RESEÑA BIBLIOGRÁFICA
Géopolitique du chaos
Ignacio Ramonet.
Si algo caracteriza el discurso actual sobre la globalización, es la unidimensionalidad. Se afectan cuanto más a situaciones económicas o tecnológicas.
No se aprecia el severo impacto que en las relaciones globales tienen el conjunto de transformaciones a nivel global que han entrado en violenta colisión en este fin de milenio, que han llegado a configurar un nuevo espacio planetario.
Es por eso interesante y hasta seminal este librito de Ignacio Ramonet, publicado en Ediciones Galilée, en su colección L'espace critique, donde con gran precisión se trata de estimar el peso que en la actual fase de transformación mundial tienen diversos "centros de turbulencia" que en su acoso recíproco dan lugar a una situación que el autor sin vacilar designa como caótica.
Y allí están: la brutal destrucción ambiental, la caída de los regímenes del Este, las guerras regionales, la emergencia de EEUU como única superpotencia, el fracaso del neoliberalismo, el surgimiento de regimenes económico-políticos globalitarios, el aparecimiento de una nueva fase de saqueo del mundo, esta vez por cuenta del sistema corporativo, una revolución tecnológica y comunicativa, al servicio de los grupos industriales y financieros que pretenden dominar el mundo, a lo que se suman nuevos conflictos .
Dice Ramonet: "Desde el punto de vista geopolítico, el mundo presenta el aspecto de un gran caos: de un lado, multiplicación de uniones económicas regionales (Unión europea, Nafta, Mercosur, Apec...); del otro, renacimiento de los nacionalismos, ascenso de integrismos, de estados divididos, de minorías que reclaman su independencia. La mayoría de los conflictos de este fin de siglo (Argelia, Albania, Bosnia, Tchetchenia, Kurdistán, Afganistán, Chiapas, Sudán, Liberia, Congo-Zaire, Ruanda,etc.) son conflictos internos, intraétnicos, que oponen un poder central a una fracción de su propia población.
A eso se han de agregar las redes mafiosas internacionales y el crimen organizado que se constituyen en nuevas amenazas ya que controlan toda suerte de circuitos clandestinos (prostitución, contrabando, tráfico de drogas, venta de armas, diseminación nuclear). Por otra parte las grandes migraciones debidas a la pobreza son percibidas igualmente como una amenaza transfronteriza para los estados ricos del Norte. Contra lo cual (como contra la contaminación atmosférica o contra la propagación de nuevas enfermedades) las armas tradicionales y la panoplia militar no sirven para nada.".
Y agrega: "Las sociedades occidentales no se ven con claridad en el espejo del futuro: se ven asaltadas por la cesantía, abrumadas por la incertidumbre, intimidadas por el choque de nuevas tecnologías, turbadas por la mundialización de la economía, preocupadas por la degradación del ambiente, y fuertemente desmoralizadas por una corrupción galopante." Se ve entonces como consubstancial el retorno de una fase "intelectual" ya vivida, y con terribles consecuencias en los años 30, el irracionalismo social.
Reproducimos el índice de este trabajo:
Introducción
CULTURE AND IMPERIALISM
Edward W.Said.
Desbrozar la relación general entre la cultura y el imperialismo parecía ser la intención de Edward Said cuando prosiguió sus investigaciones después de la publicación de Orientalia, (1978). Sin embargo el producto que vino a resultar fue algo más: el más interesante estudio publicado sobre los alcances culturales de la expansión imperialista en los siglos XIX y XX, a través de un afanado discurso que sabe enlazar la gran producción literaria con el elemento dominante en la formación tanto de las sociedades europeas como periféricas. Sobre todo, este trabajo sabe recuperar el inmenso impacto de la experiencia colonial sobre la producción cultural de los grandes centros europeos o americanos.
Con eso también la literatura , la crítica literaria y la doctrina de las ideologías cobran nuevas dimensiones. Por fin en el primer terreno, se cuenta con un trabajo donde se alega por el peso de los contextos con abundante argumentación y estudio de casos que evaden la generalización. Por fin la crítica literaria puede discurrir para un importante período sobre un espacio etnográfico casi en su concreción, alejándose de una idea de la producción del texto fundada en el texto mismo. Por fin, y en este tiempo en que abundan las banalidades sobre el fin de las ideologías, se sustenta de un modo tan exaustivo el enlace entre la producción de los discursos y la producción de la sociedad. Todo esto ha sido apreciado con rapidez en los departamentos de literatura y cultura de universidades principales, en donde muchos programas han iniciado discusiones en la línea seguida por Said.
Memorables son los capítulos dedicados al estudio de la gran literatura victoriana, particularmente Dickens y Conrad, Jane Austin y Kipling que cobran un nuevo sentido a partir de la conexión colonial. El mismo autor explica:
"En vez de los análisis parciales ofrecidos por las distintas escuelas teóricas nacionales, he estado proponiendo una linea en contrapunto con el análisis global, en el cual los textos y las instituciones mundanales son vistos trabajando juntos, y en donde Dickens y Thackeray como autores londinenses son leídos también como escritores cuya experiencia histórica está informada de la empresa colonial en India y en Australia, de la que estaban tan enterados, y en donde la literatura de una comunidad colonial estaba envuelta en la literatura de las otras..." (p.318) Una obra espléndida, en su elocuencia, en su erudición, en su construcción teórica, a la que volveremos.