El Drama Asiático: Medidas, Discusiones, Contramedidas, y una Crisis que Continúa"
"arriba esta la corrupción, y abajo, la incompetencia"
En Asia se sigue desarrollando un sainete complicado, donde en cada país de
la región se advierten movimientos dirigidos a bloquear algín sentido de la
crisis desencadenada en octubre pasado, o que vienen a ser expresiones de
la misma intranquilidad. Se han reconformado gobiernos, gabinetes, (en
algunos casos como en Corea las elecciones han favorecido a partidos de
oposición). En otros lugares, el espacio bien real de las calles lo ocupan
grandes manifestaciones de repudio a las políticas gubernamentales y a las
mismas estructuras en el poder. Destaca en este último sentido Indonesia,
donde se va desplegando un enlace entre la crisis económica y la crisis
política. Pero gran parte del proceso sigue en el nivel en que comenzó, el
financiero, horadando estructuras a veces inimaginables: la Universidad
Dankook en Corea, es el primer establecimiento educacional en declararse en
bancarrota, al no poder cubrir una deuda de 150 millones de dólares, y
atrás hay otras diez que enfrentan el mismo problema...
El efecto de la crisis asiática se deja sentir ya sutilmente en los EEUU,
donde en el mes de enero se alcanzó un déficit en la balanza comercial de
12 mil millones (en diciembre había sido de 11 mil millones). En esa
composición sólo el déficit con Corea subió de 783 millones a 2.2 mil
millones.
En otros planos, están las intervenciones de las agencias internacionales
de carácter financiero, directamente el FMI y el Banco Mundial (véase
artículo: Plomerías Financieras en el Asia en el número 4 de Globalización).
Donde ha venido a expresarse un conjunto de puntos de vista respecto a todo
esto, que indican donde se ubica la conciencia del sistema, ha sido en una
mesa redonda, "un foro de expertos" la denominó la revista AsiaWeek, que se
celebró en Manila entre el 9 y el 13 de marzo.
Allí estuvieron Cielito Habito, de la Secretaría de Planificación de
Filipinas, Robert Lawrance de Harvard, Mari Pangestu, de estudios
estratégicos de Jakarta, Nora Lustig del BID,y otras personalidades
representativas de los gobiernos y corporaciones de la zona o en la zona
como Vinold Thomas, del Banco Mundial. El intercambio dio a ver la
percepción a veces dividida que tienen los personeros de los diferentes
países, su encierre en la defensa de la continuidad de los regímenes,
cierta unanimidad en los aspectos retóricos y su fe en el recetario
neoliberal. En algunos casos, alguna nota cómica como la insistencia de
Lustig en tratar de ver el problema asiático a través de la óptica de "los
éxitos" mexicanos y argentinos. Pero en el fondo de esta discusión alumbró
de modo permanente el problema de Indonesia, eso desde la intervención
inicial del profesor Lawrance, que advirtió sobre la inexistencia de
consensos políticos en ese lugar. "Allí es ya cuestión de quien pestañea
primero --dijo. Y es ese el modo como se va a la guerra".
Otras ideas siguieron a ésa, como la observación de Pangestu, que se
pregunta si se podría enderezar la situación sin un cambio de régimen.
Lustig ,por su lado, en perfecto código neoliberal, se encerró en demostrar
que más valía el endurecimiento, siguiendo las pautas de Argentina y
México, donde los gobiernos pudieron implementar una política con altos
costos sociales, ya que se pudo aceptar una baja de los salarios reales en
un 40%, y el empobrecimiento de un tercio de la población... también les
recomendó la receta de apoyarse en las exportaciones, pero tuvo cuidado en
preguntarse ?en dónde podría estar el comprador que alimentara una
recuperación por la vía de las exportaciones? La discusión terminó con
propuestas de "sentido común" que enfrentaban el riesgo de las economías
burbujas con quienes continuaban sosteniendo la necesidad de tomar ciertos
riesgos, y quienes utilizaban recetas de dueña de casa para recomendar
"enfriamientos económicos".
Enfriamientos de los que casi no conviene hablar en el caso de Indonesia,
que en medio de relativas recuperaciones de los mercados asiáticos,
permanece como un tumor pronto a estallar, de inseguridades y de
devaluación.
Fue interesante observar que el ponente japonés, el profesor Fukao Mitsuhiro
de la Universidad de Keio, muy cauto tras la quiebra de numerosas entidades
de crédito y el reconocimiento de la desconfianza del consumidor japonés,
haya dicho que desde su rincón poco se podía esperar.
Mucha discusión ha habido en estos últimos meses, y a lo largo de ellas se
han ido también decantando algunos motivos, por ejemplo: los indicios del
debilitamiento del boom chino, o también la baja de los precios de la
propiedad raíz, que hasta muy recientemente había actuado en el Sud este de
Asia como fuente de aprovisionamiento financiero, y algo que también toca
directamente al rediseño de políticas, que ahora preocupa mucho a los
medios financieros, cual es la gigantesca corrupción de las bancas
centrales del Asia, y el tremendo endeudamiento de la banca privada, en
donde las deudas impagables alcanzan hasta el 30 o 40% de los portafolios
(según Goldman Sacks de Hongkong).
Con respecto a esto último, el Ministro de Finanzas de Thailandia, Tarrin,
ha llegado a decir que para devolver la credibilidad a los bancos centrales
"habría que reinventarlos". Pero fue precisamente en Thailandia donde a
principios de este mes de marzo se vino a saber que el Banco Central de ese
país había dilapidado 25 mil millones de dólares en rescates imposibles a
favor de firmas con conexiones. Entonces, en todo el espacio financiero se
escuchan alaridos tales como el que se ha hecho célebre: "arriba esta la
corrupción y abajo la incompetencia"...
A través de muchas de estas discusiones, se filtra pues algo de lo que esta
pasando en la realidad, aunque las mas de las veces parecieran ser coros
que se dirigen a un solo sujeto, generalmente a Suharto, el dictador de
Indonesia que acaba de entrenar su séptimo período, y que alguna vez fue
llamado "el Padre del Desarrollo".
Y así, Thailandia le aconseja; "aprecie la rupiah", mientras Singapur casi
le grita: "defina la línea de sucesión". Mientras Camdessus susurra: "nos
llevas al abismo". Pero mientras los otros discuten, él y su pandilla, en
la que se incluye su familia, él toma del decisiones que sin duda afectarán
a todos.
Entretanto en toda la región, y con particular énfasis en Indonesia,
Malaysia, Thailandia y Corea, continuaba el despido de obreros, y
manifestaciones empresariales llamando a un repliegue en las políticas
salariales. Esto es notable en niveles de manufacturas , industrias
maquiladoras y comercio, pero ha llegado a tocar también a esas áreas que
están más cercanas al inversionista: casas de bolsa, corredurías, sistemas
de comunicación. En Corea cerca de un millón de empleados del gobierno, han
debido aceptar un acuerdo de rebajas salariales de un 20%. El Banco Mundial
calcula que en estos días el desempleo alcanzara a 1.8 millones de
thailandeses, Y a 1.2 millones de coreanos, mientras en Indonesia las 3
cuartas partes de la población caerán bajo los niveles de pobreza.
Mientras muchos se preguntaban qué medidas tomaría China para escapar de la
crisis, el puesto de poder fue asumido por Zhu Rongji, que sustenta un
programa de "control macroeconómico", una terminología que se basta por si
sola para indicar la orientación del nuevo Premier, con un programa que
pudiera duplicar el desempleo, que en el sector urbano nada mas ya se
estima por encima de los 10 millones, y eventualmente catapultar una
devaluación, que vía Hongkong volvería a sacudir al mundo.