(Home page)
Mayo 2018

LA TRAMA Y EL DRAMA DE LA VIDA

Walter Ritter Ortiz

Sección de Bioclimatología, Centro de Ciencias de la Atmósfera, UNAM. Circuito Exterior s/n, Ciudad Universitaria, Deleg. Coyoacan, México, D. F. email: walter_ritter@hotmail.com

INTRODUCCIÓN

El hombre, frente a la creación entera, siente que forma parte de todo aquello e incluso que él y el mundo son una sola cosa; mires donde mires encuentras pruebas indiscutibles de que eres un participante esencial en los procesos de la creación. La evidencia disponible no aboga en favor de un azar caótico, sino al contrario, de una delicada estructuración basada en las leyes universales que rigen desde el Big Bang.

Somos parte de un continuo a través del tiempo y espacio, donde la inventiva de la naturaleza se observa en la diversidad, variedad, abundancia y complejidad de los ecosistemas y, a medida que cada organismo se adapta a su econicho, su tolerancia a dichas condiciones forma parte de su carácter, tan distintivo como la forma de su cuerpo, olor y color.

El hombre se siente un hijo de la naturaleza y en su relación experimenta un sentimiento de pertenencia y de subordinación, viéndose reflejado en la naturaleza y a la naturaleza en él. Un hombre sabio no considera los fenómenos naturales como extraños, sino que con plena naturalidad les encuentra vida y sentido. ¿De dónde surge todo este orden y belleza que vemos en el mundo? Un hombre así es fundamentalmente vitalista: Platón y Aristóteles y los hombres del Renacimiento, eran vitalistas y consideraban el universo como un sistema armonioso regulado según leyes y fines. Según Von Monakov, el hombre es un hijo de la naturaleza que no abandona jamás el seno de su madre.

De todos los mundos posibles, podríamos decir que no es éste el de menos armonía. Un mundo así es inteligible, sin embargo, en la naturaleza no todo es posible. Los sucesos del mundo no son independientes entre sí, causas parecidas producen efectos parecidos y podemos decir que con este determinismo, adquiere sentido el concepto de “Ley de la Naturaleza”.

Cuando descubrimos una limitante que restringe el comportamiento “Caótico”, podemos decir que hemos descubierto una “Ley”. Donde la potencia de una ley es su capacidad para “Prohibir”, de modo que pueden llegar a dar la sensación de “Obligar” más que de prohibir.

El conocimiento es poder y la verdad utilidad; la certeza es equivalente a medición y la ciencia se ha convertido en una “matemática universal”. Las mediciones precisas no sólo validan o invalidan las hipótesis, sino que también sirven para la construcción de puentes y caminos. La vida real opera dialécticamente, no críticamente. Reconocemos la ambivalencia como una norma, más que como una observación. El racionalismo y el empírismo son complementarios en lugar de irrevocablemente conflictivos. Estamos presenciando el resultado inevitable de una lógica con 300 años de antigüedad y que se ha convertido en protagonista principal. Mientras el “cómo” se hizo cada vez más importante, el “porqué” se hizo cada vez más irrelevante, de tal forma que en el siglo XX el “cómo” se ha convertido en nuestro “porqué”, sugiriendo que el conocimiento de la naturaleza surge bajo condiciones artificiales, en la situación en que los sacrificios de la naturaleza son extraídos bajo apremio.

Una historia natural que está compuesta para sí misma y para su propio bien, no es como una que está coleccionada para darle al entendimiento la información para la construcción de una filosofía. Se pueden tener grandes esperanzas en la filosofía cuando la historia natural haya sido diseñada sobre un mejor plan; pero no hasta entonces. Donde para Descartes, una verdadera filosofía de la naturaleza sólo serviría la certeza.

La atmósfera terrestre está siendo manipulada todos los días por la multitud de procesos vivos de la Tierra, desde los virus hasta las ballenas, desde las algas hasta los bosques, junto con el aire, océanos y superficie terrestre forman parte de un gigantesco sistema, capaz de regular la temperatura y la composición del aire, mar y tierra, asegurando así la continuidad de la vida. La composición de la atmósfera se ha mantenido constante y de forma optima para la perpetuación de la vida, por millones de años. Todos los mecanismos considerados como vitales en la naturaleza, a pesar de su gran variedad, tienen como objetivo común mantener inalterables las condiciones adecuadas para la existencia de la vida, fenómeno ampliamente conocido como “Homeostasis”.

Los procesos homeostáticos se producen tanto en el interior de nuestros cuerpos como en cualquier sistema vivo, incluyendo la misma Tierra en que vivimos; observándose que en la mayor parte de la superficie de la Tierra, su temperatura media se ha mantenido dentro de estos valores durante cientos de millones de años, a pesar de los cambios drásticos sufridos en su composición atmosférica y el aumento de calor recibido del sol que se ha venido dando en el tiempo y, que si por alguna razón se hubieran rebasado dichos límites, las actuales formas de vida se habrían extinguido.

El porcentaje de sal de los océanos, alrededor de 3.4%, se ha mantenido considerablemente estable a pesar del continuo abastecimiento de los ríos; si dicha concentración hubiera sobrepasado el 4%, la vida del mar habría evolucionado de forma bastante distinta y con un valor mayor al 6%, la vida en el océano se habría extinguido. El 21% de concentración de oxigeno en la atmósfera, es considerado el óptimo para el mantenimiento de la vida tal y como la conocemos, que se ha mantenido inalterable por millones de años, ya que con un porcentaje menor los animales de mayor tamaño incluyendo los insectos no habrían sobrevivido; igualmente, con un porcentaje mayor, incluso la vegetación húmeda ardería y produciría incendios devastadores, arrasando toda la vegetación existente en la superficie de la tierra. El 21%, es el equilibrio idóneo entre la eficacia metabólica del planeta y el riesgo de incendio generalizado por el oxigeno.

La salvaguarda del equilibrio biológico del medio marino, nos la da el poder antibiótico que posee ante las bacterias patógenas por las aguas de escorrentía o por los ríos contaminados; se ha comprobado que el agente del cólera no vive más de cuarenta y ocho horas en el agua del mar y que el 99.9% de los organismos procedentes de las alcantarillas morían al cabo de dos días de permanencia en el agua de mar. Esta actividad bactericida disminuye si el agua de mar es filtrada o tiende a desaparecer si ha sido esterilizada en el autoclave.

Hace 450 millones de años, las plantas colonizaron la tierra y después de 50 millones, los animales surgieron y dieron origen a la cadena alimenticia. La mente humana se ha venido desarrollando durante los últimos tres millones de años, con lo que no sólo somos conscientes, sino que tenemos conciencia de ser conscientes. Nuestros átomos ordenados en un sistema integrado de miles de millones de células, experimentan el mundo que nos rodea junto con nuestras emociones, pensamientos y deseos. De la materia inanimada, surgió un nuevo orden llamado vida y de los organismos vivos, emergió otro nuevo orden, la consciencia autorreflexiva. El desarrollo progresivo ha ido: desde la energía a la materia, a la vida y a la consciencia. La consciencia es inherente a la vida aunque se encuentre en estado latente y, la vida se encuentra en estado latente dentro de la materia.

Ser complejo no tan solo significa tener muchas partes, sino también que las partes están interrelacionadas y son dependientes una de otra y, donde tal conexión mantiene y da lugar a relaciones y organiza la actividad dentro del sistema, características que se dan en el contexto de un proceso de evolución continuo y donde parece que es necesaria para la emergencia de nuevos niveles evolutivos de un número crítico de componentes básicos, donde para Russell, no existen formas de vida con menos de 100 millones de átomos, lo que da idea de que parece existir un umbral por debajo del cual la vida no puede surgir y, tal parece que son necesarios 10,000,000,000 para que surjan los procesos mentales conscientes y un nuevo orden de existencia.

Parece ser que una de las principales tendencias de la evolución es avanzar e ir hacia una mayor complejidad, lo cual consigue agrupando unidades individuales en conjuntos más grandes, caracterizados por una estructura y mayor organización, interrelacionándose sus componentes en una gran variedad de múltiples formas, con lo que la complejidad es un requisito previo para que puedan surgir nuevos niveles de evolución. Russell al respecto nos dice: Sólo cuando la energía se organiza de una manera muy particular, pueden surgir y manifestarse las cualidades de la materia; y sólo cuando las múltiples unidades de materia se organizan de una manera particular, puede aparecer y manifestarse la vida; y sólo cuando las células vivas se organizan a su vez de una manera particular, puede surgir y manifestarse la conciencia.

La vida se encamina hacia un orden creciente y todo ser vivo es un conjunto altamente organizado de materia y energía, aumentando a medida que va creciendo y desarrollándose. Los sistemas vivos son sistemas abiertos, que intercambian materia y energía de forma continua con su entorno; es decir, de lo que se alimenta un organismo es de entropía negativa ya que está continuamente absorbiendo el orden de su entorno, exportando entropía por medio de una expulsión de materia menos ordenada o de calor, nos dice Schrödinger.

El origen y mantenimiento de la vida en nuestro planeta es resultado de una serie de coincidencias afortunadas como las ya señaladas y otras más que sería muy prolongado señalar aquí, observándose que del mismo modo como sucede con el cuerpo humano, el sentido de autorregulación se da y, da sentido a los procesos presentes en el planeta, actuando como un sistema autorregulado y autosostenido, en el que va adaptando continuamente sus procesos físicos, químicos y biológicos para preservar la vida y continuar su dinámica evolutiva. Pero también sabemos, que si no hubiera sido por el cataclismo que barrió de la Tierra a los dinosaurios, los seres humanos tal y como hoy los conocemos, jamás o nunca habrían evolucionado.

Con Von Bertalanffy, el concepto de homeostasis se vio ampliado para incluir toda una gama extensa de fenómenos que van desde una célula hasta poblaciones incluyendo el concepto de retroalimentación, creando así un ámbito multidisciplinario conocido como Teoría General de Sistemas, la cual se considera como una forma de observar el mundo, lo que sugiere que el mundo es una jerarquía interconectada de materia y energía y nada puede ser comprendido de forma separada, ya que todo forma parte de un sistema

El concepto de vacío, es la pieza clave y fundamental en el tema de la física actual, donde las propuestas teóricas más avanzadas encuentran en el vacío y su estructura, uno de los mayores retos para poder resolver y conocer si con estos marcos teóricos, se llega a conocer el origen del universo. La ciencia moderna tiene una visión del vacío que dista mucho de la idea tradicional, de un espacio inerte y sin contenido. Y donde para la relatividad y la mecánica cuántica, el vacío está lleno de posibilidades.

El universo físico, según la segunda ley de la termodinámica, camina cuesta abajo continuamente encaminándose hacia estados más aleatorios y menos ordenados; sin embargo, la expansión del universo actúa como fuente de partículas nuevas, lo que implica al observador en un universo que evoluciona por expansión y el proceso de creación de partículas que siempre es continuo, con lo cual la definición de partícula no es absoluta, sino que está ligada a los observadores y al espacio donde se definen. El vacío es sensible a la evolución del espacio y donde esté, éste es definido. El proceso se puede interpretar como una excitación del vacío de los campos cuánticos, por la propia expansión del universo, donde todo apunta a que en nuestro universo, la inflación universal es algo permanente.

Ilya Prigogine, nos hace posible comprender cómo es posible que del orden puede originarse del desorden, a pesar de que la entropía haya aumentado tal y como lo presupone la segunda ley de la termodinámica. Tales procesos los conocemos en los proceso auto-organizativos, como estructuras disipativas, sistemas que consiguen liberarse de la entropía con una interacción continua con el entorno. Dichos sistemas son capaces de evolucionar, de forma similar a un sistema vivo y, así la tendencia evolutiva hacia estados de mayor complejidad puede ser explicada, como un efecto de los sistemas disipativos.

Las fluctuaciones extremas observadas en las estructuras disipativas pueden originar nuevos niveles de organización, que aparecen como períodos de inestabilidad o crisis, durante los cuales los organismos deben adaptarse a diferentes entornos y obtener niveles más elevados de organización o, llegar a extinguirse. En los orígenes de la evolución, se podría decir que hubo una crisis de alimentos y la respuesta fue el desarrollo de la fotosíntesis: o sea, la capacidad de alimentarse directamente de la luz del sol, pero el hecho de que de la fotosíntesis se genere oxigeno, se produjo una crisis de envenenamiento y contaminación, haciendo su aparición las células que respiraban oxigeno y con esto, la evolución respondió desarrollando organismos pluricelulares.

Para Einstein, toda teoría basada en estadística tenía que ser incompleta y, el Universo tendría que ser objetivo y determinista, descubriendo las variables ocultas detrás del movimiento browniano. Para Rupert Sheldrake, cuando rechazamos los supuestos metafísicos, estamos negándonos a reconocer que su propia teoría se basa en la vaga idea filosófica de que una ley eterna de la naturaleza, puede existir aún antes de la existencia de la naturaleza misma.

Se sospecha que tratar de entender la naturaleza desintegrando las partículas es como tratar de entender el tiempo desintegrando relojes. ¿Hay una “crisis” en el paradigma actual? Según Hawkings, los procesos cuánticos y la curvatura del espacio-tiempo dado por la relatividad general, están íntimamente interconectados y, es más importante que nunca, que ambas teorías se combinen apropiadamente para poder entender el origen del universo en que vivimos.

El problema central de la filosofía de la ciencia se desplazó de la búsqueda de la adquisición de autenticas verdades científicas a la búsqueda de relaciones entre las varias ciencias. Abandonando la pregunta de si la ciencia es posible y de serlo, cuáles son los factores de nuestra actividad cognoscitiva que la hacen posible. Hoy, la filosofía de la ciencia inicia desde la constatación de que existen muchas ciencias en continua evolución, provistas en parte de elementos similares y en parte distintos. Lo que implica la necesidad de la invención de un método de contraste, para verificar, corroborar o falsar. La ciencia es una, no porque no se forme en distintas ciencias, sino porque éstas se desenvuelven como un proceso unitario.

Ningún resultado científico pretende ser absoluto, no ulteriormente perfectible. Cada conocimiento está siempre sujeto a profundización. El dinamismo del conocimiento se da en dos direcciones: la adquisición de datos siempre nuevos y la profundización de los resultados obtenidos previamente. Hoy ya no tiene sentido discutir si la naturaleza es en sí misma racional o no.

Einstein, establecía que la velocidad es totalmente relativa pero, la aceleración parece sugerir que hay un trasfondo absoluto contra el cual se mueven las cosas. Mach, pensaba que la “inercia” que es la resistencia a la aceleración, es causada por “la interacción de un cuerpo con el resto del universo”. Así, cuando un cuerpo es acelerado por una fuerza externa, también está reaccionando con toda la otra materia del universo. Todo está unido a todo lo demás.

La gravedad y la aceleración son matemáticamente equivalentes, pero la aceleración se relaciona con las tasas de cambio de velocidad, es decir, con la trayectoria y, es por tanto un concepto geométrico, por lo que deducimos que la gravedad también debe ser, un concepto geométrico.

Einstein, creía que el universo es integral y que en última instancia, todo es equivalente a todo lo demás y todo se transforma en todo lo demás. La materia es equivalente a la energía, la gravedad a la aceleración, el espacio al tiempo. Es todo un campo unificado. Para Kuhn, los encargados de solucionar los enigmas de la ciencia normal, extienden y clarifican el mapa de un paradigma, creando inadvertidamente nuevas ignorancias al tiempo que desarrollan una nueva comprensión.

Típico de extrañeza es el descubrimiento de que algunas partículas elementales se dividen en varias otras partículas y si continúan dividiéndose, se da “que vuelven a ser ellas mismas”. Para David Bohm, al tratar de alcanzar una teoría de la “gran unificación” se comete un error fundamental, la de dar por sentado que el universo esta hecho de partes.

El conocimiento científico ha surgido en la historia como una manifestación del amor del hombre, como una búsqueda de la verdad, pero ha sido puesta al servicio del poder: así, de las antiguas supersticiones religiosas se ha pasado a un escepticismo esterilizador de la primicia de la ciencia como persecución de la verdad. El futuro sólo es posible desde una perspectiva científica, pero ésta, proyecta una sociedad aterradora si la ciencia sigue estando al servicio del poder. De este modo, la sociedad científica es incompatible con la persecución de la verdad, con todos los ideales que los hombres han protegido hasta ahora. Queda con todo, la esperanza de que la perspectiva científica termine por ir acompañada de una nueva perspectiva moral que libere al hombre del cautiverio de sí mismo.é

Las teorías científicas sobre la naturaleza, son alteradas por factores sociales y subjetivos antes que por criterios objetivos, por lo que se dice que en la ciencia no hay progreso, sólo cambios de perspectiva. Un auténtico racionalismo no puede ser otro que un racionalismo científico, donde una seria defensa del racionalismo no puede efectuarse, sino sobre la base de un riguroso análisis de la filosofía de la ciencia.

No sólo poseemos racionalidad, tenemos también sentimientos, donde el hombre colocado frente a la creación entera siente que él forma parte de todo aquello y que el mundo y él, son una misma cosa. Paradójicamente, a medida que pasa el tiempo y el conocimiento sobre ese exterior aumenta, decrece el sentimiento de nuestra conexión con el cosmos. El Sol está utilizando su horno nuclear para quemar cuatro millones de toneladas por segundo que se transformarán íntegramente en luz y energía y finalmente, en seres vivos. Sin embargo, dividiendo la materia en unidades cada vez más pequeñas, no obtenemos unidades fundamentales o indivisibles, sino que llegamos a un punto en el que hablar de división carece de sentido, nos dice Heisenberg.

La sabiduría de la naturaleza es tal que no produce nada superfluo e inútil, sino que muchas veces produce muchos efectos a partir de una sola causa. Por el contrario, las personas somos cada vez más reaccionarias y, con mucha frecuencia arrogantemente y tercamente ignorantes de muchos de los logros intelectuales verdaderamente significativos de nuestro tiempo.

Después de Kepler, Galileo y Newton, empezó a resultar evidente que el hombre no podía seguir considerándose a sí mismo el foco de una empresa cósmica, en el centro de un mundo cerrado, sino más bien como un extraño perdido en un universo infinito.

Americo Vespucio, a la vista de la enorme cantidad de nuevos animales descubiertos en el nuevo mundo, llega a la conclusión de que “Tantas especies jamás podrían haber cabido en el arca de Noe”. Lutero por su parte, consideraba que Copernico era “Un astrónomo advenedizo”, un necio que pretende trastornar toda la ciencia de la astronomía, pero la Sagrada Escritura nos dice que Josué ordenó al Sol y no a la Tierra que permaneciera inmóvil. Carl Jung nos dice: Creo sencillamente que alguna parte del yo o del alma humana no está sujeta a las leyes del espacio y del tiempo. Y Lieh-Tzu, agrega: “Cuando el Emperador Amarillo despertó, estaba encantado de haberse encontrado a sí mismo”.

Según la relatividad, es probable que el conjunto del Universo naciera en una singularidad, dando origen al Big Bang y, eventualmente es posible que su desaparición también tenga lugar en un escenario similar, con lo que es posible no sólo conciliar las teorías unitarias sino en llegar a conocer de una vez por todas el nacimiento, evolución y muerte de nuestro Universo.

En el mundo subatómico, tenemos un mundo donde partículas virtuales no aparecen en ningún lugar pero interactúan y donde no podemos separar lo infinitamente pequeño de lo inconmensurable grande. Nuestro cerebro es una pieza esencial en el proceso de la teoría cuántica, somos la naturaleza estudiándose a sí misma y donde el ser humano y su conciencia se encuentran, donde lo infinitamente pequeño repercute en lo infinitamente grande y, el todo se convierte en una meta posible.

Las nuevas teorías físicas ofrecen muchas alternativas, cientos de teorías sobre nuestro entorno y nuestra existencia. Intuimos que algo está sucediendo en el Universo, pero no hemos podido determinar y saber qué es. Sin embargo, sabemos que en nosotros ha evolucionado y emergido lo que conocemos como “Conciencia”, que se encuentra ensamblada asombrosamente con las teorías modernas de la física cuántica.

El Big Bang ocurrió surgió y se dio en la “Nada”, cuando el espacio, el tiempo y la materia no existían. Todo emergió de un “Punto Singular”, un lugar que era la “Nada”. Sabemos que el vacío clásico está vacío, no tiene nada, pero el Vacío Cuántico está lleno de fluctuaciones de Campos, actuando como un medio dinámico, donde las partículas Entran y Salen de la Existencia, sin violar nunca las reglas de la incertidumbre. Es como nuestra existencia antes de haber nacido. Pero debemos recordar que: desaparecer la materia significa también que el Espacio y el tiempo también desparecen, lo que nos obliga a pensar en el Universo como un TODO.

¿Qué extraño fenómeno hizo emerger un Universo donde no había nada? ¿Hay que buscar las causas que han producido el orden físico y biológico del universo que dieron lugar a nuestra existencia?

Zenón, afirmaba que existía un ser eterno inmutable un superátomo, algo divino sin ser propiamente dios, un ser sin mutaciones, un ser sin entidad personal y en el fondo, “La naturaleza” de todo lo real. Para los griegos había una pregunta clave a la cual sólo se podría dar una respuesta válida para la pregunta ¿Qué es la existencia?

Para Laplace, la idea de un ser superior no tenía lugar en aquel ordenado universo; para Einstein, la idea de un Dios personificado es un concepto antropológico que no se puede tomar en serio. Sentía admiración por la belleza y una creencia en la simplicidad lógica del orden, que sólo imperfectamente somos capaces de concebir.

Spinoza, huyó de suscribir la fugacidad e inconsistencia del mundo, donde su poderosa concepción metafísica descansa en las nociones de Dios o la Naturaleza, entendidas como una misma y única realidad, concibiendo un todo eterno, unitario e impersonal, sometido a leyes y a un orden de causas estricto. Según Espinosa Rubio, para él hay una serie de principios comunes a la vida según los cuales la ontología, la epistemología, la ética y la política se reclaman entre sí y conforman desde la raíz, un conjunto integrado.

Ninguna cantidad de experimentos exitosos puede demostrar lógicamente su verdad. Igual que un solo resultado negativo puede demoler una teoría científica. La verdadera teoría científica está enunciada de tal modo que describe observaciones y predicciones que se pueden verificar experimentalmente, sosteniéndose o derrumbándose según resultados de dichas pruebas.

Si la predicción no se cumple, la teoría es falsa y se debe desechar ya que no tiene caso tratar de repararla. Se debe abandonar la teoría o reelaborarla totalmente. Pero cuando la teoría aprueba el examen, no ha sido probada, sino tan solo “Corroborada” y el proceso de verificación debe continuar.

La teoría cuántica del mundo subatómico no está gobernado por leyes absolutas o determinadas por causa efecto, sino por la indeterminación de las leyes del AZAR. Kurt Gödel demostró que en los sistemas axiomáticos, siempre existen enunciados que son verdaderos y coherentes, pero que no se pueden hacer derivar de un conjunto fijo de axiomas, por lo que algunos creen que es uno de los muchos desarrollos que señalan “EL FIN DE LA CIENCIA RACIONAL”.

Nunca podremos observar la realidad, porque nosotros formamos parte de ella. Bohr creyó que deberíamos volvernos hacia esa clase de problemas epistemológicos, con los que pensadores orientales ya se han enfrentado, tratando de armonizar nuestra posición como espectadores y actores en el gran drama de la existencia. Para Haldane, el universo es no sólo más extraño de lo que imaginamos, sino mucho más extraño de lo que podamos imaginar, notando así dos partículas que alguna vez han estado unidas, conservan una especie de unión invisible mediante la cual pueden transmitirse información de forma instantánea, incluso si se hallan separadas por millones de kilómetros. Todo lo cual, para algunos, permite llegar a ser conscientes de la unidad absoluta del Universo.

La energía se transforma, pasando de una forma a otra, pero al final termina convertida en calor, la cual siempre va del cuerpo más caliente al más frío. Una habitación que no se arregla termina desordenada. Todo se degrada, desordena y el Universo entero se enfría y, sólo la vida se empeña en crear orden. El tiempo no es lo que a nosotros nos parece y, el hecho de que la flecha del tiempo cosmológico, termodinámico y psicológico coincidan en la actualidad, es según el principio Antrópico, las delicadas condiciones necesarias para que se dieran la vida y la inteligencia, que si no se hubieran podido dar no estaríamos aquí para poder contarlo.

Pero para una partícula, el paso del tiempo no existe y pasado, presente y futuro son la misma cosa. Y si un electrón se encuentra con un fotón, lo absorbe y es lanzado hacia atrás en el tiempo, con lo que no habría diferencia entre viajar al futuro o al pasado. Cuando varios observadores se desplazan a diferentes velocidades, todos ellos son equivalentes, en el sentido de que son relativos entre sí y el movimiento absoluto no tiene sentido. Así, cuando un cuerpo es acelerado por una fuerza externa, también está reaccionando con toda la otra materia del universo.

Si el tiempo puede ir al pasado, el futuro sólo es cuestión de recordarlo, porque ya está hecho. Y cuando una función de onda colapsa, el Universo se divide en dos mundos paralelos, con lo que existirían una infinidad de universos, donde todas las posibilidades se están realizando y donde hay incontables copias de nosotros, cada una de ellas ignorante de la existencia de todas las demás y, sin posibilidad alguna de comunicarse.

Toda la materia y la energía existe en forma de ondas, que se forman entre sí formando “Patrones de interferencia” igual a como se da en un “Holograma”, por lo que Bohm, en física y Sheldrake, en biología, consideran que el universo en el que vivimos es un holograma.

Para los Vedas, el mundo es así y asá, porque nos decimos a nosotros mismos que ésa es su forma; pero si dejamos de decirnos que el mundo es así y asá, el mundo deja de ser así y asá. Todos los cuerpos son míos, yo soy el Universo, todo está en mí, nos dicen los Vedas. No tengo límites, soy eterno, todo-penetrante. Estoy en la parte y en el todo. Yo estoy en ti. Tú estás en mí. No puede haber ninguna diferencia. Yo soy aquello, yo soy aquello, yo soy aquello.

A nivel subatómico, no podemos observar ese mundo sin intervenir en él y al intervenir, lo cambiamos. Con lo cual, el mundo cuántico que observamos, nunca es el real o mejor dicho, el que habría existido sin la presencia del observador. Y en nuestra vida cotidiana, nadie puede predecir el comportamiento de una persona, pero a medida que aumentamos el número de individuos, nos acercamos al resultado con mayor exactitud. Con lo que podemos decir que no es nada extraño encontrar en nuestra vida, numerosos ejemplos de la diferencia entre lo individual y lo colectivo. Y, donde no es posible pronosticar el comportamiento de un individuo, como el que podemos aproximarnos bastante al número de accidentes de tráfico con la participación de muchos individuos. Pueden no coincidir exactamente con la predicción, pero casi siempre parecen contener aproximaciones sorprendentes.

En la matemática, se entrelazan factores como la intuición y la lógica, esenciales en la investigación científica, pero cuyas relaciones presentan cuestiones de tipo filosófico extremadamente complejas. Fue alrededor de la evidencia de los famosos postulados euclidianos que surgieron las primeras incertidumbres, donde “la apelación a la evidencia” tuvo un papel fundamental en la matemática; asumida como criterio general de verdad por algunos filósofos, sobre todo Descartes, que hizo de ella su pilar fundamental metodológico, basada en principios como el que no se acepte nunca por verdadero algo de lo que no podamos aferrarnos con perfecta evidencia, aunque rechazado por muchos por considerarlo como algo puramente subjetivo. Con la teoría de los conjuntos se pudo demostrar de manera simple algunos resultados manifestados como contraintuitivos, lo que dio lugar a la exigencia de hacer uso en matemáticas del máximo rigor en las demostraciones.

Las estructuras vivas sólo pueden existir si se transforman y cambian. El cambio y desarrollo son cualidades inherentes al proceso vital. No hay lugar para el concepto de sustancia permanente y durable; nada es real sino los procesos. Lo que sabemos de la vida consiste en datos derivados de la observación, en los que está envuelta nuestra conciencia y por lo mismo, no podemos dejar a un lado el papel desempeñado por la conciencia en el estudio de los fenómenos biológicos, en los que la relación mente-materia no puede olvidarse en la consideración total de la existencia. Cada átomo que forma hoy parte de nuestro cuerpo, ha estado antes en un volcán, en las rocas, océanos, atmósfera, árbol o en otras personas del pasado y, las semillas de la vida se encontrarían en todo el universo, esparcidas por el viento interestelar, listas para caer en cualquier planeta fértil tan pronto como éste estuviera apto, nos narra Peter Russell.

La biología moderna está condicionada por supuestos del problema mente-materia, formulados y aceptados sin cuidar de su validez. Químicos y físicos descubrieron que los fenómenos asociados a la vida obedecen en todos sus pasos las mismas leyes fisicoquímicas que operan en el mundo sin vida. Existen en los seres vivos potencialidades que sólo se manifiestan en condiciones muy especiales.

Los griegos y los romanos fueron de los primeros en situarse frente al universo intentando comprender las leyes naturales que los regían, pocos de ellos podían saber la magnitud del desafío al que se enfrentaban. Tanto que aún hoy continuamos indagando y el campo de exploración se ha ampliado en proporciones tan grandes que hoy estamos menos seguros que nunca de poder comprender el universo como un todo. Hablar de carácter integral equivale a decir que no hay aquí y allá o que aquí es idéntico a allá, lo que da al espacio y al tiempo una propiedad a la que se le conoce como “no localidad”.

Los conceptos cuánticos implican que el mundo actúa como una sola unidad indivisible, en la cual hasta la naturaleza intrínseca de cada parte depende hasta cierto punto de su relación con lo circundante. En esta modalidad colectiva, el movimiento de los electrones individuales podía aparecer superficialmente como “aleatorio”, pero el efecto acumulativo de fluctuaciones en una gran cantidad, se combinaba para producir un efecto general.

Para Bohm, la visión de causalidad es demasiado limitada ya que pensamos que un efecto tiene una sola o pocas causas, pero que en realidad la causa de cualquier cosa es todo lo demás. Por lo que para comprender la causa de la malaria, se requiere comprender no sólo el ciclo vital del mosquito, sino también la evolución, la ecología y eventualmente todo en el universo, aunque para fines prácticos muchas causas podamos pasarlas por alto, sin reflexionar lo suficiente sobre las implicaciones del hecho de que el universo en cuanto totalidad, es una red causal móvil, nos dicen Briggs y Peat.

Bohm, señalaba que las teorías científicas son mapas que nos guían para ver ciertas cosas de cierta manera, lo que implica que en el mundo hay más cosas de las que percibimos y conocemos. Llegando a la conclusión de que el propósito de la investigación científica no es la acumulación de conocimiento, ya que eventualmente se demuestra la falsedad de toda teoría, por lo que el sentido de la investigación científica consiste en que es un acto de “percepción, un proceso continuo de conciencia y naturaleza”.

Tanto para Bohm, como para Kuhn, la teoría científica es una perspectiva, un punto de vista que establece un misterioso contacto con la naturaleza; sin embargo, tal contacto existe en forma limitada y que deja de brindar una imagen útil si se la lleva demasiado lejos. Muchas teorías han considerado la idea de totalidad, incluyendo la relatividad y la mecánica cuántica, pero en la realidad y en la práctica la ciencia ha insistido en considerar la naturaleza como si sus partes y fragmentos fueran reales. La totalidad es una de esas ideas que todos elogian, pero que casi nadie toma tan en serio como para averiguar qué significa.

Por muy extravagantes que puedan parecer, estas ideas dan respuesta a algunos de los mayores misterios de la ciencia actual, ya que según éstos, nos reservan hondas sorpresas, porque es una sorpresa que remueve los cimientos mismos de la ciencia. El universo que describen colectivamente es tan diferente, que la situación quizá pueda compararse con el Renacimiento, cuando se logró escapar de los laberintos de la teología medieval.

Lo que podría trastocar muchos de los supuestos más profundos de nuestras actuales teorías científicas y que pudiera conducirnos a un mundo muy alejado de nuestra ciencia moderna, como lo estamos en la actualidad de la Edad Media. Una buena teoría, tiene que ver con que sus conclusiones no se contradigan entre sí y de que lo que se pretende demostrar no está ya implícita en sus premisas y, de que sea mejor que las teorías previas en el propósito de lograr progreso científico.

Para Gillespie, la filosofía más productiva para la ciencia ha sido el atomismo, la reducción de fuerza, materia y reacciones a sus constituyentes últimos. El interés por el ser, más que por el devenir, ha resultado en última instancia la actitud más fructífera para descubrir hechos y leyes. Sin embargo, no está justificado limitar el estudio de los problemas de la vida al análisis de fragmentos o reacciones aisladas del organismo. Y es Aristóteles que nos recuerda que el organismo vivo sólo se puede comprender como pauta organizada de respuestas al medio.

Las cosas vivientes no pueden distinguirse del mundo inanimado en términos de estructuras y propiedades. Y su unicidad reside en el hecho de que sus funciones y comportamiento están determinados por su medio presente, su pasado y su porvenir. La vida es histórica y el hombre es su más avanzada expresión; que sus actividades reflejan su pasado y se adaptan y enderezan a su porvenir, donde lo que más le importan son sus recuerdos y metas.

El afán es la de encajar los fenómenos de la vida en la pauta sencilla de las leyes conocidas de la materia inanimada, pero está en conflicto con la realidad, escogiendo los hechos que se amoldan o, descubren las leyes que rigen algunas de sus acciones pero queda sin considerar la creatividad de la vida y valores del hombre a partir de la materia inorgánica. Reconoce el hecho de que la teoría de la evolución en su forma presente no explica la emergencia del hombre en el mundo inanimado.

La evolución del hombre corresponde a un proceso natural, que se ha trascendido a sí mismo. El hecho de que los procesos naturales se han trascendido a sí mismos es para producir la vida, la consciencia y los valores humanos

Los seres humanos inventamos tanto como descubrimos y, es la percepción la que determina la “Realidad”. Las inteligencias son como los paracaídas, sólo funcionan cuando están abiertas. El medio determina la transformación y la función, crea el órgano. Podemos plantearnos numerosas y arriesgadas hipótesis para resolver multitud de hechos o, podemos hurgar en el montón de errores cometidos y de sueños incumplidos para descubrir algunas verdades nuevas. Lo esencial reside en el deseo de una visión ampliada de las realidades fantásticas que demuestren el empeño del hombre y del mundo a realizarse en toda su plenitud.

En la Cibernética de Norbert Wiener, se habla sobre “La Retroalimentación Negativa”, para definir la salida de un sistema cuando éste actúa para oponerse a los cambios que se generan, dando como resultado una atenuación y reducción del cambio y, con esto el sistema tenderá a ser estable. Y el sistema exhibe retroalimentación positiva cuando se incrementa la magnitud de la perturbación como respuesta de la perturbación misma; es una retroalimentación que se refuerza a sí misma. La voluntad consciente y racional se vuelve incapaz de revisar y ajustarse al curso de las cosas, ya que el propio recurso se convierte en un refuerzo de sí mismo hasta el punto final del colapso. La información sí puede propagarse a mayor velocidad que la de la luz.

La cibernética, fue el fruto de un encuentro de matemáticos, físicos, técnicos y fisiólogos, modificando la vida del hombre y el espacio social como pocas innovaciones en la historia lo han hecho, sin dejar de crecer y de profundizarse; las discusiones que ha propiciado tampoco han dejado de crecer y aumentar en el contexto general de la vida humana

Los formidables descubrimientos logrados por las ciencias de la vida, desde hace unos años, no deben dejar a nadie indiferente. Estos progresos alteran nuestra representación del mundo que afectan a la mayoría de las cuestiones. Ningún biólogo consciente de las implicaciones prácticas de la investigación fundamental, puede a partir de ahora desentenderse de los retos filosóficos que su trabajo provoca.

Hay una serie de ideas filosóficas que todos comparten en mayor o menor medida y se percibe un renacimiento de la filosofía, aunque basada en una nueva visión del mundo donde dentro de este nuevo espíritu, existen temas de la mayor importancia, como es la noción de que el mundo no es estático ni eterno, sino que evoluciona en el tiempo, donde el mundo era diferente en el pasado y será diferente en el futuro. El universo cambia con el tiempo y ha evolucionado de una condición más simple a una condición más compleja.

Con el paso de moléculas simples a otras más pesadas y de ahí a moléculas complejas, a veces más frágiles, se está imponiendo en el universo una organización de la materia basada en las reglas y leyes, capaces de sorprender a cualquier observador objetivo.

Hemos comprendido que en el mundo biológico, es innecesario pensar en términos de un diseñador inteligente, de que la complejidad y belleza en nuestro alrededor no surgió por una inteligencia individual; que el mundo vivo se ha creado a sí mismo, se ha autoorganizado, a través de principios simples, principalmente a través de la selección natural y que el hecho de que el mundo sea complejo, es algo esencial y no accidental.

La ciencia nos explica que el hombre es un ser muy complejo, muy rico, vasto y profundo y sobre todo, que hay en él mucho más que lo que vemos. Un hombre está vencido cuando no lucha y se abandona. Un hombre va al saber como a la guerra; bien despierto, con miedo y con absoluta confianza, donde cualquier cosa es un camino o destino a seguir. Entre cantidades de destinos, hay más de un mundo posible a encontrar.

El problema de la obtención del conocimiento, consiste en determinar la vía para llegar a la ciencia superando el campo de las opiniones. ¿Qué es lo que permite al hombre alcanzar verdades científicas, universales y necesarias? El carácter científico se debe al uso sistemático del método experimental y en la observación escrupulosa de la experiencia. Sin aceptar la imagen tradicional de la ciencia como conocimiento de verdades absolutas, no opinables, contraponiendo auténticas verdades a las hipótesis destinadas a ser rigurosamente evaluadas con métodos científicos para su aceptación, como científicamente verdaderas o su rechazo como erróneas.

La naturaleza suele variar sus obras hasta el infinito. La vida de un individuo animal o vegetal, es una consecuencia y no un principio, un producto y no una esencia. Es el solo resorte y, la sola causa, que la naturaleza utiliza al diversificarse en los vivientes complejos. Donde la teoría celular se considera como una de las teorías biológicas de mayor peso. Sobre la base de que una teoría no vale nada cuando no se puede demostrar que es falsa, en la consideración de que sin una teoría ni siquiera es posible planear y realizar un experimento.

Niles Eldredge, piensa que las especies son reservorios de información y una vez originadas, tienden a permanecer estables. James Lovelock dice que la Tierra con su atmósfera y sedimentos superficiales constituyen un sistema autorregulado e igualmente Margulis, contempla el planeta como un ecosistema integrado y autorregulado. Se necesita de una mente excepcional para ver la importancia de lo obvio, nos dice Whitehead.

Aristóteles construye una visión global del mundo creando el concepto de Teleología, donde a cualquier mente lógica le resulta evidente que todas las entidades del universo, desde la materia inanimada hasta el hombre, parecen subordinar su evolución a las directrices de un plan conjunto previamente establecido, que acabará en una meta final. Es como si la evolución estuviera guiada y controlada por un plan global, diseñado exclusivamente para obtener un resultado final.

Los conflictos entre reduccionismo y holismo se dan ya en la antigua Grecia, donde los reduccionistas pensaban que para conocer algo, bastaría con desmenuzar un sistema complejo y analizar el funcionamiento de sus partes constituyentes. Ya desde entonces, los pensadores holísticos contra argumentaban que El Todo es siempre superior a la suma de las partes. Todo esto significa que cuando los elementos dispersos se agrupan en un conjunto, éste manifiesta nuevas propiedades, derivadas precisamente de la agrupación y de que ninguna de las propiedades individuales, permiten predecir las características del conjunto.

Para Heraclito, el Hombre es como una fuente, siempre la misma, pero siempre con agua distinta. La vida pudiera residir en la estabilidad y continuidad de macromoléculas no vivas, dentro de las células más que en la transformación de componentes sujetos a rápidos ciclos de renovación.

La biología, nos invita a reconsiderar en términos nuevos el problema de las relaciones entre lo innato y lo adquirido, herencia y medio ambiente, entre otros, otorgando un espacio cada vez mayor a la dimensión natural de lo humano. Se trata de un desafío que tanto el filósofo como el biólogo, no pueden ya eludir.

Debemos entender por “materialismo”, la posición que consiste en postular que la vida está producida y determinada por la materia, es decir esencialmente por la naturaleza y por la historia, y que tanto las ideas filosóficas, como los valores morales o los grandes símbolos culturales, carecen de “verdad y significado absoluto”, porque son sólo “superestructuras" hechas por el hombre y que condicionan por entero y de manera compleja y multiforme, nuestro mundo.

El materialismo, aunque tiene en cuenta la complejidad de los factores que entran en juego en la producción de las ideas y de los valores, debe asumir sus dos rasgos característicos fundamentales: el Reduccionismo y el Determinismo. El Reduccionismo, es entendido como la falta de sumisión de lo específico a lo general y, lo inadecuado de su uso en modelos matemáticos en una ciencia compleja como es la biología. Se podría definir al “nuevo materialismo” como la posición filosófica según la cual, nuestros códigos son la historia y la naturaleza, lo adquirido y lo innato en su reciproca interacción, en la búsqueda de una verdad oculta que escapa a la mayoría de nosotros.

Comprender, quiere decir tomar en conjunto. En cuanto a la interdependencia, a la dinámica, a las regulaciones, y a la “complementariedad”, que forman la trama de la vida, se les busca en vano en una educación que privilegia las estructuras con respecto a las funciones y, el hecho aislado en relación con el proceso. Es posible sin embargo, esclarecer ciertas vías equivocadas y que han sido adoptadas en la sociedad, al ir haciendo resaltar “las interdependencias” e intentando volver a encontrar el verdadero juego de la vida.

Si “conocer es analizar” y “el saber debe tener un sentido”, fácilmente debemos admitir que existe un conflicto fundamental entre “Nuestro Conocimiento y la Vida”. Ya que definir de este modo el conocimiento, es hallar su sentido de la vida, en su fin o propósito original, permitiendo al hombre encontrar un nuevo equilibrio en el mundo, una nueva forma y una nueva organización de su vida. Si la vida es formación de formas y el conocimiento es análisis de la materia, las formas vivientes, al ser totalidades cuyo sentido reside es su tendencia a realizarse en el curso de su confrontación con su medio, no pueden captarse jamás como una división captada y utilizada en el Reduccionismo de las especialidades. Porqué dividir, es hacer el vacío y, una forma, al no existir más que como un Todo, no podría ser vaciada de nada, nos dice Canguilhem.

Hay dos maneras de pensar la relación del Todo a una parte. Se puede proceder de las partes al Todo o bien del Todo a las partes. No es lo mismo decir que un organismo está compuesto de células, a decir que se descompone en células. El Todo domina la parte, del mismo modo que el oxigeno y el hidrogeno desaparecen para formar agua, con lo que se produce una verdadera interpretación, un entrelazamiento y una unificación, trabajando en vista a una función única y común.

La ciencia no progresa, sólo a merced al conocimiento inductivo analítico. La biología desaparecerá a menos que se haga más receptiva de lo que es hoy, hacia fenómenos insospechados e impredecibles, a base de lo que hoy conocemos. La imaginación torna la mente receptiva hacia las impresiones que recibe del mundo en su totalidad confusa, abrumadora, pero enriquecedora.

La ciencia clásica newtoniana, concibe al tiempo así como a los procesos naturales como reversibles, donde así como estamos viajando al futuro sería posible hacerlo hacia el pasado; se le concibe así también al tiempo como creador, conservador o destructor y a veces como la combinación de las tres facetas. El aumento de la entropía (desorden) en el universo, dada por la segunda ley de la termodinámica, proporciona de manera irreversible una flecha natural del tiempo, pero el concepto de tiempo y su reversibilidad en la física clásica, no tiene que ver con la realidad y la naturaleza.

Nuestra visión contradictoria de la naturaleza, refleja la contradicción existente en el propio mundo natural que está formado por elementos primitivos pero al mismo tiempo gobernado por estructuras de organización complejas y estables, que surgen de los mismos elementos. El mundo natural está gobernado tanto por lo elemental como por principios muy fuertes y complejos, que surgen de sus elementos constitutivos.

Una de las características primarias de la vida es la capacidad de duplicación o reproducción, más que la de homeostasis; la diversidad más que la homogeneidad, la flexibilidad de la célula más que la tiranía de los genes y la tolerancia a los errores en el total, más que la precisión de las partes.

Toda especie presenta tanto un nicho espacial como funcional, donde los organismos inferiores son guiados únicamente por el instinto: en los superiores por el instinto combinado con el aprendizaje y en los supremos, por la combinación del instinto, el aprendizaje y la razón.

Entre los animales unicelulares, la vida se manifiesta en mil formas diferentes, donde la naturaleza se parece a un ser dotado, a un compositor musical, que con una fantasía inagotable halla un cúmulo de variaciones para un mismo tema. La célula constituye el sistema más general, en el que todas las variables entran en juego simultáneamente. Pero en nuestra química, sólo se ocupa de los casos simples que comparten un número restringido de variables.

Existen dos impulsos básicos en la mente humana: el de simplificar algo descomponiéndolo en sus partes fundamentales y, el de ver las implicaciones generales de las situaciones más allá de los componentes. Ver un objeto como algo simple y finito, es signo de una cosmovisión animista y primitiva; en cambio, verlo como una fuente de posibilidades infinitas, es reflejo de una cultura humanista muy avanzada.

La biología, se ocupa de los individuos que existen y tienden a existir, esto es, a realizar sus capacidades del mejor modo posible en un medio dado. Aquello que los biólogos toman como el punto de partida necesario, que es casi siempre lo más problemático en la biología, porque solamente la representación de la totalidad permite valorizar los hechos establecidos, distinguiendo los hechos que están en relación significativa con el organismo de estudio y de aquellos otros que son en su relación de influencia, poco significativas.

El análisis que nos muestran las propiedades de las partes elementales aisladas y organizadas, nunca nos darán más que una síntesis ideal muy incompleta, por lo que siempre es preciso proceder experimentalmente en la síntesis vital; porque los fenómenos enteramente especiales pueden ser el resultado de la unión o de la asociación cada vez más compleja de los fenómenos organizados. Lo que prueba que estos elementos no juegan el papel de simples asociados y que su visión expresa más que la suma de sus partes separadas y que por otra parte, siente la inadecuación de todo objeto biológico del pensamiento analítico. Un racionalismo razonable debe saber reconocer sus límites e integrar sus condiciones de influencia.

Cada suceso por insignificante que sea, influye en el curso de la historia; sin embargo, el gran misterio es de que no se puede afirmar que exista una ley que impulse la complejidad, hasta ahora conocida y, sólo podemos comprobar que la complejidad no significa en primer instancia complicación y de que se desarrolla con la disposición de cosas simples, como es la repetición de elementos simples que se reproducen y proliferan en sistemas donde la historia de la evolución está muy ligada a la del clima. Y en efecto, la evolución es asunto de acontecimientos y éstos suelen ser medio ambientales. Donde el hombre surge lentamente del mundo animal, después de una prolongada lucha contra la naturaleza, donde en un medio cambiante, animales y hombre se pueden transformar para adaptarse a nuevas condiciones climáticas.

En biología, la generalización lógica está imprevisiblemente limitada por la especificidad del objeto de observación o de la experiencia. La elección no es siempre deliberada o premeditada y en el azar, lo mismo que en el tiempo, lo importante es que ninguna adquisición de carácter experimental puede ser generalizada sin expresar reservas, ya se trate de estructuras, de funciones y de comportamientos, sea de una variedad a otra, o en una misma especie.

La naturaleza no revela sus misterios de una vez para siempre. Prolongándose en el tiempo, el campo de exploración se ha ampliado en unas proporciones tan gigantescas que hoy estamos menos seguros que nunca de comprender el universo como un Todo. Si la totalidad del organismo constituye una dificultad para él análisis de la “irreversibilidad” de los fenómenos biológicos, sea desde el punto de vista del desarrollo del ser, sea desde el punto de vista de las funciones del adulto, constituye otra dificultad para la extrapolación cronológica y para su posible previsión.

Es solamente la complejidad de los fenómenos de la vida, la que manda la especificidad de la práctica experimental en biología. Toda la cuestión estriba en saber si, hablando de un progreso de complejidad, uno no afirma implícita aunque involuntariamente, la identidad territorial de los métodos.

Uno de los objetivos más importantes de la evolución de la ciencia en general y de la biología en lo particular, ha sido la de separar la imagen “teleológica” del mundo, donde nuestra conducta se confecciona en términos de “causas finales” en la naturaleza y actuamos en búsqueda de sus objetivos, metas y propósitos intrínsecos en la misma naturaleza. Y una imagen “no teleológica”, conocida como “mecanicista”, que es la imagen científica del mundo y que “desdeña” todo tipo de explicación “teleológica”, donde el hecho de las causas finales constituyen materia de “anatema”, ya que para el científico las “explicaciones científicas” son dadas por y en términos de “causas eficientes”.

La teoría atómica es el resultado lógico del modo griego de ver el mundo; pero esto implica que todas las estratagemas, ambiciones y logros, colores, olores y sonidos no son sino resultados del “azar y la necesidad” de que el mundo surja de la “colocación y la dislocación” puramente fortuita de átomos, lo que implica que las exploraciones teleológicas en términos de intención, son ilusorias.

¿Es la naturaleza nuestro código? Toda estructura presente en la naturaleza tiene que explicarse como resultado de la selección natural, ya que la selección opera a más de un nivel. Las ideas presentadas por la selección natural son especulativas y, representan las fronteras del conocimiento en áreas como la biología evolutiva, genética, informática, neurofisiología, psicología y física.

No se trata de defender al Vitalismo desde un punto de vista científico; se trata de comprenderlo desde un punto de vista filosófico, donde para los biólogos el Vitalismo se presenta como una ilusión del pensamiento, pero denuncia que invita lejos de prohibir la reflexión filosófica. Mecanicismo y vitalismo se enfrentan ante el problema de las estructuras y las funciones.

A la evolución se le puede considerar como un desarrollo y también como un proceso activado por fuerzas selectivas, operando sobre las variaciones fortuitas. La idea de supervivencia de las especies mejor adaptadas a su medio, suele limitar la noción de evolución a los seres vivos exclusivamente. La evolución es un proceso que no concierne sólo a los seres vivos.

La evolución, es una fuerza de hacernos cada vez más complejos y una organización presente desde el origen de los tiempos, que ha dado lugar a partículas, núcleos, átomos, moléculas, células, seres organizados, y a la interdependencia unitaria entre los seres y la conciencia, donde el instinto de supervivencia y el equilibrio entre la ley de conservación y el movimiento de la evolución, son fenómenos no explicados por la ciencia de la observación.

La universalidad de las leyes de la física es indiscutible y, son universales las leyes conocidas como la gravitación, las que gobiernan la estructura de la materia o la conservación de la energía, que están no sólo en el espacio sino también con nosotros mismos, desde épocas muy antiguas. En el curso de la historia del universo, nacieron las partículas, de las que está formada toda la materia. Con el tiempo, la materia se organiza y evoluciona. Mediante la evolución, el universo entero podría alcanzar grados más altos de desarrollo.

Pese a la relativa estabilidad de la materia que nos constituye y nos rodea, todo cuerpo se degrada o se construye por intercambios de energía. La energía es la sustancia fundamental del universo, que se hace presente en forma de masa, donde la fuerza es aquello que es capaz de provocar transferencias y transformaciones de energía.

La segunda ley de la Termodinámica proporciona la clave que explica también la posibilidad simultánea de procesos creativos. La termodinámica del desequilibrio, tiende un puente entre la termodinámica clásica y la teoría de la evolución y, hacen posible comprender cómo puede surgir el orden a partir del azar y cómo las fluctuaciones aleatorias pueden impulsar a los sistemas hacia nuevos niveles de estabilidad cada vez más complejos.

La cantidad de energía requerida para lograr la supervivencia y la comunicación permanente, son sorprendentemente modestas. El total de energía requerida para una sociedad humana como la que habita la Tierra, es aproximadamente igual a la que irradia el Sol en ocho horas, nos dice Freeman Dyson. La vida es resistente a la simplificación, tanto a nivel celular como de sistemas ecológicos o de sociedad humana.

La complejidad fue apareciendo paulatinamente: Electrones y núcleos se reunieron formando átomos, los cuales formaron moléculas, hasta llegar a la más compleja de las moléculas orgánicas que llevan la información necesaria para crear los organismos que la contienen, como si fueran recetas contenidas en el ADN.

Lo singular de todo esto es que la evolución observada es un proceso que no concierne sólo a los seres vivos. Actualmente sabemos que existe vida, porque antes de que se produjera la evolución química en los Océanos, hubo una evolución en el interior de las estrellas, que formaron el núcleo de los átomos y que formaron nuestros cuerpos; hecho que nos permite decir que somos hijos de las estrellas.

La masa de las partículas, es una forma de energía, pero el tiempo no transcurre del mismo modo para las diferentes partículas; es decir, que el tiempo no es absoluto ya que depende de su velocidad y de la gravitación a que están sometidas y, en el caso de la luz, el tiempo parece incluso detenerse.

Nuestros cuerpos, están compuestos igual que todo tipo de materia, de átomos y, éstos están constituidos sobre todo de vacío y sólo en un 0.001%, de partículas elementales.

Según los astrofísicos, hace quince mil millones de años, con temperaturas altísimas, todo estaba comprimido y, en la que la Tierra entera cabía en la cabeza de un alfiler, así que procedemos de esta energía inicial, pero como la densidad y la presión eran insoportables, simplemente todo explotó. Explosión conocida como “Big Bang”, lo que creó el Universo, por lo que somos los fragmentos de esta gran explosión. Sin embargo, más del 90% de la materia que constituye el universo, se le conoce como materia oscura, de composición desconocida e invisible.

Si resumiéramos la vida de la Tierra a veinticuatro horas, el Homo Sapiens, es decir el hombre actual, aparecería en los últimos minutos y, en un universo de veinticuatro horas, la aparición del hombre se situaría en los últimos cuarenta segundos. En comparación con la existencia de una persona, sería del orden de una “milésima de segundo”, por lo que podemos ver que a nuestra escala de tiempo, sería imposible comprender u observar una posible “evolución de la materia”.

La posición y el spin (giro) del electrón en el átomo, no es fijo para siempre, ya que si es excitado por la luz o radiación exterior, el electrón con esa energía adicional cambia de spin o de orbita, por lo que Gilles-Eric Seralino nos dice, en suma, estamos ante una unión dotada de un baile incesante y de intensidad variable, en que pese a durar millones de siglos, no cabe el aburrimiento.

Sabemos ahora de dónde partimos, que es la de una cantidad exorbitante y concentrada de energía y, a donde hemos llegado. Es el hombre, un descendiente de animal pero evolutivamente un ser consciente, un caso único en la historia de la Tierra. Donde desde hace muy poco tiempo, los hombres como seres organizados se hacen preguntas como: ¿Y todo esto para qué? ¿De qué sirven y qué significan las leyes universales? ¿Es capaz el azar de generar leyes universales?

Es interesante ver que ya Scheler, había señalado que la biología mecanicista lo mismo que la biología teleológica tenían raíces sociológicas y, el principio atómico también descansa en el origen de la filosofía social; así el triunfo del principio atómico del mecanicismo, se encuentra conectado a un nivel profundo con la evolución misma de la sociedad.

El progreso de toda teoría científica, está parcialmente controlada por fuerzas sociales y, por la lógica de sus ideas. La concepción mecanicista de Descartes, solamente pudo ser aceptada tras el triunfo de la teoría evolutiva de Darwin.

En general, los hechos tienden a encajar dentro del paradigma en lugar de ser los paradigmas los que tengan que reformarse para poder dar alberge a los hechos. La naturaleza constituye un reino y el hombre debe encontrar un modo de acomodarse en ellos.

Las vulgares divisiones del universo en sujeto y objeto, mundo interior y mundo exterior, cuerpo y alma, no sirven ya más que para suscitar equívocos, de modo que en la ciencia, el objeto de la investigación no es la naturaleza en sí misma, sino la naturaleza sometida a la interrogación de los hombres, con lo cual, también en este dominio, el hombre se encuentra enfrentado a sí mismo.

La meta de la investigación, por consiguiente, no es ya el conocimiento de átomos y de su movimiento “en sí”, prescindiendo de la problemática suscitada por nuestros procesos de experimentación; antes bien, desde un principio nos hallamos enfrentados en la contraposición entre hombre y naturaleza.

Se procuró aislar mediante el experimento, determinadas partes del proceso natural: observarlas objetivamente y comprender su regularidad y luego procurar formular matemáticamente las relaciones descubiertas, obteniendo “leyes” de validez incondicional en todo el universo; con ello se alcanzó el poder de aplicar a nuestros fines, las fuerzas de la naturaleza. El magno desarrollo de la mecánica de Newton, atestiguan la fecundidad de este principio.

Siguiendo la filosofía antigua, se consideró al átomo como lo realmente existente y el comportamiento invariable de la materia. Con esto, las cualidades sensibles de la materia fueron concebidas como mera apariencia que no eran propiamente propiedades de la materia y, habría que explicarlas mediante el movimiento de los átomos y su efecto sobre nuestros sentidos.

La autentica realidad seguía siendo constituida por los átomos y entre ellos, por el espacio vacío. Lo único importante es la posibilidad de considerar dichos constituyentes como la última realidad objetiva, ya que nunca somos sólo espectadores sino también actores en el teatro de la vida, nos dice Dubos.

Las leyes naturales que se formulan matemáticamente, no se refieren a los objetos en sí, sino a nuestro conocimiento de dichos objetos. Hemos tenido que hallar fórmulas matemáticas que expresen no la naturaleza, sino el conocimiento que de ella tenemos, renunciando a lo considerado como meta de toda ciencia. Desafortunadamente, sólo puede decirse por ahora que es posible dar una expresión adecuada de la experiencia, pero no una interpretación filosófica del problema.

¿Qué es el hombre en la naturaleza? Frente al infinito, una nada; frente a la nada, un todo. El fin y el principio de las cosas están para el hombre ocultos irremediablemente en un secreto impenetrable; incapaz igualmente de ver la nada de la que surgió, como del infinito en el que está inmerso.

La vida intelectual ha estado marcada por el hecho de que sólo un número reducido de personas se ha dedicado a reflexionar por todos los demás. Los intelectuales y científicos no son sólo gente que sabe, sino gente que modela el pensamiento de su generación. Un intelectual es un sintetizador, un publicista, un comunicador, que definen las cuestiones interesantes e importantes de nuestro tiempo.

Una nueva filosofía natural, fundada en la comprensión de la importancia de la complejidad y de la evolución, conocida como los sistemas de gran complejidad, donde encontramos un nuevo conjunto de metáforas para describir nuestras mentes, el universo y todas las cosas que sabemos, conocidas como los intelectuales de la tercera cultura, que han concebido las nuevas imágenes e ideas que dirigen el curso de nuestros tiempos.

Para algunos, ser oscuro y poco accesible, es un toque de distinción y contribuye a aumentar la reputación de uno. Existen otros que se dedican a temas que de hecho son insustanciables, para revestirlos de un lenguaje incomprensible, todo sólo para dar una apariencia de profundidad.

La cuestión ahora, es saber si existe una cultura a la que pueda acceder cualquier persona instruida, ya que si uno no puede hablar en términos generales sobre temas científicos, igual que sobre temas no científicos, no puede considerarse como persona civilizada.

Gilles-Eric Séralini, nos dice que la humanidad es como un niño que descubre su entorno y se encontrara aún en la fase anal, ya que gusta de mostrar sus destrucciones, excrementos e inmundicias, que desperdicia grandes cantidades de energía deleitándose con guerras y accidentes, donde la humanidad mide su poder por su capacidad de destrucción.

Las soluciones requieren un cambio en la percepción, pensamiento y valores. Un cambio fundamental de visión en la ciencia y sociedad, es lo que desafortunadamente sigue sin poder llegar a los tomadores de decisiones y líderes políticos, administradores y profesores universitarios. Aunque espero que tenga algún valor para los estudiantes de biología, también espero que resulte interesante para los profanos en la materia. Un público informado es esencial tanto para hacer uso pleno de la ciencia, como para combatir la ignorancia y lograr formar “La Sociedad del Conocimiento”, tan necesaria en la actualidad y siempre.

Los científicos de la tercera cultura han ensanchado su mundo; gente que ha descubierto que los problemas en los que trabajan no encajan bien en las impecables estructuras de sus disciplinas internas y, escriben libros de divulgación porque hay cierta clase de ideas que no hay manera de publicar en el seno de la comunidad científica. La gente se da cuenta de que su vida ha cambiado por completo, como resultado de un cúmulo de cosas que no entiende.

El mundo no es estático ni eterno, sino que evoluciona en el tiempo. Hemos comprendido que en el contexto biológico, el mundo vivo se ha creado a sí mismo, se ha autoorganizado a través de la selección natural y que, el hecho de que el mundo sea complejo es algo esencial y no accidental. El universo cambia con el tiempo y, ha evolucionado de una condición simple a una condición compleja.

Esta nueva forma de descripción de la naturaleza y de la naturaleza del hombre, no se acomoda al ideal tradicional de verdad científica y representa tan solo un estado no definitivo. Estas investigaciones, aunque de gran contenido, probablemente nunca lograrán aparecer en los encabezados de la prensa mundial, pero contribuirán directa o indirectamente al bienestar humano y a sí mismo, a nuestro conocimiento de las ciencias de la complejidad.

Necesitamos de una nueva ciencia que explorase tanto el lado objetivo de la conciencia humana, como el lado subjetivo de la materia. Describir lo indescriptible, cuando las realidades cambian y nuevas formas de percibir la existencia, reemplazando creencias previas. Buscar lo que ni la percepción ni la verdad pueden proporcionar; la perspectiva necesaria para comprender porqué existe la existencia y porqué somos lo que somos.

Todo hombre debería ser un creador de su futuro y no grano de arena errante. ¿El hombre del siglo XXI será capaz de encontrar la solución a sus problemas que emergen de lo más íntimo de sí mismo, en la integración y la síntesis simple y objetiva de la experiencia y los conocimientos permitidos por la vida?

LA TRAMA DE LA VIDA

La clorofila de las plantas y la hemoglobina de los animales, son esenciales para la vida, sin embargo su estructura química básica que los compone es muy similar. En las plantas, facilita la transformación del gas carbónico del aire en azucares, transportando el oxígeno a los tejidos y, con la energía solar, permite la liberación del oxigeno en lo que conocemos como fotosíntesis.

En los animales, favorece la combustión de azúcares transportando el oxígeno a los tejidos, produciendo la energía que le es necesaria, regresando a las plantas el gas carbónico, evento conocido como Respiración.

La estructura fina de las células, es extraordinariamente similar. La química básica de la vida y el crecimiento es universal, sin embargo el metabolismo varía con la especie. Lo que distingue a los miembros de un reino no son sus formas materiales sino sus capacidades. La selección natural es la eliminación de lo inadecuado, a través del ensayo del cambio. Y toda especie presenta tanto un nicho espacial como funcional. Y en donde las rocas más recientes contienen fósiles cada vez más complejos y extraños. La medida más simple de la diversidad, es el número de especies por unidad de área.

Y es así como los grandes ciclos ecológicos, biológicos y la misma circulación de la sangre, se superponen y se complementan y donde observamos que, sin plantas no hay animales y sin animales no hay plantas, con lo que tenemos “Complementariedad e Interdependencia”.

En un mundo donde predomina la “intolerancia, sectarismo y la simplificación”, la vida crece y se desarrolla en una sinfonía de complementariedades y, la vida sólo se da y se mantiene gracias a la interdependencia de sus formas y sus funciones.

Para comprender estos procesos, es necesario analizarlos y, lo que significa aislar elementos desordenados y separar circuitos de información en la búsqueda de sus causas iniciales. Sin embargo, se sabe que el “Método Analítico”, deja mucho que desear, ya que las propiedades de integración de sus elementos constitutivos, no son por lo general incluidos en el proceso, sobre todo cuando tratamos de explicar las funciones interdependientes, tan importantes en biología, ecología, empresas y economía.

En las escuelas, la biología se da como una disciplina de observación, de descripción y de clasificación, sin considerar que Fotosíntesis y Respiración son funciones complementarias y que junto con la geología, se encuentran relacionadas por los grandes ciclos ecológicos, conocidos como ciclos Bio-geo-químicos.

Pero aunque se han descubierto los elementos fundamentales para la construcción de la vida, no se puede decir que esto ha ayudado a la comprensión de las acciones integradoras vitales de los organismos.

La nueva comprensión de la vida debe ser contemplada como la vanguardia científica del cambio de paradigma, desde una concepción del mundo mecanicista hacia una ecológica. La síntesis de teorías y modelos actuales puede ser contemplada como la de una teoría emergente de los sistemas vivos, capaz de ofrecer una visión unificada de mente, materia y vida.

Prácticamente casi todo lo que es importante y que sucede a nuestro alrededor, la combinación de poca predictibilidad y gran impacto, que añadido al hecho de que tendemos a actuar como si eso no existiera o tambien, actuando en la falsa creencia de que se puede medir lo incierto y que su aplicación a los problemas del mundo real, han dado sólo efectos ridículos, disfrazando el fraude intelectual con las matemáticas, sobre todo en las cuestiones sociales. Lo que señala nuestra ceguera respecto a lo aleatorio.

Por el proceso de selección natural, la naturaleza moldea a las especies animales a los cambios, donde el extraordinario ajuste a su medio ambiente es preservada al eliminar a lo inadecuado, a través del ensayo y error del cambio, heredando la forma y el funcionamiento que las capacitan para explotar un nicho en particular. Se consideran inferiores las especies más simples, más lentas de cambiar y geológicamente más antiguas y como superiores, las que son más complejas, más rápidas de cambiar y geológicamente más jóvenes.

Cuánto mayor similitud guarden los eco nichos, ocupados por dos animales, más puntos de semejanza en la forma de los cuerpos y en su función tenderán a compartir en la vida, pero no se puede decir que esto ha ayudado a la comprensión de las acciones integradoras vitales de los organismos.

En todos los sistemas inertes, es de esperarse un aumento de entropía; en cambio en los sistemas vivos, tenemos que producen y mantienen orden, partiendo de los componentes del mundo inanimado y, esta propiedad desaparece en el momento que los seres vivos mueren.

La comprensión de la vida no dejará de ser una ilusión mientras no se pueda explicar el origen de las reacciones y tipos de comportamiento que sólo se observan en los sistemas vivos. La estabilidad dinámica de los sistemas biológicos, el hecho de que conserven su identidad morfológica sin dejar de estar todo el tiempo en un vigoroso estado de fluir metabólico, es algo igual de sorprendente que la capacidad de reproducirse.

En las células, reina una incesante construcción y destrucción de sustancias, un metabolismo continuo que si pudiéramos comprender totalmente el crecimiento y la multiplicación de dichas células, habríamos desentrañado el misterio de la vida. Desafortunadamente aún estamos muy lejos de poder conseguirlo y es en su protoplasma donde aparecen con mayor claridad las manifestaciones de la vida, por lo que tiene que tratarse de un líquido de naturaleza muy especial.

Los elementos químicos comenzaron a desafiar las leyes físicas y, en lugar de degradarse hacia formas cada vez más simples y menos organizadas, emprendieron por el contrario, su larga marcha hacia una mayor complejidad, interaccionando entre sí, donde las pequeñas moléculas inorgánicas se agruparon en largas cadenas moleculares orgánicas.

Las cadenas orgánicas al unirse, ya son capaces de moverse y de tomar energía del exterior, alimentándose de reaccionar en función de la luz, la temperatura o cualquiera de otras condiciones del entorno y, empiezan a autorreproducirse con pequeñas y casi imperceptibles variaciones, donde las mejores copias sobreviven y se convierten en el nuevo modelo a seguir; pronto, empiezan a cambiar la faz del planeta, surgiendo el invento definitivo, conocido ya sea como inteligencia, lenguaje, cooperación y la capacidad de construir ideas abstractas, que se manifiestan como la base de la nueva etapa.

En los últimos años, se ha dado una revolución en nuestra forma de entender el desarrollo, proceso mediante el cual un huevo se convierte en un organismo adulto. La filosofía que hay detrás, es la de que los genes transportan, en forma digital, las instrucciones para hacer el organismo. Filosofía que se remonta a Mendel, con la idea de que dentro del huevo hay factores que influyen en el desarrollo de las distintas partes u órganos. Pero existe otra tradición, la que ve el desarrollo en términos más holísticos, cuyas raíces se remontan a Goethe.

En la actualidad, esta visión la representa el concepto de autoorganización y se aduce que las pautas complejas pueden emerger sin necesidad de instrucciones concretas que regulen el desarrollo de las distintas partes; desafortunadamente, los primeros ignoran esta alternativa, aún y cuando hay observaciones que hacen pensar que deberíamos prestar atención a estos procesos dinámicos, a la vez que al control genético.

Entre más comprendamos de los procesos biológicos, más sabiamente podremos manejarlos. Los agentes ordinarios de mutación y recombinación son capaces de producir un número casi infinito de diseños, capaces de producir un número casi infinito de diseños de especialidad. Puesto que cada combinación podría ser el anteproyecto de una especie, el número potencial de especies resulta asombroso.

Las vidas que observamos en la naturaleza, pueden considerarse como ejercicios en la resolución de sus problemas, donde cada animal surge como una creación para múltiples propósitos. Los trópicos, por ser más extensos y más estables que las regiones polares, las especies tuvieron más espacio y tiempo para especializarse.

El blanco es el mejor color para el medio Ártico, porque se detectan mucho más difícilmente que aquéllos de otro color. Ésta, no es una explicación propia de la ciencia natural, sino una explicación referida al propósito o función, afirmando simplemente que éste es el género de especie que sobrevivirá en este tipo de medio. Si observamos el medio que nos rodea, podremos predecir cuál será el color predominante de los seres que vayamos a encontrar, donde muy poco será preciso conocer acerca de la biología de dichos seres.

Las interrelaciones existentes en una zona son muy delicadas y si se manipula con ellas, es muy difícil prever sus consecuencias ya que no sólo pueden aparecer efectos inesperados, sino también en lugares inesperados. Cuanto más ancianas, más gatos habrá y cuanto más gatos menos ratones y con menos ratones más abejorros alimento de los ratones y fecundadores de los tréboles, de gran importancia como alimento del ganado, con lo que podríamos decir: ¿A mayor número de ancianas, mayor número de bistecs para la población? nos pregunta Darwin.

Cuanto más variado es el bosque, más variadas son las condiciones de vida para sus habitantes y por lo tanto, habrá una mayor cantidad de especies de aves que encontrarán allí las condiciones más favorables para su vida y, cuando en un lugar se produce una perturbación, ésta tiene escaso significado para toda la comunidad, porque a pesar de la lucha y el pillaje, todo se protege mutuamente.

Algunos árboles crecen mejor que otros o se obtiene de ellos una gran ganancia y, se comienza a arrasar los bosques compuestos, cambiándolos por una sola especie. Las necesidades iguales de los árboles homogéneos plantados, tienen como consecuencia un aprovechamiento unilateral y por lo tanto, un empobrecimiento del suelo. Los parásitos y sus enemigos naturales quedaron limitados a unas pocas especies, aunque el número de sus individuos aumentó. Y como las condiciones exteriores se mantienen durante algunos años, una determinada especie de parásitos se puede multiplicar, sin ningún impedimento, ocasionando daños insospechados en el bosque uniforme; en la actualidad se ha comprendido las ventajas del bosque compuesto.

En el marco de la agricultura, que crece continuamente, existen suficientes posibilidades para llevar a cabo una protección racional de la naturaleza. Nos hemos adueñado sin consideración y sin pensar de los bienes que nos ofrece la tierra y como consecuencia de ello, se ha perdido su belleza original donde el hombre ha hecho acto de presencia y lamentablemente, la fauna y la flora se le ha empobrecido

Las razones para preservar la diversidad está dada por qué:
  1. Preserva la estabilidad del sistema,

  2. Promete beneficios futuros,

  3. Porque deleita e intriga. La variación dentro de las especies es mucho más común de lo que se suponía, por lo que no debe de extrañar que cada animal parezca exhibir el mejor de todos los diseños posibles.

Comunidades enteras han evolucionado como si fueran un organismo y de este modo, toda evolución es una coevolución y la biosfera es hoy una confederación de dependencias. En los arrecifes coralinos tropicales, se da la máxima adaptación para la supervivencia, donde podemos estudiar la competencia, las presiones selectivas y las especializaciones. La vida es un continuo ejercicio en la resolución de sus problemas y se convierte en una lucha por la existencia y la supervivencia.

EL DRAMA DE LA VIDA

El hombre según Marc Cheymols, es un tema maravillosamente vano, diverso y cambiante. Resulta torpe fundar al respecto un juicio constante y uniforme. Nunca nos situamos en nuestro presente, siempre estamos más allá. El temor, el deseo, la esperanza, nos proyectan hacia el porvenir y nos despojan del sentimiento y la consideración de lo que es, para acariciar lo que será.

La vida no es en sí ni un bien ni un mal; es el lugar del bien y del mal según lo fabriquéis. La utilidad de vivir no está en el espacio sino en el uso; aquel viviendo mucho vivió poco; hay que vivir la vida mientras la tengas, ya que de vuestra voluntad depende y no del número de años que hayas vivido lo suficiente.

Por primera vez en el curso de la historia, el hombre no encuentra ante sí más que a sí mismo, en un Universo que no percibe a ningún asociado ni adversario y esto es cierto en lo que concierne a la lucha del hombre con los peligros exteriores, nos cuenta Heisenberg.

Por todas partes vemos a aquéllos que se empeñan por orientar y dirigir la vida de los demás, al mismo tiempo que ellos mismos no darían nada por la suya propia. La gente se reconoce a sí misma en sus bienes, ya que se han convertido en lo que poseen. Todo el mundo representa roles, manipula, para evitar a su vez ser manipulado. Las tasas de suicidio se han duplicado y el índice de miseria ha estado subiendo progresivamente. La droga y el hospital psiquiátrico se han convertido en el aceite lubricante, indispensables para impedir el derrumbe total del individuo y de la especie a la que pertenece, nos dice Morris Berman.

Sabemos que en épocas tempranas, el hombre se veía amenazado por las fieras, enfermedades, hambre y frío. En nuestros tiempos, la limitación de las posibilidades de vida y con ello la amenaza, proviene de los demás hombres que afirman también su derecho al goce de los bienes terrenales.

Vivimos en un mundo predatorio, repleto de desafíos de vida o muerte y en tratar de ser sutil, para aceptarlo. Con materias impuestas en las universidades por el dogmatismo incuestionable de los docentes y, la no oposición obligada al modelo de sociedad consumista.

La profunda alteración de nuestro ambiente y modos de vivir, ha producido una peligrosa transformación en nuestro pensamiento y son la raíz de las crisis que han conmovido nuestro tiempo.

En este régimen de discordia, la técnica no es necesariamente un progreso, pero si en época de predominio de la técnica se adquiere un amplio sentido de la afirmación de que el hombre se encuentra ante sí mismo, más que a sí mismo.

Nuestro nuevo tiempo parece hallarse ante una situación enteramente nueva, para la que apenas o definitivamente no se encuentra analogía histórica. Así, en las transformaciones de los fundamentos de la ciencia de la naturaleza, pueden llegar a darse manifestaciones diversas y simultáneas, que llegan a afectar, tanto nuestro modo de vida y hábitos mentales, como en otras posibles situaciones externas generales.

En nuestros tiempos, la actitud ante la naturaleza se expresa con una filosofía altamente desarrollada, pero por otra parte, dicha actitud es determinada por la técnica moderna, donde con sus alteraciones en los fundamentos de la ciencia moderna, son indicios de hondas alteraciones en las bases de nuestra existencia; y por tal razón, las alteraciones en el dominio científico repercute en todos los demás ámbitos de la vida.

Para algunos lugares de China, se cree que cuando uno usa una maquina, hace todo su trabajo maquinalmente y al fin, su corazón se convierte en máquina. Y quién ha perdido la pureza de su simplicidad, está aquejado de incertidumbre en el mando de sus actos. La incertidumbre en el mando de los actos no es compatible con la verdadera cordura. La incertidumbre es una de las condiciones del hombre en nuestra actual crisis.

En el dominio científico, se considera a la naturaleza como independiente no sólo de Dios, sino también del hombre, constituyéndose el ideal de una descripción o una explicación “objetiva” de la Naturaleza; y el hecho de contemplarla no tiene valor en sí mismo, ya que el estudio adquiere valor y sentido cuando se le pone en conexión con la totalidad del Universo.

La dificultad da valor a las cosas… prohibirnos una cosa es hacer que la deseemos… dárnosla por completo es engendrar en nosotros desprecio por ella. Quién es desleal con la verdad, también lo es con la mentira, donde la pasión nos gobierna mucho más vivamente que la razón y donde nadie está exento de decir tonterías y, la desgracia sería decirlas con seriedad.

La vida humana no es sino una ilusión perpetua y no hacemos más que intercambiar engaños y elogios, además donde nadie habla de nosotros en nuestra presencia de la misma manera que en nuestra ausencia. La unión que hay entre los hombres no está fundada sino en el mutuo engaño. Pocas amistades subsistirían si cada uno supiera lo que su amigo dice de él cuando no está, aunque entonces hable sincera y desapasionadamente.

En el actual estado de la ciencia tal como nosotros la hemos hecho, el pueblo creyendo ciegamente en la palabra impresa, se alimenta de los errores que en su ignorancia se le van insinuando. Ya no se puede ser universal sabiendo todo lo que se puede saber acerca de todo. Y es necesario saber de todo un poco, porque es mucho más bello saber algo de todo, que saber todo de algo; esta universalidad es la más hermosa.

Pocas máximas son verdaderas ante todos los puntos de vista. La máxima, sentencia moral breve y concisa, que se ha visto en ella la sabiduría compilada, también encuentra sus detractores. Así, tenemos a un pueblo condenando a los justos y absolviendo a los culpables. Donde la corrupción ha penetrado hasta lo más íntimo de nuestras vidas, en las que se llega a la riqueza con fraudes y robos. Debilitando al espíritu del pueblo y haciéndolo perder la costumbre de pensar y de ser creativos, tomando como hechos las palabras repetitivas o donde raras veces se examinan las promesas que se les hace.

Multiplicando y complicando sus problemas y defectos, a fin de que no haya alguien capaz de resolverlos, con poblaciones aumentando en un millón de nuevas personas cada cuatro días o, llegando al extremo de no entenderse ni entre ellos mismos, emergiendo el conformismo cuando son afortunados y el conflicto destructor en situaciones desafortunadas.

Bajo la forma de empréstitos, se adquieren deudas imposibles de pagar, por lo que éstas quedan por siempre sin amortizar y se hacen eternas, asimismo traspasando las riquezas del estado y de los pobres a los especuladores, como pago de un tributo de vasallaje, donde la ignorancia y corrupción de los ministros los hacen cómplices y, no es extraño que ocho personas sean dueños de la mitad de los recursos monetarios existentes en la tierra.

Hay personas para las que sólo cuenta regir y dominar a los demás; el gobierno del hombre por el hombre y la adquisición del poder. Donde su historia es una larga y sangrienta serie de muertes, latrocinios, engaños; donde el hombre es sojuzgado por el hombre en una sucesión de guerras, invasiones, conquistas.

Los nombres de los enemigos de Galileo y las leyes de su tiempo, se han perdido en la confusión de las luchas y de las intrigas del tiempo y se han olvidado. La historia de estos hombres con sus complicaciones y sutilezas, son un recordatorio de todo lo mejor que ha habido en la humanidad, el ilimitado potencial que hay en el género humano.

Los principales problemas de nuestro tiempo no pueden ser entendidos aisladamente, ya que se trata de problemas sistémicos, lo que significa que están interconectados y son interdependientes y deben ser considerados como distintas facetas de una misma crisis. Cualquier descripción que hagamos del mundo, nunca será la realidad; una y otra vez caemos en el error de identificar los símbolos con la realidad de los hechos.

Los valores básicos que están enraizados profundamente en la sociedad humana, de todas las ideologías y creencias religiosas, son en última instancia responsables de muchos de nuestros problemas. La existencia de la vida sobre la Tierra, depende de la estabilidad del sistema ecológico en que se vive y, las amenazas más potentes de la naturaleza al bienestar humano, no son su fuerza destructiva, sino la fragilidad del tejido o trama de la vida.

El mundo debe verse como compuesto de regiones y naciones que integran un sistema mundial, por medio de una diversidad de interdependencias. Donde está ocurriendo una transformación sutil y básica, en que la interdependencia complica mucho la búsqueda de la solución a varios problemas críticos.

El crecimiento por el crecimiento mismo, en el sentido numérico y de tamaño, sencillamente no puede continuar por tiempo indefinido. La transición del actual crecimiento mundial no diferenciado y desequilibrado del orgánico sustentable, conducirá a la creación de la nueva humanidad. No más progreso medido en términos de los triunfos del hombre sobre la naturaleza.

La solución de la crisis mundial de alimentos, no es cuestión relacionada sólo con la agronomía y la economía, sino con la ecología, las ciencias físicas y sociales, y muchas otras. Los temas básicos de esta concepción son la unidad y la interrelación de todos los fenómenos y la intrínseca naturaleza dinámica y creativa de la vida y el universo. Así también en la historia del pensamiento humano, los desarrollos más fructíferos frecuentemente tienen lugar en esos puntos donde se encuentran dos líneas diferentes de pensamiento.

El óptimo de Pareto, nos dice que no hay cambio que beneficie a algunas personas sin dejar a otras en peores condiciones. Sin embargo, una generalización teórica de las interconexiones causales entre el proceso de acumulación de capital y los factores históricamente relacionados, permanecen aún en la oscuridad.

Desde cualquier punto de vista civilizado, los costos de la guerra superan con mucho a sus beneficios. Recurrir a las armas tradicionales, es querer vivir en el círculo vicioso de las guerras fratricidas que la humanidad no ha dejado de practicar desde sus primeros días.

Vivimos en el seno de una sociedad competitiva, agresiva y violenta hacia otras formas de satisfacción y de realización. La libertad individual y responsabilidad colectiva, es un modo de vida más soportado que deseado. Ya que será no sólo la sociedad la que aparecerá como la principal responsable de nuestros males, engendrando violencia, agresividad o intolerancia.

El hombre sólo tiene derecho a destruir algo si transforma inmediatamente lo que ha destruido en algo mejor. La verdadera lucha consiste en la superación, en dar lo mejor que tenemos, en el sacrificio por el embellecimiento, la mejora y la evolución de todos.

Un bajo ingreso y una alta densidad de población, pueden ser compatibles con una vida agradable y decente; sin embargo, es probable que el hacinamiento sólo constituya un peligro público cuando otras condiciones sociales hayan sufrido grave empeoramiento.

En tierras yermas, sólo perviven formas depravadas de fraternidad, donde ocasionalmente se topan con otros seres apenas humanos, unidos en jaurías dedicadas a esclavizar, robar, violar, torturar y devorar a sus congéneres, siendo el canibalismo una amenaza permanente. Buena parte de estos hechos nos dice Cesar Rendueles, se han producido repetidamente en un inmenso ámbito en el último tercio del siglo XIX. Lo que llama Mike Davis, una “Crisis de subsistencia global”, que causó entre treinta y cincuenta millones de muertos y apenas se menciona en periódicos y libros de historia. Estos sucesos se dieron fundamentalmente en Africa, India, China y Brasil.

Debido a una serie de mega sequias, hambrunas y otros desastres naturales relacionados con el fenómeno de El Niño, perecieron victimas de inanición y enfermedades, donde la gente utilizaba cualquier cosa como alimento, como son las hojas de arboles, perros, ratas, techos de las casas, bolas de tierra, antes de empezar a devorar cadáveres y matar seres humanos para comerlos. Sequías nunca vistas, causaron la desertificación de extensas áreas y, plagas de langostas de enormes proporciones azotaron los pocos cultivos que sobrevivieron.

Las grandes potencias aprovecharon la situación de desamparo para aumentar drásticamente la velocidad y la intensidad de su expansión imperial, imponiéndose el capitalismo en la mayor parte del mundo como una invasión militar. Las grandes catástrofes ecológicas dieron apoyo moral a esta iniciativa, donde la cuarta parte de la superficie de la Tierra fue repartida entre un puñado de países europeos, Estados Unidos y Japon. Los europeos cultos se decían que estos países eran víctimas de su propio atraso, que su modernización por dolorosa que pudiera resultar, redundaría en su propio beneficio.

Los holocaustos de la era victoriana establecieron la estructura social del mundo tal y como la conocemos y que también son los responsables del modelo de la desigualdad a escala global, que fundaron el tercer mundo y definieron su naturaleza.

La relación entre el espacio construido y los recursos naturales en la mayor parte del planeta, es básicamente lo que cabría esperar tras una mega catástrofe, donde la devastación configuró las raíces del ecosistema en el que ahora viven varios millones de personas. Dos mil quinientos millones de personas viven literalmente hundidas en su propia mierda, nos dice Rendueles.

Las áreas urbanas hiperdegradadas, al igual que los holocaustos victorianos, son el subproducto de las políticas liberales. Donde las instituciones económicas internacionales impusieron en el Tercer Mundo un programa de empobrecimiento y desigualdad, cuyas auténticas consecuencias globales sólo ahora empezamos a comprender. Las políticas de devaluación, privatización de la educación y la sanidad, destrucción de la industria local, supresión de las subvenciones alimentarias y reducción del sector público, deterioraron radicalmente los tejidos urbanos; se incentivo el éxodo rural arruinando a los pequeños campesinos y favoreciendo a las multinacionales agro ganaderas.

Las conurbaciones de miseria, son una fuente potencial de conflictos de una magnitud que ni siquiera podemos alcanzar a imaginar, lo que constituye un problema ya no ético, económico o político, sino relacionado con límites ecológicos irrebasables. Vivimos en un estado permanente de pánico, en un continuo infernal de pobreza, corrupción, crimen y violencia y, despreciamos el populismo democrático y la economía financiera, que a la vez comprendemos como el único baluarte frente a la barbarie contemporánea.

Desde hace siglos estamos inmersos en un experimento de ingeniería social a una escala jamás soñada. El ideal liberal de una sociedad cuya subsistencia material depende de las relaciones en el mercado es, sencillamente una utopía.

Para Reudueles, el mercado libre ni ha existido nunca ni puede llegar a existir. Es una quimera que ha causado mucho sufrimiento y como todas las utopías, es un proyecto fracasado y profundamente contradictorio. Por eso, el estado interviene constantemente para evitar que el libre mercado se desmorone arrastrando consigo a las elites que se aprovechan de sus falsas promesas y argumentos, para justificar el uso masivo de fondos públicos para el rescate bancario y, para defender la virtual exención de impuestos a los muy ricos.

La idea de libre mercado ha fracasado y este desastre ha dado lugar a sucesivas crisis especulativas, cada vez más destructivas, resultando tediosamente previsibles cuando la búsqueda del beneficio privado o personal se antepone a cualquier límite político. Un sistema económico basado en un arrogante desprecio por las condiciones materiales y sociales de la subsistencia humana; el consumismo tiene efectos sociales destructores y la especulación financiera mueve cantidades astronómicas de dinero porque se trata sólo de cifras imaginarias.

Cuando ganan los partidos de derecha, su preocupación es empobrecer la educación pública y apuntalar el conformismo mediático dando como resultado la propagación de la ignorancia y el conformismo, dando lugar a una mezcla oscura de autoritarismo tecno financiero y reacciones populistas agresivas.

¿QUÉ NOS HACE HUMANOS?

En la mitología griega se cuenta que los Titanes asaron y se comieron al semidios Dioniso, hijo de Zeus, el cual los fulminó y del humo de sus restos, surgió la raza humana, por lo que ésta tiene un origen en parte divino, por parte de Dionisio, que actúa como un Yo oculto. El mito de los Titanes justificaba porqué el humano podía sentirse al mismo tiempo como un dios y como un criminal. Mientras que Dioniso era el dios del vino, de la fertilidad y de la orgía, el dios de la moderación era Apolo. En el culto a Dioniso, el baile y la música de flautas estaba especialmente dirigido a modificar el estado de conciencia de los participantes y, se consideraba que era un dios que moría y resucitaba cada año representando la propia naturaleza, es decir, como dioses de la vegetación. La meta y misión de este culto consistía en alcanzar el Éxtasis de quienes participaban, donde el hombre mediante el Éxtasis, llegaban a alcanzar lo que tiene de divino el hombre, liberándose no del cuerpo sino del Yo, que además representa una válvula de escape por la que los hombres se ponían en contacto con su propio inconsciente colectivo, según diría Carl Jung y, que representa la sabiduría irracional de los sentidos.

Nuestra civilización, con la preferencia de la vida ordenada y lógica, ha reprimido una parte muy importante en nuestro ser como es el inconsciente, fuente de inspiración, intuiciones y sentimientos, nos dice F. Rubia. Y Johnson, agrega que el ser humano con la pérdida del éxtasis espiritual ha dejado un vacío que lo llenamos con la búsqueda del peligro y de las emociones fuertes, que caracteriza a nuestra sociedad actual. Nuestra renuncia a lo dionisiaco, que existe en todos nosotros, nos hace lisiados psicológicos, seres incompletos y permanentemente insatisfechos que intentan compensar esa falta con una multitud de maniobras sustitutas o, todo aquello que produzcan endorfinas y actúe como sustituto del éxtasis de antaño.

Un ser humano inicia su vida a partir de una célula, cuyo diámetro representa aproximadamente la decima parte de un milímetro. La fusión del núcleo del espermatozoide con el óvulo, pone en movimiento todo el conjunto de procesos por los que una partícula gelatinosa se convierte en pocos meses en un ser que puede ser reconocido como humano.

Existe un paralelismo entre los cambios del desarrollo embrionario, que convierten un huevo en un adulto y, los cambios evolutivos, que en una escala temporal enormemente más larga, han convertido a los antepasados unicelulares y simples en la imponente variedad que existe hoy de animales y plantas pluricelulares.

Cada ser humano resume a lo largo de su vida, toda la evolución de la especie. Somos una célula al ser concebidos y gradualmente las diversas fases por las que atraviesa el feto, se asemejan a las etapas por las que los animales se fueron perfeccionando evolutivamente hasta llegar al hombre.

Un rasgo del desarrollo temprano, muy discutido pero no siempre bien comprendido, es el de la llamada “Recapitulación de etapas ancestrales”. Se dice que pasamos por un período de pez, que representa la etapa de pez de nuestra evolución e incluso, se ha afirmado que durante nuestra existencia embrionaria “trepamos por nuestro árbol genealógico”. Ya que hace 300 millones de años, nuestros antepasados fueron indiscutiblemente peces primitivos de alguna clase, y ya en tierra, las etapas de nuestra evolución comprendieron una fase reptiliana de sangre fría y más tarde, mamíferos primitivos de sangre caliente, con pelo en lugar de escamas, cuyas crías no salían de huevos incubados.

En esta fase evolutiva, las más evidentes se descubren cuatro semanas después de la fecundación. Exteriormente el embrión parece tener agallas rudimentarias y tiene una cola de considerable longitud con relación al cuerpo; en general se parece, no a un pez, sino a un embrión de pez. Interiormente, la disposición de los vasos sanguíneos es como la de un pez y los músculos del cuerpo, están en segmentos similares a los peces.

Todas estas estructuras sufren una transformación rápida y compleja. En conjunto, esta transformación conduce a estructuras de las características del ser humano. El resultado de esta transformación de la materia que avanza, con una complejidad creciente, hacia una mayor conciencia de su existencia y de su funcionamiento.

La estructura general de las moléculas de ADN y el ordenamiento de las mismas, determinarán si la criatura será un halcón, un caballo, un ratón, un gusano o un humano. Y la única cuestión que podría conducirnos a la esencia de lo humano, es la de los orígenes; el de ¿De dónde venimos? Y que llega en respuesta a la del ¿Qué somos?

En ambos casos, una única célula se convierte en un organismo con muchas células y de muchos tipos distintos, dispuestas dentro de una estructura tridimensional compleja, pero sin embargo los mecanismos son por completo distintos. De todos modos, los dos procesos están íntimamente relacionados. Lo que observamos en la evolución, son cambios en las formas de los animales y las plantas, por lo que necesitamos saber cómo los cambios de los genes causan cambios en la morfología y, lo que se requiere saber sobre desarrollo embrionario, descubrir cómo hacen su efecto los genes mutantes y deducir lo que hace el gen no mutado, en el desarrollo normal.

En cualquier lugar de la Tierra, individuos se entregan a actividades que ejecutan de las más variadas maneras. No obstante, una avasalladora impresión de unidad emerge de esta prodigiosa diversidad de tipos humanos, situaciones sociales y modos de conducta. Todos ellos exhiben modos de conducta que son claramente humanos. Mucho de lo que se suele adscribir a la naturaleza humana es en realidad, la expresión del ambiente social en el que la persona nace y se cría.

Existen otras influencias en la mente de cada uno de nosotros, ya que vivimos en un mundo particular propio, el cual puede ser más influyente que el ambiente externo afectando todos los aspectos de nuestra vida.

Tanto la constitución genética como el ambiente total, obran sobre todos los aspectos del desarrollo y la conducta humana. Y estos mecanismos determinantes no explican por completo la vida humana. Ni los individuos ni las sociedades se someten pasivamente al ambiente y a los acontecimientos. Todo en nosotros encarna nuestro medio ambiente y pasado social, pero no podemos escapar de su influencia sobre nuestra constitución y nuestra conducta, nos dice René Dubos.

Somos humanos no tanto por nuestra conformación física como por lo que hacemos y la manera de hacerlo y, lo más importante, por lo que decidimos hacer o no hacer. Nuestra especie adquirió su humanidad no por perder sus características animales, sino por acometer actividades y desenvolver modos de comportamiento que condujeron a una progresiva trascendencia de la animalidad y, que dio origen a la condición humana.

La historia de la humanidad no es un simple recuerdo del dominio progresivo del hombre sobre el mundo, sino que abarca también los placeres de la vida tanto como el compendio de sus placeres y del impulso de su psicología y de su imaginación, que lo distinguen de los demás animales. Pero fue la evolución de la especie con el desarrollo progresivo de las manos, ojos y el cerebro, que provocó simultáneamente una diferenciación cultural.

En materia de hombre, lo aproximado no se sostiene: el ser humano es un todo y las otras especies vivas, todas las demás, se encuentran por ello arrojadas a lo inhumano. La especie humana ha sustituido a todos los modelos que han precedido o acompañado su instalación, nos dice Luc Ferry. Y sin embargo, la monstruosa verdad se encuentra ahí, inconfesable, descendemos de un mono. Pero, ¿Cómo se ha producido este paso de animal al hombre?

Según Heidegger, la misión del hombre consiste en reflexionar y procurar que el hombre sea humano y no inhumano.

Para Freud, la mayor parte de las dificultades que acongojan al ser humano, serían determinadas por el ambiente más temprano; para Carl Jung, la única manera de comprender realmente a la humanidad, consiste en explorar los muchos factores que han desempeñado algún papel en la génesis de la mente humana, durante el más remoto pasado. La conducta individual está influida en gran parte por lo que él llama “arquetipos”, tan viejos como la misma raza humana.

Nuestra cuna biológica fue una sabana semitropical con pocos árboles, pero con una vegetación diversa y con cambios estacionales. Sin embargo, nos hemos extendido por toda la Tierra y asentado en ambientes a los cuales no estábamos biológicamente adaptados, modificando el ambiente natural a fin de crear distintas clases de hábitats de acuerdo a las cualidades biológicas adquiridas y, que todavía conserva donde quiera que se encuentre.

Todo ser humano conserva una constitución genética que se adapta mejor a las condiciones de la sabana, hábitat donde nuestra especie adquirió sus características biológicas distintivas hace millones de años, por lo que dondequiera que se establezca, procurará formar un ambiente semitropical en torno a su persona, tratando de recrear las condiciones de su cuna biológica.

Hay pruebas de que diferentes grupos, alcanzaron la condición humana independientemente unos de otros, en varios lugares de la Tierra, hace más de 100.000 años. Se tiene la creencia de que varias representaciones de la especie Homo Sapiens, no tardaron en adquirir facultades y modos de conducta que hicieron de ellos auténticos seres humanos. A parir de esta época, el desarrollo evolutivo ha sido sociocultural más que biológico. Con lo que podemos decir que a partir de aquí, la humanidad trascendió la animalidad. Aprendemos a hacernos humanos durante los años críticos de la infancia, al escuchar el lenguaje y observar la conducta de los humanos. Esto sólo toma forma humana cuando se expone a condiciones adecuadas para su desarrollo, como es la educación.

Para René Dubos, la humanidad comenzó a degenerar en algún momento de finales del siglo XIX, cuando los deseos de la sociedad de consumo, secuestraron, mataron y se impusieron sobre las aspiraciones culturales y espirituales de los seres humanos.

Para el sabio ignorante de Ortega y Gasset, reconoce entre los científicos un tipo igualmente común en las humanidades y en la ciencia. Confiado en el carácter benéfico en última instancia de su labor, el hombre de ciencia tiene buenos beneficios para mantenerse apartado de los problemas sociales. Pero es obvio sin embargo, que la situación está cambiando rápidamente y, puede predecirse que el científico se enfrentará a un número creciente de problemas de conciencia al continuar aumentando el poder social de la ciencia.

La tecnología científica desorganizada, cultivada sin considerar su pertinencia para el sentido de la vida humana, pudiera acarrear el fin de la civilización Y al menos que se ocupe de la filosofía social, el científico oirá con creciente frecuencia, que le apliquen las palabras de Oscar Wilde, de que sabe el precio de todo y el valor de nada.

CONCLUSIONES Y OBSERVACIONES

Un modo de comprender el proceso histórico de la biología, es considerarlo como un progresivo esclarecimiento de un nudo de ideas en principio inexplicablemente enmarañado, donde las hebras más interesantes y prominentes de este enredo, podrían ser las nociones de objetividad y subjetividad de la “causación final” teleológica y la “eficiente” materialista. Donde lo más interesante es que parece que este progreso, sólo se daba o tenía lugar cuando las condiciones sociales y tecnológicas eran adecuadas para ello. Las cuales, condicionan y actúan como válvulas de control del desarrollo de ideas científicas.

La historia de la teoría atómica se encuentra vinculada a la historia del pensamiento biológico, porque desde sus comienzos, fue profundamente no teleológica, constituyendo un escollo para el biólogo. Así, cualquier consideración de la evolución del pensamiento biológico debe incluir cierta información sobre la evolución de la teoría atómica de la materia.

Para René Dubos, hoy en día el papel social de la ciencia es más materia de fe que de comprensión precisa. Los problemas de dicha relación son tan nuevos, que nuestro conocimiento de ellos son indiscutiblemente incompletos y probablemente erróneos en parte, por lo que parece tolerable embarcarse en especulaciones rebuscadas, para enlazar el progreso científico y la formulación de utopías dadas por filósofos y sociológicos.

Para Lue Ferry, es necesario volver a pensar los contenidos de nuestra enseñanza a partir de lograr transmitir a los alumnos una “cultura común” y una “base común” de conocimientos y de competencias necesarias, para la formación de un hombre de “bien” capaz de orientarse en el mundo de hoy bajo la divisa siempre de actualidad, la de “menos pero mejor”, para facilitar la coexistencia de las disciplinas entre sí, de tal suerte que trabajen del modo más coherente y armonioso posible y no se enclaustren en guetos hiper especializados, a ofrecer en los primeros años de estudios universitarios, a fin de que todos completen una formación interdisciplinaria, además de los cursos de su especialización.

Para muchos científicos, la palabra “imaginación” tiene cierto sentido peyorativo y además una percepción deformada de la realidad y una carencia de disciplina intelectual, pero sin considerar que se están refiriendo a una de las características más creadoras de la mente humana y uno de los pocos rasgos que distinguen al hombre de los animales. Imaginar, significa más que crear imágenes, significa elegir de unos pocos incontables posibles acontecimientos que nos afectan, que podemos organizar en pautas definidas que resultan significativas.

Imaginar es crear en nuestras mentes otros mundos más razonables, generosos e interesantes, por lo que la imaginación ha sido una de las fuerzas más creadoras en la vida civilizada, ya que ha suministrado los moldes que ha usado la humanidad para dar forma a los hechos brutos de la realidad y, construir estructuras significativas.

Muchos filósofos han descrito mundos imaginarios en los que aspectos políticos, sociales y económicos nos llevan a la felicidad, sobre todo Platón, en su libro la “Republica” y, Tomas Moro en “Utopía”, recurriendo al artificio de un mundo imaginario, para criticar el mundo real y para describir como contraste, su ideal de un mundo donde la sociedad es regida por el sentido común y la justicia, cuestiones que todavía en la actualidad nos seguimos ocupando de ellos, como cuestiones importantes de la vida pública.

Sólo en los tiempos modernos, la ciencia es más apreciada por sus usos sociales que como filosofía natural. Sin embargo, la relación entre la ciencia y la sociedad ha cambiado y se ha vuelto más compleja. Se ha visto que el método más efectivo de progresar era intentar comprender los fenómenos naturales, los “porqués”, aparte de los “cómos” y, donde es tan grande la efectividad basada en el “Método Experimental”, que el punto principal, tanto para los hombres de ciencia como para la sociedad, será la de decidir “qué debe hacerse” de todas las cosas que pudieran y debieran hacerse.

Este último aspecto de sus responsabilidades sociales, pudieran muy bien ponernos en la situación de Aprendiz de Brujo, incapaz de controlar las fuerzas desencadenadas por nosotros y confesar que todos sus métodos son ciertos, más sus metas que son descabelladas. Para Platón, la necesidad de muchos hospitales y médicos, era señal de una mala ciudad, lo que no habría en su ideal de la Republica. Tiberio afirmó que todo el que consulta al médico después de los treinta años, sería un tonto por no haber aprendido a regular su vida como es debido, sin ayuda externa.

Tomas Moro, en sus estados imaginarios, organiza tan bien sus estados médicos que podían preverse y satisfacerse con tanta certidumbre como los problemas políticos y económicos y, donde los médicos sólo tratan gente sana para prevenir las enfermedades. Para Benjamin Franklin y para Fourier, todas las enfermedades pueden evitarse y las vidas prolongarse hasta los 144 años. Para Virchow, la miseria era la madre de las enfermedades, pero que la clave para mejorar la salud general consistía primero, en mejorar las condiciones sociales.

En sus empeños por formular los problemas centrales de la ciencia, tanto los experimentadores como los teóricos, tienden a expresar sus cuestiones en forma de alternativas que formalmente se parecen a las que consideraban los filósofos en la antigüedad. Para Dubos, la esencia de la vida podría encontrarse en el concepto cartesiano de SER más que en el de DEVENIR, que Hegel popularizo.

Los hombres de ciencia y los mismos filósofos, han expresado puntos de vista opuestos acerca de los caminos de la naturaleza. Si muchas veces los hombres de ciencia parecen contradecirse, es porque se necesitan puntos de vista complementarios para expresar los múltiples aspectos de la realidad. La inestabilidad universal de los componentes, parece ser compatible con la estabilidad de la vida organizada.

Para algunos científicos, las preguntas finales de la ciencia así como los de la filosofía, no atañen a la materia y a la energía, sino a la naturaleza de la vida en un universo en el que la regla es lo no vivo y, lo viviente es una desconcertante excepción.

Nuestras pautas de pensamiento no están basadas en testimonios descubiertos recientemente, sino en percepciones y hechos sabidos desde hace mucho tiempo atrás, que influyeron en la formación del intelecto humano. Lo que sugiere que en algún grado, el cerebro con su pasmosa habilidad para conjeturar el funcionamiento del universo, refleja algunas de las pautas de éste. Por lo que podríamos decir que la búsqueda de verdades viables, no son sino parte de la tradición filosófica de la que surgió la mayor parte del conocimiento. La ciencia es por encima de todo, filosofía natural.

La relación que hay entre la ciencia y las necesidades y esperanzas humanas, es muchas veces indirecta y tenue; sin embargo, para la mayoría de los científicos es más una especie de fe aceptada, de forma a priori, que algo bien definido basado en la lógica y en evidencias confiables. Ya que en gran medida, el comportamiento científico es determinado por factores desligados de la búsqueda de la ciencia.

Las satisfacciones de la curiosidad científica, son frecuentemente contaminadas por sentimientos de poder y dominación, no sólo sobre la naturaleza sino también sobre los colegas. La historia ofrece muchos ejemplos de estos aspectos desagradables de la vida científica, que se exhiben diariamente en nuestras instituciones de investigación; sin excluir figuras de gran relevancia, pero sobre todo, los que no la tienen y tratan de conseguirla a toda costa o simplemente de aparentarla, nos relata y delata Dubos.

El deseo de comprender el universo, es una actividad considerada como apropiada a la actividad científica; no importa que no nos lleve a resultados útiles. Sin embargo, para Bacon, el intento de justificar la ciencia sólo por sus productos mundanos, no sólo compromete la honestidad intelectual de la comunidad científica, sino de que da lugar a la impaciencia y desencanto ante el hecho de que, pese a las promesas repetidas, no se ha resuelto aún el enigma de la naturaleza y su destino y de que se dé y aparezca la desconfianza por tal motivo.

Disfrutar de la vida no significa dedicarse cada día a hacer cosas nuevas, sino de relajarnos y disfrutar con sencillez nuestras vidas. Y hay ocasiones en que la única manera de lograrlo es dejando de tomar tan en serio las cosas que nos quitan el placer de disfrutar la vida, como son las preocupaciones, ambiciones, obsesiones, confusiones, distracciones y tensiones, que nos impiden disfrutar lo que debería ser una vida feliz. Y con demasiada frecuencia, consideramos que debemos tomar las cosas en serio y que éste es el significado de ser responsables y, esto se sigue dando así hasta que se produce un evento que modifica nuestras vidas, dándonos una nueva perspectiva. Nos enseña algo que no sabíamos, nos da un regalo que nunca habíamos concebido y al final podemos entender su significado y de este modo, un cambio negativo se transforma en positivo.

Los motivos por los que te sucedió dicho evento, fue para que lograras comprender la importancia de disfrutar de ti mismo, de disfrutar la vida de no tomarte todo en serio, entenderla y disfrutarla.

Sólo se podrá estabilizar la población del mundo cuando la pobreza se reduzca en el planeta. La extinción de especies continuará mientras los países pobres sigan bajo el peso de sus enormes deudas. Escasez de recursos y deterioro ambiental, con poblaciones de rápido crecimiento, llevan al colapso y violencia locales.

Necesitamos de la habilidad para escapar de los entornos en que la actividad de retroalimentación positiva en la sociedad, nos conduce cada vez más a cursos catastróficos, como el caso de la lógica de la deuda y su consecuente abono, influyendo sobre la vida en un empobrecimiento sistemático.

La deuda está guiando al mundo contemporáneo hacia la barbarie y la devastación de las sociedades. Lo bueno para las finanzas debe ser bueno para la sociedad, pero si la sociedad no acepta esta identificación y sometimiento, se dice que la sociedad es incompetente y necesita ser reajustada por alguna autoridad técnica.

Todas las acciones humanas son egoístas, motivadas por el propio interés, nos dice Karl Popper. Esta teoría es ampliamente aceptada y está claro que con todas sus variantes, no es posible considerarla falsa: Ningún ejemplo de acción altruista puede refutar la concepción de que había un motivo egoísta oculto tras ella.

La utilización de grandes extensiones de terreno para el cultivo de una sola clase de planta, ha conducido a insospechadas catástrofes, porque entre los monocultivos y en condiciones favorables, los parásitos suelen reproducirse rápidamente y a menudo, resulta difícil desarrollar una lucha biológica con un objetivo definido, no siendo siempre posible llevarla a cabo con suficiente celeridad. Podemos decir que el bosque virgen se ha sacrificado brutalmente en aras de un lucro momentáneo, hipotecando a la naturaleza a largo plazo.

La protección de la naturaleza no solamente es una cuestión de sentimientos, sino también de cálculo. Se está volviendo al cultivo de bosques compuestos que con su variada hojarasca, ofrece condiciones de vida favorables a una gran diversidad de animales, deteniendo a su vez el exterminio de los animales salvajes, al comprender el papel que desempeñan en la Naturaleza. Luchar contra los parásitos por medios biológicos, en lugar de llevar a cabo campañas de destrucción en las que el menos dañado es el parasito que se quiere eliminar, protegiendo las aguas de la contaminación para mantener su potabilidad y riqueza piscícola.

Se ha pensado que podríamos aumentar la caza de una región disminuyendo el número de competidores o depredadores y con ello, sólo se ha conseguido lo contrario de lo que se proponía, de que toda la caza de la zona sucumbiera pronto. Pero notándose que si faltara esta regulación y selección natural, tendríamos un sistema inestable, porque olvidamos que los depredadores son los que se encargan de acabar con los enfermos, viejos e inadaptados, conservando los grupos saludables.

La filosofía como sistema de la razón, es más necesaria que nunca, nos alerta Vargas Lozano, que observa que existen tendencias muy poderosas que buscan reducirla, limitarla e incluso anularla. La eliminación de lo humanístico y lo filosófico de la educación, así como de la actividad reflexiva y crítica, para acentuar lo práctico-utilitario, métodos autoritarios de mando, intensificación de la violencia en sus diversas manifestaciones, apuntando a crear un ser humano automatizado e irreflexivo en el que predomine el pragmatismo, la desinformación y el cinismo. La tarea de las humanidades y la filosofía es hoy, la conformación de un nuevo paradigma social y moral, para alentar la constitución de una sociedad alternativa. Se tiene ante sí, la inmensa tarea para que la humanidad logre superar la difícil situación por la que atraviesa.

Se trata de una confusión entre educación y adiestramiento, de un menosprecio de la necesidad de que el estudiante se forme una conciencia acerca del mundo en que vive y actúa, así como de las múltiples dimensiones de la existencia, que sólo el estudio de las humanidades y en lo particular la filosofía, pueden proporcionar. Una verdadera educación integral requiere la participación de una serie de disciplinas que le permitan comprender que el mundo no se reduce a ser empleado de una trasnacional, sino que tiene múltiples y muy ricas dimensiones humanas.

El Antiguo Testamento nos dice: Deja lo que tienes, libérate de todas las cadenas, sé tú mismo. El desierto es el símbolo clave de esta liberación, nos dice Erich Fromm, sin embargo el desierto no es un hogar, no tiene ciudades ni ofrece riquezas; es el lugar de los nómadas que tienen lo que necesitan. Sólo requieren lo necesario para vivir y no posesiones. Las tradiciones nómadas determinan la tendencia a oponerse a las propiedades no funcionales y elegir vivir en el desierto como preparación para la vida libre; pero estos factores históricos sólo fortalecen el significado del desierto, como símbolo de una vida sin trabas y sin propiedades.

En estas afirmaciones encontramos el postulado principal de que la gente debe librarse de la codicia y el deseo de posesión y debe liberarse totalmente de la estructura de tener y por el contrario, que todas las normas éticas positivas deben estar enraizadas en la ética de ser y compartir, así como en la solidaridad. Se subraya radicalmente que el interés en los otros seres humanos pide la renuncia total del egoísmo y la norma de juzgar al prójimo, y dedicarnos totalmente a la comprensión y al bienestar de los demás.

Vive una vida sencilla, para que otros puedan sencillamente vivir. Compartimos el mundo con más de siete mil millones personas, porque por cada extra de la que nos apropiemos, alguien se quedará sin su parte. Este extra puede no suponer algo importante para nuestro bienestar, pero para otra persona puede significar una cuestión de vida o muerte.

Nuestras decisiones como consumidores, influyen directamente en el medio ambiente y se consume parte de la riqueza de la Tierra. Limitarse a comprar lo esencial nos aseguramos de que como individuos, seamos menos responsables de la disminución de los recursos, del sufrimiento de muchas personas y de la generación de menos desechos o residuos con que lidiar. Mas, el problema general de mayor relevancia concerniente a la naturaleza, es el problema de su racionalidad; sin embargo hoy ya no tiene sentido discutir si la naturaleza es en sí misma racional o no; mas, sí tiene sentido discutir si los diversos sectores del mundo natural son descriptibles y, hasta que punto, con teorías calificables como científicas.

El hombre es radicalmente libre y el único responsable de su vida. Existir quiere decir reflexionar sobre la vida, analizar la propia existencia y ver si es posible una comprensión de la misma y, ver la diferencia entre lo que es objetivamente cierto y la percepción subjetiva del individuo. ¿Qué sentido tiene la existencia y qué valor se le da a la vida humana? El hombre que reflexiona sobre la vida se niega a simplificar al ser humano como una entidad cualquiera. El hombre no es una entidad abstracta, es un existente concreto, que se hace a sí mismo a lo largo de la experiencia de la vida y, su manifestación única en el mundo es la existencia que precede a la existencia, donde el determinismo implica una naturaleza estática e inmutable y el ser libre, significa la expansión del ser en el mundo.

El objetivo es conseguir un análisis de la existencia capaz de fundamentar una filosofía del hombre, que consiste en describir la faceta más profunda del individuo para encontrar un sentido en la relación del Yo con los Otros, algo que se podría lograr y donde el hombre es un ser en perpetuo proyecto, libre y, sus elecciones se conjugan con las cuestiones morales y éticas. El hombre, al estar destinado a la elección, desarrolla una angustia existencial que surge al enfrentarse a sus propias elecciones, como revisión moral de las mismas.

Sartre, comprendió el significado de la vida como reflexión existencial. Vivir significa estar condenado al intento de comprensión de una absurdidad y dentro de este absurdo, quiso encontrar un sentido para hacer de la vida una situación óptima. La idea era que el ser humano se manifestaba como contingente, como no necesario para el curso normal del mundo, en la medida en que se daba cuenta de la lucha que significaba admitir el absurdo, que representaba el mismo vivir. Para él, el hombre era angustia, esforzándose en mostrar que la libertad era la esencia de la condición humana y la angustia, su toma de conciencia.

Para Descartes, las enseñanzas de la antigüedad tuvieron poco valor, comentando que: Tuve la mejor educación que Francia podía ofrecer, sin embargo, no aprendí nada que pudiera llamar cierto. Para él, pensar era idéntico a existir, pero sin tener un método de pensamiento claro que podamos aplicar. Mecánica y rigurosamente a cada fenómeno que deseemos estudiar, el examen que hagamos de la naturaleza necesariamente estará lleno de defectos y fallas. Esperar que los resultados se desprendan de los datos por su propio peso, en la práctica jamás resulta. Las ciencias están donde estaban y permanecen en la misma condición, sin recibir un incremento notable, mientras que la tecnología está continuamente prosperando y creciendo como si fuera un ente con vida, nos dice Morris Berman. Y según Bacon, la historia natural como se entiende en el presente, es meramente la compilación de copiosos datos y cosas por el estilo, ¿Por qué deberíamos darle valor a tal colección?

El hombre no es, sino que se hace y se hace al elegir su moral. Opinaba que un intelectual no tenía un poder de transformación directa e inmediata, sino un hombre que vivía su contradicción en su interior y en lo exterior, donde su principal objetivo debía ser la de educar al pueblo. El mercado inunda la totalidad de nuestras vidas con una intensidad que otros proyectos universales jamás se atrevieron a soñar. Se ha impuesto a escala mundial a pesar de carecer de grandes discursos de legitimización, donde la mayor parte de la gente vive sin pobreza material extrema, pero profundamente alienada, dedicada a tareas absurdas y sin capacidad de decisión, trabajando a cambio de un salario y pagar deudas; una parte de la crítica política está dedicada sacar a la luz sobre la escasa diferencia entre los siervos y los asalariados.

Las teorías científicas son creaciones libres de la mente humana y donde dichas teorías son el resultado de la actividad de la mente en su constante intento de dar sentido a todo lo que está a su alrededor, ya sea de forma consciente o inconsciente, hasta obtener un esquema significativo. Platón y Aristóteles, estaban a favor de la visión teleológica, porque consideraban que los fines gobiernan a los medios, creyendo que la naturaleza no hace nada en vano, como también pretender describir la creación animada en términos derivados de la naturaleza inanimada.

La teoría en su conjunto debe ser susceptible de corroboración o refutación en el mundo real, mediante pruebas que conducen a observaciones concretas. Para Nassim Taleb, rareza, impacto tremendo y predictibilidad retrospectiva y no prospectiva, es lo que explica casi todo lo concerniente a nuestro mundo, desde el éxito de las ideas y las religiones, hasta la dinámica de los acontecimientos históricos y los elementos de nuestra propia vida personal. Y donde una sola observación en contra, puede invalidar una afirmación generalizada derivada de milenios de visiones confirmatorias. ¿Por qué no darnos cuenta de que la vida es el efecto acumulativo de unos pocos hechos importantes?

Nos esperan tiempos difíciles en el ámbito de lo material y de grandes cambios en el terreno de la conciencia. Sin embargo la pregunta persiste: ¿Qué ocurrirá cuando la “gente extra” en el mundo se llegara a poner por debajo del nivel de subsistencia? Probablemente todo el sistema se colapsaría y surgirían conflictos mayúsculos, tendríamos epidemias y migraciones masivas, amenazas reales y dificultades gravísimas.

El nivel de vida de la mayor parte de la humanidad se encuentra en la subsistencia y a la vez, acabando con los sistemas protectores de la vida. Los problemas no dejan de agobiarnos desde múltiples frentes y en todos tenemos que adaptarnos y cambiar la conciencia dominante. Por lo que debemos empezar a pensar de forma distinta, sentir de otra manera y relacionarnos con nosotros mismos y la naturaleza de manera distinta. Ya que corremos en la actualidad un peligro inmenso. Y la conciencia materialista es la causante de nuestra crisis, ya que nuestra civilización es insostenible. Y es lo que nos hace ser Consumistas y Explotadores e insensibles a lo que ocurre en otras personas y otras partes.

Nos damos cuenta de que este sistema en que vivimos no funciona y no nos está dando lo que verdaderamente necesitamos; tenemos un aumento de trastornos emocionales, alcoholismo, drogadicción, terrorismo y violencia doméstica. Existe una pérdida generalizada de valores y una tendencia general autodestructiva. No vivimos la vida en su plenitud, siendo siempre provisional en un supuesto mejor futuro, con lo que tenemos un modelo vacío e insaciable, considerado la estrategia del fracasado y, que jamás aporta lo que esperamos y es incapaz de obtener una, de la realidad. Estrategia de crecimiento ilimitado y el “Factor determinante del proceso”. Donde los acontecimientos no siempre siguen una lógica lineal y los pormenores de las grandes transformaciones son imprevisibles; sabiendo además que es imposible anticiparlos y predecirlos por simple extrapolación del pasado. Lo único que podemos aventurar es que aportaran alguna novedad radical, nos dice Lazlo.

Debemos estar preparados para que ocurra lo más imprevisible y eso podría ser cualquier cosa. Sólo los momentos en que disfrutamos plenamente del presente, nos parecen bien empleados; la vida, la conciencia y la inteligencia se consideran productos secundarios y accidentales de la materia y la muerte del ego, es una transformación en una transición significativa hacia otra forma de ser, que adquieren ciertas personas a partir de impactantes experiencias transformadoras hacia otra forma de ser. Donde además se considera que el universo se creó a sí mismo y es entendible, a partir de las leyes naturales. Por otra parte, las culturas antiguas consideran la dimensión espiritual un aspecto fundamental.

Estamos inmersos en una profunda y extensa revolución de nuestro concepto de realidad. Donde los nuevos modelos de realidad deben incluir “la mente y la conciencia”, como aspectos fundamentales de dicha realidad. Si vamos a salvar el mundo, debemos de liberarnos de la “Conciencia Egocéntrica y Materialista”, que está dando origen a estos problemas ya que de otro modo, sólo estaremos abordando los síntomas, sin atacar el problema de raíz. El objetivo no es predecir el futuro, lo que es imposible, sino analizar una variedad de panoramas y a tenerlos en cuenta, cuando debamos tomar las decisiones fundamentales.

Esta perspectiva es completamente posible y hay que tomarla muy en serio. Son decisiones a largo plazo y queremos saber cómo nos afectaran los múltiples factores interviniendo como son los económicos, políticos, sociales y medio ambientales. Debemos liberarnos del miedo a las ataduras materiales, los sistemas de creencias caducas y del dominio de la mente egoísta, procurándonos una mayor estabilidad interior. Necesitamos una transformación interior profunda y una revisión radical de las obsoletas concepciones científicas del mundo ya que su concepción imperante del mundo justifica la estrategia basada en el individualismo y la competividad en lugar de la sinergía y la cooperación. Naturaleza basada en instintos primitivos y en coherencia con el principio darwiniano de la supervivencia del más apto, por lo que la importancia del cambio de paradigma no debería infravalorarse.

Lo sorprendente no es la magnitud de nuestros errores, sino la falta de conciencia que tenemos de ellos, debido a la falsa comprensión de las cadenas causales, es decir de nuestra incapacidad para predecir estos entornos, unida a una falta general de conciencia de ese estado de las cosas, nos dice Nassim Taleb.

El amor no tiene nada irracional, sin nuestras pasiones y principios ¿de dónde vendrían nuestra motivación para hacer elecciones racionales sobre cualquier cosa?







(Volver a página inicial)