunto de medidas anunciadas por el Presidente de los EUA en contra de México, conforman un programa de guerra económica explícita que sustituye el conflicto militar y otro tipo de colisiones políticas espectaculares, y está orientado a profundizar las vulnerabilidades de la economía mexicana, tanto de orden interno, como en su interrelación con el ámbito regional-global, es decir, coyuntural y estructuralmente. Constituyen un ataque a la Nación y al Estado Mexicano, por consiguiente, conforman un tema de urgente Seguridad Nacional para México, cuyo objetivo fundamental es una mayor absorción de la Soberanía mexicana, de la disponibilidad discrecional de los recursos naturales y de la dominación política de nuestras instituciones públicas, es decir, su debilitamiento extremo, lo cual demanda una defensa sin temores ni cortapisas a nuestra Razón de Ser Nacional, al Estado de los mexicanos, pero deslindando las responsabilidades históricas de los gobiernos mexicanos.
En nuestro análisis subsiguiente, omitiré el desarrollo de aspectos de la estructura de relaciones México-EUA cuyas evidencias conceptuales, teóricas o estadísticas he abordado en otros trabajos (libros, ensayos, etc.), o bien, que son fáciles de documentar con la información existente en distintos medios, por lo tanto, me centraré en los factores de orden histórico-estructural que han dado como resultado un estado de cosas entre México-EUA, un Orden Bilateral, así como, en los términos de mi actual primera aproximación a lo que considero, una guerra económica enderezada contra lo que queda de la Soberanía Nacional y de la Autodeterminación del Estado-Nación.
1.- Interdependencia Política-Económica Asimétrica y Desfavorable:
Algunos datos conocidos, pero que es pertinente retomar, son:
México es parte del sistema económico y político social en EUA: 15% de su comercio total; viven allá 34.6 millones de origen mexicano (información oficial), muchos de ellos votan y pueden definir elecciones. Han impactado la demografía de EUA y la estructura político-electoral. Hay una inversión de unos $50,000 millones de USD de mexicanos en EUA. Hoy EUA compra a México el 20% de todos los alimentos (por un monto de $73 millones de USD diarios) que consume anualmente.
En las clasificaciones de Cuentas Nacionales usadas, EUA controla casi el 83% de nuestras exportaciones “no petroleras” (manufactureras, agropecuarias, etc., INEGI, 2015), 73% de las exportaciones automotrices, el 82.59% de nuestras exportaciones petroleras (dato 2015, INEGI), y el 70% del total de la inversión extranjera en México. Viven en nuestro país, poco más de 1.0 millón de personas de nacionalidad estadounidense, la inmensa mayoría en retiro. Es el eje estratégico del modelo mexicano de regionalización económica consumada en América del Norte (ultra concentrado y ultra centralizado), y en proceso, en la región Asia-Pacífico. La política exterior mexicana es funcional a ambos procesos, predominando los temas de economía y desarrollo, sin contenido político-e ideológico de carácter estratégico. En buena medida, para no chocar con los principios o acciones de la política exterior de EUA. Ello comporta una expresión de Soberanía restringida por auto-exclusión.
2.- Proyecto Transnacional Conservador de Integración- Absorción México-EUA:
México desarrolló desde hace unos 30 años, un proceso de integración socio-política-cultural sin precedentes con EUA, no sólo o esencialmente mediante los modelos convencionales o típicos de instituciones bilaterales o trilaterales (incluyendo a Canadá a partir de la firma del NAFTA), los cuales existen, sino por la vía fundamental de un proceso peculiar de construcción de un proyecto transnacional muy conservador formulado y llevado a la práctica por las élites políticas y económicas de ambos países, que se concretó y expresa en el propio proceso integrador: modelo de economía neoliberal progresivo con Soberanía y democracia restringidas, sin justicia social, que avanzó asaltando las posturas e instituciones emblemáticas del nacionalismo mexicano: la ideología nacional-popular, la participación del Estado en el proceso de desarrollo con plenos derechos sociales, las formas de producción colectivas y comunitarias en el campo, la industria energética nacionalizada, la política exterior progresista sustentada por la doctrina militar del ejército mexicano, la autonomía del ejército y la marina, esencialmente.
Se impuso un proyecto retardatario, conservador mediante una alianza transnacional de fuerzas de derecha en México y EUA, que ha dado paso a un nuevo pacto social de facto desfavorable para los intereses sociales y políticos de las grandes mayorías nacionales, que tiene en el TLCAN y el ASPAN (en su vertiente de “cooperación” policiaca, de inteligencia y militar en la lucha contra el crimen transnacional) y la contra-reforma energética (que abrió paso a la integración de la región energética de América dl Norte), sus puntos de inflexión fundamentales.
Todo ello, teniendo como trasfondo una enorme influencia ideológico-cultural en las elites y amplios sectores juveniles y populares, del “american way of life” y del “american dream”.
El supuesto fundamental de todo este proceso histórico, es el de un modelo de desarrollo asociado, integrado con EUA (teóricamente, con América del Norte), como vía para el desarrollo nacional de México en la Era de la globalización y la regionalización económica, política y de la supranacionalidad institucional.
3.- Gravitación Estratégica de EUA en México:
La economía estadounidense tiene una gravitación estratégica para México. Al arranque real de su nuevo modelo económico de libre mercado (década de los años 80), libre comercio, desarrollo asociado y retracción del Estado en la economía, de inserción en la globalización (modelo de apertura al exterior), siguió la regionalización económica (principios de los 90) en el norte del continente. La economía de EUA es entonces, el eje estratégico del modelo económico mexicano.
La política exterior mexicana es esencialmente de seguimiento del paso estratégico de EUA en el mundo, y orientada a complementar el modelo económico vigente. Ejemplo relevante: México ha seguido la orientación de EUA hacia la región asiática, iniciado una segunda regionalización de su economía. La gravitación europea mediante el TLCUE, y los diversos Tratados con América Latina y el Caribe, son menores, comparativamente. Las Asociaciones Estratégicas con China y la India avanzan, pero no logran aún contrapesar esa inmensa influencia de EUA.
México, desde hace varios lustros a la fecha, pasó a formar parte, con mayor intensidad que antes, del perímetro de la Seguridad Nacional de EUA al sur de sus fronteras. México no ha sido incluido dentro del Comando Sur, sino del Comando Norte (creado en octubre, 2002), cuya principal función (proveyendo mando y control militar y dependiendo del Departamento de Defensa) es vigilar con todo el arsenal militar estadounidense, las fronteras de entrada y salida de EUA, por mar, tierra y aire, coadyuvando para ello con las autoridades civiles (su vigilancia comprende, EUA, Alaska, Canadá y México). Una enorme fuerza militar al servicio de la Seguridad Nacional.
Toda esta imbricación estratégica de México con EUA, está asentada y suscrita por ambos Estados en más de 50 tratados bilaterales, trilaterales y multilaterales (como el TPP y otros en la ONU).
Entonces el proceso integrador tiene 4 vertientes centrales: económica y política, en materia de seguridad (policiaca, de inteligencia, cooperación militar, venta de armas y equipos diversos), y están en proceso inicial: la integración energética y la militar (bajo la misma perspectiva regional).
El peso gravitacional de EUA en México entonces, es inmenso, determinante, en todos los órdenes. Se trata de una mega-estructura de poder en donde EUA (de facto) también, es uno de los dos ejes fundamentales de la Seguridad Nacional de México (el otro es el propio Estado Mexicano), porque defendiendo ésta, defiende la propia, ya que México es parte de su perímetro regional-continental de la Seguridad Nacional de EUA, nuevamente, con grandes asimetrías desfavorables para México.
Este diagnóstico situacional, se mantuvo vigente, hasta la llegada del actual gobierno en los EUA, que tiene un plan de guerra económica contra México, el cual alterará el proceso integrador hasta hoy alcanzado, asimétrico y de desiguales beneficios en el mismo, pero en donde la parte mexicana tiene aún márgenes relativos –a veces mayores- de acción propia a su interior.
Esto puede reducirse mayormente, al adentrarnos en zona de fuerte turbulencia con la guerra económica declarada, si ésta triunfa plenamente.
4.- Fenómeno Donald Trump: Decadencia y Guerra Económica contra México.
4.1 El proyecto político encabezado por Donald Trump vuelto Programa de Gobierno, constituye una variante heterodoxa para intentar lo que otros presidentes de EUA desde hace 50 años han procesado por otros medios e instrumentos y con otras estrategias: administrar mejor para revertir la decadencia histórica de los EUA, que ha conllevado la propia decadencia de una parte amplia de la mayoría blanca, que fundó la República Americana, lo cual dislocó estructuralmente el “american dream” y convirtió a EUA en el entorno mundial, de hegemón del sistema global en “potencia indispensable pero improductiva”, en donde su enorme poderío militar está desfasado de su poder económico y de su influencia política-ideológica y cultural cada vez más estrecha.
4.2 Dicho programa contiene para México lo que consideramos una guerra económica para su máximo debilitamiento que permita terminar de engullirlo como Nación Soberana, cuya condición está diezmada al día de hoy, guerra que no obsta, al contrario, para pensar en grandes negocios altamente rentables en México por parte de Trump (proyectos energéticos) y su familia (negocios de sus hijas, mediante registros de patentes y sociedades mercantiles).
4.3 ¿En qué consiste la citada guerra económica contra México?
Conforme a las teorizaciones que hay respecto de las “guerras económicas contemporáneas”, como procesos sigilosos con contenido geo-estratégico y militar para vulnerar económicamente a los adversarios estratégicos, o a otros interferentes nacionales tácticos, entendemos que en el caso Trump-México, se trata de una guerra declarada, explícita, anunciada, ya tangible (a través de las Órdenes Ejecutivas suscritas en materia de Seguridad Nacional y otras acciones y proyectos), aunque no plenamente concretada sino en curso.
Este tipo de guerras (No nos referimos a la guerra comercial, concretada a través de multiplicar las barreras a la entrada de productos y servicios entre dos o más economías nacionales, y tampoco a la utilización del tipo de cambio de manera competitiva como herramienta de perjuicio económico para otros), son producto, del ataque a los factores de vulnerabilidad económica ubicados en el entorno nacional o internacional que debilitan las fortalezas de un Estado, la legitimidad de los gobiernos y a las instituciones coercitivas, armadas del mismo Estado, generando nuevas vulnerabilidades económicas o profundizando las ya existentes, para obtener concesiones relevantes que modifican el equilibrio de fuerzas hasta entonces existente, o bien, que provoquen un cambio de régimen acorde a las prioridades estratégicas o tácticas de su impulsor. Para todo lo cual, la inteligencia económica –variante de los servicios de inteligencia de un Estado- altamente especializada, juega el rol protagónico en la acumulación, ordenamiento sistemático y detección de datos sobre las vulnerabilidades mayores, que se procesan en forma de acciones encubiertas, inducidas o explícitas, como en el caso actual para México, modificando la geopolítica y la geo-economía de un país, su estatus estratégico, y alterando los términos precedentes de su Seguridad Nacional, que es justamente el caso de México.
Hoy mismo, y desde hace algunos años atrás, se libra una severa guerra económica entre las grandes potencias occidentales y Japón (G-7), con las potencias regionales en expansión de su poder, China, India, Federación de Rusia (BRICS), y otras más de las llamadas “economías emergentes”, que se expresa al seno de la OMC, del FMI, del G-20, por el control de la economía mundial, a través de la geopolítica, los agrupamientos geoeconómicos y de las guerras geoestratégicas de dimensión militar. (Ver video, versión Completa, 6 capítulos, https://www.youtube.com/watch?v=cD2u437fGJM)
Aunque, otros analistas podrían pensar que Trump hace uso de la “teoría del shock” para obtener mayores concesiones a las obtenidas hasta la actualidad desde el Estado mexicano, lo que permitiría un dominio mayor, casi completo, sobre dos grandes temas de geo-economía global, y de geopolítica y geo-estrategia militar, en proceso inicial: la integración energética y la integración militar en América del Norte, más la renegociación dl TLCAN, entendidas como regiones contendientes por el dominio global.
De tal manera, que en el caso de México, la guerra económica de Donald Trump, No es contra un rival estratégico (como la guerra económica de los últimos años contra la URSS, o la más reciente contra Rusia, o contra interferentes estratégicos como Venezuela, Siria o Brasil) o un interferente táctico como Yemen, Irak o Líbano, en algún momento, sino contra un asociado estratégico cuyo status desea modificarse al interior de la región de América del Norte, para lograr un mayor grado de influencia, de dominio sobre el Estado y sus gobiernos, respecto del nivel actual, que ya es muy significativo. Guerra económica, obviamente con componentes ideológicos importantes (anti-inmigrantes, racismo, supremacía blanca, etc.), sin desatar o acercarse a un conflicto político que tenga expresiones militares. (https://www.youtube.com/watch?v=h7e3gXgYwoA). Es una forma de vencer, de doblegar, de someter, de avanzar en favor de los intereses propios, sin necesidad de que disparen los aviones supersónicos.
Así, economía, política e ideología y estrategia militar quedan imbricadas en un conjunto de acciones, sin que el conflicto rebase los términos de una confrontación diplomática, que es lo que aparece visiblemente en la superficie.
4.4 Por ello, podemos afirmar que en el gobierno de Donald Trump, su programa de guerra económica contra México, al ser una guerra contra la estabilidad de la Nación y del Estado Mexicano, es un problema de Seguridad Nacional, aunque prácticamente todos los análisis predominantes se mantengan en la superficie de los datos coyunturales sin profundizar en sus implicaciones de más largo alcance (sólo conozco uno que escapa a esta lógica analítica). La situación de México respecto de EUA que resumimos antes, les da una inmensa capacidad de presión contra sus gobiernos vecinos, de desequilibrio y daño, como podemos apreciarlo en la historia de sus relaciones, pero con mayor fuerza el día de hoy ante los términos del Orden Bilateral México-EUA.
4.5 El programa de guerra económica contra México, contiene las siguientes variables, tal y como han sido anunciadas y adelantadas parcialmente:
Renegociación y/o cancelación del TLCAN, fundamental para la economía de México, para su sector exportador, para su disponibilidad de divisas, etc. Se ha comunicado, que la ronda de negociaciones para dicho efecto, comenzarán en mayo del presente año 2017.
Cancelación del TPP (al que México ingresó a invitación de EUA).
Política Anti-Inmigrante cuyo mayor afectado es México. El actual gobierno de Donald Trump se ha propuesto como objetivo, repatriar a 3.0 millones de mexicanos, lo que provocaría un problema descomunal en nuestro país. Y comenzaron las primeras deportaciones. Como ejemplo: en los últimos días llegaron a la ciudad de México poco más de 150 personas expulsadas de los EUA.
Extensión de la construcción de un muro fronterizo que Trump está empeñado en que México pague bajo alguna modalidad, cuyo costo se estima entre $10,000 y $15,000 millones USD, lo que afectaría severamente la balanza de divisas de nuestro sector externo.
Imposición de gravámenes al enorme flujo de transferencias de USD desde EUA a México (remesas), que en 2015 sumaron $25,000 millones de USD y se estima, llegaron a $27,000 millones en 2016, 50% de las cuales, van a decenas de miles de familias ubicadas en el campo mexicano, y cuya reducción, afectaría gravemente sus ingresos y su bienestar social, sin que haya mecanismo alguno posible y suficiente, de compensación desde el Estado. Se ha hablado por parte de un congresista del Partido Republicano, de una iniciativa de ley hacia el Congreso estadounidense para gravar con un impuesto del 2% al total de las remesas enviadas por mexicanos en EUA, lo que implicarían $500 millones de USD (calculados sobre el flujo de $25,000 millones de USD ingresado a México en 2015, o bien, $540 millones de USD sobre los $27,000 millones supuestos para 2016) https://www.youtube.com/watch?v=2w7Tm967Zk4
Ataque al sector manufacturero mexicano, cuyo valor total en 2015 fue de $339,976 millones de USD, y en particular, al sector automotriz, estratégico en la industria mexicana: dicho sector es el principal generador de divisas para el país (las exportaciones en 2015 tuvieron una valor de $115,000 millones de USD (conforme al reporte de INEGI, Balanza Comercial de Mercancías, Enero-Diciembre 2015), los otros dos sectores son, la propia transferencia de remesas y la exportación petrolera, que sumó en el mismo periodo y año, $23,432 millones de USD) (segúhttp://www.inegi.org.mx/saladeprensa/boletines/2016/balcom_o/balcom_o2016_01.pdf; cifras redondeadas. Además, un poco más de “uno de cada cuatro dólares que se exporta en manufacturas, es del sector automotriz” (es decir, el 27.3% del total de exportaciones manufactureras, para 2015; 73% de tales exportaciones del sector, van a EUA); iii) cuenta con plantas de fabricación y ensamble, de las más automatizadas del continente, e integradas internamente, ya que las plantas de vehículos ligeros, por ejemplo, procesan desde el ensamblado y el blindaje, hasta la fundición y el estampado de los vehículos y motores, es decir, una sólida cadena de suministro o de valor (son complejos productivos, ya no maquilas simples), mano de obra y personal técnico (ingenieros) de alta especialización; iv) su localización geográfica es inmejorable, ya que tiene frontera y atiende al mercado más grande del mundo (EUA), favorecida por los acuerdos regionales predominantes (TLCAN, etc.), es el 7º fabricante de vehículos en el mundo, primer fabricante de ellos en América Latina, cerró con 3.4 millones de unidades producidas, cifra récord en 2015; v) produce de manera directa, un millón de empleos al año, representa 3% del PIB y su balanza comercial a 2015 tiene un saldo favorable en cerca de $50,000 millones de USD. No hay un sector industrial con tal relevancia en México. Es decir, Trump golpea en el corazón de la estructura industrial mexicana, de su sector exportador industrial-manufacturero, al hacerlo objeto de renegociaciones o bloqueos diversos que rompan su dinámica actual, y al boicotear nuevas inversiones en México para este sector. Ya logró detener unos $2,000 millones de USD y potencialmente otros $4,000 millones.
Uni-lateralización de la estrategia actual incrementada en la lucha contra el crimen transnacional, al reforzar las medidas militares, provocarán dos efectos directos sustantivos: una mayor violencia en México que deberá incrementar los recursos financieros para las fuerzas federales en México, a costa del gasto social; y, ante las medidas anti-inmigrantes, y dado que una parte muy amplia de la inmigración ilegal la procesan los grupos de crimen transnacional, podemos esperar un costo social mayor en México, en la frontera norte del país, eventuales, campos de refugiados, que aumentarán la inestabilidad política y social en México.
Se anunció una visita a México para tratar el tema por parte del Secretario de Estado del gobierno de Trump, Rex Tillerson, en “las próximas semanas”, al igual que lo hará el Secretario de Seguridad Interior, John Kelly, en fecha indeterminada, pero pronto, probablemente coincidiendo la de ambos en una delegación de alto nivel. La diplomacia mexicana se está moviendo, pero, en particular John Kelly (12 de febrero): “habló de implementar, al sur de la frontera, un modelo de cooperación para combatir al narcotráfico similar al Plan Colombia, país calificado por el funcionario como el "aliado más cercano" de Estados Unidos en Latinoamérica, informó el 'Herald Tribune”.
Un “Plan México”, que no es otra cosa, que un Programa de Contrainsurgencia con la dirección de la inteligencia civil y militar de EUA, y con fuerzas de élite dentro de su territorio, como fue en Colombia (Ver http://rcci.net/globalizacion/2016/fg2655.htm) Hemos insistido (julio de 2015) en que se preparó en el último año de “gobierno2 de Felipe Calderón (2011) y se implementó el mismo en los primeros dos años del gobierno de EPN de manera camuflada bajo la cobertura social (como es propio de estas estrategias militares) de la “Cruzada Nacional Contra el Hambre”, el cual, al parecer, fue sustituido por un asistencialismo nato con manipulación política. Hoy se pretende revivirlo e implementarlo, clara y abiertamente, pero bajo el comando estadounidense en directo. (Ver http://rcci.net/globalizacion/2015/fg2096.htm)
Ataque a la economía fronteriza, por las medidas anti-inmigrante, y el bloqueo al comercio bilateral anunciadas, tal y como se pactó en el TLCAN, lo cual afectaría severamente la economía de los Estados fronterizos en sus principales ciudades: las ciudades regionalmente integradas de a ambos lados de la frontera, quienes se han integrado bajo la influencia de cuatro factores: el comercio, las manufacturas compartidas (maquilas), los servicios tradicionales (hoteles, restaurantes, etc.), y el comercio de ida y vuelta, todos, bajo un verdadero boom expansivo, que se tradujo en un reordenamiento económico, demográfico, territorial y cultural, que viene de lejos en sus inicios, pero que alcanzó su máximo nivel en las últimas dos décadas de vigencia del TLCAN.
Para algunos autores, esta integración interregional o inter-fronteriza, una de las más articuladas del mundo, ha conformado una especie de “tercera economía” que asume ya una dinámica propia, a pesar de sus fuertes disparidades. Es decir, la integración no suprimió las desigualdades entre ambas regiones, sino que las condujo a un estadio distinto, de profunda imbricación social.
Es un área geográfica que resiente severamente los vaivenes del ciclo económico entre ambas economías nacionales. Por ejemplo, el PIB de la frontera norte de México en 1993 era el 21.3% del PIB nacional, y en 2003 fue del 25%. Hoy se estima prácticamente del 30%. La maquila tuvo una década de expansión a una tasa de 20% anual promedio y ha dado empleo al 20% del sector manufacturero nacional, y la inversión extranjera en toda la zona suma el 30% del total nacional. (INEGI).
Los Estados fronterizos del norte de México han participado de manera importante en este proceso a partir de su incorporación a lo que ha sido, una gran expansión del comercio exterior mexicano en toda la frontera norte mexicana en el sur de EUA, lo cual incluye a cientos y miles de establecimientos mercantiles y empresas de mediana y grande estructura que tienen su asiento legal, tanto en el norte de México como en el centro del país, sin omitir que siempre ha habido en toda esa zona, relaciones comerciales, sociales y culturales entre los habitantes de ambos lados de la frontera, pero han llegado a un punto máximo ante el evento de integración fronterizo y trasfronterizo ocurrido recientemente, que modificó la estructura económica, demográfica y social de la región.
Pero también se dio el fenómeno de integración entre grandes ciudades –y contribuyó en gran forma a ello, lo antes dicho- en lo relativo a la producción manufacturera en y entre ciudades como Tijuana, Ciudad Juárez, Mexicali, Matamoros y Nogales, así como, el comercio con ciudades de EUA como San Diego, Calexico, Mac Allen, Los Ángeles, Trucson, Brownsville, El Paso, Eagle Pass. Sin embargo, al ser el proceso perfectamente localizado en lo regional, ha acentuado las diferencias con otras subregiones, no sólo del resto del país, sino del propio norte. Parte de ese “boom”, han sido “los cruces fronterizos” a pie y con vehículos privados, que crecieron a una tasa promedio del 3% anual, 30 % en 10 años, 60% en los 20 años hasta hoy transcurridos. Pero los cruces fronterizos en vehículos de carga comercial, lo hicieron al doble. Una verdadera explosión comercial pero asimétrica, nuevamente. (Mendoza, Jorge, http://codex.colmex.mx:8991/exlibris/aleph/, p. 522).
Ataques discursivos al peso mexicano: Trump desde que era candidato, en la recta final de la contienda electoral en EUA por la Presidencia, se dio cuenta que cada que efectuaba un ataque a México o anunciaba una nueva medida de esto que nosotros llamamos una “guerra económica contra México”, el peso se depreciaba significativamente en una sola jornada en el mercado de divisas mexicano, y lo hizo varias veces para provocar tales cambios súbitos en la cotización frente al USD, con efectos negativos en la economía mexicana, en sus flujos de importación (que son muy grandes), en el mercado bursátil, al grado que el gobierno mexicano tuvo que usar la venta masiva de USD como mecanismo de intervención y reducción del precio del peso frente al USD. Ejemplo: el triunfo de Donald Trump provocó en los dos días subsiguientes, una depreciación de 12.1%, llegando a $20.85 pesos por 1 USD; los índices bursátiles en pesos cayeron 7.2%, pero las cotizaciones en USD cayeron 17.3%. Hasta podríamos hablar de sobre-reacción de ambos mercados.
Sin embargo, hacia el 6 de Enero, y con los anuncios de construcción del muro, la cotización del peso llegó hasta $21.70 pesos por 1 USD. En general, desde que Trump ganó la Presidencia, el peso se depreció en 15%, ante las amenazas de cancelar el TLCAN y de tasar las remesas de mexicanos desde EUA. Aquí, ya no hay sobre-reacción de los mercados, sino, una inducción deliberada de afectación a la cotización del peso en el mercado cambiario. De manera que tenemos todo para suponer con fundamentos, que esta modalidad de ataque económico se ha consumado de igual manera más de una vez, calculando el efecto negativo, que puede causarse. Es parte entonces, de la guerra económica explícita contra México.
Un reporte del periódico El Financiero dice: “El monto de dólares con los que ha intervenido (se refieren a la dupla Banxico-Secretaría de Hacienda, JRY) es por primera vez en muchos años confidencial —la norma era entre 200 y 400 millones diarios— pero estimaciones en los mercados calculan que la cifra ofertada ronda los 1.000 millones de dólares.” (5 de Enero, 2017, sección Economía). Otros analistas hablan hasta de un total de 4,000 millones de USD usados en los últimos 60 días, para estabilizar el valor del peso frente al USD. Banxico no había vuelto a intervenir en el mercado cambiario dese febrero de 2016. Trump hizo “el milagro”.
Se ha afectado la Calificación Crediticia Mexicana: la empresa calificadora de deuda Fitch, desde sus funcionarios en México, estableció que el grado de solvencia o calificación otorgado a la deuda soberana mexicana se había afectado por varios factores, entre ellos, las medidas agresivas anunciadas por Donald Trump sobre la economía mexicana, ya que: “lo más preocupante, y por eso pone a México en perspectiva negativa, es la evolución de la deuda federal, la disminución en los pronósticos de crecimiento de la economía para 2016-2017, la llegada de Donald Trump, y qué tan proteccionista será, cómo y qué va a revisar del Tratado de Libre Comercio, su política migratoria y los rubros de corrupción y violencia”. (http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2016/12/12/se-reducira-deuda-en-2016-responde-hacienda-a-fitch)
No es el único factor de afectación, pero sí, el más importante mencionado desde el frente eterno, por lo que el impacto negativo de toda la andanada contra México, alcanzó ya también este importante rubro de las acciones mexicanas en el mercado de deuda internacional.
4.6 En conjunto, podemos apreciar que la guerra económica de Trump contra México, de concretarse tal y como la ha anunciado, en lo sustantivo, y en breve tiempo (el año actual, por ejemplo, aunque dicha condición podría modificarse), generaría desajustes macro y microeconómicos de gran envergadura y pérdidas multimillonarias (miles de millones de USD), que podrían desquiciar regionalmente a México, y dañar severamente su entorno macroeconómico. Y lo peor de todo, sin que tengamos capacidad de corto plazo para rehacer los procesos seriamente afectados. Allí está nuestra máxima problemática nacional, la incapacidad (relativa, nunca absoluta) de respuesta económica de corto plazo. Sin embargo, se puede reaccionar con fuerza.
5.- Dentro de este abanico de medidas hostiles, en el terreno estrictamente político, Trump ha formulado un ataque serio al ejército mexicano, ha dicho que es incapaz de acabar con el crimen transnacional (lo cual es cierto), pero viniendo de un Primer Mandatario extranjero, el ataque político es absolutamente inusual al tratarse de la institución armada más importante del Estado Mexicano, y omitiendo dolosamente e irresponsablemente, que en lo fundamental, lo que ha hecho el ejército mexicano se ha acordado con su similar en EUA, con el Departamento de Estado, y con los últimos cinco gobiernos en turno en EUA, más el NSC (National Security Council), que es, todo el aparato de inteligencia de EUA) y el entrenamiento de varios miles de militares, marinos y policías mexicanos en EUA. Y respecto de la cooperación de México en la “guerra contra las drogas y las organizaciones criminales” (que le ha costado a México casi 200,000 muertos y ha sido un gran negocio para los comerciantes de armas estadounidenses), sobre todo ello, ha dicho que “no necesita a México” y que estaría dispuesto a enviar tropas de EUA directamente para combatir a las organizaciones criminales (sin mayores precisiones). (Información de prensa sobre la conversación telefónica entre Donald Trump y Enrique Peña Nieto, https://es-us.noticias.yahoo.com/pena-nieto-reganado-y-humillado-por-trump-en-llamada-telefonica-224908063.html)
Hay indicios entonces, como mencionamos antes, de que D. Trump pretende hacer unilateral el combate a la criminalidad transnacional asentada en México (hasta hoy, la ideología, la inteligencia, la táctica y la estrategia han sido casi-totalmente de EUA, pero las acciones, coordinadas y conjuntas en muchos casos, con un margen propio pára las fuerzas federales mexicanas), pero, según las declaraciones del Secretario de la Defensa John Kelly, bajo un esquema contrainsurgente, para derrotar a las organizaciones criminales estrechamente vinculada a organizaciones en EUA (ramificaciones mexicanas, pero también, otras de orden autónomo, extranjeras y estadounidenses), lo que presagia para México un nivel de violencia mayor en nuestras fronteras, seguramente, con incidentes fronterizos, que esperamos no sean graves, pero que pueden incubar una provocación para México de alcances indeterminados.
Todo ello, conforma un cuadro grave, una crisis mayor en las relaciones diplomáticas y de asociación entre México-EUA que pone en riesgo el conjunto de los mecanismos de cooperación, asociación, alianza y acción conjunta entre ambos Estados y gobiernos (del actual y los anteriores en los últimos 30 años). En suma, la propia integración.
Obsérvese, cómo en los distintos casos abordados de la guerra económica y la inestabilidad socio-política inducida contra México, está presente un factor sustantivo: escalar en la actual desestabilización del régimen político, de la macroeconomía, de la sociedad y del propio Estado mexicano desde el exterior. Se trata entonces, de una clara amenaza (no un riesgo) a la Seguridad Nacional recién posicionada como tal, y no prevista en la Agenda Nacional de Riesgos, en la cual tendrá que integrarse como evento central para el año que corre, 2017.
5.- Dos Procesos Integradores Adicionales en Curso Inicial.
Son dos los procesos integradores ya consolidados (económico y en política de seguridad) y dos en su fase primaria, éstos últimos son los siguientes:
5.1.- La Integración Energética: la última reforma constitucional al sector energético (2014-2015), que permitió abrirlo totalmente a la inversión privada extranjera y nacional (distintas fuentes de prensa y otras internacionales afirman que se procesó en las oficinas del Departamento de Estado a cargo, entonces, de Hillary Clinton¡¡¡), y que ha reducido muy considerablemente el rol estratégico de dicho sector en manos del Estado dentro de la economía nacional, y respecto de las fortalezas del propio Estado Mexicano, de las capacidades nacionales para el desarrollo con márgenes importantes de independencia, de su Soberanía, etc., abrió también la posibilidad material de concretar una demanda añeja del gobierno y las corporaciones petroleras estadounidenses: lograr la integración de la región energética de América del Norte, complementada con los ricos yacimientos energéticos y las grandes corporaciones de Canadá, evidentemente, bajo la supremacía de las corporaciones energéticas globales de EUA, dentro de cuya triada, la parte más débil es México, su sector, su industria, frente a tales condiciones. (http://rcci.net/globalizacion/2014/fg1914.htm)
La guerra económica, la virulencia de los ataques políticos contra México, sus instituciones y economía, sus proyecciones al futuro, no significan la renuncia a los objetivos de integración energética y militar, porque son de gran alcance para EUA de cara a la compleja transición mundial energética, estratégica y de seguridad hemisférica, determinante también, en la conformación del nuevo Orden Global del siglo XXI, sino que pretende hacerse con un Estado Mexicano, con un gobierno en turno (este y el siguiente) bajo condiciones de una mayor debilidad a la actual, de mayor sometimiento, no en calidad de socio activo con intereses propios, sino bajo un mandato hegemónico de absorción soberana.
5.2- La Integración Militar: el caso de la integración militar, por razones históricas, es más inicial, a partir del manejo conceptual intensivo en el Pentágono, y de los mecanismos de “cooperación” que abrió el ASPAN, que incluyen el manejo del concepto de “seguridad militar regional ante las nuevas amenazas globales”, siendo ya una conceptualización aceptada en lo fundamental por la élite del ejército mexicano, podemos prever que pretende impulsarse por EUA: a) desconociendo el rol del ejército mexicano en las relaciones bilaterales, su cooperación en los objetivos de la seguridad nacional de los EUA a un muy alto costo interno, pero, b) también, desprestigiándolo como un cuerpo armado ineficiente, inútil para la tarea asignada, poco digno de consideración, cuyo rol real debe ser, entonces y como consecuencia, el sometimiento completo a las fuerzas armadas de los EUA, que sí están aptas para la tarea de exterminio de las organizaciones criminales, para resguardar adecuadamente la frontera sur de EUA, así como para cualquier otro desafío, aunque la experiencia histórica más reciente no acredite dicho supuesto o afirmación (Irak, Afganistán, Siria, y sobre todo, la lucha contra los cárteles de la droga y el lavado de dinero en Colombia con la completa dirección y estrategias formuladas por la inteligencia civil y militar de EUA, más las tropas de élite allí desplegadas). (http://rcci.net/globalizacion/2015/fg1974.htm)
En días recientes, el secretario de Defensa del gobierno de Donald Trump, James N. Mattis, habló telefónicamente con su similar de México, general Salvador Cienfuegos, y con el Secretario de Marina mexicano, Almirante Vidal Soberón, en cuya conversación: “Mattis enfatizó el compromiso bilateral para fortalecer la relación de defensa y mejorar la relación en áreas de interés mutuo”, según comunicado de prensa de la secretaría de la defensa de México. Reveladora de las prioridades de EUA y su enfoque respecto a las fuerzas militares mexicanas. (Periódico Milenio, 7 de Febrero, 2017).
6.- Contraofensiva de Corto Plazo:
Hay distintos analistas que después de leer el libro de Donald Trump sobre modelos de negociación (esto lo sugirió también Carlos Slim en su conferencia de prensa), consideran que toda esta andanada hacia México, son pasos tácticos dentro de una estrategia de debilitamiento de su interlocutor, el gobierno mexicano, tomando posiciones de ventaja para futuras negociaciones.
Pero mientras no se den acciones claras de reversión de lo que en conjunto conforma una clara estrategia desestabilizadora de base económica desde un gobierno extranjero, tenemos que considerarla como lo que es, sin mayores especulaciones, por lo que pensamos que medidas básicas como las siguientes conformarían una reacción ordenada y abarcadora de corto plazo, como parte de una discusión mayor:
a) Preparar la defensa jurídica de todos aquellos compromisos que los especialistas consideren se tratan de violar arbitrariamente: derechos humanos de inmigrantes, de residentes legales, de viajeros con visa, acuerdos económicos, etc., ante instancias bilaterales (en EUA), trilaterales (paneles de arbitraje del TLCAN) y multilaterales (OMC, ONU derechos humanos)
b) Preparar una denuncia en la ONU por esta guerra económica declarada que quebrantaría severamente la economía nacional y desestabilizaría al Estado mexicano desde un gobierno extranjero.
c) Tomar las medidas de represalia diplomática que prudentemente sean posibles, ante los primeros actos de deportación arbitraria.
d) Integrar con los más amplios consensos nacionales posibles, un Programa Interno de Emergencia Económica y Humana, que comprenda:
Reforzar la Red Consular en Defensa de inmigrantes, residentes y viajeros a EUA.
Un Plan de Empleo Transitorio para mejor manejar la coyuntura (como fue el caso de la reversión a la liberación del precio de la gasolina) mediante reasignaciones presupuestales.
Un Plan de Apoyos para Pymes, en la orientación de reforzar su oferta de empleo.
Discutir una nueva estrategia de seguridad en la lucha contra el crimen transnacional, que reoriente todos los esfuerzos del Estado en la materia.
Reforzar la interacción del Ejecutivo y el Senado en materia de la política exterior con relación a este conflicto.
Consultas inmediatas a países del TLCUE, de la Asociación Económica con Japón, de los Acuerdos de Asociación Estratégica con China, India y Rusia (ofreció ya oficialmente, comprar 300,000 toneladas de carne, que es toda la exportación de México en un año, y se interesa por vendernos trigo, que hoy proviene de EUA) para determinar medidas de corto plazo y de profundización en la cooperación económica, el comercio y la inversión en sectores clave de nuestro país.
Entrar a un proceso de discusión final, conclusivo, sobre la posible reforma monetaria en México que incluya la circulación corriente y en paralelo al dinero fiduciario, del peso de plata, como una medida defensiva de fondo ante los shocks externos recurrentes que pueden estar por venir, y generando un respaldo sólido en valor metálico a toda nuestra macroeconomía ante una guerra declarada.
7.- Si estos no fueran los términos precisos de la agenda inmediata de México, gobierno-sociedad, entonces definámosla, lo que no podemos es seguir en la banalidad de los llamados abstractos a la unidad nacional, sin contenidos y sin roles específicos, pero sobre todo, sin movilizaciones masivas que demuestran la fortaleza de la Nación mexicana ante un adversario atrabiliario, prepotente e hipócrita, que tuvo ya su primer revés importante desde su propio sistema jurídico: el Departamento de Estado restauró las visas canceladas a ciudadanos de siete países, de mayoría musulmana, luego de que un juez federal de Seattle suspendiera el veto migratorio impuesto por el Presidente Donald Trump. (Periódico Reforma, 4 de Febrero, 2017).
Cierto que allá funcionan los contrapesos y las autonomías institucionales, pero es más cierto que ese no puede ser nuestro anclaje defensivo-ofensivo central.
En suma: nos propusimos aquí, dar cuenta de una tendencia, de un proceso que integra diversos actos y hechos en su desarrollo inicial. Como todo fenómeno social, puede avanzar o detenerse, profundizarse o revertirse, con diferentes impactos en el Orden Bilateral México-EUA, y nos propusimos de igual manera, conceptualizarlo desde una óptica analítica cualitativa, a partir de un proceso histórico y de ciertas magnitudes cuantitativas. Veremos su curso próximo.
10 Febrero, 2017.
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