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Abril 2018

Mistificación indigenista e inicios del gobierno del MAS



Pedro Portugal Mollinedo

PUKARA

Este artículo condensa un capítulo de un trabajo presentado el año 2008 por el autor al Netherlands Institute for Multiparty Democracy. Lo publicamos porque muestra cómo, tempranamente, se alertó sobre la mistificación de lo indígena, acto que, ineludiblemente, debería concluir en el abandono de esas veleidades y en el actual descarrilamiento modernizante, desarrollista y extractivista de las políticas dirigidas a ese sector.
n.d.r.

El fenómeno del MAS

La propaganda gubernamental busca hacer creer que el MAS es la conclusión histórica de las reivindicaciones indígenas. Si bien la historia lejana, mediata e inmediata del pueblo indio condicionó (“agudizando las contradicciones”, en la añeja terminología marxista) el triunfo electoral del MAS el año 2005, esa victoria no es de ninguna manera la conclusión de la lucha descolonizadora de los pueblos originarios.

Varios trabajos han intentado explicar la hermenéutica que hizo posible la conversión de Evo Morales (un dirigente cocalero, sindicalero e izquierdizante), alérgico en sus inicios al discurso indianista en un connotado político indigenista1, pues resulta curioso que quién declarara que las corrientes indianista eran un ridículo intento de regresar al ch’unch’u pacha (el tiempo de los salvajes)2, terminara luego adoptando caricaturales tesis indigenistas y vistiéndose exóticamente para convencer al público que es un indio auténtico.

En realidad, la corriente descolonizadora que desde Manco Inka hasta las jornadas de El Alto el 2003 se han manifestado en la historia de Bolivia, todavía no ha llegado a Palacio de Gobierno. Los sucedido los primeros años de gobierno del MAS parece más bien un estancamiento en los mitos movilizadores y no en un ejercicio real de gobierno.

En realidad, no se rompió oportunamente con mitos políticos fundacionales, mitos seguramente necesarios para emprender una tarea liberadora, pero que se vuelven rémora cuando se trata de ascender a niveles políticos superiores.

La constitución esencialmente colonial del sistema Boliviano hace que la reacción criolla hacia estos mitos sea por demás curiosa. Cuando es el originario quien toma la iniciativa, proclamando su identidad cultural, su orgullo étnico, generalmente el boliviano reacciona escandalizado, tratando al indio de fabulador, distorsionador y racista. Pero, cuando el indio está apabullado, sometido, silencioso, es el boliviano quién alegremente mitifica al indio. Esta adulteración es el indigenismo.

La mitificación del indio por el mismo indio es un estado transitorio en un proceso de auto identificación con finalidad política liberadora. Es pernicioso si no cede oportuna y adecuadamente el paso a niveles superiores y más reales de pensamiento y de acción. La mitificación del indio por el no indio, tiene sólo finalidad política colonizadora.

La función de la mistificación

Evo Morales es la síntesis del esfuerzo mitificador boliviano hacia el indio; por ello sus extravagancias tienen mayor eco en el exterior que en Bolivia misma.

Entre los indios de Bolivia las “ceremonias” que hacía en palacio de Gobierno a título de recuperar la identidad religiosa andina sólo pueden tener repercusión sarcástica. Sin embargo, en el “primer mundo” europeo y norteamericano (y en latinoamericana en países como Argentina) era percibido ello como resurgencia legítima de la espiritualidad indígena.

El producto político del indigenismo sólo puede ser falsificación. El investigador que haga el mínimo esfuerzo no puede menos que percibirlo, aun cuando no vislumbre todos sus componentes ni perciba todas sus consecuencias:

...aujourd’hui en Bolivia, des anthropologues et des ethnohistoriens mènent des recherches apologétiques sur una “culture aymara” dont on ne sait pas grand chose...(...) Ce manque d’information sert largement une image aymara -centrée de l’indigène bolivien, élaborée par les scientificques et capturée par les mouvements indianistes: le plus bel exemple en est la mobilisation indienne dont s’est servi Evo Morales, l’actuel président de la République bolivienne. 3

Sobre esa base ideológica se entiende que en el “gabinete indígena” de Evo Morales no haya “indígenas de gabinete”. El gobierno de Evo Morales apenas tiene uno o dos ministros indios 4.

Explicar porque no hay indios en el gobierno es fácil para algunos . El vicepresidente Álvaro García Linera declara reiterativamente:

Es una lectura simplista decir que porque aún hay pocos indígenas no es un gobierno indígena. Un investigador serio podría revelar el hecho sociológico de lo que está pasando en el gobierno: la ausencia de más cuadros indígenas no tiene que ver con el rechazo de su presencia sino con la ausencia de postulantes y las limitaciones en las competencias estatales de muchos postulantes indígenas o campesinos.5

Esa explicación es una falsa excusa, pues sí hay profesionales indios. Lo que sucede es que no se los acepta, más bien se los descarta. Desde el 2004 el doctor Benjamín Chambi ha sufrido los mecanismos de exclusión racista en el sistema médico en Bolivia, y en el actual “gobierno indígena”. El doctor Chambi es una eminencia con estudios en la Federación Rusa y especializado en micro cirugía. No logró conseguir trabajo en Bolivia y cuando recurrió a la Ministra de Salud del MAS, Nila Heredia, ésta “la trató sumaria y despectivamente.”6

Otro ex becado en la Federación Rusa y egresado en diplomacia, el Lic. Juan Choque Apaza, vio negadas sus solicitudes de trabajo en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia.7

Es pues falso que no existan profesionales indígenas con calificación para puestos de dirección. Lo que sucede es que estos no cumplen satisfactoriamente los requisitos que el gobierno necesita para presentarlos como “buenos indígenas”: Conocen su especialidad y no podrían — como lo hace por ejemplo el Canciller de la República, David Choquehuanca— divagar sobre “el sexo de las piedras” o que “ya no hay que leer libros, sino en las arrugas de los abuelos”. Estos profesionales sí gobernarían, no serían muestrario exótico para cierta opinión pública internacional, sedienta de exotismo y acomplejada por su pasado colonial.

El vacío ideológico

Esta ilegitimidad está camuflada en un nimbo ideológico esotérico, imaginativo pero vacío de contenido histórico y social.

Los indigenistas que están en el poder son esos “profesionales”, que sobresaltaban a los autores de Les néo-indiens. Une religión du IIIe millénaire (ver nota 3). Ocupan importantes puestos de dirección, asesoramiento y administración, impregnando con sus especulaciones las decisiones del actual gobierno.

A partir del contenido de una entrevista a uno de ellos, podemos esquematizar el pensamiento de estos señores8:

-No asumen su mestizaje. Son generalmente blancos o mestizos, pero para hacer valer sus divagaciones sacan a relucir el ancestro indígena, la abuela de pollera, el segundo apellido de consonancia nativa que antes ocultaban, o cualquier otro elemento que pueda dar «legitimidad étnica» a su discurso.

-Enmarañan su discurso con palabras sueltas en lenguas nativas. De esa manera confunden y pasman al lector, quién por lo común (al igual que ellos) desconoce el uso cotidiano de algún idioma indígena.

-Esconden su vacío tras una supuesta sabiduría indígena. Cosmovisión, espiritualidad, qha-paq ñam, suma qamaña, tetraléctica... son pórticos a un saber

esotérico superior al racionalismo occidental, armando así un edificio grotesco en el que hasta lo ridículo es "sagrado":

“...entonces todo está ritualizado hasta largarse un pedo, yo me puedo largar un pedo en la reunión de la comunidad y nadie se molesta, porque es parte de nuestra cosmovisión, las wawas están ahí en el piso en las reuniones de la COB, la gente está comiendo, pijchando, vendiendo, tu dirías esto es un circo, no es así, es su cosmovisión”.9

- Sin embargo, para dar autoridad a su discurso, apelan siempre a términos y autores muy eurocéntricos y contemporáneos de la ciencia que dicen despreciar: epistemología, física quántica, Hoppkins, Barthes...

-Están inmersos en una pugna interna cruenta y sin cuartel, donde unos alquimistas excluyen a otros de los actos oficiales de este gobierno. Los temas de disensión son si el número sagrado andino es el 4, el 7 ó el 9; si la lógica andina es tetraléctica o pentaléctica; si para decidir a quién invitar a un congreso hay que consultar a las estrellas o a las hojas de coca... Temblamos de sólo pensar de qué manera el vencedor influirá en las decisiones oficiales.

El programa del MAS

¿De qué manera esta barahúnda ideológica influye en los desaciertos del actual gobierno? Sus propuestas iniciales respecto al mundo indígena y la descolonización sí fueron influenciadas por esa visión.

Para ilustrar el tema haremos un análisis del proyecto de Constitución del MAS10. Es importante,—previamente—comentar una iniciativa del gobierno que aporta elementos sobre este asunto.

En abril de 2007, el ministro de Educación de Bolivia indicó que “110 Sabios Indígenas, de los cuales 45 son maestros urbanos y 45 maestros rurales y 20 líderes indígenas, se encargarán de diseñar la malla escolar curricular en el occidente que será complementada con la visión modernizadora que tienen los intelectuales y maestros orientales de Bolivia.”11

Ello supone que existe una sabiduría diferente en el mundo indígena. Tan diferente que exige laparticipación de “sabios” para redactar un currículo. Sin embargo, esa diferencia es definida de manera peyorativa, pues sería complementada con una “visión modernizadora”, ¡que estaría a cargo de los maestros de la región oriental del país!

Esos “sabios” realizaron su trabajo en la más absoluta reserva: se les prohibió toda declaración a la prensa. Por largo tiempo sus trabajos permanecieron en la más completa discreción. Finalmente, el 13 de octubre de 2007 la nueva ministra de Educación y Culturas recibió “la propuesta base de la nueva currícula de la educación boliviana, de manos de indígenas, intelectuales, maestros rurales y urbanos, cuyo enfoque es integral e interdisciplinario, en el marco del proceso de transformación de la educación”. La ministra declaró que la nueva currícula “...fue elaborado por sabios indígenas originarios que en 515 años nunca fueron tomados en cuenta y que ahora junto a maestros e intelectuales fueron parte de una construcción colectiva y consensuada”12. Es decir, la novedad no es el contenido, sino el efecto propagandístico del simbolismo de supuestos sabios en la elaboración de algo que, finalmente, era mejor hacerlo con los maestros e intelectuales que habitualmente están capacitados para ese trabajo.

Al alentar un mito con fines propagandísticos, el gobierno se entrampa en el mismo. Cuando se anunció esta iniciativa de “sabios indígenas”, se elevaron voces de protesta, muchas pertinentes13, ahondando así la separación entre indígenas y criollos, esta vez buscando volver sabio y adorable al indígena.

El asunto de los “sabios indígenas” no es accidental y accesorio; más bien revelador sobre la naturaleza del actual gobierno. Veamos ahora de qué manera el indigenismo se expresa en el proyecto de Constitución.

El proyecto masista de Constitución Política

La Asamblea Constituyente inaugurada en Sucre el 7 de agosto de 2006 tuvo un transcurso lleno de peripecias y enfrentamientos. En un ambiente caótico culminó sus trabajos aprobando “en grande” un proyecto de Constitución Política del Estado en un recinto militar. Finalmente, en otra ciudad (Oruro), también en circunstancias poco heroicas, aprobó “en detalle” ese proyecto, el 9 de diciembre del mismo año. Que las circunstancias influyen en el resultado, lo demuestra lo caótico e indeterminado de ese proyecto.

En un documento constitucional —creemos— las definiciones primeras tienen que ser claras, unívocas, pues el resto legal se desprende de ellas: En el proyecto de Constitución que comentamos su Artículo 1 indica:

“Bolivia se constituye en un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías. Bolivia se funda en la pluralidad y el pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico, dentro del proceso integrador del país”14.

En este artículo existen no menos de 18 adjetivos-conceptos que quieren caracterizar al nuevo Estado. ¿Riqueza conceptual o reflejo de la imposibilidad de llegar a síntesis en las sesiones? Se incluye, como en cajón de sastre, la mayor cantidad de “aportes”, sin preocuparse por la claridad y coherencia del conjunto.

El Artículo 2 está redactado para satisfacer a quiénes deseen pruebas de la «naturaleza indígena» del nuevo Estado:

“Dada la existencia precolonial de las naciones y pueblos indígena originario campesinos y su dominio ancestral sobre sus territorios, se garantiza su libre determinación en el marco de la unidad del Estado, que consiste en su derecho a la autonomía, al auto-gobierno, a su cultura, al reconocimiento de sus instituciones y a la consolidación de sus entidades territoriales, conforme a esta Constitución y la ley.”

Este artículo refleja la vacuidad del nuevo orden político respecto a la descolonización y pone los primeros gérmenes de futura inestabilidad del actual conglomerado boliviano.

En efecto, la “existencia precolonial” de las “naciones y pueblos indígena originario campesinos”, sólo puede justificar una existencia post colonial de los mismos, es decir: una descolonización. El contenido de esos términos remarca la estrechez en los que este mismo proyecto de Constitución quiere encerrar a “las naciones y pueblos indígenas”.

La “libre determinación”, la “autonomía”, el “autogobierno” no pueden sino implicar una independencia nacional indígena. Sin embargo, el Artículo 2, indica que esos derechos están garantizados “en el marco de la unidad del Estado”. Es decir, la independencia en realidad es una dependencia: las naciones y pueblos indígenas continuarán sometidas a la nación colonial en la ficción de un Estado plurinacional.

Los inspiradores de esta Constitución se basaron en recientes esfuerzos de organismos internacionales y ONG’s encomendadas “resolver” el problema indígena. Estos esfuerzos son inadaptados para el caso de Bolivia.

Entre los recursos con que disponen esas instancias y ONG’s están la reciente Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas15 y el Convenio 169 de la OIT16. Sin embargo, estos documentos internacionales tratan los derechos de los pueblos indígenas al interior de los denominados “países independientes”.

No regulan propiamente el derecho a la autodeterminación, es decir a la descolonización, pues éste está contemplada ya en los principios de la ONU y otros documentos internacionales. La “Declaración” y el “Convenio” tratan únicamente sobre los casos excepcionales y complejos en los que los pueblos indígenas — existentes al interior de países ya independientes — no pueden constituir su independencia pero, a pesar de todo, merecen derechos especiales: Es decir, allí donde los pueblos indígenas son minoría. En Bolivia, a este sujeto, tenemos dos características: La población indígena es mayoría y su vocación histórica ha sido la descolonización.

Evo Morales y el MAS, en este Artículo 2 cometen un dislate: Colocan pomposamente definiciones e identificaciones estatales que no corresponde, alistando de esa manera futuras reivindicaciones de verdaderas autodeterminación de pueblos indígenas, con características de disgregación de la identidad estatal boliviana tal como la conocemos ahora.

Este embrollo explica la oposición a este proyecto por parte de elementos conservadores: Ellos ven en esa Constitución un peligro indígena revanchista, prestándole al gobierno aviesas intenciones, cuando probablemente sólo se trate de resolver oportunas necesidades.

Por otra parte, los sectores indianistas y kataristas ven en ese artículo (y en todos los actos del actual gobierno) una manipulación de las reivindicaciones indígenas, una utilización de sus reclamos históricos para no efectuar ningún cambio profundo. En realidad, la descolonización no es un proyecto del MAS, sino más bien un obstáculo en su camino. La manera cómo concibe el gobierno ese problema perenniza la colonización interna, pues el reclamo histórico indígena fue el empoderamiento, y todo empoderamiento responde a condiciones concretas, en el caso boliviano la existencia de la realidad boliviana y el dominio de conocimientos y usos contemporáneos, lo que desestima el recurso de autonomías restringidas y la reivindicación de supuestas sabidurías añejas.

Desentrañado el Artículo 2, los demás artículos del proyecto de Constitución son puro relleno, en lo que se refiere a los indígenas. Nos detendremos, sin embargo, en algunos de ellos:

El Artículo 8 indica:

“El Estado asume y promueve como principios ético-morales de la sociedad plural: ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón), suma qamaña (vivir bien), ñandereko (vida armoniosa), teko kavi (vida buena), ivi maraei (tierra sin mal) y qhapaj ñan (camino o vida noble).”

En este punto nos remitimos a lo expuesto en el subtítulo «El vacío ideológico». Así como los indigenistas salpican sus elucubraciones aparentadas con el esoterismo occidental con palabras y conceptos aymaras, quechuas o guaranís, para hacerlas parecer cosmovisiones indígenas, en política es de buen tono poner uno que otro principio en lenguas nativas, para hacer creer que se trata de política indígena y no de una variante más de la politiquería colonial.

¿Qué mérito tiene proclamar cosas como el ñandereko o el qhapaj ñam? Pues inducir, hacer creer que el resto de disposiciones constitucionales son derivaciones de esos principios y no aplicaciones de las estrategias políticas coloniales.

Pongamos el caso de lo indicado en el Artículo 336:

“El Estado apoyará a las organizaciones de economía comunitaria para que sean sujetos de crédito y accedan al financiamiento.”

La estrategia política masista está basada en las divagaciones indigenistas, una de éstas es que el indio es esencialmente comunitario (en la definición cosmovisionista que ellos tienen de lo comunitario). Esta idea es buena para superficialidades culturalistas; pero, cuando se trata de cosas como la economía, el asunto es más serio, pues hasta ahora no se han determinado las formas comunitarias de producción e intercambio que existirían. Es decir, un valor y un modelo de conducta social se lo coloca como realidad tangible que merece el crédito y el financiamiento.

En realidad, la ecuación es simple: La supuesta “economía comunitaria” será la economía centralizada y arcaicamente socialista que los mecanismos de Estado seguramente impulsarán para fortalecer y dar asidero al proyecto político de Evo Morales, proyecto que prefiere mimetizarse bajo el sedante apelativo de “comunitario”.

Esto se aclara cuando leemos lo que indican los artículos 393 y 394 del proyecto de Constitución.

El Artículo 393 indica:

“El Estado reconoce, protege y garantiza la propiedad individual y comunitaria o colectiva de la tierra, en tanto cumpla una función social o una función económica social, según corresponda.”

He aquí, pues, lo comunitario elevado a forma de propiedad17, al mismo título que lo individual18. Este reconocimiento a la particularidad comunitaria se tempera, sin embargo, cuando tomamos conocimiento de lo que indica el artículo 394, que asimila lo comunitario con lo colectivo. Así, las veleidades comunitaristas van difumándose en provecho del paso irresistible y sólido del colectivismo de siempre: Leamos lo que señala el Artículo 394:

“El Estado reconoce, protege y garantiza la propiedad comunitaria o colectiva, que comprende el territorio indígena originario campesino, las comunidades interculturales originarias y de las comunidades campesinas. La propiedad colectiva se declara indivisible, imprescriptible, inembargable, inalienable e irreversible y no está sujeta al pago de impuestos a la propiedad agraria. Las comunidades podrán ser tituladas reconociendo la complementariedad entre derechos colectivos e individuales respetando la unidad territorial con identidad.”

Podríamos introducir otras consideraciones, relacionadas estas a la “justicia comunitaria” o las referentes a las formas de “autonomía indígena”, por ejemplo. Sin embargo, los elementos arriba analizados consideramos son esenciales para entender la esencia del proyecto constitucional del MAS, en lo que se refiere al proyecto descolonizador indio.

______

1 A este sujeto es particularmente interesante, por los datos que brinda (aun cuando el estilo “of the record” de sus fuentes le resta certeza en sus afirmaciones), el libro de MARTÍNEZ, Emilio: Ciudadano X, Editorial imprenta El País, Santa Cruz, 2008.

2 Opinión que esgrimía Evo Morales cuando era dirigente en la CSUTCB, según relata Felipe Quispe.

3 “...hoy día en Bolivia, antropólogos y etnohistoriadores desarrollan investigaciones apologéticas sobre una “cultura aymara” de la cual no se sabe gran cosa... (...) Esta falta de información sirve ampliamente a una imagen aymaro centrista del indígena boliviano, elaborado por científicos y capturada por los movimientos indianistas: el mejor ejemplo es la movilización india de la cual se sirvió Evo Morales, el actual presidente de la República boliviana”. GALINIER, Jacques. MOLINIÉ, Antoinette, Les néo-indiens. Une religión du IIIe millénaire. Odile Jacob, 2006, France.

4 Situación tan cierta el año 2008 como ahora, el 2018. n.d.r.

5 Entrevista con Álvaro García Linera en: Karin Monasterios, Pablo Stefanoni, Hervé Do Alto (editores) Reinventando la nación en Bolivia: movimientos sociales,

Estado y poscolonialidad. CLACSO Libros, Plural Editores, La Paz, 2007. Álvaro García Linera es quien, preferentemente, desarrolla y explica esta situación. Es tentador preguntarle sobre el tema, dado que él pasa por ser el especialista de asuntos indígenas en el gobierno. La repetición de argumentos de García Linera se lo puede encontrar en diversos medios bolivianos. A modo de ilustración damos dos direcciones en la red mundial: http://www.ccla.org.pe/publicaciones/b30/ec02.htm

http://maristellasvampa.net/blog/?p=59

6 PORTUGAL, Pedro. Corrupción y racismo en el sistema de salud boliviano. En: Pukara Nº 11, 2006, La Paz. Puede también ser consultado en: http://www.periodicopukara.com/pasados/pukara-11-articulo-del-mes.php

7 SIRPA TAMBO, Daniel. El gobierno discrimina a profesionales indígenas. En Pukara Nº 18, 2007, La Paz. Puede también ser consultado en: http://www.periodicopukara.com/pasados/pukara-18-articulo-del-mes.php

8 BANDEIRAS, Oscar. Entrevista a Marcelo Zaiduni Yupanqui. Pub. Electrónica, Quechua Network <http://www.quechuanetwork.org/news_template.cfm?news_id=4998&lang>

9 Op.cit.

10 En la fecha de redacción del trabajo del cual una parte es condensada en este artículo, la Nueva Constitución era todavía proyecto. Entró en vigencia recién el

7 de febrero de 2009. n.d.r

11 http://www.padep.org.bo/www/index.php?pg=proyectos/Anteriores/2007/04/viejossabios/

12 http://lostiempos.com/actualidad/nacional/20071013/entregan-curricula-escolar

13 Una de esas voces expresaba: «Veo con mucha preocupación la caricaturezca dirección que toma el tema de “lo indígena» en Bolivia, categoría, que a modo de bandera de guerra, se usa en el discurso de los actuales funcionarios de gobierno, sin escrúpulo alguno. Soy Antropóloga de profesión, y el contacto en vivo con las diferentes culturas (ninguna pura ni perfecta, por cierto) que habitan sobre el territorio boliviano, me ha ayudado a situarme con objetividad sobre el romanticismo exacerbado, que en la mayoría de las veces proyecta desde la ciudad, o peor cuando desde el estrecho marco de la ventana de un escritorio, se producen planteamientos como el de pretender definir, o será más bien designar, a los “sabios indígenas”». La integridad de esa nota, redactada por Mirtha Pereira, puede ser leída ingresando a:http://es.groups.yahoo.com/group/aulalibrebol/message/2223

14 Todas las referencias al proyecto de Constitución están extraídas de la versión oficial y puede ser consultada en:

http://abi.bo/coyuntura/asamblea/nueva_cpe_aprobada_en_grande_en_detalle_y_en_revision.pdf

15 Esta Declaración fue aprobada por la Asamblea General de la ONU el 13 de septiembre de 2007, después de negociaciones que duraron por más de dos décadas.

16 El nombre completo de esta Convenio es Convenio OIT Nº 169 sobre pueblos indígenas y tribales en países independientes, y es una revisión efectuada en 1989 de un convenio previo firmado en 1957.

17 Cabe resaltar que hasta ahora, año 2018, esa disposición es letra muerta: no existen organizaciones económicas comunitarias y el gobierno no ha hecho ningún esfuerzo por constituirlas. n.d.r.

18 Notemos, de pasada, que el citado Artículo 393 ha sido redactado para calmar a quienes toman en serio las proclamas públicas del presidente Evo Morales, en sentido de “destruir el capitalismo”. Siendo la propiedad privada la base del sistema capitalista, no se entiende cómo se podría destruir éste manteniendo al mismo tiempo aquélla, sustentando solamente la esperanza de un gobierno pluralista en el plano económico. La jugada —bastante alto- peruano, por cierto— parece residir en la consideración con que finaliza el citado Artículo: se respetará la propiedad privada “en tanto cumpla una función social o una función económica social, según corresponda”, lo que implica un condicionante de interpretación y aplicación sujeta a las necesidades de la coyuntura política.

PUKARA Cultura sociedad y política de los pueblos originarios. Periódico Mensual Abril 2018 Qollasuyu Bolivia Año 12 Número 140. Pp. 6, 7, 8.

http://www.periodicopukara.com/archivos/pukara-140.pdf







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