LA ECONOMIA MUNDIAL :
UNA ACUMULACIÓN DE RIESGOS DE NIVEL GLOBAL.
Federico García Morales
La actual situación ha creado al menos la posibilidad de que por primera vez en muchos años esta globalización pueda ser analizada con la concurrencia de gran cantidad de información proveniente de diferentes niveles del fenómeno económico y financiero, y también desde diferentes lugares. La crisis asiática por si misma atrajo la atención sobre ese rincón del planeta, y luego hacia los lugares en donde comenzaba a hacer sentir sus efectos.
También permitió examinar a esos países con una óptica diferente, concediéndoles su verdadera importancia.
Estábamos habituados por ejemplo, a percibir a Japón como una economía lo bastante poderosa como para estimarla la segunda en importancia a nivel mundial, pero esta generalización nos impedía comprender cuan significativa para la economía mundial en su conjunto podía ser esa detención en su crecimiento que ya llevaba varios años, y cuánta razón podían tener los críticos de R. Hashimoto cuando tildaron de insuficiente su plan de recuperación, el de los 120 mil millones, que escasamente era equivalente a las ganancias anuales de una sola corporación japonesa de tercera o cuarta categoría. Con ese dato también pudimos observar que entre las cincuenta mayores corporaciones mundiales, si 14 eran norteamericanas, 19 eran japonesas, y que el capital de las japonesas superaba al capital de las norteamericanas en ese rango de la escala.
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Corporaciones norteamericanas (entre las 50 mayores del mundo, según ingresos)
General Motors ingresos anuales en 1997: 168.369 (en millones de US)
Ford Motor 146.991
Exxon 119.434
Wal-Mart 106.147
General Electric 79.179
International Business 75.947
AT&T 74.525
Mobil Co. 72.267
Chrysler Co 61.397
Philip Morris 54.553
Unilever V,.A. 52.067
Texaco 44.561
NEC Co. 43.933
State Farm Insurance 42.781
TOTAL DE INGRESOS 1.142.151
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Corporaciones japonesas ( entre las 50 mayores del mundo, según ingresos en millones US)
Mitsui Co 144.943
Mitsubishi Co 140.943
Itochu Co 135.545
Marubeni Co 124.027
Sumimoto Co 119.281
Toyota Motor Co 108.702
Nissho Iwai Co 78.921
Nippon telegraph Co 78.321
Hitachi Ltd 75.669
Nippon Life Ins. 72.575
Matsushita Electric 68.148
Nissan Motor Co. 59.118
Sony Co 50.278
Dai-ichi Mutual 49.145
Toshiba Co. 48.416
Honda Motor 46.994
Bank Tokio-Mitsubishi 46.451
Tokio Electric Power 44.735
Sumimoto Life Ins. 44.063
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TOTAL 1,536.275
(datos de Fortune : Global 500)
Esos números permiten apreciar el volumen de los problemas que están envueltos en esa región y su trascendencia a niveles mundiales. Sobre todo darnos cuenta que la crisis de la economía japonesa, que no sale adelante con un derrame de cien mil millones, está significando que una parte importante del capital mundial está empantanado, amarrado por problemas de estructura y de mercado que tienden a agravarse.
Otra situación que vino a destacarse fue el enlace entre todas estas economías sacudidas de quebrantos, y entre éstas, el centro mayor, EEUU, y otras zonas. Por ejemplo, el intercambio comercial con algunas regiones periféricas como América Latina aceleró el pulso en países como Chile que ven desaparecer fuertes porcentajes de sus exportaciones (ej. en maderas y metales) en dirección al Asia para este año y probablemente los dos próximos. Para no hablar de proyectos de inversión, justo en el momento en donde los mandamases económicos latinoamericanos levantaban alas hacia la transnacionalización. En otros lugares es cuestión del precio del petróleo, que también viene cayendo entre sucesivos recortes en la producción, o de otras materias primas.
El cálculo económico fuertemente regionalista que prevalecía antes de esta crisis, la enfrenta con cierta locuacidad a la vez casera y optimista, al menos ante la opinión pública. Sin embargo se observa un doble lenguaje, pues se habla de otra manera en el medio corporativo, donde se impulsan medidas defensivas que inevitablemente toman el rumbo del enlace y hasta la fusión entre sectores, en medio de un despertar de aguerridas desconfianzas. En los EEUU, se ha dado con el magnífico ejemplo de las grandes fusiones bancarias del mes pasado, y en una búsqueda de alianzas transatlánticas. Mientras en Roma, el Banco de San Pablo se unifica seráficamente con el IMI de Turín juntando activos por el orden de los 200 mil millones de dólares. Estos movimientos no tienen sólo un sentido concentrador. Tienen que ver también con un agravamiento de la competencia. En algunos lugares esto ha adquirido rasgos canibalísticos. Sobre todo en donde las bases del sistema están orillando peligrosamente la caída en una de esas rasgaduras de la burbuja financiera tan bien ilustrada por la ocurrencia asiática.
Y es en este punto donde valen las comparaciones.
En el Sur este asiático hacia el año 95 ya había una serie de países en donde se podía marcar un crecimiento inusitado de la deuda externa . Por ejemplo, Indonesia entre 1980 y 1995 se dio el gusto de acrecentar su deuda externa en un 500%, Malasia en un 600%, Tailandia en un 700%. Corea simplemente duplicaba. Todos mostraban una razón de 20% entre la deuda corto plazo y la total. La relación entre las obligaciones y la exportación también era muy tensa, bordeando el 200% en algunos casos.
En América Latina nos encontramos con fenómenos muy semejantes: Brasil duplicó su deuda en esos años (y ahora es bastante más grande), México triplicó, Chile duplicó (y eso antes de la disparada de su deuda privada), Argentina triplicó. Paraguay triplicó. Todos muestran también esos índices altísimos en la relación de la deuda de corto plazo. Pero cuando se mira la relación con las exportaciones, se ve que las deudas tienen índices mucho más alarmantes que en el Asia A eso habría que agregar un problema generalizado de extenuación de las bancas centrales, fuentes anteriormente inagotables de solución para los endeudamientos privados y para el sostenimiento de las políticas monetarias.
Y hay que apreciar que después, entre 1995 y 1998, se ha agregado otra práctica, el recurso al "yankee bond" y la venta internacional de acciones y bonos por parte de empresas del tercer mundo, que han acrecentado este camino de deudas, haciendo que la suma de deudas públicas y privadas hayan estado acunando otra crisis de deuda que puede ser iniciada a partir de la extraordinaria volatilidad que está tomando el curso económico mundial.
Existe en general un desface entre el desarrollo de la realidad económica y la institucionalidad financiera, creada en gran parte con anterioridad al surgimiento de políticas encajadas en el más duro concepto de la ganancia privada. En el fondo vivimos la extenuación de concepciones fundadas en el desarrollismo que implicaba de algún modo la expansión del consumo, y por tanto algún espacio para políticas sociales. Hoy gobiernan simplemente los que esperan solamente ganar más. Y es frecuente por ejemplo observar que una empresa vea su punto de arranque, un país cualquiera, como la fuente para su acumulación primitiva, su punto de arranque para búsquedas, generalmente especulativas, en otras regiones de la globalidad.
Al considerar sólo estas situaciones, son diversos los escenarios que acongojan al sistema financiero internacional, y entonces, sobre todo a su agencia básica en el montaje de soluciones (hasta ahora se ve que a corto plazo) cual es el Fondo Monetario Internacional. Y es así como hace pocos días se juntaron Europa y Asia en Londres (en la segunda cumbre euroasiática ASEM) para reclamar una revisión del sistema financiero mundial , mediante el montaje de algún sistema de "prevención de crisis" con capacidad para concurrir también al socorro de los sistemas financieros nacionales desprovistos de fondos. Pero todavía no se ve la forma que pudiera tener tan ilustre mago. Mientras, el FMI enfrenta problemas de liquidez. Por ahora, que cada cual se ayude, o que Taiwan ayude a Malasia.
Una falta de imaginación que pudiera tener su asiento en una realidad dolorosa siquiera en acercarse a ella en términos teóricos, sobre todo cuando ahora justamente había triunfado una manera tan optimista y neoliberal de ver las cosas.
Por ejemplo, puede advertirse que fuentes de ingreso corporativo fácil, como las privatizaciones, ya tocan asu fin, al punto que ahora se llama a lo que queda "desregulaciones". Por otro lado, y lo que es más importante, no hay manera de estimular un mercado socialmente escuálido, ni siquiera mediante el expeduiente marcusiano de "creación de nuevas necesidades". Ya el mundo de las computadoras explotó al máximo esa posibilidad, y se ve que Microsoft, Intel y Compaq están limitando sus ambiciones, y hasta cerrando algunas fábricas. Un mundo que comienza a estar acorralado por el hambre, simplemente no navega.
Y entonces es cuando comienza a verse en el horizonte otra atribulación, que toma la forma por ahora del recalentamiento de la bolsa norteamericana, que en estos años alegres de Clinton ha estado subiendo sus precios a puntos que reclamarían sostenes, inyecciones masivas de capital, ingresos que no se ven venir de ninguna parte. Hace poco el Deutsche Bank externó sus preocupaciones al respecto. Y hoy ya bastarían pequeños reajustes en los intereses para provocar movimientos que desbalancearían todo el castillo.