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Junio 2019

Desarrollo histórico de los pueblos andinos:
La cooperación en los Andes

Pablo Masías Núñez del Prado*

La altura sobre el nivel del mar de los Andes Australes, donde evolucionaron durante unos 20 mil años los primeros inmigrantes, produjeron dos grandes efectos: 1) Aumentó la cooperación humana como respuesta a la mayor fatiga corporal, producida por la hipoxia; 2) Impidió desarrollar la cacería de especies mayores.

Con el primer efecto, los andinos se convirtieron en los precursores mundiales del socialismo y el cooperativismo, que se estructurarían y propondrían teniendo como referente histórico las sociedades de los Andes, especialmente la formación inka.

Mientras las limitaciones en la cacería, les negó el camino del guerrerismo, en Eurasia los condujo al invento de la esclavitud (explotación) y la creación de la propiedad privada.

Diferencia que derriba desde el principio cualquier explicación ética sobre la inexistencia de la explotación humana en el Continente Andino. Ya que la cooperación, en lugar de la explotación no fue ninguna decisión de los primeros habitantes de los Andes, sino el resultado natural de su evolución. Condicionado por la mayor altura sobre el nivel del mar, a la que tu-vieron que adaptarse para sobre-vivir y desarrollarse.

La cooperación fue una respuesta natural y perentoria para cazar sobre los 2,500 msnm, con una presión atmosférica de menos de 564 Torr, cuando la que hay al nivel del mar es de 760.

Y con la cooperación lograron dividir el esfuerzo que hacía un in-dividuo, entre varios; y multiplicar sus resultados, haciendo lo que uno sólo no podría hacer.

La cooperación, desde la mínima o más elemental se practicó en las formaciones sociales más primitivas, pero en los Andes se potenció decisivamente. Al punto de llevarlos por un camino evolutivo distinto, que se sustentó en la reciprocidad equivalente.

La cooperación siendo común a las especies humanas, incluyendo al homo sapiens, pudo ser simétrica, si se basó en la reciprocidad equivalente; o asimétrica si se basó en el saqueo y la exacción, no sólo de bienes sino del mismo trabajo humano. Marcando la principal diferencia entre las civilizaciones que conocemos.

Si la altura dificultó la oxigenación de la sangre y con ello el metabolismo del cuerpo, limitando el resultado de sus esfuerzos, la misma altura impidió el desarrollo de la cacería y hasta posterior crianza de animales (ganadería). Nunca habrían tenido una cacería abundante, sin depender también de la recolección de vegetales y la pesca.

No pudieron prosperar en la cacería por varios motivos: 1) Pocas especies mayores cazables, sólo tapires, camélidos y servidos (guanacos, vicuñas y tarukas) en las alturas; porque los osos y pumas fueron inalcanzables para ellos; 2) Sus armas para la cace-ría fueron muy limitadas (hondas y lanzas), porque no contaron con arcos y flechas; 3) La fatiga corporal de la altura sobre el nivel del mar aumentaba sus desventajas frente a animales de altura (adaptados); 4) Por eso tuvieron que ser “capturadores” en lugar de cazadores, aplicando su cooperación en los “Kayku” y “Chaku” (cercos humanos para cazar y capturar animales).

Y la cacería es un prerrequisito para ser guerreros, por las armas que crean y las tácticas que desarrollan.

Y los guerreros se vuelven “guerreristas” cuando viven de las guerras, mediante el saqueo y posteriormente del trabajo de los esclavos.

Así históricamente no habría guerreros sin cazadores, ni esclavistas sin guerreristas. Y ellos no pudieron existir en las alturas del Continente Andino.

Por la impactante altura sobre el nivel del mar entonces, se tuvo que potenciar la cooperación; y hacerla sostenible mediante la reciprocidad equivalente; y por esa misma altura, las hordas lítica matriarcales que inmigraron del norte a los Andes Australes, no fueron exitosas cazadoras, sólo cuando se establecieron en la Patagonia lograron inventar el arco y la flecha utilizando la madera cucharm del lugar, logrando la eficiente caza de guanacos, por eso se quedaron en la zona y posteriormente ocuparon Tierra del Fuego, al lograr cruzar el Estrecho de Magallanes.

Pero para ser cooperadores los ocupantes de los Andes Australes necesitaron desarrollar una cualidad neuropsicológica: la empatía…

Sólo con ella, comprendiendo el pensamiento y sintiendo igual que los demás, pudieron entenderse y cooperar.

Para eso debieron contar con uno de los más importantes mecanismos de supervivencia; el egoísmo.

Que es la mayor expresión del llamado “instinto de conservación”, por eso los que adolecen de egoísmo tendrían una disfunción biológica. Pero el egoísmo absoluto, que se rige por el principio de “sólo yo”, tuvo que dejar paso al egoísmo empático, que se rige por “primero yo”, abriendo la posibilidad de ayudar a los demás después de haber asegurado lo necesitado por cada individuo. Por eso el altruismo es una entelequia antinatural.

Mientras el egoísmo absoluto aísla a los individuos, el empático los relaciona con los demás, favoreciendo el “apoyo mutuo”.

Así, la cooperación que tiene la finalidad de dividir el esfuerzo y multiplicar los beneficios, tuvo un “beneficio colateral” con la empatía, que favoreció la cooperación. Quienes, por casualidad, como resultado de una mutación nacieron más empáticos, tuvieron ventajas para cooperar y mayores posibilidades de sobrevivir y reproducir-se, transmitieron esa facultad.

Como la empatía es una función neuropsicológica, y por lo tanto

orgánica, últimamente localizada por el Instituto Max Planck de Alemania, en el fascículo arqueado de la conexión del lóbulo frontal con los lóbulos parietal y temporal del cerebro*, es perfectamente susceptible de modificarse y potenciarse evolutivamente. Y así debió ser, por eso los andinos deben tener más desarrollado el “gen de la empatía”, que se expresaría psicológicamente como una mayor pre-disposición para la cooperación.

Lo que sumado a la fisiología de altura (apulmonados, corazonados, glóbulomelaninados), su reproducción complementaria y el naturismo de su cosmovisión y lógica, configura una variedad andina, diferenciada como resultado de una evolución adicional de 20 mil años sobre los 2,500 msnm.

Por eso la verdadera diferencia entre la civilización andina y las demás, está en su evolución, condicionada por la mayor altura, que aumentó la cooperación en los Andes. Y el aumento de la cooperación no es más que una adaptación natural, que explica el surgimiento mundial del socialismo y el cooperativismo.

REFERENCIAS *Masías, P. “La evolución en los Andes”, CEA, Arequipa, 2018, p. 383 (pmasias@yahoo.com)

PUKARA Cultura sociedad y política de los pueblos originarios. Periódico Mensual Junio 2019 Qollasuyu Bolivia Año 12 Número 154. p.11.

http://www.periodicopukara.com/archivos/pukara-154.pdf









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