CURSO VIRTUAL:SOCIOLOGIA POLITICA II.

(para discusión sobre políticas de estado y grupos étnicos en América Latina, y temas sobre ética y política).

BREVlSIMA RELACION DE LA DESTRUCCION DE CHIAPAS.

Pablo Romo Cedano

Miembro del Centro de Derechos Humanos "San Bartolomé de las Casas"

"…esta ha sido la principal causa de la destrucción y perdición destas gentes, despoblación de tantas y tan luengas y anchas tierras, siendo obligados a saber que estos reinos y orbe todo tenían dueño o dueños, que no eran otros sino sus naturales reyes y señores…estos eran príncipes libres… " Fray Bartolomé de Las Casas.

 

Las 11 de la mañana

Fray Gonzalo Ituarte el día 22 de diciembre recibió información de que algo grave estaba pasando en la comunidad indígena de Acteal en Chenaló. Inmediatamente descolgó el teléfono y transmitió al Secretario general de Gobierno, Lic. Homero tovilla Cristiani, la información que había recibido. El funcionario le aseguró que se haría cargo del asunto.

Ya por la tarde, el mismo secretario de Gobierno informóo a Fray Gonzalo que el reporte que tenía era que todo estaba en calma y que sólo se habían registrado unas cuatro o cinco detonaciondes de algún rifle. El tono denotaba que no tenía importancia. La gravedad para una comunidad indígena no era la misma que para el palacio de gobierno.

La vida de los indios no tenía importancia en tiempos de Bartolomé de Las Casas. La muerte de miles y miles de ellos no significaron mucho para los españoles cristianos que venían a estas tierras para apoderarse de ellas. En su Brevísima Relación de la Destrucción de las Indias expresa el fraile claramente lo que sucedía como muy grave en las Indias y la relatividad con que era tomada esta gravedad en las Cortes. El tiempo ha pasado, algunas actitudes no. La vida del pobre y del indígena ha sido despreciada con mucha frecuencia. En los últimos dos años en Chiapas se han registrado cientos de muertes en el contexto de la Guerra que se desarrolla. Casi la totalidad de los muertos son indios.

La indiferencia frente a esta realidad parece que ha llegado a su límite. La masacre de Actael ha generado una reacción casi inmediata de repudio y asco en todo el país y más allá. Las fiestas de Navidad se empañaron, como dijo elm,propio Juan Pablo II, por esta tragedia. Sin embargo, cuando morían de uno en uno, de dos en dos, de cuatro en cuatro, los muertos no llamaron la atención. Se trataba de unos cuantos balazos sin relevancia. No fue necesario que los partidos se deslindaran de los asesinatos, no fue necesario siquiera quitar el sueño a funcionario alguno:"Tengo reportes de que no pasa nada".

Los primeros disparos

El 14 de marzo se llevó a cabo un operativo de la policía de Seguridad Pública en la comunidad de San Pedro Nixtalucum donde cuatro campesinos fueron asesinados. Minutos antes de la agresión en San Pedro, un helicóptero se equivocó de población y disparó sin ton ni son a una camioneta pick up descubierta donde viajaban pasajeros para Bochil. El 16 de junio de 1997, en entrevista privada con el entonces gobernador Julio César Ruiz Ferro, le pedimos miembros del Centro de Derechois Humanos "Fray Bartolomé de Las Casas" que aclarara cómo había sido posible que este 14 de marzp desde el helicóptero en el que viajaba el Procurador general de Justicia del estado, en ese entonces Jorge Enrique Hernández Aguilar, se le disparara a un vehículo de transporte público sin ninguna razón. El gobernador, después de negarlo, consultó con el Secretario de Gobierno, Homero Tovilla Cristiani y con el subsecretario de gobierno, Uriel Jarquín, si en efecto ya era público que viajaba un funcionario en el aparato; y al saber que así era, reconoció que el Procurador estaba en ese helicóptero porque "cumplía con su deber" (sic). Ante esa respuesta se acabaron las preguntas. No tenía sentido preguntar otra cosa.

La contundencia en la argumentación evidenció ya no sólo con hechos la definición de su gobierno: "cumplir con su deber"; que en definitiva nada tenía que ver con el apego a la ley o a la cordura.

Durante 1997, "el año que vivimos en peligro", se llevaron a cabo un sin número de operativos policíacos, coordinados ilegítimamente desde la Secretaría de Gobierno. Fueron decenas las muertes en la zona Norte. En agosto reportamos desde el centro Fray bartolomé de Las Casas más de 75, la mayoría de las vísctimas militantes de la oposición. La policía detuvo arbitrariamente a cientos de opositores por losm conflictos con la Comisión Federal de Electricidad en los primetros meses del año, lo que le valió una recomendación de la Comisión Nacional de Derevchos Humanos (CNDH) que, por cierto, no fue aceptada por la autoridad. Cientos de campesinos fueron detenidos por asuntos agrarios, a pesar de que se afirme que el problema agrario ya está solucionado. Se desarrollaron nuevas técnicas de tortura implementadas éstads principalmente en el tiempo de traslado a las cárceles estatales. El uso discrecional de los recursos públicos favoreckió invariablemente a los leales del gobierno estatal, creando con ello gran tensión, envidia y aprobio para los no beneficiados. La prensa estatal y paraestatal desplegó campañas de desprestigio contra todos aquellos que el propio gobierno considera como oposición y obstáculo, Al interior de los profesionales de la información se creó una atmósfera de exclusión, ataques y descalificación a quienes no se alinearton a la información oficial, por ejemplo en el caso del programa radiofónico A tiempo, de la reportera Martha Grajales.

La garantía de impunidad para los leales al gobierno fue cumplida cabalmente. Una ínfima parte de los reclusos en las crecientes cárceles del estado corresponde a quienes militan en el partido oficial. El gobierno no garantizó para todos seguridad, justicia imparcial y expedita.

Declaramos que la policía actuó con dudosa legalidad porque el Procurador general de justicia del Estado, Dr.Marco Antonio besares Escobar, poco antes de dejar su cargo, reconoció que la Ley orgánica de la Policía del estado es anticonstitucional, ya que hace depender directamente de la Secretaría de Gobierno todas las policías (salvo la PJE, que se desprendió a mediados de 1997).

"Cumplir con su deber" para los funcionarios ha significado todo lo anterior. Así como fueron unas cuantas balas las que se oyeron en Acteal. Los demás disparos, los fundamentales, los ignoraron.

El ayuno y las palabras

Los asesinados en Acteal, hombres y mujeres, según reportes del médico forense, tenían completamente limpias las visceras. Las tenían tan limpias como sus propias conciencias. Llevaban tres días de ayuno total y sólo tomaron un poco de agua. Su sacrificio, el del ayuno, era para pedir a Dios por la Paz. Así lo entendieron, así murieron.

Por su parte, en menos de veinte días, el gobierno del estado pagó al menos siete gacetillas en La Jornada y muchas más en otros periódicos de circulación estatal y nacional. Según Angeles Mariscal, reportera de este periódico, Julio césar ruiz Ferroo gastó más de 250 mil pesos del erario público en un solo día (14 de diciembre de 1997) para publicar en nueve periódicos estatales y dos nacionales una inserción. El desplegado, apafrecido en La Jornada ese domingo en la página ocho, afifrma que Chenalhó representa solamente el 0.18 por ciento del territorio chiapaneco. Y ello, en su lógica, quiere decir que es casi insignificante. La misma lógica de aquellas declaraciones históricas de los 200 monolingues que tomaron las armas el 94 en tres municipios de los 111 del estado de Chiapas.

Los 45 cadáveres de Acteal representan la infamia de la mentira y no un porcentaje. Representa el desprecio de los gobernantes por sus gobernados. El desplegado afirma que "gracias a las Secretarías de Salud y el Instituto mexicano del seguro Social se han desarrollado programas de atención médica en las comunidades de Canotal, Chimix, Pechiquil, Miguel Utrilla, Los Chorros y Poconichim, Acteal y Ejido Puebla". Todas las comunidades con control priista, salvo Actael, y donde el mando de los paramilitares, como se evidenció después, era total. Es decifr, atendían la salud de quienes asesinarían en Actael a los inocentes.

Asimismo, las gacetillas afirmaban que "Sólo 500 personas han dejado su comunidad en Chenalhó" (25 de noviembre de 1997). "Ninguna casa ha sido quemada en Actael, dice Joaquín Gálvez" (26 de noviembre de 1997). "En Chenaló no ha sido quemada ninguna casa" (3 de diciembre de 1997). "Apoyo del gobierno chiapaneco para los desplazados" (5 de diciembre). "Sólo 68 familias de Chenalhó no han recibido ayuda" (15 de diciembre de 1997). Mientras el gobierno publicaba esto, la CNDH, según su recomendación 1/98, le solicitaba atención para los miles de desplazados de Xcumumal. Este doble lenguaje no sólo se hace evidente en quienes alcanzan a leer un periódico; es claro para muchos, e irrita y ofende.

El respeto y la dignidad es un derecho poco conocido, poco practicado en favor de los pueblos y los indios: vivos o muertos. El ayuno que dejó limpio el interior de los muertos revela las entrañas del pueblo que espera la paz.

La oraci{on, la dignidad

Estábamos en la iglesia, para hacer oración;éramos bastantes. Estábamos todos reunidos. Pedimos por la Paz".( Un testigo miembro de Las Abejas).

Don Pablo González Casanova escribió en sus reflexiones sobre las Causas de la Guerra de Chiapas (1995) que, "detrás de la lucha de la lucha por la democracia que viene desde los indios y desde abajo, aparece en forma reiterada la lucha contra la discriminación, contra la exclusión y la explotación de los pueblos indios. La cúpula política y social sigue tratando a los indios como los trataron sus antepasados españoles, criollos y mestizos aladinados". Don Pablo ha tenido la oportunidad de reiterar estas afirmaciones con amplios públicos, como por ejemplo en pleno Zócalo, en el contexto de las primeras Jornadas Nacionales de Solidaridad con Chiapas, el 13 de diciembre del pasado año. Que dicho sea de paso, en plena calle se gritó aquel día que hoy los exfuncionarios del gobierno estatal pretenden negar que conocían.

Después de Acteal vale la pena la pregunta por la relación de los funcionarios públicos con el pueblo que pretenden servir. ¿Qué tanto los entienden y comparten? ¿Qué hay más allá de cuando se disfrazan de indios ppara recibir el bastón de mando? ¿Qué hay más allá que cuando acuerdan sus proyectos y firman sus compromisos de paz?

Al recoger los cadáveres de la masacre de Acteal los funcionarios estatales ordenaron que los amontonaran en el camión 2651 que es usado para transportar armas y personal de policía. Los apilaron a todos. Ni muertos tuvieron derecho a un trato digno. El funcionario que ordenó que fueran amontonados los cuerpos sin vida en el camión, Uriel Jarquín, fue el mismo que firmó con la delegación federal los acuerdos de San Andrés (CNDH,1/98,p.171). Su firma está justamente junto (a la derecha) de un párrafo del documento 1, que dice:"Se requiere el concurso de todos los ciudadanos y organizaciones civiles, que el actual Gobierno Federal se compromete a propiciar, para desterrar mentalidades, actitudes y comportamientos discriminatorios hacia los indígenas, y para desarrollar una cultura de la pluralidad y la tolerancia que acepte sus visiones del mundo, sus formas de vida y sus conceptos de desarrollo".

Esta paradoja contrasta con la ctitud de los que desde la ermita hacían oración: "no tenemos ningún delito, no tenemos por qué correr…¿dónde nos vamos a ir si ya somos refugiados?" Ahí quedaron, ahí murieron. En oración.

"El 17 de setiembre, sobre la una de la tarde del viejo horario, cuando estaba en mi casa y no me había dado cuenta que mi suegro y otros estaban presos, salí de mi casa. Entonces llegaron los que hacían guardia, me golpearon y me llevaron a la cancha…" Macario Arias Gómez.

A Nacario Arias lo golpearon, lo torturaron porque no quería dar su cooperación para comprar armas en la comunidad de Los Chorros en Chenalhó. A los pocos días llegó la policía de Seguridad Pública nó para defender a Macario; lllegó para cooperar con su parte en el desarrollo de los paramilitares. Así como lo hace en otros lugares, como en El Limar, en Crucero en Tila, en Sabanilla, en Salto de Agua, en Maravilla Tenejapa…

Los paramilitares en Chiapads son grupos de civiles armados al margen de la ley, quienes cometen actos delictivos inscritos en una lógica definida desde algún grupo de poder más amplio. Se identifican con grupos filiales al PRI y responden a una estrategia de contrainsurgencia. Siembran el terror y controlan territorios y comunidades. No sólo cometyen crímenes contra los opositores, sino también contra sus pro´pias filas para mantener la disciplina interna.

El viernes 14 de noviembre fue asesinado el profesor Mariano Arias Pérez en la carretera que une San Cristóbal con la cabecera municipal de Chenalhó, en las inmediaciones del entronque con la carretera que se dirige a San Andrés. Al parecer, el homicidio fue perpetrado por tres sujetos no identificados que conducían un vehículo sin placas. El profesor mariano, militante priísta, originaruio de la comunoidad de Yibeljol, ejido Los Chorros, expresó públicamente un par de días antes de ser asesinado que ya no quería seguir colaborando con el grupo paramilitar.

Macario Arias huyó ante la presencia de la policía, y hoy es uno más de los desplazados. El profesor Mariano no logró darse cuenta que sabía demasiado, y no pudo huir.

El silencio de Acteal: la fiesta en Chimix

"Después que los mataron había mucho silencio, ya estaba casi obscuro".

Nos dice George Steiner (1976) que el sentido clásico y el sentido cristiano del mjundo se esfuerzan por ordenar la realidad bajo el régimen del lenguaje. Es más, se da la pretensión de que toda experiencia cabe en las paredes de la palabra. Acteal se quedó en silencio por muchos días. Una mujer se quedó escondida casi un día sin hacer ruido, sin hablar, escondida en una oquedad que la tierra le abrió para cuidarla. Ella así lo asegura: se abrió la tierra y la tragó para cuidarla.

Muchas palabras se derramaron para explicar lo sucedido. Para hacer caber la insensatez en una explicación cuerda y decente. La inmundicia de la irracionalidad había que contenerla en palabras que pudieran ser expuestas en foros internacionales. Dar razón a Washington de por qué se mata a los indios.

Aquella mujer escondida no vio nada, no sabe nada, no explica nada; ella vivió perpleja una expresión más de la guerra. Ahora pide hilos de colores para bordar en un campo de desplazados y desplazadas. Ahí, justo ahí donde el ejército intentó instalarse para brindar sus clases de educación sexual y asistencia odontológica.

Mientras tanto, según nos narra Jesús Ramírez (4 de enero de 1998), los asesinos ese día de la masacre comían y bebían en una fiesta. Quizás celebraban su acción; quizás se atragantaban. Hablaban a gritos, para describir la muerte. Algún otro se reincorporaba a su regimiento y daba el parte. Todos hablaban.

Después de Acteal, ¿con qué palabras habrá que explicar que las instituciones republicanas son garantes de la seguridad e integridad de los ciudadanos? ¿Qué discurso contendrá la razón y sensatez que explique que Salubridad viene para atender a todos? ¿que el Ejército nacional va a garantizar la paz y que la Policía de Seguridad Pública va a proteger? ¿en qué idioma se va a pronunciar? Es preciso reconocer que los indios nunca han sido tratados como iguales; siempre han sido menospreciados, marginados de los beneficios que sí ha producido este país. El artículo 4 constitucional, al reconocer a esta nación como multicultural, devela el imperativo del trato igual en la diferencia.

El trabajo en la obscuridad

Cuando la Cruz Roja llegó al lugar de la masacre del 22 de diciembre los cadáveres estaban todos juntos; alguien los había reunido en un solo lugar. El repetidor de radio de la Cruz Roja fue robado y no pudieron comunicarse a su base aquella noche. El repetidor estaba ubicado en el Cerro del Tzontehuitz, a muchos kilómetros de distancia con respecto al lugar de la masacre, y fue sustraído haciendo un gran boquete en la pared. Durante cuatro años de guerra nunca había sido tocado. Curiosamente, en el mismo lugar se encuentran los repetidores de la Policía Federal de Caminos y de la Sedena, que resguarda el lugar; y éstos no fueron tocados.

Los cadáveres fueron trasladados en la obscuridad, antes que amaneciera. No hubo peritaje; no hubo quien custodiara el lugar una vez que se llevaron los cuerpos. Fue un trabajo rápido en la noche. Fue tan obscura la noche, tan activa, como el mismo origen de la masacre.

Éxodo de X’cumumal y la liberación de Los Chorros

El 26 de diciembre más de 3 mil 500 desplazados salieron del olvido y caminaron cerca de cuatro horas hacia el nuevo refugio de Polhó, en medio del desconcierto y de un extraño sentido de alivio. De igual manera, en un operativo dirigico por la PGR (Procuraduría General de la República), 400 personas de la comunidad de Los Chorros fueron sorprendidas por la posibilidad de verse libres de la servidumbre en que estaban ante el grupo paramilitar, y huyeron a Xoyep, otro campo de desplazados.

Así se desató la "guerra de la ayuda humanitaria". El gobierno federal descubrió que había hambrientos, enfermos y marginados en esta parte del país, gracias a las fotos que circularon en todo el mundo. Y como si la desgracia que padecen los desplazados fuese fruto de un huracán, se apresta el discurso oficial elocuente y la despensallena de productos Conasupo para la foto.

Desde Nayarit el Presidente de la República censuró a todo aquel que se atreva a rechazar su ayuda, en recordar que las instituciones de la República habían publicitado ya sus éxitos días antes, en desplegados y comerciales, narrando los enormes avances de sus campañas en cuanto a salud y educación.

Los desplegados develaron nuevamente la realidad real del estado en cuanto a las condiciones de vida, salud, nutrición, educación, vivienda y comunicaciones. ¿Por qué mandar ayuda cuando el discurso oficial aseguraba que ya no existían las condiciones que dieron orígen al levantamiento del 94 ?

En ese sentido, una Cámara de Comercio del estado protestó enérgicamente al día siguiente de la emisión del programa televisivo de Ricardo rocha, argumentando que mostrar imágenes de niños con hambre en Chiapas podría ahuyentar la inversiónextranjera.

Quien privilegia la inversión sobre la verdad o la publicidad sobre la responsabilidad, asume de facto una escala de valores utilitaria e inmoral.

Los ladrillos rojos

A los nueve días de la masacre los desplazados que huyeron de Actael el 22 de diciembre retornaron a sus casas. Llevaron cada uno un ladrillo rojo en la mano a lo largo del trayecto que une Pohló con Acteal. El ladrillo quería ser el símbolo de su empeño en reconstruir su comunidad, y el color rojo reflejaba la sangre de sus hermanos y hermanas. La procesión era seguida por decenas de reporteros y por muchos otros que decían serlo.

Los servicios de inteligencia en Chiapas no solamente relatan por escrito lo que sucede en cada rincón y en cada momento, sino que con mucha recuencia lo firman y lo documentan con fotografías.

Mo resultó sorprendente saber que en el operativo desarrollado en San Pedro Nixtalucum el 14 de marzo de 1997, dentro de los 16 elementos de Seguridad Pública aparecieron dos personas miembros de dos diferentes corporaciones de "Desarrollo Político", mejor conocido como "Inteligencia". Uno de ellos del Cisen, y otro de "Desarrollo Político del Estado". Tampoco resultó sorprendente que el Cisen le informara al Lic. Tovilla Cristiani de la masacre antes de la llamada de la Curia Diocesana aquel 22 de diciembre /cf.CNDH 1/98,p.76). Al contrario, dice bien del sistema de información que desde la Federación se tiene.

Pero esto indica también que autoridades federales sabían de la masacre ese mismo día. Es decir, que el responsable del Cisen y su superior, el Secretario de Gobernación, pudieron tener acceso a esta información.

El optimismo moderado; la construcción del santuario

La memoria no es un recuerdo del pasado, sino también una proyección al futuro y un reconocimiento del presente. Los deudos de Acteal tienen delante un compromiso simultáneo en la construcción de lo que ellos llaman su santuario: mantener viva la experiencia de sus muertos y transformar su dolor en labor por la Paz, sin venganza. A la sociedad le toca algo similar, pero en diferente plano; a pesar de ser ésta la masacre más documentada de la historia moderna del país, falta mucho para que se haga plena justicia. Ahí está la labor de los que no tenemos un deudo directo en la masacre.

La justicia en este caso será la base de lo que algunos llaman reconciliación social, otros el perdón. No se puede exigir la segunda sin el sustrato de la primera. Tampoco se puede hablar de un "borrón y cuenta nueva", como si nada hubiera pasado. Los muertos están presentes, andan a nuestro lado, sus nahuales los reclaman, y nadie puede ignorarlos.

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