Blockchain, periodismo y revolución
Angel D. González
La tecnología Blockchain, o cadena de bloques, tiene que ver con mucho más que Bitcoin y Petro, hay todo un espacio de posibilidad que va mucho más allá de las criptomonedas. Las cadenas de bloques permiten ejecutar, validar y auditar transacciones entre dos o más partes en el espacio digital. Mediante este mecanismo, se pueden poner a circular bienes que puedan ser presentados como un “activo digital”. Por ejemplo, un contenido informativo. El principio de red distribuida, que es la base de la tecnología blockchain, ofrece la posibilidad de que los activos (en este caso noticias, reportajes, fotografías, videos, etc.) se compartan y sean consumidos por la audiencia a través de internet de manera inmediata y directa, en una relación casi sin mediación entre el autor y el receptor.
Los contenidos se pueden comprar y vender usando criptomonedas, lo que permite que la adquisición detallada y electiva de la información sea rápida y sin necesidad de subscripciones. Los contenidos pueden así ser valorados según su desempeño entre la audiencia: mejor desempeño implica mejor valoración y, en consecuencia, mejor reputación y ganancia para el productor, ya que ganaría una cantidad en criptodivisas por cada vez que sea consumido su contenido. No hace falta aumentar los precios de las cosas según la demanda. Además, este sistema facilita la cooperación entre reporteros para compartir contenidos desde distintas partes del mundo y amplía la experiencia de interacción entre los periodistas y los usuarios.
Esto abre un gran espacio de posibilidad y anuncia una verdadera revolución en la forma de hacer, consumir y concebir el periodismo. Los medios de comunicación tendrán que replantearse su lugar en un escenario en el que las relaciones entre productores y consumidores se dan cada vez de forma más directa, inmediata y colaborativa. Las tecnologías de comunicación digital impulsan, cada vez con más fuerza, modelos de relacionamiento basados en esquemas del tipo “red”, en los que hay una verdadera descentralización del flujo de las actividades económicas, sociales y afectivas. Los medios probablemente dejarán de ser “jerarcas” de la información, para jugar el papel de “ventanas” de comunicación entre autores y receptores. Quizás el rol que naturalmente siempre han debido desempeñar.
https://www.alainet.org/es/articulo/192293
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