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Junio 2018

TIEMPOS HISTÓRICOS, TIEMPOS BIOLÓGICOS Y TIEMPOS PERVERSOS


Walter Ritter Ortíz

Centro de Ciencias de la Atmósfera, UNAM, Circuito Exterior, CU, 04510 México, DF. México. Email: walter_ritter@hotmail.com

INTRODUCCIÓN

No podemos evitar enfrentarnos, en ocasiones, a reflexionar sobre nuestra propia existencia; es decir, que uno debe enfrentarse de vez en cuando, a las grandes cuestiones de la existencia humana, ya que se dice que toda buena filosofía debe incluir el conocimiento de uno mismo y las circunstancias que nos rodean y afectan cotidianamente.

Los humanos no somos tan dueños de nuestras decisiones como creemos, sino que cualquier elección depende de las circunstancias del momento. Una gran parte de nuestra dependencia tiene su origen y su razón, en los condicionamientos que nos han sido creados y que se nos siguen creando, por parte de esos núcleos sociales de presión, que han conseguido privar al hombre a lo largo de toda su historia, de una libertad de expansión cognoscitiva y vivencial. De esta estricta falta de conocimiento en nuestros propios límites, deriva la naturaleza de nuestras dependencias.

Estamos creyendo que obramos en todos los niveles por cuenta propia, cuando la realidad se encarga de demostrarnos que rondan en torno nuestro, un número indefinido de factores que rigen la mayor parte de nuestros actos, nuestros pensamientos y aún nuestros conceptos generales y abstractos respecto al modo de enfocar la realidad del cosmos como de nuestra propia existencia. Si pudiéramos catalogar esas fuerzas actuando sobre nosotros, nos podríamos dar cuenta de la escasa libertad que le queda al ser humano a todos los niveles de su existencia.

La mente del hombre, está en general tan deformada por milenios de dependencia, que ya resulta casi imposible pensar que lleguemos algún día a darnos cuenta de nuestra autentica situación y empecemos a llamar a las “cosas” por su nombre de una vez por todas; a entender su verdadero significado, sus motivos y también del lugar exacto que ocupan ellas en nuestra existencia y, nosotros en la suya.

Espacio y tiempo constituyen la arena de la realidad, el propio tejido del cosmos. ¿Y, qué es la Realidad? Los hombres sólo tenemos acceso a las experiencias interiores de percepción y pensamiento ¿Y cómo podemos estar seguros de que verdaderamente reflejan el mundo exterior?

A medida que he entendido la realidad, he aceptado que casi todo es simulado, nos dice Eduardo Punset. Lo que percibimos del entorno no es más que una creación de nuestro cerebro. ¿Pero, cuánto dista la realidad de lo que percibimos, mediante los sentidos?

Lo que no cabe duda es que la realidad es distinta de como la vemos. Hay que entender que lo que vemos es tan solo un modo eficiente de construir la realidad. De que la percepción existe, para ayudarnos a realizar nuestras actividades diarias y poder sobrevivir en este mundo, sin que tengamos que prestar atención a lo irrelevante y superfluo.

El ser humano, tal como lo han advertido buen número de escuelas filosóficas de todos los tiempos, vive en un mundo de apariencias. Nos movemos entre estas apariencias que nos transmiten los sentidos, sin detenernos a pensar que efectivamente lo son. Queremos comprender que las sensaciones las tomemos como reales, autenticas e inamovibles y todo aquello que no encaje en el sistema, todo lo que responde a otra realidad no captada, lo rechazamos por ilógico, irreal, irracional o imposible, nos dice G. Atienza.

Para Karl Friston, el cerebro funciona como un sistema que juguetea con los datos de los que dispone, para construir hipótesis y formarse una idea de lo que están provocando las impresiones de los sentidos. Crea sus hipótesis sobre el mundo real y hace inferencias. Trata de entender la naturaleza, no de todos los datos que puede sacar del entorno, sino sólo de los más relevantes para sus objetivos. Elegimos aquella parte que nos resulta relevante, la conservamos en la memoria y esto cambia nuestra forma de percibir el mundo.

Debemos saber mirar la información, procesarla rápidamente, tomar una decisión a toda velocidad y luego esperar a ver qué pasa. Nuestras decisiones también están influidas por fenómenos biológicos, cuyo origen puede remontarse incluso a antes de que llegáramos a este mundo, cuando aún nos estábamos formando en el vientre materno, nos dice Eduardo Punset.

Jacques Masui nos dice: Tengo el convencimiento de que la verdad tiene dos caras; una angelical, de indecible belleza, que es puro regocijo, felicidad, fusión, armonía, amor pleno, etc. Es la cara radiante. Pero hay una segunda, que es oscura, que es trágica, abominable y que sin embargo, hace que toquemos a través de ella los más secretos mecanismos de las cosas. Esa otra visión, nos permite tocar con los dedos algo que es igualmente real, pero que carece totalmente de gozo… y, la imposibilidad de sentir y de ver más allá de las cosas.

El sufrimiento forma parte del hecho de estar vivos. Lo terrible es la costumbre de sufrir. El sufrimiento como rutina, exige aplicar una energía desproporcionada para alimentar toda la cobardía que es necesaria, para convertirse en una persona miserable.

Esa otra realidad, que normalmente somos incapaces no sólo de captar y alcanzar sino hasta de entender y que por lo mismo, nos es imposible distinguir sus límites. Donde a menudo las pequeñas perturbaciones que el entorno ejerce, hacen surgir rompiendo ante nosotros los esquemas de nuestra lógica y, como reacción frente a esta otra realidad, surge lo que conocemos como la ciencia: ese otro “dogma pragmático” y pretendidamente experimental, que proclama que todo debe poder explicarse por la razón. Además, que aquello que no puede explicarse “racionalmente” no existe; que las cosas o se explican o son alucinaciones, que nada es cierto si no puede probarse.

El ser humano o cree y acepta a ciegas la creencia o bien, confía en una ciencia que juega con la “Realidad Aparente” y niega lo que no ha pasado por el cedazo de su pragmatismo. Para Atienza, arrastramos en el inconsciente colectivo, siglos de mentalizaciones en los que se nos ha impuesto por las buenas o las malas, la doble necesidad física de la salvación condicionada.

En esa amenaza constante de “proscripción”, está la clave de la “manipulación”. La humanidad gusta mostrar sus destrucciones y sus inmundicias: ¡Qué cantidad de energía desperdiciada deleitándose en guerras! Mide su poder por su capacidad de destrucción y se divierte atemorizando; basta comparar los presupuestos de Defensa con el de Sanidad, para conocer el tamaño de su locura.

Los filósofos piensan sobre las cosas y es un acercamiento desde la mente, donde todos los filósofos han pensado sobre la verdad. Sin embargo, hasta ahora ningún filósofo ha sido capaz de conocer la verdad, pero sólo pensar sobre la verdad es una imposibilidad, nos dice Osho. Si conoces la verdad, no hay necesidad de pensar en ella, pero si no la conoces ¿Cómo, es que puedes, pensar en ella? Los pensamientos se mueven más rápido que cualquier cosa, donde ver no es pensar y si lo racionalizas, te lo pierdes, porque mientras estás pensando, te estás alejando de la experiencia. El pensamiento se convierte en un velo sobre los ojos y no te permite que la realidad te alcance, pues se impone a la realidad y es más bien, una desviación de la realidad.

Para San Agustin, somos desconocidos para nosotros mismos, capaces de engañarnos continuamente en nuestros deseos y preocupaciones y, sólo Dios puede alejarnos de esta ciénaga, de ilusiones vanas. Ignoramos la mayor parte de lo que ha existido. El pasado ya no es lo que era… ya que lo hemos reinterpretado.

Para Bertrand Russell, la tradicional separación entre física y psicología, espíritu y materia no es defendible. Tres son la preguntas que Russell se hace respecto a la Física: ¿Cuál es la estructura lógica de esta ciencia? Y señala que la respuesta habrá de obtenerse ejercitando la pura “Matemática”. Asimismo pregunta: ¿Cuál es la aplicación de la Física al mundo empírico? Y, éste es el problema vital y su disensión es primordialmente “Epistemológica”. Y también ¿Cuáles son las condiciones últimas en función de las cuales la Física es verdadera? Según Russell, por ahora son los resultados ontológicos que están en juego. ¿Cómo queremos encontrar respuestas si no sabemos dónde buscarlas?

Esperábamos encontrar algunas leyes generales merced a las cuales, llegaríamos a predecir casi todos los fenómenos. Las cosas no son inexplicables, pero hay cosas como la evolución, que es un relato, imposible de repetir y por lo tanto, no es una serie de consecuencias lógicas de una ley natural. Se trata de cuestiones extremadamente complejas, no importa que haya o no haya leyes simples, que permitan explicarlo todo.

El nacimiento de una verdadera filosofía de la evolución, debió esperar que… apareciera una inteligencia sintetizadora capaz de manejar un gran cuerpo de datos diversos y de relacionarlos dentro de los límites de una abstracción única, nos dice Eiseley. Las culturas son el producto de muchas innovaciones pequeñas y de mucha gente pensando por muchos años. Y, sólo es afirmación teórica de un racionalismo que confirma al ente humano en sus esquemas lógicos, sobre el que se basan los parámetros de la conciencia racionalista.

La evolución, supone de hecho el salto del ser humano hacia estratos más reales del entendimiento integral; hacia la superación en fin, de ese racionalismo que caracteriza al hombre como especie, pero que supone la liberación de las percepciones sensoriales y la comprensión del universo a partir de otras fuentes superiores de conciencia, nos dice Atienza.

Los individuos creativos, despliegan una gran capacidad para absorber y sintetizar una vasta información de disciplinas alejadas y aparentemente no relacionadas. La asociación de conceptos de campos del conocimiento dispares, para formar una idea nueva, es un elemento clave en el pensamiento creativo. Y... hace ver lo que nadie más ve: ese pensamiento que ve al mundo de una manera atrevida y no convencional, no es cuestión de azar, es producto de años de trabajo, de hábitos, de disciplina y de una larguísima rutina diaria de práctica o estudio, nos dice Greco Hernandez. La creatividad es una de las más sorprendentes y poderosas cualidades de nuestra especie, la cual yace profundamente en nuestros orígenes y nos hizo humanos. Nuestra actual creatividad se basa en saber derribar las fronteras entre los diferentes campos del conocimiento.

Son los sentidos, los que nos amarran a un conocimiento parcial y erróneo y los que manipulan nuestra percepción de una realidad que permanece escondida y adulterada.

El azar no existe y no puede existir. El azar no es compatible con las leyes que rigen el universo; la más débil intervención del Azar, el más pequeño o el más inútil en apariencia, harían saltar el mundo. El azar concebido por definición como una intervención inmotivada, irrazonable, absurda, sin autor ni responsable en el curso de los acontecimientos, no puede existir.

Por definición, el azar caracteriza a una serie de sucesos sin relación, desvinculados y semejantes a las suertes sucesivas de la ruleta, en la que una jugada no depende para nada de sucesos anteriores. Donde cualquier pretensión de cálculo o de adivinar, gracias a una intuición, debe considerarse como absurda y, que no se halla regida por ninguna ley y solo nos permite hacer consideraciones estadísticas, valederas cada vez que un proceso físico asegure la independencia de los acontecimientos.

Hay complejidad en todos los ámbitos y hay siempre numerosos factores que no tenemos en cuenta o que ignoramos. Podríamos decir que: Todo está determinado pero no podemos conocer todo. Aunque el universo esté determinado, no podemos comprobarlo, en consecuencia, somos incapaces de prever lo que va a ocurrir. Aunque el universo esté totalmente determinado, para saber lo que va a ocurrir, es necesaria una descripción completa del pasado que es imposible de conocer y de obtener.

Según Alfredo Marcos, no tenemos que prescindir de la razón ya que no hay que identificar la razón con un supuesto método científico ni, con el camino seguro hacia la certeza. Hoy somos conscientes de que las ciencias no se rigen de modo estricto por el Método Carteciano o por el Inductivo y además, que estamos lejos de alcanzar la plena certeza, la que nos habilitaría hoy para imaginar una opción adecuada de razón práctica.

Para Giordano Bruno: el mundo es uno, es decir, que constituye una estructura coherente, orgánica, donde todo está perfectamente conectado. De este modo, significa comprender, comprender cuál es la estructura interna del cosmos que se presenta veladamente al ser humano como un sinfín de multiplicidades imposibles de reunificar. Que todo aquéllo que es calculable, está por definición fuera del alcance de la verdadera cosmología; es decir, que si el universo es infinito no valen para nada las matemáticas que operan siempre con variables finitas y, que Dios había creado a partir de su infinitud un universo infinito, en el que la vida podía desarrollarse de manera libre.

Copérnico mantenía una visión del universo cerrado y finito. El universo de Bruno, por el contrario, rompió las costuras de la finitud: Es obra de Dios que no conoce límites, que es infinito y que como despliegue de esta infinitud, ha creado a su vez un universo también infinito, nos dice Punsati.

Es claro que estamos en un plano regido por reglas creadas y no determinadas por azares universales, como nos lo hace ver Michio Kaku en sus libros. Lograr conocer y comprender estas leyes, nos da las herramientas posibles a utilizar en favor de la naturaleza y la vida, en todas sus manifestaciones.

Para Ortega y Gasset, las verdades no duran ni mucho ni poco, no se bañan en la ribera del tiempo. Decir que las verdades lo son siempre, es una expresión inadecuada. Ser siempre, significa persistencia de algo a lo largo de la serie temporal, duración ilimitada que no es menos duración que la efímera y, durar es estar sumergido en el torrente del tiempo, más o menos vulnerable a su influjo. Lo eterno, es antes que el tiempo empiece y después que acabe, pero incluye en sí positivamente todo el tiempo; es una duración hiperbólica, una superduración. Lo es, tanto que en ella la duración se conserva a la vez que se anula; un ser eterno vive un tiempo infinito, es decir dura un solo instante, es decir, no dura. Pues, “posee”, íntegramente, de modo simultaneo y completo, una vida sin fin.

Para Tomas de Aquino, todo lo que por vez primera empieza a existir, posible era que antes de existir existiera; y si así no hubiera sido, sería imposible que aquello existiera y sería necesario que no existiera; y así, siempre hubiera sido un no-ser y nunca habría empezado a existir. Pero, lo que es posible que exista, es un sujeto que existe en potencia.

Es necesario que antes de cualquier ser que empieza a existir por vez primera, haya un sujeto que exista en potencia. Y como esto no puede remontarse hasta el infinito, es preciso suponer en un primer sujeto, que no empieza a existir por vez primera, en los cuales dicen algunos que es necesario que las cosas creadas hayan existido siempre.

Sabemos que existe una correspondencia en todos los planos de la existencia y de la creación y, mientras más elevado es el plano de la existencia, más complejas son las experiencias y más grande el cúmulo de poderes o de acción posible, marcando la evidencia de la correspondencia entre las leyes y los fenómenos de los diversos planos de la vida y de la existencia.

Raquel Levinstein, nos invita a descubrir cómo funciona el universo y tu mente y la posible influencia que éste tiene sobre la realidad. Y propone una analogía entre las fuerzas del universo y la conciencia humana, señalando de qué manera el miedo, el resentimiento y las emociones nocivas, traen consigo la violencia destructiva que impactan en tu vida de forma negativa y, te provocan dependencias, problemas personales e infelicidad. Para salir de esta vorágine, sólo tienes que aprender y entender que eres un ser que tiene el poder de crear, elegir, transformar y trascender.

Para Luis Aliaga, hay un mundo loco que no sabe lo que quiere realmente o lo que en verdad vale la pena. Siempre están con miedo a no tener o no ser; en lugar de pararse en el amor y saber que todo va a ser. ¿De que te sirve conquistar todo, si no puedes hacer lo único que se te pide? Conquistarte a ti mismo. El juego de la vida es la conquista de tu ser; por eso la disciplina y las cosas que te engrandecen cuestan un poco de trabajo.

Para Jean Delumeau, a lo largo de la historia de la humanidad, sujeta a los azares del tiempo, todo puede suceder, tanto lo mejor como lo peor. No hay ninguna seguridad, ninguna certeza sobre el destino de la humanidad en general y de cada hombre en particular.

La verdad nace de la contradicción, pero la luz brota del hecho de que son cuestionadas de manera permanente. La búsqueda se da sobre interrogantes y no sobre certidumbres. El hecho de profundizar en las investigaciones en lugar de un pensamiento transversal, hace que los verdaderos pensadores del mundo sean sus más eficaces destructores también.

Según el Antiguo Testamento, la historia del hombre está hecha de sucesos imprevisibles. La vida es un peregrinaje, es un viaje encaminado hacia un objetivo preciso y que supone una búsqueda. Y según San Agustín, estamos compuestos de tiempo por todas partes, pero aspiramos a liberarnos de él en su momento. El fin del tiempo, es, el momento del paso, donde se accede bruscamente a otra realidad, que es intemporal y que llamamos eternidad.

Para Platón, la raíz del conocer está precisamente en el hecho de que el hombre “no sabe”. Dios sabe todo y por eso no conoce; la bestia no sabe nada y por eso tampoco conoce. Pero el hombre necesita saber y percibe desesperadamente que ignora: ¿Por qué al hombre le duele su ignorancia?

Buscamos con nuestro esfuerzo alcanzar la claridad y que ésta sea de utilidad no tan solo para nosotros sino también para los demás, aceptando que por lo general, no tenemos nuestros conceptos lo suficientemente definidos sobre las circunstancias que nos rodean y que muchas veces nos atormentan.

La ciencia y la experiencia, se hallan conectadas y se modifican mutuamente para crear un círculo productivo incesante. Para René Thom, toda ciencia se construye en torno de un misterio fundamental que se trata de elucidar y que, probablemente, nadie elucidará jamás. Está en nuestra naturaleza orientarnos en la vida cotidiana recurriendo a la verdad absoluta y al mismo tiempo, tener interpretaciones confusas y contradictorias de ese concepto. Donde muchas personas tienen opiniones formadas sobre un tema, pero no pueden decir porqué opinan lo que opinan. Entender algo equivale a dominarlo.

Para nosotros, la vida gira alrededor del supuesto de que el mundo es riguroso y ordenado y que los desvíos ocasionales del rigor y el orden son, en realidad, la consecuencia de una percepción errónea por no haber realizado las mediciones correspondientes con la precisión necesaria o, por no haber elaborado los resultados con el debido cuidado. ¿Es la física una creación racional de la mente humana o una síntesis surgida de la observación?

Los textos de Aristóteles están bien escritos, tienen objetivos claros y son accesibles a un público no especializado, si bien sus teorías están bastante erradas. Somos optimistas y creemos que el futuro será mejor que el presente. Por eso, somos un blanco fácil para los discursos inescrupulosos de siempre.

Las disputas ideológicas, que tienen poco que ver con lo que es verdadero y mucho que ver con qué se entiende por “Verdadero”. Las consecuencias de ver nuestra comprensión de la naturaleza como un derivado matemático y concebirla como una síntesis empírica, son fundamentalmente distintas. Si lo que está por descubrirse fuera obvio, nadie saldría a buscarlo. A todos nos interesa y atrae coleccionar cosas que son “interesantes”, aunque sean inútiles.

En los inicios de la filosofía griega, la preocupación central era el principio fundamental del cual el mundo está hecho. Con Platón, aparece una filosofía que conjuga la preocupación por las cuestiones que atañen al hombre. Tenemos que aplicar un enfoque interdisciplinario, que se nutra de la información y de una serie de planteamientos, conceptos y guías metodológicas de diferentes disciplinas interviniendo en el problema.

Con enfoque holístico, nos referimos al hecho de que la Antropología emprende un estudio cualitativo que relaciona entre sí los diferentes campos de la vida social, como son la organización social y la política, la religión y la ciencia.

Un centro multidisciplinario dedicado a explorar la idea de que la matemática surge de la observación experimental, propone a los científicos explicar sus trabajos a los colegas en lenguaje no especializado, tarea cuyo valor es incalculable.

Montesquieu, era consciente de lo que él llamaba “espíritu mercantil”, que amenazaba con dominarlo todo. Y presentó un modelo de “vida social", para sostener una sociedad basada en los valores humanos. Estaba convencido de que siempre detrás de cada problema social o político, había una razón que lo explicaba. Y esto lo llevaba a cuestionarse, a profundizar, a estudiar, a una reflexión profunda.

Afirmar que el poder se está volviendo más frágil y vulnerable, contradice a la percepción más extendida de que quiénes lo poseen son más fuertes y están más afianzados que nunca. Se puede considerar que el ciclo retroalimentado de concentración de poder y riqueza, es un motor fundamental de la historia humana. Y desde luego, el mundo está lleno de personas e instituciones que poseen un poder inmenso y no están a punto de perderlo, nos dice, Moisés Naím.

La corrupción política no es algo que aparece de repente, sino que suele darse en culturas y sociedades donde hay mucha permisividad ante lo que supone pasar por encima de las leyes. No es sólo un problema de los gobiernos, sino que nace y se fundamenta en el comportamiento de los ciudadanos. La solución se ha basado en la “educación” y, en la creación de un mecanismo de lucha contra la “impunidad”, manifestada en todas sus formas posibles, empezando por las del gobierno y luego, la del ciudadano común y corriente con una “tolerancia cero”, en ese campo.

Para Alvin Toffler, una nueva civilización está emergiendo en nuestras vidas y, hombres ciegos están intentando en todas partes sofocarla. Esta nueva civilización trae consigo nuevos estilos familiares, formas distintas de trabajar, amar y vivir; una nueva economía; nuevos conflictos políticos, y más allá de todo esto, una conciencia modificada también.

LO EXISTENCIAL

Nos encontramos en un viaje por la vida, desde que nacemos hasta que morimos y, cada uno de nosotros tiene un propósito manifestado en nuestras mayores habilidades dentro de un itinerario específico, para lograr este propósito, pero la mayoría lo ignoramos… Donde nosotros y todas las demás cosas somos una única cosa, con diferentes formas y composición, pero idénticos en esencia… No estamos separados de aquello de lo que hemos salido, ni somos distintos el uno del otro y, sólo estamos separados en apariencia, ya que todos somos lo mismo pero actuando de forma individualizada. Y lo que en realidad importa no es lo que haces, sino el cómo y porqué lo haces… Lo que hacemos no nos facilita lo que tratamos de lograr si no sabemos lo que tratamos de lograr, donde debemos ser conscientes de la “Meta” que buscamos alcanzar y, el problema es que la “Mayoría” no sabe lo que hace y escasamente comprende la naturaleza del viaje en que nos encontramos y mucho menos, la forma de llegar al destino que deseamos…

Tu “Mente” ha intentado durante años dar sentido a una vida que no tiene sentido en lo absoluto, donde la función del cuerpo consiste en reunir información del entorno físico para ayudar a la Mente a garantizar su “Supervivencia” y, poner dentro de ese ambiente en forma física, las ideas no físicas, conceptos y decisiones de la Mente, creando la experiencia de lo que llamamos Realidad, así como de la información a partir de la cual podemos construir dicha realidad. Se puede acceder a ella de dos maneras distintas, donde la información acerca de la vida, está guardada en la “Memoria” dentro de la Totalidad, dentro de lo que somos nosotros mismos… Al primero lo conocemos como “Experiencia” y el segundo es lo que conocemos como “Conocimiento”. El primero genera el deseo y anhelo de más experiencia y el segundo, es el anhelo de una clase particular de experiencia basada en el conocimiento. La Mente, nos dice Walsh, captura, categoriza, archiva y saca recuerdos de cada experiencia que tu cuerpo y mente hayan tenido. La suma de estos dos bancos de información es lo que llamamos “Conciencia”. Y cuando tu experiencia y tu conciencia encuentran el “Deseo y su Intensidad del alma” se vuelven “UNO”. Y es por esto que “La calidad de tu vida está determinada por aquello a lo que pones atención.

La mayoría de la gente no se conoce a sí misma. Es lo que todo el mundo pasa por alto, porque la verdad sobre ti mismo suele ser brutal: los amables aparecen como crueles; los valientes como cobardes. Los que se consideran especialmente intachables, huyen gritando del monstruo que los mira con ironía desde el espejo, dice Enguiruck.

Sólo tienen poder personal quienes dan, no quienes mendigan, sea dinero, compasión, comprensión o cualquier otra cosa. Para José Hermida, es la persona superior la que trabajará su mejor Yo con el estudio, el compromiso y el comportamiento digno. En el amor y en la lucha a muerte, la mayoría de la gente necesita leer el periódico para saber a quién amar y a quién odiar

Es imposible enseñar nada a nadie si no te pones en su lugar y nada se aprende sin escuchar y, lo que podemos ver, tiene un efecto determinante sobre lo que podemos pensar. Un maestro que te enseña a comportarte de forma adecuada es un buen profesional de la enseñanza. Un maestro que te enseña a ser tú mismo, es quién merece el mayor respeto, pero la autentica grandeza de un ser humano viene determinada por la forma en que utiliza su energía para vivir. Eso es lo que los demás respetarán siempre, nos dice José Hermida.

Agregando que las personas que hablan muy bien, aunque digan cosas intranscendentes, a veces son escuchadas; pero las personas que escuchan más de lo que hablan, son aquéllas a las que acostumbramos a pedir su opinión sobre los asuntos que verdaderamente nos importan.

Para el biólogo, el ideal supremo consiste en resolver el enigma del propio yo. El tejido cerebral requiere unas 20 veces más energía por unidad que el tejido muscular; sin embargo, no podemos explicar cómo procesa el cerebro un pensamiento, una emoción, una sensación o una acción. Hipócrates nos dice: que los hombres deben saber que del cerebro y sólo del cerebro, surgen nuestros placeres, alegrías, tristezas, dolores y lagrimas.

Siempre se ha creído que la principal ventaja evolutiva de la conciencia era la capacidad de analizar el entorno y planificar cómo adaptarse a él, pero cada vez cobra más cuerpo la hipótesis de que su contribución fundamental a la condición humana, es la de potenciar nuestra empatía y por tanto, nuestra capacidad de cooperar. La conciencia no se reduce a las experiencias. El carácter subjetivo de la experiencia consciente casa mal con la objetividad, que la ciencia exige, dice José María Valderas.

¿Cómo puede la ciencia, con su método de observación objetiva y medición, acceder al reino de la conciencia, intrínsecamente privada y subjetiva? Nos pregunta Eduardo Punset. Durante siglos se consideró que la conciencia era intratable desde la ciencia; sin embargo, adelantos en biología y neurociencia permiten arrojar nueva luz al mayor misterio del universo: Nosotros mismos.

Como todo en biología, la conciencia ha de poderse explicar a partir de la evolución. El estudio del mundo animal revela que no es atributo exclusivamente humano, aunque en ninguna otra especie se ha desarrollado tanto como en el hombre. Nuestra capacidad por tener “Empatía” unos con otros, podría ser la razón.

Inteligencia no es lo mismo que conciencia: La actividad neuronal pertenece al dominio de la física, del espacio y el tiempo. La conciencia seria una propiedad intrínseca de la materia, lo mismo que la masa y la energía; la conciencia es el fenómeno por el cual la misma existencia del universo se ha conocido.

La mente y el cerebro no son más que dos aspectos de una misma realidad, donde la conciencia “emergería” de las propiedades y organización de las neuronas y sus circuitos. La mente y el cerebro no son más que dos aspectos de una misma realidad, donde la conciencia “emergería” de las propiedades y organización de las neuronas y sus circuitos. Valderas considera que los animales poseen los sustratos neuroanatómicos, neuroquímicos y neurofisiológicos necesarios para disponer de estados conscientes, amén de la capacidad de exhibir conductas orientadas a un fin u objetivo.

Socrates con su “¡Conócete a ti mismo!”, lo tomó no sólo como una advertencia sino como una búsqueda. Pensaba que aunque fuéramos menos que dioses, también somos más que animales. Quizás no tengamos la sabiduría divina, pero tenemos más entendimiento que las bestias ignorantes. Somos conscientes de los límites de nuestros conocimientos del mundo que nos rodea y de nosotros mismos. ¿Cómo podemos, como seres humanos, arrojar luz sobre la oscuridad de las cosas que nos ocultan? nos dice Goethe.

El uso de la razón para hacer preguntas como: porqué pensamos lo que pensamos y, cómo deberíamos vivir. Para Socrates, el valor de este razonamiento no era tanto establecer verdades irrefutables, como si fuera una demostración matemática, sino que pensaba que podía utilizarse para aclarar los puntos en los que nuestro entendimiento llega a su límite.

Los hombres sienten por naturaleza el afán de conocer. Conocer es no contentarse con las cosas según ellas se nos presentan, sino buscar tras ellas su “ser”. El hombre se esfuerza en conocer, nos dice Moliere, porque le es natural. Esto obliga a reconocer que la verdadera naturaleza del hombre es más amplia y consiste en tener dotes, pero también en tener fallas: El hombre se compone de lo que tiene y “de lo que le falta”.

No es simplemente porque tiene las dotes sino al revés, porque se encuentra menesteroso de algo que le falta y, a fin de conseguirlo, moviliza los medios que posee. El error de todas las teorías del conocimiento ha sido no advertir la incongruencia que existe entre la necesidad que el hombre tiene de conocer y las facultades con que cuenta para ello, nos dice Ortega y Gasset.

Newton, consideraba el universo y lo que en él se encuentra, un enigma, un secreto que se podía descubrir usando el pensamiento puro frente a cierta evidencia, ciertas pistas místicas que Dios había colocado por el mundo para permitirle al filósofo una especie de búsqueda para llegar a él. Creía que con los mismos poderes de su imaginación introspectiva, llegaría a descubrir el misterio de la naturaleza, el enigma de los sucesos del pasado y del futuro predestinados por la deidad, el enigma de los elementos y de cómo se formaron a partir de la primera materia original no diferenciada, el misterio de la salud y la inmortalidad.

Arthur Zajonic, nos dice que las aptitudes cognitivas que poseemos definen nuestro mundo, le otorgan sustancia y sentido. La posibilidad de crecimiento es también una posibilidad de pérdida y, no sólo representa un don sino una amenaza. Uno debe morir para transformarse. Las aptitudes que adquirimos nos sumen en un tumulto de nuevos fenómenos psíquicos y somos como Odiseo, naufragando en un mar borrascoso… Así cerramos los ojos y nos aferramos a lo conocido.

En la actualidad, Dorion Sagan nos dice: La vida humana no sólo no está en el centro de todas las cosas, no sólo no es un organismo diferente al de los animales, no sólo no está hecha de un material especial, sino que los propios procesos de la vida, la forma en que se comporta, los compartimos con los sistemas inanimados de la materia. No estamos en el centro geográfico, ni somos superiores a los animales, somos como ellos y no tenemos ninguna materia especial. No sólo estamos hechos de sustancias de poco valor, sino que también estamos hechos de la organización precisa de estos materiales. Significa “replegamiento sobre sí mismo” y este factor debe caracterizar la “degradación de un sistema”; se le define como el cociente de dividir el calor por la temperatura, donde los intercambios de energía se harán en las mejores condiciones, sobre la base de una entropía constante.

La gente sólo piensa en un segmento muy reducido de la historia de la vida, que tiene que ver con la evolución animal. Sin embargo, lo fascinante es que no siempre hubo especies y las bacterias no tienen especies. No necesitan aparearse para la reproducción y no son especies en el sentido que nosotros tenemos de los animales.

Los átomos y las células nos sujetan al mundo de lo ínfimo y de lo diminuto al que pertenecemos. Los microbios son propietarios y gestores del sistema global. Sin el mundo microbiano, la vida no podría existir. Las células de nuestros cuerpos, son muy parecidos a formas de vida unicelulares que consideramos inferiores.

Tenemos la creencia de que somos superiores, mejores, únicos, especiales y similares a Dios; pero Darwin relaciono a los seres humanos con todas las formas de vida y encontró que no éramos especiales, sino un simple animal más. Dependemos para nuestra sobrevivencia por completo de las plantas y de otros organismos para alimentarnos y obtener la energía para sobrevivir y el suministro de aire para nuestra respiración.

Un sistema vivo es un sistema de flujos ya que sin el flujo de los alimentos y la energía que representan o contienen, ningún sistema vivo puede vivir.

El centro del universo está en todos los sitios y en ninguno, donde los seres humanos no son especiales y sin embargo, cada especie es especial y diferente y nuestra diferencia está en la habilidad que tienen nuestras neuronas de conectarse.

El nacimiento no es el principio del hombre: en ese punto, el vehículo físico que determina lo que será, nos dice Rodney Collin, ya se ha formado. Sus cualidades fuertes y débiles, sus inclinaciones y posibilidades innatas, están ya establecidas. En realidad, la carrera de la vida individual del hombre ha comenzado mucho antes, en el momento de la concepción. La medida por años toma como base una escala cósmica, creada por el movimiento de la Tierra y, no se refiere al “tiempo interno” del hombre. Para medir su desarrollo orgánico, hay que buscar una escala distinta.

El hombre es concebido como una sola célula, bajo las leyes y la escala o patrón de tiempo del mundo de las células, pero termina como un ser humano, bajo las leyes y el patrón de tiempo de los hombres. Esto quiere decir que pasa desde el tiempo de la célula hasta el tiempo humano; vive en una escala o patrón de tiempo que varía de forma logarítmica.

Sus procesos internos se hacen más y más lentos, hasta su completa cesación y muerte. Con esta escala, el período de gestación constituye no la centésima sino la tercera parte de la carrera de vida del hombre. Este tercio, nos dice Rodney, está constituido por el vehículo original físico del cuerpo orgánico y después de este nacimiento, el cuerpo de un hombre no puede transformarse en un cuerpo distinto del ya creado, ya que tanto los elementos fundamentales constitutivos como las reacciones que de ellos procedan, están plenamente determinadas en el nacimiento. Adolescencia significa inseguridad, desorientación, una necesidad desmesurada de sexo, que se confunde innecesariamente con el amor.

Al final de la infancia, la personalidad que es intermediaria entre el organismo físico y el mundo en que existe, se ha formado ya. Este mundo es infinito y forma una parte definida y perdurable del organismo del hombre y, después de la adolescencia, no llega a ser seriamente afectada hasta la muerte. ¿Cómo podemos comprender el patrón de esta línea de vida y qué significa esta mayor lentitud de los procesos vitales?

La percepción de existir es absolutamente privada e incomunicable, ya que mi existencia no puede convertirse en objeto de conocimiento, donde “Yo” puedo hablar legítimamente de mis “sentimientos”, pero no puedo hablar de mi “Existencia”. El decir “Sabemos que somos libres y basta”, es correcta según W. H. Auden, porque la percepción de la libertad es subjetiva y objetivamente indemostrable.

La percepción de estar, es experimentar el tiempo como un eterno presente, en vez de mi conocimiento del mundo exterior, moviéndose o cambiando en el tiempo. Nunca sabríamos si una persona es orgullosa, pues el orgullo es invisible y, correctamente se le considera la raíz de todo pecado que sólo puede inferirse por los resultados, pero no podemos saberlo objetivamente, nos dice Auden.

El placer mata el placer y la riqueza no puede satisfacer al hombre. Para Heraclito, el sendero que sube y el sendero que desciende son uno y mismo sendero. Idénticos el principio y el fin. Vida y muerte son lo mismo y así son la vigilia y el sueño, la juventud y la vejez; el paso del primero se convierte en el último y el paso del último se convierte en el primero. En la historia de la creación del mundo, Hesiodo presenta ante todo un espacio preñado de posibilidades, llamado caos, que en griego significa “abismo”.

Gurdjieff, nos dice: “Estás en una prisión y si deseas salir, lo primero que debes hacer es darte cuenta de que estás en la prisión, por lo que si piensas que eres libre, no tendrás escapatoria. Si en lugar de decir ‘Estas en una prisión’ decía ‘Eres la prisión’ y si deseas salir de la prisión o si no quieres ser la prisión, debes reconocer que estás o eres la prisión. Esto es uno de los principios esenciales para cualquiera que busca la verdad.

Osho, nos dice que la tendencia de la mente humana es la de negar las cosas que no nos gustan o consideramos feas, escondiéndolas en la profundidad del inconsciente, de modo que incluso se conviertan en inconscientes para ti mismo.

Las gentes creen que poseen almas inmortales y nunca descubren lo que ya tienen y, tampoco indagan ni buscan encontrar si su creencia hipotética tiene algo de verdad o si es solamente algo usado para mantener sin miedo a su soledad.

Tu Dios ha sido implantado en tu mente y porque continúas creyendo en él, tus “creencias” evitan cualquier aventura hacia la búsqueda de la verdad, a menos que creas que no la hallaras. Sin embargo, la verdad es justamente lo contrario, ya que “creer” es una barrera y no un puente. Aquéllos que “creen”, nunca encuentran, porque ni siquiera comienzan a buscar, que no hay necesidad. Estás rodeado nos dice Osho, de muchas estrategias hipnóticas desarrolladas a lo largo del tiempo y esas estrategias son la causa de tu ignorancia, de tu miseria, de tu estado de ignorancia.

Las leyes de la ciencia son patrones de comportamiento regular, a partir de la observación, donde si se observa o encuentra una excepción, la ley ha de ser reescrita de tal modo que la excepción entre a formar parte del patrón; ya que en la ciencia se presupone que los hechos de la naturaleza se conforman a la ley. Un hecho físico siempre se relaciona con alguna ley, aunque se ignore por el momento cuál es ésta, nos dice, H. Auden. A diferencia de las leyes que deban explicar completamente como suceden los hechos, las leyes sólo se ocupan de regular o prohibir el tipo de acciones a las que se refieren.

El problema filosófico es que no tenemos ninguna forma de saber si la contingencia es producto de nuestra ignorancia de los determinismos que operan en el universo o, si aparecen debido a que el azar existe realmente. Para Raquel Levinstein, hay una causa para todo efecto, razón por la que no existe la casualidad. La casualidad no es más que un nombre que se le da a una ley que todavía no se conoce; hay muchos planos de casualidad, pero nada se escapa a la ley.

Todo conocimiento racional, nos dice Kant, o es bien “material” o bien “formal” y se ocupa solamente de la forma del entendimiento y de las reglas universales del pensamiento en general, sin distinciones de objetos. La lógica no puede tener una parte empírica, es decir, una parte en que las leyes universales y necesarias del pensamiento, descansan en fundamentos derivados de la experiencia, ya que de lo contrario, no sería lógica, es decir, que vale para todo pensamiento y debe ser demostrado.

Puede llamarse “empírica” a toda filosofía que se apoya en fundamentos de la experiencia, pero la que presenta sus teorías derivándolas exclusivamente de principios “a priori” se llama “pura”. Esta última, cuando es meramente formal, se llama “lógica”; pero si se limita a ciertos objetos del entendimiento, entonces se llamada “metafísica”. Por consiguiente, la física tendrá su parte “empírica”, pero también una parte “racional”. He de limitarme a preguntar aquí, si la naturaleza misma de la ciencia no exige que se separen siempre con gran cuidado, la parte empírica y la parte racional y, antes de la física propiamente dicha, se exponga una metafísica de la naturaleza. Refiriéndose a los mecanismos imperantes en la naturaleza, se pregunta si es la naturaleza o el matemático quién introduce las matemáticas en la filosofía natural.

El pensamiento de Bergson, es un pensamiento que desconfiaba de los sistemas racionales que pretenden deducir la realidad integra a partir de unos pocos principios, dejando pasar entre sus mallas conceptuales todo lo vital; un pensamiento que no se consideraba todo lo vital y que no consideraba un fin en sí mismo, sino una mera herramienta de trabajo, nos dice Padilla Moreno. Bergson desempeñó un papel de primera línea en la superación del positivismo reduccionista y, para ello recurría al análisis y la intuición.

En el espacio infinito, innumerables esferas luminosas alrededor de las cuales gira una decena de otras esferas… cubiertas por una dura corteza fría sobre la cual una película mohosa ha generado seres vivientes y pensantes: tal es…lo real, del mundo. Las bases sólidas de nuestra visión del mundo y por ende, su poca o mucha profundidad, se forman en los años de la infancia. Más tarde, esa visión se elabora y perfecciona, pero no se modifica esencialmente. La religión lo tiene todo a su favor: las revelaciones, las profecías, la protección del gobierno, las más altas dignidades y honores… más aún, la invalorable prerrogativa de poder inculcar sus doctrinas en la mente en las más tierna infancia, por lo cual se transforman casi en ideas innatas, nos dice Irvin D. Yalom.

Jean-Paul Sartre, nos ha dicho: Kierkegaard tiene razón. La pena, la necesidad, la pasión, el dolor de los hombres son realidades en bruto que no se pueden superar ni cambiar mediante el conocimiento. El “Existencialismo” parte de observaciones bastante simples, de que Toda proposición presupone la existencia de sus términos y de que la presuposición subjetiva “Yo existo” es excepcional. No es una proposición que pueda probarse como verdadera o falsa, por medio de la experimentación y, a diferencia de otras, es indudable y no es posible una creencia opuesta.

Los grandes dolores nos impiden sentir los pequeños y a la inversa, en ausencia de grandes sufrimientos, hasta las menores tribulaciones y contratiempos nos atormentan… La mayor sabiduría es hacer que el objeto supremo de la vida sea disfrutar el presente, pues ésa es la única realidad; todo lo demás es un juego del pensamiento. Pero también podríamos llamarla nuestra mayor locura, porque nunca vale la pena dedicar un esfuerzo serio a lo que existe sólo un momento y que luego se desvanece como un sueño… Sonríe y recuerda con serenidad las fantasmagorías de este mundo, que ahora contemplas con la indiferencia del ajedrecista al terminar la partida… La vida es deprimente. He decidido dedicar mi vida a meditar sobre eso. Añade Irvin D. Yalom.

Tus eternas críticas, tus lamentos sobre la estupidez del mundo y la miseria humana me traen insomnio y pesadillas… Todos los disgustos que he tenido te los debo a ti, escribió la madre de Schopenhauer.

Lo que pudimos haber hecho, no existe, sólo existe lo que hacemos. Dale al mundo el gran regalo que es tu amor y tu forma de ser; no permitas que el miedo te impida hacer lo que quieres, confía en que eres un milagro y que la vida quiere cuidar de ti como cuida de todos sus hijos; disfruta de tu vida y haz de ella una experiencia maravillosa nos dice Anand Dílvar. Agregando: ¡Soy parte de todo lo que hay! ¡Soy tan importante como las estrellas, como el sol, como todo lo que existe! Todos lo somos y esto no es sólo palabrería mística o espiritualista, es un hecho real y comprobable. Tú fuiste creado a partir de una célula de tu padre y una de tu madre, y ese par de células llevan la información genética de lo que fueron todos tus antepasados. Así es como estás ligado con toda la humanidad, porque a fin de cuentas, todos somos parientes. Cuando fuiste concebido en el vientre de tu madre, su cuerpo y estas dos células, tenían toda la información necesaria para crear cada parte de tu cuerpo. Había un plan perfecto para formarte tal y como eres ahora. El cuerpo de tu madre tomó la materia prima para formarte y de todo lo que te rodeaba, del aire que respiraba, del agua que bebía y de la comida que ingería. Y así fuiste formado, tomando partes del universo mismo. Cuando mueras y tu cuerpo se desintegre, las partículas que lo forman serán la materia prima que utilizará el universo para seguirse renovando.

¿Yo soy la vida misma? Así es, a través de ti, la vida se mantiene y se renueva. Tú fuiste el instrumento que utilizó la vida para crear a otro ser maravilloso y lleno de posibilidades: El bebe que está esperando nacer, es tan especial como lo eres tú, el regalo que viene a darle al mundo es su propia individualidad, porque a pesar de ser parte de todo lo que existe, también será único; viene a compartir sus pensamientos, sus ideas, su forma de ser, sus emociones, sus alegrías y sus tristezas. Ese es el propósito de nuestra vida; darle al mundo lo que sabemos que sólo nosotros podemos darle. ¡Ser nosotros mismos, ese es el significado de nuestra vida! Ser lo que somos y disfrutar de esta oportunidad única de existir. Antes de nacer eras parte de la eternidad y, cuando mueras, volverás a ella.

Freeman Dyson nos dice: La solidaridad y el compañerismo son ingredientes esenciales para llevar una vida satisfactoria. Me preocupaba la guerra, pero no era cuestión de victoria o derrota, ya que daba lo mismo, puesto que en ambos casos eran escasas las posibilidades de que algo digno sobreviviera, ya que la guerra era un mal incondicional. Me esforzaba para entender las causas profundas que nos orillaba a la guerra, llegando a la conclusión de que la causa básica era la injusticia. El problema de la injusticia me parecía más intratable que el problema de la guerra. Todos somos la misma persona, yo soy usted y todos los demás, no existe el problema de la injusticia, porque los sufrimientos de usted son también los míos. No existe el problema de la guerra tan pronto como entiendan que al matarnos, sólo se estará matando usted mismo.

La teoría evolucionista de Darwin, hace a todos los humanos descendientes de un mismo primate y las ciencias biológicas van a reconocer la unidad de la especie humana.

¿A dónde va uno desde un mundo de locura? A algún sitio al otro lado de la desesperación, nos dice T. S. Elliot.

¿QUÉ ESTÁ HACIENDO Y HACIA DONDE NOS LLEVA LA VIDA?

Han sido necesarios millones de años para que la materia haya evolucionado hasta las formas vivientes actuales. Hubo que esperar que la temperatura del universo se redujera después del Big Bang, para que se pudieran formar estructuras más complejas, pero también más frágiles que los átomos y esas son las moléculas. El Big Bang no es una teoría entre otras sobre el origen del universo, podríamos decir que es la única teoría científica y jamás ha habido otra.

Sin embargo, seguimos sin saber porqué, ni cómo, ni lo que había antes. Por lo que podríamos decir que es el “paradigma fundamental de la cosmología contemporánea”. Donde el Cosmos no cesa de cambiar ante nuestros ojos. Las estrellas nacen y mueren, los conjuntos de ellas se hacen y deshacen. Sin embargo, todavía tenemos un problema por explicar, como el de que vivimos en un universo en que el tiempo es unidireccional, es decir que va del pasado al futuro y, del máximo orden al máximo desorden. Y esto sólo se daría si en el Big Bang se diera el máximo orden posible, algo que no es posible en una explosión, de esa magnitud, según la segunda ley de la termodinámica.

La naturaleza, se divide ella sola convenientemente en dominios. Una teoría es una descripción detallada y precisa de la naturaleza, válida para un dominio en particular; pero las teorías que pertenecen a diferentes dominios, usan diferentes conceptos y nos iluminan desde diferentes ángulos. Entre lo muy grande y lo muy pequeño, está el terreno intermedio, que es un dominio enorme que incluye todo lo que tenga tamaño intermedio y es el dominio cotidiano de la experiencia humana.

Un científico necesita cosas que pueda medir y no aceptar conjeturas ni nada extraño que no se pueda medir. No es necesario especular con dioses para saber que invariablemente, si los utilizamos, nos conducirán a un callejón sin salida, abarcando aquello que no tiene esperanzas de poder expresarse con precisión. Cuando sólo se usan especulaciones, nos dice Roland Hubbard, los puentes se rompen, los edificios se derrumban, los dínamos, se paran, y la civilización se va a pique.

Si averiguamos lo que “no podemos o no necesitamos considerar”, nos dice Hubbard, para obtener una respuesta a nuestra pregunta de lo que podamos utilizar: ¿Qué sería lo que nos quedará? Nos quedaría, el mundo finito y varios imperios que se fueron a la ruina.

Si eliminamos la necesidad de conocer la “estructura” y usamos esto sólo como una analogía para hacerla una variable más en la ecuación, por si fuera necesario: ¿Qué tenemos ahora? Si consideramos que los “Demonios y las Almas Humanas”, se niegan a manifestarse y someterse a una inspección a fondo o a una medición, pero lo que necesitamos en realidad es un “Principio Dinámico” de la existencia; Un “Común Denominador”, de la existencia, no tan sólo una descripción, nos dice Hubbard.

Una de las peculiares bellezas de la ciencia es que puntos de vista que aparentan ser diametralmente opuestos, terminan a la larga, dentro de una perspectiva más amplia, siendo ambos correctos.

¿Podemos saber hacia dónde va la vida? ¿Y qué está haciendo la vida al ir avanzando? La vida es energía, pero ¿Qué está haciendo la energía? Para Hubbard: “Está Sobreviviendo”. Y, ¿Cuál es el Común Denominador, de toda la existencia? Sin explicar ni “porqué, ni hasta cuándo”, dice que la única prueba para un organismo es la de “Sobrevivir”.

En contraposición a lo que la ciencia y la religión nos han dicho siempre: la “Evolución”: “No es Aleatoria, ni Predeterminada”. Y según Bruce Lipton: “Todos y cada uno de nosotros, somos las células del cuerpo de un “Súper Organismo” en desarrollo, al que llamamos “Humanidad”. Y donde podemos decidir ascender hacia un nuevo nivel de existencia o a la manera de los dinosaurios, desaparecer.

Liptón, nos ofrece una reveladora síntesis de “ciencia y sociedad”, que explica porqué nos encontramos a punto de experimentar y revelar que la lucha que afrontamos, se libra contra una serie de percepciones erróneas, culturalmente distorsionadas acerca de la naturaleza humana y el potencial del hombre y mitos programados en nuestro subconsciente colectivo y, que son responsables de las actuales crisis mundiales.

De todos los peligros, según Sagan, el “Invierno Nuclear”, es el más inmediato. Y tales problemas no tienen una solución a nivel nacional y es poco probable que “La Sabiduría gane la Batalla”. Solo la Utopía es hoy razonable. La ciencia tiene respuestas, a condición de que se nos quiera escuchar. Habrá que retirarle el poder a la clase política, para dárselo a los sabios, dice Sagan. Agregando de no estar seguro de que la actual edad de oro de los sabios pueda prolongarse mucho tiempo.

Tenemos tanto miedo como curiosidad, testimonio de conflicto permanente, que opone el deseo de saber al deseo de no saber. Valoramos las aportaciones de la ciencia, pero estamos al mismo tiempo en busca de indicaciones y de mentores que nos descarguen de nuestras responsabilidades.

Al preguntarnos: ¿De dónde viene y adonde va el carbono? Entra en un ciclo de estado gaseoso, vegetal, animal y mineral que pasa por el hombre, donde otros contaminantes siguen los mismos caminos. Si pudiéramos seguir a un átomo de carbono a lo largo del ciclo de su vida, lo encontraríamos primeramente libre en el aire, en forma de dióxido de carbono o, tal vez disuelto en el océano o que sea absorbida por las hojas de un árbol, donde se asocia con el agua y se transforma en azúcar, mediante la “fotosíntesis”, donde se vuelve “orgánico”, capaz de construir los órganos del mundo viviente, ya sea como los hechos de azucares o de glúcidos, también de compuestos inicialmente fabricados con azúcar, grasas, lípidos y proteínas. Apareciendo en una manzana o vegetales y cuando éstas son comidas, el carbón pasa a formar parte de nuestros músculos y otras partes de nuestro cuerpo, durante un breve periodo, volviendo a las aguas del alcantarillado al ser expulsado por el tubo digestivo, donde la materia que contiene el carbono son presa de microorganismos que se encargan de descomponerlas degradando todo lo que un día estuvo vivo. Lo que escape a la acción de estos microorganismos, entrará a formar parte de la estructura de las rocas calizas; el resto, a lo largo de millones de años, se irá transformando en carbón en el suelo terrestre o en petróleo bajo el mar. Así, el bosque de la era primaria de hace 300 millones de años, se ha ido transformando lentamente en carbón, el mismo que estamos quemando actualmente, el cual vuelve al aire, en forma de dióxido de carbono y así el ciclo se cierra, explica en forma sintética Gilles-Eric Seralini.

Si bien puede que nadie consiga jamás predecir el futuro con precisión, si se llegara a tener la suficiente información, la probabilidad de una predicción correcta puede ser muy alta. El futuro se basa en la probabilidad y no en la certeza. Donde la evolución se da a través de una serie de graduales transformaciones a lo largo de siglos, en los que una especie evoluciona en otra, siendo el resultado de períodos largos de “estabilidad”, interrumpidos periódicamente por manifestaciones catastróficas, manifestada siempre por incrementos explosivos de nuevas especies, de saltos súbitos en lugar de transiciones graduales, imposibles de explicar por los mecanismos darwinianos.

Todos los seres vivos poseen habilidades de autorregulación y auto organización, que aprenden mediante la interacción continua con el entorno del que provienen loa estímulos. Y en donde, si el fenómeno de la vida tuviera un manual de instrucciones sería el ADN. Éste se encuentra presente, sin excepciones, en todos los seres vivos y guarda en su interior toda la información necesaria para el funcionamiento y desarrollo de cada organismo en particular. Tras descubrir su existencia y comprender (¿?) los mecanismos que hacen que nuestra genética determine cómo somos y se traslade de una generación a otra, los seres humanos nos hallamos ahora en disposición de alterarlo en nuestro beneficio (¿?), nos dice Jesús Porroy.

Para Francisco Varela, la palabra “autopoiesis”, se usa para indicar lo que se usa para indicar lo que es una característica fundamental de los sistemas vivos, que es: la capacidad de generar su organización estructural y al hacerlo, no puede ignorarse la interacción continua con el ambiente, que se convierte en objeto de intercambio y sustitución de los componentes del organismo. Responde a la pregunta: ¿Qué es la vida? pretendiendo definir un denominador común que permita distinguir entre seres vivientes y no vivientes, yendo más allá de la diversidad de organismos existentes.

Los seres vivos serían sistemas dinámicos que se redefinen y se regeneran continuamente, crean, destruyen y modifican algunos componentes del sistema, cuya estructura se preservaría mediante procesos de acoplamiento y adaptación. Caracteriza este tipo de sistemas como organizados, no tanto de acuerdo con un conjunto de componentes conectados mediante relaciones estáticas y predefinidas, sino más bien como algo que se transforma y se plasma gracias a la interacción reciproca de los elementos que la componen. Todas las cosas están entrelazadas, de tal modo que no puedes agitar una flor sin perturbar una estrella. También la dinámica del caos nos ha revelado la extrema fragilidad de nuestro mundo y, la física cuántica revela su profunda intimidad, nos dice Francis Thompson.

Para Darwin, los seres vivos, ya sean plantas, animales o microorganismos, representan posibles soluciones a un problema: Su adaptación al medio ambiente, el cual puede abarcar distintos entornos, que pueden llegar a presentar una gran variabilidad y, cuanto mejor sea la solución que presenta una especie al tener una mayor adaptabilidad, los individuos de esa especie, gozarán de una mayor probabilidad de supervivencia y de mayores opciones para alcanzar la edad reproductiva, lo que posibilita que sus genes pasarán a la siguiente generación.

Se considera al ADN, como el portador de los secretos de la vida, donde el desarrollo del Código Genético fue el suceso primitivo que permitió la aparición de la vida. Es una especie de receta en la que se sabe si la persona será gordo o delgado, vidente o diabético, pero esto sólo es una tendencia, nos dice Gilles-Éric Seralini. El ADN es la más compleja de las moléculas conocidas, aunque al mismo tiempo posee una sorprendente simplicidad.

El ADN gira sobre sí mismo, casi como un electrón. Y desde hace miles de millones de años, el ADN se copia a sí mismo con notable exactitud y conservación esenciales, gracias a una dinámica enzimática programada por el propio ADN. Otros enzimas corrigen los errores y finalmente, hay una sola posibilidad sobre mil millones, de que un error permanezca al reproducirse el código genético. Esta probabilidad contribuye a los cambios evolutivos.

Cuando una célula se divide para reproducirse, hay cromosomas en los doscientos tipos de células diferentes que constituyen todos los animales, plantas y hongos, pero no en las bacterias. Las tres principales virtudes del código genético son su unidad, su ahorro de energía, señales y elegancia. Así en el espacio, es una soberbia estructura en perpetuo movimiento, además de su proceso de enrollamiento y desenrollamiento y unión en forma de zipper o cremallera, hay en el nucleótido seis tipos de rotaciones posibles, donde cambiando de lugar los genes en el ADN, la vida obtiene individuos diferentes y así, los humanos compartimos el 99% del ADN y sólo el 1% restante nos diferencia unos de otros.

La mutación, según su localización, puede bastar para inducir una enfermedad genética de pronóstico reservado. La ingeniería genética puede hoy modificar una base, “Mutagénesis dirigida” o un conjunto de bases, que podría llegar a evitar enfermedades genéticas interviniendo en un estado embrionario precoz. Nos situará en un período crucial en el que seremos capaces de modificar técnicamente la evolución de nuestra especie, con lo que el futuro de nuestra especie está hoy en nuestras manos. Y será nuestra inteligencia, nuestra ética, la conciencia de nuestras responsabilidades frente a la sociedad y al planeta, los únicos factores que pueden inclinar la balanza. La ciencia no puede ser bloqueada, pero si lo pueden ser sus aplicaciones nefastas, nos dice Seralini.

Para Stephen Jay Gould: El fervor apocalíptico es el terreno de elección de los desgraciados, de los oprimidos, de los desposeídos, de los revolucionarios, de los desesperados y de los que se califican a sí mismos como salvadores y de Todos aquellos que no aceptan el mundo tal como es o de aquellos para quienes la tierra es un valle de lagrimas. Para Gould, la evolución se basa en la “contingencia” y, está punteada por apocalipsis imprevisibles.

¿La humanidad necesita de las crisis para progresar? Las catástrofes son bastante raras, y se observa que por lo general, sólo decidimos actuar cuando nos fuerzan a ello. Así, podemos ver que no buscamos soluciones para las hambrunas, hasta que muchos han muerto de hambre. Esperamos que se dé el genocidio para denunciarlo. Se toman medidas contra la sobrepoblación, cuando hay peligro de que pasemos hambre.

A menudo, comprendemos un poco tarde lo que está sucediendo, cuando lo irreparable ya ha ocurrido. Los peligros son reales, las inquietudes son legitimas. Nadie sabe porqué. Tal vez es una tendencia innata y profunda en cada uno de nosotros, con lo que es difícil cambiar y, el cambio social es todavía más improbable.

Para Edgar Morín, la potencialidad de autodestrucción nos acompaña de aquí en adelante en la marcha de la humanidad. Se toma conciencia de que el desarrollo tecno industrial determina degradaciones y contaminaciones múltiples y de que hoy, se ha introducido un nuevo tipo de muerte en la esfera de la vida de la que forma parte la humanidad. La economía mundial es cada vez más un todo interdependiente: Cada una de sus partes se han vuelto dependientes del todo y recíprocamente, el todo sufre las perturbaciones y accidentes que afectan las partes.

¿Qué habrá en torno nuestro que esté ya definido, inscrito y presente y que aún no podemos entender? Se cuestiona Alejo Carpentier.

La mayoría de las personas no tienen la menor conciencia de los efectos que producen nuestras manipulaciones del medio ambiente. Tal vez no baste con que fueran conscientes para detener los estragos que producimos, pero sería un buen inicio para que se den otros de mayor alcance.

Los acontecimientos que son consecuencia de leyes regulares de la naturaleza, poseen un cierto coeficiente de predicción. En cambio, apenas conocemos el modo de prever el porvenir en lo referente a los azares de la evolución histórica; la historia humana es la más imprevisible de todas, no porque sea insensata o azarosa, sino porque no la gobiernan las leyes de la naturaleza.

Los grandes esquemas de la historia de la vida, contradicen a los que piensan que hay razones para creer en un plan preestablecido que conduce necesariamente al aumento de la complejidad y a la aparición del hombre. Las cinco sextas partes de la historia de la vida se desarrolló antes de que se perfilara vagamente, una forma de vida animal. Hace 600 millones de años surgen los primeros animales que se parecen bien poco a los actuales organismos y, la mayoría de ellos no tiene ningún parentesco con los seres vivos actuales, nos dice Jay Gould.

La vida tiene una historia inmensamente complicada y nuestra existencia es el fruto de esta historia. Lo único que esto demuestra es, hasta qué punto la conciencia es algo raro e imprevisible. Y los nuevos oscurantistas, se unen bajo la misma divisa, la de ¡Prohibido Pensar!

La Vida es el caso de “Emergencia” más extremo. Lo observamos al buscar la razón por la que ciertos aspectos de los organismos vivos son estables y reproducibles, mientras que las leyes microscópicas de las que dependen esos aspectos, son azarosos y se rigen por las leyes de la probabilidad.

No parecen existir pautas regulares entre las grandes extinciones en la historia de la vida, sólo instantes geológicos durante los cuales se han producido grandes transformaciones de la fauna y, donde la extinción de los dinosaurios y la catástrofe del Pérmico, son las grandes manifestaciones de rupturas, con las usualmente manifestadas y determinadas por los grupos de especies que han sobrevivido. Donde la mitad de la historia de la vida es la historia de un organismo unicelular, los “procariotas”.

Con “La gran explosión del Cámbrico”, aparecieron todos los animales modernos y luego, se da un período de 500 millones de historia con extinciones masivas, pero que no muestran dirección evolutiva concreta o pauta significativa de desarrollo. Por lo que podemos decir que después de la gran explosión del Cámbrico, no hay nuevos ramales en la historia de los seres vivos.

Donde cada una de las extinciones masivas es única y, no hay una ley general de lo que queremos explicar, nos dice Gould, de la economía de la historia de los seres vivos donde los ramales son las unidades anatómicas básicas en la historia de la vida, donde lo más importante no es tanto explicar las extinciones, como la de explicar porqué determinadas especies han sobrevivido.

A Adam Smith le interesaba investigar el hecho de que las fuerzas económicas estuviesen cambiando el modo de pensar y de comportarse de las personas en determinadas situaciones; con las desavenencias entre el deseo individual y las normas sociales. Se preguntaba cómo separar los actos del hombre, una creatura que actuaba por interés personal, del plano moral mayor en el que se desenvolvía. Sobre nosotros como seres humanos, se proyectan hechos que nuestra razón no es capaz de explicar, que por muy reales que los sintamos, se nos plantean como “Irracionales”, por el hecho de que no encajan en los esquemas mentales a los que estamos acostumbrados y para los cuales, no sirven los saberes aprendidos y aceptados. Y nuestra lógica racional no cuenta a la hora de intentar hacer su análisis.

Esas fuerzas y su dominio, se asienta en el mantenimiento del engaño y en la deformación lógica y a menos que realicemos un esfuerzo de ruptura, nos seguirán manteniendo en la mentira de una apariencia pura tomada por realidad obligada. Atienza, nos dice que el ser humano navega durante su existencia en un mar de ciegas obediencias, que sin formar parte integrante de su naturaleza, delimitan su libertad de acción y hasta de evolución, conduciéndonos por donde quieren, pretendiendo conformar nuestras conciencias y condicionar nuestros actos en su beneficio.

Sólo se obedece a ciegas lo que se teme y sólo puede temerse lo que se ignora. La labor de los grandes maestros, no consiste en enseñar, sino en ayudar a que cada cual encuentre libremente su propio camino.

LOS HACEDORES DE MUNDOS

En el “Popol Vuh”, el libro Maya-Quiché sobre la creación, se nos dice: “Los dioses deben ser obedecidos, porque son los creadores y los únicos dueños de la verdad”. Con lo que aquí se diga nos tomaremos una idea clara de cómo se formó el universo, lo que aún está oculto y lo que podemos ver en nuestro mundo y cómo el Formador y Creador puso en acción sus cualidades esenciales y su sola palabra bastó para crear las cosas. Todo estaba en suspenso, en completa calma, en el silencio total, sin moverse, sin existir nada, ni el tiempo, ni el espacio. En ese momento inicial, no había hombres, animales, pájaros, pescados... ni siquiera pajas ni hierbas, sino sólo estaba el vacío infinito del cielo… nada estaba en pie, ni existía… sólo el germen del agua, en la más sosegada, en las aguas serenas. Sólo estaba el silencio, el reposo, en la oscuridad en las tinieblas.

En la actualidad, Peter Atkins, en su libro sobre la Creación, encontramos enormes analogías cuando nos dice: Más allá del momento de la creación, a cuando y donde no había tiempo ni espacio alguno. De esa nada surgió el espacio tiempo y con el espacio tiempo vinieron las cosas. Andando el tiempo apareció también el conocimiento, y el universo, que en un principio no existía, se hizo consciente. En el tiempo anterior al tiempo, no hay sino extrema simplicidad. En realidad no hay nada; pero para comprender la naturaleza de esa nada, la mente necesitaba alguna clase de apoyadura. Esto quiere decir que hemos de pensar, al menos por el momento, sobre algo. Así pues, no más por el momento, pensaremos en casi nada.

Todo está en movimiento, todo vibra y nada se encuentra en reposo, las diferencias de manifestación son consecuencia de las frecuencias vibratorias, donde a más elevada posición en la escala de la vida, más alta es la frecuencia vibratoria, nos agrega Levinstein y Anaxagoras: Dios duerme en la roca; Despierta en la naturaleza; Se hace consciente en el animal y divino en el hombre.

La propuesta cosmológica de Giordano Bruno, representa una ruptura drástica con cualquier intento de jerarquizar la realidad, nos dice Oriol Punsati. La toma de conciencia, que encuentra su fundamento en la infinitud, no puede sino despertar en el ser humano un sentimiento de entusiasmo contemplativo ante la grandeza ilimitada del universo. Quién experimenta este sentimiento, verá convertida su vida de forma irreversible y dispondrá de la fuerza necesaria para oponerse a cualquier reaccionaria que intente detenerle.

Bruno no aceptaba la idea de la creación del mundo que se da en la Biblia, lo que da como consecuencia que se replantee la versión de la creación, así como tampoco, la adaptación Aristotélica de un Dios, como primera causa de todas las cosas. ¿Por qué razón un Dios sin límites y todo poderoso se habría molestado en crear un universo tan limitado?

Se dice que Dios, es mente sobre todas las cosas, dicta y ordena y la naturaleza ejecuta y hace. Para Punsati, es romper los límites que separan a Dios y su creación como cosas absolutamente distintas: Una infinita y eterna, la otra finita y perecedera, abría la puerta al “Panteísmo”, donde Dios no es distinto ni separado de la naturaleza, sino que se hace presente en todas las cosas. En suma: Todo es Dios.

Para Moro Muñoz, la Tierra ha sufrido grandes cambios, tanto en su morfología como en su clima y es probable que estos cambios sigan ocurriendo en la actualidad, aunque a un ritmo tan lento que sólo sean perceptibles a escalas de miles o millones de años. Hay algunas evidencias de fósiles que apuntan a la existencia de organismos vivos desde hace 3,400 millones de años, pasando por períodos cálidos y fríos, pero siempre en una franja de temperaturas relativamente estrecha. Una excepción fue la gran glaciación ocurrida hace unos 700 millones de años, cuando la totalidad de los continentes y océanos de la Tierra, quedaron cubiertos por gruesas capas de hielo, con temperaturas medias de -50 grados centígrados. En los últimos 4 ó 5 millones de años ha habido una propensión al enfriamiento del planeta, acompañada de una disminución general de las precipitaciones, alterada por repeticiones con curiosas periodicidades. Así en el último medio millón de años, se han observado glaciaciones con períodos de 100,000 años. Donde el brillo solar ha aumentado hasta 30% mayor, lo que llevaría a pensar en un aumento de la temperatura, pero en realidad ha ido fluctuando entre períodos fríos y cálidos, manteniéndose dentro de una franja apta para la persistencia de la vida. Por lo que para Harold Urey: La vida no es un milagro; es un fenómeno natural y puede esperarse que aparezca, siempre que haya un planeta que duplique las condiciones de la Tierra.

Si se parte de una concepción creacionista, la vinculación entre Dios y el mundo resulta difícil de sostener, ya que Dios, vigila, responde, compensa o castiga los actos que tienen lugar en el mundo de forma similar a como hace cualquier autoridad, lo que para Bruno resultaba degradante y empobrecedora, al dar lugar a un universo infinitamente inferior a Él, en lugar de hacerse presente generosamente a lo largo y ancho del universo creado. Agregando que la suma de una visión infinita del universo y de una materia que posee en su interior la potencia vivificadora que anima cualquier transformación y cambio en la naturaleza, que da como resultado una concepción unitaria de la realidad, concluye Punsati.

Cada uno llama barbarie a aquéllo a lo que no está acostumbrado.

Movida por los rayos del Sol, la atmósfera modela el clima de la Tierra, que ha heredado del mar, lo que conocemos como vida. Al ritmo de una película, donde en un segundo se suceden diez mil generaciones y donde frente al Cosmos la vida es sólo un relámpago, el hombre no sabe que se está representando una obra prodigiosa y que en su fragmento de vida en tiempo y espacio en el que vive, para él, el cielo es sólo un decorado cuyo sentido no comprende, sin embargo, descubre una vida, patrimonio de un medio superiormente organizado, pero que en su vida cotidiana, tiene poco tiempo para preocuparse por él.

Al no comprender la utilidad de semejante conocimiento, muestra una sorprendente indiferencia, considerándolos que son sucesos que no le conciernen y no le son de utilidad en su actividad cotidiana. Sin embargo, concede toda su atención a lo que ve que es sólido, ya que éste es el que domina en su alrededor y del que él ha surgido y que su cerebro ha aprendido a conocer, amar y temer. Sin embargo, a la escala del universo, lo sólido es la excepción ya que el espacio y las estrellas son gaseosos. Lo sólido es el fruto de una organización y una arquitectura prodigiosa de los átomos que la forman, nos cuenta Albert Ducroq.

Teniendo en cuenta la diferencia de escala que separa al hombre del átomo y que nuestros sentidos no son capaces de detectar, dicha actividad atómica, tendremos muchas dificultades para descubrir las “prodigiosas reglas del mundo de las partículas” y en interpretar sus impresiones sensoriales a la luz de las nuestras. Es decir, el ojo no los ve ni el cerebro los imagina.

El aire se encuentra hecho de lo mismo que los demás objetos, ya que sólo tenemos que descender su temperatura para que se vuelva sólido y a una temperatura más baja, se hace sólido, como en el hielo. Vivimos sumergidos en un océano de aire, donde todas las substancias están formadas a partir de un número reducido de elementos simples, de los que Mendeleyev ha establecido su clasificación. Donde la materia no es continua y los gases se unen en proporciones simples y, en condiciones idénticas, las poblaciones moleculares de todos los gases son las mismas y donde la presión se duplica cuando su volumen se reduce a la mitad.

El hidrogeno, domina a escala cósmica junto al cual surgieron otros elementos más complejos, dando origen a varios tipos de asociación a partir de su estado inicial; viviéndose una historia extraordinaria de la que nació nuestro mundo. Por lo que “Comprender el Universo” es ante todo “Imaginarse esta evolución”. Es descubrir bajo qué procesos, las partículas originaron todo, con un Sol, una Tierra y unos hombres, nos dice Ducroq.

Para Leonardo da Vinci, el hombre comparte leyes con la naturaleza, en tanto que surge de ellas. Donde lo importante es saber cómo funciona el universo y en qué leyes se sustenta, así como su influencia sobre la vida. Parmenides afirmaba que la realidad sólo podía entenderse mediante la razón y después de 2500 años, estas ideas y propuestas filosóficas, fueron creando una visión nueva de la naturaleza. En la actualidad los científicos construyen hipótesis por medio de metodologías, experimentos o planteamientos matemáticos, de forma razonada.

La nueva forma de ver el universo es la idea física de “Campos de Energía”, algo invisible e intangible de energía, donde la “Materia” es una derivación de dichos campos que vienen a ser la esencia que genera todo cuanto existe en el universo. Surge además la revolucionaria física cuántica, impactando a todas las disciplinas del conocimiento humano, la cual postula que la “onda” de energía y la “partícula”, son dos polos de una misma realidad; es decir, que un “campo invisible e intangible”, a través de una frecuencia vibratoria se manifiesta en materia visible y tangible, nos enseña y aclara, Raquel Levinstein.

Lo importante de esta nueva “Cosmovisión”, aunque todavía quedan dudas sobre su existencia, sería la de que todas las áreas del conocimiento se verían impactadas y transformadas; sabiendo que todo aquello que podemos captar a través de nuestros sentidos, emerge de un campo invisible e imperceptible, la que impacta a la materia y le da forma y lo que da además, la posibilidad de interpretar al mundo y la respuesta al origen de la fuente generadora de toda manifestación en el universo.

Si la entropía es constante, las transformaciones son “Reversibles”, pero si la entropía crece, la transformación es “Irreversible”. Todo fenómeno irreversible, da lugar a una creación de entropía, como el que se da en el mundo en que vivimos. El lenguaje de la entropía solamente tendrá sentido en un caso extremo y, los cálculos únicamente son válidos para sistemas en que las reacciones recíprocas sean desestimables.

Calor y trabajo son idénticos cuantitativa pero no cualitativamente, pues el calor revela un estado de desorden, mientras que el movimiento refleja un orden.

Toda la diferencia se debe a que frente a un “caso” que asegura el “orden”, hay millones de otros que se agrupan bajo la base de un “desorden”. La relación orden-desorden es desequilibrada, donde la probabilidad para el primero es baja y para el segundo, extraordinariamente elevada. Es el logaritmo, la magnitud que mide el desorden de un sistema, donde al aumentar la entropía, indica que las estructuras más comunes, que son el desorden máximo, son las más probables.

La termodinámica como ciencia de la energía, está basada en el estudio de los sistemas aislados, pero no son representativos de los sistemas complejos del mundo real. La vida no es un sistema aislado, sino abierto, donde se aborrecen los gradientes y cuando surgen estas diferencias, se puede tener sistemas complejos que se forman espontáneamente y que son cíclicos.

Hay que atribuir al “calor” una “calidad” inferior a la energía “mecánica”, la que equivale a considerarla como una forma degenerada de la energía, con el vocablo “entropía”.

La gran ley del Universo no será una degradación de su substancia, sino una valoración constante de la misma, nos dice Ducrocq. Donde el error consiste en generalizar los resultados, pues podemos imaginarnos situaciones diferentes, que dan lugar a conclusiones opuestas. El principio del desorden creciente se aplica a casos particulares, pero la cibernética nos invita a adoptar un punto de vista más general, que explica la aventura cósmica. Al principio de la cadena evolutiva, estaban las partículas y al extremo opuesto encontraremos la vida; el artífice de esta evolución será la cibernética o más bien, los procesos de retroalimentación.

En el universo humano, el movimiento perpetuo no existe ya que en la mecánica terrestre el movimiento no puede mantenerse; sin embargo, el movimiento existe en astronomía y en las moléculas de un fluido, donde las moléculas se desplazan y es lo que conocemos como “Movimiento Browniano”. Para los humanos, los objetos verdaderos eran los que percibía a su propia escala y, la importancia de las partículas sólo radicaba en su número. Sin embargo es necesario adoptar la actitud opuesta, puesto que en realidad el mundo atómico es el verdadero agente creador de todo nuestro universo.

Si intentamos trazar su historia y a medida que el cosmos se iba organizando, descubrimos en todas sus etapas que fueron creadas por obra de dichas partículas, con lo que no podemos hablar de un universo “ocupado” por partículas, sino de un universo construido y formado por ellas, ya que sus propiedades condicionaron su forma y, su acción dio origen a una materia cada vez más organizada.

Es con las partículas donde hay que buscar los secretos del universo y veremos que todo el destino de este prodigioso y magnifico mundo, estaba en potencia ya escrito en aquellas partículas, que hoy componen nuestros cuerpos y que vivieron escenas más diversas, donde su papel no fue el de simples agentes pasivos, sino individuos cuyas características gobernarían toda la dinámica cósmica.

En la construcción de la física clásica newtoniana, como un modelo cerrado, definitivo y perfecto, empezaron a darse las ideas de que también la ciencia estaba en hipótesis y era por tanto, provisional e insegura. La física clásica creía que en el universo reinaba un desorden generalizado, pero la cibernética ha arrojado nueva luz sobre los misterios del cosmos y nos conduce a una conclusión diametralmente opuesta, nos dice Ducrocq, donde a partir del caos de las partículas, era lógico que apareciesen organizaciones rudimentarias, que se formasen estrellas, que nacieran elementos y que además la Tierra se haya constituido y la vida se desarrollase.

Algunos físicos piensan que las partículas elementales encierran un espacio-tiempo distinto del nuestro. Y podemos preguntarnos: ¿Dónde comienza la conciencia? Tanto si comienza en lo más íntimo de las partículas o en la globalidad de nuestro cerebro, la conciencia está indiscutiblemente en el universo y ha nacido de la evolución biológica, pero también ha emergido de la evolución de la materia, algo quizá sorprendente, pero también indiscutible.

La evolución de la materia, nos recuerda que la astrofísica, la física, la química, la bioquímica y la biología son distintos aspectos de una única ciencia que estudia la materia y su evolución y que la complejidad cada vez mayor, no concierne sólo a la biología.

En un universo de veinticuatro horas, la aparición del hombre se situaría en los últimos cuarenta segundos y, la existencia de un individuo seria la milésima parte de un segundo. Lo que hace difícil observar y comprender la evolución de la materia. Y todo esto ¿Para qué?, ¿Qué significan y para qué sirven las leyes universales? ¿Qué pruebas tenemos de que predomina el azar? Asimismo, el instinto de supervivencia y el equilibrio entre las leyes de conservación y el movimiento de la evolución son fenómenos no explicados por la ciencia y al AZAR, no lo podemos considerar como un gran organizador. ¿Cómo podría generar leyes? Podríamos decir que todas las civilizaciones han buscado las respuestas, sin conseguirlo. ¿Qué hombre en sus cabales puede suponer que el azar es el amo?

Platón, observó que se gobierna un sistema reuniendo datos, elaborando un programa de acción y utilizando una energía para ponerla en práctica; presentando así a la cibernética como el “arte de gobernar”. Actualmente, la cibernética es la ciencia de los medios, que permiten gobernar en el sentido de dirigir o regir.

Sabemos que en el universo aparecieron retroalimentaciones de manera natural y así es como comenzó a organizarse. Un sistema “no organizado” evoluciona por definición de manera aleatoria o sea, que sufre toda clase de influencias. En cambio, gobernar un sistema equivale a aislarlo e imponerle una línea de evolución.

La cibernética rige el mundo y nos damos cuenta del alcance que tiene, donde se crean lazos de retroalimentación cada vez que deseamos regular algo. En la historia del universo, estos lazos aparecieron de manera natural, bajo los tipos de retroalimentación, que en un principio regularon la formación del universo.

La realidad de la vida cotidiana es un fenómeno colectivo, de organización. Los distintos estados de la materia forman parte de nuestra vida diaria. Las fases de la materia: sólido, líquido y gaseoso, son fenómenos de organización. Son fenómenos emergentes y constituyen una prueba contundente de que en la naturaleza, las escalas están bien separadas. Es la prueba de que algunas de las maravillas del mundo dependen de su organización.

Un fenómeno sencillo y universal que se repite con regularidad, no puede ser demasiado sensible a los detalles microscópicos. Un fenómeno exacto, no puede depender de ningún detalle. Algunos aspectos de las fases de la materia son universales y predecibles, pero otros, no lo son.

A principios del siglo XX, se descubrió que las moléculas subatómicas responden a las leyes de la mecánica cuántica, que son tan distintas de las newtonianas, que los científicos tuvieron que buscar términos nuevos para ponerlas en palabras.

La física cuántica nos proporciona una nueva manera de mirar y comprender el mundo y también de procesar y transmitir la información que empieza a configurarse como un concepto fundamental para la indagación científica del universo, especulando la posibilidad que la realidad pudiera ser pura información.

Todo es cuántico, lo cuántico empieza a emerger e imponer sus reglas a escalas cada vez mayores. La teoría del caos y la mecánica cuántica, son las dos teorías que más han impactado al determinismo clásico de la física y su poder predictivo.

Para Heisenberg, nada hay en la naturaleza que no pueda ser descrito por un esquema matemático y donde el único objetivo de la física teórica, es calcular resultados que se puedan comparar con la experiencia de la vida real. Para Niels Bohr, todo lo que llamamos real está hecho de cosas que no pueden ser consideradas como reales. Y para Schrödinger, el mejor conocimiento de un todo no incluye el mejor conocimiento de sus partes.

Los mecanismos que impregnan y funcionan en nuestro mundo, están dirigidos y manifestados por el caos. Lo realmente asombroso no es que ciertos sistemas complejos sean caóticos, sino que sistemas extraordinariamente simples, lo sean también. Carlos Madrid, nos dice: El comportamiento caótico se da cuando existe sensibilidad a las condiciones iniciales, donde es necesario distinguir el comportamiento errático e impredecible en los sistemas dinámicos, en sus aplicaciones entre la alarma mediática y su matemática, donde la dinámica no-lineal se da en que la suma de dos causas suele ser explosiva.

Es sorprendente la cantidad de sistemas naturales cuya dinámica es caótica, es decir, que tienen comportamientos aleatorios dentro de un estricto determinismo, sin orden aparente y que responden a reglas fijas que no son consecuencia del azar, lo que constituye una nueva manera de explorar el universo. Es clásico observar que con los procesos de iteración y tras miles de repeticiones, comienza a aparecer y darse una forma y es como si del caos surgiese un orden en forma de conjunto fractal.

Carlos Madrid, explica que la teoría del caos nació del interés de vincular lo dinámico, que son los sistemas que evolucionan con el tiempo, con la geometría, así como del trabajo de biólogos expertos en Dinámica Poblacional, pero también por interesados en las multidisciplinas.

Los principios de “Autoorganización” del mundo inanimado son muy sutiles, muchos de ellos se asocian con el proceso de formaciones del cristal y son impredecibles, a pesar de que conocemos las leyes correspondientes a esos fenómenos. La noción de “Emergencia” fue concebida por los biólogos que buscaban la razón por la que ciertos aspectos de los organismos vivos son estables y reproducibles, mientras que las leyes microscópicas de la química de las que dependen esos aspectos, son azarosas y se rigen por las leyes de la probabilidad. Donde el caso más representativo es el funcionamiento de los organismos superiores, como es el caso del hombre, nos señala Laughlin. Tal parece que la falta de conexión entre las leyes microscópicas y la conducta de las formas superiores de organización, es inherente a la forma en que hacemos investigación.

SOBREVIVIR, AL FILO DE LOS TIEMPOS PERVERSOS

Nos guste o no, vivimos en un mundo regido por el conflicto y la competencia feroz. Un mundo que nos exige estar siempre alertas y entrar en acción en todo momento. Si nos descuidamos, si no reaccionamos a tiempo ante los retos que nos plantea el entorno, si dejamos que los demás nos controlen y decidan por nosotros, estaremos perdidos. La manipulación es un juego peligroso.

Tácito, nos dice que los hombres son más prestos a devolver un agravio que un favor, porque la gratitud es una carga y la venganza un placer. No te fíes de tus amigos, te traicionaran muy pronto, porque son presa fácil de la envidia. Hay más que temer de tus amigos que de tus enemigos; si no tienes enemigos búscatelos.

Los griegos inventaron dos conceptos que fueron centrales en la educación: la “Sofrosine”, que se refiere al “equilibrio”, a la “mesura”, al dominio del alma sobre el cuerpo, a la “armonía” y a la “cordura”; y la “enkrateia”, se refiere a la “capacidad” de dominar las “pasiones”. Los jóvenes griegos con estas virtudes ayudaban a promover la convivencia pacífica. Los dos servían para dominar, lo que es la falta de control y el desprecio a los demás, lo irracional y el desequilibrio.

La educación está en un punto de inflexión, nos dice Howard Gardner, que existen considerables presiones que apuntan hacia una “escolaridad uniforme”, pero también de que el sistema educativo adopte la “escolaridad uniforme” y el sistema educativo adopte una “escolaridad centrada en el individuo”. Análisis de los datos científicos indican que se debería ir en dirección de la escolaridad centrada en el individuo.

Básicamente el argumento de las escuelas “uniformes” es la de que existe un conjunto básico de competencia y un número de conocimientos que todos los individuos deben dominar. Para Gardner, las escuelas deberían estar constituidas de manera que aseguren que los más dotados accedan a los niveles superiores y que el mayor número de individuos adquiera un conocimiento básico y de la forma más eficaz posible, que por esta razón debería haber el mismo método de enseñanza y los mismos métodos estandarizados de evaluación y todos deberían de juzgarse en términos de la eficiencia y eficacia con estos estándares comunes.

Gardner está convencido de que muchas de las curas propuestas por los reformistas “Neoconservadores”, son peores que la enfermedad y de que las curas propuestas no sanaran a los pacientes y de que dicha versión está basada en una perspectiva defectuosa del conocimiento humano. No resulta exagerado decir que el test de inteligencia (CI) ha conducido inexorablemente a la actual intoxicación respecto a la escuela uniforme y su estrecha base científica sobre la que se basaba, se ha desmoronado por completo.

Podemos decir que desde muchas disciplinas, ha llegado la evidencia de que la mente es un instrumento multifacético, de múltiples componentes y diferimos notablemente en los perfiles concretos de inteligencia, por lo que las razones de las diferencias en habilidad y las inclinaciones el enfoque uniforme tiene menos sentido que antes.

Las mentes de los individuos presentan notables diferencias, por lo que el sistema educativo debería estar diseñado de tal manera que fuera sensible a estas diferencias y en lugar de ignorarlas deberíamos asegurarnos de que todos reciban una educación que maximice su potencial intelectual.

Lo primero que debemos tratar de comprender es que nuestro hijo “no es nuestro”, nos dice Clara M. Codd. Me he percatado, del terrible daño que causan el posesivo amor maternal y el posesivo amor paternal. Tal gente, equivocada, al llenar su propia necesidad de satisfacción y expansión emocional, a expensas del alma del niño, vive persuadida, de que aman fervientemente, a sus hijos. En realidad, sólo, se aman, a sí mismos; pero se necesita mucho carácter para darse cuenta de ello, y la mayoría de la gente no tiene mucho carácter.

Un niño no nos pertenece, no lo hemos creado originalmente, ni le hemos formado su carácter, ni le hemos dado sus capacidades. Él mismo se ha creado todo ello, mediante la experiencia. Viene a nosotros porque ese pasado lo amerita para las oportunidades que le podemos proporcionar y porque existen ligas de nosotros y el círculo social que lo va a rodear. El niño trae tan solo las “semillas”, las capacidades mentales y emocionales del pasado; pero que sus vehículos correspondientes tienen que desarrollarse, coordinarse y organizarse. Las experiencias de la vida harán que se desenvuelvan esas tendencias y capacidades ocultas durante los primeros años y que tienen tan enorme fuerza modeladora. ¡De allí la enorme responsabilidad y oportunidad de los padres! Tres condiciones debe llenar la atmósfera y medio ambiente de un niño, nos dice Clara Codd; “Seguridad, paz y amor”. Las disensiones, la variabilidad, la injusticia, infringen tremendo daño al alma de un niño.

Bajo el pretexto de ser “incomprensible”, se enseña la ciencia antigua, aunque ésta ya se haya demostrado “Falsa”, por lo que continuamos con una visión mecanicista del mundo.

Según Bryan Caplan, de la Universidad de Virginia en estados Unidos, aparte de saber leer, escribir y aritmética, no hay mucho más que se aplique al mundo real. Este discurso, escribe León O´Farril en La Jornada, abona peligrosamente a un discurso cada vez más conservador y que tiene sus baterías apuntadas a la Universidad pública. Misma que ha sido considerada como foco ideológico de la izquierda y constructora de conocimiento, que puede generar dudas con respecto al modelo económico existente y que puede ser abiertamente contrario al mismo.

La universidad, nos dice O´Farril, debe producir conocimiento y formar ciudadanos pensantes, que deben haber desarrollado una capacidad investigadora y de reflexión, que comprenda la producción de conocimiento y su impacto en el presente… atendiendo a una formación ética y con fuerte énfasis en la empatía, en el entendimiento del otro como ser humano y no como objeto, cliente o comprador, mucho menos como un competidor que hay que eliminar de forma feroz.

Nos hallamos en el despliegue mundial de fuerzas ciegas y bárbaras, pero también de la necesidad de vivir mejor. Situación agónica que no se produce sólo por la suma de crisis nuevas a los conflictos tradicionales, nos dice Edgar Morín. Es un todo que se alimenta con ingredientes conflictivos, críticos, problemáticos y que lleva en sí el problema de los problemas: La impotencia de la humanidad para volverse humanidad. La toma de conciencia de la comunidad, del destino terrestre debe ser el elemento clave.

La ruptura de dos culturas, la humanista y la científica, no tiene razón de ser, los progresos intelectuales decisivos aglutinan necesariamente las diversas disciplinas académicas.

Para Edward Wilson, la raza superior en nuestro planeta serían las termitas, ya que se necesita ser un gran genio para construir un termitero; así también la gran variedad de razas, no impide acceder a las esferas superiores del conocimiento, a condición de que exista un número suficiente de personas que disponga de los medios para formarse y trabajar.

La historia de Adán y Eva no es como la cuenta la Biblia. No es verdad que la serpiente tentó a Eva con la manzana del árbol del conocimiento, ni que Eva la comió, ni que se la ofreció a Adán, ni que Dios los hecho del jardín del Edén, en realidad nos dice Robert B. Laughlin, a Adán se le dijo; Aquí tienes las ecuaciones del universo, buena suerte con tus cálculos y a Eva se le dijo; No creas nada de lo que dice este hombre. Y así empezó todo.

Para Enrique Rojas, la felicidad consiste en tres cosas: Amor, trabajo y cultura, como también el hecho de haber ido consiguiendo una personalidad equilibrada psicológicamente: “Un hombre vale y se mide por su capacidad para desestimar y relativizar las batallas perdidas, con la mirada puesta en las metas e ilusiones trazadas, sin pesimismos paralizantes.

El sufrimiento es necesario para la maduración personal y es más, es imprescindible, nos dice Rojas. Sucede así cuando el sufrimiento, los reveses o los sinsabores parecen superiores a las fuerzas humanas… En esos momentos, cuando las dificultades y los problemas pretenden echar por tierra los mejores propósitos, es cuando hay que intentar reaccionar, relanzarse pero disolviendo todo el dolor, la traición y las incomprensiones que se puedan haber experimentado… nace de situaciones radicalmente injustas, flagrantes, por lo general provocadas por personas cínicas.

El sujeto en cuestión se siente dolido por el trato recibido y su reacción es prácticamente normal. Empieza a pensar que debe haber algo para defenderse de la injusticia recibida. Más tarde, cuando las aguas vuelven a su cauce e impera la calma, es conveniente conocer mejor a los demás y conocerse más a fondo uno mismo.

Por mi parte, nos dice Laffort, no soy ni un sabio ni un filósofo, pero luego de decenas de años, chapoteo a la búsqueda de una explicación, por ser impresionado por el espectáculo de injusticia y de desigualdad que abruma a los hombres de buena voluntad. En cambio, ver a otros alcanzar su objetivo sin esfuerzo y sin justificación. Siempre encontré perfectos cretinos, hombres de un nivel intelectual por debajo del nivel promedio y radicalmente ineptos para la función, para quienes su ascenso, su promoción, no tenía ni explicación ni justificación posible; solamente la suerte ha otorgado a estos ineptos, el nombramiento ministerial, que es la coronación de cualquier carrera política.

No es el mejor el que gana. ¡Qué gane el mejor!, todavía es un deseo piadoso, nos dice Laffort. En realidad el que gana no es nunca el mejor hombre, es la suerte la que decide.

También hay que decir algo acerca de la figura del cínico: Es desvergonzado, capaz de todo, maquiavélico, que con frecuencia intenta dar lecciones de ética, aunque dentro de un tono suave, buscando una cierta apariencia de persona prudente, templada o equitativa… A veces sólo al final de una vida, cuando se levantan las cartas de la verdad, sale el motor de esa conducta descaradamente egoísta, insolente, que juega con varias cartas y que trampea con unos y con otros buscando siempre su provecho, pero jactándose de lo contrario. Sabe desmarcarse, gira, asciende, dice lo contrario de lo que piensa… La desfachatez y el atrevimiento pueden alcanzar cotas impensables.

Cuando uno ha conocido a un cínico de cerca y lo ha sufrido, no lo olvida. Sus lecciones prácticas dejan un regusto amargo, terrible, demoledor, que invita al contraataque si uno se deja llevar por los impulsos de revancha… En la vida ordinaria, habitual, existen injusticias continuas. La misma justicia, lo que se entiende por tal… está plagada justamente de lo contrario, de injusticias Todo ello va a desencadenar sentimientos de insatisfacción… asociando sentimientos de venganza, de ajuste de cuentas, de poner las cosas de otro modo a como han quedado y, lo que se conoce como “deformación catatímica de la realidad”, que quiere decir, nos dice Rojas, que el cristal con el que observamos la vida es el de nuestro particular estado de ánimo, con el cual deformamos apasionadamente lo que vemos.

En “El Hombre Mediocre”, José Ingenieros critica la rutina, la hipocresía y el servilismo. Trata sobre el hombre indiferente, apático, dormido, que es moldeado por el medio y no tiene ideales ni individualidad. Para él, el hipócrita entibia toda amistad… sólo piensa en sí mismo y esa es su pobreza suprema. Sus sentimientos se marchitan en los invernáculos de la mentira y la vanidad… ajenos a todo y a todos, pierden el sentimiento de la solidaridad social hasta caer en sórdidas caricaturas del egoísmo. Su indiferencia al mal del prójimo, puede arrastrarle a complicidades indignas, donde para satisfacer alguno de sus apetitos no vacilará ante grises intrigas, sin preocuparse de que ellas tengan consecuencias imprevistas… Su apego a la mentira le hace acoger benévolamente cualquier infamia, desenvolviéndola hasta lo infinito, subterráneamente, sin ver el rumbo ni medir cuán hondo es, tan irresponsable como esas alimañas que cavan al azar sus madrigueras. Las personas que abusan de otras, si se les consciente, terminará por convertirse en un vampiro insaciable.

Delumeau, nos dice que “La vida es y seguirá siendo difícil por más mejoras que podamos introducir en ella y el hombre debe sacar una enseñanza para su vida cotidiana y para su búsqueda de felicidad, que jamás podrá satisfacerse en esta tierra y, donde estoy convencido de que nunca existirá un paraíso terrenal… Vemos por el contrario a qué atrocidades conducen las utopías religiosas o ateas… uno debe arreglárselas aquí abajo con la condición humana… y no creo que en esta tierra, la vida se deshaga un día del mal y del sufrimiento… Desconfiar en cambio, de los ideólogos que tratan de cambiar a la humanidad y que anuncian un mundo mejor, pero que no se ocupan necesariamente de las personas que tienen más cerca.

El mensaje habla tan sólo de un amor personal que compromete a cada persona con las otras. ¡Si la humanidad se transforma así, tanto mejor! Pero no es la primera finalidad buscada; lo que impide, por otra parte, que se comprometan activamente en la marcha y los asuntos del mundo. Para mí, la vida tiene un sentido y si la vida tiene un sentido, el sufrimiento también lo tiene, aunque pueda parecer indignante y hasta incomprensible… Mientras permanecemos en el tiempo, no podemos comprender la razón de este colosal enigma… El libro de Job, nos invita a no buscar los motivos de la existencia del mal. No pueden formularse en el curso del tiempo y con arreglo a nuestro entendimiento.

El relato del Génesis sobre el pecado de Adan y Eva y el Paraíso perdido, no es desde luego, una historia real. Se trata de un mito… Sabemos bien, desde un punto de vista científico, que la humanidad ha tardado centenares de miles de años en aparecer y en constituirse como tal. Y no entiendo cómo podría situarse en el origen de la humanidad, una culpa fantástica, que por añadidura habría tenido repercusiones sobre todo su destino posterior.

Desde que hubo un hombre digno de ese nombre, hubo maldad, celos, orgullo y asesinato. Por lo tanto, el pecado ha existido desde el primer hombre y es eso sin duda, lo que quiere decir el mito del pecado original. ¡Por fortuna no sólo existe el mal en el mundo! Pero somos más sensibles al mal que al bien, porque el bien, no es espectacular.

Todo depende de si se cree o no se cree en otro mundo. Para quién ha sido un criminal espantoso o ha contraído una enfermedad incurable, la muerte seguida de la vida eterna es una solución perfecta. Y de esta vida de sufrimientos y fracasos, no conservaremos ni siquiera un recuerdo. Si por el contrario, crees en la nada, un sentimiento de alivio puede embargarte: ¿Por qué temer lo que no existe? Estas dos actitudes, la esperanza de una vida eterna o bien, la espera desengañada del fin de la existencia, subsisten en nuestros días, opuestos pero inseparables.

Este enfoque del tiempo lineal irreversible, nos dice J. Delumeau, ha generado en nosotros pensamientos, una filosofía y una manera de ver el mundo falsa.

La vida tiende naturalmente a perfeccionarse, nos dice Robert Greene y, la formación de ideales está sometida a un determinismo, que por ser complejo no es menos absoluto. Sin embargo, no son obra de una libertad que escapa a las leyes de todo lo universal, ni productos de una razón pura que nadie conoce. La imaginación es madre de toda originalidad y, deformando lo real hacia su perfección, ella crea los ideales y les da impulso, con un ilusorio sentimiento de la libertad. En todo ideal, sea cual fuere el orden a cuyo perfeccionamiento tienda, hay un principio de Síntesis y Continuidad.

La imaginación despoja a la realidad de todo lo malo y la adorna con todo lo bueno, depurando la experiencia, cristalizándola en los moldes de perfección más puros que concibe. Todo ideal es una fe en la posibilidad misma y de la que tiende a realizarse, no depende de su verdad efectiva, sino de la que se le atribuye.

Szasz, nos dice: ¿Ha observado usted que desde hace cuarenta años, los gobiernos occidentales, llevan a cabo una supuesta, “guerra contra la droga y no obtienen ninguna victoria? Es porque les gusta esta guerra y no desean ganarla, se contesta a sí mismo.

En los años veinte, fue una guerra contra los traficantes del alcohol. Hoy, apunta a los traficantes de drogas. Con los mismos argumentos, las mismas armas, los mismos buenos y los mismos malos. Y la misma ineficacia. Esta guerra inútil contra la droga sólo podría terminar con la legalización de la droga, del mismo modo que la lucha contra el alcohol se acabó, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial. Pero estamos demasiado apegados a nuestra pequeña guerra para suspenderla. Presenta además, una gran ventaja moral: Nos permite creer que el drogado no es responsable de sus actos y que también es un enfermo mental. No queremos reconocer que el drogado, ha elegido libremente drogarse, es decir destruirse.

El hecho de drogarse, dice Szasz, no es una enfermedad involuntaria, es una manera totalmente deliberada de afrontar la dificultad de vivir, la enfermedad de vivir. Pero como no sabemos curar la enfermedad de vivir, preferimos “tratar” al drogadicto, y no a los candidatos al suicidio.

Eduardo Punset, nos dice que en la guerra de Vietnam, un alto porcentaje de soldados se hicieron adictos a la heroína. La realidad demostró que la mayoría, abandonaron su adicción fácilmente al cambiar su entorno. Su dependencia estaba condicionada por el contexto del entorno y al cambiar el escenario, desapareció su adicción.

Las personas causan su ruina no por los errores que cometen, sino por la forma en que enfrentan sus problemas y donde, el error no desaparece con una disculpa, se ahonda y agrava más. Para Machiavelli, Los hombres son tan simples de mente y están tan dominados por sus necesidades inmediatas, que un embustero siempre hallará a muchos dispuestos a ser engañados.

La expectativa de algo importante y transformador y la absoluta ambigüedad con palabras que siempre pueden ser confusas y engañosas. Bien lograda la combinación de promesas ambiguas, conceptos oscuros pero tentadores y ardiente entusiasmo, tentarán el alma de los demás y se formará un grupo alrededor de ti, nos dice Greene. Conviene al charlatán que los individuos predispuestos a la credulidad se multipliquen y crecieran en enormes proporciones, para garantizar el alcance cada vez mayor de sus triunfos.

El ser humano, por su parte, sigue siendo igual a sí mismo; tan decepcionante y maravilloso como siempre ha sido. Tenemos un sentimiento de desengaño porque notamos muy bien que no hemos cambiado y, una cierta esperanza porque comprobamos que la sociedad funciona, a pesar de que cada cual puede tener al respecto su propia opinión.

Frank Schirmacher, nos dice: Nos hemos vuelto sumamente simples, pero no nos damos cuenta. Cada persona piensa exclusivamente en sí misma y en su propio provecho. Entre los humanos, las trampas se camuflan presentándolas como Leyes de la Naturaleza, afirmando de que “El ser humano es Egoísta” y lo es desde los genes hasta la moral.

Según Marguerite Duras: El saber entraña necesariamente la ignorancia, donde el saber es lo que hemos aprendido en la escuela y es el conocimiento lo que aprendemos por nuestra cuenta. Si se parte del supuesto de que cada persona busca su propio provecho, entonces es posible predecir matemáticamente su comportamiento. Donde la verdad es aquello en lo que creemos.

En su libro “1984”, George Orwell describe un mundo en que las “Telepantallas” adoctrinan y controlan a la gente. No pasaron muchos años de la publicación de su libro, cuando surgió la sospecha de que no sólo eran los militares o los sistemas totalitarios los que controlaban y reeducaban a las personas, sino el propio Mercado Comercial y Financiero el que lo hacía y de que no era por azar que lo hiciera, como asimismo que la gente se viera a la vez invadida de repente por el temor paranoide de ser manipuladas.

Packard Vance, en su libro “Las formas ocultas de propaganda”, habla de agencias de publicidad que contratan a generadores de mensajes publicitarios subliminales que impulsan a las personas a comprar como si estuvieran hipnotizadas o en trance. La histeria desencadenada, demuestra que eran cada vez más las personas que tenían la sensación de que en la vida moderna les quedaban cada vez menos posibilidades de elegir de verdad con criterios racionales y de ser instruidos para un comportamiento de consumismo ciego. Donde el adoctrinamiento se daba con ayuda de tecnologías que le imponen a uno las reglas del juego, donde la codicia y el miedo son estímulos suficientes para el juego de la vida.

Schirmacher nos dice que en la década de 1990, se programaron innumerables versiones del ser humano en el espacio digital. Era la época de la experimentación y el ensayo, donde uno sobrevivió a todos ellos, pensado como hipótesis del comportamiento humano, codificado con sólidos instintos de supervivencia darwinista. En realidad, fue todo mucho más sencillo, ya que lo que ahora llamamos Agente Económico, aquél que negocia para el ser humano modelado en código informático, con arreglo a las leyes de los economistas que tomaban finalmente decisiones estratégicas y decisiones económicas en los mercados de un modo creciente, como también las decisiones sociales en la vida de las personas. No tiene que ser inteligente o intuitivo, basta con que sepa calcular conforme a las reglas de la “Teoría de Juegos”. Pero en realidad sabe hacer aún más cosas: Instruye a los humanos y tiene el poder de modificar profundamente los sistemas de valores de las personas; es decir, que las empresas habían comprendido que la cualificación del ejecutivo de la nueva época, consistía en fusionarse con las máquinas que segundo a segundo regateaban en provecho propio.

Nadie se salva y nadie escapa hoy de estos “Agentes Económicos” y nadie se salva de su influjo o influencia. Michel Callon nos dice: Para predecir el comportamiento de los agentes económicos en la teoría económica, no hace falta que todo en él sea verdadero, sino que todos lo crean. Hace ya tiempo que hemos entrado en la era de las “Profecías Auto cumplidas”.

Esta es la historia de una gran manipulación, que a lo largo de 60 años ha desarrollado un modelo teórico del ser humano egoísta, individualista y egocéntrico. Una gran trampa que nos conduce hacia un colapso inevitable. Es hora de pensar en una salida, nos dice Schirmacher, pensar en nuevos modelos altruistas y de colaboración, que no conviertan cada uno de los aspectos de nuestra vida cotidiana en una nueva ecuación matemática.

La implantación de este “nuevo egoísmo” ha ido adquiriendo carácter normativo y ha sellado la victoria de la teoría de la elección racional. Pero: ¿Cómo se puede permanecer en una sociedad que supone que cada persona es razonable cuando actúa en provecho propio, sin sufrir ningún daño mental?

El mayor insulto, que nos propalan los manipuladores, es el derecho de penetrar a la integridad de nuestro espíritu, sea racional o irracional y, lo que tenemos que defender. Donde un sistema totalmente automático contesta por nosotros a la pregunta de: ¿Qué es lo racional y qué no lo es?

De que hay gobiernos y Estados enteros, que intentan desesperadamente influir en las decisiones y deducciones financieras de gran número de programas informáticos y, de un modo que ni entendemos ni deseamos, pero que además se dedican permanentemente a cribar los pensamientos de poblaciones enteras para sacar provecho de las decisiones y deducciones de los gobiernos.

¿En que escritos actuales muy cotizados en la política, se reclama una nueva razón de Estado, en la que se establece un nexo entre la necesidad de tecnologías que predigan los comportamientos, drogas de la verdad y prácticas de tortura? Y según Vance Packard, nos dice que esto no es más que el comienzo.

No podemos asegurar si el mundo se nos presenta como carente de sentido, porque nos aburrimos o si nos aburrimos, porque el mundo no tiene sentido, pues el aburrimiento y la falta de sentido tienen y guardan una estrecha relación, nos dice Lars Svendsen, que se pregunta: ¿Acaso hay algo que trastorne nuestra existencia con mayor intensidad que el aburrimiento?

Para Svendsen, el aburrimiento es algo sin nombre, sin forma y sin objeto, que acoge un sin número de sensaciones y estados de ánimo que se resisten al análisis, abarcando demasiados aspectos vitales como para dejarse simplificar y, que no sólo es un estado interior, sino también una característica del mundo que nos rodea.

El aburrimiento profundo, entre otras cosas, está desde el punto de vista fenomenológico, emparentado con un insomnio en el que el “yo” pierde su identidad en la oscuridad, prisionero de una nada en apariencia infinita: “Existen sensaciones que ocupan toda la extensión del espíritu que no nos dejan claramente ser nosotros mismos”, agrega Fernando Pessoa.

Bertrand Russell, considera que no se ha prestado al “tedio” la importancia que tiene en el “comportamiento humano”, mientras que para Dostoyevski, todo tuvo su origen en el aburrimiento”. Georg Bücher, exclama: ¡Qué no es capaz de hacerse por puro aburrimiento! Estudian por aburrimiento, rezan por aburrimiento, aman, se casan y procrean por puro aburrimiento. De Stendhal, sabemos su pensamiento cuando nos dice: “El hastío lo mata todo, hasta el valor de matarse”, es el origen de buena parte de las acciones humanas, tanto de índole positivo como negativo.

El tedio, es sin duda una de las grandes cuestiones filosóficas. Podemos estar inmersos en actividades que consideramos atractivas, sin embargo podemos tener también la impresión de que todo carece de sentido o incluso de que no existe “sentido alguno” y, de que un gran vacío nos engulle hasta lo más profundo de nuestro ser, nos dice Svendsen.

Para Kierkegaard, “el aburrimiento es la fuente de todos los males” y para Robert Nisbet, el aburrimiento no es sólo el origen de muchos males sino también el final de muchos males, ya que terminan por ser demasiado absurdos y suelen asociarlos con los vicios, promiscuidad, vandalismo y actitudes agresivas, comportando graves consecuencias para la sociedad, considerándose como el peor de los pecados y el origen de todos los demás pecados.

Lo malo de que nunca suceda nada interesante en tu vida es que cuando sucede algo interesante, te arrepientes de que haya sucedido porque careces de experiencia para actuar ante las cosas interesantes, lo cual conduce de manera irreversible a que muy raramente vuelva a sucederte nada interesante. Los pesimistas hacen la vida más triste, pero no te contagiarán si tú no lo consientes. El continuo entendimiento de sí mismo y de la naturaleza, así como sus avances en diferentes ámbitos, llevaron al ser humano a inventar su propio futuro.

Actualmente damos más importancia al hecho de que algo sea “interesante” que al hecho de que tenga algún “valor”; lo interesante es aquello que tan sólo un momento después se convierte para nosotros en indiferente y tedioso. Para Benjamin Walter: “La experiencia ya no se cotiza” que guarda relación con una nueva forma de comunicación propia del capitalismo. La “Información”, que exige la verificación inmediata y que sea “Comprensible en sí y por sí misma”, por lo que ya no llega a nosotros ningún acontecimiento que no esté de antemano impregnado de interpretaciones.

En tanto que la experiencia otorga un sentido personal, éste se ve minado por la información. T. S. Eliot se pregunta: ¿Dónde está la vida que perdimos viviendo? ¿Dónde está la sabiduría que perdimos en el conocimiento? ¿Dónde está el conocimiento que perdimos en la información?

Fue el fenómeno clásico que afectaba por lo general al clero y a la nobleza, pero en la actualidad afecta prácticamente a todas las personas, formando parte integrante de la misma naturaleza humana. Sin embargo, para Aristóteles pretender discutir el postulado mismo de esta naturaleza, tiende a eliminar cualquier intento de discusión ya que por lo general, prestamos nuestra atención sólo a aquello que es susceptible de transformación y, la existencia de una naturaleza implica afirmar que ésta no puede ser cambiada.

Aquello que caracteriza a un problema filosófico, es una especie de falta de orientación y el hecho de que el tedio no constituya un tema filosófico de relieve, debería ser motivo de preocupación ya que una filosofía que rehúsa investigar las cuestiones del sentido de la vida, apenas merece alguna atención; pero no debería quedar excluida de la preocupación de la filosofía en general. La “miseria” que nos lleva a la reflexión filosófica, nos dice Heidegger, es como una suerte de desconocer el “principio y el fin” de algo o, una especie de falta de orientación.

El tedio incluye siempre un elemento crítico, en la medida en que es expresión de una profunda insatisfacción, bien ante una situación dada, bien ante la existencia como un “Todo” y, el hecho de que se dé un incremento en los índices de tedio, significa una deficiencia grave en la sociedad o en la cultura, como instituciones portadoras de sentido y como un Todo.

Si partimos de la premisa de que Dios es bueno, entonces se nos hace creer que nosotros somos los culpables, aunque no sepamos de qué. El cristiano que sufre, tiende a pensar que esto es una prueba de que está más cerca de Dios que aquéllos que sufren menos, nos refiere Svendsen.

Hans-Georg Gadamer nos pregunta: ¿Qué es lo que pasa, en realidad, cuando pasa el tiempo y, no es el tiempo, que pasa en cualquier caso? Sin embargo: ¿No es el tiempo en sí, en su vacía durabilidad el que, en tanto que durabilidad, resulta demasiado largo y se experimenta como tedio insufrible?

Kierkegaard lo describe así al decir: Aquí me encuentro tendido, inactivo y lo único que veo es vacío, lo único de lo que vivo es de vacío y lo único en lo que me muevo es el vacío, ya que ni siquiera soy capaz de experimentar sufrimiento. De modo que el tedio es cruel y cruelmente aburrido. Donde todas las facultades, están en reposo y se es incapaz de ver alternativa alguna. Podríamos decir que es un período de tiempo prolongado, sin caracterización alguna de la experiencia del tiempo.

Decir que la vida es problemática, significa que tu vida no se ajusta a la forma de la vida que conoces. Para Kundera, el deber de vivir la vida, nos conduce inexorablemente al tedio.

Analistas han llegado a la conclusión de que “La cultura ha desaparecido” y ha sido sustituida por la “Civilización” y el hecho de que el tedio vaya en aumento, se debe a la pérdida de este sentido global. Y preguntan: ¿No son la expansión de la industria del ocio y el consumo de drogas, claros indicios de la propagación del tedio? La búsqueda incansable de diversión, indican, que no es más ni menos que nuestro temor al vacío circundante.

Describir un suceso es el comienzo de su realización y, hasta una mentira, si se expresa con fuerza y con habilidad, se volverá inevitablemente verdad; es el caso de todos los vocablos vacíos de sentido en nombre de los cuales se hacen las revoluciones, las guerras, y que son capaces de provocar pánicos, éxodos, éxtasis, alucinaciones colectivas.

Tus alegrías y tus penas, tus recuerdos y tus ambiciones, tu identidad y tu libre albedrío, no son sino el comportamiento de un vasto conglomerado de células nerviosas, nos dice Francis Crick. Y para Jean Piaget: “Jamás llegaremos a saber cómo es que dos más dos suman cuatro.”

La indolencia, es enemiga del conocimiento, nos dice Giordano Bruno. El ser humano únicamente avanza ante la necesidad y su conocimiento, tanto teórico como práctico, tiene lugar siempre en un escenario de apremio, no en una de despreocupada lasitud. En el Renacimiento, el “ocio” era el estado deseable y que tenía que ocupar la mayor parte del tiempo de una persona cultivada, mientras que el “negocio” constituía una excepción pasajera, lo contrario de la forma actual de entender la relación entre trabajo y ocio.

Aristóteles consideró la necesidad de vivir una vida de contemplación, despreocupada de los asuntos mundanos y considerada como la única forma de ser plenamente hombre.

Inmersos en un sinfín de actividades, podemos tener la impresión de que todo carece de sentido e incluso de que no existe el sentido y, que un gran vacío penetra en lo más profundo de nuestro ser y nos lleva a replantearnos nuestras vidas, mostrando la incapacidad de nuestra cultura para generar sentido a nuestras vidas.

Según Vitus B. Drüscher, el hecho de ser sometidos al stress y que nos veamos sometidos a la inactividad o también de que sólo intentemos dominarlo por aspectos psíquicos, es lo que ha elevado este síndrome a la categoría de enfermedad número uno de la civilización. En cambio, en los animales con su “hormona de la acción”, la inactividad acabaría por dañarlos internamente, por lo que la transforma en energía del movimiento, con lo que el potencial energético acumulado por el stress se descarga internamente de manera natural y de ese modo se neutraliza instintivamente, en esta asombrosa y óptima forma.

En la actualidad, el hombre civilizado se ve obligado muchas veces a desahogar en sí mismo nuestros enfados y no nos atrevemos a dar rienda suelta a nuestro mal humor, cuando se nos hace una mala acción y tenemos que seguir portándonos de forma civilizada. Siendo que lo recomendable sería tomar o hacer una caminata a paso acelerado o jugando algún deporte, pero lo más importante es la de no dejar pasar mucho tiempo, mientras circulan todavía en el organismo las hormonas que el stress hizo llegar al torrente sanguíneo, como sucede instintivamente en muchos animales. La acción debe ser pronta y no esperar a que el daño ya esté causado.

Con los animales, se tienen dos formas de lidiar con el miedo y su consecuente stress: Primero, actuando como el estimulante para la huida y la otra, haciendo que su ritmo cardiaco sea más lento, logrando conseguir que el stress perjudicial no haga acto de presencia, actuando en tanto no sea del todo necesario. El hombre puede conseguir algo semejante mediante la razón, obligándose a no asustarse o preocuparse por algo amenazante, hasta que el acontecimiento no se agudiza o ha desaparecido. En experimentos con ratas se ha observado que la causa de muerte es el miedo mortal ante una situación sin posible salida. La esperanza de una ayuda, debilita de manera notable los efectos destructores del stress.

Para Slavoj Zizek, aunque parezca increíble, el trabajo es agradable porque quizás inconscientemente satisface la necesidad de mantener a raya el desorden de la vida. La carpeta ordenada en un archivo, da sentido a la información manejada que de otra forma sería desinformación, caos y desorden. El trabajo no debe ser simplemente un asunto de ganarse la vida y que además, no sea humillante, en tanto sí proporcionar un sentido de identidad y determinación, donde trabajar es encontrar un objetivo dentro de un marco social y moral, según Thomas Carlyle.

Tener un trabajo es tener un objetivo en la vida, que desde lo más profundo de tu corazón, se despierta a la nobleza, el conocimiento, el autoconocimiento y muchas cosas más. Para los griegos, los ciudadanos no deberían llevar una vida de obreros ni de mercaderes, porque tal género de vida carece de nobleza y es contrario a la virtud. Tampoco deben ser labradores, decía Aristóteles, porque tanto para que se origine la virtud como para las actividades políticas, es indispensable el ocio.

Para muchos, su trabajo no tiene sentido y se ha convertido en un paliativo para la infelicidad o el aburrimiento. Para Lutero, un cuerpo inactivo estaba demasiado expuesto al vicio y según Morrisey, “El diablo encontrará trabajo para las manos ociosas, que le llevan a robar y mentir”. La ética del trabajo según Lutero, completa la transformación de las personas convirtiéndolos en una virtud pública, porque mejora al individuo y contribuye a la sociedad. Según John Locke, al igual que el trabajo transforma la tierra en algo utilizable, así transforma lo que no vale nada en algo valioso.

Trabajar es tener un estatus, donde el desempleo es un estigma social y el prestigio se le da a un trabajo bien remunerado. A nivel individual, el problema es que exige mucho tiempo de las personas, las que no sólo están preocupadas por el trabajo sino que éste llega a moldear incluso su carácter. El trabajo no es sólo hacer las cosas, ya que determina el tipo de persona en la que se convierte. Un buen trabajo es aquel que forma al individuo en cuerpo y alma decía, San Benito. El mal trabajo, cómo el de la fábrica donde se explota a los trabajadores, deshumaniza y esclaviza. El trabajo bien hecho cultiva los aspectos positivos del individuo. Dentro de las limitaciones, debemos elegir bien un trabajo ya que en esta decisión, no sólo entra en juego la paga sino la medida en que el trabajo cultiva el carácter y le da sentido a la vida.

Según Aristóteles, la vida sin amistad no es vida, dándose una relación estrecha entre amistad y una sociedad sana, donde no hay nada más fundamental para el bienestar de la sociedad que la ausencia de enemigos y, nada es más temible que una sociedad en un conflicto civil. La amistad debería ser una verdad exigida a los que gobiernan. Las llamadas amistades políticas se suelen traicionar con consecuencias desastrosas y una doctrina que hace de la amistad un asunto de conveniencia, no se basa en el optimismo de las aspiraciones compartidas, sino en el cinismo de los enemigos comunes. Una amistad laboral de muchos años se esfumará cuando uno de los amigos cambia de trabajo, nos dice Mark Vernon.

En las universidades, la competitividad es un obstáculo para las discusiones libres, que dejan poco espacio para el deseo de entenderse en el amplio sentido de las cosas, como tampoco existe un libre intercambio de ideas, ni camaradería, algo fundamental para la comprensión de este tipo de situaciones.

No puedes encontrarte a ti mismo sin amistad, un eco de todo esto es cuando alguien disfruta con el triunfo de su amigo, alegrándose no sólo por el amigo, sino que reciben un nuevo impulso a su propio sentido del yo. Los peores enemigos a menudo fueron buenos amigos, pero con una actitud más positiva, Aristóteles pensaba que un buen amigo es una de las grandes bendiciones de la vida y que hay que venerar la amistad incluso cuando se pierde. En cierto sentido, la amistad se debería de enseñar, porque se pueden ofrecer muchos consejos y cualquier tipo de amistad mejoraría, los mejores tipos de amistad se reconocerían y valorarían más.

Los seres son herederos de sus actos. Y, es el acto quien reparte a los seres, nos dice Buda. Se vive de esperanzas. El pasado no existe y no cuenta, salvo para alimentar remordimientos o lamentaciones. El presente no es nada. No tiene realidad, puesto que no tiene duración; se desvanece tan pronto como nace. Solamente el porvenir es importante, porque retrocede a medida que avanzamos hacia él, porque no lo alcanzamos jamás y ofrece al deseo la escalada indefinida de la esperanza. La esperanza es el alimento indispensable. El hombre que está privado de ella, se debilita y muere, nos dice Lafforest.

Nadie tiene el derecho de turbar el orden público con el espectáculo de sus desgracias ni con sus lamentaciones. Quién se siente traicionado, no tiene más que desaparecer o alejarse del mundo al que no se adapta. En la sociedad del mañana, la felicidad para cada individuo no será solamente un derecho sino también un deber, pues la desgracia de uno solo, bastaría para perturbar el orden general.

La felicidad reside en cumplir con el propio destino, aún de aquél que no ha encontrado su vaga verdad y lo hace desdichado, que en todos los casos eso es la Felicidad, porque se trata del cumplimiento de su destino.

La felicidad consiste en vivir en armonía con uno mismo, pero a la vez, no se puede tirar de la vida sin un gran amor en el corazón. No hay felicidad sin amor y no hay amor sin renuncias, nos dice Lafforest.

Sólo existen dos cosas en el mundo: El miedo y el Amor. Del primero, emergen todos los males posibles; del segundo, todos los bienes posibles de imaginar. Para Marx, no es la conciencia de los hombres la que determina la realidad; por el contrario, la realidad social es la que determina su conciencia. Donde todos deben tener las mismas oportunidades para desarrollar sus capacidades. El hombre no debe quedar satisfecho con la indolencia benévola, tampoco suponerse amigo de la humanidad tan solo porque en el fondo de su corazón desea la prosperidad del mundo. Siempre se deben elegir las acciones que produzcan mayores beneficios para el mayor número de personas. Los derechos humanos no son privilegios de minorias.

En nuestra sociedad, el conocimiento está sumamente parcealizado, compartimentalizado aún parcializado por los expertos en diversas ciencias; así se llamen naturales o sociales, duras o suaves y, no discuten con estudiosos de otras disciplinas sus propias visiones sobre este amplio tema, sino que lo aborden entre sus pares y entre sus colegas en una muy precisa forma del saber.

Gerado Herrera, nos dice que en su reporte anual, la National Climate Assesment (NCA) nos alerta sobre la considerable celeridad con que Groenlandia se deshiela actualmente. El gráfico tomado del reporte es un ejemplo típico del engaño a través del uso de números crudos sin contexto de proporción. Aunque la información más útil e ilustrativa sería en términos de porcentaje que representa la pérdida de hielo en Groenlandia, eso no contaría con el dramatismo necesario para despertar conciencias. Por eso se nos muestra la pérdida de hielo en miles de millones de toneladas por año… y se puede estimar de manera razonable que Groenlandia está perdiendo 0.1% de hielo por década, es decir, 0.01% al año. Esto significa que en un siglo, habrá perdido 1% del hielo. Para la Antártida la razón de deshielo es de 0.0045% por año, lo cual significa que en 2 mil 200 años habrá perdido el 1% del hielo total. Por supuesto que visto así no resulta dramático ni difícilmente moverá ni conmoverá a los donantes ecológicos para que depositen en la cuenta de los activistas del ambiente. Recurrir a cantidades gigantescas evitando las proporciones, es una de las modalidades clásicas del engaño.

Steven M. Druker, nos dice: Los proponentes de los cultivos transgénicos han estado subvertiendo a la ciencia, a la vez que dicen actuar en su nombre. Al contrario de lo que se difunde, la aventura de alterar el ADN de nuestros cultivos alimenticios, mediante las técnicas de la llamada Ingeniería Genética, no ha estado sustentada en la ciencia, más bien, la ha deshonrado … Han ignorado y hasta ocultado o destruido evidencias científicas. También han violado esas infracciones mediante el engaño … la aventura de los alimentos modificados por la ingeniería transgénica ha dependido de manera crucial de esos engaños y no habría sobrevivido sin ellos … Druker revela que los engaños clave provinieron del gobierno de los Estados Unidos, que ha promovido los cultivos transgénicos de empresas de semillas y ha impulsado su negocio en los mercados internacionales … Una de las mayores ficciones es de que hay consenso entre los expertos científicos, sobre la sobre la inocuidad de los transgénicos ... Y las organizaciones que proclaman la inocuidad de los transgénicos se apoyan básicamente en el engaño … sus publicaciones también han engañado sobre los resultados de su investigación. Proclaman que no ha habido evidencias de daño ligado a algún cultivo transgénico comprobado, a pesar de varios estudios publicados en revistas arbitradas que mostraban lo contrario. Druker en su libro “Genes Alterados, Verdad Adulterada”, da muchos ejemplos de este tipo de conductas inaceptables de importantes revistas y sociedades científicas que han intentado ocultar o minimizar los posibles impactos negativos de los cultivos transgénicos.

Ayn Rand, nos dice: Cuando adviertas que para producir necesitas obtener autorización de quiénes no producen nada; cuando compruebes que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias, más que por el trabajo y que las leyes no te protegen contra ellos, si no por el contrario, son ellos los que están protegidos contra ti; cuando te des cuenta de que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrás afirmar sin temor a equivocarte, que tu sociedad está condenada.

OBSERVACIONES Y CONCLUSIONES

No es el tedio la enfermedad del aburrimiento, de no tener nada que hacer, sino la enfermedad más grave es sentir que no vale la pena hacer nada. Y siendo así, cuanto más tengamos que hacer, más tedio sentiremos. Milan Kundera nos dice: Creo que el grado de aburrimiento, si pudiera medirse, es hoy más elevado que antes.

Las profesiones de antes eran impensables sin una apasionada entrega, donde el sentido de la vida no era una interrogante y formaba parte de las mismas actividades, de un modo muy natural. Esta indiferencia hacia nuestro trabajo ha pasado a ser la gran pasión colectiva de nuestro tiempo. El trabajo no forma ya parte de ningún contexto capaz de dotarlo de sentido. El tedio incita a una inclinación por la transgresión, nos dice Charles Baundelaire, identificándolo con perversiones y con lo nuevo.

El mundo resulta tedioso cuando todo es transparente y es de ahí que necesitamos el riesgo, la conmoción y sustituímos lo no transparente por lo extremo, siendo el motivo por el que tanto nos preocupamos de la delincuencia y la violencia ciega de la que la prensa amarillista nos administra nuestra dosis diaria. ¡Cuán aburrida sería la vida sin violencia! nos dice Walter Benjamin.

Para Robert Nisbet, el tedio puede convertirse en catástrofe. Podría convertirse en catástrofe, convertirse en la mayor fuente de infelicidad del hombre.

Georges Bernanos nos augura que el tedio se convertirá en una de las causas más evidentes del declive de la humanidad, pues si la humanidad se destruye, será por el hastío, por el tedio.

Para Joseph Bradsky, lo que el tedio sí ofrece, es una suerte de perspectiva sobre la existencia, en la que tomamos conciencia de la propia insignificancia, en un contexto desmesurado. El tedio sabrá transmitirte las más valiosa de las enseñanzas de tu vida, a saber, la de tu absoluta insignificancia.

Nos vemos rodeados de una infinidad de tiempo carente de contenido. La experiencia se transforma de tal suerte, que pasado y futuro desaparecen, confundidos en un presente inmisericorde.

Donald Walsh, nos dice que el 98% de la humanidad pasa el 98% de su tiempo haciendo cosas que no importan, ya que no han descubierto aún qué es lo verdaderamente importante; no han priorizado lo que es vital para sus vidas o no saben cómo vivir.

No hay que resignarse nunca a ser un quejoso, al contrario, hay que tomar la resolución de trabajar para vencer los obstáculos que hacen abortar los proyectos mejor preparados. Y levantar esa tapa de plomo que pesa tan a menudo sobre las veleidades de expansión de la personalidad, del gozo de vivir y del concretar objetivos.

No basta resignarse, no basta sufrir. Por duro que golpee la suerte, no hay que manifestar ni amargura, ni rencor, ni desaliento y considerar el pensamiento positivo, el aspecto bueno y no las consecuencias desagradables de los acontecimientos que se viven.

Los hombres de avanzada, se consideran que son aquéllos que utilizan la libertad mental en su conjunto revolucionario, que quebrantan las normas anteriores de su disciplina y son, podemos decir “Constructores de Nuevos Sistemas”. Para Karl Popper, “Los grandes progresos sólo tienen lugar cuando confluyen las disciplinas”. Pero la ausencia de comunicación entre éstas, conduce a aberraciones.

Bajo el pretexto de ser “incomprensible”, se enseña la ciencia de anteayer, aunque ésta ya se haya demostrado “Falsa”, por lo que continuamos con la visión mecanicista del mundo.

Opinar o teorizar acerca de un tema, está muy bien, pero cuando la pose moral se ve sustituida por una valoración sincera, con frecuencia el resultado es una revelación nueva y sorprendente. Se podría pensar que la moral representa el modo en que a las personas les gustaría que funcionase el mundo, mientras que la economía representa cómo funciona éste en realidad.

Levit y Dubner, desde una visión del mundo muy particular y basada en varias ideas fundamentales, observan que: Saber qué evaluar y cómo hacerlo vuelve el mundo mucho menos complicado. Si aprendemos a observar los datos de un modo correcto, se estará en condiciones de explicar misterios que de otra forma habrían parecido insondables. Los incentivos, cuentan con un poder sorprendente para cambiar una situación. Es un medio de exhortar a alguien a hacer más algo bueno y menos algo malo, pero éstos no se dan de una forma natural. Alguien tiene que inventarlos.

La sabiduría convencional a menudo se equivoca y a menudo se halla mal fundamentada, que resulta muy difícil de comprender. Y los efectos drásticos frecuentemente tienen causas lejanas, incluso sutiles. La respuesta a un enigma no siempre está delante de nosotros. Nadie puede ocupar tu lugar. Cada uno de nosotros teje una hebra en la tela de la creación y nadie puede tejer esa hebra por nosotros, según Duane Elgin. Si reabrieses las puertas de tu percepción, cada cosa aparecería al hombre como es: infinita.

Los incentivos constituyen la piedra angular de la vida moderna y comprenderlos, es la clave para resolver prácticamente cualquier misterio, desde el crimen violento hasta las trampas hechas en muchas situaciones.

Einstein nos dice: Detrás de los infatigables esfuerzos del investigador acecha un impulso más extraño y misterioso: Lo que deseamos comprender es la existencia y la realidad. Y John Bell agrega que el objetivo sigue siendo el mismo: La Comprensión del Mundo.

Para encontrar la felicidad en este mundo, Luis Aliaga nos da dos consejos: El primero, de que nunca te preocupes por cosas insignificantes y el segundo, de que todas las cosas son insignificantes.

El hecho de que vivamos en una “cadena evolutiva”, implica la posibilidad de que el ser humano salte al estadio siguiente y adquiera conciencia de una nueva realidad a la que no tenemos acceso en nuestro estado habitual. O lo que es peor, aceptando unas razones que llevan en sí mismas el germen de su irracionalidad y de su intención decididamente manipuladora. Tales fuerzas aprovechan a su modo la “radical ignorancia” del ser humano, para someterle a reglas y leyes que únicamente conducen al mantenimiento y a la irreversibilidad de su status secular de dependencia.

Las sociedades mejoran cuando mejoran sus leyes, pero Kant dice que son los filósofos quiénes deben proponerlas. La “Humanitas” era en Roma, un ideal de ser humano con un ideal de valores: era la cultura y la educación del hombre libre, que llevaba a desarrollar todo aquello que humaniza al ser humano y que incluye un ideal de ciudadano, que vive en una sociedad; “Humanitas”, era el ideal para la formación del ser humano en una sociedad libre y, cuando Roma perdió de vista la humanitas, comenzó el declive de su sociedad.

No se trata, nos dice Miguel Carmena, sólo de una cuestión económica, sino de una perversión de la sociedad, que se degrada cuando a una mayoría, les comienza a parecer indiferente el dolor y las necesidades de los demás y se convierten en un conjunto de individuos aislados, donde reina la desconfianza mutua.

Gobernar conforme a leyes, nos dice Platón y al hacerlo contra las leyes, se da tanto en la democracia como en los restantes regímenes. El gobierno ejercido por la muchedumbre, lo consideramos débil en todo aspecto e incapaz de nada grande, ni bueno, ni malo, en comparación con los demás, porque en él la autoridad está distribuida en pequeñas parcelas entre numerosos individuos. Por lo tanto, de todos los regímenes políticos que son legales, éste es el peor, pero de todos los que no observan las leyes es, por el contrario, el mejor. Y, si todos carecen de disciplina, es preferible vivir en democracia; pero si todos son ordenados, de ningún modo ha de vivir en ella, sino que de lejos será mucho vivir en el primero. A quiénes participan en todos estos regímenes políticos, excepción hecha del individuo que posee la ciencia, hay que excluirlos, dado que no son políticos, sino “sediciosos”, y por ser los más grandes imitadores y embaucadores, son los más grandes sofistas de entre los sofistas.

En la democracia, todos gozan de iguales derechos y donde cualquiera que se distinga en algún aspecto, puede acceder a los cargos públicos y se le elige más por sus méritos que por su categoría social.

Respetar la libertad, tanto en los asuntos públicos, como en las rivalidades diarias, sin enojarnos con nuestro vecino, ni exteriorizar nuestra molestia, pues ésta, aunque innocua, es ingrata de presencia. Si bien en los asuntos privados se sea indulgente, en los públicos, jamás se obra ilegalmente, sino que acatamos las leyes, las dictadas a favor de los que son víctimas de una injusticia, y las que, aunque no estén escritas, todos consideran vergonzoso infringir.







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