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Junio 2018

Ecuador

Primer año del gobierno de Lenin Moreno

Abandono de la Revolución Ciudadana y giro hacia otro modelo

Eduardo Tamayo G.

23/05/2018

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Lenin Moreno: un apretón de manos con el alcalde derechista de Guayaquil Jaime Nebot

Luego del lanzamiento de su último libro, Ecuador: los gobiernos julianos 1925-1931, entrevistamos al historiador Juan J. Paz y Miño Cepeda para conocer sus puntos de vista sobre el primer año de gobierno de Lenin Moreno Garcés.

Paz y Miño Cepeda es enfático en señalar que “nadie esperó que el giro se transforme en ruptura total y abandono de la Revolución Ciudadana para forjar un nuevo tipo de gobierno que caminó en otro sentido”.

Este 24 de mayo se cumple el primer año del Gobierno de Lenin Moreno, queremos que nos haga una especie de balance. En primer lugar, ¿qué rasgos se podría destacar en el aspecto político?

Partiría del hecho de ser historiador y como tal observar el proceso de más largo plazo, por lo tanto si en un primer momento la elección de Lenin Moreno y Jorge Glas dio la idea de continuidad de la Revolución Ciudadana muy pronto eso se frustró, y finalmente se arribó a una ruptura total con el gobierno de la Revolución Ciudadana. De modo que el primer rasgo a destacar seria que el gobierno de Lenin Moreno es un nuevo gobierno que inaugura otro ciclo histórico en la vida nacional totalmente alejado del gobierno de la Revolución Ciudadana.

¿Qué características tendría este nuevo ciclo?

Varias, desde el punto de vista político se han agudizado tres procesos a su vez. El uno, el giro conceptual y también práctico hacia los principios, conceptos y valores de la empresa privada. El propio Presidente lo ha dicho. Ha llegado el momento de incentivar a la empresa privada y apoyarle para su crecimiento, eso sirvió para que en los diálogos nacionales las cámaras de la producción tomen el bastón directivo de los conceptos y valores de la economía, y hemos arribado, luego de un año, a una situación en la cual el mercado, la inversión de capitales, la venida del capital extranjero, las posibilidades de tratados de libre comercio, de acuerdos bilaterales de inversión, tal vez la unión al convenio Asia Pacífico, se han convertido cada vez más en posibilidades ciertas y desmantelando en mucho las antiguas capacidades del Estado. Entonces hay un giro, si antes el eje progresista estuvo en que el Estado también debe ser un eje dinamizador y ante todo regulador de acuerdo a la Constitución del 2008, hoy estamos ante un giro en el cual la empresa privada y el mercado libre pasan a ser el sustancial y mayor eje de la economía.

Otro giro que se ha dado es en el orden de la organización, la atención a los movimientos sociales. Ellos fueron muy activos en el periodo que denominan correista, en éste han tenido una apertura para acercarse, para dialogar, se les ha procurado atender, y en con ello el gobierno ha planteado también, según se conoce, un nuevo esquema laboral que ahora las propias organizaciones de trabajadores comienzan a denunciar como medidas flexibilizadoras y precarizadoras del trabajo. No ocurría lo mismo, en el periodo anterior, este tipo de giro total en el cual la precarización se convierte ya en una política de Estado.

Un tercer giro es en la política institucional del Estado. Se creyó, que las funciones del Estado tal como se heredaron, de acuerdo con la Constitución del 2008, se fortalecerían o se mantendrían. El referéndum y la consulta que se hicieron para intervenir en la quinta función del Estado, la de trasparencia y control social, también ha abierto el campo para que la institucionalidad, que fue heredada, ahora pase a otras manos, pase a ser dirigida en función de lo que el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS-T) de transición está estableciendo. La supresión de varios ministerios coordinadores, el replanteamiento del papel de las Fuerzas Armadas y la revisión de los conceptos de Seguridad Nacional, más la disminución de las capacidades estatales para efectos de favorecer el desarrollo empresarial y de mercado, todo ello da cuenta de estos giros en múltiples aspectos.

Esto quiere decir que el programa con el que ganó Lenin Moreno ha sido traicionado y que triunfó con los votos de la izquierda y ahora está gobernando para la derecha. ¿Qué nos puede decir de esta situación?

No quiero emplear términos calificativos de la situación para, de todas maneras, hacer un análisis de que el giro no solo implicó la ruptura y que tengamos un nuevo gobierno al que hay que analizarle desde sus propias lógicas, pero también ha implicado que comience o se ahonde mejor la persecución y las acciones contra gente del anterior gobierno. Eso ha quedado muy claro y está resaltado por la misma prensa privada actual que es uno de los aliados políticos del gobierno, porque también eso se ha producido, los medios de comunicación en general han pasado a ser los aliados ideológicos de lo que denominan la descorreizacion y el nuevo poder en el gobierno de Lenin Moreno. ¿Cómo interpretar esto? Interpretar que no se cumplió el programa que se ofreció sino que se ha caminado en otro tipo de programa. Y lo peor es que este tipo de programa que podríamos haberlo entendido si es que giraba para favorecer hacia los sectores clasistas, de trabajadores, etc., mas está oyendo a los líderes de las cámaras de la producción, a líderes bancarios y a líderes de la derecha política y económica que a los sectores que reivindicaron un mejor acercamiento más bien a sectores de izquierda.
 

Uno de los elementos centrales de la gestión del gobierno ha sido la lucha contra la corrupción, Lenin Moreno incluso creó una comisión contra la corrupción, pero hay posiciones que señalan que se está instrumentalizando esta lucha, quisiera saber ¿qué piensa de esto?

La lucha contra la corrupción es correcta y se han descubierto casos de corrupción del gobierno anterior que no conocíamos y que se han dilucidado, y por tanto esos hay que juzgarlos (y varios ya han sido juzgados), pero éste es un proceso que deberá continuar hacia el futuro porque, desde el punto de vista histórico, la corrupción ha sido un elemento que ha acompañado a la historia nacional y al Estado ecuatoriano.

Pero lo que si es necesario resaltar es que se ha mostrado menos preocupación por la corrupción privada, y la corrupción privada, incluso económicamente, es más significativa que estos rasgos de corrupción pública. Lo de Odebrecht es, me parece, 38 millones y tenemos una clase millonaria de ricos que adeudan al Servicio de Rentas Internas (SRI) 2260 millones de dólares, y de acuerdo a cifras del SRI hay como 30.000 millones de dólares en paraisos fiscales. Y si a eso se suma un último proyecto de ley que quiere perdonar las deudas tributarias, fiscales y la deuda al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). Si esto se aprobara, me parece que estamos perdonando un tipo de comportamiento privado para favorecerles, implicando ello ceder ante un sector ante el cual el Estado no lo debe hacer, porque estos casos de no haber pagado al IESS o el SRI son casos de evidente corrupción.

Otro de los elementos que ha estado presente en la gestión y el discurso del gobierno de Lenin Moreno, de algunos de sus funcionarios y de sus aliados es el intento de “descorreizar” el Estado, porque se identifica a la década de Correa como una década de corrupción y autoritarismo.

No estamos viviendo una coyuntura muy favorable para resaltar lo que se hizo durante la década de Rafael Correa. Tenemos condiciones adversas, tanto comunicativas, mediáticas y gubernamentales, para destacar que en estos diez años se hicieron cosas importantes, no hay una coyuntura favorable como para que esto se crea y se demuestre de una manera eficaz como se puede demostrar. En diversos momentos, yo he hablado que en economía bastaría con acudir a las instituciones internacionales y sus informes como el FMI, el Banco Mundial y la CEPAL que destacan los logros económicos y sociales de esa década. Entonces cómo entender que en el gobierno actual se haya caído en lo que se denomina la “descorreizacion”, me parece que, en primer lugar, era esta idea de romper con una herencia para legitimar otro tipo de gobierno. El problema es que en ese camino, comenzó también a seguir, perseguir, acusar o buscar responsabilidades en todo lado del gobierno anterior considerando que esa etapa tiene que ser perdida en la memoria ecuatoriana.

El término de la “descorreización” lo utilizó un candidato de la extrema derecha muchos años atrás y ese ha sido un término que ha servido sobre todo a la derecha política del Ecuador, para tratar de desmontar lo que se hizo en los diez años anteriores, y para frenar cualquier intento de seguir un camino progresista en el Ecuador. Entonces cómo entender que el gobierno se haya unido a este proceso, insisto no quiero juzgarlo, pero sin duda en la ruptura, y en el camino de la descorreizacion lo que se ha provocado es un giro gubernamental que ya no es para caminar en la senda progresista, en la senda de izquierda que se había planteado en un momento determinado, en la senda de ahondar procesos que provoquen una nueva izquierda y una nueva situación social, sino que más bien esto ha favorecido a las derechas nacionales.

Porque en las elecciones, mucha gente votó por Lenin Moreno pensando que podía corregir muchos errores del gobierno de Rafael Correa y avanzar, pero no se han dado así las cosas…

Ni Rafael Correa ni los correistas, y peor los anticorresistas esperaban el giro que dio Moreno. Todos, en las filas del correísmo, estuvieron esperanzados en que habría una continuidad de la Revolución Ciudadana, con un cambio de estilo y con la corrección de herencias no efectivas, no beneficiosas para la sociedad ecuatoriana. Nadie esperó que el giro se transforme en ruptura total y abandono de la Revolución Ciudadana para forjar un nuevo tipo de gobierno que caminó en otro sentido.

Lenin Moreno lo primero que hace es lanzar una serie de calificativos contra su propia base social y luego se rompen el partido y el bloque legislativo de Alianza País que era mayoritario, el resultado es que se aleja de la base social correista…

No solo se aleja sino que rompe, y reivindica, a través del diálogo, la necesidad de construir un país diferente. Quien aprovechó de esa situación, quien mejor ha aprovechado mejor del diálogo es una elite empresarial y las derechas políticas del Ecuador que, con su experiencia histórica, saben cómo aprovechar de estas situaciones de tránsito, cuando no hay una definición clara de lo que es un proyecto a futuro de sociedad sino un proyecto de administración simple del Estado. Y por eso las expectativas de continuidad se perdieron, definitivamente están cortadas, y las expectativas de la derechas económicas, de las elites empresariales y políticas han aumentado, a tal punto que las bases que sostuvieron la Revolución Ciudadana, que era muy flojas o no existían, o están muy golpeadas, y no hay nuevas bases de apoyo sino simplemente aliados políticos que están aprovechando del gobierno para mejorar su propia influencia en el Estado y sus propios proyectos en el Estado como ocurre cuando uno examina las políticas económicas que plantean las cámaras y que enseguida son acogidas como que son la panacea y la solución para Ecuador del futuro: menos impuestos, recortes del gasto público, revisar la deuda externa, todo eso en función de que el mercado se libere, de que la empresa privada tenga garantías y un verdadero paraíso, y probablemente eso no es más que la vuelta hacia un verdadero modelo empresarial del Ecuador que tuvimos en los años 80 y 90.

¿Se podría comparar históricamente el gobierno de Lenin Moreno con el de Lucio Gutiérrez?

Lucio Gutiérrez fue apoyado por la izquierda, una izquierda tradicional que no supo o no pudo advertir que era un riesgo apoyar a ese gobierno y se ligó porque tenía en mente el golpe del 21 de enero del 2000 contra Jamil Mahuad, que dio una especie de esperanzas de que la figura de Gutiérrez sería una figura de izquierda. Muchos jamás nos convencimos de ese asunto, pero sin duda hubo ese apoyo, y Lucio Gutiérrez traicionó ese apoyo en esa época. ¿Qué está ocurriendo en la actualidad? Insisto en la idea: surgió con las expectativas y las esperanzas de que la Revolución Ciudadana continuaba con un nuevo estilo y corrigiendo errores del pasado. ¿Qué ha pasado después de un año? Esas esperanzas no existen porque se rompió con la Revolución Ciudadana y se ha formado un gobierno de nuevo tipo con otras orientaciones, con otro estilo y con otros objetivos nacionales.

¿Qué está pasado con la política internacional?

El mayor cambio que se advierte aquí es la ruptura con el latinoamericanismo tradicional de los gobiernos progresistas que confiaban en la CELAC, MERCOSUR, UNASUR, ALBA y todas estas instituciones que tenían un corte y sentido latinoamericanista de defensa de nuestra soberanía, de defensa de los principios de la paz, como consta en los estatutos de la UNASUR. Y se ha dado un giro hacia una visión más continentalizada, más abierta hacia Asia-Pacífico, Europa, la globalización, no con el sentido de la reivindicación latinoamericana. Y parece que lo más grave es que se ha dejado atrás el latinoamericanismo en aras de una continentalización hegemonizada por las ideas del capital transnacional y de la globalización, como ejes de lo que el Ecuador debiera hacer en términos de apertura al mundo, que es un criterio muy particular de la élite empresarial del Ecuador.

¿Cómo ve las nuevas relaciones con Estados Unidos?

Por ejemplo en materia de seguridad, UNASUR especificó dos instrumentos para la seguridad de nuestros países: el uno era el Consejo Suramericano en Materia de Seguridad Ciudadana, Justicia y Coordinación de Acciones contra la Delincuencia Organizada Transnacional, y el otro, el Consejo Suramericano sobre el Problema Mundial de las Drogas. Estos eran los mecanismos de UNASUR pero, con el retiro de 6 países de UNASUR, se dejó moribunda a UNASUR y el Ecuador tampoco se ha preocupado de fortalecerla, estos dos sistemas han caído en el interés norteamericano por crear una alianza militar y policial estratégica, incluso el exMinistro del Interior, Marco Navas, suscribió con el embajador norteamericano un convenio para esta alianza de seguridad, que dadas las experiencias de América Latina siempre tienen por base la seguridad de Estados Unidos y su interés por controlar las estrategias regionales en función de sus estrategias globales y continentales, se perdió entonces el sentido latinoamericanista y se pasó al sentido de una estrategia continental que hegemonizan los Estados Unidos.

A propósito de la crisis de la frontera norte con Colombia que se presentan en los últimos meses con ataques del crimen organizado y de las disidencias de las FARC, se advierten cambios de la política del gobierno ecuatoriano con respecto al conflicto colombiano que no acaba de superarse…

Ecuador define en su Constitución que éste será un territorio de paz, UNASUR también tenía este postulado: Suramérica una región de paz. El Plan Colombia y el involucramiento armado, militar, agresivo, en términos del trato del problema colombiano, cuya estrategia seria que también se involucren los países vecinos es un grave riesgo para el Ecuador.

Cierto es que hay incursiones sobre nuestro territorio que requieren sin duda una intervención militar y que las Fuerzas Armadas cuiden nuestra soberanía, nuestro territorio, nuestras fronteras, eso es cierto, pero que una política nacional tenga que subordinarse simplemente a una estrategia de combate que siempre se llamó el Plan Colombia siempre es peligroso para nuestro país, y que los militares pasen a definir las situaciones de frontera sobre la base de su esquema de defensa nacional sin la visión latinoamericanista, sin la visión de nuestra Constitución del 2008, afloja las posibilidades de atender este problema en términos de mantener nuestra soberanía y no involucrarnos en un problema que se da en Colombia.

Usted se refirió al gran apoyo que le han dado los medios privados a Lenin Moreno, de otro lado hay un cambio en los medios públicos de uno de los cuales incluso usted fue separado, ¿qué piensa al respecto?

Lo que veo es que los medios privados, que tienen mayor influencia, y los medios públicos se han alineado en un mismo tipo de poder mediático, en un mismo tratamiento de la información y la comunicación y de la cultura en general del país, de tal modo que no tenemos alternativa a la visión que la han planteado siempre el sector de medios privados porque los medios públicos ya no cuentan con los analistas con los que se contaban para dar una visión alternativa dentro de la sociedad, han una visión uniforme, y eso ha sido también grave para el país.

Este cambio en los medios públicos ha contribuido a crear esta nueva narrativa de los nuevos momentos que estamos viviendo

Exactamente, porque como no existe alternativa, se han buscado otro tipo de alternativas como los blogs, los grupos académicos, intelectuales o de gente reflexiva, que a través de sus páginas web quiere incursionar, el uso de los medios sociales, son alternativas pero que no tienen la dimensión que tienen los medios privados y los medios públicos, ¿Por qué estas alternativas? Porque se ha unido el criterio conceptual, mediático y de comunicación de la información y de los hechos del país sobre la base de una sola visión, y eso es grave para el país, porque no tenemos visión alternativa (…) los medios en general de gran influencia en el país: televisión, radio, prensa, alineados con los medios públicos, bajo los mismos conceptos y visiones no generan una visión alternativa de sociedad, a tal punto que no tenemos ahí un reflejo de los que son las capas medias, los sectores populares, de los campesinos, de los indígenas, de los afroecuatorianos, de los sectores alternativos de nueva izquierda, incluso de la vieja izquierda, no hay, de movimientos sociales.

Volviendo a los movimientos sociales, una parte de ellos como el Frente Unitario de Trabajadores (FUT) se han alineado con el gobierno de Moreno, con el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social y de cierta manera con los empresarios, como continuidad de un bloque que existía anteriormente…

Varios líderes de los movimientos obreros hicieron, literalmente, alianzas con algunos dirigentes de la elite empresarial, varios de ellos hablaron de la necesidad de por votar contra Correa, había que votar por cualquier alternativa que significaba en definitiva votar por la candidatura del exbanquero Lasso, o cualquier otra que no sea la de Lenin Moreno.

Varios líderes de movimientos sociales consideraron a Lenin Moreno un continuista del “correismo”. Recuerdo que en la campaña electoral del 2017, partidos marxistas se pronunciaron por el voto por Lasso, para que no exista continuidad con Correa. Y los movimientos sociales en la época estuvieron divididos por sí mismos, para comenzar, porque hubo movimientos sociales que apoyaron a Correa, hoy arrepentidos, y hubo otros que pasaron a la oposición pero que no le apoyaron, difícil decir que Correa les había dividido o perseguido, difícil decirlo.

Yo soy historiador y puedo juzgar con objetividad lo que sucedía, los propios movimientos sociales se dividieron a favor y en contra, por eso es que había indígenas, trabajadores, movimientos sociales que también apoyaron a Correa. Lo que ocurre ahora es que no se ve el mismo ímpetu que tuvieron para combatir al régimen de Correa, para combatir situaciones que están ocurriendo que perjudican a los mismos movimientos sociales y al movimiento de los trabajadores.

Las reformas que propone el Ministro de Trabajo y que se están implementando requerirían de una amplísima movilización de los trabajadores, ¿Dónde están? ¿Qué dicen sobre la posibilidad de los tratados de libre comercio, de los convenios bilaterales de inversión? Si uno ve sus documentos, y escucha a varios de estos líderes están concentrando su idea alrededor de la paz, la seguridad y la descorreización de la sociedad. Bueno, perfecto ¿Y cuál es su propuesta positiva para la sociedad ecuatoriana? ¿Cuál es la propuesta alternativa a la que uno pueda ligarse y decir vamos a acompañar a los movimientos sociales, al indígena, al obrero, a cualquiera de estos movimientos. No nos han dado una propuesta que permita la convergencia con esos movimientos como ocurrió, por ejemplo, a inicios de los 80 con el FUT cuyas huelgas nacionales convocaban a todo el mundo progresista, democrático, hoy cuánto significa, pero si se vio en los procesos anteriores, ellos, aliados con partidos de izquierda tradicionales incluso, nunca sobrepasaron el 5 % de los votos y pretenden constituirse en una alternativa, están tan débiles que ojalá se reconstruyan.

Para finalizar, ¿cómo ve la actuación del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social Transitorio que está avanzando a pasos gigantescos en reestructurar casi todas las funciones del Estado respaldado por la consulta popular?

De Correa se dijo que hizo una consulta popular para intervenir en una función del Estado, la Función Judicial, pues bien, el gobierno actual hizo una consulta popular para intervenir en una Función del Estado, la función de transparencia y control social, se conformó un Consejo de Participación Ciudadana y Control Social de Transición con el propósito, como estaba en la consulta, de evaluar a las autoridades que había nombrado el anterior Consejo, lo cual implicaba también la posibilidad de destituirlos, pero utilicemos el argumento de Jorge Zavala, miembro del Consejo, que estuvo muy claro en sostener que eso no puede aplicarse a la Corte Constitucional, porque ésta nunca fue nombrada por ningún Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, de tal manera que se extralimita en las funciones.

Estamos en el país debatiendo un problema jurídico, se extralimita o no en sus funciones el CPCCS-T, tenemos la visión de un abogado, miembro del Consejo que dice que si se extralimita, pero en la sociedad ecuatoriana hay un intenso debate acerca de cuáles mismos son las atribuciones de ese Consejo, se está o no sobrepasando en sus funciones, bueno, en la forma que lo está haciendo está tomando una serie de decisiones que dejan en serio cuestionamiento el papel de ese Consejo porque al menos no queda claro la absoluta legalidad de lo que se ha procedido en algunos casos.



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