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EL GATILLO HUMANITARIO DE LA OTAN

Diana Johnstone

¡EXTRA! Especial. Znet Commentary

24 de marzo de 1999

Desde James Rubin a Christiane Amanpour, todo el amplio espectro de la media y del gobierno se une para pedir que la OTAN bombardee a Serbia. Esto es necesario, nos dicen, para "impedir una catástrofe humanitaria", y porque es éste "el único lenguaje que Milosevic entiende, el lenguaje de la fuerza"... que viene a ser precisamente el lenguaje que los EEUU quiere usar.

Se presenta a Kosovo como el problema, y a la OTAN como la solución.

En realidad, la OTAN es el problema, y Kosovo la solución.

Después del colapso de la Unión Soviética, la OTAN necesitaba de una excusa para bombear recursos al complejo militar-industrial. Gracias a Kosovo, la OTAN puede celebrar el próximo mes su cincuentenario, consagrada a su nueva misión global: intervenir en cualquier parte del mundo con pretextos humanitarios. La receta es fácil: Arme a un grupo de separatistas radicales para que les disparen a los policías, describa la respuesta policial inevitable como una "limpieza étnica", prometa a los rebeldes que la OTAN bombardeará a su enemigo, si la lucha continúa. Y entonces, interprete el pandemónium resultante, como un reto a la "resolución" de la OTAN que deberá enfrentar mediante la acción militar.

Gracias a Kosovo, la soberanía nacional será una cosa del pasado --no por supuesto para las grandes potencias como los Estados Unidos y China, sino para los estados débiles que realmente la necesitan. Las fronteras nacionales no serán obstáculo para la intervención de la OTAN.

Gracias a Kosovo, los Estados Unidos pueden controlar las eventuales rutas de las cañerías petroleras entre el Mar Negro y el Adriático, y extender la influencia europea de su aliado favorito, Turquía.

El 23 de febrero pasado, James Hooper, director ejecutivo de Balkan Action Council, uno de los tantos trusts de cerebros que han surgido para justificar la transformación en marcha, de la antigua Yugoslavia, en un conjunto de protectorados de la OTAN, pronunció un discurso en el Museo del Holocausto en Washington, a invitación de si "Comité de Conciencia". El primer ítem de su lista "cosas por realizar" fue éste: "Aceptar que los Balcanes constituyen una región de intereses estratégicos para los Estados Unidos, el nuevo Berlín, si Uds. quieren, el campo de pruebas para la resolución de la OTAN y del liderato norteamericano. (...) La administración debe ponerse de acuerdo con el pueblo norteamericano, que al parecer, vamos a permanecer en los Balcanes, militarmente por un tiempo indefinido, a menos hasta que haya un gobierno democrático en Belgrado".

En la Edad Media, los Cruzados iniciaban sus conquistas de los púlpitos de la Iglesia. Hoy, la OTAN lo hace del Museo del Holocausto. La guerra debe ser sagrada.

Esta sacralización ha sido facilitada extensamente por una izquierda poscomunista, que se ha refugiado en el moralismo y que identifica la política con la exclusión de todo análisis de los factores económicos y geopolíticos que continúan determinando las macropolíticas que dan forma al mundo.

Jean-Christophe Rufin, exvicepresidente de "Médicos sin Fronteras", recientemente señalaba la responsabilidad de las organizaciones no-gubernamentales, de carácter humanitario, al justificar la intervención militar. Fueron "las primeras en deplorar la pasividad de las respuestas políticas a los sucesos dramáticos en los Balcanes o África. Ahora ya obtuvieron lo que querían, o así parece. Pues, en la práctica, codeándose con la OTAN, podría llegar a ser extremadamente peligroso".

Ya el llamado a los soldados de las Naciones Unidas para intervenir en misiones humanitarias, levantó sospechas en el Tercer Mundo, ya que los "humanitarios pudieran ser el caballo de Troya de un nuevo imperialismo armado", escribe Rufin el Le Monde. Pero la OTAN es algo más.

"Con la OTAN, todo ha cambiado. Aquí estamos frente a una alianza operacional puramente militar, diseñada para responder a una amenaza, esto es, a un enemigo", escribe Rufin. "La OTAN define un enemigo, lo amenaza, y luego, eventualmente lo ataca y lo destruye."

"Poner tal maquinaria en movimiento requiere de un detonador. Hoy ya no es militar, ni es político.. La evidencia que tenemos ante nosotros: el gatillo de la OTAN, hoy es... humanitario. Basta que haya sangre, una masacre, algo que ultraje a la opinión pública, de modo que ésta de la bienvenida a una reacción violenta".

La consecuencia, concluye, es que "las poblaciones civiles nunca han sido amenazadas, potencialmente, como hoy en Kosovo. ¿Por qué? Porque las víctimas potenciales son la clave para la reacción internacional. Que quede claro: Occidente quiere cadáveres (...). Los estamos esperando en Kosovo. Y los tendremos" Quién los matará es un misterio, pero incidentes previos sugieren que "la amenaza proviene desde todos lados."

En medio de un conflicto, como en Kosovo, las masacres pueden perpetrarse... o "arreglarse" fácilmente. Siempre hay equipos de TV buscando una "buena historia".

Recientemente, funcionarios croatas admitieron que en 1993, ellos mismos pusieron en escena "un bombardeo Servio" sobre la ciudad costera croata de Sibenik, para beneficio de los equipos de TV croatas. El excomandante de la jefatura de la brigada 113, croata, David Skugor, reaccionó indignado. "Por qué tanta alharaca" se quejo. "No hay ciudad en Croacia en las que no se hayan usado tretas como ésa. Después de todo, son parte integral de la planeación estratégica. Es sólo una de la serie de estratagemas, a las que hemos recorrido durante la guerra".

El hecho sigue siendo que hay un serio problema in Kosovo. Y ha existido desde hace más de un siglo, habitualmente exacerbados por poderes externos (el imperio otomano, el imperio Habsburgo, los poderes del Eje durante la Segunda Guerra). Los Serbios son esencialmente un pueblo campesino modernizado, que habiéndose liberado de la presión turco-otomana en el siglo XIX, se adhieren a instituciones estatales modernas. En contraste, los albaneses de las montañas del norte de Albania y de Kosovo, nunca aceptaron ninguna ley, política o religiosa, sobre su propio "kanun" no escrito, basado en la obediencia patriarcal, los juramentos, el honor familiar, obligaciones elaboradas que no se hacen obligatorias por ningún gobierno, sino por los linajes masculinos y los jefes de clanes que protegen su honor, a través de feudos de sangre y de venganza.

El problema básico de Kosovo, es la difícil coexistencia en un mismo territorio de comunidades étnicas, radicalmente separadas por costumbres, lenguajes, y autoidentificación histórica. Desde un punto de vista humanista, este problema es más fundamental que el de las fronteras de los Estados.

El odio y el miedo mutuos, es la fundamental catástrofe humana en Kosovo. Esto ha estado sucediendo por largos años. Se ha vuelto peor en los años recientes. ¿Por qué?

Dos factores se presentan, paradójicamente, como responsables de este empeoramiento --paradójicamente porque se presentaron al mundo como factores que habrían mejorado la situación.

1.- El primero fue el establecimiento en el Kosovo autónomo de los 1970s y de los 1980s, de instituciones culturales albanesas separadas, sobre todo, las facultades de Lengua albanesa en la Universidad de Pristina. Esta autonomía cultural, demandada por los líderes culturales albaneses, resultó ser un paso no hacia la reconciliación entre comunidades, sino hacia su total separación. Abasteciéndose en un modesto almacén de estudios pasados, originados en gran parte en Austria, Alemania, o la Albania de Enver Hoxha, los estudios de historia y literatura albanesa , que se orientaban sobre todo a la glorificación de la identidad albanesa. Más que desarrollar el espíritu crítico, ellos desarrollaron el etnocentrismo estrecho. Los graduados en estos campos, se prepararon para la carrera de líderes políticos nacionalistas, y es asombroso el número de literati entre los líderes secesionistas albaneses de Kosovo. Una autonomía cultural extrema, había creado dos poblaciones sin ningún lenguaje común.

En retrospectiva, lo que se debió haber hecho era combinar los estudios serbios y albaneses, con requerimientos en ambas lenguas, y haber desarrollado estudios comparativos originales de historia y literatura. Esto habría sometido a los mitos nacionales serbios y albaneses a un escrutinio recíproco y se habría podido trabajar los prejuicios nacionalistas de ambos. Los estudios comparativos bilingües pudieron o habrían podido abrir un camino hacia la comprensión mutua y hacia un enriquecimiento de cultura universal. En vez de eso, la cultura al servicio de las políticas de identidad llevaron a una ignorancia mutua y hacia el odio.

La lección de este grave error podría ser una advertencia para otros lugares, empezando por Macedonia, donde los nacionalistas albaneses están reclamando repetir en Tetova, la experiencia de Pristina. Otros países con poblaciones étnicas mixtas, deberían tomar nota.

2.- El segundo factor fue el apoyo que los poderes externos, especialmente los Estados Unidos, dieron a la causa nacionalista en Kosovo, al aceptar sin críticas, la versión sobre la enredada situación de Kosovo, presentada por el "lobby" albanés, los políticos norteamericanos exacerbaron enormemente el conflicto al estimular a los rebeldes armados albaneses, colocando a las autoridades serbias, en la necesidad de realizar esfuerzos extremos, para eliminarlos.

 

El "Ejercito de Liberación de Kosovo" (UCK), no tenía nada que perder al provocar encuentros mortales, una vez que quedó claro que el número de muertos y el número de refugiados, se agregarían a la balanza de la "catástrofe humanitaria" que traería a la OTAN y al poder aéreo norteamericano al conflicto por el lado albanés.

Los serbios nada tenían que ganar restringiéndose, ya que estaba claro de que serían acusados, de todas maneras, sucediera lo que sucediera.

Al identificar a los albaneses como "víctimas" per se y a los serbios como los villanos, los Estados Unidos y sus aliados han hecho que cualquiera aproximación a la situación política, sea virtualmente imposible. En particular, la administración Clinton construye su política sobre la presunción de que los albaneses Kosovares --incluido el UCK-- realmente lo que quieren es "democracia". Al estilo americano! De hecho, lo que ellos quieren es poder sobre un territorio particular, y entre los nacionalistas albaneses, se está conduciendo una amarga lucha, para ver quién ejerce ese poder.

Así, un mito norteamericano de "democracia estilo USA y economía de mercado, que resolverán todo",

se agregan a los mitos serbios y albaneses, para formar una pantalla de ficción, que hace casi imposible discernir la realidad, y menos aún, mejorarla. Pero, por debajo del mito americano, están los diseños geoestratégicos al estilo Brzezinski, sobre las rutas potenciales para las cañerías petroleras del Caspio y las metodologías para una OTAN en expansión, como el instrumento que asegure la hegemonía de los Estados Unidos, sobre la masa terrestre eurasiática.

Suponiendo que por algún milagro, el mundo se pusiera patas arriba, y que hubiera poderes externos que realmente se preocupara por el destino de Kosovo y de sus habitantes, uno podría sugerir los siguiente:

  1. Párenle con la demonización de los serbios, reconozcan las cualidades genuinas, las faltas, los miedos en todos los lado, y trabajen para promover la comprensión e vez del odio.
  2. Dejen de estimular y armar a los grupos rebeldes.
  3. Permitan una mediación verdadera, por partes, sin intereses geoestratégicos o políticos que estén en juego en la región.

Sobre la actualidad de la guerra en Serbia. Visite los siguientes links:

Znet

http://www.lbbs.org/enet.htm

OneWorld Online

http://www.oneworld.org

Sección NEWSPAPERS/ News Agencies:

rcci.net/

http://www.rcci.net/index/

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