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OTAN-- ¿expansión o golpe de estado global?

Federico García Morales

"Es mi intención forzar mi entrada a Yugoslavia... y aniquilar al ejército yugoslavo". (Adolf Hitler al Gral. Jodl, Jefe de Operaciones del Estado Mayor de la OKW, marzo de 1941.)

El ataque a Yugoslavia no tiene objetivos tan simples como los que suele declarar Clinton, con su voz quejumbrosa. Podemos decir que:

  1. El sector imperialista americano ha captado la situación como la del momento óptimo para hacer uso del expediente de guerra para reenderezar el ciclo económico negativo, y así, producir simultáneamente dos resultados largamente deseados: uno, someter la Unidad Europea al control económico, político y militar de los EEUU; y dos, definir la hegemonía de los países de la OTAN (bajo dirección de EEUU) sobre los territorios de Asia Central y de la antigua URSS. Véase: http://www.rcci.net/globalizacion/fg077.htm
  2. El ataque de la OTAN sobre Yugoslavia, también da sobre un objetivo que queda en la penumbra, y es ese el hundimiento de la Organización de las Naciones Unidas, que viene a ser substituida en adelante por la OTAN, con su más claro sentido militar e imperial, pero que ahora asume labores económicas y administrativas. Y que se pone al servicio de la visión imperial de la Globalización, en donde ya no se cumple solamente la agenda de las grandes transnacionales, sino que se refunda el Estado Imperial mundial.

Se puede observar que luego del ataque, se produce la integración a la OTAN de todo un nuevo círculo de países. Y se hace ver que ahora la línea es integrarse a la Alianza o perecer. Esta unión es capaz por si de redefinir sus objetivos y de dictar las cláusulas de acatamiento a los que deben obedecer. Hasta ahora, esta Organización, que por sus actos se puso al margen de la Carta de la ONU, y que es por tanto una organización criminal, impone su nueva ley como ley del "nuevo orden mundial", a partir de extrañas situaciones de unanimidad en su Consejo General, que permiten apreciar la presencia de coacciones o relaciones jurales o de dependencia entre sus miembros, como es frecuente en las organizaciones mafiosas.

La pretension de la OTAN de asumir labores administrativas y de establecer "protectorados" en las zonas a que entre a dominar, habla por si misma. Pero sus intenciones también pueden encontrar portavoces autorizados, como en el caso de la Srta. Albright que en Diciembre pasado llegó a adelantar que actualmente y en adelante el papel de los EEUU y de la OTAN es controlar lo que ocurra hacia el interior de la antigua URSS. Y se habla ya de una especie de "visión" que la OTAN tendría respecto al próximo siglo--que llega en algunos meses.

Este siglo empezaría con la puesta en marcha de la OTAN por los EEUU, de una OTAN reformada en sus objetivos y estrategias y seguiría con la paulatina otanización del Este Europeo, del Asia Central, y una lenta disolución de las oposiciones (léase Japón y China) en el Oriente.

Los territorios africanos--sujetos a una fuerte desintegración y limpieza etnica en la primera década-- serían sujetos a una recolonización y al reparto de sus riquezas. Algo parecido sería el destino de América Latina, entre la preponderancia de intereses españoles en franca reinstalación,en el caso de América del Sur, y la reforzada entrada de los EEUU en el reparto globalizante de México,Brasil y América Central.

Naturalmente, la otanización del mundo se realizaría aplastando todo movimiento de independencia mediante expeditas operaciones humanitarias de la Alianza. ¿Cuántas veces en ese proceso el mundo estará enfrentándose a riesgos nucleares? Ya hay en la esquina asomado uno. ¿A qué costo de destrucciones materiales habrá de enderezarse la construcción del "nuevo orden"? En Yugoslavia, ya se ve.

El gran golpe de estado, le grand coup d'état , está ocurriendo bajo nuestros ojos. Se está dando un enorme traslado de poderes. Se está consolidando una maquinaria ajena completamente a todo escrutinio democrático, con capacidades normativas y dictatoriales como no se conoció nunca antes. La OTAN se ha constituído en un Moloch autoritario, armado, arbitrario, en donde las caracteristicas militares del artefacto vienen a engrandecer precisamente las lineas de obediencia, en primer lugar del Pentágono y del Presidente de EEUU, que por sus maneras de ser, se ve llegar como un nuevo Calígula.

Podemos apreciar la habilidad con que se preparó el Golpe. Unos años antes, no habría sido posible. Se da casi en el vacío: cuando no hay nadie que pudiera oponérsele. Cuando los grupos socialistas europeos se han convertido en una nueva derecha de fin de siglo; cuando los viejos comunistas se dan de codazos para acceder a la condición de jóvenes burgueses; cuando los movimientos nacionales se han fracturado en complejidades étnicas; cuando la izquierda intelectual ha retrocedido al discurso de la caverna; cuando no existen oposiciones que no puedan vencerse o comprarse entre los múltiples participantes en el mercado, como se muestra en el caso de Rusia, en donde los aparatchiks renovados están todos dispuestos a vender su herencia por un plato de lentejas.

 

Este "Gran Juego", tiene todo el aspecto de un gran "Golpe de Estado", que esta vez interesa a muchas sociedades y grandes masas continentales.

LA DOCTRINA DE LA "EXPANSION DE LA OTAN"

La OTAN parecia un artefacto inservible después del fin de la Guerra Fria. Hasta se llegó a suponer que existiria una lógica que ordenaba que tras la disolución del Pacto de Varsovia y el comienzo del desguace de la armada soviética, la OTAN debería experimentar el mismo destino. Sin embargo no fue asi: quédamente ocupó por un tiempo un lugar en la panoplia de la Casa Blanca, y poco a poco se fue entregando a una actividad solapada de planificación de su existencia para...el próximo milenio. En el mismo proceso de disolución de la URSS desarrolla una actividad de inteligencia y luego de sostenedora del montaje de las nuevas estructuras del "cambio", adjudicándose funciones de vigilante. Mantuvo en esto últimos años una gran convocatoria hacia los sectores que se turnaban en los gobiernos de los países afiliados a la Alianza, como también con los aparatos financieros internacionales involucrados en los trabajos de la frontera oriental.

Al poco tiempo surgieron seminarios internacionales en donde, por iniciativa del Departamento de Estado se pone como tema la posibilidad de una "expansión" de la Alianza. Al fin y al cabo, se argüia, el Tratado del Atlántico Norte había ido creciendo durante los tiempos de la Guerra Fría: había aceptado a Alemania, a España...etc. Y ahora, se venía a revelar como un instrumento de seguridad a futuro, que para su buen desempeño bien haría en acoplarse a aquellos paises que tuvieran virtudes estratégicas consieradas como cardinales. Al parecer, en las descripciones que se formulaban hacia los años 1995-6, eran importantes aquellos países que pudieran originar una marcha hacia el Este. Que pudieran garantizar las operaciones de ingreso al libre mercado de vastas regiones antes sujetas a la influencia rusa. Rusia --pontificaba Kissinger-- era por lo demás un país con "una innata tendencia hacia el imperialismo". Y había que contenerla.

De un modo inadvertido, la concepción expansionista de la OTAN mantenía en su seno las obsesiones de la guerra fría.

Inevitablemente, a medida que se fue desplegando la nueva doctrina, se fue fusionando con las concepciones sobre "el nuevo orden" , y llegan a conformar un sistema mental compartido por estadistas, burócratas y militares vinculados a este organismo que en los últimos años, sobre todo después de la Guerra del Golfo, ya desplaza un vasto tonelaje de ambiciones y proyectos. Durante los años de Clinton, buena parte de la administración central se convierte al otanismo, y llegan a tener sus principales portavoces en exsecretarios de Estado, en la actual Secretaria Albright, en gruesa parte del Senado y de los representantes, estos últimos convocados a intensas discusiones en torno a la expansión y las nuevas estrategias de dominación mundial.

Hubo también opositores a estas ideas, como fue el caso de la nieta de Eisenhower, Susan, del Centro de Estudios Políticos y Estratégicos, que llegó a manifestar en marzo de 1998,en una declaración ante la comisión de defensa del Senado, muchas objeciones al proyecto expansionista, sobre todo en función de la posible agravación del conflicto a que podía arrastrar esta inauguración militarista del "nuevo orden", ya que se proponía en una actitud demasiado agresiva hacia los miembros de la CEI (Comunidad de Estados Independientes).

Los sectores del establecimiento militar-industrial, eran sin embargo de otra opinión: ellos se habían apoyado en la OTAN durante la guerra fría; habían obtenido grandes beneficios de la expansión militarista desde la Guerra de Corea en adelante, y ahora, en medio de una de las grandes crisis, empujaron nuevos proyectos de recuperación basados en la expansión de la industria de armamentos y en el crecimiento de los gastos de Defensa. Las principales empresas de armamentos, de hecho se fueron convirtiendo en los "sponsors" de las actividades y del crecimiento de la influencia de la OTAN.

Es así como desde fines de 1995, se da por hecho , con el apoyo irrestricto del circulo militarista americano, que la OTAN estaba llamada a transformarse cualitativamente, mediante su expansión, en el instrumento de una audaz maniobra que habría de colocar a los EEUU realmente como el actor principal, el dómine del "nuevo orden", que debía afirmarse como un orden monopolar. En ese entonces, se veía escurrir la competencia de Asia y de Europa, y comenzaba a apreciarse el fracaso del intento capitalista en Rusia. Desde el 98, la carta otanista viene a verse como el recurso único de EEUU para establecer su hegemonía frente a la Comunidad Europea, en el momento preciso en donde el debilitamiento de Japón, lo dejaba también como fuerza dominante en el Oriente, frente a una China que trataba de acomodarse en un camino "ruso". A fines del 98, EEUU percibe que tiene el tiempo contado, y que debe asegurar su situación de refugio del capital mundial que podía ser muy transitoria.

La expansión de la OTAN, ya para entonces podía asegurarse con el rápido ingreso de Polonia, Eslovaquia, Hungría, y la eventual llegada de otros retazos de la antigua URSS. (El Báltico, Ukrania y el Caspio). Ese avance no podía ser sólo avance en el papel. Como se daban las condiciones, debía ser un movimiento con todos los ruidos de una maquinaria bélica muy real, porque se trataba también de doblegar voluntades, oposiciones, la posibilidad de alianzas adversarias de última hora. Porque la expansión de la OTAN significaba en directo un jaque a la Federación rusa. El Secretrario de Defensa Cohen, manifestaba en 1998, todavía algunas reservas con respecto a los riesgos de una expansión demasiado rápida..

La oportunidad casi ceremonial para este bautismo de fuego, de una organización que debería inevitablemente entrar a disputarle su lugar, ahora como encarnación del nuevo orden, a las Naciones Unidas, la proporcionó el conflicto de los Balcanes, en donde ya los países de la OTAN habían estado mezclados. Existía también una coincidencia con la celebración de su 50 Aniversario y con eso, la llegada de los nuevos candidatos a la membrecia, que debían ser muchos, ya que la OTAN debería ser de ahora en adelante el paragua protector para una salida a flote del ciclo económico, el conquistador de espacios inimaginables para la inversión, y el resguardo, la Santa Alianza resucitada, frente al espectro de futuras revoluciones. Y asi fue que para las ceremonias de abril de 1999, la OTAN procedió a revelar al mundo lo que ya estaba haciendo: "el nacimiento de un nuevo concepto estratégico" que ya no estaba limitado por la oposición de Rusia, sino que se desplegaba como un sistema de seguridad global. Pero el nacimiento de este nuevo "concepto" involucraba un golpe de estado global, el primero de la historia. Quizás al intento.

LOS PROCEDIMIENTOS DE UN GOLPE GLOBAL

Se sabe que entre los miembros de la OTAN se discutió si todavía la ONU podría ser instrumentalizada, y que a sugerencia de los EEUU se prefirió dejarla ya de lado en la operación contra Yugoslavia. Es que aquí confluían demasiados proyectos, que ya no se podían encaminar a través de la " antigua" organización internacional. El golpe en los Balcanes, reorganizaba completamente la carta geoestratégica . Por un lado desbalanceaba la situación que antes había limitado la importancia de Turquía, por otra parte ponía en acción dispositivos de atracción de países balcánicos , como Bulgaria, o del Este (ahora integrados a la OTAN) hacia la orbita americana. Definía la disputa petrolera sobre el Cáucaso que venía arrastrándose desde hacia ya varios años, a favor de los miembros de la OTAN, particularmente de las compañías trasnacionales americanas. Rompía los enlaces entre la Federación Rusa y los otros miembros de la CEI, y establecía con el desplazamiento definitivo de Rusia ,a EEUU como la potencia dominante en el Medio Oriente y en Asia Central, en directo y sobre todos sus recursos. Esta situación tan compleja, y que además exigía de la presencia del núcleo de acero del "nuevo orden", no podía ser compartida con una ONU debilitada y todavía pluralista, en donde pesaba el poder de veto de Rusia y de China. Además era demasiado una organización"civil", sujeta a consensos que necesariamente se debían negociar. La OTAN, en cambio, se había desarrollado sobre otro reglamento, militar o mafioso.

Avanzar sin la ONU en un aspecto tan delicado como el lanzamiento de una guerra "ilegal", no autorizada por el Consejo, traía como consecuencia la abolición de facto del ordenamiento legal internacional. Pero, como en las revoluciones, eso sería sólo pasajero, ya que el "nuevo orden" vendría en algún momento a imperar sin cotrapesos.

El pacto cerrado entre los EEUU y todos los gobiernos de la Comunidad Europea, que por razones que todavía no están claras, accedieron a entregar todo el poder a los EEUU en el despliegue de este gran movimiento, que los pone en dificiles situaciones frente a sus pueblos y a sus propios proyectos de hace poco, de suyo parecía encaminado a proveer tales fuerzas, de tan imponente manera, que su fracaso sólo podría ser atribuible como en el fracaso de "la gran Armada" felipeña, a cosas del acaso.

El movimiento, confiadamente echaba a un lado a todo el resto de la comunidad internacional, que pasmada debía presenciar pasivamente cómo despedazaban a un pequeño país o le imponían las condiciones del "nuevo orden". Una pasividad que luego sería seguida por la colaboración y el sometimiento.

El movimiento también debía cuidar la neutralidad o la confusión de Rusia y de China y a eso se empeñó un intenso trabajo diplomático y de chantage. EEUU contaba al respecto con todo un trabajo de aliniamiento ya adelantado entre las cúpulas del sistema de la CEI. Confiaba también en que China continuaría manteniendo distancia con respecto a los problemas "tan lejanos" del Este europeo y de Asia Central, a cambio de concesiones a nivel de mercado, o nuevas expectativas taiwanesas. También depositaba alli una gran ocnfianza en las "fuerzas de la transición" y en la debilidad de las corrientes revolucionarias. Pero muchas de estas presunciones tenían el riesgo de ser sólo evaluaciones superficiales.

Fue así como desde los primeros bombardeos sobre Yugoslavia a fines de marzo, la OTAN se alza de pronto como ejecutora de un golpe de estado global. Y en sus discursos, sus representantes hacen uso de una gradación de expresiones que van desde la hipocresía infinita e increíble de Clinton a la altanería bufonesca e hitleriana de Solana, Clark, Blair y Shea. En algunos momentos sienten que tienen el mundo en sus manos, y otras que la presa es demasiado grande. El golpe global debe ser efectivo y producir el sometimiento del mundo: una tarea demasiado grande, que encamina a conflictos mayores o a una cadena de conflictos. Lo que quiere decir, que los proponentes de la seguridad global han atraído lo contrario: inseguridad global, en primer lugar para su propio proyecto. Muy rápidamente su propio discurso trató de vender la posibilidad de una guerra europea y hasta de una guerra mundial a una sociedad que todavía no salía de su asombro.El golpe global es una aventura, y contiene--esto ya lo dijimos antes-- una dimensión de desastre.

JUEGOS DE GUERRA

La guerra se realiza de partida, sobre los lineamientos que hacen fértiles los mejores deseos de los inversionistas en materia de armamento. Se utiliza nuevamente todo el material que debe exponerse para ser comprado por los propios miembros de la OTAN, y las reservas que quedan de otras guerras. A lo largo de un mes de bombardeos, se han hecho explotar decenas de miles de toneladas de explosivos. Los costos de la guerra se estiman ya en decenas de miles de millones de dólares. El grueso de la campaña la desarrollan los americanos, al fin y al cabo, son los jefes de la misma.

El general Clark, comandante de toda la mesnada (o quizás el supuesto socialista Solana), calcan los planes de campaña de Hitler de abril de 1941. Ya Goering había empleado como primera arma a la Luftwaffe. Para después vendría la invasión terrestre, desde varios lugares, según lo habían planeado también los mariscales hitlerianos. Como ellos buscaron el ingreso por Hungría, por Croacia, por Bulgaria. En la copia de cómo ocurrieron las cosas hace más de medio siglo, las tropas de Clark/Solana deberían haber llegado al propio Acrópolis en un par de semanas.

Y no ocurrió asi. Lo que llevó a un debate, o pseudodebate sobre lo que no pasa cuando no se comprometen fuerzas de tierra (y aquí se olvidan los nuevos estrategas que cuando Hitler comprometió fuerzas de tierra, debió dejarlas en Yugoslavia para ser derrotadas por las guerrillas de Tito). Es un pseudo debate este, pues desde el principio de la operación esas fuerzas de tierra estaban consideradas. Sólo que las astucias del mando necesitaban desarrollar una estrategia paralela para convencer a todos los pueblos del planeta que debían irse a morir a los Balcanes. El grave problema de los capitanes de la OTAN ha sido el surgimiento de una creciente oposición no sólo al envío de tropas para acciones de tierra, sino a la guerra misma. Y se han debido entregar a una retórica de mercado para vender la idea: "las guerras se hacen para ganarlas"(sobre todo cuando se inician, aunque la historia militar enseña que las que las inician en la mayoría de los casos las pierden). "No podemos permitir que el fracaso de la guerra aérea (el fracaso ha consistido en demoler un pais entero)produzca la victoria de Milosevic, ergo debemos enviar tropas de tierra". (El que dice eso permanecerá detrás de su escritorio). Pero la retórica también se acompaña de hechos. Y es asi como se ha generalizado el laborioso trabajo de la aviación para producir "collateral damages", como tratando de hacerla impopular y justificar así, no la salida política (que no entra en la lógica de esta campaña) sino el recurso a las fuerzas de tierra, que empujará todavía más arriba a los mercados. El último acto en esta linea "que definitivamente nos convence de la inseguridad del arma aérea" fue el ataque incuestionablemente intencional a la Embajada de China en Belgrado. A las horas de ese ataque, en el Chicago Tribune y en los diarios europeos, aparecían artículos mercenarios reclamando la intervención de tropas de tierra.

Pero los juegos de guerra se van dando en diferentes niveles: en el nivel diplomático, uno de los coautores de la doctrina de la expansión, el subsecretario Talbott, ha sido el encargado de tratar con los rusos y de mantener al Kremlin en una esfera que se parece mucho a la neutralidad, a pesar de que el 90% de la población rusa reclama un mayor activismo en defensa de Yugoslavia. Paralelamente, en una zona más obscura, EEUU ha movilizado todos sus recursos nucleares, lo que por otra parte ha hecho crecer la murmuración sobre medidas paralelas en el Este.

LAS CONSECUENCIAS INMEDIATAS

Las consecuencias inmediatas del golpe de la OTAN se sintieron por supuesto en la Bolsa de Nueva York, que ha contnuado en una espiral de crecimiento, fuertemente especulativo, pero también de crecimiento de los valores vinculados con la industria de armas. Un sobrecalentamiento bolsístico que nadie más sigue en el mundo, que crea una especie de islote de esperanzas rodeado de recesiones. Esta situación torna todavía más agresiva la política de Clinton, que observa que una detención, sólo una detención, de los bombardeos bastaría para derribar el castillo de naipes de la bolsa y encajar a los EEUU en su propia celdilla recesiva.

Por otra parte, ya avanzada la aventura, el grupo central de jefes y asesores de la OTAN comienza a resentir las dificultades y a temer por sus carreras, lo que también los convierte en zelotes de su doctrina y de su empresa. Ninguno de ellos aceptaría a estas alturas dar con una "salida política" y tratan de cuidarse el trasero al costo ajeno (en vidas) que sea. En EEUU mismo hay sectores del poder que intentan ya separarse de lo que no ven como "victoria segura" o porque perciben en esto un olor que ya conocieron en Vietnam. Y han estado empujando por "la salida política". Por eso la aventura de los Balcanes puede decirse que ha entrado en un difícil sendero en donde todo se resume en la contienda sobre la entrada de tropas de tierra o la búsqueda de una salida política. Este conflicto llega a reflejarse incluso en las negociaciones con Rusia y en la pretendida salida que ofrecieron los del G8, que aparenta buscar la salida política mientras empuja más hacia adentro la guerra y las situaciones sin regreso.

En el camino se ha ido minando el terreno --asi como en Yugoslavia todo el espacio se siembra de bombitas personales. De modo que se están ofreciendo al público televisivo expectante capítulos álgidos a futuro como lo que ocurrirá cuando la OTAN quiera imponer sus bloqueos a los barco rusos que transporten petróleo o lo que sea, a Yugoslavia. Una situación que puede escapar a la pura anécdota.

Es posible que al lanzar el golpe global, la OTAN haya sobresetimado sus propios recursos y su capacidad para detener situaciones que pongan todo el esquema fuera de control.

El nuevo orden mundial por lo pronto se expresa en la actividad de una gran estructura armada, que promete imponer su voluntad, ganar las guerras que sea, destruir todas las oposiciones. Un orden que se funda en la gran industria, en la gran producción para la guerra moderna, un orden que quiere acaparar y gerenciar todos los recursos del planeta. De paso, un orden que vive del comercio de armamentos, y esa consecuencia la sufriremos todos. Se está estimulndo de modo hasta hace poco impensable, la compra de armamentos, la expansión y la reconstrucción de los ejércitos, orbit et urbi. Todo eso va a tener un significado político.Hay que pensar que el rearme es vociferado ya en todos los grandes centros de poder mundial, pero también en las periferias. Se trata de un rearme acelerado.

EL DESASTRE EUROPEO

Pero si hay una víctima inmediata de todo esto, que tiene las dimensiones potenciales, y a lo mejor ya reales, de ser una política descabellada, es Europa. Los gobiernos socialistas parecían hasta hace poco estar encaminando a buen resultado el establecimiento de la Comunidad Europea. El proyecto de la moneda única, el euro, asomaba como una clara promesa hacia una robusta independencia con respecto a los EEUU y sus políticas monetarias que envolvían tanto de hegemonía. Europa, y el país mayor, Alemania, veían hasta hace poco con gran seguridad la consolidación de un amplio espacio de mercado en donde paulatinamente se irían integrando los países de Europa Oriental y la propia CEI. De este modo, Europa celebraba el siglo por venir como el siglo suyo. Su expansión le aseguraba --hablando sólo de las esperanzas capitalistas-- otros espacios de expansión sobre la periferia Asiática, Africana y Latinoamericana. Es cierto que este movimiento tan lleno de promesas contenía también contradicciones y, sobre todo, una inevitable rivalidad con los EEUU.

Pero sosegadamente, en el fondo de estos proyectos, venían trabajando el espacio financiero y el espacio del poder militar. El problema no resuelto (o demasiado resuelto?) del lugar de la OTAN y del significado de la ya larga subsunción de las fuerzas militares europeas al poder militar norteamericano.

Y de pronto esto ha emergido, como una fuerza volcánica, trastocando todo otro cálculo. De pronto, Europa se ve de nuevo dividida entre países que quieren más o menos o nada esta guerra. En donde los partidos también se apartan de sus orientaciones previas, y se apartan divididos. Nada en Europa será igual después de esta guerra en Yugoslavia, incluso antes de ese "después" que puede demorar mucho en llegar o a lo mejor no llega. Entretanto, los valores se encaminan hacia los EEUU, y el euro baja sin una clara promesa de mercados.

Para vender la guerra en Europa, los dirigentes, en su mayoría socialistas, deben ponerse el sayo de Pedro el Ermitaño, y salir voceando la llegada de una nueva cruzada. Pero en vano se flagelan, ya que la santa causa no está tan clara, y comienza a darse la pregunta muy repetida de qué es lo que se está jugando realmente. Y comienzan a surgir respuestas que espantan.

Al avanzar detrás de los EEUU, ya lo han incorporado política y económicamente, o mejor, lo han atravezado en el camino de la Comunidad Europea . Ahora es el socio principal, en tanto dure la aventura. Esa aventura, que promete una guerra que puede extenderse por todo el territorio europeo, es otro augurio.

El NUEVO ORDEN MUNDIAL

¿Qué va a ser este nuevo orden mundial? Hasta hace poco se confundía el "nuevo orden" con la globalización. Era como su cáscara política. La que vendría a tener sus escamas en los "estados de competencia", esos estados abiertos por todos lados a las aventuras del capital transnacional. Pero la globalización, con su constante petición de mayores ganancias, se vino abajo con la crisis mundial. Y los estados volvían a asumir posturas proteccionistas (EEUU en particular).Y ya se ve: la última protección es la guerra. De todos modos, muchos de los efectos globalizantes siguen ahí: basta echar una mirada a los Balcanes, donde todos los países han estado viviendo diversos encuentros con el capital transnacional, en diversos grados de apertura, de sometimiento y de desarrollo interno, de dependencia , en el consumo y en los aspectos del endeudamiento. En los Balcanes, la aproximación al "nuevo orden" la han experimentado duramente los trabajadores en el abajamiento brutal de sus ingresos. En todos ellos ha tenido alguna presencia las instituciones por antonomacia de la globalización, el Banco Mundial y el FMI.

Pero también la globalización trae ahora un género de importaciones no deseadas, productos de trabajos distantes y confluyentes: aviones, bombas, explosivos, fabricados quien sabe donde. Y con ellas, ha venido el nuevo orden.

Ese nuevo orden que Milosevic debe acatar o perecer. Un nuevo orden que tiene el designio de revivir los protectorados de la época de la Liga de las Naciones e imponerlos en el corazón mismo de Europa. El nuevo orden llama a las poblaciones civiles a ser consideradas en las listas del "collateral damage", y a los militares que se le opongan a ser "neutralizados" para siempre, esto es, a perecer. Es decir, el orden nuevo se caracterizaría por no conocer de resitencias, por su pretensión de ser irresistible. Lo de los protectorados permite también entender que trae un mensaje de portador de poderes lejanos, ajenos, sobre todo ajeno a la democracia. Hasta ahora el nuevo orden mundial se expresa a través de Jamie Shea que dice: "Ahora todos deben saber que podemos cortarle la luz a quien sea, donde sea que esté y cuando se nos aviente la gana". Y cuando bombardean a la Embajada de China, Solana envia sus "regrets" a los deudos, y les pide que lo comprendan ya que está haciendo un trabajo muy fino. Es decir, el "nuevo orden" es brutal.

Más adelante iremos conociendo qué tanto más significa. Pero desde luego algo va a ir apareciendo claramente: que la veleidad "democrática" de la globalización ha cedido el lugar a las prácticas y decálogos imperiales de legiones en marcha, con sobranzas de autoritarismo y de militarismo, con una aferrada postura mentirosa que buscará apuntalar lo arbitrario y la perfidia de sus acciones. Con el "nuevo orden" no hay acuerdos posibles: reclama el acatamiento y obtendrá la subversión.

DERROTAR LA AGRESIÓN

Esta aventura que surge de las entrañas de la crisis capitalista debe ser derrotada. Su "triunfo" es muerte y sufrimientos inenarrables para los pueblos no sólo de los Balcanes. El vasto proyecto de desestabilización en las relaciones internacionales tiene un precio demasiado alto que la sociedad mundial no está en condiciones de absorber. En el extremo está la guerra nuclear.

Esta aventura sólo viene a apoyar la ambición de unos cuantos que deben ser denunciados y puestos en camisa de fuerza. Su objetivo es delirante y perverso.

Y son nuevamente los trabajadores del mundo los que se comienzan a movilizar contra la guerra. En los días que vengan se multiplicarán inevitablemente sus acciones, sus encuentros, sus acuerdos, sus movilizaciones contra la guerra y contra la OTAN. Deberán descubrir que las masas existen y que también tienen propósitos.

Será inevitable también que comiencen a conformarse nuevos pactos entre estados que en absoluto desean ingresarse al escenario pavoroso de una guerra general, pero que para oponerse a ella deberán actuar con mucha decisión, y hoy, solidarizar muy enérgicamente con el pueblo yugoslavo. El agresor debe empezar a presentir el costo de su locura.

En Rusia, la mayoría aplastante de la población se opone a la OTAN y rechaza la confusa postura del gobierno de Yeltsin. En China, la explosión de la protesta popular ha sido gigantesca. En Europa se multiplica la oposición a la guerra. Ese estado de conciencia masivo, no dejará de tener efectos y en plazos muy breves.

Derrotar a la OTAN y su designio hitleriano de hegemonía, es una tarea mundial.

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