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Marzo 2019

LOS RITMOS DE LA VIDA


Walter Ritter Ortiz

Sección de Bioclimatología, Centro de Ciencias de la Atmósfera, UNAM. Circuito Exterior s/n, Ciudad Universitaria, Deleg. Coyoacan, México, D. F. email: walter_ritter@hotmail.com

INTRODUCCIÓN

La filosofía de pensar correctamente, profundiza y enseña que los pensamientos de la mente pueden llegar a confinar claridad al querer dar respuestas precisas y, querer dar una explicación a los problemas del universo.

Los descubrimientos más importantes darán respuestas a preguntas que no conocemos todavía cómo plantearlas y, se relacionarán con objetos que todavía no nos hemos imaginado, donde todo cambia, todo fluye, nada permanece; un principio que se puede aplicar a todos los fenómenos, de la naturaleza.

Las incertidumbres son parte esencial del proceso científico y por tanto, a veces seremos incapaces de alcanzar conclusiones firmes, donde a menudo podemos mirar un problema con múltiples líneas de evidencia. Y si podemos llegar a una hipótesis de trabajo razonable sobre el significado de los datos, también hay que subrayar los casos en que nuestras ideas han evolucionado a medida que los datos han mejorado y, se han incrementado o se han comprimido mejor.

La práctica de pensar correctamente, ejercita a la mente para que piense sólo aquello que armoniza con las leyes inmutables que dirigen el universo; produciendo así el éxito que satisface en el desarrollo de la autoestima y autodominio. Es lamentable el hecho de que no se enseñe el autocontrol en todos los niveles de nuestra existencia, ya que es la necesidad más imperiosa en nuestra vida cotidiana. Y donde hay que hacer enormes esfuerzos para poder trascender limitaciones y poder eliminar: miseria, discordia y destrucción y tener control de nuestros pensamientos y sentimientos.

La vida y la sociedad exigen de cada uno de nosotros una atención especial, constantemente en vigilia, que sepa distinguir los contornos de la situación presente, cierta elasticidad corporal y mental que nos permita adaptarnos. Tensión y elasticidad, he ahí dos fuerzas complementarias que la vida pone en juego. Tenemos todos los grados de pobreza psicológica, todas las variedades de locura.

Tenemos accidentes de todo tipo, dolencias y enfermedades. Ahí están las profundas inadaptaciones a la vida social, que son fuente de miseria y a veces de crimen. Donde un acuerdo entre las personas no es suficiente y, requiere un esfuerzo constante de adaptación reciproca, nos dice Henri Bergson.

Bergson también anota que: Si trazamos un círculo alrededor de los actos y disposiciones que comprometen la vida individual o social y, que se castigan a sí mismos por sus consecuencias naturales, que quedan fuera de ese terreno de emoción y de lucha, en una zona neutra en la que el hombre simplemente se entrega al hombre como espectáculo, con cierta rigidez corporal mental y de carácter que la sociedad quiere eliminar para obtener de sus miembros la mayor elasticidad y la más alta sociabilidad posibles.

¿Qué tenemos que hacer ante el hecho de que ignoramos más de lo que sabemos? ¿El ingenio humano debe permanecer subordinado a la sabiduría de la naturaleza? Nos dice Voltaire, que sólo si dudamos, si interrogamos nuestras certezas, es que avanzamos en el conocimiento del mundo y de nuestras personas. La duda no es una condición placentera, pero la certeza es absurda.

Voltaire no fue un ateo sino un Deísta: creyó en la existencia de Dios, pero no en su intervención en los asuntos y destino del hombre, que para él son responsabilidad meramente humana. Y sólo la propia y personal experiencia hace al hombre sabio.

¿Cuánta energía perdemos divagando, en lugar de vivir con integridad el presente, con nuestra mente y nuestro cuerpo bien presentes en el momento?

Para Ortega y Gasset, el ser humano diseña su propia existencia, decidiendo en libertad lo que va a ser. Una persona es auténtica conforme inventa o encuentra su proyecto vital que además, instante a instante lo realiza. La vida nos ha sido dada, pero no nos ha sido dada hecha.

La noción de causa nunca ha vuelto a ser tan clara y robusta como antes de David Hume, quién argumenta que la proposición A es causa de B, sólo significa que A ha sido seguido de B en todos los casos examinados, donde la conexión entre causa y efecto no puede ser una conexión lógicamente necesaria.

Señala Allen Paulos, la conexión entre un suceso y su causa es contingente y bastante escurridiza. No podemos pasar de un suceso a sus causas tan confiadamente como tendemos a creer. Las causas son describibles por la experiencia, no por un razonamiento a priori, de lo que se desprende que la noción de causa es mucho menos robusta de lo que supone el argumento de la “Causa Primera”; es por esto que la implicación mecano cuántica de que la “causa” a escala microscópica, en el mejor de los casos es un concepto probabilístico, descartando una causa primera. Lo que implica que el Big Bang y el nacimiento del universo, son fenómenos recurrentes.

Para Paulos, una ética irreligiosa y una actitud liberadora y auto conformadora ante la vida y sus historias, es compatible con una perspectiva científica y, con la idea de que la única certeza que podemos esperar es la certeza de la incertidumbre.

¿Cuál es el problema de que nuestros experimentos y nuestra ciencia, verse sobre una realidad aparente por sus fenómenos, que es moldeada quizá sobre una verdad más profunda a partir de nuestra razón y nuestra experiencia, inefable para el lenguaje natural? ¿Cuál es el problema de que sólo podamos pensarla en el lenguaje universal de las matemáticas?

Quizá, nuestra realidad no está previamente dada y la verdad absoluta nos es ajena. La mecánica cuántica no suprime la realidad, simplemente nos recuerda nuestras limitaciones.

Lo mires como la mires, la Tierra se caracteriza por la vida diversa y abundante. Toda la vida que vemos es simplemente la consecuencia de una larga historia de evolución biológica en la Tierra. ¿Por qué hay tanta vida en la Tierra?, nos pregunta Donald Canfield.

Somos animales grandes y necesitamos mucho oxigeno para vivir. Sus altos niveles en nuestra atmósfera, definen el contorno de nuestra existencia y la naturaleza de la vida animal en la Tierra y, dada la importancia del oxigeno para la biosfera actual, ¿hay algún indicio de que la historia de los niveles de oxigeno pueda estar acoplado de alguna manera a la historia de la evolución biológica de la Tierra?

En ocasiones tenemos que mirar a los organismos y ecosistemas modernos para ver cómo funcionan y porqué aportan pistas importantes para ayudarnos a entender cómo funcionaba el mundo antiguo. Necesitamos entender tópicos complejos, tales como el funcionamiento de la fotosíntesis.

Los fenómenos biológicos, no son más que un eslabón en la cadena del gran proceso cosmológico. La materia es común, pero la vida es una propiedad adicional. Donde la naturaleza avanza lentamente desde las cosas inanimadas hasta llegar a la vida, de modo que resulta difícil establecer el límite entre lo que está vivo y lo que no lo está.

Si la vida surgió sólo una vez o varias veces en varios lugares, tiene que ver con la “Contingencia y el Determinismo”. Los deterministas señalan de que si la vida tiene una probabilidad muy elevada de surgir, no hay razón para creer que lo haya hecho sólo una vez. En cambio, el del “sólo una vez, es apoyada por los “Contingentistas”, si las condiciones para el inicio de la vida fueran contingentes, por lo que sería prácticamente imposible de que se volvieran a repetir.

Muchas secuencias nuevas, representarán muchos orígenes, lo que supone una negación completa del principio darwiniano fundamental de la descendencia común. Pero si se apoya un determinismo absoluto, las leyes de la física y la química darían los mismos productos en cada origen independiente, por lo que el origen múltiple de la vida es una posibilidad teórica, según Pier Luigi.

El término vida, es demasiado general y vago y aunque todo el mundo sabe lo que es la vida, es imposible describirla con palabras. Se puede decir que un sistema está vivo si es capaz de transformar materia y energía externa en un proceso interno de auto mantenimiento y, producción de sus propios componentes, según Pier Luigi.

Existe una clase entera de organismos que no comen ningún tipo de materia orgánica, sino que simplemente fabrican sus células a partir de sustancias inorgánicas; que es lo que hacen las plantas, que crecen a partir del dióxido de carbono y agua y, usan la energía del Sol para combinar esos compuestos produciendo biomasa celular y oxigeno.

Los animales y plantas más sencillas, son las más primitivas. Los diversos organismos vivos pueden agruparse en diferentes especies. A su vez, las especies pueden ordenarse desde tipos sencillos a otros cada vez más complejos, constituyendo lo que desde hace mucho tiempo se ha llamado la “escala natural”.

Todo ser organizado, constituye un sistema cerrado en el que cada parte está relacionada con el resto, cooperando unas con otras de un modo definido dentro del conjunto del cuerpo. Ninguna parte puede cambiar sin que se modifiquen las demás partes; como consecuencia, una parte analizada por separado no puede servir para indicar cómo es el resto, nos dicen los materialistas.

Esto constituye el principio llamado de “correlación de las partes”; Cuvier creía que la clasificación es la expresión más concisa de nuestros conocimientos sobre la naturaleza.

La clasificación aristotélica nos dice que los vegetales tienen la facultad de crecer y reproducirse. En los animales, además se les confiere las facultades de sensibilidad y movimiento. El hombre tiene un alma racional que a las propiedades anteriores se añade la de la reflexión.

Para Buffon, lo más importante es conocer el orden de los acontecimientos y, no sus causas primeras. Otra idea clave de Buffon es la convicción de que todo está relacionado con las leyes generales de la física. Con Buffon, se produce un cambio de mentalidad que hará posibles los grandes descubrimientos científicos del siglo XIX.

A lo largo de la historia, el hombre ha construido toda clase de interpretaciones para conocer la realidad, que son resultado de una visión determinada por elementos específicos a cada etapa histórico-social; entre éstas, se encuentran diferentes aspectos filosóficos, culturales y morales, científicos y técnicos, políticos y económicos, todos ellos interrelacionados.

La civilización se ha caracterizado por numerosos intentos de explicación y explicaciones de la realidad

El papel atribuido a la ciencia, están implícitos en la frase de Karl Marx que dice: Hasta ahora los filósofos han tratado de comprender el mundo; de ahora en adelante, lo que deben hacer es tratar de cambiarlo.

La física newtoniana y la filosofía liberal, tomaban como base el conocimiento de las leyes naturales, que dominarían tanto el sistema solar como la vida y la sociedad humana. Lo que hay que hacer es intentar conocerlas, y organizarse de acuerdo con ellas.

El pensamiento filosófico de la última parte del siglo, está caracterizado por cuatro corrientes: el utilitarismo inglés; el positivismo francés; el pragmatismo americano y el materialismo alemán.

Aristóteles, es considerado un fijista, es decir alguien que considera que nada cambia, pero con Anaximandro y Empédocles, se tienen precedentes importantes en la teoría de la evolución. Sin embargo, Aristóteles proporcionó sin saberlo, una de las bases que permitieron establecer la teoría de la evolución.

Se trata del descubrimiento del orden, que subyace en la diversidad de los diferentes tipos de organización, desde los más sencillos a los más complejos. Aristóteles, nos dice Ramón Parés, lo considera una especie de orden propio del mundo viviente, desde el hombre a los seres más simples. Donde la realidad del ser vivo es la “forma” y, la “materia” es la potencia.

Durante el desarrollo embrionario, ya sea a partir de la semilla o del huevo, se produce el paso de la Potencia al Ser, a través de una serie de estados imperfectos de la forma. En esta idea del desarrollo embrionario, como paso de la potencia a la forma, subyace el principio de la teoría “Epigenética” de la que Aristóteles es un pionero.

Aristóteles es un vitalista, en oposición a los atomistas que son mecanicistas y partidarios de que la actividad es algo necesario y automático. El finalismo o teleologísmo, es un rasgo característico del pensamiento aristotélico y aún condiciona muchas estructuras mentales de la ciencia actual, como el estudio de las funciones de los órganos y otras situaciones en las que decimos que una determinada parte o cosa sirve para algo. Para él, el objetivo de la ciencia sería conocer la finalidad de las cosas, es decir explicar el mundo por medio de sus causas finales.

El siglo XVIII es una época de revoluciones, dirigidas fundamentalmente contra el poder de la iglesia y de las monarquías absolutas. Simultáneamente, irá surgiendo una corriente que buscará y en cierto modo, sigue buscando, cambiar la estructura socioeconómica establecida por el capitalismo burgués.

El concepto de evolución trastornará profundamente todo esquema, tanto en lo que respecta a la historia del Universo como a la propia historia humana. La evolución biológica se basa en comparar los animales y plantas del pasado con los actuales. Establece que son diferentes y que cuanto más antiguos, son más sencillos y que proceden unos de otros sin solución de continuidad.

La teoría de la evolución establece que “la escala natural” es el resultado histórico de la transformación de las especies. Es una de las aportaciones fundamentales del progreso científico del siglo XVIII.

El concepto de evolución había estado presente durante generaciones antes de Darwin. En el siglo XVIII, naturalistas y geólogos se habían dado cuenta de que las especies cambian a lo largo del tiempo, de que algunas se extinguen y otras mejoran y prosperan.

Es evidente, razonaban, que plantas y animales han evolucionado, pero no podían encontrar el porqué o el cómo de dicha evolución y, tendían a considerar la evolución como otra manifestación de creación, de las obras maravillosas del creador.

Mientras, Lamarck proporcionaba una base científica a la evolución biológica y, Lyell establecía una correlación entre ésta y la evolución del planeta físico, Darwin se centraba en aportar información sobre las fuerzas o mecanismos que impulsaban o motivaban el proceso evolutivo. A él, le preocupaban específicamente las razones por las que surgían nuevas especies.

Lo que Darwin hizo, fue explicar cómo funciona la evolución e introdujo el concepto de “Selección Natural”, valiéndose de meticulosas observaciones y presentó una evidencia abrumadora que le dio la razón.

La evolución de los organismos se revela a sí misma como un proceso cuántico, en el sentido de que a un cierto nivel de complejidad, aparecen formas “Emergentes” totalmente nuevas, que no habrían podido predecirse a partir de la naturaleza de sus partes.

Un acontecimiento indeterminado provocó la extinción de los dinosaurios y ofreció a los mamíferos, los dóciles, la oportunidad de heredar la tierra. El actual estado de la civilización, nos dice Lipton, se parece a la iteración fractal de un patrón auto similar, que tuvo lugar hace millones de años en la evolución humana, una época en la que los dinosaurios, las aves y los primeros mamíferos con pelo compartían una existencia complicada.

Los descubrimientos modernos de la ciencia y las antiguas enseñanzas de los grandes líderes espirituales llegan a la misma conclusión; vivimos en un mundo de relación. Nadie se baja del autobús; estamos todos juntos en esto, nos dice Bruce Lipton.

Hace más de un millón de años, los organismos pluricelulares evolucionaron hasta los primeros humanos conscientes; con la consciencia, la vida pudo observarse, reflexionar y crear su propio futuro; consiguió experimentar y apreciar su entorno.

Para Bruce Lipton, los seres humanos poseen una gran capacidad para aferrarse a las falsas creencias con fanatismo y tenacidad y, los científicos no son ninguna excepción. El conocimiento es poder y en consecuencia, el conocimiento de uno mismo supone una mayor capacidad de actuación.

La visión clásica de la genética, llevó a asumir que la dotación genética de un organismo en el momento de su nacimiento es inmutable y condiciona su destino, instaurándose así un determinismo genético que no obstante, comienza a diluirse.

¿Cuál es realmente el papel del ambiente? A lo largo de la vida, nuestros genes tienen la clave para convertirnos en lo que seremos, pero nuestras experiencias van a condicionar ese destino drásticamente y más de lo que se creía.

Los genes no son más que planos moleculares utilizados para la construcción de células, tejidos y órganos. La vida de una célula está regida por el entorno físico y energético, y no por sus genes, señala Lipton. Nos dice que es el entorno el que lee e interpreta esos planos genéticos y, a fin de cuentas, como el responsable del carácter de la vida de una célula. Es la percepción del entorno de la célula individual y, no sus genes, lo que pone en marcha el mecanismo de la vida.

El dogma central de la biología, que es la creencia de que la vida está controlada por los genes, Lipton nos ofrece pruebas irrefutables de que estos preciados dogmas de la biología con respecto al determinismo genético, albergan importantes fallos.

La necesidad básica para la vida es la energía, que puede ser aportada por la luz o por una infinidad de reacciones diferentes de oxidación y reducción. De ahí que la energía es crucial para la vida. Otro ingrediente básico de la vida, es un entorno acuoso estable.

El agua tiene propiedades especiales. En conjunto, desde su capacidad para disolver y transportar los constituyentes químicos de la vida, hasta su capacidad de albergar estructuras de membrana, hacen del agua una sustancia química única; siendo el fluido de la vida porque sus propiedades son perfectas para el tipo de vida que conocemos.

Así, tres ingredientes básicos para la vida, serían la “energía, los componentes químicos que forman la célula y el agua”. El agua es también considerada como el más importante gas de efecto invernadero. Sin ningún efecto de invernadero y, con el albedo en la superficie y como es, la Tierra estaría congelada a unos 15 grados bajo cero. Distintos niveles de CO2 atmosférico serían necesarios para mantener la zona habitable en respuesta a diferencias de la luminosidad solar y, con todo esto nos dice Canfield, que tanto Marte cómo Venus, quedan fuera de la zona habitable, donde para escalas largas de tiempo, podríamos decir que la Tierra regula su propia temperatura.

El cambio, es una realidad inherente a la existencia humana. Vivimos transformándonos; nacemos, crecemos y morimos, por lo que cambiamos de percepción e ideas respecto a la realidad. El cambio significa que la misma cosa es diferente ahora de cómo fue previamente.

Nada descansa, todo se mueve, todo vibra. Los extremos se encuentran, todas las verdades no son sino medias verdades, todas las paradojas pueden ser reconciliadas. Las viejas paradojas, que han dejado siempre perplejas la mente de los hombres, son explicadas por una comprensión del principio de polaridad, nos dice el principio de polaridad Hermético.

El cambio ha existido siempre, tanto en el orden individual como en el social: junto con el orden, es un rasgo distintivo de lo humano; los primeros grupos de hombres, se transformaron al grado que se convirtieron en nuestros antecesores; pero el cambio en las ideas, arquetipos, paradigmas, modelos, ha modificado su ritmo y ahora, experimenta una aceleración jamás antes vista, nos señala Federico O. Quezada.

Por lo que no debe sorprendernos, por tanto, que conforme la rapidez del cambio se incremente, aparezcan mayor número de estudios y uno de estos, es el que se refiere a las ideas, paradigmas y modelos, ya que para comprender el presente y predecir el futuro, es necesario, primero, caracterizarlo; donde gracias a las posibilidades de observación y experimentación, inducción y deducción, casi la totalidad de la ciencia se desenvuelve atrayendo la atención de quienes aspiran a poseer un conocimiento científico del hombre, donde en el afán por conocer la mente y el cuerpo del hombre mediante un pensamiento racional, desvinculado de la causalidad sobrenatural, circunstancia que ha permitido un entendimiento bien fundado de la naturaleza.

El manejo de la vida, plantea diferentes problemas a diferentes organismos en diferentes entornos. Los organismos sencillos en entornos fáciles pueden necesitar poca deliberación y nada de planificación para poder responder adecuadamente y mantener la vida.

¿La Adaptabilidad crea la Complejidad? Sin una teoría, no realizaremos más que interminables incursiones en territorios no cartografiados, nos dice Holland. En cambio, si contamos con una teoría, podemos separar las características fundamentales de las peculiaridades casuales. La teoría nos indica qué observar y dónde actuar.

Los organismos complejos situados en entornos complejos, pueden necesitar grandes conocimientos y la posibilidad de elegir entre muchas respuestas disponibles; capacidad de planificar por adelantado para poder evitar las situaciones desventajosas y propiciar las favorables.

Puede ser que lo único que les sea necesario, sea una pequeña dotación de dispositivos y unas ciertas posibilidades de responder de acuerdo con lo que se siente y, algunos medios para llevar a cabo la acción seleccionada como respuesta, según Antonio Damaso.

La orientación no es algo que tengamos los humanos de forma innata, a diferencia de algunos pájaros, murciélagos, peces y tortugas. Las tortugas marinas hembras migran de un lado a otro lado del Océano Atlantico, pero saben regresar a la playa donde nacieron cuando les llega el momento de poner los huevos, un viaje épico de más de doce mil kilómetros. Los investigadores creen que las tortugas ”leen” el campo magnético de la tierra, lo que les ayuda a surcar las corrientes que atraviesan el océano. Igual de interesante es la visión en infrarojo desarrollado por las serpientes y el ultrasonido en murciélagos y delfines.

Según Jacques Monod, la piedra angular del método científico es el postulado de la objetividad de la naturaleza; es decir, la negativa sistemática de considerar capaz de conducir a un conocimiento “verdadero” toda interpretación de los fenómenos dada en términos de causas finales, es decir de proyecto.

La ciencia tal y como la entendemos hoy, le faltaba la austera censura planificada por el postulado de “Objetividad”, postulado puro, por siempre indemostrable. Ya que es imposible una experiencia que pudiera probar la no existencia de un proyecto, de un fin perseguido, en cualquier parte de la naturaleza.

La “Objetividad” nos obliga a reconocer el carácter teleonómico de los seres vivos, a admitir que en sus estructuras y manifestaciones, realizan y persiguen un proyecto, lo que significa al menos en apariencia, una contradicción epistemológica profunda, señala Monod.

El problema central de la biología es esta contradicción, que se trata de resolver o de declararla radicalmente insoluble si así verdaderamente resulta ser.

La parte mental y la física, representan dos elementos de un mismo conjunto unitario; constituyen dos funciones diferentes pero inseparables, puesto que actúan la una sobre la otra y, se influyen mutuamente. El organismo funciona como un único conjunto, por el cual no tiene sentido separar mente y cuerpo si se quiere describir y entender cualquier experiencia humana.

Cualquier patología física involucra también a nuestra mente, pensamientos y emociones; cada vez que se activa un estado emocional, involucramos no tan solo a la mente sino también al cuerpo. La mente se vuelve un colector y un canal de acceso para descubrir, en nuestras continuas y variadas experiencias diarias, quienes somos de verdad. Descubrir el cuerpo y sentir de forma consciente lo que está ocurriendo a nivel físico y visceral, es un trabajo de la propia mente.

Para Lowen, si un individuo no está conectado con su cuerpo o, rechaza las sensaciones y no acepta lo que es expresado y transmitido en el plano somático, es por que hay miedos o bloqueos que le impiden percibir sus propios sentimientos y afrontar su propio mundo interior.

El bienestar psicológico implica necesariamente una condición de bienestar y de equilibrio físico. Sólo reconociendo y aceptando el poderoso vínculo entre estos dos lados de la naturaleza humana, nos dice Hachette Fascioli, podemos llegar a llevar una existencia sana, madura y equilibrada.

Mente y cuerpo son iguales, lo que ocurre en la mente no es más que el reflejo de lo que ocurre en el cuerpo. Existe además un continuo intercambio entre el individuo y el entorno que le rodea.

La personalidad se tiene que pensar en términos puramente energéticos. La cantidad de energía que un sujeto utiliza y la manera particular en la que la utiliza, determinan su personalidad.

Los flujos energéticos explican también la estructura y el mantenimiento del sufrimiento emocional y de los diferentes cuadros psicopatológicos. Las personas deprimidas presentan una fuerte reducción de los flujos energéticos, según Fascicoli.

LA LEY Y EL ORDEN EN EL COSMOS

Las fuerzas cósmicas se repiten en patrones cíclicos, a los cuales la vida aprende a reaccionar. Las reacciones más fuertes acompañan naturalmente a los ciclos más breves, que producen el mayor número de cambios en un determinado período de tiempo.

Toda la vida de la Tierra depende últimamente del Sol, por lo cual el problema se reduce a la presencia o ausencia de la luz solar, por lo que uno de los cambios más traumáticos, que puede experimentar la vida, es la desaparición súbita e inesperada del Sol.

Según Lyall Watson: Toda la vida está asociada con la desaparición diaria de la luz solar debido al movimiento de nuestro planeta; los ritmos circadianos, significa que duran un día, producidos por el movimiento de la Tierra y pueden vérseles en acción a cualquier nivel de complejidad de la vida.

Consideramos a los organismos vivos como entidades, pero tendemos a olvidar que son sociedades complejas de células simples y que cada uno de sus componentes tiene mucho en común con todas las demás células, no sólo en un individuo determinado, sino en cualquier otro organismo que haya vivido, con lo que Alexander Pope nos dice: “Todas no son más que partes de un todo maravilloso, cuyo cuerpo es la naturaleza”.

Los ritmos circadianos se dan tanto en los organismos simples unicelulares sin hormonas ni sistemas nerviosos especializados, como en las formas más complejas y multicelulares; los ritmos circadianos ocurren también con tipos más complicados y responden a estímulos ambientales más sutiles.

Al estudiar las sociedades arcaicas, su rebelión contra el tiempo concreto, histórico, su nostalgia de un retorno periódico, al tiempo mítico de los orígenes. El sentido y la función de lo que hemos llamado “Arquetipos y repetición”, sólo se nos revelaron cuando comprendimos la voluntad de sus sociedades de rechazar el tiempo concreto, su hostilidad a toda tentativa de historia autónoma; es decir, de historia sin regulación arquetípica y, en ese rechazo del tiempo profano, continuo, cierta valoración metafísica de la existencia humana. Donde el descubrimiento del “Hombre Histórico”, del hombre que es en la medida en que se hace a sí mismo en él sino de la historia.

Las concepciones metafísicas del mundo arcaico no siempre se han formulado en un lenguaje teórico, pero expresan un complejo sistema de afirmaciones coherentes sobre la realidad última de las cosas; sistema que puede considerarse en sí mismo como una metafísica, donde un objeto o una acción adquieren un valor y de esta forma llegan a ser reales, porque participan, de una manera u otra, en una realidad que los trasciende. Hechos que nos ayudan a comprender “cómo y porqué” algo llega a ser “real” para el hombre de las sociedades premodernas.

La evolución no es aleatoria ni predeterminada, sino en realidad se da una danza inteligente entre organismo y el ambiente de su entorno. Y lo interesante es que cuando se presenta una crisis, algo imprevisto sucede, para que la biosfera alcance un nuevo equilibrio en un nivel superior de coherencia, nos dice Lipton.

El “imperativo biológico” nos habla de la necesidad innata de sobrevivir. No podemos resolver nuestros problemas haciendo lo que hemos hecho hasta ahora. Contar con más armas no genera paz. Crear más prisiones no reduce la criminalidad, ni por el hecho de contar con más información nos hace más sabios.

En lugar de que nos centremos en la crisis, se nos anima a buscar un escape a través de adicciones y distracciones. Pero la realidad continua interponiéndose, ya que avanza hacia una crisis totalmente fuera de nuestro control.

Las amenazas sin enemigos, señalada por Lord Martin Rees, se presentan en forma de mentalidades falsas que se perpetúan a sí mismas, con instituciones obsoletas basadas en esa forma de pensar. Necesitamos revisar tanto de forma individual como colectiva, muchas de las suposiciones fundamentales que nuestra civilización acepta como verdades.

Cuando todos participamos y experimentamos lo que puede ser el momento más profundo y clave en la historia del planeta, entonces presenciaremos el surgimiento espontáneo de un nuevo orden a partir del caos, preguntándose Lipton: ¿Por qué las cosas parecen cada vez más caóticas y desconectadas? Para él, las crisis son simplemente síntomas, la manera que tiene el tiempo y la Naturaleza de informarnos que nuestra civilización ha llevado a la Biosfera al límite y debe ahora plantearse una nueva forma de vida para sustentar nuestra existencia.

Para muchos, el argumento fundamental de la evolución es una sarta de estupideces. Por otro lado, están los materialista, que insisten en que llegamos aquí, por azar. Y por otro lado, están los fundamentalistas religiosos, que consisten en que Dios creó el mundo tal como lo explica la Biblia e incluso, señalando que Dios inició la creación a las 9 de la mañana del 23 de octubre del 4004 a.c.

¿Qué podría ser más complejo de saber, que saber cómo sabemos? ¿Darse cuenta de que tener conciencia es lo que posibilita e incluso hace inevitable, nuestras preguntas sobre la conciencia? Ver como la conciencia puede haber abierto el camino en la evolución humana, hacia un orden de creaciones nuevas que no hubiera sido posible sin ella o, que la conciencia sea la función biológica fundamental que nos permite distinguir la pena de la alegría, el sufrimiento del placer, lo que es un subproducto de la conciencia y, sin la conciencia, no sería posible conocer ninguno de estos estados.

La conciencia es la clave, para bien o para mal, de la vida que se examina y, nuestro pase para conocerlo todo; reconocer el impulso irresistible de seguir vivos y desarrollar una preocupación por el ser, ayudándonos a desarrollar una preocupación por otros seres y mejorar el arte de vivir.

Bajo y detrás de todos los sucesos y manifestaciones materiales, debe haber siempre una realidad sustancial: ésta es la Ley, nos dice el Kybalion. El hombre común no puede ver sino los cambios en la materia, las fuerzas y los estados mentales, al observar el Universo al que pertenece.

Puede reconocer que nada realmente es, pero que todo se transforma y cambia. Nada permanece quieto; todo está naciendo, creciendo, muriendo; el mismo instante en que una materia alcanza su máximo desarrollo, empieza a declinar, la ley del ritmo se presenta constantemente; no hay ninguna realidad, cualidad duradera, fijeza o sustancialidad en nada; nada es permanente, todo es cambio.

La experiencia nos ha convencido de que nuestras estaciones son a veces severas y otras suaves, sólo queda por considerar si se podría adscribir tal diferencia a una emisión más o menos copiosa de radiación solar. La energía que recibimos del Sol cambia con el ciclo de las manchas solares que es de once años.

Para comprender cómo una variación en el flujo de la radiación solar que recibimos del Sol, puede influir en la temperatura terrestre, debemos tener en cuenta cuáles son los factores que influyen en un cambio de clima. Siguiendo las leyes de la termodinámica, habría que realizar un cálculo suponiendo un balance entre lo que calienta el planeta y lo que lo enfría, donde para alcanzar el equilibrio, las entradas de energía deben ser iguales a las salidas, el cual establece que: El flujo solar interceptado por la Tierra, menos el flujo solar reflejado por la Tierra conocido cómo albedo, es igual al flujo térmico no retenido por la atmósfera.

Parte del flujo térmico terrestre es retenido por la atmósfera, generando el llamado efecto de invernadero. Por consiguiente, cualquier cambio en la radiación solar, el albedo o la concentración de gases de invernadero ha de manifestarse en un cambio de la temperatura media terrestre.

DE CÓMO LA ADAPTACIÓN GENERA LA COMPLEJIDAD

Se trata de ofrecer un panorama global, ordenado y particularmente hacer una síntesis de ideas dispares intentando desarrollar una nueva disciplina y la oportunidad para realizar investigación interdisciplinaria.

La materia es lo que existe en el espacio y perdura en el tiempo. El espacio se percibe, pero no se siente ni se observa ni se oye; ¿Qué es el espacio después de todo? La concepción de Newton, de un espacio y un tiempo absolutos, no fue aceptado, universalmente.

La geometría es un conjunto de verdades puras a las que sólo se podía llegar por medio de la lógica, prueba de que el conocimiento del mundo físico, podía deducirse a través de la razón pura. Un matemático puede imaginar muchos mundos geométricos diferentes, generalizando la geometría de los espacios curvos a espacios de cuatro, cinco o incluso más dimensiones.

Materia energía e información se mezclan en ciclos complejos: Los ecosistemas están fluyendo continuamente y, presentan una gran variedad de interacciones, como el mutualismo, parasitismo, carrera armamentista biológica y mimetismo; pero estamos lejos aún de comprender el efecto de los cambios en los ecosistemas.

Los bosques tropicales y su gran riqueza, contrastante con la pobreza de su suelo, sólo puede mantener su diversidad por un complejo conjunto de interacciones que reciclan los nutrientes; pero mientras no tengamos una comprensión clara de estas complicadas y cambiantes interacciones, nuestros intentos por equilibrar la extracción de los recursos de los ecosistemas para que no se afecte su sustentabilidad, en el peor de los casos, serían desastrosos.

Es curioso ver como los ecosistemas comparten muchas características y enigmas que presenta el Sistema Inmunológico; pero existen en realidad muchos otros sistemas complejos que también mantienen su coherencia frente a los cambios, donde sabemos que la coherencia y persistencia de cada sistema dependen de una gran cantidad de interacciones y, de la agregación de diversos elementos y de la adaptación o el aprendizaje.

Lo mismo se podría decir de varios problemas complejos de la actual sociedad humana; decadencia de las ciudades, enfermedades mentales y deterioro ecológico. Donde creemos que existen principios generales de los cuales depende la profundización de nuestra comprensión de todos los sistemas complejos adaptativos.

Resiliencia, es un término que procede de la física y que se refiere a la capacidad de un material para recuperar su forma inicial después de soportar una presión que lo deforma.

Como seres humanos, toda experiencia vivida nos afecta, sin embargo, si somos resilientes, lograremos aprender, crecer y ser mejores. Para Rivas Lacayo, “es la capacidad de enfrentar la adversidad y salir fortalecidos de ella”, mientras para Gerónimo Acevedo, “la resiliencia personal consiste en tener la capacidad de afrontar el sufrimiento, reconstruirse y no perder la capacidad de amar, de luchar y resistir”. Es una realidad que hay que descubrir y que si a pesar del dolor buscamos la oportunidad para crecer, nuestra percepción de adversidad cambia.

Ser resiliente es poseer la imaginación para ocuparse en planificar la vida de manera realista y creativa, descubrir y potenciar los recursos de su interioridad para luchar y no dejarse arrastrar por el impacto de un mar embravecido, explica Rivas Lacayo.

Las matemáticas desempeñan un papel crítico, ya que nos permiten formular rigurosas generalizaciones, ya que ni los experimentos pueden proporcionar dichas generalizaciones. En cambio, las herramientas matemáticas proporcionan rigurosas derivaciones y predicciones, aplicables a todos los sistemas complejos adaptativos.

El problema no es la falta de información, es la falta de alguien que sepa sintetizar las grandes cantidades de información que tenemos, sumarlas y después simplificarlas.

El mundo natural está hecho a base de cambios ambientales, nos dice Marc Furió y Figuerola y, sólo la capacidad de los seres vivos para adaptarse a ellos ha permitido generar la biodiversidad de hoy en día. La plasticidad del código genético, ha permitido que la vida se haya adaptado a casi todas las adaptaciones existentes en la Tierra, donde la evolución trabaja a diferentes ritmos y dentro de unos márgenes que permite a los seres vivos tengan la oportunidad de asimilar las irregularidades ambientales derivadas de un planeta en continuo cambio.

Desde que la vida en la Tierra dejó de ser microscópica, nos dicen Furió y Figuerola, el planeta ha sufrido cinco masivas extinciones, que fueron devastadoras, diezmaron la diversidad existente y dando oportunidad a la aparición de nueva especies. Dichos cambios ambientales se han dado a nivel planetario y a tal velocidad, que los organismos han sido incapaces de seguir el ritmo de los acontecimientos, mediante mecanismos de atenuación evolutiva.

Y ha sido en muchas ocasiones que la misma dinámica terrestre la que ha sido la que ha generado escenarios de consecuencias letales para la vida, como se dio en la extinción del Pérmico, que fue producto del volcanismo; y es considerado el mayor evento catastrófico que se ha dado en la Tierra y que fue capaz de desestabilizar todos los ecosistemas del planeta.

Las extinciones masivas redirigen el curso de la evolución, cambian las normas del juego a nivel global y favorecen la proliferación de especies que habían tenido un papel secundario, según Furió y Figuerola.

La historia evolutiva de los seres vivos, revela que ante cualquier cambio en el ambiente al cual se encuentran adaptados, existen tres salidas posibles: readaptarse, migrar o desaparecer. Por lo que resulta básico, conocer cómo el ser humano ha llegado hasta donde está, adaptándose a los innumerables retos de su entorno.

Para Furió y Figuerola, detectar los rasgos comunes de los organismos que se extinguieron y de los que sobrevivieron en diferentes momentos de la historia de la vida, permite discernir qué características vitales o ecológicas suelen ser favorecidas en cada situación que ilustran las leyes naturales y, que rigen la evolución y la extinción de los seres vivos e igualmente, donde la evolución humana estuvo estrechamente ligada a la dinámica natural de los ecosistemas, la que regula el devenir de todos los seres vivos.

Sólo mediante la razón y la lógica inherente a la condición humana se podrá sobrevivir a una eventual disminución global de recursos naturales.

El ser humano funciona como un Todo, por lo que para Platón, el gran error que se comete en el tratamiento del cuerpo humano es que los médicos ignoran el Todo, ya que las partes nunca pueden estar bien si el Todo no está bien.

Para Rivas Lacayo: Toda crisis exige cambios y si no los efectuamos, estaremos convencidos de que nuestra vida ha quedado en el vacío e irremediablemente dañada para siempre, sintiéndonos drenados de toda energía, física, mental y espiritual y nos conformaremos con vivir de día en día, sin horizontes nuevos y sin esperanza alguna de alegría.

Nuestra respuesta general de fortaleza, se nutre del sentido que le demos a la vida: ser “resilientes” capaces de sobreponernos y crecer a través de las tormentas, que se convierte en la más importante de nuestras habilidades. Nuestra capacidad de adaptación, nuestra fortaleza interior y las bondades de nuestro ser, son capaces no sólo de reparar lo que ha sido roto, sino de crearlo de nuevo y hacernos florecer más allá de nuestras expectativas previas.

La adversidad nos ayuda a descubrir talentos que ni sospechábamos tener y así, potenciar lo que nos hace fuertes, felices y amorosamente involucrados con la aventura de vivir.

¿Podemos trascender si somos conscientes de que nuestro potencial y nuestra fortaleza florecen ante el dolor de la adversidad? Pregunta Rivas Lacayo.

Si todas las tormentas que se ciernen sobre nosotros tienen un propósito y, cada una con su propio significado, entonces comprenderemos que nuestras peores tempestades pueden ser la semilla de nuestros mejores horizontes.

Según Rivas Lacayo, todos crecemos en términos cronológicos, pero no siempre sabemos crecer en términos de madurez y sabiduría. Éstos son los resilientes, individuos con extraordinaria capacidad para sobrevivir a las crisis y a las dificultades extremas. Personas que logran un equilibrio emocional que no sólo se recuperan, sino que también crecen espiritualmente al adquirir fortaleza a través del reto, hacen que la adversidad se convierta en oportunidad y la experiencia en un aprendizaje, logrando así un nuevo y mayor nivel de madurez y sabiduría.

Para Antonio Damasio, hace ya más de 100 millones de años que algunas especies de insectos desarrollaron comportamientos que pueden calificarse de culturales. Pero más atrás en el tiempo, los organismos unicelulares también tenían comportamientos sociales, cuyos rasgos generales concuerdan con los comportamientos socioculturales humanos. Hecho que contradice que algo tan complejo, sólo puede surgir de la mente de organismos evolucionados.

Tal parece que las estrategias cooperativas no tuvieron que esperar a que aparecieran mentes sabias y maduras. Tales estrategias son posiblemente tan viejas como la misma vida. La opción que tuvo éxito fue modelada por los requerimientos imperativos de la “homeostasis” y, no fue producto de la magia, pues consistió en limitaciones físicas y químicas aplicada al proceso vital en el interior de las células y en el contexto de sus relaciones fisicoquímicas con el entorno, explica Damasio; quién además agrega: Me siento intrigado por el mundo de las emociones y de los sentimientos, porqué y cómo nos emocionamos, sentimos y utilizamos los sentimientos para construir nuestro yo; cómo ayudan a nuestras mejores intenciones o la socavan; porqué y cómo el cerebro interactúa con el cuerpo para sostener esas funciones.

Nos demuestra que cuerpo y mente están íntimamente relacionados y que los sentimientos, son los cimientos de nuestra mente. Donde la relación que se establece entre el hecho de sentir y la regulación de la vida, conocida con el nombre de “Homeostasis”, advierten que descendemos de un largo linaje que comienza con las células vivas y, que nuestras mentes y culturas están ligadas a la antigua vida celular y la existencia de una poderosa fuerza de autoconservación que lo gobierna todo, que es inherente a la propia química de la vida.

Estas apariciones extrañamente ordenadas, revelan el profundo poder de la homeostasis. Y el imperativo indómito de la homeostasis actuó a través del sistema de prueba y error, para seleccionar las soluciones de comportamiento disponibles naturalmente para diversos problemas de gestión de la vida.

Los organismos buscaron inconscientemente, la física de sus entornos, en tanto que su química interna dio inconscientemente con soluciones que al menos sean adecuadas.

La tendencia hacia soluciones concretas, hacia estrategias similares, hacia un cierto grado de inevitabilidad, es el resultado de la estructura y las circunstancias de los organismos vivos y de su relación con el entorno, que depende de la homeostasis ampliada, explica Damasio.

Las células rigen su metabolismo de manera que produzca balances de energía positiva y, tendrán éxito aquéllas que sean buenas a la hora de generar balances de energía positiva, es decir beneficios.

BIOMÍMESIS LA NUEVA CIENCIA QUE IMITA LA NATURALEZA

Los agricultores son responsables de proteger sus cultivos de factores que no pueden controlar; y el hecho de que los campos hayan sido sembrados con una sola especie, de una única variedad, en una misma fase de crecimiento, hace que las pérdidas, cuando ocurren, sean catastróficas. Igualmente expuestos a los reveses de las sequías, inundaciones, plagas, granizo y erosión.

Resulta asombroso observar una pradera natural sometida al mismo azote, donde algunas hierbas sufren, pero la mayoría sobrevive gracias a un sistema de raíces perennes que asegura la resurrección. Cuando observamos una pradera, no observamos pérdidas completas de nada. Las plantas, en un escenario salvaje, son resistentes, señala Janine Benyus.

No vemos grandes erosiones, ni plagas devastadoras; tampoco vemos la necesidad de abonos o plaguicidas: Lo que vemos es un sistema que funciona con sol y lluvia, año tras año, sin nadie que labre la tierra o plante las semillas, lo que no demanda agua en exceso, ni excreta residuos dañinos y que asimismo recicla todos sus nutrientes, conserva el agua y produce en abundancia, en virtud de su reserva de información genética y tecnología local y se adapta.

¿Y si remodeláramos la agricultura mediante cultivos que exhibieran esa misma clase de autosuficiencia, la misma capacidad para vivir en armonía con las otras especies, en sincronía con su entorno, reconstruyendo el suelo en el que arraigan y manejando las plagas con aplomo? ¿Cómo sería esa agricultura?, nos pregunta Janine Benyus, investigadora de la ciencia del Biomimetismo. Wes Jackson cree que sería como una pradera, Jack Eivel, que se parecería a una selva tropical y Gary Nabhan, cree que sería como un desierto con inundaciones periódicas.

Es claro que la agricultura en una región debería recurrir a la vegetación local, que prosperaba antes de la colonización. En muchos, esta “agricultura a imagen de la Naturaleza” es la propuesta más radical y más importante en la historia de la agricultura”.

Con la agricultura actual, no se permite que crezca nada extraño y la diversidad se ha reducido a su mínima expresión, por lo que los campos de cultivo actuales tienen una eficiencia industrial.

¿Cómo fue que nos metimos en el callejón sin salida de la agricultura industrial? Donde, cuanto más domesticábamos y protegíamos nuestros cultivos, más dependían de nosotros para su supervivencia. Suprimimos sus defensas innatas, los aislamos de la mezcla de especies, redujimos su diversidad genética y arruinamos la salud de su suelo y, donde rajar el suelo fue nuestra mayor equivocación, nos dice Janine Benyus.

En lugar de optar por una comunidad autosuficiente de plantas perennes, optamos por el cultivo forzado de plantas anuales, que requiere perturbar el suelo cada año. Cada vez que aramos, simplificamos el suelo y lo despojamos de parte de su capacidad productiva e igualmente hacemos estragos en la microfauna y microflora, que lo contiene todo unido, en forma de conglomerados coloidales de partículas minerales y materia orgánica: Los suelos demasiado revueltos o compactados pierden su estructura coloidal y con ella su capacidad de retener el agua.

Hemos perdido un tercio del mantillo y hasta un cincuenta por ciento de la fertilidad terrestre original y, podríamos decir que los cultivos se sustentan no tanto en el suelo como en el petróleo, en donde más de quinientas plagas se han hecho inmunes a nuestros plaguicidas más poderosos.

David Pimentel, ha estimado que la sociedad ya gasta diez kilocalorías de hidrocarburos para producir una kilocaloría de alimento, lo que equivale que cada uno de nosotros devore el equivalente de trece barriles de petróleo al año. Pero lo más peligroso de esta dependencia es que nos impide pensar en los problemas reales. Se está liquidando un capital ecológico que las praderas tardaron cinco mil años en acumular, por lo que esencialmente, tenemos que cultivar tal como lo hace la naturaleza.

En el contexto de la economía global y sus crisis ante el agotamiento del actual sistema productivo, la biomímesis se alza como la solución más sensata: tomar como modelo el mundo natural, cuyas estrategias imaginativas y eficientes responden a nuestros problemas más acuciantes, con la garantía añadida de haber sido modeladas y puestas a prueba a lo largo de millones de años. Sin embargo, sólo si abandonamos nuestro enfoque actual y atendemos con humildad a las lecciones de la naturaleza, podremos aprovechar los recursos respetando el ecosistema en que nos hallamos inmersos y obtener, como señala Benyus, una escuela consagrada al modo de vida sostenible.

La biomímesis es una nueva ciencia que estudia los modelos de la naturaleza para imitar o inspirarse en los diseños y procesos biológicos para resolver problemas humanos.

Después de 3,800 millones de años de evolución la naturaleza ha descubierto lo que funciona, lo que es apropiado y lo que perdura. Es una nueva manera de contemplar y valorar la naturaleza, basada en lo que ésta puede enseñarnos.

LA VIDA SECRETA DE LAS PLANTAS, SUS RITMOS Y PROCESOS DE FENÓMENOS EMERGENTES

La relación tamaño de área, con su contenido de número de especies en una determinada zona, de clima relativamente uniforme, puede ser expresada por la formula; S=(CA)(z), donde S es el número de especies de determinada familia; C es un parámetro que depende de la región biogeográfica y su densidad poblacional y z es un parámetro que cambia poco entre familias. El área se relaciona con el nivel de altitud y proximidad de la isla con el continente en cuyo caso incrementará el valor de z. Fluctuando principalmente entre los rangos de 0.20 y 0.35.

Cuando pasamos de sistemas aislados a sistemas no aislados dentro de las islas o continentes, el valor de z se hace más pequeño, usualmente entre 0.12 y 0.17. Los valores de z observados en sistemas aislados pueden obtenerse considerando que la abundancia relativa de las especies toma una forma de distribución log-normal, ligando la curva de abundancia de especies y la curva de especies por área. Cuando graficamos el “Número de individuos” por especie y, el número de especies en cada clase o intervalo de abundancia, el resultado es una curva de frecuencia donde hay mucho más especies moderadamente raras, que moderadamente comunes.

Un árbol no hace un bosque, nos dice Peter Wohlleben, no es capaz de crear un clima local equilibrado y está expuesto al viento y a las inclemencias del tiempo. En cambio, los árboles juntos crean un ecosistema que amortigua el calor y el frío extremos, almacenan cierta cantidad de agua y produce un aire húmedo. En un entorno así, pueden vivir protegidos y hacerse viejos. Cada árbol es importante para comunidad, nos dice Wohlleben y, vale la pena mantenerlo tanto tiempo como sea posible.

Un bosque más sano, es esencialmente más productivo; respiran y revelan innumerables secretos, sobre todo de aquéllos en las zonas protegidas donde no se les molesta para nada. Con las plantaciones hechas por el hombre, las raíces quedan dañadas permanentemente, por lo general se comportan como árboles solitarios.

Un árbol estándar extiende sus ramas a lo ancho hasta que topa con la punta de las ramas de su vecino de altura similar, y ya no se extiende más porque la zona de aire o de la luz está ocupada. Sin embargo, las ramas se fortalecen, de manera que da la impresión de que allá arriba se produce un verdadero forcejeo, pero por el contrario nos dice Wohllebn, un verdadero par de amigos tiene cuidado de que ninguna rama demasiado gruesa crezca en la dirección del otro. No se quiere quitar nada al otro, de manera que la copa sólo crece vigorosamente hacia fuera, es decir, hacia los no amigos. Wohllebn, nos dice que estas parejas están tan íntimamente unidas a través de las raíces que, en ocasiones, incluso mueren juntas.

Disponemos de un lenguaje de olores secreto, algo de lo que los árboles también pueden utilizar, de nuestro propio olor que habla al consciente y al subconsciente de las otras personas. El sonido de los árboles de las ramas mecidas por el viento y el murmullo del follaje se producen, de forma pasiva y no son influidos por los árboles, sin embargo se hacen notar mediante sustancias odoríficas, que es el posible lenguaje de los árboles.

¿No parece lógico pensar que un árbol crece mejor si se le libra de su competencia, puesto que su copa recibe así más luz del sol y las raíces disponen de toda el agua que quieran? Para especies distintas, esto es cierto, ya que realmente luchan entre ellos por los recursos de la zona; pero por el contrario, con los árboles de la misma especie, la situación es distinta, nos dice Wohlleben.

Se dice que un bosque no tiene ningún interés en perder a sus componentes más débiles, ya que la consecuencia es que crean huecos que alteran el microclima de penumbra y humedad del aire elevado, aunque, por otro lado, cada uno de los árboles podría desarrollarse libremente y llevar su vida de forma individual. Pero parece que dan un gran valor a la justicia equitativa.

El resultado de investigaciones es que los árboles igualan sus debilidades y sus fortalezas. Todos los ejemplares producen con ayuda de la luz, la misma cantidad de azucares en cada hoja.

Lübeck, descubrió que un bosque de hayas, en el que los ejemplares están muy próximos es más productivo; los nutrientes y el agua se reparten mejor de manera que todos los árboles pueden desarrollarse óptimamente.

Un árbol sólo puede ser tan bueno como el bosque que lo rodea y, en esa situación en el bosque también hay muchos que pierden, tanto a que si su debilidad se debe al lugar donde se encuentran o a la falta de nutrientes, a un problema transitorio o a su genética, la cuestión es que se convierten en presa fácil de insectos y hongos.

Su bienestar depende de la comunidad y cuando los supuestamente más débiles desaparecen, los demás también pierden. El bosque deja de ser cerrado, el calor del sol y los vientos huracanados pueden alcanzar el suelo y, su microclima se altera. Los árboles fuertes también enferman y se quedan a merced de la protección de sus vecinos más débiles, pero si éstos han desaparecido, basta una plaga inofensiva de insectos para acabar hasta con los árboles gigantes.

Se ha observado que los árboles del bosque prefieren florecer todos al mismo tiempo, ya que de esta manera pueden mezclarse los genes de muchos individuos; sin embargo los de follaje, tienen en cuenta aún otro aspecto más, como el hecho de que los animales que comen sus frutos en el otoño, arrasan todo, de manera que en la primavera no puede germinar nada. Por lo que se sincronizan entre ellos. Si no florecen cada año, no contarán con alimento y su crecimiento se mantendrá limitado, porque en invierno los animales deben superar un período de falta de alimento al que algunos no sobreviven.

Pero si todos florecen a la misma vez y producen frutos, los herbívoros supervivientes no serán capaces de acabar con todo y, siempre quedarán semillas que puedan germinar. Cuando ocurre esto, llegan a triplicar los animales su tasa de nacimientos, porque en invierno llegan a encontrar alimento.

Esta floración a intervalos de varios años, también tiene graves consecuencias para los insectos, especialmente con las abejas, ya que en su caso, una pausa de varios años provoca una reducción de la población, por lo que no es posible una población excesivamente grande de abejas.

Los árboles viven en un equilibrio interno, señala Wohlleben; se administran cuidadosamente sus fuerzas, ya que tienen que economizar para cubrir todas sus necesidades. Por otra parte, parte de la energía tiene que destinarse a su crecimiento, donde las ramas deben de crecer y, tienen que aumentar el diámetro de su tronco para soportar su peso cada vez mayor. Si los insectos o los hongos atacan al árbol, reacciona en seguida y activa sustancias defensivas en hojas y cortezas.

En las especies de floración anual, este acto de fuerza se equilibra cuidadosamente, pero en especies que sólo florecen una vez cada tres o cinco años y, este hecho desestabiliza todo; se producen tantos frutos que todo lo demás tiene que dejarse de lado, lo que se traduce incluso en el espacio de las ramas, donde las flores no tienen un hueco libre entre ellas, por lo que muchas hojas deben ceder su sitio. Y no es de extrañar que los informes sobre los estados del bosque, hablen de una situación lamentable.

Al florecer todos los árboles al mismo tiempo, el bosque presenta un aspecto enfermizo. Se dice que no está enfermo, pero sí vulnerable, ya que con la floración utiliza sus últimas reservas y la masa de hojas está diezmada, de modo que la producción de azúcar se ve muy reducida, respecto a los años normales. Ya que los árboles no pueden contar con las reservas de energía que están destinadas a las defensas frente a las enfermedades.

BIOENERGÉTICA DE LOS SISTEMAS VIVOS

No hay nunca una sola manera de hacer las cosas. Sin embargo, somos expresiones únicas de la vida y debemos decidir aceptar nuestra parte de responsabilidad en todo, incluso en la formación de enfermedades en nuestro cuerpo y salir de nuestra situación de victimas en que muchas veces nos encerramos.

Hay que ver a las personas como un “Todo” y no simplemente como un cuerpo con síntomas de los que hay que librarse. Saber si tenemos bastante energía y si la tenemos equilibrada y fluida o, si ésta está bloqueada y estancada, donde la curación es la restauración de la armonía a todos los niveles, ya sea mental, físico, emocional y espiritual; por lo que al cambiar el esquema de la energía, cambiarás la enfermedad que es su manifestación, según Louis Proto.

Quien nos dice que hay que reconocer que hoy por hoy la mayoría de los médicos están comprendiendo el valor de una buena alimentación, de la relajación, de actividades positivas y de la reducción del estrés, que están empezando a reconocer los factores psicosomáticos que hay detrás de cada enfermedad, siendo Freud quien lo confirma al decirnos: “Para no caer enfermo, lo que tenemos que hacer es amar”.

Los organismos vivos, mantienen un nivel de energía adecuado a sus necesidades y oportunidades. El desarrollo requiere energía y toda actividad requiere y utiliza energía. Un niño utiliza su exceso de energía para crecer, al igual que los procesos de convalecencia y del mismo crecimiento de la personalidad. La relación de la energía con la personalidad, se manifiesta claramente en una persona deprimida: lamentándose de sentirse sin fuerzas, aunque no esté cansado y no tener la energía necesaria para sentir interés por nada.

Toda actividad requiere y utiliza energía. El individuo se expresa a sí mismo en sus acciones y movimientos y, cuando esta auto expresión es libre y apropiada a la realidad de la situación, se da una sensación de satisfacción y placer con la descarga de su energía, la cual estimula a la vez al organismo a una mayor actividad metabólica.

El objetivo de la bioenergética es la integración entre cuerpo y mente, considerados funcionalmente iguales. “Lo que sucede en la mente refleja lo que ocurre en el cuerpo y viceversa”, se identifica una correspondencia entre la estructura del carácter y las actitudes corporales del individuo, entre los procesos psíquicos y los somáticos que surgió como una interpretación de la personalidad a través de sus procesos energéticos, los cuales tienen su origen en la respiración, en el metabolismo, en el movimiento y en la actividad sexual, que son las funciones básicas de la vida de cada individuo.

Para Alexander Lowen, un individuo neurótico conserva el equilibrio sujetando su energía en las tensiones musculares y limitando su excitación sexual. En cambio, el individuo sano no tiene limitantes y su energía no está sujeta en su cuerpo o armadura muscular, por tanto, toda su energía está a disposición de cualquier otra expresión creadora, funcionando su economía energética a alto nivel.

Wilhelm Reich, introdujo el factor económico en el problema de la neurosis, donde el adjetivo “económico” hace referencia a la acumulación de fuerzas que predisponen al individuo para el desarrollo de síntomas y actitudes neuróticas.

Con esto, Reich se introduce a un nuevo enfoque de los problemas humanos. El factor económico era una clave importante para entender la personalidad, ya que se refiere a cómo maneja el individuo su energía sexual o su energía en general.

La economía energética del individuo se refiere al equilibrio que se establece entre su carga y descarga de energía. Sólo cuando esta economía o equilibrio es alterado, surge el síntoma de conversión histérica.

La economía de la energía, a niveles bajos, es característica de la mayor parte de la gente y, a eso se debe su tendencia a la depresión, que es endémica en nuestra cultura.

Con el paso del tiempo y con una tensión muscular prolongada, se corre el riesgo de volverse crónico e influir negativamente en el carácter de la persona, que se vuelve incapaz de sentir, de comunicarse, de percibir la alegría y de disfrutar de la vida.

Lowen, describía este fenómeno como económico, en el sentido de que cambia la economía energética del individuo y de que todos los problemas sociales derivan de un modelo patriarcal de la sociedad, que ahoga un comportamiento más espontáneo y psicológico.

Para Lowen, los seres humanos, somos como los árboles, arraigados en el suelo y con la otra extremidad proyectada hacia el cielo y cuanto más podemos extendernos, más fuertes son nuestras raíces terrenales. Si desarraigamos a una persona, su espiritualidad se convierte en una imagen abstracta y sin vida.

Por lo que tener los pies bien firmes sobre la tierra, significa estar arraigados en la propia verdad, aceptarse a uno mismo y a sus propias experiencias. Las personas se vuelven más conscientes y más dueñas de sí mismas. Tienen una posición y saben donde están y quiénes son.

Los principios que se siguen en bioenergética son: La identidad funcional cuerpo-mente; la presencia de bloqueos energéticos; la correspondencia predominante entre el carácter y la actitud corporal; el principio de “carga-descarga” y la importancia de la respiración.

Lowen, creía que aumentar el potencial energético de los individuos y de darles la posibilidad de tomar contacto con las emociones y de vivirlas, podía ayudar a resolver muchos problemas de infelicidad, depresicosomáticas.

El cuerpo se convierte en el escenario de las experiencias y de los significados de la vida y, es considerado como el elemento central para la comprensión del ser humano y de los mecanismos psicológicos que lo caracterizan. Con lo que una actividad física regular y constante, es capaz de producir beneficios no sólo a nivel corporal, sino también a nivel psicológico y mental.

Lowen, presenta un enfoque revolucionario de la relación mente-cuerpo con la personalidad; un tema que constituye una perspectiva liberadora y positiva de los estados de agotamiento físico, psíquico y emocional. Las metas de la bioenergética son las de un aumento de alegría y satisfacción en la vida diaria; un esfuerzo dinámico corporal para aliviar la ansiedad de la mente.

Ayuda a ser libres y hace que el temeroso adquiera confianza en sí mismos, suaviza la agresividad excesiva y despeja el camino al que se siente reprimido. “Usted es su cuerpo”, nos dice Lowen, ya que la forma en que el cuerpo desarrolla su energía propia, influye definitivamente en el modo como la persona siente, piensa y actúa.

Los trastornos en los procesos energéticos y vitales del cuerpo, afectan tanto a la salud mental como a la parte física del cuerpo. Las tensiones crónicas que reducen la efectividad de las personas, son el resultado de la supresión de los sentimientos y el poder de liberarlos a través del deporte, nos devuelve la posibilidad de una vida más plena.

Un programa regular de actividad física, no sólo perfecciona la salud corporal, sino que además ejerce un efecto positivo en el estado mental, en la convicción de que el hombre puede influir en sus actividades mentales trabajando sobre su cuerpo. Lo que no se entendía del todo era el proceso en virtud del cual una idea reprimida se convertía en síntoma físico.

Los procesos energéticos del cuerpo, determinan lo que ocurre en la mente, lo mismo que lo que ocurre en el mismo cuerpo. La salud mental está relacionada con las condiciones del cuerpo. El cuerpo se ha configurado como el elemento base para entender al ser humano en su totalidad; como una fuente de significados capaz de favorecer el conocimiento global de sí mismo. Donde una actividad física regular y constante es capaz de proporcionar beneficios no sólo a nivel corporal sino también psicológico.

Mente y cuerpo, cuerpo y mente, implican un vínculo estrecho y sinergético. Sin embargo en el mundo occidental, ha prevalecido la mente en ocaso o detrimento del cuerpo. “Mente sana en cuerpo sano”.

Reich, comprobó que “la energía puede frenarse con una tensión crónica muscular” y, estudio las manifestaciones corporales, observando que “no hay individuo neurótico que no manifieste tensión en el abdomen, con la tendencia de retener la respiración y reprimir la exhalación para controlar sus emociones.

No existe una clave única para descifrar el misterio de la condición humana y, la Bioenergética suaviza la agresividad excesiva y despeja el camino al que se siente deprimido.

El Ego, existe como una fuerza poderosa que no puede descartarse ni negarse; el objetivo es integrar el ego con el cuerpo y con su búsqueda de satisfacción y placer. Hay todavía muchos misterios en la conducta y el funcionamiento humano, que la mente racional no es capaz de captar. El aprendizaje sólo se logra a base de reconocer los propios errores.

La norma principal de la conducta debe ser la moderación, dejando atrás todas las ansiedades, remordimientos o inhibiciones. El escapar del mundo propio o del Yo habitual, constituye una experiencia trascendental, donde siempre hay en estos casos una sensación de desahogo, de liberación y descubrimiento de un Yo pletórico de vida y reacciones espontáneas.

La hipótesis es de que se verifica un cambio en el sentido de la realidad, dejando atrás todas las ansiedades, remordimientos e inhibiciones que estaban asociadas con su vida. Aprendemos a base de estudiar el pasado: si se corta el pasado no existe el futuro, y el pasado del individuo es su cuerpo.

Los seres vivos, sin sistema nervioso ni mente, nos dice Antonio Damaso, poseían y poseen procesos emotivos complejos, pero no sentimientos y, fue la aparición del sistema nervioso lo que abrió el camino a los sentimientos e incluso, un sistema nervioso primitivo es capaz de dar lugar, probablemente, a alguna clase de sentimiento.

Los sentimientos nos dice Antonio Damaso, hicieron que la vida fuera mejor; prolongaron y salvaron vidas, se ajustaron a los objetivos del imperativo homeostático y, ayudaron a implementarlos haciendo que mentalmente tuvieran importancia.

La de sentimientos, está estrechamente ligada a la conciencia, más específicamente, con la subjetividad; y sólo los vertebrados tienen sistemas inmunológicos, que es un sistema al que se puede enseñar, adiestrar y estimular, según Antonio Damaso.

El sistema nervioso toma gradualmente el papel de coordinador principal del resto de sistemas globales, al tiempo que gestiona también las relaciones entre organismos y su entorno. La circulación cumple el mandato homeostático, distribuyendo las fuentes de energía y ayudando a eliminar los productos de desecho.

El cuerpo y el sistema nervioso se comunican, utilizando combinaciones e interacciones de estructuras que la continuidad entre el cuerpo y el sistema nervioso permite. Si cuerpo y cerebro interactúan y forman una unidad, el sentimiento es la parte mental de esta unidad.

Tradicionalmente, homeostáticamente hablando, se dice que el cuerpo transmite información de sus actividades al sistema nervioso central, utilizando diversas rutas que depositan la información relevante en las partes antiguas del cerebro, las partes que llamamos emocionales.

La conciencia no es una unidad separada o aislada de la personalidad, sino una función del organismo, un aspecto del cuerpo viviente y que se desarrolla en relación con el conocimiento del cuerpo físico, emocional y psicológico.

Si la mente y el cuerpo son uno, la autentica educación física debería ser simultáneamente mental y física. La percepción es una función de la mente, la cual es un aspecto del cuerpo.

Un organismo funciona y se encuentra saludable si la energía disponible se utiliza y se canaliza de manera adecuada, donde cada persona es su propio cuerpo y es a través de él con lo que experimentamos la realidad exterior; siendo capaces de experimentar de manera plena e intensa los diferentes matices emocionales.

Al analizar sus bloqueos, se permite liberar cargas energéticas y disminuir los niveles de tensión. Está formada y definida por sus experiencias de vida, que se registran en la personalidad y se estructuran en el cuerpo. Las experiencias dolorosas, difíciles y traumáticas conducen a una estructura de rigidez y de bloqueos, que limitan o invalidan el propio flujo energético, donde el conocimiento es considerado una propiedad emergente del organismo y, los contenidos inconscientes e inaccesibles al conocimiento son obstáculos que impiden la conexión con algunos de ellos.

No es sensato hablar de sentimientos sin tener en cuenta al correspondiente componente físico. Muchos impulsos no llegan a ser traducidos en un verdadero sentimiento y permanecen bloqueados y encerrados dentro de nuestro cuerpo. Por lo tanto, una fuerte activación emocional está acompañada de modificaciones físicas, que nos resultan a largo plazo en provocar un bloqueo en los sentimientos, lo que constituye una causa de sufrimiento o de enfermedad, ya que impide un flujo armónico de las energías, señala Louis Proto.

Según la teoría de los gérmenes, las personas se enferman si están expuestos a ellos. Sin embargo, no siempre es así y Claude Bernard, nos dice que el factor significativo no son los gérmenes, sino la disminución de la resistencia de nuestro cuerpo: y es el cerebro el que está para controlar el funcionamiento del sistema inmunológico, a no ser que estemos sometidos a un estrés excesivo.

Una excesiva cantidad de estrés, puede provocar cualquier cosa, nos dice Louis Proto, desde un resfriado hasta un cáncer, por lo que el estrés ininterrumpido, que se prolonga por demasiado tiempo o difícil de manejar, es de al menos en un setenta por ciento, la mayor causa de enfermedades, tanto en el plano físico como mental.

Necesitamos amor para seguir viviendo, los niños, animales y plantas lo entienden así; pero aún más importante que recibir amor de los demás, es el amarse a sí mismo. Y odiarse a sí mismo, lo que significa auto destrucción, también acaba con el sistema inmunológico como ninguna otra cosa. Lo que ocurre dentro de nuestro cuerpo es reflejo de nuestra realidad psíquica y desgraciadamente, hay muy pocas personas que se amen a sí mismas.

El intento de buscar alivio a la depresión que produce tener una mala imagen de uno mismo, nos dice Proto, podría conducir a un comportamiento autodestructivo, al consumo de drogas y alcohol. Agregando que el amor incondicional es el estimulante más poderoso que se conozca del sistema inmunológico. La verdad es que el amor cura, termina señalando Proto.

La actitud que uno tenga hacia sí mismo, es el único factor importante en la curación o en la conservación de la salud. Los que están en paz consigo mismos y con su entorno inmediato, tienen menos probabilidades de caer enfermos que los que no lo están.

Louise Hay, cree que los sentimientos más autodestructivos que albergamos son los de culpa, los de crítica y los resentimientos. Y Helen Schucman declara que toda enfermedad procede de una falta de misericordia.

Pasarlo bien es una de las cosas más terapéuticas que podamos hacer para nuestra salud, ya que cuando lo hacemos estamos dejando fluir nuestra energía, nos relajamos y estamos sin tensión; nos sentimos más vitales y nuestro cuerpo responde al mensaje de que la vida merece la pena vivirla.

La fuerza o debilidad de nuestro sistema inmunológico está afectado, a su vez, por lo que pensamos, sentimos, decimos y hacemos. Cualquier cosa que se produzca en la mente y en los sentimientos, se refleja inmediatamente en el cuerpo. El cuerpo no sabe distinguir entre lo que es subjetivo o lo que es objetivo, entre lo que es un peligro imaginario y un peligro real.

Relajarse en la frecuencia alfa, nos recarga de energía como ninguna otra cosa: Repara los estragos del estrés a un nivel profundo y fortalece el sistema inmunológico. El simple descanso del cuerpo no es suficiente, a no ser que nuestra mente también esté en descanso y nuestro corazón en paz. Repite Proto.

Somos nosotros los que creamos nuestra propia realidad. O nuestra propia experiencia, para bien o para mal; estamos creando nuestro futuro, por lo que pensamos, sentimos y hacemos. Lo que nos decimos a nosotros mismos es de capital importancia para nuestra salud. Deshacer los esquemas mentales, es deshacer las enfermedades. Toda enfermedad se puede curar, si lo creemos así, nos dice Lowen. Y cualquier cosa puede ser un agente curativo, si se tiene la suficiente fe en ello.

Pensar en términos de energía es fundamental para la visión holística de la curación y del proceso curativo, basados en una visión de los seres humanos o de toda la vida, como procesos de energía.

En un sentido muy elemental, todos somos transformadores de energía. Si reflexionamos en lo que hacemos, cuando respiramos, ingerimos alimentos, hablamos o hacemos el amor, estamos absorbiendo energía y convirtiéndola en otras formas y expulsándola a la vez.

El ser humano funciona como un todo, nuestros hábitos o bien elevan nuestra energía vital y fortalecen nuestra resistencia ante la enfermedad o bien nos agotamos. Si vivimos en equilibrio en una conformidad y en paz con nuestro entorno y con nosotros mismos, los gérmenes no tendrán ningún poder.

La felicidad no constituye una meta final en sí misma, sino una filosofía de vida y pensamiento que nos mantiene como personas de mentalidad abierta a un mejoramiento infinito.

A nivel social, tiene que producirse un cambio evolucionario en las actitudes del hombre hacia sí mismo, hacia su ambiente y hacia la colectividad humana.

La averiguación de la naturaleza, de la estructura del carácter y la demostración que Reich hizo de su identidad funcional con la actitud corpórea, constituyeron importantes avances para nuestro entendimiento de la conducta humana. Amplió nuestros conocimientos sobre los procesos orgánicos, descubriendo el significado y la importancia de las relaciones involuntarias del cuerpo.

La estructura de la sociedad se refleja en la estructura del carácter de sus miembros, concepto que esclarece los aspectos irracionales de la política. E intuyó la posibilidad de una existencia humana libre de las inhibiciones y represiones que estrangulan el impulso de vivir.

OBSERVACIONES GENERALES

La labor básica de una ciencia natural consiste en convertir lo desusado en corriente, nos dice Hebert Simon; en demostrar que la complejidad, correctamente enfocada no enmascara más que la simplicidad; encontrar la pauta que se oculta en el caos aparente.

La base principal y el verdadero significado de las matemáticas, todavía sigue siendo un problema por resolver. Cada formalismo matemático posee a cada paso la característica de resultar incompleta; puede ser coherente, sin embargo incompleta. Es decir no se puede valorar o resolver por deducción dentro del propio formalismo.

La duda más interesante y sutil, se refiere a si la simulación puede sernos de alguna ayuda, cuando inicialmente no sabemos demasiado acerca de las leyes naturales que gobiernan el comportamiento del sistema interior. Raras veces estamos interesados en explicar o predecir fenómenos en todos sus detalles; en general, lo único que nos importa son unas cuantas propiedades extraídas de su compleja realidad. Cuanto más dispuestos estamos a hacer abstracciones de los detalles de un conjunto de fenómenos, tanto más fácil resulta simular dichos fenómenos.

No tenemos que conocer o adivinar toda la estructura interna del sistema, sino únicamente aquella parte del mismo, básica para la abstracción. La edificación de la ciencia fue posible porque el comportamiento del sistema en cada uno de sus niveles, dependía solamente de una muy simplificada y abstracta caracterización del sistema, que estaba en el nivel inmediatamente por debajo de él.

El análisis teórico debe ir acompañado de gran cantidad de trabajo experimental. Se han avanzado algunas propuestas para el desarrollo de una “teoría general de sistemas” que, haciendo abstracción de las propiedades peculiares de los sistemas físicos, biológicos o sociales, fuera aplicable a todos ellos.

La metáfora y la analogía pueden ser de utilidad o pueden desorientar. Todo depende de si las similitudes que capta la metáfora son significativas o superficiales.

Catalogado o no, no hay que confundir el modelo con la realidad.

James Clerk Maxwell, solía decir: feliz el hombre que puede reconocer en la obra de hoy, una porción conectada de la obra de la vida y, una encarnación de la obra de la eternidad.

Alexander Lowen, nos dice que debemos devolver el cuerpo a la mente, en una nueva forma de psicoterapia y, nos presenta un enfoque revolucionario de la relación mente-cuerpo con la personalidad. Como fundador e impulsor de la Bioenergética, que es una perspectiva liberadora y positiva de los estados de agotamiento físico, psíquico y emocional, sus metas son las de un aumento de satisfacción en la vida diaria.

Con métodos sanos y directos, el esfuerzo dinámico corporal para aliviar la ansiedad de la mente. La Bioenergética suaviza la agresividad excesiva y despeja el camino al que se siente reprimido, donde su lema es: “Usted es su cuerpo”. Y la forma en que el cuerpo se desarrolla, su energía influye definitivamente en el modo como la persona siente, piensa y actúa.

Los trastornos en procesos energéticos vitales del cuerpo, afectan tanto a la salud mental como a la física. Las tensiones musculares que reducen la respiración y la efectividad de las personas, son resultado de la supresión de los sentimientos. Saber liberarlos a través de la actividad corporal, devuelve la posibilidad de una vida más plena, cambiando el horizonte y el futuro de miles de hombres y mujeres.

Para Lowen, la mayor parte de la gente pasa por la vida con un presupuesto limitado de energía y sentimientos. El objetivo de la bioenergética es ayudar al hombre a reconquistar su naturaleza primaria y, la libertad, gracia y belleza son los atributos naturales de todo organismo. Donde la belleza es la manifestación de la armonía interior que engendra y evidencia un cuerpo sano y por tanto, una mente sana también.

La bioenergética es la aventura del descubrimiento de sí mismo. Trata de entender la personalidad humana en función del cuerpo. Donde los procesos energéticos del cuerpo determinan lo que ocurre en la mente, lo mismo de lo que ocurre en la mente, lo mismo de lo que ocurre en el mismo cuerpo.

Alexander Lowen, se interesaba por la integración entre mente y cuerpo y, entre mundo interior y exterior. Con esto es que tenemos hoy en día una visión mucho más amplia y rica del ser humano.

El enfoque energético, según el cual mente y cuerpo constituyen una única entidad, la tarea es de restablecer un acuerdo entre mente y cuerpo, superando la antítesis que genera sufrimiento y, llegando a un equilibrio armónico entre el mundo de los sentimientos y el de los pensamientos y el del cuerpo, hechos de movimientos, de respiración y de sentimientos viscerales. Asimismo, prestando atención a la movilidad y a la forma de las tensiones que bloquean el flujo de energía.

La cultura en que vivimos no está orientado hacia la actividad y el placer creador, donde las actividades rítmicas e involuntarias de la vida funcionan a nivel óptimo con el estímulo del placer creador; donde siempre se insiste de manera principal, en el intento de relacionar el funcionamiento energético del individuo con la historia de su vida.

El enfoque combinado, que va descubriendo paulatinamente las fuerzas interiores que crean los “conflictos” que impiden a la persona funcionar en todo su potencial energético, lo que quiere decir que la persona “carga y descarga” más energía en actividades creadoras placenteras y satisfactorias. Además, podríamos decir que nuestra cultura no está polarizada hacia los valores y ritmos del cuerpo, sino hacia la productividad material.

Las fuerzas que inhiben nuestro funcionamiento energético, derivan de esta cultura y forman parte de ella. Nos dice Alexander Lowen, que es de sumo interés el devolver el cuerpo a la mente, en un enfoque revolucionario de la relación mente-cuerpo con la personalidad, en una perspectiva liberadora y positiva, en lo físico, psíquico y emocional. Sus métodos son sanos y directos: el esfuerzo dinámico corporal para aliviar la ansiedad de la mente, haciendo que el temeroso adquiera confianza en sí mismo y suavizando la agresividad excesiva, despejando el camino al que se siente reprimido y donde el tema básico es: “Usted es su cuerpo”.

Que la forma en que el cuerpo desarrolla su propia energía e influye definitivamente en el modo como la persona siente, piensa y actúa y, en el que los trastornos en estos procesos vitales del cuerpo afectan tanto a la salud mental como a la física. Saber liberarnos a través de las actividades corporales, devuelve la posibilidad corporal de una vida más plena y feliz.

Una persona impulsiva no puede recibir en su nivel de excitación ningún aumento de energía, lo que induce a descargar el exceso de energía lo más rápidamente posible. La relación de la energía con la personalidad, se manifiesta más claramente en una persona deprimida, donde la tendencia depresiva deriva de la interacción de factores psicológicos y físicos complicados, por lo que una persona deprimida lo está también de energía, que efectúa apenas la mitad de los movimientos espontáneos que llega a efectuar la persona no deprimida.







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