Los 100 personajes más influyentes de Chile

José Bengoa(*)

La revista Qué Pasa publicó hace unas semanas un listado con los "Cien personajes más influyentes de Chile". Creo de interés preguntarse por la "idea de influencia" que ha tenido esa revista para incluir a esas cien personas. Esa reflexión nos puede decir algo de la imagen de país que algunos medios de comunicación tienen y que quizá mucha gente comparte.

1. Influir es un concepto complejo que se refiere a convencer y "provocar una adhesión interna y libre" para la realización de determinadas acciones, ideas u opiniones. El Diccionario de la Real Academia lo define como "producir unas cosas sobre otras ciertos efectos", y agrega poéticamente, como el hierro sobre la aguja imantada, la luz sobre la vegetación".

La influencia es pariente de la persuasión, de la "fuerza moral" ("Aprehensión o juicio que se forma en función de un fundamento", Real Academia). Como es evidente, influir es diferente a mandar, ordenar, obligar o imponer. Por ejemplo, el general Izurieta, uno de los 100 influyentes de la lista, no influye en su tropa, la manda.

Por tanto uno podría preguntarse si esas cien personas son las que más influyen en un sentido de proponer ideas atractivas que persuadan o convenzan a la ciudadanía o que son las personas que simplemente detentan el poder y que lo utilizan para influir en el sentido de imponer u obligar a la ciudadanía a seguir sus propios criterios sobre los asuntos del país.

2. De los cien escogidos, 46 pareciera que están allí por ser millonarios, ricos empresarios, abogados de instituciones o han logrado hacer grandes negocios. "Fortune" y otras prestigiosas revistas, realizan todos los años listados de empresarios exitosos, basados en sus ingresos o capacidades. Nunca se le ocurriría decir que esas personas son "influyentes", ya que temen justificadamente señalar que esas personas fuesen el origen de la corrupción: el "fundamento" de su capacidad de persuadir sería evidentemente el dinero.

Si esas 46 personas fuesen las más influyentes de Chile, deberíamos convenir que hemos arribado a un tipo de República plutocrática donde el poder del dinero actúa en todos los ámbitos sociales, influyendo, "como el sol sobre la vegetación", sin contrapeso sobre las ideas y la vida de las personas. ¿De qué otra manera me pueden influir por ejemplo, las tres personas de apellido Luksic que aparecen en el listado si no es por su dinero?

No he leído nunca nada escrito por ellos, ni les he escuchado hablar temas que pudiesen influir en mi pensamiento y en mi acción. Yo, como muchos, respeto sus negocios, respeto su poder económico, consumo probablemente sus tallarines, pero eso no me "influye" más que en el aumento del peso de mi cuerpo. Cualquier influencia que ejercieran en la política del país sería sin duda muy compleja y peligrosa. No sé si ellos, incluso, estarían de acuerdo en catalogarse como influyentes.

3. La política ha sido tradicionalmente un espacio de real influencia sobre las ideas y conductas de la población. Hay 38 personas que son funcionarios de gobierno, parlamentarios y semejantes. Tienen por obligación de su cargo mandar, administrar el Estado. Si lo hacen bien, por cierto, influyen. Si dan sus ideas sobre lo que debe ser el país, actividad política esencial, influyen también. Como es bien sabido, esa influencia es limitada.

La política y los políticos no están en los primeros niveles de credibilidad de las personas comunes y corrientes y menos de los jóvenes. En la lista hay personas influyentes en el buen sentido de la palabra y otras cuyo pensamiento no es conocido públicamente y solamente tienen poder, circunstancial, en la medida que ocupan cargos administrativos.

Sería bueno saber cuán influyentes son, ya que existe el temor de que en el país se esté ante una situación denominada como "tráfico de influencias". Si uno de estos 38 personajes influyentes, influye en el nombramiento de un amigo en la administración pública, o en la decisión acerca de una licitación o cosas parecidas, estamos ante una situación diferente a la poética idea del sol cultivando las plantas que nos da el Diccionario de la Real Academia de la Lengua.

4. Hasta aquí la lista es contundente, 38 políticos y 46 empresarios y ad láteres. 84 personajes en total. Un país más claro que el agua, podría decir alguien con solapado sentido crítico. Sin embargo el análisis se complica al mirar con más atención a los personajes. La lista es una buena expresión de masculinidad o incluso misoginia. Sus autores deberían hacer "un curso de género" a lo menos por correspondencia.

De los 100 influyentes, hay solamente cuatro mujeres influyentes, una por ser la señora del presidente de la República y las otras tres porque son, sin duda, muy influyentes: Soledad Alvear, Clara Szcsaransky y Gladys Marín. Es una interesante muestra del masculino y plutocrático país. Chile es uno de los países latinoamericanos con menor participación de mujeres en la política y en los negocios. Podríamos agregar, de jóvenes también.

5. Aparecen cinco figuras religiosas influyentes y concuerdo que sí lo son, en diversos tonos y medidas. El nuevo obispo de Santiago ha hecho declaraciones que han influido legítimamente en muchas personas, recién asumido su cargo. Hay un científico en la lista, y según señala el texto, ha sido colocado en la lista por su capacidad de "influir" en los empresarios para la obtención de fondos; un rector de Universidad, 3 personas ligadas a la televisión, de las cuales Don Francisco, una de ellas, fue sin duda una persona muy influyente años atrás. El Chino Ríos y Bam Bam que seguramente influyen en el comportamiento de algunos sectores juveniles, razón por la cual los noticieros de la televisión chilena les dedican diariamente exagerados minutos que influyen negativamente en muchos de nosotros.

6. No hay en esta dilatada lista ningún escritor, pensador, intelectual, cineasta, artista, músico culto, serio o popular, en fin, no aparece ninguna persona ligada a las actividades que normalmente suelen influir en el mediano y largo plazo de las sociedades, esto es, la cultura. (De manera suave y profunda, como el hierro al imán o el sol a las plantas).

No hay un educador, un profesor, un maestro entre los influyentes. Uno queda boquiabierto frente a este desierto que vive la sociedad chilena de fines del siglo. Podrían a lo menos haberse acordado de Tomás Moulian que ha vendido cantidades de libros durante el año y creo que algo ha influenciado a muchos chilenos; influido en el sentido propio del término y no en el ejercicio coercitivo del poder. Esta ausencia es un grito terrorífico acerca de lo que ciertos sectores creen que está pasando en nuestro país. Muestra una ceguera "autocomplaciente" fenomenal.

7. La "Qué Pasa List" entrega una imagen de la sociedad que se está construyendo, sustentada en el "poder influyente" del dinero, en ese poder relacionado además con la política, poder a secas, y en la ausencia de la cultura y las ideas como fuente de influencia social.

En Santiago unos años más, habrá que erigir estatuas (autoerigidas y autofinanciadas por cierto) a esos 48 hombres ricos, a sus amanuenses, abogados, publicistas, y otros "hombres públicos influenciados" cuya "influencia" pareciera, según estas imágenes, haber sido decisiva para la construcción del país en estos últimos años. A ese conjunto estatuario se le podría denominar el "Obelisco de los poderes fácticos". Expresión ambigua y simbólica de la época.


PD: Desde hace unas semanas ha estado circulando este opúsculo entre amigos, estudiantes y otros mundos allegados. Se han recibido numerosas cartas de concordancia, que agregan más pelos a la sopa. Se aprecia mucho el intercambio. Fue enviado a la revista Qué Pasa hace un mes. No ha sido publicado. Vivimos hoy un período extraño en la historia de la llamada "Libertad de Prensa".

Si se analiza la historia de la prensa escrita en Chile, veremos que salvo pocos y cortos períodos, el resto del tiempo ha habido diarios y revistas de diferentes expresiones ideológicas. Es válida esta aseveración tanto para el siglo diecinueve como para todo el siglo veinte. Convivía el viejo Mercurio con el Clarín, El Siglo y numerosos diarios proclives a la derecha, al gobierno de turno o a las diversas oposiciones.

Incluso durante la "dictadura", salvo en sus primeros años, también hubo revistas y diarios de oposición, cuidadosa, tímida o como se quiera, pero los hubo. Desde hace un tiempo la prensa escrita en Chile, en cambio, expresa sólo una opinión. Dice lo que quiere. Pone las agendas, marca las discusiones, levanta y aplasta, no hay opiniones diversas.

Si alguien quiere contra-decir o mirar las cosas desde otro lado, debe tener no un "diario amigo" sino "un amigo en un diario". Se han transformado en los "emisarios de los poderes fácticos". No hay nada más anti democrático que esta situación. Las grandes mayorías del país, no tiene dónde expresarse, son controladas por una agenda elaborada desde "las sombras de los influyentes". Por eso es bueno comenzar a utilizar el Internet y las redes in-censurables para expresar opiniones un poco críticas y por tanto un poco, también, democráticas. Vale. JB.

 

(*) El autor es profesor de antropología de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.

Fuente: Revista Punto Final

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