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Mayo 2018

El flujo y reflujo de la correlación de fuerzas entre izquierda y derecha en A. Latina

19 abr 2018

Roberto Regalado

En América Latina, tras una acumulación de fuerza social y política iniciada en los años ochenta con la lucha de los movimientos populares contra el neoliberalismo, incrementada en los noventa con la ocupación de espacios en gobiernos locales y legislaturas nacionales, que alcanza el clímax en la década de 2000 con el ejercicio del gobierno nacional en una decena de países, desde finales de esta última, la correlación de fuerzas comienza a cambiar a favor de los sectores oligárquicos proimperialistas y, en apenas cinco años, la pérdida de capacidad de movilización popular, la falta de estrategias, medios y métodos adecuados para derrotar la desestabilización de espectro completo,1 los reveses electorales y los golpes de Estado «de nuevo tipo», llegan a tal punto que la derecha se ufana en proclamar el «fin del ciclo progresista».

¿Es este un vuelco tan imprevisible o inesperado de la situación política, que no se pudo evitar o no dio oportunidad para una preparación a tiempo que permitiese enfrentarlo en mejores condiciones? Sería imposible responder esa pregunta sin hacernos otra: ¿vuelco imprevisible o inesperado… para quién?

La involución de la situación política y económica de la región en general, y de cada país gobernado por fuerzas progresistas y de izquierda en particular, de ningún modo fue ignorada por todas y todos los dirigentes, cuadros, militantes, activistas y analistas del bloque popular. Sin embargo, los liderazgos principales y las corrientes políticas e ideológicas hegemónicas en los partidos, frentes y coaliciones progresistas y de izquierda, primero ignoraron o subestimaron el deterioro creciente de la correlación de fuerzas, que pudieron y debieron enfrentar cuando tenían mayores y mejores posibilidades de éxito, y luego quedaron impávidos ante sus consecuencias.

¿Por qué ese inmovilismo? ¿Es atribuible a la «mala intención» o incluso a una «traición»? La respuesta es no, salvo casos específicos que ciertamente pueden existir. Los liderazgos individuales y colectivos de los gobiernos, partidos, movimientos, frentes y coaliciones progresistas y de izquierda, también son productos de correlaciones de fuerzas, tanto en la sociedad en su conjunto, como dentro de ese espectro político e ideológico en particular, y en la América Latina de finales del siglo XX e inicios del XXI, la hegemonía de las fuerzas políticas multitendencias características de la etapa, la ejercen el «progresismo», proveniente de sectores democráticos de los partidos tradicionales, y lo que podríamos llamar la «nueva socialdemocracia latinoamericana».2 Ambas corrientes comparten:

[...] la maniquea concepción de la democracia burguesa como sistema político supuestamente imparcial e incluyente, que en América Latina solo funcionó con relativa estabilidad en Uruguay y Chile, y solo lo hizo mientras el imperialismo y las oligarquías de esos dos países no identificaron a la izquierda como una amenaza al sistema, pero tan pronto la percibieron como tal, en ambos implantaron férreas dictaduras.

[...]

De ahí parte la sorpresa e incomprensión que incluso hoy, después de haber sido expulsadas del gobierno o estar en riesgo de serlo —sin haberlo visto venir, ni saber, a ciencia cierta, cómo evitarlo y revertirlo—, y de haber sido criminalizadas y judicializadas, o de estar a punto se serlo, siguen manifestando [...], y también de ahí que la mayor parte de los análisis y reflexiones publicados al respecto, se limiten a denunciar las manipulaciones, transgresiones y violaciones que la derecha hace contra los gobiernos y las fuerzas progresistas y de izquierda, y poco o nada se mencionen las deficiencias y errores de estas últimas que contribuyeron torcer la correlación regional de fuerzas en su contra.3

Aunque el predominio de lo que, en genérico, categorizamos en este ensayo como progresismo y nueva socialdemocracia, se aprecia con mayor nitidez en los partidos, organizaciones, frentes y coaliciones políticas «multitendencias» que ejercieron o aún ejercen el gobierno en Argentina, Brasil y Uruguay, su influencia «está presente, en mayor o menor medida, en toda fuerza progresista y de izquierda que ejerce o ha ejercido el gobierno, aunque su liderazgo principal y su rumbo estratégico se orienten a la transformación social revolucionaria, pues son fuerzas plurales que incluyen a dirigentes, cuadros, militantes y corrientes internas partidarias del progresismo y/o de la nueva socialdemocracia».4

En el debate sobre los cambios ocurridos en las condiciones y características de las luchas populares en América Latina, de los que se deriva el flujo y reflujo en la acumulación de las fuerzas políticas progresistas y de izquierda objeto de análisis, por primera vez incursioné en 2006, con la publicación del libro América Latina entre siglos: dominación, crisis, luchas populares y alternativas políticas de la izquierda,5 y al debate sobre las posibilidades de éxito, fracaso o derrota de las experiencias de reforma progresista o transformación revolucionaria me incorporé en 2012, con la publicación de La izquierda latinoamericana en el gobierno: ¿alternativa o reciclaje?6 En las «Palabras del autor» de esta obra, se plantea:

[...] tenemos que preguntarnos cuáles son las probabilidades de que los gobiernos integrados por fuerzas políticas y social?políticas de izquierda y progresistas —algunos de los cuales se encuentran en su tercer período consecutivo y otros en su segundo— están enrumbados hacia la edificación de sociedades «alternativas», y cuáles son las probabilidades de que se conviertan en un paréntesis que, en definitiva, contribuya al reciclaje de la dominación del capital. En este texto se parte de la premisa que ambas posibilidades están abiertas [...].

A esos libros me remito porque contienen los fundamentos analíticos y reflexivos en los que me baso para abordar la situación actual de los gobiernos y las fuerzas políticas progresistas y de izquierda.

Pocesos determinantes en la situación política de América Latina

¿Cuáles son los procesos determinantes en los cambios ocurridos en la situación de América Latina a partir de la década de 1970, de los cuales se derivan, tanto la mutación ocurrida en las condiciones y características de las luchas populares, como las posibilidades y límites de los procesos de reforma social o transformación revolucionaria desarrollados por los gobiernos progresistas y de izquierda, cuyo apogeo se produjo entre 1999 y 2009?

Son cuatro procesos escalonados y con efectos acumulativos:

Factores que fundamentan la elección de gobiernos progresistas y de izquierda en América Latina, a contracorriente del nuevo orden mundial

¿Cómo se explica que, a contracorriente del derrumbe del campo socialista y la imposición del llamado nuevo orden mundial, a raíz de los cuales cabía esperar un prolongado retroceso de las luchas populares en todo el mundo, en América Latina se abriera una etapa de luchas caracterizada por el aumento de la organización y la combatividad de los movimientos populares, y por la conquista de espacios institucionales dentro del sistema político democrático burgués, que por primera vez impera en todo el continente, incluido el ejercicio del poder ejecutivo del Estado?

Se explica por la combinación de cinco factores:

No era la primera vez que, convencido de tener garantizado el control de una subregión o de la región en su conjunto, el imperialismo norteamericano impuso pactos de «defensa de la democracia» y sanción a las interrupciones del orden constitucional. Así hizo en Centroamérica en la década de 1920 como medio de disuasión a las constantes guerras entre conservadores y liberales, pero la gesta antiimperialista del general Sandino en Nicaragua y la insurrección indígena campesina y popular de enero de 1932 en el Salvador, aplastada con métodos genocidas por el dictador Maximiliano Hernández Martínez, lo llevaron a desistir de ese empeño. Así ocurrió también tras el triunfo de la Revolución Cubana, cuando el presidente John F. Kennedy decidió aislarla y estigmatizarla rodeándola de «democracias representativas», y terminó derrocando gobiernos constitucionales que no se plegaban al bloqueo contra Cuba, y apoyando a dictaduras militares que sí lo hacían. Todo ello ratifica que el imperialismo no tiene principios, sino intereses. Con claridad lo expresó el sucesor de Kennedy, Lyndon B. Johnson, cuando, al apoyar el golpe de Estado contra Joao Goulart en Brasil, en 1964, proclamó la doctrina que lleva su nombre: Los Estados Unidos prefieren tener a aliados seguros, que vecinos democráticos. A la aplicación de la Doctrina Johnson regresa el imperialismo norteamericano para borrar del mapa a los gobiernos progresistas y de izquierda, no mediante los golpes de Estado tradicionales, sino mediante la desestabilización de espectro completo y los golpes de Estado «de nuevo tipo».

Periodización del flujo y reflujo de la correlación de fuerzas en América Latina a partir de finales de la década de 1980

¿Cuáles son las etapas por las que atraviesa la situación política de América Latina desde finales de la década de 1980 hasta la actualidad?

En estas tres décadas, la situación política de América Latina atraviesa por cinco etapas, en cada una de las cuales está regida por un proceso predominante:

¿Son todos los gobiernos progresistas y de izquierda idénticos o siquiera semejantes?

Si bien hay elementos generales a partir de los cuales se abrió en América Latina una tendencia sin precedentes favorable a la elección de gobiernos progresistas y de izquierda, en cada país impera una situación política específica. De los diecisiete países de lengua española o portuguesa del subcontinente, de acuerdo al criterio de este autor, no ha habido gobiernos progresistas o de izquierda en siete (México, Guatemala, Costa Rica, Panamá, Colombia, Perú y Chile), y en los otros diez, en los cuales sí hay o hubo gobiernos de ese espectro político, en sentido general, es posible hacer cuatro agrupamientos sobre la base de similitudes y diferencias:



http://www.contextolatinoamericano.com/site/news/el-flujo-y-reflujo-de-la-correlacion-de-fuerzas-entre-izquierda-y-derecha-en-a-latina







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