Mayo 2019
LA ERA DE LA FRUGALIDAD
Walter Ritter Ortiz
Sección de Bioclimatología, Centro de Ciencias de la Atmósfera, UNAM. Circuito Exterior s/n, Ciudad Universitaria, Deleg. Coyoacan, México, D. F. email: walter_ritter@hotmail.com
INTRODUCIÓN
La vida, la inteligencia y el universo no son cosas separadas, sino aspectos diferentes de un mismo fenómeno. La vida y la inteligencia están en el corazón mismo de la elegante maquinaria del universo.
Nacido de la Nada, el universo salió rápidamente del caos original para crear estructuras muy ordenadas. Para los físicos, el vacío es el estado latente de la materia; materia en hibernación que basta excitar para que ésta aparezca y oscila entre lo que no hay nada y aquél en el que existe algo.
Un océano de partículas virtuales fugaces e inobservables, pero que son los agentes de transmisión de las fuerzas naturales. No se sabe porqué ni cómo apareció la vida sobre la Tierra. Lo mismo ocurre con el universo, cuya aparición sigue siendo un misterio.
Podemos dar sentido a la vida, nos dice Terry Eagleton, en aquello que hablamos, pero ésta no puede tener un sentido por sí misma. En realidad, la verdad y la falsedad serían funciones de nuestras proposiciones humanas; argumento, que como la mayoría de los argumentos filosóficos, no están exentos de problemas.
De Dios, se dice que es el “Creador” del universo, no porque sea una especie de “mega fabricante”, sino porque es la razón por la que hay algo más que nada; es según el argumento y el fundamento del Ser. Y aunque no tuviera un comienzo el universo, Él continuaría siendo el motivo por el que hay algo en lugar de no haber nada. Él es el fundamento del Ser, aun y cuando siempre hubiese habido algo por toda la eternidad; argumento utilizado por los teólogos.
Kant dedujo que: “Todo intento, tanto científico, cómo religioso, de definir la realidad, es sólo una hipótesis, ya que para cada tesis, la mente, puede crear una antítesis igual de valida”. No podemos saber cómo es el mundo, pero si podemos saber cómo es para Nosotros, según nuestra Mente.
No es sólo la Conciencia, la que se adapta a las cosas, también las cosas se adaptan a la conciencia, apunta Kant. Agregando que: Sobre Dios ni se puede probar su existencia, ni se puede probar tampoco que no exista.
El mundo, según Schopenhauer, es una Representación, ya que se trata de un mundo Aparente y por el otro lado, es Voluntad, ya que se trata de un mundo Real. Y dado que el mundo de la Voluntad es como un impulso ciego, sin finalidad ni dirección, autocrático e insaciable, el Mundo, es la morada del Sufrimiento.
Para Nietzsche, el único mundo verdadero es el de los sentidos. La vida es la lucha por la existencia y el perfeccionamiento del hombre se logra por esa lucha. Y para Kierkegaard, la Realidad no es un proceso Racional único, sino un conjunto de infinitas posibilidades, entre las que se cuenta la posibilidad de la Nada. Existir significa, salir de la Nada, hallarse en la frontera del Ser y no Ser.
No existe una realidad sin su opuesto. Heidegger argumenta que los seres humanos se distinguen de otros seres por su capacidad para poner su propia existencia en cuestión. Somos animales atípicos, que afrontan su propia situación como un interrogante, un dilema, una fuente de ansiedad, un motivo de esperanza, una carga, un don, un temor o un absurdo. Y con ello, se debe en buena parte a que somos conscientes de la finitud de nuestra existencia. Animales que vivimos a la sombra perpetua de la muerte.
Meditar sobre nuestro estar en el mundo, nos dice Eagleton, es una parte más de nuestra manera de estar en el mundo; incluso, aunque “la situación humana en sí” resultara ser un mero espejismo metafísico, no deja de construirse un objeto concebible de especulación, lo que se ha dado en llamar “la ansiedad ontológica”; la sensación de que uno es un ser superfluo y sin sentido, una “pasión inútil”, según expresiones de Jean-Paul Sartre.
Lo que caracteriza el pensamiento moderno, es el carácter “contingente” de la existencia humana de que nuestra especie podría muy bien no haber surgido nunca sobre la faz del planeta.
Hasta en nuestros momentos más felices, somos vagamente conscientes de que el suelo que pisamos se asienta sobre terreno pantanoso, de que no existe ningún fundamento inapelable para lo que somos y lo que hacemos.
Entre los filósofos del siglo XII, existía un cimiento sólido de la existencia humana llamado Dios. Pero, ni siquiera para ellos significaba eso que nuestra presencia en el mundo fuese necesaria y de que Dios, no tenía porqué haberla creado. La existencia humana es gratuita, nos dice Eagleton y, no es indispensable ya que Dios podría haber seguido muy bien sin nosotros.
Tener la sensación de que el sentido de la vida es una función de un todo mayor y, de lo que se dilucida aquí no es la realidad del individuo, sino quiénes somos o qué estamos haciendo aquí.
La existencia, significa que la capacidad del hombre de Crear su propio futuro, precede a su esencia y a su naturaleza. El que el hombre haya llegado a ser así y no de otro modo es, desde luego, obra suya.
Confundimos fácilmente la cosa en sí y la verdadera esencia de las cosas, es decir, la realidad muestra enteramente la apariencia o bien, una aparición totalmente adecuada a la verdad. La apariencia en cuanto no ser y la apariencia del ser, se confunden entre sí. Todas las supersticiones posibles se instalan en ese vacío, según un determinado enfoque de la misma y, trata de develar las leyes y los mecanismos invisibles por los que funcionan las cosas. Sigue habiendo profundidades, pero lo que opera en ellas es la Naturaleza y no la divinidad, lejos de desmantelar todo el anticuado aparato de la metafísica y la teología; lo único que hemos conseguido es proporcionarle un nuevo contenido.
La mayoría de la gente se encuentra bajo el instinto de no advertir lo que sucede y, todas las ciencias descansan únicamente en el fundamento general del filósofo, donde tras de los fenómenos conocibles, se encuentra lo incognoscible y fuera del alcance del hombre, donde la infinitud es el hecho primigenio, por lo que lo único que habría de explicarse sería el origen de lo infinito, donde el punto de vista de lo finito es puramente sensible, es decir es sólo una ilusión, nos dice Nietzsche.
En el tiempo y en el espacio infinito, no hay fines, lo que está ahí está eternamente ahí, bajo cualquier forma y, no es previsible el tipo de mundo metafísico que tenga que haber, ya que el tiempo en sí es un absurdo, ya que sólo existe en relación con un ser sensitivo; lo mismo sucede con el espacio, ya que no podemos representarnos las cosas tal como son y por tanto, todas las cualidades denuncian un contenido absoluto indefinido.
Lo infinito en la naturaleza, carece totalmente de límites y, lo infinito sólo existe en relación con nosotros y en un tiempo infinitamente divisible. Y el valor objetivo del conocimiento, carece de objetivos universales y su origen es sólo ocasional, su meta es el declive.
El conocimiento es casual, es decir, que no se produce con una intención finalista razonable. Podemos decir que es absurdo hablar de una finalidad inconsciente en la humanidad, ya que se perpetúa en lo imposible.
Para el hombre primitivo, los períodos muy largos de tiempo o las distancias muy grandes, dada su numeración, con las medidas de uso diario de tiempo y espacio, son ciertamente vistos como infinitos.
El infinito, es pues agrandamiento o alargamiento de lo finito, es decir, uno de sus casos especiales. Donde no se concibe la oposición de finito e infinito, sino la concepción de que lo infinito, es la suma de muchos finitos y lo finito, parte de lo infinito.
Los antiguos tenían el concepto de lo ilimitado, lo indefinido, en la infinita divisibilidad de la materia, como en el Apeiron de Anaximandro, pero este indefinido, no tenía el valor de lo que tenía el número y la forma; lo infinito lo que no era par ni impar, nada tiene que ver con el infinito de los escolásticos.
El Apeiron, es cualitativamente indefinido, indeterminado, ilimitado y en este sentido, infinito. Contrastando con esta concepción cualitativa de lo infinito, Anaxágoras habla del infinito cuantitativo, en el sentido de la infinita divisibilidad de la materia. Para él, nos dice Andrés Sestier, los cuerpos materiales son conglomerados de partículas infinitamente pequeñas, que existen desde el principio del mundo.
Para los pitagóricos, el número es el principio de todas las cosas y como número es siempre determinado, par o impar, pero nunca infinito, ya que éste es lo indefinido, negación abstracta de lo finito y, en la Edad Media, el infinito llegará a ser la esencia divina.
El valor ético negativo, atribuido al infinito por los pitagóricos, se debía a las contradicciones de la teoría del Apeiron, pero aún más, al descubrimiento de los números irracionales.
El Ser, es invariable, indivisible. Uno. Siendo Uno no puede ser infinito ya que por otro lado, la figura geométrica del Ser, es la esfera, que es indivisible y una, pero que no podemos desligar completamente del infinito, porque su superficie no principia ni termina en ninguna parte.
Así, el Ser no tiene principio ni tiene fin, argumenta Sestier. Agregando que, así como en el infinito, circunferencia, diámetro y centro son uno, así también el infinito, es principio de todo, todo lo encierra y todo lo inhibe y lo infiltra.
El mundo no es actualmente infinito, pero tampoco es finito, porque su centro está en todos y ninguno de sus puntos. El mundo es sin fin, donde el mundo es un Dios creado, es el Infinitum Creatum. Donde la especulación matemática le conduce a la idea de límite y, podemos considerar a Nicolás de Cusa, como precursor de las nuevas matemáticas basadas en la noción de límite.
El intelecto humano, constituye en la naturaleza, una excepción lamentable, vaga, fugitiva, inútil y arbitraria; ya que hubo otros tiempos en los que él hombre no existía y si vuelve a desaparecer, no habrá pasado nada, argumentación de Nietzsche.
Hoy por hoy, moverse por el espacio es difícil y es demasiado inmenso para poder explorarlo con los medios de los que disponemos en la actualidad. Además de que las máquinas más rápidas que podamos concebir tendrán necesariamente que lidiar con el hecho de que nada puede moverse a mayor velocidad que la de la luz. Y aún con esta velocidad llegar al extremo de la galaxia, nos llevaría unos cincuenta mil años.
Cuando trabajamos con velocidades pequeñas, podemos usar tanto la teoría de la relatividad de Galileo como la de Einstein, ya que ambas a bajas velocidades, coinciden. Pero a altas velocidades, es necesario recurrir a la teoría de Einstein, tomando como referencia la velocidad de la luz, para saber si una velocidad es grande o es pequeña.
Se publican miles de documentos cada día, pero todo ellos no nos permiten comprender mejor los grandes misterios del universo. La aparente complejidad no plasma más que lo insuficiente de nuestro conocimiento.
Robert Clarke se pregunta: Si la comprensión de un sistema complejo pudiera adquirirse mediante el estudio de sus componentes. ¿La realidad de un organismo se esclarece cuando se han detallado minuciosamente todos sus elementos?
El misterioso “azar”, quizá ha desempeñado un papel esencial en la propia organización de la materia y el mundo viviente. La mecánica cuántica, se ha hecho imprescindible; propone un mundo fascinante, incierto, aleatorio y sobre todo, hecho de probabilidades.
El universo en que vivimos parece ser un diseño inteligente, en el sentido de que las constantes de la naturaleza, son precisamente las necesarias para que el universo haya crecido en complejidad y se diera la presencia de los seres humanos.
Si la constante cosmológica, la constante de Planck y, las muchas otras constantes de la física tuvieran valores ligeramente diferentes, los átomos, moléculas, estrellas, planetas, organismos, seres humanos habrían sido imposibles.
Resulta sorprendente que nuestro universo con su conjunto de ecuaciones tan finamente ajustadas, permitan que la vida evolucione. Donde la máquina del tiempo es el universo en sí mismo. De forma que cada vez que miramos el cielo nocturno, miramos hacia atrás en el tiempo.
Factores tan ajustados con fantástica exactitud, hacen que el cosmos sea bioamigable y, que fomente los biosistemas. A lo que Sir Fred Hoyle, nos dice: ”Seguro que algún intelecto supercalculador debe de haber diseñado las propiedades del átomo de carbono, (constituyente principal de la materia viva) ya que, de otro modo, la posibilidad de que tal átomo se creara por la acción de fuerzas ciegas de la naturaleza, sería completamente minúsculas; que un supertalento ha jugado con la física, la química y la biología; hechos que parecen tan abrumadores como para llegar a esta conclusión más allá de todo cuestionamiento.
¿Quizá nuestro universo es el resultado de un proceso evolutivo? ¿Es una coincidencia que los agujeros negros y la vida biológica necesitan condiciones similares?, se cuestiona Hawking.
Robert Clarke, nos dice que basta rascar un poco el barniz de las apariencias, para que brote, bajo el mundo perceptible y visible, otro muy diferente, que en seguida nos parece extraño, misterioso e inabordable. Más allá del ligero barniz de las apariencias, de lo que llamamos “realidad”, el universo resulta enormemente extraño, misterioso e inabordable.
Puede que seamos hijos de un agujero negro de otro universo completamente distinto al nuestro, escondiendo mundos inimaginables por descubrir; un universo hijo, encerrado en un punto, donde un universo infinito podría caber dentro de un punto infinitesimalmente pequeño, argumenta Lay Valera. Y, Chandrasekhar nos dice que los agujeros negros, son los objetos macroscópicos más perfectos que existen en el universo; y los únicos elementos en su construcción son nuestros conceptos de espacio y tiempo.
Un agujero blanco es el opuesto a un agujero negro, donde toda la materia y toda la energía, tiende a escapar, expandiéndose rápidamente. Lo sorprendente es pensar que el Big Bang, guarda muchas similitudes con un agujero blanco.
La revolucionaria realidad que ha descubierto la física cuántica o, los interrogantes que se mantienen aún abiertos: la dirección del tiempo, la aparición de la vida, el sentido de la evolución, el nacimiento, del universo o la creación de un ser vivo.
Para Bernard d’Espagnat, la ciencia que no describe lo que existe, sino sólo su apariencia, va a ser siempre incapaz de llevarnos a la realidad de las cosas. Los átomos son sólo una imagen “velada” de la realidad, una aproximación a lo real; donde la realidad absoluta nos es desconocida y siempre será misteriosa.
El hecho de que el común de los mortales entienda el mundo, no es el objetivo prioritario de los científicos; somos nosotros quiénes deberíamos hacer el esfuerzo necesario para entenderlo; sin embargo, no todo el mundo puede hacer ese esfuerzo, nos dice Robert Clarke.
Nuestra atmósfera, es un gas que envuelve a una Tierra en rotación. La fricción con su superficie hace que la atmósfera también gire, pero en forma desigual. Durante el día se calienta y de noche se enfría y, las cantidades de enfriamiento o calentamiento varían de un lugar a otro. Y, como resultado de la combinación de la rotación de la Tierra, con los patrones cambiantes de calentamiento y enfriamiento, los movimientos, la temperatura y la presión de la atmósfera en cualquier punto de la superficie terrestre, se encuentran en constante cambio.
Los cambios producidos por temporada, de un año a otro, de una década o de un siglo a otro, es lo que llamamos Clima. Pero, en cuanto cambia de un día a otro, es lo que llamamos, el estado del Tiempo.
Hoy tenemos hielo permanente en los polos, pero a lo largo de los últimos 500 millones de años, esta situación no ha durado más que un 15% del tiempo, llegando a la conclusión de que estamos en un período de lo acostumbrado. Y si el comportamiento del clima en el futuro se comporta como en el pasado, estaremos acercándonos a otra glaciación.
El clima, como el tiempo, está determinado por las interacciones entre el movimiento de la Tierra, la radiación solar, la Tierra firme, los océanos, el hielo y la atmósfera. Las interacciones en sí son de suma complejidad y, fenómenos tales como la actividad volcánica y las fluctuaciones en la producción de energía del Sol, acaban por complicar el panorama.
Debido a estas complejidades, hasta ahora no ha podido elaborarse un modelo matemático adecuado de nuestro sistema climático, que nos saque de dudas.
¿Se está produciendo de verdad un cambio climático? Los cambios inducidos y provocados por los gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono? ¿Provienen de causas humanas?
De la información existente, podemos determinar cuál es la dirección correcta y ayudarnos a conocer los hechos, a fin de que podamos entender qué está sucediendo en realidad y, tomemos decisiones con conocimiento de causa.
Para empezar, nos dice Gregg Braden, la única manera de determinar si estamos viviendo un período anómalo de extremos climáticos, es comparar el clima actual de la Tierra, con el del pasado.
Mientras el hielo de las regiones polares siga helado, dispondremos de una autentica biblioteca de la historia climática de nuestro planeta, capturada en los miles de capas que se han depositado a lo largo del tiempo. Además, nos ofrece un medio para determinar si las condiciones de hoy son verdaderamente insólitas en relación con los ciclos climáticos normales.
Las capas de hielo del lago Vostok, en la Antártida, nos han regalado una vista al pasado, con un alcance de cuatrocientos veinte mil años de historia climática, ofreciendo una clave inestimable para entender el clima del pasado.
Puesto que el cambio climático está ocurriendo, la respuesta es: sí y no a la vez, porque tanto el calentamiento como el enfriamiento se han producido durante el tiempo que es objeto de controversia y debate, argumento de Braden.
Y, no sólo estamos experimentando no sólo un enfriamiento y un calentamiento excepcionales, sino también otras manifestaciones extremas como huracanes, lluvias torrenciales, ventiscas, tormentas de nieve, tornados y, casi todos los demás fenómenos meteorológicos imaginables.
Es obvio que vivimos en un tiempo de fenómenos meteorológicos extremos; la cuestión ahora no es si se está produciendo un cambio o no, sino qué es lo que lo está causando y, si es debido al calentamiento o enfriamiento de nuestro planeta.
Será útil para esto, tener conocimiento tanto de la historia climática como de los ciclos que provocan dichos cambios.
Y los datos no dejan lugar a dudas de que la Tierra ha experimentado un calentamiento en los últimos ciento veinte años; pero durante la década de 1960 y 1970, un cambio súbito hizo descender las temperaturas, por lo que la única respuesta sincera ha de ser: un “sí” a ambos, tanto al calentamiento como al enfriamiento.
Los datos nos aportan por sí solos dos nociones claves: una, que el ascenso y descenso de las temperaturas es cíclico y dos, que cada ciclo está compuesto por ciclos anidados de calentamiento y enfriamiento menores, donde los cambios de temperatura recientes forman parte de un patrón sólidamente establecido, dentro de los márgenes de lo que sería de esperar para nuestra época; por lo que si conocemos los ciclos del pasado, podemos prever razonablemente cuándo se repetirán y, no hay razón para creer que los ciclos del futuro vayan a ser diferentes de los del pasado.
Actualmente, estamos atravesando por un momento en el que un ciclo de calentamiento termina y el siguiente de enfriamiento comienza. Decididamente, se ve que existe una relación entre la temperatura y el CO2, pero no se da la que los alarmistas del calentamiento global esperaban. Dándose un descubrimiento excepcional, que podía aclarar definitivamente la controversia sobre el calentamiento global, nos señala Braden, ya que lo que se creía de que había un aumento de CO2 y posteriormente un aumento de temperaturas, no es verdad, pues los datos contradicen este hecho, ya que en realidad, primero se dan las altas temperaturas y posteriormente una mayor cantidad de CO2. Y esto es lo que desenmascara totalmente el fraude del calentamiento global.
Donde, para William Gray, la especie humana tiene muy poco o nada que ver con los recientes cambios de temperatura. Soy de la opinión, nos dice, de que el calentamiento global, es una de las mayores patrañas que se hayan dado en la historia y, de los cambios climáticos inducidos por el hombre, son insignificantes.
El calentamiento global nunca se ha verificado científicamente, fuera de los modelos matemáticos que predicen un calentamiento extensivo y, que se desbaratan debido al complejo proceso de formación de las nubes, que tienen un efecto enfriador.
Del hombre tribal al hombre global, del animista al ecologista, de aquél que apenas tiene conciencia de sí a aquél otro capaz de situarse en un cosmos infinito: El individuo, el grupo, la sociedad, todos estamos en constante evolución y, lo hacemos según una pauta predecible, en función de las condiciones del entorno y de nuestra capacidad mental.
Por primera vez, estamos en condiciones de ver cómo crea el cerebro los pensamientos y, cómo a su vez, los pensamientos crean el cerebro; es decir, estamos creando nuevas sinapsis conforme vamos aprendiendo, donde la cantidad de datos que recogemos sobre el cerebro se duplica cada año y, estamos demostrando que podemos convertir estos datos en modelos operativos y simulaciones.
Aristóteles, señalaba que el significado de la existencia de la naturaleza era una Deidad Suprema. Actualmente, la Naturaleza se nos muestra más amplia que nunca y nos integra más que nunca. Donde una de las cualidades de la Naturaleza que más impresiona, es la continuidad de la vida. No sólo la continuidad de lo animado observable en sus diversos grados, sino la continuidad de lo animado con respecto a lo inanimado.
Fernel, desconfiaba de todo lo que no tuviera una causa precisa y, tanto para él como para Aristóteles, las funciones son las finalidades y, las finalidades las causas del cuerpo.
La célula, como componente del cuerpo, no sólo es una unidad microscópicamente visible y delimitada, sino una vida unitaria que rige su propia existencia.
El organismo completo se inicia en una célula, donde el término vida no establece una frontera precisa con respecto a la no vida. Producto de una co-organización de tipo integrador, donde la armonía del conjunto no se establece estrictamente en función de sus partes, sino que es el conjunto el que la imprime a las partes.
Cada molécula, entra en contacto con otras, varias decenas de miles de veces por segundo. Cada una de ellas está compuesta por una multitud de átomos invisibles, con agitación permanente y, con impactos constantes que chocan millones de veces por segundo.
Una individualidad, cuya totalidad, está postulada con el nombre de “Holismo” y, donde distintos tipos de sistemas organizativos producirán distintos tipos de comportamiento.
Existen dos explicaciones del mundo: la del mundo sensible, válida para lo que vemos y tocamos y que utiliza el sentido común con definiciones comprensibles para todos. La otra, es la de lo infinitamente pequeño, lo infinitamente rápido y que sólo es inteligible si se introducen explicaciones complejas, relativistas o cuánticas y, de que sólo un grupo selecto tiene acceso.
Para Max Planck, creador de la mecánica cuántica, existe un tercer mundo, diferente del mundo real y el mundo sensible: es un mundo en gran parte matemático, creación del espíritu humano, construido con un objetivo muy preciso y, por tanto, sujeto a modificaciones conforme se avanza en la ciencia.
Para muchos, la matemática es racionalización de la experiencia explicada en términos clave; pero la crisis de los fundamentos y los resultados de incompletitud e indecibilidad, tuvieron el efecto de romper la presunta unidad del conocimiento, reeligiendo a la intuición como principio de regulación del saber matemático. Conocido como: El máximo postulado de la tesis “intuicionista”.
Por otro lado, tenemos al “formalista”, que pretende dotar de cimientos incontrovertibles a las matemáticas, intentando así alejarse del simple juego especulativo.
Para Niels Bohr, el objetivo de la física es ver qué podemos decir de la naturaleza y, donde es preciso, sino renunciar a creer en una realidad independiente de nosotros, sí decir al menos, que no podemos tener acceso directo a ella ni describirla.
Galileo, revolucionó la ciencia por preguntarse: no el “porqué”, sino por preguntarse el “cómo”. No basta con saber qué clase de individuo es el hombre; la clave estriba en gran medida, en el “cómo” ha llegado a ser lo qué es. Fernel, por su parte, admite que la naturaleza es un principio evidente, pero de por sí indemostrable de forma aislada. Agregando: “No intento mirar con el sentido real de la vista, lo que infiero por la reflexión”. Y para Platón: “El pensamiento es un dialogo interior del alma”.
La única realidad que observamos es la de nuestra experiencia, porque la ciencia no abarca más que dichos fenómenos. Paradójicamente, cuanto más avanzan el hombre y la ciencia en sus conocimientos acerca del mundo, nuevas cuestiones a menudo más complejas, más oscuras, más aparentemente inextricables, vienen a sustituir las ya resueltas.
No hay nada en el mundo que no seamos nosotros: somos parte de un todo, somos parte de todas las cosas; todo es tú, y todo es yo; pero sólo estando en un nivel de conciencia elevado, podemos tocar esa verdad, nos dice Denise Linn.
Somos parte de un inconsciente colectivo, que cree que estamos separados de la vida que nos rodea y que ésta puede afectarnos o lastimarnos y que simplemente lo hace, pero en los niveles más profundos, todo eres tú; cada lazo, cada conexión, cada estrella o galaxia.
Como humanos, nos dice Denise, percibimos el reino cósmico como allá afuera, como si fuera alguna lejana ubicación entre las estrellas; pero eres un espacioso que existe en todas partes y en todo lugar a la vez y, lo que pasa es que estamos sintonizados en la estación cósmica de la separación.
Para ganar un entendimiento más profundo de los lazos que nos conectan al universo de nuestro alrededor, es valioso descubrir que “todo está compuesto de energía que cambia constantemente y, que no estamos separados del mundo de nuestro alrededor y de que todo tiene una conciencia”.
La creencia occidental de que podemos existir independientemente de nuestro medio ambiente, es una ilusión con circunstancias potencialmente graves para la salud y la felicidad. Es una creencia que hace posible la epidemia global de contaminación, odio, guerra, ambición y tantas otras cosas que perturban nuestra vida.
A causa de esta creencia colectiva de estar separados, de manera frecuente es difícil sentir emocionalmente nuestra conexión con cosas fuera de nuestro dominio privado. Las culturas nativas entendían lo que pocas culturas occidentales saben. Reconocen no solamente que el universo a nuestro alrededor es un vasto campo de energía que fluye con el que estamos íntimamente conectados, sino que todo en el universo tiene una conciencia.
Puede ser difícil identificarse con algo que es impreciso y que está en todos lados, nos dice Denise Linn, así que no te sientas desanimado si no “ves” los lazos y las cuerdas que te conectan a todo el universo.
Spinoza, habla de la existencia necesaria de una sustancia única y absolutamente infinita, con atributos infinitos a la que llama Dios o, Naturaleza. Este Dios es la realidad, el mundo, el universo, que lo determina todo con unas leyes eternas e inmutables. Es un sistema único integrado que lo incluye todo.
El panteísmo identifica la divinidad con el cosmos, no un Dios externo al mundo, sino inscrito en él; oponiéndose al monoteísmo de las tres grandes religiones (Catolicismo, judaísmo e islamismo), nos dice Juan Solé. La filosofía de Spinoza, constituye la culminación del pensamiento racionalista, restringido a los conceptos del puro intelecto, para alcanzar una descripción del universo y del hombre del plano físico exterior y de la dimensión moral y afectiva interior. Lo asombroso es que su concepción de la existencia siga siendo una de las más ricas, estimulantes y fascinantes que haya producido la mente humana.
Rabindranath Tagore, nos dice que la infinita personalidad del hombre, incluye el universo y no puede haber nada que no sea clasificado por la personalidad humana, lo cual prueba que la verdad del universo es una verdad humana. La humanidad está compuesta de individuos conectados por la relación humana, que confiere su unidad al mundo del hombre. Todo el universo está unido a nosotros, en tanto que de modo similar, lo están todos los individuos. Es un universo humano.
El mundo separado de nosotros, no existe; es un mundo relativo que depende para su realidad de nuestra conciencia; la verdad se concibe a través del hombre. Y hay cierta medida de razón y de gozo, que le confiere certidumbre.
La verdad absoluta, que no puede concebirse por la mente individual aislada ni descrita en palabras y, que sólo es concebible mediante la absoluta integración del individuo en su infinitud. Si hubiera alguna verdad totalmente desvinculada de la humanidad, para nosotros sería totalmente inexistente. Lo que la mente humana percibe como una mesa, no puede existir si no existiera esta mente.
La naturaleza es un principio influido “a priori” por la mente y, confirmado por inducción. Una causa: la causa del mundo múltiple perceptible que nos rodea, donde las obras de la naturaleza guardan una serie de causas para su existencia.
La ciencia natural, cuando se le planteaban las preguntas, se hacían sobre la pauta del “porqué”: es por eso que las respuestas sólo eran “antropocéntricas”. Pero hoy interrogamos a la naturaleza con el “cómo” y, en consecuencia, las respuestas superan la simple metáfora humana.
La naturaleza, que abarca todas las cosas y penetra en cada una de ellas. Dirige una inmensidad de cosas con un orden firme e invariable.
Esta plausibilidad y esta durabilidad de la ley, es la mayor virtud de la naturaleza; sin ella, nada en el mundo sería estable, ni el propio mundo. Este reino de la ley fue creado con el mundo, para el propio mundo, nos dice y señala Sherrington.
La vida, nos dice Warren Johnson, es cuestión de seguir adelante tumultuosamente y lo mejor posible, dadas las circunstancias en que se encuentran los seres vivos. Entre dos extremos está la totalidad de la vida, una vasta superficie con muchos senderos que conducen a lugares diferentes. Pero, en la que todos reflejan la necesidad de ser frugales en el uso de la tierra y demás recursos.
Lo vivo y lo no vivo, en función de la energía, no presentan una diferencia que no sea explicable por la reordenación de sus partes. No es una simple cuestión de cantidad de energía recibida, según patrones estándar; sin embargo para Fernel, esta reposición del cuerpo vivo y esta formación completa a partir de la incorporación de materia no viva, que por efecto de ella, se hace vida, apenas merece comentarios.
No presentaba dificultad, que un principio vital inmaterial, que hablaba el cuerpo, lo vivificara por completo. La extracción de vida a partir de lo no vivo, se produce incesantemente en una diversidad incalculable de tierras, mares y ríos; pero en todos los casos, su origen es la vida ya existente.
Las cosas vivas, siempre proceden de un óvulo, que a su vez, procede de una cosa viva. Si la materia hizo por sí sola la vida, ¿Por qué no lo sigue haciendo? La materia puede reducirse casi por completo a electricidad, donde las cargas eléctricas se mueven entre sí, agrupándose en determinados tipos de sistemas.
Los elementos de estas agrupaciones, se descomponen y vuelven a juntarse y luego forman nuevas agrupaciones de átomos que, a su vez, se estructuran en otros sistemas; las moléculas son sistemas eléctricos igual que los átomos.
La evolución, ha ido produciendo una plétora de nuevas formas de vida y en virtud de ello, de posibilidades latentes que nunca habían sido convocadas y, que constituyen un ejemplo a gran escala de ese nuevo devenir.
¿Resulta extraño que un planeta que no piensa, sin propósito determinado e ignorante de lo que hay que hacer, haya realizado esto, algo que en cierto modo, supera a lo que el hombre ha hecho? El planeta es un lugar de formas y potencias vitales recientes.
Para Fernel, nuestra época no desmerece la comparación con los mejores tiempos de la Antigüedad, donde la vinculación del hombre con el resto de la Naturaleza, estriba en que la vida en él, es parte de la misma vida, que informa toda la creación animada.
La Naturaleza, es el principio que permite que estas leyes se manifiesten en lo concreto. Principio de la Naturaleza, que tiene que contar con algo sobre lo cual actuar, del mismo modo que lo necesita un escultor para realizar su obra.
Ese algo es la materia. La Naturaleza es la causa, la causa productora y la que lo mantiene. Ya que cuando se crea algo, a lo único que se da principio es a su forma y, cuando la cosa perece, sólo su forma desaparece. El estado final de la materia escapa a nuestra observación.
La verdadera religión de los filósofos, es el estudio de lo que existe. Todo lo que la Naturaleza engendra, consta desde su primer momento, de materia y forma.
De las dos, la forma es con mucho la más importante, nos dice Sherrington y, constituye la cosa tal como la conocemos. De lo que se sigue que la cosa engendrada, no es estable ni permanente.
Para Fernel, conforme se hace el embrión humano, éste, recibe, en primera instancia, un alma vegetativa, que regula su inicio a la vida. Más tarde recibe al alma sensible, la que posteriormente asume la actuación del alma vegetativa. Más tarde, cuando se implanta el alma racional, ésta asume las funciones de su predecesora. Si no fuera así, el hombre sería en parte planta y en parte animal y sólo parcialmente humano, pero el hombre es del todo humano.
La creencia es que son los propósitos o fines los que gobernaban todos los procesos y entidades, con lo cual cada cosa naturalmente tiende a ocupar su lugar en la gran cadena del ser.
El supuesto era: de que la razón gobernaba la naturaleza y era lo que modelaba la comprensión, tanto del mundo social como del físico.
Lo animado y lo inanimado, son iguales en sus partes extremas y, con mayor motivo, en el principio constructivo. Al sistematizar, lo animado cae de forma natural dentro de las series de lo inanimado, con lo cual lo animado se convierte en un simple caso particular de lo general.
Para Whitehead, la diferencia entre física y biología, es que la biología estudia los organismos más complejos y la física los menos complicados. De tal manera, que la organización física se fusionara y se transformara en biología.
Una vez iniciado, los sistemas vivos en varias ocasiones tienden a hacerse más complejos, aumentando la diferencia entre organismo físico y organismo biológico. Esta complicación progresiva fue obra de la evolución, señala Whitehead.
La vida, es ahora y siempre individual y está relacionada con su modalidad generativa, por lo que cualquier intento de definición debe iniciarse a partir del concepto de individualidad. Con el transcurso del tiempo, tiende a producir una vida más organizada que otra; pero los brotes aunque complejos, se remontan a prototipos más sencillos.
La naturaleza es amoral, no inmoral. Lo repugnante abunda en ella, pero no es culpa suya. Las obras de la evolución son un regocijo de altruismo, agradables y placenteras y, aunque esto no es prueba de que ella y la evolución sean benevolentes.
No hay nada bueno ni malo, es el pensamiento el que lo hace y, la naturaleza en este sentido, no es pensante, no hay nada bueno o malo salvo el mismo hombre.
Se piensa que el hombre contemporáneo fue coetáneo de la última glaciación y cuando finalizó ésta, hace más de diez mil años, se encontraba ya distribuido en todos los continentes, por lo que probablemente la mayor etapa filogenética del hombre actual, transcurrió en las condiciones climáticas extremas y muy adversas.
Al finalizar la última glaciación, su rasgo fundamental se dio con la aparición de la agricultura, al aparecer un clima templado húmedo con largos veranos cálidos.
Pero, probablemente ningún otro aspecto de la sociedad contemporánea parece tan alarmante para los pueblos capitalistas desarrollados como el crecimiento demográfico de los países del tercer mundo; e influye de modo evidente, en la orientación de importantes organizaciones de financiamiento.
La teoría Neomalthusiana, surge no en relacionar la población y la naturaleza, sino en los efectos del rápido crecimiento demográfico de la población y en el proceso de desarrollo económico; afirmando que las tasas elevadas de natalidad trae consigo una relación de dependencia que vuelve difícil, si no imposible, el arranque para el desarrollo; ideas que corresponden a los países dominantes del mundo capitalista y de sus intereses políticos y, en el tercer mundo, con el crecimiento demográfico, se alteran las condiciones de mercado consumidor interno y las oportunidades de ganancias, en el sistema productivo.
Los planes de irrigación hicieron florecer los desiertos, pero también llevaron a la catástrofe en una dimensión mundial. Métodos deficientes de irrigación acabaron por convertir una gran parte de las tierras en un desierto, a consecuencia de la acumulación de sal. Y las prácticas de un excesivo pastoreo y cultivo defectuoso de la tierra, probablemente constituyeron, a lo largo de milenios, a extender los desiertos.
Con el correr de los tiempos, los cambios producidos por la acción del hombre fueron enormes, pero sólo fueron verificados con suma lentitud.
La gente podía morir en un mundo que al parecer era prácticamente idéntico a aquél en el que había nacido y, en el que sus padres y abuelos habían vivido; pero cuando los pequeños cambios se multiplican por milenios, el cambio acumulativo puede ser muy grande.
Se observa que después del descubrimiento de la máquina de vapor, el ritmo de cambio se aceleró mucho, convirtiéndose el hombre en una fuerza mundial geológica y ecológica en escalas de tiempo de años, en vez de siglos. Siendo transformados con más rapidez de la que hasta han empleado las fuerzas naturales.
Warren Johnson, nos dice que las malas noticias ya son conocidas: los recursos naturales del mundo limitados y jamás volverá a ser posible la opulencia y el despilfarro de los años sesenta.
Los procesos económicos habrán de seguir la pauta de la ecología y ello, se producirá si somos capaces de ir suprimiendo reglamentaciones, burocracias y programas, con una espontaneidad voluntariamente asumida, sin necesidad de controlar la vida de la gente.
Se trata en suma, de una nueva adaptación; una sociedad en la que habrá menos estandarización, menos movilidad, menos producción en masa, menos centralización. Tal vez los ingresos sean inferiores, pero el control de cada individuo sobre su propia vida será mayor.
Una nueva escasez, en suma conduce a una nueva era de la frugalidad que habrá de ser una nueva era de la desmasificación, la calidad y la libertad.
Sin mantener el viejo mito del desarrollo económico indefinido, sino sobre una clase diferente de vida y, a no resistir las señales del cambio, a creer en la elasticidad y alegría de los seres humanos; en estilos de vida más ricos en experiencias personales.
El intento de perpetuar la sociedad de la opulencia, supondrá una ardua lucha y, el mantener el abundante flujo de materias primas de nuestra actual economía, será una tarea cada vez más trabajosa y en última instancia, desesperada.
La opulencia cada vez será menos cómoda y ofrecerá menos paz y seguridad. La tarea exige que no tomemos por realidades nuestros deseos de grandes adelantos tecnológicos o, de un gobierno eficaz.
Podemos avanzar fácilmente hacia una forma de vida segura y sostenible si aceptamos la lógica de la frugalidad.
La vida es un constante proceso de cambio; necesitamos ser flexibles y tener visión para reconocer cuando ha llegado el momento de zarpar hacia un nuevo mundo.
Una vida plena depende de cómo respondemos ante todo tipo de situaciones y logramos crecer a través de ellas; de cómo aprendemos a ser mejores a través de nuestros peores momentos.
Siempre hemos contemplado el quebranto como lo natural y lo esperado. Nuestra preocupación por todo lo que puede estar mal, nos impide reconocer cuáles son las verdaderas posibilidades preventivas que están a nuestro alcance para evitar tanto descalabro y desasosiego.
Si ahora navegas por mares serenos, éste es el mejor momento para prepararte y saber cómo enfrentar mejor las tormentas cuando de nuevo se presenten, solía decir Marco Aurelio.
Definiendo al espíritu como “el poder irresistible y el misterio de la fuerza de la vida; eje ordenador del mundo, la vida y el pensamiento”, que se enraiza en la conciencia personal y, confiere sentido a las adversidades y a los objetivos de nuestro proyecto existencial.
Ayuda a establecer los valores e ideales y a vislumbrar la orientación de nuestra misión vital, en el mundo, nos dice Rosa Rivas. Agregando que existen circunstancias donde la luz sólo puede brillar cuando se ha transitado por la oscuridad.
¿QUÉ ES EL REDUCCIONISMO Y QUÉ ES EL HOLISMO?
El universo debe verse como una red de relaciones vinculadas entre sí, donde la naturaleza se concibe a través de su autoconsistencia, sin estructuras estáticas y su estabilidad, es el resultado de un equilibrio dinámico.
La dinámica de los recursos naturales es muy complicada, encontrándose que el efecto determinístico de denso dependencia, representado por la ecuación logística, estabiliza el sistema de la cadena trófica, llevándonos de dinámicas caóticas y periódicas a estados estacionarios y, que la adición de los procesos estocásticos del ambiente exterior, puede resultar en la reducción en amplitud y frecuencia de la dinámica poblacional, Cai lin xu y Zi zhen Li (2002).
El equilibrio observado en la naturaleza, podemos considerarlo como una propiedad emergente y, al modificar el ambiente, algunas especies se extinguirán mientras que otras se convertirán en dominantes; pero después de romper el equilibrio inicial, surgirá otro nivel de equilibrio de forma natural, donde es necesario comprender la dinámica de este nuevo sistema, para beneficiarse de él.
En la modelación del impacto por la explotación de un recurso, son fundamentales nuestros estudios de diagnóstico, simulación y pronóstico, apoyados en las metodologías de simulación de enfoque de sistemas, donde se escogen las variables y las reglas adecuadas y necesarias para determinar los elementos que gobiernan la dinámica en el sistema de estudio, con lo que podemos predecir los cambios de dichos sistemas a través del tiempo.
Es necesario identificar el problema con claridad y, describir los objetivos del estudio con precisión, teniendo en mente que vamos a estudiar la realidad como un sistema. El resultado de esta fase de estudio, ha de ser una primera percepción de los elementos que tienen relación con el problema planteado, por lo que debemos conocer los elementos que forman el sistema y las relaciones que existan entre ellos, incluyendo sólo aquellos elementos que tienen una influencia razonable sobre nuestro objetivo, que es la de proponer acciones prácticas para solucionar el problema.
El comprender, se da como algo previo a resolver. No hay logro de objetivos que no existen o, no son claros y precisos en el tiempo y en el espacio. Todo cambio en el medio ambiente produce reacciones en cadena de desajustes coyunturales. Por esto es que los sistemas vivientes sólo existirán si sus variables de estado o de equilibrio, permanecen dentro de ciertos valores.
La virtud de la ciencia es, que datos nuevos arriban sin cesar y la llevan a cambiar sus visiones e ideas y, no hay realidad que podamos comprender de manera unidimensional. Toda visión parcial es pobre. Hay que tener sentido del carácter multidimensional de toda realidad. A la vez, debemos aceptar que jamás podremos escapar a la incertidumbre y jamás podremos tener un saber total.
Los modelos propuestos para el manejo de los recursos naturales, ya sea para el manejo de pesquerías, bosques, pastizales, control de plagas o agricultura, pueden clasificarse en diferentes categorías y es necesario tener muy claro sus diferencias fundamentales. Y por lo mismo, es necesario entender de forma precisa, debilidades y fortalezas de los diferentes tipos de modelos.
Los modelos de rendimiento por recluta, maximizan el rendimiento de un recurso, manipulando la mortalidad de explotación y la edad mínima o primera entrada, en el proceso de explotación, considerando que se dan condiciones ambientales constantes.
Sin embargo, sabemos que la mayoría de los recursos naturales son regulados precisamente por las condiciones cambiantes del ambiente, por lo que es necesario incluirlos si es que queremos obtener una metodología de aplicación universal.
Nuestros modelos, son modelos complejos no-estacionarios, donde es posible incluir tantos factores ambientales como sean necesarios para construir el modelo y asimismo, poder incorporar posibles estrategias de manejo de los recursos naturales, implantadas por el hombre.
No importa qué tipo de ecuación es la más indicada para describir un sistema complejo, el problema a enfrentar en todos los casos es la de determinar la estructura particular para el modelo, que nos da la descripción más realista del sistema. Y una vez que el modelo ha sido derivado y los parámetros han sido estimados, podemos utilizar algunos métodos para encontrar cómo maximizar la productividad de una especie útil o, minimizar la productividad de una plaga.
Conforme la biomasa poblacional disminuya, la tasa de crecimiento efectivo incrementará y la edad media en la población disminuirá. En equilibrio, la residencia media en la población será siempre igual al inverso de su tasa reproductiva. Cualquier disminución en la biomasa poblacional, menor al tamaño original cuando dio inicio la explotación, puede incrementar su potencial de crecimiento y reproductivo, porque al disminuir la densidad poblacional, deben mejorar las condiciones para la población restante.
La edad media en la biomasa poblacional, disminuye al aumentar la explotación. La actividad pesquera puede disminuir la capacidad de sostén del ecosistema, lo cual es de efecto acumulativo y proporcional a la intensidad pesquera aplicada, afectando a su vez a la máxima biomasa que el habitat puede mantener.
La tasa de recuperación será menor conforme el daño en el habitat sea mayor. La meta es mantener a la población en explotación en la mitad de su tamaño inicial, para obtener su óptimo rendimiento. Las decisiones para el manejo del recurso, se basan en el tamaño de la biomasa poblacional y su comparación al valor óptimo de esta biomasa inicial. Un modelo de toma de decisiones más sofisticado, debería de incorporar los niveles de capturas recomendadas basadas en los tamaños pronosticados y, en las inexactitudes de estas predicciones, componente importante para una versión final de un modelo integral para la toma de decisiones.
Su esencia no radica tan solo en el conjunto de técnicas cuantitativas, sino también en la flexibilidad y universalidad de su enfoque. Destacando que comprender el comportamiento de cada una de las partes del sistema, no nos garantiza que podamos entender el comportamiento del sistema como una unidad funcional.
Una inadecuada preservación de los recursos naturales, es un desperdicio de recursos valiosos; su manejo por otra parte hace posible la domesticación de naturalezas inhóspitas, diseñando habitats adecuados para convivir hombre y naturaleza.
Una de las cosas más importantes que la simulación matemática en dinámica poblacional ha hecho, es la de identificar los factores causantes del cambio poblacional, ciclos y comportamientos caóticos, ya que si bien la fluctuación poblacional es impredecible pero, no lo son las condiciones que dan origen al comportamiento caótico.
La incertidumbre debe incorporarse en las estrategias de manejo, reconociendo que algunas fluctuaciones siempre ocurrirán, así como que siempre habrá sorpresas, pero también donde las soluciones pueden frecuentemente diseñar formas, para reaccionar a estas sorpresas.
Existen dos formas conocidas de estudiar el caos, en el manejo de los recursos naturales: Los métodos estadísticos de series de tiempo y, los métodos basados en la reconstrucción de atractores, usando el teorema de Takens.
Otro método reciente y es el que aquí utilizamos, se basa en la bifurcación y la ruta del caos, pronosticada por modelos matemáticos donde si la dinámica caótica existe, podremos reproducir la ruta al caos. Y, donde la mezcla de no linealidad y estocásticidad producen un nivel de complejidad que no puede ser vista y observada por el estudio de los atractores determinísticos solamente.
El principio básico es la consideración de que un modelo simple, deterministico de dimensión baja, puede dar no solamente simulaciones y predicciones exactas, sino también dar explicaciones de la compleja dinámica exhibida por los sistemas biológicos.
El exponente de Lyapunov, representa una medida de la caosidad de estos ecosistemas y a la vez, una medida de su cantidad de información contenida en ellos.
Leyes sencillas, procesos no-lineales, sensibilidad a las condiciones iniciales y a la retroalimentación, son los factores que al parecer hacen funcionar el mundo.
Un punto clave para entender la dinámica de las comunidades ecológicas en el corto tiempo, es saber qué es lo que determina la fluctuación interna de la población. También sería de gran utilidad, pronosticar lo que puede ocurrir cuando una población es explotada o cuando se alteran los patrones climáticos.
La naturaleza está regida por leyes y, es a través de éstas que sus sistemas se adaptan a las condiciones del ambiente local. Es necesario identificar las que son pertinentes para nuestros propósitos, si deseamos ajustarnos al orden natural, para tratar de comprender los factores que gobiernan y regulan el desarrollo, estructura y funcionamiento de los sistemas productivos naturales.
Cada comunidad es única y cuando es perturbada, rápidamente reaccionará para restaurar su equilibrio. El “balance de la naturaleza” se refiere a la habilidad de la comunidad para resistir o recuperarse de perturbaciones externas.
La mayor fuerza de perturbación del balance es el clima, ya sea de largo plazo o por episodios repentinos, tales como tormentas o cambios de temperatura. Todo lo que observamos en la historia de las poblaciones, ya sea su regularidad o aparente aleatoriedad o, cualquier combinación de las dos, se dice que es resultado de fuerzas externas.
Las poblaciones, no sólo fluctuarán en tamaño conforme transcurran en el tiempo, sino también su distribución en el espacio, que presentará una distribución de conglomerados o parches, que emergen de la misma naturaleza.
Un ecosistema que no está sujeto a perturbaciones fuertes del exterior, cambia de manera progresiva, pronosticable y direccional, convirtiéndose en más maduro, con incrementos de la complejidad de su estructura; lo que significa un mayor número de interacciones entre sus elementos y, una minimización del flujo de energía, por unidad de biomasa poblacional existente.
El reto es determinar el modelo que nos dé la descripción más realista del sistema y, una vez que el modelo ha sido construido y sus elementos constitutivos estimados, podemos utilizar algunos métodos para encontrar cómo maximizar la productividad de una especie útil o minimizar la productividad de una plaga.
ELPODER DE LA COMPLEJIDAD
El doctor Clare Graves, comprobó que a pesar de que todas las teorías sobre el desarrollo humano contenían elementos verdaderos e interesantes, ninguna de ellas presentaba un modelo completo. Por lo que se planteó averiguar en qué consistía ser un “adulto psicológicamente sano”, centrándose en saber en qué consiste este hecho.
Definiendo la personalidad adulta sana, como aquélla que caracteriza a la persona dispuesta a sacrificarse por el bien común.
Tanto las personas que encajan en el grupo que pone el énfasis en el “Yo” como el de aquéllas que lo hacen en el “nosotros”, no les impedía que se adecuaran o no a la vida. Por lo que se considera su trabajo como “La teoría que lo explica todo”.
A lo que el Doctor Graves, llamaba “Dinámica en Espiral o Espiral Dinámica”. Una nueva clasificación mostró cuatro tipos de personalidad:
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Los que son capaces de sacrificarse con recompensa tardía;
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el capaz de sacrificarse con recompensa inmediata;
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El capaz de expresarse de manera calculada, aunque perjudique a otros;
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El capaz de expresarse sin causar perjuicio a nadie.
El carácter previsible del cambio, mostraba una evolución-cambio que alternaba entre el “Yo” y el “Nosotros”, lo cual reafirma el componente “Cíclico” del modelo. Comprobando que no existía un punto de llegada y, que la continuaba en un sistema abierto.
Descubrió que los niveles de personalidad emergen y se desplazan de un nivel a otro en la medida en que se modifican las “condiciones de vida” y en consecuencia, aumentaba la complejidad de su visión del mundo.
Demostró que la inteligencia no es el factor que hace que una personalidad sana cambie de un nivel a otro. “El desarrollo psicológico del ser humano es un proceso abierto y está en constante evolución.
El primero de sus grupos, solía encontrar más soluciones que los demás grupos juntos y sus soluciones además de ser más rápidas eran cualitativa y cuantitativamente superiores. Observó así también, que ningún grupo cambiaba sin que hubiera una razón para hacerlo, como una alteración en las condiciones de vida, dando a entender que el cambio depende tanto del entorno como del potencial cerebral.
Podemos concluir del modelo de Graves que:
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La naturaleza humana no es estática ni finita; se modifica y crea nuevos sistemas según las condiciones de vida;
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Nuestra estructura psicológica se modifica, del mismo modo que se modifican nuestras reglas de vida, con la finalidad de adaptarnos a las nuevas condiciones de vida;
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Vivimos en un sistema de valores potencialmente abierto y con una cantidad infinita de modos de vida a nuestro alcance.
La evolución del ser humano, permitió habilitar poco a poco regiones cerebrales para que se ocupara de tareas específicas. Así, para manejar las necesidades biológicas contamos con la región conocida como “Cerebro Reptiliano”; para manejar las emociones, disponemos del sistema límbico; para manejar la razón y la intuición tenemos el Neocortex.
El cerebro reptiliano tiene una inteligencia corporal muy desarrollada, que resulta fundamental para nuestra supervivencia; está formado por la parte más antigua del encéfalo y el tronco cerebral y son responsables en buena medida del aspecto instintivo del ser humano. Regulador del hambre, de la sed, de los impulsos sexuales y de la temperatura corporal.
El sistema Límbico, está formado, básicamente por el tálamo, hipocampo, amígdala e hipotálamo. El tálamo recibe toda la información que llega al tronco encefálico y la distribuye. El hipocampo se ocupa de la memoria a largo plazo. La amígdala es responsable de manejar los miedos y juega un papel importante en el aprendizaje emocional.
El hipotálamo se sitúa entre el cerebro reptiliano y el sistema límbico; regulador del sueño, apetito, de la sed, etc. Ken Wilber, es el creador del modelo integral, un modelo para procesar la realidad, basado en la integración del conocimiento.
Adquirimos conocimiento a partir de lo que percibimos. Pero, lo que percibimos, depende del ojo que utilicemos, nos dice Lair Ribeiro; del modo como miramos, del campo que exploremos y así mismo, de aquello que pensamos. En el modelo gravesiano, se pone el énfasis en el “cómo” piensan las personas y no en el “qué”.
Ken Wilber, en su modelo integral, tiene en cuenta e integra el conocimiento obtenido por la humanidad desde la antigüedad hasta nuestros días.
Y la realidad, se construye a partir de niveles crecientes de complejidad.
Lair Ribeiro, nos dice que la molécula es más compleja que el átomo; la célula más compleja que la molécula; el tejido más que la célula y así sucesivamente. Y a medida que aumenta la complejidad, aumenta la profundidad y disminuye la amplitud. Los niveles más complejos incluyen a los menos complejos; pero en contrapartida, existen en menor cantidad que los menos complejos. Cada nivel evolutivo sucesivo produce mayor profundidad en su número de niveles y, menor amplitud.
Cuanto más complejo, menos abundante, por lo que la cantidad no tiene que ver necesariamente con complejidad. Cuanto más complejo, más desarrollado es el estado de conciencia y más complejos serán los problemas.
Los nuevos sistemas de valores, exigen la activación de partes del cerebro hasta entonces no utilizadas, así como nuevas visiones del mundo. No significa que abandonemos por completo la anterior manera de pensar, donde lo nuevo incluye lo anterior y lo trasciende.
El homo sapiens tiene un cerebro grande, para poder desarrollar nuevos sistemas que le permitan hacer frente a nuevos problemas existenciales.
Hay gente que lucha para sobrevivir y dominar a los demás, sin ningún sentimiento de culpa. Se ve el mundo como una selva, donde vence el más fuerte. Su lema es luchar siempre o que por lo menos, se debe perder con el honor de haber luchado valientemente hasta el fin. Unos a otros se ven como aliados o enemigos.
Todo ocurre en un plano muy simple, nos dice Ribeiro, en el que no es necesario justificar los actos de violencia. Un neurotransmisor, es el activador de este nivel existencial, en el que la necesidad de ser héroe es una constante. No son capaces de centrar la atención durante más de 15 a 25 minutos.
El futuro para ellos no va más allá de unas cuantas horas. Se trata de personas que sólo piensan en ellas y, en cómo obtener satisfacción personal del mundo que los rodea al precio que sea. No experimentan sentimientos de culpa y carecen de visión de futuro. Para que estas personas sean productivas, hay que ofrecerles recompensas inmediatas.
Satisfacen de inmediato impulsos y sentidos y luchan agresivamente sin sentimientos por romper cualquier límite o norma, sin preocuparse por las consecuencias de sus actos y, viven el momento el aquí y el ahora.
Se margina, pero argumenta que no es culpa suya; tiene un Yo enorme, impulsivo, omnipotente; es la base de las tiranías y de los imperios feudales.
En cambio, las personas del estado existencial absolutista, sólo se motivan para alcanzar el orden y sólo están dispuestas a hacer algo que tenga significado. Para ellos el mundo está correctamente guiado y dirigido, por la reglas necesarias para que se imponga el orden, por lo que hay reglas para todos y para todo.
En este nivel existencial, nos dice Ribeiro, todo gira en torno a sentimientos de culpa y a cómo redimirse ante la máxima autoridad. Las personas no quieren ir al infierno y, lo único que desean es que no los castiguen, por lo que las recompensas no surten efecto sobre ellas.
Piensan de modo absolutista, con nociones rígidas de lo que es correcto y de lo que no lo es, encontrando sentido y propósito en el sacrificio. Creen que la vida es una prueba para juzgar quién merece la salvación eterna y quién no.
Sus principales características, son la de llevar el orden y la estabilidad a todo; la de controlar la impulsividad mediante la culpa; impone la ley y el orden; inspira principios de vida, como la honra y la integridad; cree que el plano divino define la posición de las personas; esto era por lo general la base de las naciones antiguas.
La mejora de las condiciones de vida, hacen que sus miedos disminuyan y, lo liberan para darse cuenta y percibir que está siendo explotado por su patrón.
El tercer nivel, es la de un estado existencial emprendedor, símbolo del progreso. Son independientes, encaran el mundo como un lugar repleto de opciones válidas, lleno de alternativas y se sienten en la obligación de probarlas todas, hasta encontrar aquélla que les asegure éxito, influencia y autonomía.
Es pragmático y desarrolla múltiples maneras de pensar, motivado por la competencia; sus acciones no siempre son éticas, pero puede decirse que sus logros mejoran las condiciones de vida de la humanidad.
El pensamiento en este nivel es múltiple y se muestran abiertos, mientras el primer nivel no respeta la autoridad y el de la segunda, la respeta demasiado, este nivel directamente la niega.
Sus principales características, según Ribeiro, son de que mejoran la vida de muchos, por medio de la ciencia y la tecnología; la autoridad se basa en la experiencia y no en dogmas, es pragmático, orientado hacia los resultados, luchando por la autonomía y la independencia, buscando la buena vida y la abundancia material, progresando en busca de las mejores soluciones, aprecia la competencia y juega para ganar, lo que se refleja generalmente en los corporativos.
En el nivel, conocido como estado existencial socio céntrico, pluralismo de vínculo humano y el Yo sensible. En este nivel las personas se unen en comunidades para buscar el conocimiento, tanto de sí como de los demás. Para ellas el mundo es el hábitat que toda la humanidad debe compartir y las luchas son por los derechos del grupo y no los derechos individuales.
En este nivel, la gente depende sobre todo de la aprobación de terceras personas. Aprendiendo por medio de la observación. Son aptas para desarrollar un liderazgo participativo y cualquier decisión tiene que contentar a todos, constituyendo la base de las comunidades de valores, asegura Ribeiro.
De sus principales características, es la de que estudia su propio ser interior y el de los demás, de que promueve un sentido de comunidad, hacia el otro, de que comparte entre todos los recursos de la sociedad y abraza la diversidad y el multiculturalismo, promoviendo la igualdad de género y luchando por los derechos de niños y animales, así como rechazando todas las jerarquías porque son opresoras.
Libera a los seres humanos de la ambición y los dogmas, llegando a decisiones por consenso, renovando la espiritualidad y armoniza a todos los seres de la Tierra.
LA MECÁNICA CUÁNTICA DE LA DIGESTIÓN
El cuerpo humano, nos dice Chopra, es el logro final de la naturaleza, un don que se nos ha otorgado para que lo apreciemos y cuidemos toda la vida.
Nuestro sistema digestivo que evolucionó para adaptarse a la escasez y a la variedad, se ve ahora obligado a manejar la abundancia y la uniformidad nutricional. Comemos demasiado de lo que no nos conviene y a menudo, lo hacemos tan de prisa que el cuerpo y las células reciben más estrés que nutrición. Donde la mayoría de las enfermedades se originan en un desequilibrio del sistema digestivo.
Desde un punto de vista holístico, para entender cualquier aspecto del cuerpo humano, debemos comenzar con una visión del cuerpo humano como sistema único integrado, en el cual todas las partes están diseñadas para funcionar de una manera unificada.
Epicuro, declaró que una buena digestión es la base de toda la bondad humana. También creía que la mala digestión era moralmente destructiva, a tal punto que era preciso hacer todo lo posible por evitarla.
El Ayurveda, reconoce al cuerpo como parte del continuo natural, donde el cuerpo humano es un campo dinámico de energía y, participando continuamente de un intercambio con el campo mayor de energía que lo rodea, en el que está comprendido el resto del universo. Y como resultado de este intercambio constante, tu cuerpo se está renovando y reemplazando en cada momento de tu vida, nos dice Chopra.
Agregando que si pudieras ver tu cuerpo, tal y como es en su nivel más elemental, comprenderías que el noventa y ocho por ciento de los átomos de tu anatomía no estaban allí hace un año. Que tus huesos se renuevan cada tres meses y como resultado, cada tres meses dispones de un esqueleto nuevo. Creas un hígado nuevo cada seis semanas y tu piel cada mes y, construyes un nuevo revestimiento estomacal cada cuatro días; tu cuerpo cambia por completo en un período de cuatro a cinco años. Tu cuerpo está siempre en un proceso de cambio e intercambio con el universo que lo rodea.
Reconstruye el cuerpo con una forma reconocible, antes que como una aleatoria colección de partes. Nuestra fisiología en sí tiene una inteligencia inherente y, las muchas funciones fisiológicas que guían el reemplazo de células, moléculas y hasta de átomos, dependen de la inteligencia inherente que habita el cuerpo humano.
Nuestra fisiología en sí tiene una inteligencia inherente y, las muchas funciones fisiológicas que guían el reemplazo de células, moléculas y hasta de átomos, dependen de la inteligencia inherente que habita el cuerpo humano. La física cuántica nos ha proporcionado estas mismas profundizaciones básicas, en la naturaleza del funcionamiento humano.
Los átomos son diminutas fluctuaciones de energía en la infinita expansión de energía que la física moderna llama campo unificado, de donde emergen todas las fuerzas naturales, dando nacimiento a un universo material incluyéndonos a nosotros, relata Chopra.
Agregando que fundamentalmente, nuestro cuerpo está tan vacío de materia como el espacio intergaláctico y, una masa de materia viva y palpitante y de apariencia sólida, es en realidad casi toda espacio vacío, nada más que una ilusión perceptual, un reflejo de la inteligencia subyacente más primaria, que estructura el universo entero. Es sorprendente, pero la naturaleza lo es muy a menudo.
Esta perspectiva reconoce la inteligencia como el tejido básico a partir del cual se estructura el cuerpo y, que la inteligencia interior del cuerpo es el genio último y supremo que refleja la inteligencia del universo como un todo.
La digestión desempeña un papel crítico en el proceso natural de curación. La renovación constante de cada parte de la fisiología, depende del correcto funcionamiento digestivo y, de este modo el proceso de la digestión desempeña un papel clave en el mantenimiento de la homeostasis general y la potencia curativa.
El Ayurbeda, libro sagrado de la India, reconoce la inteligencia que existe en cada uno de nuestros órganos y en cada célula de nuestro cuerpo. Y Chopra, experto en medicina cuántica, nos dice que el cuerpo forma parte del campo unificado mayor del universo y, nuestro ser se extiende más allá de los confines de este saco de piel y huesos, hasta los últimos rincones del Cosmos.
Nuestros pensamientos, imaginaciones, sentimientos, deseos y energías son tan de “nosotros” como las uñas, lunares y tracto digestivo. Nuestra conciencia infinita, es capaz de alcanzar las estrellas en un abrir y cerrar de ojos y de hecho, somos nosotros las estrellas, los ríos, las tempestades y las inundaciones; somos las galaxias, ya que todo eso es proyección de nuestra conciencia.
Ver, oir, tocar, oler, digerir; necesitamos todo eso a fin de percibir y comprender el universo en que vivimos. El Ayurveda destruye la noción de una separación rígida entre mente y cuerpo y es claro, que cualquier hecho mental o emocional da origen a un hecho correspondiente en el cuerpo.
El Ayurveda define las conjunciones mente-cuerpo y describe los principios mecánico-cuánticos que controlan las relaciones entre conciencia y la fisiología.
DINÁMICA DE LA POBLACIÓN Y DESARROLLO DEL BIEN COMÚN
Uno de los problemas más agudos de nuestra época es la relación entre pobreza de los países subdesarrollados y el rápido crecimiento demográfico. Sin embargo, es indispensable que, según la perspectiva de los intereses de los países subdesarrollados, hace falta que se elaboren las bases de una teoría capaz de explicar, en cada caso concreto y a partir de determinadas condiciones demográficas y económicas, las formas de la relación entre población y progreso económico, señala Paul Singer, donde la perspectiva de la estructura económica y de las formas de organización social y cultural, traen consigo la conservación de los patrones de alta natalidad; por lo que se busca alterar las tasas de la natalidad, sin que sea necesario modificar las estructuras fundamentales de la sociedad.
Malthus, señala que el aumento en producción no crece al ritmo de la población. Donde la pirámide de edades con elevadas tasas de natalidad, trae consigo una relación de dependencia que hace difícil o incluso imposible, avanzar hacia el desarrollo. Y lo que representa una carga excesiva para la población económicamente activa.
Las altas inversiones demográficas desvían los escasos recursos de capital de inversión productiva. Las ideas neomalthusianas corresponden al sistema ideológico de los países dominantes del mundo capitalista y a sus intereses políticos.
Singer, presenta una perspectiva económica enteramente distinta, en la que prevalece el punto de vista de los países del tercer mundo. Un cambio esencialmente cualitativo que afecta la estructura del sistema de producción y participación relativa, de los diferentes sectores que la integran.
Singer, señala que con el crecimiento demográfico se alteran las condiciones del mercado consumidor interno y las oportunidades de ganancias en gran escala, en el sistema productivo. Por lo que la población, representa una función positiva en el nivel económico y el crecimiento demográfico, ocasiona la necesidad de reformular las formas de organización de la producción y de la distribución de los bienes de servicios que se han vuelto insuficientes.
El crecimiento demográfico constituye un factor central en el proceso de desarrollo social, ya que vuelve obsoletos determinados modos de producción y orientan a la organización de modalidades más productivas; que representa un importante factor positivo para el desarrollo económico.
Las funciones sociales y económicas de la población, se diversifican de modo dinámico en contextos sociales distintos, asumiendo formas variadas y contradictorias, que necesitan analizarse en relación con el cuadro económico y social más amplio. Tomando en consideración factores como la densidad demográfica, recursos naturales y avance tecnológico.
Aunque desarrollo implique crecimiento, el crecimiento dentro de la estructura colonial es lo opuesto al desarrollo. La expansión de su mercado interno es un requisito esencial para el desarrollo. Pero ninguna economía colonial puede desarrollarse simplemente profundizando su especialización productiva, de acuerdo con los patrones actuales del comercio mundial.
Aquéllos que abogan porque los países en desarrollo no deben “descuidar” el comercio exterior, pero al dar prioridad a la expansión de su agricultura, están de hecho abogando por el reforzamiento de las estructuras coloniales, explica Singer.
Si el objetivo es la construcción de una economía industrial moderna, jamás podrá realizarse a base de un patrón de especialización internacional que no permite la diversificación de las economías de monocultivo.
Francis Bacon, construyó su filosofía, según Gonzales Romero, sobre la certeza de que el auténtico conocimiento es aquél que permite el progreso de la sociedad y para lograrlo es fundamental, por un lado, abandonar las estériles especulaciones teóricas que han definido la tradición filosófica y por otro, asentar un nuevo método científico basado en la observación y la experiencia, que permita transformar y dominar la naturaleza.
Su idea de unir ciencia y tecnología para mejorar las condiciones de vida de la humanidad, sigue vigente en la mentalidad contemporánea.
Warren Johnson, nos dice que con la aparición del desempleo crónico, la elevación de los precios y los problemas sociales sin resolver, parece que son algunos factores claves que afectan las condiciones básicas de nuestra vida y que escapan a nuestro control.
Nadie niega, que cualquier población humana que creciera infinitamente, en un espacio finito, se enfrentaría, a problemas insolubles. Más tarde o más temprano, la natalidad y la mortalidad deben llegar a un equilibrio, para poder sobrevivir.
En la mayor parte de los casos, nos limitamos a aferrarnos al presente en vez de afrontar la terrible perspectiva del deterioro y el colapso.
¿Debería adaptarse, por lo tanto, la dinámica de la población a la estructura económica existente o debería ésta adaptarse a las necesidades del crecimiento demográfico?
Aristóteles, consideraba que es imposible hablar de democracia donde hay pobreza y riqueza extremas. Una democracia verdadera debe ser lo que hoy llamamos un estado benefactor.
Señaló que si en una democracia perfecta, hay un número pequeño de ricos y un gran número de pobres, éstos utilizarían sus derechos democráticos para quitarles propiedades, pero como le pareciera injusto, propuso reducir la pobreza a reducir la democracia.
La opulencia será cada vez menos cómoda y ofrecerá menos paz y seguridad. Podemos avanzar fácilmente hacia una forma de vida segura y sostenible, si aceptamos la lógica de la frugalidad,
A medida que las comunidades se hagan más necesarias, se reforzaran los valores que las sostienen; lealtad, cooperación y generosidad volverán a ser funcionales, familia y amistad y el confort que brinda un ambiente bien conocido, configurando una vida basada en la simplicidad y el uso frugal de los recursos.
La calidad que pueda tener una vida así, dependerá en gran parte de la calidad de nuestra adaptación a las barreras que hay ante nosotros. La continuación de las pautas actuales de crecimiento económico, nos llevará a una mayor inestabilidad ecológica y tarde o temprano, a un período de caos, seguido por el establecimiento de un equilibrio en algún nivel inferior de la población y la productividad.
Pensábamos que la economía podía tomar la dirección que quisiera, sin sufrir restricciones ecológicas. Pero es evidente que la economía está muy sometida a la influencia de factores ecológicos, especialmente cuando se da el comienzo de la escasez.
En ocasiones, los efectos de la “Resistencia Ambiental” son difíciles de percibir, debido a nuestro poder para modificar el medio ambiente y crear recursos nuevos y útiles. Pero aun y cuando los mecanismos restrictivos del crecimiento no se expresen de manera tan directa ni clara, como en el terreno de la naturaleza, se hacen sentir igualmente, dice Johnson.
Sólo si miramos bien las fuerzas que operan en el mundo, podremos sacar algo que nos ayude a ver dónde nos encontramos.
La ecología y la economía política tienen varías características en común. Una de ellas es el concepto de “equilibrio general” el mundo en que vivimos. En la naturaleza hay ecuaciones que rigen las tasas de nacimiento y muerte de poblaciones en un ecosistema.
En la economía, ecuaciones similares se refieren a los productos que se compran y venden. En ambos casos el equilibrio se da, cuando se encuentra una solución a todas las ecuaciones.
Cuando una administración de los recursos intenta cambiar una zona de bosques en pastos, lo más común es que resulte difícil el cambio, ya que el “equilibrio original” tiende a restablecerse. Pero esta dificultad puede ser un consuelo, ya que se demuestra con esto, que existe “la elasticidad y la capacidad de resistencia de todas las formas de vida”.
Sin embargo, el cambio existe y los equilibrios se rompen.
Lentamente, nos dice Johnson, a medida que el nicho empieza a llenarse, las cosas empiezan a ponerse difíciles; la comida empieza a escasear, aparecen los depredadores y se hacen sentir otras presiones y, “esto es la Resistencia Ambiental”, a la que no se puede escapar de ninguna manera”.
No solamente hay restricciones al crecimiento de la población, sino que incluso es posible que ésta se reduzca, especialmente si el nicho ha sido explotado en exceso. En cierto sentido, la población llega a depender de los predadores para mantener su buena salud y mantenerse en un nivel acorde con la capacidad de abastecimiento del medio en que se vive.
Esta capacidad de síntesis, de Seneca, le da a sus palabras una valiosa perspectiva ética que dominaría buena parte de la antigüedad clásica y que aún hoy, siglos más tarde, cuando continuamos presos de las mismas coyunturas a la vida mortal, nos sigue ofreciendo un ejemplo iluminador a seguir.
La escuela filosófica fundada por Seneca, basada en el desprendimiento y la aceptación de la adversidad, comienza a elaborar una forma de filosofar que comparte algunos elementos con Platón y Aristóteles, donde se plantea de forma menos contemplativa y mucho más activa, ante todo los problemas de esta vida que incorporan variados elementos de la filosofía de Heraclito, cuya doctrina destacaba la importancia de los cambios que ocurren en la vida.
La preocupación estoica de Seneca, se orienta a evitar los sufrimientos y a buscar aquella felicidad que no depende de nada perecedero o fugaz, aceptando la multiplicidad que caracteriza al mundo que habitamos. Donde Epicuro, dio unas normas dignas de todo respeto, rectas y severas, motivada por el claro deseo de alcanzar un saber necesario para la buena vida.
Es propiamente un mediador entre la vida y el pensamiento, entre ese alto logos establecidos por los griegos, como principio de todas las cosas y la vida humilde y menesterosa.
Séneca, se preocupó de explorar las distintas alternativas para elaborar una visión ética, convencido de la común pertenencia de los hombres al espíritu racional que domina este mundo y, da ha entender que por el simple hecho de ser racional, todo hombre adquiere dignidad.
Para James Madison, lo importante era reducir la democracia más que la pobreza, estando convencido de que el objetivo principal del gobierno era “proteger a la minoría opulenta de la mayoría” y de que “deben gobernar quienes son dueños del país”, manifestando su preocupación de que la mayoría pobre lograra una reforma en la tenencia de la tierra.
Diseñó un sistema que impedía que la democracia funcionara, dejando el poder en manos de los “hombres más capaces”, aquellos que detentan “la riqueza de la nación”.
A lo largo de la historia de los Estados Unidos, el poder político se ha concentrado en manos de quienes son dueños del país. En este país no existe nada que remotamente se asemeje a una igualdad de oportunidades, pero, incluso si la hubiera, dice Chomsky, el sistema seguiría siendo intolerable.
La derecha en este país, está promoviendo que se cobre el uso de las bibliotecas, como parte de la nueva idea de rediseñar a la sociedad de manera que se beneficie únicamente a los ricos; comprenden perfectamente así que no hay problema con un pentágono, pero sí con las bibliotecas, argumenta Chomsky. Y el hecho de que el sistema haya logrado borrar de la mente ciudadana el deseo de tener acceso a los recursos culturales, es una impresionante victoria.
El libre mercado, sólo existe en los discursos. Todas y cada una de las cien trasnacionales más grandes, se han beneficiado de la política industrial de su país de origen y por lo menos, veinte de ellas no habrían sobrevivido si el gobierno no las rescata o les otorga grandes subsidios para sacarlas de problemas.
Esto indica que tienen todo el derecho del mundo a hacer el dinero que quieran, pero si te metes en problemas, los contribuyentes tienen la responsabilidad de arreglar las cosas, en la premisa de que la inversión esté tan exenta de riesgos como sea posible. No quieren libre mercado, lo que quieren es poder. Buscando la explotación de la mano de obra barata, evadir normas ambientales y engañar en el pago de sus impuestos.
Así, con alianzas estratégicas para un papel preponderante en la administración de la economía global y que en verdad, son dictaduras económicas concentradoras de poder.
La falacia está tan asimilada que nadie se atreve a comentar el asunto.
¿Tendrá que ser nuestro destino la destrucción? Si bien es cierto que la guerra nuclear es un peligro latente, en verdad otros problemas son incluso más peligrosos: problemas como la explotación demográfica, la creciente opulencia y complejidad de la sociedad industrial, el rápido cambio tecnológico y la poca disponibilidad de reservas alimenticias y energéticas, pueden por sí solos dar lugar al derrumbe de nuestra civilización.
Para Warren Johnson, las barreras sociales y políticas que se oponen al desarrollo de los países pobres, han resultado considerablemente mayores de lo que se había imaginado en un principio. Reconociendo que la civilización industrial podría perecer en todo el mundo, ya que las sociedades industriales son sistemas muy frágiles y complejos, que están sujetos a una multitud de rupturas, tanto deliberadas como no deliberadas.
¿Hasta qué punto tenemos todavía cierto control de la situación? Según Harrison, sus temores en los últimos años han aumentado ya que los adelantos conseguidos convergen con gran prisa, con consecuencias para la humanidad y que son difíciles de comprender y que pueden resultar desastrosas.
Para Eliezar Tijerina, hay que cambiar el fin, el contenido, el contexto y el paradigma económico dominante, superando sus contradicciones teórica y empíricas y, las deficiencias por una definición cuestionable de la agenda económica, donde es conveniente explicitar que toda teoría puede examinarse en términos de su fin o propósito, su discurso y su marco socio histórico y ambiental y su paradigma.
Al descubrir incoherencias lógico-empíricas, debilidades en términos de los desafíos actuales, de las promesas incumplidas y de omisiones en el conocimiento de algunas disciplinas necesariamente integrantes de la economía, como la filosofía, la ética, la psicología y la historia e incluso la propia filosofía y la historia de la propia economía.
Pero en un sentido crítico, más fiel al pensamiento de sus fundadores, en la concepción del hombre, de sus fines y de su entorno en la economía convencional, con raíces históricas añejas, que han impedido a lo largo de la historia de la humanidad el bien común sustentable… Su metafísica es engañosa e ilusoria, promete lo que no otorga, aunque se comporta como si lo otorgara… La inestabilidad y las crisis existen, que prevalece la injusticia.
LA ERA DE LA FRUGALIDAD
Con la aparición de los problemas sociales sin resolver, parece que algunos factores clave que afectan a las condiciones básicas de nuestra vida escapan a nuestro control.
Mucha gente está haciendo preguntas sobre la pobreza y la opulencia, el desempleo y la inflación, el crimen y las huelgas. Pero tal vez la pregunta más importante es: ¿Hasta que punto es probable que sigamos gozando de la opulencia?
El nivel de opulencia se elevaría en la medida en que se elimine la pobreza y la distribución de los ingresos sea más equitativa. ¿Pero dónde conseguir la energía y materias primas necesarias para sostener un mayor desarrollo de la opulencia?
Es claro que todavía no aprendemos a dirigir en forma efectiva el sistema económico. Y mientras no entendamos en realidad el sistema en toda su complejidad, siempre tendremos que preguntarnos, si es susceptible de manejo.
El sistema físico-biológico, junto con el económico, se relacionan de modo directo, señala Harrison Brown, implicando interrelaciones complejas entre reservas y ambiente. Y con la red industrial, tenemos todavía más complicada la situación, por lo que es muy posible que nos obligue a enfrentarnos a conmociones de gravedad extrema.
La Unión Sovietica se desarrolló con gran velocidad antes de la Segunda Guerra Mundial, sufriendo grandes pérdidas durante la guerra, pero luego creció con una rapidez tan extraordinaria, que cuando examinamos lo que ha logrado, en un lapso tan corto de tiempo, podemos decir que raya en lo increíble, según comentarios de Harrison.
Sin embargo, cuando se analizan los costos terribles en cuanto a angustias y privaciones y en cuanto a la degradación del espíritu humano libre, no es posible dejar de tener serias reservas. Podríamos decir que Rusia es el país más poderoso del mundo y la razón principal es que hasta este momento, ha desarrollado su tecnología hasta tal punto que tiene que continuar en esta línea de desarrollo, para poder hacer uso pleno de sus reservas naturales que son muchas y mayores a las de cualquier otro país.
Los chinos se han destacado por la creación de capital a partir de mano de obra, haciendo uso de millones de campesinos durante las épocas que no son de temporada agrícola, para construir sistemas de irrigación y otras formas de control del agua, caminos, escuelas, casas y pequeñas industrias. Utilizar de forma efectiva estos procedimientos, requiere gran pericia en el arte de planificar y organizar.
Cuanto más pobre es el pueblo de un país, tanto más difícil de acumular capital mediante el ahorro interno. Los países más pobres, tienen muy pocas probabilidades de obtener un capital por medio del ahorro, a menos que como los chinos, tengan, la fuerza política y la capacidad organizadora para transformar la mano de obra en capital.
En los países en desarrollo, unas dos terceras partes de la población son “gravemente pobres”, califica Harrison y, cerca del 40% son “indigentes”, lo que suma un total de más 1200 millones de los llamados miserables de la tierra. Harrison nos hace recordar que fue el colonialismo, lo que en gran medida inicio la sucesión de acontecimientos que acabaron por llevarnos a la situación actual.
Y por supuesto, dejaron numerosas catástrofes, como hambres, pestes y guerras locales; al mismo tiempo se les haya impedido muy eficazmente que se industrializaran o que obtuvieran valores justos por sus productos y reservas.
Se reconoce que con los nuevos sistemas de irrigación, descendieron los índices de mortalidad, pero la población aumentó con mayor rapidez, ya que los índices de natalidad no variaron de forma significativa. La gran mayoría del pueblo siguió siendo pobre y los números absolutos de los pobres, se elevaron en enormes proporciones.
Según Eliezer Tijerina, siguiendo a la dialéctica, entendida como dialogo entre diferentes paradigmas en busca de la verdad y, en dialogo con diferentes disciplinas y tradiciones, podemos exponer las principales incongruencias en la conducta, en la ética y supuestos conocimientos, en la concepción del hombre, de sus fines y de su entorno en la economía convencional, con raíces históricas añejas que han impedido a lo largo de la historia de la humanidad, el bien común sustentable.
La promesa no se ha cumplido después de un cuarto de siglo ilusorio, porque sus defensores se comportan como si se cumpliera.
Uno de los obstáculos internos más difíciles para obtener el desarrollo, radica en que los grupos privilegiados han hecho más honda la separación entre privilegiados y los indigentes, que disfrutan de la situación establecida y que harán cualquier esfuerzo por mantenerla como está. Que viven con el miedo de cualquier cambio, auténticamente significativo y, se oponen a cualquier cambio que parezca ser una amenaza para sus privilegios.
Para Harrison, la creación de programas de ayuda técnica, deberían dirigirse a producir personas capaces de tomar decisiones, resolver problemas, ser administradores y técnicos de otras ramas, de edificar la estructura administrativa y organizacional dentro de la que estas personas pudieran actuar en forma efectiva e idear soluciones innovadoras a problemas específicos de desarrollo y a cuellos de botella.
Y nos dice que queda por ver si las naciones ricas y las pobres están a la altura de la tarea de formular colectivamente semejante programa y así ponerlo en práctica con eficacia. Si no pueden hacerlo, las probabilidades de eliminar la pobreza son en realidad pocas. Y las últimas consecuencias pueden ser catastróficas.
El producto interno bruto (PIB) y otras mediciones actuales, son notorias por dar demasiada importancia a las transacciones de mercado, por subestimar la disminución de los recursos, por omitir el daño por contaminación y, por no lograr medir los cambios reales en el bienestar de la población.
Así, un Índice de Bienestar Económico muestra un mejoramiento muy reducido en ganancias reales, a pesar de los grandes aumentos en la producción que va agotando los recursos naturales.
El hecho de que algunos problemas ambientales hayan sido sobrestimados y que la magnitud de cualquiera de estos problemas pueden negarse o debatirse, no reduce la urgencia de nuestra responsabilidad para buscar los patrones fundamentales, de entre muchos indicadores, de lo que sucede con el “Equilibrio de la Tierra”.
La escala material de la actividad humana, supera la capacidad de carga sustentable de la tierra. Se acumula evidencia en lo referente a la pérdida acelerada de bosques tropicales vitales, extinción de especies, disminución de las zonas pesqueras oceánicas, escacez de agua potable y aumento de inundaciones, erosión, reducción y contaminación de mantos acuíferos subterráneos.
Las respuestas políticas remediadoras hasta la fecha sólo han sido locales, parciales e inadecuadas y las respuestas resultantes tienden a concentrarse en los síntomas del daño ambiental, más que en las causas básicas.
Necesitamos movernos de una economía que ignora la interdependencia, a una que la reconozca.
Una cosa es segura, es que tarde o temprano y de una manera u otra, chocaremos con la resistencia ambiental. Y la cuestión es: cómo operará dicha resistencia y cuándo experimentaremos su pleno impacto.
Necesitamos la restricción, proveniente de la limitación de los recursos naturales. Estamos acercándonos a la notable situación en que el “bienestar futuro de la humanidad dependerá de la restricción y el equilibrio impuestos por el agotamiento de los recursos no renovables”.
La adaptación, es necesaria para la continuidad histórica de todos los seres vivos, pero posiblemente un organismo que viva en un medio natural estable y maduro no necesite adaptarse para sobrevivir; pero, no es ésta la situación en la que actualmente nos encontramos y, el mundo actual está lejos de un estado de equilibrio.
La calidad del futuro dependerá de la eficacia, prudencia y creatividad con que nos empeñemos en encontrar un nuevo equilibrio. La adaptación consiste en ir avanzando como se pueda y no en un cambio planificado; la evolución exhibe características de un proceso azaroso y aunque superficialmente parece ineficaz, “a la larga, es súper eficaz”, ya que las especies van siendo reemplazadas por otras, que son capaces de utilizar con mayor éxito las oportunidades que les ofrece el medio.
Un proceso de adaptación, nos dice Johnson, no puede ser apresurado, ya que es imprescindible tener tiempo para poner a prueba las cosas. Y Johnson se pregunta: ¿Qué ideas desempeñarán el mismo papel a medida que avanzamos, lenta y confusamente, hacia la frugalidad?
Si aceptamos los límites de nuestros recursos y de nuestro medio, se puede afirmar con seguridad, que varías generaciones tendrán tiempo para explorar diferentes senderos al futuro y, para idear métodos de subsistencia basadas en los recursos naturales, que son la única base segura para la supervivencia de la humanidad.
Pero, por si acaso, si llegáramos a negar la existencia de la escasez, los recursos que nos quedan se agotarán rápidamente y, la posible adaptación será demorada, obligándonos a cambios precipitados y peligrosos, algo que quizá no sea posible realizar sin violencia.
¿Cuáles serían las cualidades humanas que podrían conducirnos a la violencia?
Johnson nos dice, que lo sorprendente es que son las que estamos viviendo, en las estimadas y veneradas en la actualidad y en toda la civilización occidental. Donde las personas ven la misma situación de diversas maneras y, este celo unilateral nos ha conducido a la guerra.
Se ha dicho que el verdadero heroísmo está en ver el mundo tal y como es y amarlo así. Esto parece una cualidad valiosa y quizá sea la clave del éxito de nuestra adaptación a la escasez.
A los políticos se les pide que mantengan bajos los precios, que conserven la energía y que activen la economía. Son dilemas que no es posible hacer al mismo tiempo y, reflejan las contradicciones de una economía orientada hacia el crecimiento, cuando opera en condiciones de escasez de materia prima.
Es probable que los políticos se encuentren con que sus dificultades empeoren a medida que el tiempo pasa y la escasez se haga más apremiante.
El esfuerzo por sostener artificialmente un modo de vida, que ya no es práctico, resulta excesivo por lo que debe aparecer una nueva orientación económica.
La pérdida de confianza en que el gobierno sea capaz de resolver nuestros problemas, estimulará la adaptación individual, permitiendo un ritmo de cambio más ordenado y con más tiempo para investigar las alternativas.
Cada disciplina es no sólo un corpus de conocimientos sino también un punto de vista y lo que importa, es el proceso mediante el cual evoluciona un equilibrio y cómo se rompe.
Para Walter Lippman, el interés público es lo que los hombres elegirían si vieran con claridad, pensaran racionalmente y actuaran con desinterés y benevolencia.
Ciertamente, suena bien, pero como sucede con el método racional de toma de decisiones, raras veces se puede llevar a la práctica.
Ver claramente los resultados posibles, de una decisión política, es raramente posible. En el proceso, hay numerosos objetivos en conflicto y los datos seguros son pocos.
Para cada problema, hay muchas opiniones diferentes y, nada puede eliminar el riesgo potencial de no poder ver correctamente las cosas.
Pensar racionalmente, da por sentado que existe un objetivo claro y, que se cuenta con los datos necesarios para evaluar las maneras alternativas de llegar a dicha meta; pero esto, casi nunca sucede.
La igualdad, es un valor importante, pero está en conflicto con los valores del sistema de libre comercio.
El pleno empleo, los salarios más altos, los precios e impuestos más bajos y, una menor contaminación, son contradictorios en sí mismos.
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