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Abril 2019

LAS PARADOJAS DEL INFINITO


Walter Ritter Ortiz

Sección de Bioclimatología, Centro de Ciencias de la Atmósfera, UNAM. Circuito Exterior s/n, Ciudad Universitaria, Deleg. Coyoacan, México, D. F. email: walter_ritter@hotmail.com
 

INTRODUCCIÓN

Cuanto más observamos el universo, tanto más claramente nos damos cuenta de cuán poco sabemos. Con el tiempo, podemos lograr una comprensión de la estructura cósmica, pero nunca comprenderemos el universo en detalle.

No hay ni habrá nunca una descripción científica completa del universo, cuya validez pueda demostrarse. La naturaleza parece afecta a la incertidumbre, pues nos la ha legado para siempre.

Si queremos aspirar a comprender el mundo en un sentido que no sea de manera superficial, deberemos utilizar los extraordinarios y complejos descubrimientos sobre la estructura de la realidad y la razón, sin basarnos en prejuicios o incluso, del sentido común.

No como meros fundamentos pragmáticos, sino como explicaciones del mundo, donde alcanzaremos la máxima comprensión de la realidad si las consideramos de manera conjunta y no por separado, ya que están inextricablemente relacionadas.

David Deutsch, sugiere que debemos tratar de comprender el mundo de modo racional y coherente y para ello, hemos de recurrir a las mejores y más fundamentales de esas teorías, que quizá puedan resultar insólitas o controversiales. Y es que dichas teorías, cuando se toman en serio, presentan múltiples implicaciones que no se pueden comprender de modo intuitivo, por lo que el objetivo es investigar cuál sería la estructura más creíble de la realidad si fueran ciertas.

La comprensión no depende del conocimiento de una infinidad de hechos aislados, sino de disponer de los conceptos, explicaciones y teorías adecuadas. Donde una teoría relativamente sencilla y comprensible, pueda englobar un número infinito de hechos de difícil asimilación.

Así, la teoría general de la relatividad, explica en términos de una nueva geometría tetra dimensional del tiempo y el espacio curvos, explicando con toda precisión cómo esta geometría afecta a la materia y es afectada por ella. Lo cual explica aspectos de la realidad previamente insospechados.

¿Qué es el universo y cómo funciona? La mecánica cuántica, nos dio una imagen completamente nueva del mundo y que aún hoy sigue siendo difícil de entender; sugiriendo que el mundo no es en absoluto como lo vemos.

Sin embargo, el mundo parece clásico donde vemos que las cosas ocupan posiciones y futuros definidos. Pero la mecánica cuántica dice que no es así en absoluto; por lo que el objetivo en la ciencia es tratar de encontrar una descripción del universo entero, que sea mecano-cuántico y entender cómo a pesar de todo, puede presentarse como el mundo clásico que vemos y experimentamos.

Nuestro universo no ha sido ni será siempre como lo conocemos ahora. Todo empezó con el Big Bang, cuando nació el tiempo, se creó la materia y con ello las leyes de la física.

Unas leyes que hace falta entender para llegar a explicar el universo actual, su origen, la asimetría entre materia y antimateria y el camino que ha conducido hasta nuestra existencia.

El espacio se expande con el tiempo. Las observaciones de velocidades de separación entre grandes estructuras del universo, muestran la expansión del universo, que no sólo no se está frenando, sino que se está acelerando.

Donde el mundo está hecho de eventos, no de cosas; ya que el mundo es cambio, es una red de acontecimientos, donde las cosas no “son” y más bien, “acontecen”.

¿Qué es más admirable en el Cosmos, sus magnitudes o su complejidad coherente? ¿A qué debemos atribuir la armonía de tantos y de diversos prodigios? ¿Debemos atribuirlo a un orden intencionado, a uno sin propósito o al azar? ¿El orden no es total sino que se limita al mundo físico y biológico, dejando la esfera cultural hundida en el capricho y la confusión? ¿Es la suma de la existencia?

Una de las grandes preguntas de la física es: si hay algún tipo de marco invisible en el que todo se desarrolla. Donde el espacio absoluto, se extiende desde el infinito al infinito; un marco de referencia fijo en el que todo sucede; el tiempo fluye uniformemente y para siempre.

Sin embargo es un marco invisible, el reto nos dice Barbour, es que no podemos ver ese marco por lo que hay que crear una teoría que contenga relaciones genuinas entre cosas genuinas y no relaciones entre cosas reales y cosas no observables; una explicación completa de lo que es el universo.

Una imagen que sea completamente mecano-cuántica y, no mitad cuántica y mitad clásica. Lo que sí podemos demostrar es que el mundo es fuertemente relacional. El mundo es relacional y trata de cómo las cosas reales se relacionan con cosas reales; las preguntas básicas que nunca desaparecerán.

Buscar una explicación de lo que está pasando realmente, esforzarse en comprender cómo puede salir un resultado concreto, perseguir un nivel de realidad, más allá de las lecturas del detector y las impresiones del computador, que revelan una irrazonable avaricia intelectual.

La motivación básica para la formulación y el estudio de teorías, es el deseo de comprender mejor el mundo. La capacidad explicativa de una teoría es lo importante, lo demás es secundario. Para los instrumentalistas, la idea de que la ciencia pueda permitirnos comprender la realidad, es una falacia y una vana presunción.

No estamos ni llegaremos a estar a punto de comprender todo lo que existe, sino sólo de la posibilidad de comprender todo lo comprensible; lo que depende más de la estructura de nuestro conocimiento que de su contenido y, depende de cuál sea la naturaleza de la estructura total de la realidad.

El positivismo sostiene que todo enunciado que no describa o prediga observaciones, no sólo es superfluo, sino que carece de sentido. El resultado de la prueba experimental crucial para decidir entre dos teorías, depende de las predicciones de éstas y, no de sus explicaciones. La gran mayoría de las teorías se rechazan porque contienen explicaciones defectuosas y no porque no superen las pruebas experimentales.

Aunque bien se sabe que se puede construir sólo una representación totalmente inadecuada de ella, un concepto que conserva sólo tenues vestigios de la imagen original.

La ciencia, trata de explicar los datos tratando de abarcar las teorías que los datos confirman e ir más allá para obtener la máxima intuición sobre la naturaleza de la realidad. Donde también el espacio y el tiempo pueden disolverse, cuando se examinan con la formulación más fundamental de las leyes de la naturaleza. Hegel llama a la creación del mundo una abstracción de la nada.

El que un parámetro físico fuera infinito o cero, no quiere decir que: o bien no existían o bien tengan un valor de cero o infinito. De todos los parámetros físicos que existen en la naturaleza, todos ellos dependen, de una u otra forma, del tiempo; es por esto que el tiempo resulta ser el parámetro fundamental de la naturaleza y el elemento constituyente en la creación del universo y, todo lo que esto implique.

¿Cómo y cuáles son esos principios físicos que rigen el comportamiento de lo infinito?

La primera condición física, en la creación, es que el tiempo es cero; y es a partir de este hecho que surge la creación y la existencia de todo el universo.

De la misma materia prima con que se creó el universo, el espacio y el tiempo, las interacciones de la naturaleza, la materia y la energía, también los seres humanos fuimos creados.

Concebir el mundo como un conjunto de eventos, de procesos, es el modo que mejor nos permite captarlo, comprenderlo y describirlo, nos dice Rovelli. El mundo no es un conjunto de cosas, es un conjunto de eventos y, la diferencia entre cosas y eventos, es que las “cosas” permanecen en el tiempo; los “eventos” en cambio, tienen una duración limitada.

Nos desenvolvemos en el confort de lo conocido y tolerable, para no salir de él, por el simple hecho de tener miedo a lo desconocido. La vida es una combinación de tiempos y espacios y, con respecto a la física, tales dimensiones se han percibido como: espacio-tiempo absolutos, espacio-tiempo relativos, espacio relativo y tiempos absolutos y finalmente, la posibilidad de que sean absolutas y relativas a la vez. Es decir, que pasamos de Aristóteles, Newtón, Einstein y Prigogine, con sus planteamientos de la teoría del caos. Lo cual hace que la vida se sienta perseguida, nos dice Corres Ayala.

Mientras que el tiempo profano es lineal, el sagrado es circular; donde la vida humana transcurre en ambos tiempos y solamente es menester que cultivemos nuestra sensibilidad y desarrollemos el entendimiento para darnos cuenta de esto.

Sólo las propiedades medibles del átomo deben considerarse reales, pero ¿Por qué hablar de un electrón invisible orbitando dentro de un átomo invisible? Si no se pueden ver, no deberían ser significativos.

La intuición es doble: sensorial e intelectual; sin embargo, la intelectual es tan sólo una intuición sensible extrapolada al plano de lo inteligible, ya que no penetra en la esencia metafísica de la sustancia.

Los átomos son edificios sabiamente estables, pero los esquemas de la física clásica y el sentido común, resultan ineficaces en el mundo de lo infinitamente pequeño, abandonando algunos de los principios más consolidados de la física clásica, donde pudieron verse un nuevo formalismo eficaz para delimitar el mundo de las partículas, con la física cuántica.

Las flechas cosmológicas y termodinámicas del tiempo, son independientes entre sí; pero no son inmutables y, para la física teórica, no resulta descabellado postular la inversión de una con respecto a la otra. Donde la llamada flecha psicológica del tiempo se refiere a la dirección del transcurso del tiempo, según la sensación que experimentamos.

Existen varias razones por las que es importante analizar la flecha psicológica, porque esta dirección del tiempo está íntimamente relacionada con una flecha física, la flecha del tiempo termodinámica.

No tendría mucho sentido descubrir el papel y la definición formal del tiempo en física, si no somos capaces de relacionarlo de alguna manera con el tiempo que experimentamos de manera cotidiana. La flecha psicológica también conocida como flecha de la memoria, donde el almacenamiento de información implica un aumento de su orden interno, acompañado de un aumento aún mayor del desorden en el exterior.

En el proceso de almacenar información, siempre se crece en la entropía del universo y, por esa razón, la flecha termodinámica y la flecha psicológica siempre apuntan en la misma dirección, por lo que recordamos en el mismo orden en que crece la entropía del universo.

Ante la imposibilidad de incrementar una entropía ya máxima, la flecha del tiempo termodinámico carecería de sentido, también psicológica. Y en un universo en completo equilibrio, no ocurriría nada, salvo fluctuaciones aleatorias incapaces de producir trabajo, señala Rovelli.

Recordar, es la única manera de detener el tiempo, nos dice Jaroslav Seifert.

Cuando se registran datos en una memoria, se aumenta necesariamente su orden interno, a la vez que aumenta el desorden neto del universo, nos dice Moreno Díaz.

El cerebro de los animales superiores, es un dispositivo excepcional de almacenamiento de datos. El mecanismo que lo sustenta no se conoce en detalle, pero está basado en el fortalecimiento de algunas conexiones sinápticas y, partiendo de un estado inicial desordenado, en el que las conexiones son aleatorias. De este modo, se establece un orden estructural específico en el tejido neuronal donde antes no existía y, que es nuestra memoria.

Sin obedecer a las leyes de la física clásica, no hay nada que tenga que trasladarse; los acontecimientos, en el mundo cuántico, ocurren al instante, sin causa y sin debilitarse a través del tiempo o la distancia y, está en todas partes a la vez y pueden causar múltiples efectos simultáneamente en varios lugares, desde donde todas las cosas están organizadas y sincronizadas, que es la fuente de las coincidencias.

Chopra, aclara que el ámbito virtual no es producto de la imaginación ni del anhelo de una fuerza universal más grande que nosotros; y no fue hasta el siglo XX que la ciencia pudo ofrecer pruebas de la existencia de la inteligencia no circunscrita.

El universo está formado tanto de partículas sólidas como de ondas; las ondas no son sólidas y, un paquete de ondas es una concentración de energía.

En cualquier momento, la onda-partícula puede ser partícula o bien, una onda. Y ya que no podemos conocer su ubicación y su velocidad al mismo tiempo y, mientras no midamos su emplazamiento o su velocidad, es partícula y onda al mismo tiempo.

La observación es la que convierte la posibilidad en realidad y, por increíble que parezca, experimentalmente se ha probado este experimento, demostrando que un átomo no observado de berilio, era capaz de estar en dos lugares al mismo tiempo.

Es difícil aceptar la idea de que un electrón se comporte de forma tan extraña; la idea de que el espacio y el tiempo se comporten igual, resulta aún más difícil de digerir. Sin embargo, este es, con toda evidencia, el mundo cuántico; el mundo en el que vivimos, señala Rovelli.

La física ha de tener en cuenta el papel de la anti materia, para establecer las leyes fundamentales de la realidad.

¿Quién pudo haber sido capaz de crear toda esa enorme inmensidad de realidad cognoscible, nos pregunta Mario Peralta. La cual puede ser estudiada y es comprensible para el ser humano, por el principio de la física cuántica o de la geometría moderna.

La historia y la evolución de las respuestas que la humanidad ha dado a la pregunta: ¿Qué forma tiene el universo? Son fascinantes no sólo por el ingenio de quiénes las propusieron y, por sus enigmáticas consecuencias, sino porque en el camino ha ido cambiando la noción misma del universo.

En un universo infinito, cada punto puede considerarse en el centro, porque cada punto tiene un número infinito de estrellas a cada lado. Las teorías de la gravedad de Newton y Einstein llegaron a la conclusión de que el universo no podía ser estático, sino que tenía que estar expandiéndose o contrayéndose, lo que a su vez significaba también que debió de haber un momento en que la densidad del mundo era infinita. Y nos lleva a la idea de que el espacio-tiempo puede ser de extensión finita, pero sin fronteras ni bordes.

Lo que podría explicar porqué el pasado es tan diferente del futuro; incluso si las leyes de la física son simétricas respecto al tiempo. Newton se dio cuenta de que las estrellas deberían atraerse mutuamente y por lo tanto ¿No deberían juntarse todas en un punto? Lo cual sucedería sólo si hubiera un número finito de estrellas, porque si hubiera un número infinito de estrellas de forma uniforme, sobre un espacio infinito, no sucedería, por que no habría ningún punto central en el que juntarse.

Escollos que se dan cuando se habla del infinito. En un universo infinito, cada punto puede considerarse el centro porque cada punto tiene un número infinito de estrellas de cada lado. Lo correcto es considerar la situación finita en la que todas las estrellas se mueven unas hacia las otras.

Ahora sabemos que es imposible tener un modelo estático infinito del universo, en el que la gravedad sea siempre atractiva. Se aceptaba que el universo o bien había existido siempre en un estado invariable o bien, había sido creado en un tiempo finito en el pasado, ya que el hombre por lo general. tiene la tendencia a creer en verdades eternas, así como el consuelo de que a pesar de que él pueda envejecer y morir, el universo es invariable, nos dice Hawking.

En el comienzo del cosmos, sólo existía la posibilidad y, a esta posibilidad absoluta, la llamamos la “Nada” y que a la vez es el “Todo”, que otros lo llaman “vacío”, en el cuál todo el cosmos está hecho pero en diferentes formas. Somos la parte consciente y donde lo que suena complicado, se hace más simple de lo que parece.

El universo empezó en un tiempo finito, una razón para tal afirmación es la idea de que era necesario tener una “causa primigenia”, para explicar la existencia del universo.

De lo que nos dicen los sentidos a lo que explica nuestra mente, se ha recorrido un gran trecho, lleno de prejuicios y dificultades conceptuales; y en ese avance, la geometría ha sido uno de los protagonistas.

Se recoge el devenir de las principales ideas matemáticas que han permitido dar cuenta de la forma del universo. Muchas expresiones de la geometría esférica, se convertían en expresiones correspondientes de su geometría sin más que sustituyendo los números reales por números imaginarios.

¿Qué son el espacio y el tiempo, son algo que tuvieron un origen en el instante de la creación? Son cuestiones que aborda la filosofía natural, dentro del más pragmático espíritu científico, que los más prestigiosos científicos contemporáneos han tratado en profundidad. Donde algunos de los enunciados de Euclides dejan de cumplirse.

Einstein, ocupa un lugar especial en la historia de la ciencia, por haber desarrollado ciertas ideas, verdaderamente revolucionarias, sobre la naturaleza de la realidad. Con sus trabajos, se dio un vuelco a nuestras más firmes creencias sobre el mundo real.

Un factor que se ha mantenido constante a través de todos los ires y venires de la historia de la física, ha sido la importancia decisiva de la imaginación matemática.

Nuestra ignorancia, siempre ha estado con nosotros y siempre lo seguirá estando. Lo nuevo es nuestra conciencia de ella, nuestro despertar a sus abismales dimensiones y, en esto más que cualquier otra cosa, lo que señala es la madurez de nuestra especie.

Ningún hombre o mujer reflexivos, deberían desear saberlo todo, pues cuando el conocimiento y su análisis son completos, el pensamiento se detiene.

Lo que el hombre llama Universo, no es el límite de la existencia, es sólo el límite de los sentidos del hombre. Más allá de éstos sentidos, existe una extensión sin límites, que nunca se podrá alcanzar completamente por medio de los sentidos, porque ellos sólo perciben un fragmento, sólo una parte y, lo que no tiene límites, no puede estar sujeto a divisiones y fragmentación

Para los chamanes del norte de México, tanto el tiempo como el espacio, si bien incomprensibles en sus formulaciones, formaban parte integral del hombre. Que el tiempo era como un túnel de longitud y anchura infinitas, un túnel con surcos reflectantes y donde cada uno de los surcos era infinito y, había un número infinito de ellos. No sólo reflejan el modo en que aquellos chamanes concebían el universo, sino también los procesos de vivir y de coexistir en nuestro mundo.

Sin límites significa que no se puede medir. Lo ilimitado sólo se puede alcanzar mediante lo ilimitado. Para Osho, “El hombre, no es sólo sentidos, está empapado de dimensiones más allá de los sentidos”; lo invisible no tiene fragmentos, el uno y el muchos son lo mismo y es por eso que al lograr el “uno”, se logra el “todo”, a lo que Mahavera agrega: “Aquél que ha logrado el uno, ha conocido el todo”.

Ese uno, es el que ve de lo no visto. Sin el ver sabio, el hombre es ciego. La vista se obtiene mediante el ver sabio: “El ojo real, el ojo que ve más allá de los sentidos, donde desaparecen y ya no existen las fronteras y, ya no existen las líneas que dividen y se logra aquello que es una expansión sin principio y sin final.

Cada limitación es un cautiverio; cada limitación es una dependencia e ir más allá de las limitaciones, es volverse libre, señala Osho.

El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final, pero la aventura del aprendizaje es interminable. La fuente principal de nuestra ignorancia, es el hecho de que nuestro conocimiento puede ser finito, mientras que nuestra ignorancia es necesariamente infinita, nos dice Timothy Ferris.

En el ámbito físico, el tiempo parece fluir en una línea recta, donde todo tiene un principio y un final y por lo mismo, es temporal y pasajero. Gobernado por leyes de causa y efecto y por lo mismo, predecibles, ­­­­donde toda comprensión es derivada del sentido común. Y en el ámbito cuántico, todo es información y energía. Nada puede tocarse ni percibirse por los sentidos.

¿Por qué la dirección del tiempo en la que aumenta el desorden, es la misma en la que se expande el universo?

La entropía crece sin cesar. El segundo principio de la termodinámica predice el decaimiento de todas las estructuras con el tiempo. Lo ordenado dejará de serlo tarde o temprano, dando paso al desorden. Pero aunque este principio es ciertamente general, a nuestro alrededor se agitan miles de sistemas complejos que, en una forma u otra, exhiben un alto grado de orden.

La vida es el ejemplo preeminente, pero incluso en los sistemas no vivos, puede darse la aparición de orden en las situaciones más inesperadas. Ciertas reacciones químicas generan estructuras espaciales de enorme complejidad. Partiendo de una concentración espacial homogénea de los reactivos, se van creando ondas macroscópicas de gran tamaño, que forman espirales en rotación; son ondas visibles a simple vista y por lo tanto, afectan a miles de millones de moléculas que se han “autoorganizado” espontáneamente para dar lugar a una estructura ordenada.

El tiempo propio no depende sólo de donde estamos, de la proximidad o no de masas, sino que depende también de la velocidad a la que nos movemos. Para un objeto en movimiento, el tiempo se contrae. No sólo no existe un tiempo común en distintos lugares, sino que ni siquiera existe un tiempo único en un solo lugar.

No hay “un mismo momento” definido en el universo. El presente del universo no significa nada. Nuestro presente no se extiende a todo el universo; es como una burbuja en torno a nosotros, nos dice Carlo Rovelli.

La idea de que exista un “ahora” bien definido en cualquier parte del universo es, una ilusión, una extrapolación arbitraria de nuestra experiencia. En resumen, dice Rovelli, no existe un presente común.

Sabemos que el presente del universo no existe, sin embargo, este hecho todavía nos confunde, nos parece difícil de intuir. Los filósofos siguen discutiendo en torno de la desaparición del presente.

Si el presente no significa nada, ¿Qué existe en el universo? ¿Acaso lo que existe no es lo que hay en el presente? La propia idea de que el universo exista “ahora”, en una determinada configuración y, cambie todo junto con el paso del tiempo, ya no sirve, nos dice Rovelli.

Einstein, afirmaba que debemos abandonar la noción de “simultaneidad”, que no tiene sentido decir que un hecho que sucede aquí y otro allá, se producen “al mismo tiempo”. Afirmando que medidas tan elementales como longitud, velocidad y masa de un objeto, son relativos, es decir, dos observadores podrían obtener medidas diferentes, igualmente válidas, dependiendo de su sistema de referencia.

Considerando el espacio-tiempo tetra dimensional, como la estructura propia del universo físico; el espacio y el tiempo, quedarían reducidos a meras sombras y sólo una especie de unión de ambos, mantendrá una existencia real.

El universo visto a escala lo suficientemente grande, es más terso que grumoso. La realidad física, hasta donde podemos determinar, es que el universo estuvo en otro tiempo comprimido en una “primitiva bola de fuego” inconcebiblemente caliente y densa.

Un modelo del universo en el que tanto el espacio como el tiempo son finitos, se llama “Universo cerrado”. El “Universo abierto”, según la cual es algo infinito en extensión, que comienza en algún momento en el pasado y continúa existiendo eternamente.

El inconveniente es que hay una dificultad a escala cósmica para concebir su aparición inicial, en el momento del big bang, como un universo infinito en extensión y totalmente desarrollado. Como modelo matemático abstracto de un universo posible, esta forma de aparición del universo es perfectamente factible. Sin embargo muchos llegaron a la conclusión de que la idea de un universo infinito tenía mucho más sentido como modelo abstracto que como una realidad física.

El tiempo es relativo, pero lo que Einstein estableció con rigor para el tiempo y el espacio, es más llamativo en biología, donde hay la sensación de que durante la infancia el tiempo vuela y durante la vejez, avanza muy lento.

Para Nick Lane, depende de nuestros marcos de referencia nuestros ajustes internos: nuestro índice metabólico, el ritmo al que nos late el corazón y al que las células queman los alimentos mediante el oxígeno, existiendo enormes diferencias entre lo activo y lo perezoso, donde pasamos lentamente de un estado a otro, donde el ritmo al que aminoramos la marcha o, aumentamos de peso, depende mucho del índice metabólico que varía de manera innata de una persona a otra.

El hombre está visiblemente hecho para pensar: Toda su dignidad y todo su mérito y todo su deber, es pensar como es preciso. Pero quién no ve la vanidad del mundo, es bien vano él mismo.

Existen sólo dos errores que uno puede cometer a lo largo del camino hacia la verdad: no llegar hasta el final y, no empezarlo. Que el hombre contemple por lo tanto, la naturaleza entera de su alta y plena majestad, que aleje su vista de los bajos objetos que le rodean.

Que mire esa brillante luz, puesta como una lámpara eterna para iluminar el universo; que la tierra le parezca un punto comparada con la extensa órbita que describe y, que se asombre al ver que esta vasta órbita de ella misma, no es más que un punto muy fino al lado del que los astros que ruedan por el firmamento abarcan.

Todos los grandes libros del mundo han sido escritos en forma poética. La falta de lógica es permitida y perdonada en la poesía, pero no en la prosa. Debido a que la poesía profunda es ilógica, la prosa profunda debe ser lógica.

Según Osho, en este mundo, todo el movimiento es circular; ya sea el átomo o la vida de un hombre o, un pensamiento; todo se mueve en este mundo y hasta nuestra conciencia se mueve en círculos. Las palabras también se mueven en círculos, ya que nunca tenemos una idea de cómo pueden ser circulares las palabras, pero las palabras son circulares.

Todas las definiciones son circulares, todos los principios son circulares, nuestra conciencia es circular; pero como vivimos en las palabras, sólo tenemos que usar palabras para decirlo y, mientras hablo una y otra vez contra las palabras, habré hablado muchas veces con palabras.

Alguien que cree que las cosas no pueden ser expresadas con palabras, hablará mucho, pero por mucho que hable, sabe que lo que tiene que decir, aún no ha sido transmitido. Y cada vez después de hablar, sentirá que lo que hay que decir, aún no ha sido comunicado.

Los sentidos sólo pueden ver lo que aparece en la superficie, lo que no tiene forma elude su alcance y, aquello que está más allá, es eterno. No nace no morirá. Somos formas que nacen y mueren. Lo que está dentro de nosotros, siempre estuvo y desde el punto de vista del cuerpo, están orientados a la muerte y muriendo lentamente todo el tiempo.

Desde el momento que nacimos, empezamos a morir y no hemos estado haciendo otra cosa, nada más que el ir muriendo lentamente cada día. Y si no hay tanto un inicio como un final, no habrá diferencia si se trata de minutos, horas, años o siglos.

Aquello que es, es no nacido y sin muerte. Nada nace fuera del vacío. Nada se pierde en el vacío. Aquello que es, es eterno; para él, el tiempo no lo afecta. Esta existencia no está dentro de nuestro alcance, porque nuestros sentidos, sólo pueden comprender la forma y la configuración. Nuestros sentidos no pueden comprender aquello que está más allá del nombre y la forma.

Sólo un universo que funciona como un ordenador cuántico es capaz de generar todo el maravilloso orden que observamos; la diversidad y la complejidad que observamos alrededor de nosotros. La mecánica cuántica a diferencia de la mecánica clásica, puede crear información de la nada.

El universo crea continuamente más oportunidades para que sus elementos y estructuras que están diversificándose constantemente, interactúen entre sí de manera cada vez más original y compleja. El cosmos se enseña a sí mismo cómo crecer en complejidad mientras evoluciona.

Las propiedades físicas y químicas de un átomo dependen evidentemente de las orbitas de dichos electrones. Cada elemento de la Tabla Periódica tiene un número atómico que indica su posición en la tabla y por tanto sus propiedades.

El paradigma del universo computacional permite nuevas ideas para comprender la forma en que funciona el universo, donde tal vez la idea más importante como consecuencia de abordar el universo en función de la información, es la resolución del problema de la complejidad.

Entidades como los electrones, pueden existir como dos cosas diferentes a la vez, materia o energía, dependiendo de la forma en que se midan. La teoría cuántica no tiene nada que ver con el sentido común.

Todas las cosas físicas son información teórica en su origen y éste es un universo participativo. El acto de observar es necesario para llevar el universo a la existencia y, que literalmente no existe hasta que no es observado. Posición que pocos apoyan y Stephen Wolfran afirma, que las vidas y los pensamientos de los seres humanos forman parte integral del programa cósmico.

La “función de onda” en mecánica cuántica y su contenido de información, es una entidad global no una magnitud local como la energía, el momento o la carga eléctrica. Se dice que la teoría de la relatividad prohíbe el viaje más rápido que la luz, pero esto no es cierto ya que los taquiones se supone que lo hacen. Lo que está prohibido es que la información viaje a velocidades mayores a la luz, ya que la información más rápida que la luz, serían profundamente paradójicas.

Tanto la mecánica cuántica como la relatividad, sugieren que la información es una magnitud física global antes que local. Lo que vemos se convierte en información sólo en un contexto global adecuado.

David Hume, nos dice que la gran ventaja de las ciencias matemáticas consiste en que las ideas, siendo sensatas, siempre son claras y determinadas. Los números reales están formados por números racionales y números irracionales y, cada número racional está rodeado por números irracionales y, cada número irracional está rodeado por números racionales; sin embargo nunca podemos decidir si un punto dado corresponde a un número racional o irracional.

En la predicción del comportamiento de los sistemas inestables, se dice que no es la insuficiencia de nuestro conocimiento la que está en juego, sino la dinámica misma de la naturaleza del sistema; es decir, es la inestabilidad dinámica la que estará en el origen de las nociones de probabilidad y de irreversibilidad, conceptos que se encuentran estrechamente ligados.

En una situación alejada del equilibrio, en vez de darse un retorno al estado inicial, observamos amplificaciones de las fluctuaciones y, esta amplificación lleva a una situación nueva, que da lugar a una serie de posibilidades variadas que hoy en día sólo hemos empezado a explorar.

Muchos de los fenómenos fundamentales en el mundo, no son comprensibles si no tomamos en cuenta el no-equilibrio.

En la historia del clima, la biosfera es un sistema alejado del equilibrio. En cambio, un sistema en equilibrio no tiene historia ya que existe sin tener fluctuaciones.

Existen sistemas dinámicos que ningún conocimiento de las condiciones iniciales nos permiten conocer el resultado final y donde, con un pequeño cambio en las condiciones iniciales se produce otro suceso.

Si puedo tener condiciones iniciales exactas para predecir el resultado de un evento, decimos que el resultado es determinista.

En un nivel profundo, los procesos de generación de patrones de la naturaleza operan de manera similar a los pequeños autómatas celulares. Cada período de la historia, parece tener su metáfora favorita con la cual, con imaginación, se concibe la naturaleza básica del universo; más aún, estas metáforas parecen encarnar la clave de los avances de ese período, nos dice James Gardner.

La hipótesis de Edward Fredkin, de que finalmente se descubrirá “un autómata celular individual”, que modele toda la física microscópica y, la modele de manera exacta. Donde la información es el material básico con la que está hecho el universo y, que la materia y la energía son los fenómenos derivados.

Todo lo que pasa en la naturaleza significa un aumento de la entropía, que aumenta continuamente en los organismos vivos; acercándose peligrosamente a su estado de máxima entropía, que es la muerte. Donde su característica principal es su capacidad de producir y prolongar la existencia del orden permanente, rodeada y golpeada incesantemente por un mar de aleatoriedad y desorden, conducido por la entropía; lo que supone la existencia de un nuevo tipo de ley física que gobierna el comportamiento de la materia viva, nos dice James Gardner.

Los extraños fenómenos cuánticos que exhiben las partículas subatómicas, con su capacidad de estar en dos lugares a la vez y de comportarse simultáneamente como ondas y partículas, la extraña sensibilidad de los fenómenos cuánticos hacia el mero acto de observación, como si los observadores influyeran en el comportamiento de los electrones y otras entidades físicas inanimadas, con sólo mirarlos fijamente y, quizá lo más enigmático de todo el fenómeno de la misteriosa “acción a distancia”, por la que el acto de observación de una partícula entrelazada influye sobre el estado físico de la segunda partícula entrelazada, aunque las dos partículas entrelazadas estén a años luz de distancia.

Las implicaciones filosóficas de la complementariedad, se hacen más profundas con el descubrimiento de que la dualidad onda-partícula es una característica de todo lo que existe.

Estas son las rarezas de la física cuántica.

La pregunta más profunda de toda la ciencia fue la realizada por Einstein: de que si Dios tuvo alguna opción al diseñar las leyes de la física. El misterio es: porqué sólo tres de las dimensiones espaciales fueron infladas a proporciones cósmicas por el Big Bang, mientras que las siete restantes se mantuvieron minúsculas y sin cambio, lo que hizo posible permitir el surgimiento de la vida y la mente inteligente como la conocemos.

Para Andre Linde, la inflación del universo y el Big Bang no ocurrieron solamente una vez, sino que el proceso es eterno, produciendo un número infinito de Big Bangs y universos desconectados, lo que es llamado un múltiverso. Esas ideas y observaciones juntas, plantean la asombrosa posibilidad de que nuestro universo no es un solitario, sino uno más, donde todos los demás están dotados con leyes y constantes físicas distintas.

Si la propuesta de que “No existen fronteras” es correcta, las leyes de la física habrían de determinar la forma en que comenzó el universo. El universo debió comenzar su expansión en un estado muy suave y ordenado, nos dice Hawking. Lo que implica la existencia de una flecha termodinámica, del tiempo, bien definida, donde los seres inteligentes pueden sólo existir en la fase de expansión ya que la fase de contracción no sería apropiada por no poseer una flecha termodinámica del tiempo, bien definida.

Para Martín Rees: “Hay conexiones profundas entre las estrellas y los átomos; entre el cosmos y el micro mundo. Nuestra emergencia y supervivencia depende de un ajuste muy especial del cosmos que como John Wheeler señala: “No es sólo que el hombre esté adaptado al universo. El universo está adaptado al hombre.

Una teoría, es un conjunto de construcciones hipotéticas o conceptos, definiciones y proposiciones relacionadas entre sí, que ofrecen un punto de vista sistemático de los fenómenos, al especificar las relaciones existentes entre variables, con objeto de explicar y predecir los fenómenos.

La teoría, cuando es aceptada por la comunidad científica, puede convertirse en una idea rectora, paradigma o modelo, que termina por definir los problemas y métodos legítimos de la investigación a seguir, nos dice Ortíz Quezada.

La civilización occidental se ha caracterizado por numerosos intentos de interpretación y explicación de la realidad y, por lo mismo, ha elaborado múltiples teorías, sistemas de ideas o conjuntos ordenados de proposiciones que intentan comprender fenómenos de la naturaleza.

Entre las que tenemos: el apriorista, que se fundamente en supuestos racionalistas; el intuitivo, percepción instantánea, íntima y clara de una idea que luego da lugar a diversas proposiciones. Sin embargo, entre todos los métodos desarrollados para reconocer la realidad, sobresale el científico, en la explicación, comprensión y control de múltiples fenómenos de la naturaleza, tarea que la ciencia realiza mediante el establecimiento de teorías y el desarrollo de técnicas adecuadas.

El nuevo Realismo, asume que los pensamientos sobre realidades, existen con el mismo derecho que los hechos sobre los que reflexionamos. Tanto la metafísica como el constructivismo, fracasan en una simplificación infundada de la realidad, en tanto que la entienden unilateralmente como el mundo sin espectadores o también, unilateralmente, como el mundo de los espectadores.

La metafísica, se interesa tan sólo por el mundo sin espectadores, mientras que el constructivismo, basaba el mundo y todo lo que es el caso, en nuestras presunciones. Ninguna de las dos conduce a ningún lado, señala John Postgate.

Galileo, sugirió que la ciencia tenía que adaptarse a la realidad, no a las meras ideas. La verdad se obtiene a través de la experiencia no sólo del pensamiento.

Para ahorrarnos el esfuerzo de pensar, caemos muchas veces en cómodas ideas falsas con las que resulta fácil estar de acuerdo; seguimos el camino del hábito o bien, experimentamos la sensación de peligro de tener que enfrentarnos a una diferencia de opinión, para la que tal vez no estemos adecuadamente preparados.

Cuando alguien que parece ser una “fuente autorizada” afirma algo, tendemos a creer que es, sin lugar a dudas, cierto y creíble. Y cuando comprendemos que no existe ninguna opinión completamente “objetiva”, no podemos verificarlo todo; necesitamos confiar en el juicio de otras personas, pero sin dejar escapar la oportunidad de comprender e indagar bajo la superficie de las apariencias.

Sólo podemos librarnos realmente de la ignorancia, si nos cuestionamos las cosas de forma crítica, buscando y comprendiendo. No podemos evitar, sobrecogernos cuando contemplamos los misterios de la eternidad, la vida o la maravillosa estructura de la realidad. Basta con intentar comprender una pequeña parte de estos misterios cada día. No hay que perder jamás la bendita curiosidad, nos dice Giancarlo Levraghi.

La mayoría de los científicos se especializa en subdivisiones de su tema principal y, tiene un reducido conocimiento real de otras áreas, no digamos ya de otras disciplinas. Pero la comprensión científica es otro asunto. Cuando se lee o se oye hablar de ciencia, uno puede permitirse olvidar y, la mayor parte de los detalles, reconoce nuevas relaciones entre las cosas y aprende nuevas pautas de pensamiento y de lógica.

Nuestra percepción del mundo en que vivimos, cambia para siempre y, mejora nuestra conciencia del lugar que ocupamos en él. La comprensión científica cambia vidas. Llegará el día en el que los elementos de la ciencia y su lógica, sean una parte tan consustancial de la cultura humana como la lectura, escritura y la aritmética y, a medida que avanza, ilumina panoramas cada vez más amplios de nuestro cosmos, desde los más minúsculos componentes al universo entero.

Se puede tener miedo de existir, de pensar, de entender, de saber. Miedo de tener una opinión propia, dado que es más cómodo amoldarse a los prejuicios y las tendencias de la mayoría. Existe un miedo a las sombras y lo fantástico, a los problemas imaginarios. Preferimos seguir la autoridad ajena, antes que aceptar la responsabilidad propia.

Evitar saber las cosas que nos pueden causar dudas o perplejidad; de alejarnos de lo que tememos no comprender; de permanecer en el refugio, de los prejuicios y los lugares comunes.

No basta saber qué clase de individuo es el hombre; la clave estriba en gran medida en el cómo ha llegado a ser lo que es; de cómo la creación elabora al individuo, en su tipología perenne y de inmutable repetición, dentro de los límites de las propias especies creadas.

El mundo está hecho de un gran espacio infinito en el que mientras el tiempo transcurre, corren partículas que se atraen por medio de fuerzas, todo parece reducible a este esquema.

Tenemos ecuaciones precisas que gobiernan estos movimientos. Y estas ecuaciones resultan inmensamente eficaces. Existe un único sistema de leyes fundamentales del mundo y Newton, había tenido la suerte de descubrirlas.

Se dice que Newton sabía que sus ecuaciones no describen todas las fuerzas que existen en la naturaleza, donde casi todos los fenómenos observables en la naturaleza los gobierna una sola fuerza: además de la gravedad la fuerza del “electromagnetismo”.

Esta fuerza es la que mantiene unida la materia que forma cuerpos sólidos, la que une los átomos de las moléculas y los electrones de los átomos, la que hace que funcione la química y por tanto la materia viva, la que actúa en las neuronas de nuestro cerebro y permite que se transmita la información sobre el mundo que percibimos.

Aclarar el funcionamiento de dicha fuerza ha requerido una modificación importante del mundo de Newton y, es la modificación de la que nace la física moderna y la noción de “campo”.

La relatividad general es una teoría clásica; es decir, no tiene en cuenta el principio de incertidumbre de la mecánica cuántica.

El progreso científico es extraordinario, pero por desgracia no nos ayuda tanto como deseamos, porque se encuentra fragmentada en muchos sectores restringidos, incapaz de descubrir aquellas síntesis más amplias que podrían alimentar no sólo una evolución de nuestro conocimiento y comprensión, sino también un enriquecimiento de nuestra humanidad cotidiana.

Toda elección, acarrea también la renuncia a otra cosa y optamos por la actitud pasiva, por lo que la opción de no hacer nada, también es una elección, sólo simplemente mala. Por lo general se prefiere un largo y complejo proceso de vacilación, al final del cual se escoge, lo que se habría escogido desde un principio, nos dice Yoar Blum.

Toda realidad percibida es subjetiva, es decir, afectada por el sujeto que percibe. Debemos reconocer que la realidad que percibimos no es la única existente y, al tiempo de escuchar a los demás para conocer su realidad, aceptaríamos aquélla, que es la realidad para nosotros, pero también para los demás.

Son infinitas las investigaciones acerca de la naturaleza de la materia y la energía, la estructura y el origen de la vida, que llevan a descubrimientos e hipótesis fascinantes, pero al mismo tiempo, desconocidas y desconcertantes.

La ciencia no puede ni debe intentar ofrecer ninguna certeza final y absoluta. Tiene que permanecer abierta a nuevas exploraciones que podrían cambiar y revisar todas las teorías. He aquí la belleza y la fuerza de nuestra búsqueda del conocimiento.

Una de las raíces más profundas de la ciencia es la de saber ver más allá de lo visible.

El “realismo” es una exploración de la realidad, como una revelación de lo que existe independientemente de nosotros, considerando que “el objeto se entrega al sujeto”, donde la misión última de la física, consiste en desembocar en una misión autentica de la realidad objetiva.

La primera de las actitudes, es el “agnosticismo filosófico”, es decir, una cortés indiferencia. Más de un físico carece de un juicio definido a propósito de la interpretación del formalismo o bien, no les interesan los debates que éste suscita. Para otros, la situación en que nos coloca el problema de la medición y la renuncia al determinismo estricto, la pérdida de la objetividad fuerte, constituye el síntoma de que todo es sólo una teoría aproximada, incapaz de garantizar la coherencia de sus reglas.

La física es una ciencia totalmente empírica, nos dice Patricia C. Ayala, donde no es solamente lo que está ahí, sino lo que podemos ver y decir acerca de ello, ya que si no fuera así, habría únicamente una visión de las cosas. Con lo cual, quieren significar que lo que en ella se afirma, es lo que sucede y, sin noción de objetividad, parte del supuesto de que las cosas son así, según la razón.

Para David Deutsch, uno de los atributos más valiosos y significativos y útiles del pensamiento humano en general, es su capacidad para descubrir y explicar la estructura de la realidad. Deutsch, considera que nuestras teorías llegarán a ser tan generales y profundas y a estar tan integradas entre sí, que se convertirán en una sola teoría de una estructura unificada de la realidad; y que sin embargo, seguirá sin explicar todos los aspectos de la realidad, la aspiración inalcanzable pero que engloba todas las explicaciones conocidas y, será de aplicación a la estructura total de la realidad, hasta el punto en que ésta resulte comprensible.

Ésta será una teoría de todos los temas, una teoría total de la realidad; será una teoría de todos los temas y una teoría total de la realidad.

Donde todo conocimiento es producto del sujeto y el objeto; donde partimos de un sujeto observando a un real existente, que se transforma ante la acción, adquiriendo todos los tonos de la época a la que pertenecen el sujeto y la cosa del mundo pensada por él, donde el que conoce es afectado por aquello que constituye su objeto de estudio, al grado de que llega a mirar la vida a través de éste. Nos explica Corres Ayala.

Morris Kline nos dice: Una demostración realizada con elegancia es un poema en todos los sentidos, salvo por la forma en que está escrita. El mundo de las ideas que revelan o iluminan, la belleza y el orden a cuya contemplación induce, la armoniosa conexión entre sus partes, la infinita jerarquía y absoluta evidencia de las verdades con las que se relacionan, éstos y otros parecidos son los fundamentos más sólidos del renombre de las matemáticas a los ojos del ser humano y permanecer sin ser cuestionado ni igualado, aunque el plano del universo se desplegara como un mapa a nuestros pies y la mente humana fuera capaz de aprehender con una sola mirada todo el proyecto de la creación, nos dice J. J. Silvester.

Un tema que ha resultado recurrente en la historia de las matemáticas es la evolución gradual de un concepto nuevo, desde el rechazo inicial por ser demasiado abstracto, pasando por la aceptación a regañadientes de su utilidad, a pesar del hecho de que parezca “antinatural” y contrario a la intersección, hasta que finalmente se eleva a la categoría de instrumento básico e indispensable en ciertas aplicaciones.

Con los logros que obtuvo Gauss, es posible que se trate del último de los grandes científicos que abarcaron todas las ramas de la ciencia.

Nuestro ser es ser en el tiempo. Tal es el tiempo: familiar e íntimo. Su furia nos alcanza y nos lleva hacia la vida y luego nos arrastra hacia la nada. Lo habitamos como los peces habitan el agua.

Sin embargo la realidad suele ser distinta de lo que parece y probablemente su naturaleza sigue siendo el mayor de los misterios y, descubrir que el tiempo no es como pensábamos.

¿Somos nosotros quienes existimos en el tiempo o el tiempo el que existe en nosotros? En última instancia, tal vez, el misterio del tiempo atañe a lo que somos, más de lo que atañe al cosmos.

El tiempo ha perdido su unicidad: en cada lugar, el tiempo tiene un ritmo diferente, un distinto transitar. Así está hecho el mundo, donde el tiempo pasa más despacio en algunos lugares y más de prisa en otros. En las partes bajas hay menos tiempo que arriba. De ahí que el que vive en la llanura envejece menos.

Toda nuestra física es la ciencia de cómo evolucionan las cosas “Según el orden del tiempo”. La capacidad de comprender antes de ver, constituye el corazón del pensamiento científico y, donde aprendemos que determinadas cosas que parecían obvias, resultan ser prejuicios.

La modificación de la estructura del tiempo influye en el movimiento de todos los cuerpos, haciéndolos caer unos sobre los otros.

¿Para qué sirve una teoría física, si no es para describir la realidad? Pero parece ser necesaria alguna teoría nueva en la que la mecánica cuántica y la mecánica clásica emerjan como casos límites separados.

Para verificar cuantitativamente una teoría, hay que tener una teoría más general de la cual la teoría que verificamos, sea un caso especial. Luego podemos preguntarnos qué predice la teoría general y ver si las observaciones concuerdan con estas predicciones más generales o, con las predicciones específicas de la teoría particular que nos interesa, según Weinberg.

Sin embargo, no se conoce ninguna generalización de la mecánica cuántica que tenga sentido y donde la mecánica cuántica aparezca como un caso específico. En un momento, la innovación o la idea creativa, no existe, pero al siguiente es parte de nuestro mundo consciente. Mientras tanto, ¿En dónde estuvo? Chopra nos dice que: “en el nivel del espíritu universal, donde todo es potencial”. Que en ocasiones, este potencial genera algo previsible; otras, algo nuevo, pero en este reino ya existen todas las posibilidades.

La mecánica cuántica no es una teoría dinámica, es un escenario vacío; un espacio complejo de dimensiones infinitas. Lo que habitualmente falla en mecánica cuántica, es que al tratar de generalizarla o bien, las probabilidades no suman uno o se tienen algunas probabilidades negativas.

Un principio de simetría, es una afirmación de que hay varias maneras de cambiar el modo de mirar la naturaleza. El grupo de simetría de la naturaleza, es lo más profundo que hoy comprendemos acerca de la naturaleza. Especificar el grupo de simetría de la naturaleza, quizá sea todo lo que necesitamos decir sobre el mundo físico, más allá de los principios de la mecánica cuántica.

Otras ciencias gozan de mayor Vitalidad y apasionamiento que la termodinámica, como la física de la materia condensada y el estudio del Caos. Pero todavía estamos a gran distancia de nuestra meta de un conjunto final de leyes subyacentes de la naturaleza; a lo sumo tenemos un marco de referencia con un conjunto infinito de constantes que todavía se deben determinar.

En física teórica, avanzamos a tientas, a menudo sin saber precisamente qué principios tratamos de aplicar. La belleza de la matemática es con frecuencia nuestra mejor guía, pero a menudo la belleza de la matemática sobrevive en la física, aun cuando con el paso del tiempo, los principios bajo los cuales se desarrolló no sean correctos.

Los hombres han sentido siempre la necesidad de distinguir entre mente y materia, categorías básicas o últimas a las que se tiene que recurrir para que pueda funcionar el aparato cognitivo humano.

Si nuestros cuerpos son tierra reciclada, nuestras emociones energía reciclada y nuestros pensamientos información reciclada: ¿Qué es lo que nos hace individuos? Y ¿Qué hay de la personalidad?

El movimiento fue mucho antes que el pensamiento, lo que nos hizo humanos. La meta es la de conocer de dónde vinimos para saber hacia dónde vamos. Lo que percibimos del entorno no es más que una creación de nuestro cerebro. Es muy difícil aceptar que podamos pensar de alguna manera y más todavía, que exista un entorno como creación de nuestro cerebro.

No todo lo que sabemos está equivocado, pero tenemos que examinar lo que creemos saber, reflexionar sobre ello y reconsiderarlo. Pasamos de la biología a la filosofía y describimos de qué manera la historia que utilizamos para explicar la realidad, controla nuestras percepciones e inevitablemente, nuestro comportamiento. Para asegurar nuestro futuro debemos convertirnos en nuestra propia fuente de inspiración y, aprender quiénes somos en realidad.

Para muchos, el argumento fundamental de la evolución es, una sarta de estupideces. Por otro lado, están los materialistas que insisten en que llegamos aquí por azar. Aún por otro lado, están los fundamentalistas religiosos, que insisten en que Dios creó el mundo tal como lo explica la Biblia, incluso señalando que Dios inició la creación a las 9 de la mañana del 23 de octubre del 4004 a.c.

Darwin, aunque no explica de porqué existe la vida, deja claro que la vida puede surgir de la materia ordinaria y evolucionar hasta una forma inteligente. El darwinismo, no excitaba sólo a los biólogos y geólogos, sino también a filósofos, políticos y escritores, así como a gran parte del público lego. Las ideas que la gente tenía del mundo que le rodeaba y del lugar del hombre en él, resultaron cuestionadas y transformadas, como la idea de que la competencia, la lucha para vencer al prójimo, era una ley de la naturaleza, que atraía a muchos burgueses prósperos, porque parecía justificar las desigualdades inherentes.

En la actualidad, el proveedor oficial de verdades de nuestra civilización es la ciencia materialista. La información por sí sola no basta. Un contenido acertado en un contexto equivocado, es en realidad una información imprecisa que nos desviará del camino o incluso nos hará tomar uno peligroso, señala Lipton.

La mayoría de la gente ha llegado a creer que Dios permite que el universo evolucione de acuerdo con un conjunto de leyes. Pero si el universo es en realidad completamente autocontenido, si no tiene frontera o borde, no sería ni creado ni destruido, simplemente sería, nos dice Hawking.

La vida deriva de las fuerzas que ponen las moléculas proteínicas en movimiento. Las percepciones precisas aseguran el éxito; las erróneas amenazan la supervivencia. Pero si los genes no controlan la vida, ¿Qué es lo que la controla? La ciencia de la última generación, nos revela que el poder para controlar nuestra vida nace de nuestra mente.

Con Newton, se marca una separación clara entre los planteamientos puramente teóricos, especulativos y el ámbito de la física experimental moderna. Su preocupación es la de estudiar y explicar las regularidades de los fenómenos del mundo.

Así, vemos que todas las ciencias son infinitas en la extensión de sus investigaciones; ¿porque quién duda que la geometría tiene una infinidad de proporciones que exponer? Son también infinitas en la multitud y delicadeza de sus principios. ¿Quién no ve que los que proponen como últimos no se sostienen por sí mismos, que se apoyan sobre otros y que a su vez se apoyan en otros, no apareciendo jamás el último?

Hacemos últimos, a los que lo parecen por la razón, punto indivisible aquel, que más allá del cual nuestros sentidos no perciben nada, aunque sea divisible infinitamente por su naturaleza.

Los grandes místicos sugieren que lo que experimentamos todos los días es una realidad proyectada, en la que los acontecimientos y las cosas, sólo están separadas en el tiempo y en el espacio de manera aparente.

Los científicos también proponen un nivel de existencia llamado “hiperespacio octo dimensional de Minkowsky”, donde las distancias entre dos sucesos, siempre es igual a cero.

Lo que sugiere una dimensión de existencia en la que todos somos inseparablemente uno y la separación puede ser sólo una ilusión, señala Chopra. Y para Niels Bohr, sin conciencia nada estaría definido: “Sin la conciencia, como observadora e intérprete, todo existiría sólo como potencial puro”; que es el ámbito virtual, el nivel de existencia, que no está circunscrito y que es inagotable, infinito y que abarca todas las cosas.

De estos infinitos de las ciencias, se pretende conocer todas las cosas. Y así Democrito nos dice: “Yo voy a hablar de todo”, pero la infinidad en lo pequeño es mucho menos visible. Los filósofos han pretendido llegar a ello, y es donde todos han tropezado.

La naturaleza esencial del universo es la coexistencia de valores opuestos; no puedes ser valeroso si no tienes a un cobarde en tu interior, no puedes ser virtuoso si careces de la capacidad para actuar con maldad.

“La paradoja de la coexistencia de los opuestos”, nos dice que un encuentro con una persona que no te agrade, es una oportunidad para aceptar dicha paradoja. Observamos que las personas más esclarecidas del mundo aceptan su potencial de luz y oscuridad.

Todos somos multidimensionales, omnidimensionales por lo que todo lo que existe en algún lugar del mundo también existe en nosotros.

Por la nueva matemática de la “Geometría Fractal”, sabemos que en la Naturaleza se repiten determinados patrones “autosimilares” inteligentes y que cuando estos patrones universales se utilizan para evaluar nuestra civilización, revelan que la evolución de nuestra especie se dirige hacia un futuro positivo.

La naturaleza del “equilibrio puntuado”, en el que las crisis impulsan la evolución, significa que existen períodos muy prolongados de estabilidad seguidos de cambios radicales e impredecibles y, que después de tantas agitaciones, frecuentemente marcadas por extinciones masivas, la evolución genera con gran rapidez nuevas especies.

Los tipos psicológicos o de personalidad establecidos por Carl Jung, hacen mucho más que simplemente clasificar a las personas en una tipología determinada, pues revelan y explican nuestras motivaciones y la forma en que vemos las cosas, así como el lugar desde el que operamos frente a la vida y el trato con los demás. Comprenderlos nos permite entendernos a nosotros mismos y a los demás. Es una comprensión que nos transforma y mejora todos los ámbitos de nuestra vida.

La nueva ciencia del Caos trata de predecir lo impredecible a través de intrincados modelos matemáticos. Ese pequeño cambio provocado por la mariposa en la presión del aire, puede multiplicarse, magnificarse y producir un tornado, pero es imposible saberlo con precisión.

Pero el suceso raro equivale a la incertidumbre, ¿Debemos estudiar principalmente los sucesos raros y extremos para poder entender los habituales? ¿Para entender un fenómeno, en primer lugar, es necesario considerar los extremos, sobre todo si conllevan un efecto acumulativo extraordinario? No nos debe importar lo habitual. A menudo lo normal es irrelevante.

La extensión visible del mundo nos sobrepasa visiblemente; pero como nosotros sobrepasamos las cosas pequeñas, nos creemos más capaces de poseerlas; sin embargo, no se necesita menos capacidad para llegar hasta la nada que hasta el todo; falta lo infinito por lo uno y lo otro y me parece, que quién comprendiera los últimos principios de las cosas, podría también llegar hasta conocer el infinito en sí mismo.

Lo uno depende de lo otro y, lo uno conduce a lo otro. Estos extremos se tocan y se reúnen a fuerza de ser alejados y se vuelven a encontrar, pero conocemos nuestro alcance ya que somos algo y no somos nada, donde lo que tenemos de ser nos oculta el conocimiento de los primeros principios que nacen de la nada; y lo poco que tenemos de ser, nos oculta la vista del infinito.

Nuestra inteligencia ocupa, en el orden de las cosas inteligibles, el mismo rango que nuestro cuerpo en la extensión de la naturaleza. Las cosas extremas son para nosotros como si no existieran y, no somos nada respecto a ellas; escapan a nosotros o nosotros a ellas.

El principio de incertidumbre es una característica fundamental del universo en que vivimos. Una teoría unificada satisfactoria debe incorporar necesariamente este principio.

Nuestro verdadero estado, es lo que nos hace incapaces de saber ciertamente y de ignorar absolutamente. Vivimos en un vasto medio, siempre inciertos y flotantes… Nada se define; este es el estado que nos es natural… nuestra razón está siempre frustrada por la inconstancia de la apariencia; nada puede fijar lo finito entre los dos infinitos que lo encierran y lo huyen.

En vista de estos infinitos, nos dice Pascal, todos los finitos son iguales y yo no veo porqué asentar su imaginación más bien en uno o en otro.

¿Cómo podría ser que una parte conociese el todo? ¿Aspirará a conocer al menos las partes del mundo que tienen tal relación y tal encadenamiento una con otra, que yo creo imposible conocer, la una sin la otra y sin el todo?

Las personas reaccionan ante las cosas de distintas maneras y también tienen debilidades distintas. Nos sorprenderá descubrir cuántos elementos de la realidad se comunican entre sí e influyen en nosotros. Y podemos preguntarnos: ¿Y si las cosas cotidianas que nos suceden cada día, no fueran sucesos aleatorios? ¿Y si no existieran los encuentros casuales?

Será que los sucesos en apariencia fortuitos son, en realidad, cuidadosamente orquestados por los artífices del azar, para desencadenar cambios importantes de la vida, se cuestiona Yoar Blum.

El realismo, es una exploración de la realidad como una revelación de lo que existe independientemente de nosotros. Casi todos vamos por la vida con un poco de temor, de preocupación y nerviosismo y las coincidencias dirigen y dan forma a nuestras vidas.

Las personas que comprenden la verdadera naturaleza de la realidad, pierden todo temor o aflicción; las preocupaciones desaparecen cuando comprendemos cómo funciona la vida. Empezamos a percatarnos del increíble potencial del momento que vivimos.

LAS PARADOJAS

El término “paradoja” significa “más allá de lo creíble” y posee una amplia gama de acepciones; en su sentido más general designa una afirmación o creencia contraria a las expectativas u opiniones aceptadas e incluye tres acepciones distintas: 1) Una afirmación aparentemente contradictoria, pero que en realidad es verdadera. 2) Una afirmación aparentemente verdadera, pero que en realidad contiene una contradicción. 3) Un argumento válido o lógico que conduce a conclusiones contradictorias.

Las dos primeras, evidentemente, son en muchos casos, conclusiones derivadas de argumentos del último caso.

¿Qué es la verdad? ¿Cuál es el origen de todo? ¿Hay un orden del adónde van cuando parecen morir? Estas preguntas nos conducen a otras cuestiones sobre la relación entre la unidad y la pluralidad, el ser y el devenir o, la eternidad y el tiempo; que lleva al filósofo a mirar más allá de lo que le muestra su día a día y aventurarse en la metafísica, para superar el escenario que nos rodea y, pensar en un nuevo espacio donde brilla la pureza del Uno, nos señala Manuel Cruz.

El sentido común considera la filosofía como una visión particular del mundo, donde se dice “filosofar” en alusión al uso abusivo de razonamiento abstracto y oscuro que no llevan a ningún resultado y, poco tienen que ver con la realidad, cuyo objeto es confuso.

No podemos afirmar que sabemos algo sólo si lo aceptamos por haberlo oído decir o porque el sentido común nos lo impone o porque las cosas son así. Podemos decir que sabemos algo cuando estamos en disposición de demostrar que aquello que creemos saber, es en sí mismo cierto; cuando logramos explicar el porqué de aquello que pensamos y consideramos cierto y que por tanto, no puede ser negado por nadie. Donde la “doxa” es aquello que a nosotros nos parece evidente, pero de lo que en el fondo no sabemos ofrecer razones de lo que hablamos, sin hacernos demasiadas preguntas.

El filósofo, amante de las paradojas, acosa al hombre de la opinión, pone en un aprieto la “doxa”, pero es consciente de ello y no busca respuesta sino en la propia verdad; lo que no significa que el contenido de las opiniones sea necesariamente falso, simplemente no está fundamentado y no tiene una base incontrovertible que lo acredite; carecen en este sentido de veracidad, nos dice Sandro Palazzo.

La verdad, esa verdad que ni hombres ni dioses pueden cuestionar, no puede ser simplemente creída, debe ser sometida al escrutinio del pensamiento, por muy terrible o inocente que sea. Mostrar cómo “son las cosas” en sí mismas, fundamentar aquello en lo que creemos.

Las ciencias a las que estamos acostumbrados a considerar como las más ciertas e indiscutibles, parten en realidad de un conjunto de presupuestos que no se pueden demostrar.

En el siglo XIX y XX, físicos y filósofos pusieron en tela de juicio, en controversia de la física, insistiendo en el carácter convencional y probabilístico de las leyes científicas. Del mismo modo, el lógico matemático Kurt Godel, pudo demostrar que no se puede estar seguro de que los axiomas matemáticos no conduzcan a contradicciones.

Una paradoja es una “verdad que se vuelve patas arriba para llamar la atención. Es muy difícil aprehender el concepto de paradoja. Sin embargo, podemos decir que numerosas paradojas han contribuido a profundas modificaciones de nuestra visión del mundo.

Con frecuencia la información se gestiona de forma descuidada, repetitiva y superficial; se ocupan de ella personas que desconocen la materia y que tampoco se molestan en confirmar sus fuentes con el esmero debido o tal vez, nuestro “filtro mental” o una pereza instintiva, nos hace percibir y comprender sólo aquello que encaja bien con nuestras creencias y tendencias habituales.

Neal Stephenson, alcanza una notable profundidad en sus observaciones sobre las metáforas que algunas veces nos ayudan a comprender, pero que pueden introducirnos en la artificialidad de un “mundo metafórico”, deformado y engañoso.

Al estudioso de las paradojas, le interesa hallar la falla lógica del razonamiento, cosa que se consigue mediante la refutación pragmática. Se trata de un argumento válido desde el punto de vista estrictamente lógico; es decir, si las premisas son verdaderas, las reglas de la lógica indican que la conclusión también lo es. Por consiguiente, parece sensato suponer que el problema radica en la falsedad de la segunda premisa. Sin embargo, la negación de la segunda premisa, también es falsa, porque de ella se desprende necesariamente que existe una línea divisoria muy precisa entre el ser y no ser.

La experiencia indica que la palabra, tal como se ha empleado habitualmente, es más bien vaga; pero si la segunda premisa y su negación son igualmente falsas, una de las leyes fundamentales de la lógica parece asentada en terreno poco firme.

Las leyes básicas del pensamiento sobre las cuales se asienta la lógica clásica: donde el “principio de identidad” afirma que si algo es “A”, entonces es “A”, principio que cumple el principio de identidad”. El principio del tercero excluido dice, que algo es “A” o no “-A”; se es humano o no se es. El “principio de contradicción” sostiene que nada puede ser “A y a la vez no –A”, es decir, no se puede ser humano y no humano.

De estas leyes, se desprende que un enunciado “A” y su negación “no –A”, no responden de la misma manera al criterio de verdad. Si uno es verdadero, el otro es necesariamente falso. Sin embargo, la paradoja, en todas sus variaciones, lleva a la conclusión de que tanto un enunciado como su negación, pueden ser falsos.

Algo anda mal, por lo que algunos filósofos consideran que hay que descartar ciertas leyes de la lógica formal; otros afirman que el problema radica en nuestra lógica bivalente; otros, sostienen que la paradoja no está expresada con la suficiente precisión como para poder encararla con los métodos de la lógica formal.

Es difícil entender cómo podemos conocer cualquier verdad matemática, puesto que el objeto de estudio de las matemáticas es muy abstracto. Pero el problema se vuelve particularmente difícil tratándose de las verdades acerca del “infinito”.

Todo mundo está de acuerdo, en que en cierto sentido debemos aceptar que 2 más 2 = 4, pero es razonable ser totalmente escéptico acerca del infinito. No es claro qué conexiones podría tener la experiencia humana con las verdades del infinito.

Presumiblemente, cualquier contacto entre mi mente y la jerarquía iterativa puede implicar cuando mucho, una porción finita de esta estructura. Pero en tal caso, yo también podría establecer una relación con cualquiera de una multitud de otras estructuras, que coinciden con la jerarquía estándar sólo en minúscula porción finita que yo he logrado comprender, nos dice Maddy.

La aplicación del análisis a la física, es demasiado conocida; es la más conocida y cuya aplicación especialmente en la física, no ha sido la más fructífera. Es por tanto, la rama de las matemáticas a través de la cual éstas tienen su contacto más íntimo con la física, con las demás ciencias y con el mundo natural.

Muchas ideas fundamentales de la matemática y de las ciencias, se deben a un proceso de transformación intelectual. Y así es como surgieron las ideas de las series convergentes infinitas. Las contradicciones internas en lógica matemática, conocidas como “antinomias” dieron lugar al “teorema de Gôdel”.

El experimento de Michelson y Morley, dio paso a la teoría de la Relatividad de Einstein. El descubrimiento de la dualidad onda-partícula, obligó a un reexamen del determinismo causal, considerado como la base de la filosofía de la ciencia y, condujo a la mecánica cuántica, narra Falleta.

Y así, la paradoja del “demonio de Maswell” sirvió para fundamentar la profunda intuición de “información y entropía”. Esa capacidad de deslumbrar al hombre y de conducirlo a las fronteras del pensamiento y la percepción, hacen pensar que el actual interés por las paradojas es algo más que una moda intelectual pasajera.

Cuando decimos un “lógico perfecto”, se quiere decir un lógico que, cuando se le da cualquier problema, si recibe suficiente información para resolverlo, sabe entonces que tiene información suficiente y resuelve el problema, pero si no se le da suficiente información, entonces sabe que no es suficiente para resolver el problema.

En cualquier argumento que conduce a una conclusión falsa, debe existir algún paso en falso en algún lado y por ende, debe haber un primer paso en falso. Si la conclusión es falsa y cada paso anterior a la conclusión es correcto, entonces, obviamente, el primer paso en falso es la propia conclusión. No se puede realizar un número infinito de pasos en una longitud finita de tiempo y, ese supuesto es totalmente injustificado.

¿Cómo puede la suma de un número infinito de cantidades ser finita?

Eso ocurre continuamente en matemáticas. Una de tal serie infinita se llama “Convergente” y por otro lado, una serie infinita se le llama “Divergente”. También se dice que estas series divergentes se aproximan al infinito.

La serie de Zenon, converge a uno, de modo que Zenon no estaba en absoluto justificado al concluir que un objeto nunca llegaría de A a B.

Carl Gauss, solía decir: “Protesto contra el uso de una cantidad infinita como si fuera una entidad real; esto nunca se permite en las matemáticas. El infinito es sólo una manera de hablar, en la cual propiamente se habla de los límites a los que ciertas razones pueden acercarse tanto como se desee, mientras que a otras se les permite incrementarse sin límite.

Y Cantor agrega: La idea de considerar lo infinitamente grande no sólo en la forma de una magnitud que se incrementa ilimitadamente y, en la forma estrechamente relacionada de las series infinitas convergentes, sino también de fijarlo matemáticamente por medio de números en la forma definida del infinito absoluto, me fue impuesta lógicamente, casi contra mi voluntad puesto que es contraria a las tradiciones que yo había llegado a venerar en el curso de muchos años de esfuerzos e investigaciones científicas.

Cantor, elaboró un nuevo supuesto respecto a su teoría, tan pronto se pudo percatar de que lo necesitaba: un supuesto que le permitió incorporar los números reales, pero que también le causo grandes problemas y fue así como toda su teoría quedó expuesta a la duda, aun cuando no, a la contradicción y la paradoja, señala Levine.

Las concepciones intuitivas, que subyacen a las teorías matemáticas, evolucionan al igual que ellas y, las intuiciones a la vez que restringen, las teorías también propician nuevos desarrollos en ellas y de manera insospechada.

Los matemáticos se consideran a sí mismos como personas que trabajaban con base en una concepción intuitiva y, basadas hasta cierto punto en lo que era obvio y en las conexiones con la física y en la demostración, puesto que la demostración no era un procedimiento completamente confiable.

Actualmente, los matemáticos se conciben aún como personas que trabajan sobre las mismas bases conceptuales y de una manera cuasi intuitivas, muy similar.

Para resolver la paradoja del conjunto, de todos los conjuntos que no son elementos de sí mismos, Russell descartó el principio de la abstracción. Llegó a la conclusión de que dicho conjunto no es un conjunto.

EL UNIVERSO INFINITO

Nacido de la nada, el universo salió rápidamente del caos original para crear estructuras muy ordenadas. ¿Por qué? ¿Cómo? La lógica del mundo nos parece real, pero su sentido se nos escapa, tan misterioso como el propio nacimiento del universo.

El universo es un inmenso espacio infinito constelado de estrellas, sin centro ni límites, surcado por cuerpos materiales que corren libres y en línea recta, a menos que una fuerza, generada por otro cuerpo, los desvié. El universo es un gran espacio en el que los cuerpos viajan en línea recta y se atraen unos a otros con “fuerzas” y, existe una fuerza universal de gravedad con la que todos los cuerpos se atraen entre sí.

Sí admitimos que las leyes de la física nos explican cómo funciona el universo; sin embargo, no nos explican el porqué. Si las ciencias se dirigen a un aspecto concreto de la realidad, la filosofía lo dirige al “todo”, a las reales y a las imaginarias, a las leyes de la naturaleza.

La verdad, para ser realidad, no debe ser verdad de esta o de aquella dimensión particular de lo real, sino verdad de la totalidad.

Robert Clark, nos dice: Lo propio del hombre es querer que el mundo tenga sentido. Los filósofos no han logrado desentrañarlo verdaderamente y los científicos se niegan a contestar.

No existe una visión única de lo infinito: No sólo el universo es infinito, sino también nuestra disposición ante él, en el sentido de que son sistemas de convicciones particulares pero infinitas y, puesto que cada visión de lo infinito rige completamente para sí, no depende de ninguna otra y por lo tanto, tampoco necesita de otra. Puesto que son infinitas en número y, puesto que no hay razón alguna por la que deba anteponerse una a la otra y, aunque cada una parezca completamente diferente si se la contempla desde otro punto de vista o si se antepone a otra, es imposible que pueda existir si todas las distintas perspectivas de cada una de las visiones, puedan tener lugar realmente. Y esto no es posible sino en una cantidad infinita de variaciones.

Ya no hay un nivel natural de las cosas, ni centro del mundo, ni las cosas que se sueltan van a su lugar natural, sino que se mueven en línea recta para siempre, nos dice Carlo Rovelli.

Todo este mundo visible, no es más que un trazo imperceptible en el amplio seno de la naturaleza. No hay idea que nos acerque a ello. Por más que ampliemos nuestros conceptos más allá de los espacios imaginables, no engendramos más que átomos en comparación a la realidad de las cosas.

Es una esfera infinita, cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna. En fin, es el carácter sensible más grande de la omnipotencia de Dios, que nuestra imaginación se pierde en ese pensamiento, nos relata Pascal.

Que el hombre viviendo así, considere lo que él es en comparación de lo que existe, que se mire como perdido en esta esquina extraviada de la naturaleza y que, desde este pequeño calabozo donde se halla alojado y entienda el universo y aprenda a estimar la tierra, los reinos, las ciudades y así mismo en su justo valor, se pregunte: ¿Qué es el hombre en el infinito?

¿Qué puede decirse de la realidad que no se observa? La modalidad más radical del positivismo, se limita a responder que “nada”, por lo que Ludwig Wittgenstein nos dice: “Es preciso callar respecto de lo que no se puede hablar”. ¿Acaso no es superfluo que calle alguien que ya experimenta la imposibilidad de hablar? se pregunta Klein.

¿Es el tiempo un ingrediente verdaderamente fundamental en la constitución del Cosmos o, es simplemente un constructo útil para organizar nuestras percepciones, aunque no forme parte del léxico con el que están escritas las leyes más fundamentales? ¿Podría ser el tiempo una noción que emerge de un concepto más básico, aún no descubierto?

Sin un tiempo que fluye, quizás el universo estaría congelado en un instante al igual que nosotros mismos. Gracias a Alberto Einstein, sabemos que el tiempo no es rígido ni absoluto, sino flexible y relativo, lo que nos invita a pensar que también es controlable. Los principios de la mecánica cuántica, sugieren que a escalas atómicas, el tiempo no es continuo, sino que se presenta en unidades discretas y, lo mismo ocurre con el espacio a escalas muy pequeñas.

Incluso, podría ocurrir que el tiempo físico no fluyera en absoluto, a ninguna escala y que fuese estático como las dimensiones espaciales y, su transcurso podría ser una ilusión mental, más que un atributo evidente o medible del tiempo, ni de la naturaleza.

El tiempo, puede considerarse como una dimensión similar a las tres espaciales, pero no exactamente equivalentes a ellas. A escalas macroscópicas, los procesos físicos evolucionan en la dimensión temporal en un sentido único y definido, mientras que no existe un sentido privilegiado en las dimensiones espaciales.

El tiempo fluye de manera continua y en un único sentido. El tiempo en física, sigue siendo importante como coordenada, como dimensión, pero no necesariamente por su carácter fluido. Einstein nos dice: “pasado, presente y futuro”, puede que existan de forma simultánea, como coexisten los distintos puntos del espacio. La diferencia entre el pasado, presente y futuro es sólo una ilusión persistente.

Y dice Charles F. Kittering: me interesa el futuro porque en él voy a pasar el resto de mi vida.

Óscar Moreno, nos dice: “Después de todo, las configuraciones, leyes físicas, condiciones iniciales, etc., son solamente constructos matemáticos, mientras que el paso del tiempo es algo que percibimos.

Para Brian Greene: El ahora de cada uno de nosotros es el mismo ahora y por ello, la lista de cada uno para un instante dado es idéntica; pero la Relatividad Especial nos cuenta una historia muy diferente. Dos observadores en movimiento relativo tienen un “ahora” diferentes, donde los observadores que se mueven uno con respecto a otro, tienen diferentes concepciones de lo que existe en un instante dado y por ello, tienen diferentes concepciones de la realidad.

El silencio es a menudo una forma de discurso sobre el mundo, más elocuente que muchos embrollos que abundan en palabras. Sin embargo, no existe pasatiempo más bello que abandonarse al propio pensamiento y pensar de que debe ser posible encontrar otras alternativas.

El positivismo, plantea que la previsión acertada de lo que se observa, es la esencia misma de la ciencia y que todo lo demás no es sino juegos de lenguaje y palabras al viento y que por lo mismo, la palabra realidad, no tiene sentido en sí mismo, negándose a abordar las discusiones ontológicas aduciendo que son estériles. Por lo que en el positivismo, la ciencia se reduce exclusivamente a su eficacia y no tiene porqué reivindicar un alcance cognoscitivo más profundo.

¿Qué es el hombre ante la naturaleza? Una nada frente al infinito, un todo frente a la nada, un medio entre nada y todo. Infinitamente alejado de comprender los extremos, el fin de las cosas y su principio, son para él invenciblemente ocultos en un secreto impenetrable, igualmente incapaz de ver la nada de donde él ha salido y el infinito de donde él es absorbido.

Todas las cosas han salido de la nada y van hacia el infinito. ¿Quién seguirá sus asombrosos pasos? Se pregunta Pascal. ¿Qué hará el hombre, sino apercibir apariencias de las cosas, en una desesperanza eterna de no poder conocer, ni su principio ni su fin?

El silencio de los espacios infinitos me aterra, nos dice Pascal. Yo quiero pintarle, no solamente el universo visible, sino la inmensidad que se puede concebir de la naturaleza, en el recinto de la observación de un átomo. Que vea allí una infinidad de universos, que cada uno tiene su firmamento, sus planetas, su tierra, en la misma proporción que el mundo visible. En esta tierra, animales en los cuales se hallará los que los anteriores presentaron; y hallando todavía en los otros la misma cosa, sin fin y sin reposo, que se pierda en estas maravillas, tan asombrosas en su pequeñez, como las otras en su grandeza; porque ¿Quién no admirará que nuestro cuerpo, que ya no era perceptible en el universo, imperceptible este mismo en el seno del todo, sea al presente un coloso, un mundo o más bien, un todo frente a la nada, donde no se puede llegar?

Quién se considere de tal suerte se asustará de sí mismo y, viéndose sostenido en la masa que la naturaleza le ha dado, entre estos abismos del infinito y de la nada, temblará ante estas maravillas; cambiando su curiosidad en admiración estará más dispuesto a contemplarlas en silencio que en investigarlas con presunción.

Por falta de contemplación de estos infinitos, los hombres son impulsados temerariamente a la investigación de la naturaleza, como si tuvieran alguna proporción con ella. Es extraño que hayan querido comprender los principios de las cosas y llegar hasta conocer todo con una presunción tan infinita como su objeto. Porque no hay duda de que no se puede alcanzar este propósito sin una presunción o sin una capacidad infinita, como la de la naturaleza.

Existe un problema filosófico acerca del conocimiento de los objetos abstractos en general y de los objetos matemáticos en particular; pero el caso especial del conocimiento de los objetos matemáticos infinitos, es un problema peculiar para el cual se han sugerido soluciones peculiares, nos dice Lavine.

Ninguna de las filosofías estudiadas, podrían resolver el problema del infinito, debido a que ninguna de ellas encara el meollo del asunto. Hallar una respuesta es importante por muchas razones. Nuestra teoría de conjuntos, era incompleta y es inadecuada para resolver muchos de los problemas que ella misma genera.

La moderna teoría del infinito, no comenzó como un esfuerzo para producir una teoría del infinito; empezó más bien con el intento de esclarecer los fundamento del análisis y específicamente, del cálculo; es decir, que surgió a partir del desarrollo de la teoría de razones de cambio y, de las áreas bajo las curvas, donde en gran parte el infinito ha entrado en las matemáticas actuales como resultado de algunos intentos de dar sentido a la noción de una curva o de una función arbitraria.

Sin una teoría consistente del infinito matemático, no hay teoría de los números irracionales; sin una teoría de los números irracionales no hay análisis matemático de ninguna clase, ni siquiera alguno que remotamente se parezca al que actualmente tenemos. Y para finalizar, sin el análisis, la mayor parte de las matemáticas, incluyendo a la geometría y a la mayoría de las matemáticas aplicadas, dejarían de existir tal como la conocemos actualmente. Por lo tanto, la empresa más importante es al parecer, la construcción de una teoría satisfactoria del infinito.

¿Qué es el tiempo? ¿Hasta qué punto, lo entendemos? ¿Existimos en el tiempo o el tiempo existe en nosotros? ¿Por qué recordamos el pasado, y no el futuro? ¿Qué quiere decir que el tiempo corre? ¿El pasado está cerrado y el futuro abierto? ¿El tiempo es lineal? ¿Existe de verdad?

El tiempo es un misterio no sólo para los profanos, sino también para los físicos, que a lo largo de la historia han ido modificando su percepción de él; de Newton a Einstein y a la gravedad cuántica de bucles.

Toda la física, es la ciencia de cómo evolucionan las cosas según el orden del tiempo. No hay dos tiempos, sino montones de ellos; un tiempo distinto para cada punto del espacio. No hay un solo tiempo, hay muchísimos. Cada fenómeno que acontece tiene su propio tiempo, su propio ritmo.

No describimos cómo evoluciona el mundo en el tiempo; describimos el evolucionar de las cosas en tiempos locales y, el evolucionar de los tiempos locales uno con respecto a otro. El mundo es una red de eventos que influyen unos a otros.

Las ecuaciones de la “teoría de la relatividad general” no tienen un tiempo; tienen muchos tiempos. Y la física no describe cómo evolucionan las cosas en el tiempo, sino cómo evolucionan las cosas en sus propios tiempos y, cómo evolucionan los tiempos uno con respecto a otro.

El vínculo entre tiempo y calor es profundo. Sólo donde no hay calor, hay diferenciación entre pasado y futuro. La entropía aumenta o permanece igual, pero nunca disminuye y, su ecuación, es la única de la física fundamental que conoce la diferencia entre pasado y futuro; se dice que en esta ecuación se oculta todo un mundo.

En el estado microscópico de las cosas, la diferencia entre pasado y futuro, desaparece; Desaparecen los aspectos característicos del fluir del tiempo, y no hay distinción entre causa y efecto.

El poeta persa Saadi de Shiraz, nos dice: “Todos los hijos de Adán forman un solo cuerpo, son de la misma esencia. Cuando el tiempo aflige con el dolor a una parte del cuerpo, las otras partes sufren. Si no sientes la pena de los demás, no mereces ser llamado humano.

Nos conectamos con el campo subyacente de posibilidades infinitas, tomando conciencia de la intrincada danza de coincidencias que hay afuera, en el mundo físico, que requiere comprender la naturaleza profunda de las cosas y, reconocer la fuente de la inteligencia, que crea sin cesar, nuestro universo, además de mantener la intención de aprovechar las oportunidades específicas de cambio, conforme se presenten.

Todos estamos inmersos en una red de coincidencias que nos inspiran y nos ayudan a dar rumbo a nuestras vidas. Las coincidencias cotidianas no son sólo significativas, sino que permiten entrever el campo infinito de posibilidades que reside en el corazón de todas las cosas. Cada una de ellas nos transmite un potencial milagroso, pues estamos conectados con el universo entero.

Sólo hay que entender las fuerzas que las provocan, para vivir en un nivel más profundo y acceder al núcleo de nuestra existencia, allí donde yace el flujo de la sincrónicidad. Un renacimiento que nos brindará nuevas maneras de percibir y de ser, que nos permitirá reescribir nuestro destino, que transformará nuestra vida en una experiencia deslumbrante, nos dice Chopra.

El primer nivel de existencia, nos dice Chopra, es el nivel físico o material, el universo visible. Todo lo tridimensional y lo que percibimos con los cinco sentidos; lo que podemos tocar, ver, escuchar, entir, probar u oler. Donde el tiempo parece fluir, en una línea tan recta que se conoce como flecha del tiempo, que va del pasado, al presente y al futuro. Donde todo lo que hay en el ámbito físico, significa que tiene un principio y un final, por lo que es pasajero y, es gobernado por leyes inmutables de causa y efecto y todo es predecible, con capacidad para calcular con precisión cuándo ocurrirá un eclipse y cuánto durara.

Toda la comprensión de sentido común que tenemos del mundo, proviene de lo que sabemos de este ámbito físico.

En el segundo nivel de existencia, todo consiste en información y energía, conocido como ámbito cuántico, que no puede tocarse ni percibirse por alguno de los cinco sentidos. Chopra nos dice que la mente, pensamientos, ego y la parte de ti que normalmente consideramos que es tu ser, son parte del ámbito cuántico, donde el mundo material es un subconjunto del mundo cuántico y, así en este segundo nivel de existencia, todo lo que existe no es otra cosa que energía e información.

¿Cómo es posible que unas ondas invisibles de energía e información, se perciban como objetos sólidos? En función de cómo vibra, la energía está codificada para transmitir información diferente.

Todo lo que existe en el mundo físico está hecho de información y energía y donde la materia y la energía son la misma cosa, pero con manifestaciones diferentes, que vibran a diferentes frecuencias. Chopra nos dice que en el ámbito físico, intercambiamos constantemente energía e información, mezclando la energía colectiva del entorno con la nuestra y, lo podemos percibir de cierta manera.

De manera constante intercambiamos partes de nuestro ser con lo que nos rodea y a un nivel más profundo podríamos decir que no existen límites entre nuestro ser y el universo y, la sensación de solidez se da cuando los átomos chocan unos con otros. Sin embargo, en el ámbito cuántico, la solidez no existe.

Chopra nos dice que si pudiéramos ver el ámbito cuántico, veríamos que todo lo que consideramos sólido en el mundo físico, entra y sale de un vacío infinito a la velocidad de la luz. El universo es un fenómeno de encendido y apagado y que en realidad, todos entramos y salimos de la existencia continuamente, además de que veríamos los huecos de nuestra existencia y, es sólo nuestra memoria la que mantiene la sensación de continuidad.

La experiencia sensorial de todos los seres vivos es una construcción creada en la imaginación.

El nivel más fundamental y básico en la naturaleza no es material; aquí es donde la información y la energía surgen de un mar de posibilidades. Es potencial puro y opera más allá del espacio y el tiempo, ya que simultáneamente no existen en él. No está en ti ni fuera de ti.

Chopra, experto en medicina cuántica, nos explica, que es así como la información y la energía forjan el mundo físico y, este ámbito no circunscrito, crea y ordena la actividad de la información y la energía. Nos dice Larry Dossey, que estos acontecimientos tienen tres importantes características que lo distinguen: están correlacionadas de manera independiente, absoluta e inmediata.

Su comportamiento no está determinado por las leyes de causa y efecto. Éste es el significado de “independencia”. La “correlación” es “absoluta”, lo que significa que la correlación permanece intacta, a pesar de la distancia en tiempo y espacio.

COMIENZO Y DESTINO DEL UNIVERSO

Para tener una visión real sobre el origen del universo, entender la unificación de las interacciones y poder comprender de una manera más amplia, profunda y verdadera acerca del espacio-tiempo tenemos que voltear la vista al infinito.

¿La creación ocurrió en el pasado o está ocurriendo ahora mismo? ¿Al Cosmos le subyace una voluntad o es un mecanismo ciego?

Vivimos en un mundo que se mueve a una velocidad de 1,100 millas por minuto, sin sentir el movimiento. Un mundo en el que pequeños corpúsculos nos rodean y se convierten en hombres y mujeres, sin que nadie se sorprenda por ello.

Hoy sabemos que nuestra galaxia, forma parte de las 100,000 millones de galaxias posibles, de observarse con los telescopios modernos y, cada galaxia contiene unos 100,000 millones de estrellas. Donde Edwin Hubble, hizo la observación de que, donde quiera que miremos, las estrellas se están alejando de nosotros, lo que significa que se está expandiendo, por lo que parece que hubo un momento en que todo estaba en un mismo lugar y en el que universo era infinitamente pequeño e infinitamente denso. Donde se cree que empezó el tiempo, simplemente porque no pueden definirse tiempos anteriores.

Las observaciones actuales sugieren que probablemente el universo se expandirá para siempre. La teoría del estado estacionario, requería una modificación de la relatividad general para permitir la creación continua de materia, pero el ritmo que se requería era tan bajo que no estaba en conflicto con el experimento.

Era una buena teoría científica, en el sentido de que era simple y hacía predicciones precisas que podían ser puestas a prueba mediante la observación. Para predecir cómo debería haber empezado el universo, se necesitan leyes que sean válidas en el comienzo del tiempo.

El universo evoluciona de acuerdo con leyes bien definidas. Parece que podemos descubrirlas y entenderlas. En tales condiciones, todas las leyes de la física conocidas deberían dejar de ser válidas, de modo que no podrían ser utilizadas para predecir cómo debería empezar el universo.

Se ha intentado modificar la teoría haciendo que la fuerza gravitacional en el modelo estático, fuera repulsiva a grandes distancias, lo que permitía una distribución infinita de estrellas en equilibrio; sin embargo, tal equilibrio sería inestable ya que las fuerzas atractivas entre ellas se harían más intensas y, dominarían sobre las fuerzas repulsivas.

Por el contrario, si las estrellas se alejaran un poco, las fuerzas repulsivas dominarían; si las estrellas se alejaran un poco, dominarían y las impulsaría a alejarse más. La dificultad está en que en un universo estático infinito, prácticamente cabría esperar que todo el cielo sería tan brillante como el sol. La materia interpuesta acabaría calentándose hasta que brillara tanto como las estrellas.

Una constante universal, es una cantidad física que puede expresarse en forma numérica y que es siempre la misma, bajo cualesquier condición, en cualquier lugar del universo.

La relatividad, contraria al concepto imperante, fue descubierta gracias al pensamiento sirviéndose de la matemática y, no de la experimentación; con lo que las limitaciones del empirismo se estaban quedando al descubierto.

Para Kant, el conocimiento, es un proceso que se forma de la síntesis de sensibilidad y entendimiento, que genera formas de conocer que no agotan al universo en sus posibilidades de ser. Es Kant quien habla de que las formas para pensar el mundo, son el espacio y el tiempo, afirmando que tienen un carácter “a priori” y que pertenecen a la razón; la cual no se adquiere sino que es innata.

La mayoría de los filósofos griegos creían que la especie humana y el mundo a su alrededor, habían existido siempre y existirían para siempre. Diciendo que había habido diluvios periódicos u otros desastres que, repetidamente, volvían a poner a la especie humana en el principio de la civilización.

La mayoría de la gente creía en un universo esencialmente estático e invariable, por lo que la pregunta de si tuvo o no un comienzo, era realmente una pregunta metafísica o teológica, nos dice Hawking.

¿Acaso vivimos en un mundo contradictorio en sí? Al contrario, nos dice Sir Charles Sherrington, resulta que es fiel cumplidor de la ley y que exhibe una auto coherencia que raya en el aburrimiento. Sin embargo, por contradictorio que sus hechos puedan parecer, son hechos conciliables, al punto de que, si no lo son, se sospecha que no son hechos, ¿Qué connotación encierra esta conciliación de los hechos naturales?

La primera evidencia es de que la naturaleza es armonía; la naturaleza tal y como la contemplamos incluye al hombre, y el hombre forma parte de esta armonía, donde cada uno tiene un “Yo”.

Si nuestra sustancia fundamental y la del universo son una, es evidente que debe existir una mutua armonía. Formamos parte con el resto de la naturaleza, de ese algo coherente hasta la saciedad, cumplidor de la ley que rige el mundo.

En el universo, hay materia y energía en muchos estados como luz, sólidos, gases, agua y otros pero también hay vida y, eso no es todo, también hay percepciones, emociones y pensamientos; donde estas tres últimas cosas, como no se ven, no son realmente cosas y para muchos, si se les consignara como existentes, no faltaría quien dijera que es un fraude. Sin embargo, habrá otros más actualizados y aptos para reconocer la existencia de los hechos de la conciencia, incluida la moral, como ingredientes indudables del Cosmos, entendido éste como totalidad de lo existente.

La interioridad existe, nos dice Ignacio Ovalle, y aunque no sea visible o tangible, debe figurar en el inventario del universo. ¿Cuáles son los vínculos entre el “es” y el “debe”?, pregunta Ovalle.

¿Qué une a lo inerte con las inquietudes del alma? ¿Cómo puede todo esto formar parte del mismo mundo? ¿Qué hace posible que el polvo del que estamos hechos, sea capaz de sentir y pensar?

La cuestión de los valores no debe enfocarse como una dimensión aislada, sino como elemento esencial de una realidad finamente eslabonada, en la que aparecen lo tangible y lo intangible, lo objetivo y lo subjetivo y, esos dos extremos sin la presencia de uno de los cuales no se logra esa suma total que llamamos universo.

Somos una de entre los millones de especies que pueblan la Tierra, todas ellas emparentadas desde el mismo origen de la vida. Y para entender hacia dónde nos dirigimos, debemos comprender cómo hemos llegado hasta aquí. Hoy no existen dudas de que todos los grupos de seres vivos están emparentados y han ido divergiendo generación tras generación.

Richard Dawkins, habla de que en un universo de fuerzas físicas ciegas y reproducción genética, unos sufrirán daños y otros no, y es imposible encontrarle el sentido o la justicia.

De esos tipos de realidad, está compuesto todo lo que existe. De estas dos vetas complementarias surge todo y a ellas todo vuelve. En su amalgama radica el prodigio de la existencia. Cuando se niega una u otra, se mutila la realidad y nos quedamos apenas con lo que es más parecido a la nada.

HOMBRE Y NATURALEZA

Desde el momento en que tomamos conciencia del mundo que nos rodea, nos preguntamos cuál es nuestro lugar en él. Todo lo que se necesita es comprender la verdadera naturaleza de la realidad y, la disposición para aceptar la interrelación e indivisibilidad de todas las cosas.

Los científicos reconocen la imprevisibilidad de la naturaleza y han tratado de encontrarle un sentido. Ya que hasta los sucesos aparentemente más simples están gobernados por esta imprevisibilidad.

Estar en sincronía significa operar al unísono, como unidad. Tomamos conciencia de los exquisitos patrones y ritmos que gobiernan la vida. Comprendemos los infinitos recuerdos y experiencias que nos han convertido en quiénes somos ahora. Identificamos la red de coincidencias que nos rodean y nos damos cuenta de que hasta los sucesos más pequeños tienen su significado.

Toda vida es un libro de secretos que espera ser abierto. En nuestro “interior” se encuentran los misterios de quiénes somos en realidad. Somos un enigma para nosotros mismos y lo que deberíamos conocer mejor, permanece oculto en el fondo de nuestro ser.

Aun las formas de vida más simples, están compuestas de un conjunto de sustancias increíblemente complejas, bien ordenadas sustancias que constantemente reaccionan entre sí, buscando entre otras cosas, cada uno de los caminos que duplican sus propias estructuras.

Establecemos contacto con todos y con todo lo que existe y reconocemos lo que nos une. Revelamos y conscientes convertimos nuestra vida en la expresión infinitamente creativa para la que fue creada y, con ella vivimos nuestros sueños más profundos.

Resulta punto menos que imposible, seguir con los métodos actuales de su investigación, ya que nunca podremos saber a ciencia cierta, qué rumbo tomará la vida o, qué cambios pueden provocar en nuestro destino.

En la realidad única, experimentamos el flujo de la vida sin obstáculos ni resistencia. La superficie de la vida es sólo un disfraz de mil mascaras que oculta la realidad, pero como hijos de la ciencia y de la razón, hemos quedado huérfanos de sabiduría.

Las motivaciones de una persona así son, en parte animales y en parte super animales, donde los que se esfuerzan por preservar el ambiente están librando una batalla pérdida; basta una mirada superficial para darnos cuenta de que no progresan gran cosa, ya que opera una fuerza silenciosa y general que no hace el menor caso de sus protestas verbales; donde la fuerza impulsora que mueve a los ecologistas, parece ser la necesidad interna de vivir en armonía con la naturaleza y preservar y proteger muchas especies de la extinción.

Su regla de oro, nos dice Hoyle, es: “Vive y deja vivir”; y en oposición se encuentra una fuerza expansionista poderosísima que busca separar al hombre de otras formas de vida, que lo induce a hacer valer su dominio, destruyendo de paso todo lo demás.

El mundo aunque pocas personas sean conscientes de ello, es realmente un lugar muy frío, nos dice John Postgate; y no sólo en las regiones polares. La parte más cálida está constituida por la mayor parte de la superficie terrestre, más unos dos kilómetros aproximadamente de atmósfera y unas pocas decenas de metros de la superficie del océano; estas son las únicas partes que experimentan las fluctuaciones de temperatura relacionadas con las estaciones con las que nosotros y otros organismos estamos familiarizados y, que mantienen nuestro ambiente dentro del margen estable que va de los 10 a unos 45 grados centígrados.

Pero, más de dos tercios de la superficie terrestre están cubiertas por el mar y dos tercios de éste, no se ven afectados por los cambios de la temperatura superficial y permanecen cercanos a los 2 grados centígrados. Si se considera de otra manera, se puede decir que cuatro quintas partes del volumen habitable de este planeta, no suben nunca por encima de los 5 grados. Es un mundo frío, y la mayor parte de los organismos superiores sólo han colonizado los fragmentos más cálidos.

Observamos que nuestro planeta es incuestionablemente un sistema abierto; no está sellado herméticamente ni aislado del resto del universo y por lo contrario, hay evidencias directas de una inyección continua de materia a la Tierra, del espacio exterior.

Tanto el mundo viviente como el de la materia inerte, funcionan con un número relativamente reducido de elementos esenciales. Las células nerviosas son las mismas en todas las especies. Hay ciertas proteínas parecidas en las judías/alubias y los seres humanos. Son los mismos genes los que provocan la aparición de alas diferentes en las mariposas y las moscas o de miembros distintos en los batracios y los mamíferos. Los animales tienen un aspecto variado y que esa variación, parece cada vez más señalada a medida que se asciende en la jerarquía evolutiva.

El mismo razonamiento sirve para el mundo inanimado, nos dice Robert Clark, que está formado por elementos idénticos en todos los niveles, donde los átomos están dispuestos de maneras distintas según los objetos, pero siempre de acuerdo con las mismas reglas.

El nacimiento de un ser a partir de un huevo es, a pesar de todo, un fenómeno que sigue siendo, muy misterioso, al igual que lo son la organización del universo a partir de la semilla o la diversidad casi infinita del mundo viviente a partir de la primera célula. No hay que excluir la posibilidad de que la ciencia tenga sus límites y no consiga nunca hacernos comprender el cómo, ni sobre todo, el porqué de tales misterios.

Lo propio del ser humano es querer que el mundo tenga sentido. Sin embargo, nos dice Clark, la ciencia no ha sabido darnos una explicación clara de lo que son el mundo, la vida y el hombre, ni indicarnos cuál es su sentido.

La ciencia no piensa, nos dice Heidegger y tal vez esa sea la razón de que se niegue a responder a nuestros grandes interrogantes. Necesitaríamos una autentica filosofía de la naturaleza, que nos ofreciera un pensamiento comprensible sobre el mundo y la vida, porque sería un error creer, como dicen algunos científicos, que estas preguntas fundamentales no deben hacerse.

El hombre no puede vivir en el caos, la incertidumbre, la ignorancia y siempre ha intentado dar un significado al mundo, lo cual le ha permitido dárselo a su propia existencia.

La mires como la mires, la Tierra se caracteriza por la vida diversa y abundante. La cuestión es ¿por qué? Toda la vida que vemos, es simplemente la consecuencia de una larga historia de la evolución biológica en la Tierra.

La trayectoria evolutiva seguida por nuestros antepasados, debería indicarnos a priori la dirección y el sentido de nuestra historia y de modo claro, nuestro futuro. Hace 3,500 millones de años, la Tierra tenía una atmósfera bastante densa, aunque todavía basada principalmente en el dióxido de carbono y con apenas oxígeno libre; era más cálida en varias decenas de grados y tenía volcanes activos.

Darwin, aunque no explica el porqué existe la vida, deja claro que la vida puede surgir de la materia ordinaria y evolucionar hasta una forma inteligente.

El arma secreta de la vida es su habilidad única para metabolizar, algo que es contenido en nuestra comida que nos mantiene alejados de la muerte.

Animales de sangre caliente tienen que ver con el índice metabólico y con el ritmo de la vida. Si aumenta la temperatura, se aceleran todas las reacciones químicas, incluidas las reacciones bioquímicas que sustentan la vida, con temperaturas biológicamente significativas de cero grados hasta 40 grados centígrados.

El consumo de oxigeno se duplica por cada aumento de 10 grados centígrados en la temperatura, por lo que los animales de sangre caliente no son forzosamente más calientes que los de sangre fría, donde la mayoría de ellos son expertos en absorber la energía del Sol, con lo que elevan su temperatura corporal hasta niveles semejantes al de las aves y mamíferos.

Nuestro termostato está atascado a 37 grados centígrados, las veinte cuatro horas del día y los siete días de la semana, pero por la noche se está inactivo, sin reducir su temperatura básica corporal, aunque si bien los colibríes entran en coma para conservar energía. Y los lagartos no pierden mucho tiempo por las mañanas para elevar de nuevo su temperatura hasta niveles operativos. Algunos, al cabo de media hora, ya están lo suficientemente calientes, para su actividad diaria.

El tamaño es otro método para mantener altas las temperaturas; si la piel o superficie de un animal es el doble de otro, tendría cuatro veces más piel y sería ocho veces más pesado. Así, cada duplicación de las dimensiones reduce a la mitad la relación superficie-peso. Los animales más grandes tienen más kilos y generan más calor interno y pierden calor más despacio.

A los dinosaurios, su tamaño los volvía de sangre caliente, sobre todo teniendo en cuenta las temperaturas ambientales templadas en aquellos tiempos, donde no existían los casquetes y los niveles de dióxido de carbono atmosférico, eran diez veces superiores a los actuales. Donde los herbívoros gigantes tenían más dificultad para perder calor que para conseguirlo.

Los mamíferos y las aves generan más calor, hasta diez veces más calor interno que un lagarto de tamaño similar, por lo que no sorprende que a los lagartos y reptiles en general, les vaya mucho mejor en el desierto. En el frío, el costo de la vida para un mamífero es cien veces mayor que para un lagarto, incluso en situaciones moderadas, la brecha es de unas treinta veces. Donde, para mantener este índice metabólico, un mamífero debe quemar treinta veces más comida que un reptil. Cada día, debe comer tanto como un lagarto en un mes. El costo de ser un mamífero o un ave, nos dice Lowen.

El costo de ser un mamífero o un ave, nos dice Alexander Lowen, empieza siendo unas diez veces superior al de un lagarto, ¿Qué obtenemos por nuestro caro estilo de vida? La respuesta obvia, nos dice Lowen, es una expansión del nicho.

Los mamíferos tienen el cerebro mucho más grande, en relación con el tamaño corporal que los reptiles. Y mientras que la sangre caliente en el desierto, permite la búsqueda nocturna de comida, en el invierno en climas templados permite una vida más activa, cosas negadas a los lagartos. Un metabolismo más rápido soporta un cerebro más grande. Si los lagartos y mamíferos destinaran el 3% de sus recursos al cerebro, los mamíferos tendrían a su disposición, diez veces más recursos y podrían, permitirse un cerebro diez veces mayor.

Los seres humanos asignamos una mayor proporción de nuestros recursos a la capacidad intelectual, por tanto la capacidad intelectual es poco más que un suplemento añadido, incorporado a un estilo de vida de sangre caliente, según Lowen.

Por regla general, el índice metabólico regula el tamaño de las poblaciones y, los reptiles a menudo superan en número a los mamíferos en una proporción de diez a uno, e incluso la duración de la vida varía con el índice metabólico.

La sangre caliente cobra un peaje cruel, ya que augura una vida corta, dedicada a comer peligrosamente, reduciendo el tamaño de las poblaciones y número de crías y como recompensa, tenemos la ventaja de que podemos quedarnos levantados por la noche y andar por todos lados con el frío.

¿Qué es exactamente eso que tenemos y que los reptiles no tienen? La diferencia entre las creaturas de sangre caliente y de sangre fría, sólo tiene que ver con la resistencia, cosa que cambió el modo de pensar de la disciplina entera sobre la vida. Con lo que la selección no se hace para la temperatura sino para el aumento de actividad, lo cual es directamente útil en muchas coyunturas. Un animal con una resistencia mayor, puede mantener mayores niveles de búsqueda o de vuelo para recoger comida o evitar ser comido. Será superior a la hora de invadir o defender territorios y tendrá más éxito en el cortejo y apareamiento, el cuidado parental intensivo, asociado a la alimentación de las crías por más tiempo, por lo que requiere una gran resistencia y puede tener un gran impacto en la supervivencia en la época más vulnerable.

Un mamífero grande con mucha resistencia, tienen un índice metabólico en reposo elevado y sigue aspirando mucho oxigeno incluso si está sin hacer nada.

El índice metabólico máximo, tiene que ver con llevar oxígeno a los músculos de poco consumo, en cambio el cerebro y los órganos viscerales: hígado, páncreas, riñones, e intestinos desempeñan el papel más importante.

En los mamíferos la producción de calor es consecuencia directa del metabolismo. Los órganos viscerales de los animales de sangre caliente están equipados eficazmente, que consumen inmensas cantidades de oxígeno, para mejorar su rendimiento.

El talento puede no ser más que un don de la naturaleza, pero la madurez del carácter es el resultado de mil victorias logradas por el hombre sobre sí mismo.

El juego de la vida es la conquista de tu ser; por eso la disciplina y las cosas que te engrandecen cuestan trabajo. ¿De que te sirve, conquistar todo, si no puedes hacer lo único que se te pide? Conquistarte a ti mismo. Ama lo que tienes y lo que eres; de la manera que veas al mundo, el mundo te verá a ti.

Eres único en toda la historia universal, y hagas lo que hagas, serás siempre tu mejor posibilidad donde con todo y tus errores, sólo tú tienes la posibilidad de ser tú y nadie más lo será.







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