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Febrero 2018

Warisata: La Época de Oro de la educación indigenal


Yvette Mejía*

PUKARA

Cada 2 de agosto se conmemora la creación de la Escuela Ayllu de Warisata y la puesta en práctica del paradigma andino: liberación, organización comunal a través del Parlamento Amauta, producción educativa comunal, revalorización de la identidad cultural, reciprocidad y solidaridad en la comunidad que se recrea en la producción sustentable con la madre tierra. El proceso de aprendizaje comunal comprendía la metodología de la heptalogía: aula, taller, sembradío, arte, deporte, intercambio y extensión cultural. Se daba solución así a los problemas de la comunidad, se trascendió a toda la República en núcleos educativos y se influenció pedagógicamente en Latinoamérica.

La Escuela Ayllu de Warisata es el episodio más trascendente de las luchas indígenas del siglo XX. Su historia es un llamado libertario a la conciencia nacional, a la afirmación de la voluntad, a la creación del carácter nacional y a sus posibilidades de desarrollo económico. La Escuela Ayllu sorprendió con la pedagogía de la vida, el trabajo creativo. El rescate de la cultura ancestral no fue comprendido en su época, sin embargo creó las bases de la pedagogía del futuro. Su prematura desaparición consterna aún, pues está ligada a la muerte del Presidente Germán Busch. Destruyendo estas escuelas —no es exagerado decir— se asesinó a Bolivia en la flor de la vida, se cortó el futuro de un país. Comprender el enigma que ofrece esta historia, es el reto que se lanza a las generaciones futuras.”1

Warisata la escuela ayllu

La Escuela Profesional de Indígenas de Huarizata”2 fue fundada por el profesor Elizardo Pérez, Avelino Siñani y otros, el 2 de agosto de 1931 y duró hasta principios de 1940. Fue el núcleo de treinta y tres escuelas en el altiplano. En menos de una década fue modelo para la fundación de otros quince núcleos educativos indigenales y selvícolas en Bolivia. Fue aprobado para otros países en el I Congreso Indigenista Latinoamericano de 1940, en Pátzcuaro, México. Warisata debió haber sido sede del encuentro pero la oligarquía desató una campaña en su contra. Elizardo Pérez la realizó en tierra azteca, apoyado por el presidente de México, Lázaro Cárdenas. Warisata está relacionado con el legado ancestral del imperio inkaico, la guerra del Chaco, los cuatro presidentes nacionalistas que gobernaron esa época y el contexto internacional. Su destrucción está íntimamente ligada a la muerte del Presidente Germán Busch.

Warisata no fue fantasía o utopía, pero fue “borrada” por los historiadores al servicio de gobiernos entreguistas. En 1960 el Parlamento Amawta encargó a Elizardo Pérez escribir su historia como testamento para las generaciones futuras, ese es el origen de la obra Warisata La Escuela-Ayllu, publicada en 1962.

Aspecto conceptual de la escuela ayllu

La Escuela-Ayllu (provincia Omasuyos, departamento de La Paz), es legítimo orgullo nacional por haber aportado a la humanidad conceptos fundamentales en varias disciplinas científicas.

El concepto de educación va más allá de la mera instrucción: implica liberarse, organizarse comunalmente, revalorizar la identidad cultural, producir en comunidad y solidarizarse recíprocamente. El concepto de educación productiva comunal tiene siete variables / requisitos: aula, taller, tierras de cultivo, arte, deporte, extensión e intercambio cultural. También el concepto de núcleo escolar: varias unidades educativas que se concentran alrededor de una central.

En el marco de la epistemología y axiología, Warisata aportó con el modelo de ayllu: manera de ser, actuar y pensar de los pueblos que habitaron en esta parte de América. Su práctica, como un todo coherente, fue el secreto del éxito de La Escuela Ayllu.3

En economía aportó con los conceptos de taller /micro-empresa-educativa comunal y de polo de desarrollo integral. En política, los conceptos de escuela como defensora de la soberanía nacional y de Parlamento Amawt’a, institución horizontal de dirección, administración, organización y ejecución de proyectos educativos.

Los indios de Warisata y los profesores citadinos adoptaron formas novedosas de educación y desarrollo, al incorporar toda la comunidad en el hacer educativo.

El legado cultural

Los colonizadores encontraron una cultura organizada, el Imperio Inkaico, que causa admiración hasta hoy. A los inkas no les faltaba alimento, educación ni vestimenta. Si bien dependían del Inka, su política, economía y religión era para el bienestar del pueblo. Su arquitectura era impresionante y la tierra de propiedad comunal. La producción agropecuaria se daba en extensos latifundios de tres tipos: De los Incas, hijos del Sol; de los sacerdotes, funcionarios y amawtas y de las comunidades. Se los labraban con el trabajo de los comunarios a través de instituciones solidarias y un calendario ritual. Los jerarcas españoles se apropiaron las tierras del Inka; los de menor jerarquía las de los sacerdotes, quedando libres las tierras de muchas comunidades. Los españoles aprovecharon las instituciones de servicios, como el ayni, la mincka, la utawawa, el mäch’amaki y otras4. Los españoleslas transformaron en pongueaje, opresión al indio, miseria, hambre e ignorancia, para labrar las tierras que se habían apropiado y, sobre todo, explotar las minas en Potosí.
“Al llegar a Warisata no quisimos destruir nada, porque no era esa nuestra misión. Al contrario. Respetamos todo cuanto habíamos encontrado: religión, arte, política, costumbres, instituciones seculares, etc. Comenzamos a estudiar el medio, y a su gente, indagar, sobre sus vicios y virtudes, el sentido de sus fiestas que realizaban con seriedad y moderación, en lo vernáculo, mitológico y hedonista. El primer Carnaval, lo auspiciamos y bailamos también nosotros. El miércoles de ceniza rendimos culto debido a la Pachamama, (Madre tierra) cuyos fecundos senos prometían abundante cosecha en retribución al tributo que le habíamos ofrecido al sembrar papa, oca, quinua, habas, etc. Se verificó la “challa” (ofrenda) de acuerdo al ritual tradicional... ¡Solemne momento, de súbito y espontáneo silencio, mientras todos permanecíamos de rodillas! El más representativo de la comunidad dirigía el acto. En esta ocasión le correspondió a Mariano Ramos, venerable “jilakata” (Jefe). (Pérez 62: 109). “Entonces pude apreciar, todo lo grande de sus virtudes individuales y sociales. Me di cuenta de que el país no ha hecho otra cosa que subestimarlo y envilecerlo por todos los medios, sin lograr, empero, destruir sus tradiciones y su cultura vernácula, enraizadas desde mucho antes de la fundación del Imperio Inkaico.” (: 100)
El contexto nacional

La independencia del 6 de agosto de 1825, origen de la República de Bolivia, no liberó del yugo español a todos los bolivianos, sólo a los descendientes de españoles. Los comunarios indios, selvícolas y afro descendientes —80% de la población— continuaron oprimidos sirviendo a los nuevos vencedores mediante la servidumbre del pongueaje. Los descendientes de los españoles se quedaron con tierras y comunarios; “compraron” incluso comunidades libres, lo que originó rebeliones. En el oriente se apropiaron de tierras de tribus salvajes, que hoy se llaman naciones originarias: sirionós, yuracarés, mojeños, etc. Por eso allí también se dieron rebeliones aplastadas con barbarie, como en el núcleo educativo de Casarabe, parte de los dieciséis núcleos indígenales, donde se eliminaron a más de trescientos sirionós (:411). Sin embargo, en los ayllus se mantuvo la organización con la sabiduría de las tradiciones ancestrales, de ahí que en Warisata se pudo poner en práctica la organización administrativa productiva que llamamos el modelo de ayllu.

Imperaba en Bolivia el Súper-estado que fue un “estado” encima de los gobiernos para favorecer a la clase alta y media, denominada rosca-minero-feudal (Céspedes 56:7, 191). Esa minoría letrada blancoide, de tendencia liberal, saqueaba y entregaba nuestras materias primas al capital extranjero. La conformaban la petrolera norteamericana; los barones del estaño, Patiño, Hoschild y Aramayo, y en el oriente la Casa Suárez y Hnos. y otros que comerciaban caucho, castaña, cacao, quinua, madera, cueros silvestres y ganado, explotando a los selvícolas y apoderándose de sus tierra5. Los medios de producción, de comunicación y los latifundios estaban en esas manos. Para poder explotar prohibían a los indígenas aprender a leer y escribir, bajo pena de castigos. En las minas y el campo los indios vivían en la miseria y en la ignorancia, lo que provocaba levantamientos. “Toda nuestra vida republicana, el gran fondo en que se mueve la nacionalidad está salpicado con el rojo resplandor de las sublevaciones y su correspondiente apaciguamiento con la metralla.” (Pérez 62:72)

La guerra del Chaco (1932-1935) es un golpe a la nación, sobre todo a aymaras, quechuas y guaraníes. Miles de comunarios mueren sin tener el concepto de patria, ni entender el español (viceversa, los oficiales no conocían los idiomas originarios). La guerra, mal conducida, era una torre de Babel, un infierno verde. Todo esta experiencia da conciencia a la clase dirigente de educar al indio; y el indio comprende que debe educarse. Sólo había tres partidos políticos importantes, liberales, republicanos y de tendencia socialista, que hacen historia en ésta década.

Contexto internacional

En la década de los 30 a 40 Rusia y EEUU consolidan las ideologías de izquierda y derecha. La Segunda Guerra Mundial necesita estaño y caucho con fines bélicos. Bolivia entabla relaciones con el régimen nazi, lo que no agrada los EEUU; acoge también a judíos refugiados de Alemania. En México, una década atrás, se fundan escuelas para el indio, el presidente Lázaro Cárdenas las continúa y toma contacto con Bolivia. En Argentina empieza la década de golpes militares. Durante la guerra del Chaco, Argentina apoya a Paraguay. El mundo se estremece por el horror de esta contienda y ante el temor de que el conflicto se expanda, sus embajadas ofician para conseguir la paz. En ese marco se desarrolla Warisata, la Escuela-Ayllu.

La dualidad Rusia-EEUU será pretexto para eliminar escuelas a las que se acusa de comunistas: EEUU combate todo lo que se sospecha sea social-comunista. La amistad de Bolivia con el régimen Nacional Socialista es una causa más para la desaparición del presidente Germán Busch. La Guerra Mundial beneficia a la rosca, pues las potencias compran estaño y goma. Los barones del estaño venden a precios bajos, pretexto de colaborar a la democracia. Busch, mediante decreto, quiere obligar y dejar esas divisas en el reciente nacionalizado Banco Central, lo que genera oposición, otro motivo más para su asesinato. La llegada de los judíos es importante, pues demuestra que Busch tiene personalidad para enfrentar a Alemania en sus decisiones humanitarias.

En esa época los indios aprenden de los judíos que atestan las calles de las ciudades, como el deambular llevando mercaderías para vender. Los judíos traen capital e instalan cafés, tiendas y comercio de importados; son intelectuales o médicos, pero no van a labrar la tierra, como fue el acuerdo para recibirlos. En México, Lázaro Cárdenas apoya la educación al indio en Bolivia y da asilo político a León Trotski, cuya influencia se extiende en el continente.

Contexto histórico de la Escuela Ayllu

En marzo de 1931 después de una guerra civil asumen el presidente Daniel Salamanca, el vicepresidente José Luis Tejada Sorzano y el ministro de Educación Bailón Mercado. La educación del indio es ya un clamor, fruto de las rebeliones indígenas. Elizardo Pérez es contratado en para educar a los indios, pero en el barrio residencial de Miraflores de La Paz. Renuncia porque se da cuenta que educarlos en la ciudad es un engaño. El Ministro de Educación inquiere sus motivos, Elizardo Pérez explica que se debe encarar la educación del indio en su mismo hábitat. El Ministro le dice: “Eso que está usted pensando vaya a hacerlo”.

Elizardo Pérez viaja buscando el lugar indígena, no mestizo, para fundar su escuela. Pasando Achacachi (pueblo donde vivían descendientes de españoles y patrones de latifundios), se dirige a Warisata, a 12 kilómetros. En 1917 había ya conocido en esa localidad, cuando era Inspector de las Escuelas Rurales, al indígena Avelino Siñani, quién a iniciativa privada mantenía una humilde escuela. Se concreta que el profesor sea presentado a los comunarios y explicar el motivo de su visita: edificar una escuela en la que la comunidad debía aportar con la dotación de tierras, con trabajo y con materiales de la zona, pues el Estado sólo iba a aportar con el pago a profesores de materias técnicas.

Los huraños comunarios sopesaron la idea y aceptaron esa insólita propuesta. Los discursos se realizaron en aymara. En representación de la “indiada”, así se llamaba entonces a los comunarios, Avelino Siñani aceptó la propuesta. Con “la sabiduría de un amawta de los tiempos del incario” (:70) Siñani vio que de Pérez no había porqué desconfiar y condujo a la comunidad a apoyar a ese hombre. Ambos se “fundieron en un abrazo fraterno y solidario, sin saber que estaban sellando un destino común...” por toda la eternidad.

Los restos de ambos fundadores fueron enterrados juntos en esa tierra bendita6. Avelino Siñani murió a voluntad en enero de 19417, cuando vio que el proyecto educativo era imposible de continuar. Elizardo Pérez (1892-1980) murió auto exilado en Argentina, sus restos fueron trasladados en romería impresionante de La Paz a Warisata, a su paso las comunidades le rindieron postrer homenaje hasta descansar finalmente junto a Avelino Siñani, como símbolo de que las ideas de ambos trascendieron el mero hecho educativo, para configurar un acontecimiento histórico nacional con perennes postulados de validez universal.

Warisata viene del aymara wari, vicuña y saita, campo: pampa de vicuñas, pues ellas bajaban a pastar a esa planicie. El Ayllu (o comunidad) de Warisata, está en la provincia Omasuyos, departamento de La Paz, entre el lago Titicaca y el nevado Illampu, con vientos inclementes, a 3.800 mts. s.n.m. Sus habitantes vivían en chozas de adobes de tierra con techos de paja, hechas por ellos mismo, así como el mobiliario y su vestimenta. El idioma que se hablaba y se habla es el aymara. La actividad fundamental es agropecuaria y artesanal. Su fuente de ingresos proviene del cultivo de papa (con que se fabrica chuño y tunta), de ocas, habas, cebada y de la actividad ganadera y productos lácteos. A 9 km. de Warisata se encuentra el valle de Sorata, a los pies del nevado Illampu, de clima entre cálido y templado, de fértil vegetación en frutas, flores y madera.

La Escuela-Ayllu se fundó oficialmente un año antes de la guerra del Chaco, el 2 de agosto de 1931, con Elizardo Pérez como Director, Manuel Velasco, maestro de albañilería, José de la Riva, de mecánica y cerrajería, Quiterio Miranda, de carpintería, y Avelino Siñani, como representante de la comunidad, (posteriormente se llamó Presidente del Parlamento Amawta), con la presencia de las autoridades de gobierno y de Achacachi.

Elizardo Pérez descubre en Warisata la persistencia de la raza que ya había exaltado Franz Tamayo: “El espíritu indio ha sobrevivido; misión de la escuela indigenal es darle nueva vitalidad, modernizarlo sin abandonar su tradición, civilizarlo sin destruir su vieja cultura ni sus instituciones. Sólo así cumplirá un papel histórico, salvando a uno de los pueblos más admirables del pasado, esencia y médula del porvenir de América.” (:59). El coloniaje no había vuelto al indio desconfiado, huraño y deprimido. Elizardo Pérez asume la Ulaka ancestral inka que llama Parlamento Amawta. Nada podía hacerse sin consultar a caciques, mallkus y jilaqatas y sin contar con la aprobación de la asamblea. Gracias a este Parlamento los comunarios participaron en todas las actividades de administración y construcción de la escuela.

El 1932 estalla la guerra del Chaco. El gobierno impuso doble carga a los indígenas: seguir de pongos y obligarles ir a la guerra. Elizardo Pérez, extendiendo un mapa, explicó el concepto de defensa del territorio patrio. La escuela mantenía informadas a las madres mediante las cartas que recibían y enviaban. Algunos profesores indios voluntarios en esa guerra, volvieron a colaborar en esta otra guerra, liderada por los directores Guillén Pinto o Pérez; otros, lastimosamente, no volvieron más.

En 1934 el presidente Tejada Sorzano consciente del éxito de Warisata (1)8 forma una Comisión integrada por el Oficial Mayor de Educación (NN) y por Elizardo Pérez para fundar con ese modelo otros cuatro núcleos escolares: Cañadas–Vacas, (2) en Cochabamba, con Toribio Claure de director; Huacharecuré, en Moxos, que después se trasladó a Casarabe, (3) en el Beni con el grupo étnico Sirionó, su director fue Carlos Loayza Beltrán junto a su esposa Ercilia Soruco; Parapetí, (4) de indígenas guaraníes, en la frontera con Paraguay, en Santa Cruz, con Enrique Quintela de director, colaborado por el indígena guaraní, capitán Ayreyu y el de Tarucachi, (5) Oruro, en una zona muy pobre.

Terminada la guerra en 1935, los militares dan un nuevo golpe de estado y llevan a la presidencia al general David Toro (1936-1937). Warisata, ya famosa, cobija profesores, escritores y artistas como Manuel Fuentes Lira, quien fue expulsado del Perú, Fausto Aoiz, Carlos Salazar Mostajo, Raúl Botelho, Raúl Pérez, hermano menor de Elizardo, Mario Alejandro Illanes, Antonio Gonzales, autor del cancionero warisateño, y otros. Entre los indígenas se admira la obra de los hermanos Otto como talladores, Máximo Wañuyco es la revelación como poeta, Máximo Miguillanes, quién escribirá después la historia de la fundación del núcleo de Llica, Celestino Saavedra, Casimiro Flores, Apolinar Rojas, Mariano Huanca, Avelino Siñani, etc., directores y oradores de gran fuerza.

Se vive un Renacimiento de las letras, el arte y la política. Lastimosamente al mismo tiempo hay inquina contra los núcleos indigenales. La prensa opositora proclama que las escuelas son centros comunistas, que buscan adueñarse de las tierras de los patrones y usurpan funciones a las autoridades, que no cumplen horarios y, lo peor, que Elizardo Pérez roba el dinero de las escuelas y explota a los indios. Se acumulan más de treinta tres juicios contra él y le prohíben pasar por Achacachi, bajo riego de ser apresado. Un tribunal y el paso del tiempo esclarecen su conducta. Hernán Siles Suazo le llamará luego apóstol de la liberación del indio.

En 1936 Bernabé Ledesma y Elizardo Pérez preparan el Estatuto de Educación Indigenal, aprobado el año siguiente en una Asamblea de directores. Tiene así la actividad educativa indígena un instrumento ideológico y práctico. Ese estatuto será promulgado a rango de Ley de la Nación en el gobierno de Busch y despertará sensación en el I Congreso Indigenista de Pátzcuaro (: 342, 461-476), sirviendo de modelo a varios países de Latinoamérica. Fue lo primero que derogaron en Bolivia tras la muerte de Busch.

En el gobierno de Bush el ministro Alfredo Peñaranda, nombra a Elizardo Pérez Director de Educación Indigenal a nivel nacional. Peñaranda valora la obra de Warisata e incrementa los núcleos. (núcleo = una escuela madre y varias otras en las comunidades, que dependen de ésta). Peñaranda funda personalmente el de San Lucas, (6) y Mojocoya, (7) en Chuquisaca; el de Llica, (8), frontera con Chile, para defender la soberanía contra la constante penetración chilena, con Bernabé Ledesma como Director y la colaboración de los excombatientes aymaras, Máximo Miguillanes, Venancio Lutino y Guillermo Villca; Talina, (9) en Potosí, frontera con la Argentina y Canasmoro, (10) en Tarija.

Warisata era la taika (madre, en aymara). Los comunarios la sentían madre en sentido biológico, pues era como si hubiera parido a los núcleos y a las seccionales de cada núcleo. Hasta entonces los núcleos son doce, contando el de Caiza (11) en Potosí, de fundación anterior a Warisata y donde su director Raúl Pérez junto a su esposa la maestra Sofía Criales y sus hijos, desarrollan obra magnífica, colaborados por el quechua Gabriel Pari, y el de Utama, (12) situada en Caquiaviri, en el altiplano, fundados por Alfredo Guillén Pinto y su esposa Natty Peñaranda, de distinta orientación a Warisata.

En esa época viaja Carlos Salazar, entre otros, a un curso en México y termina dictando conferencias sobre los fundamentos de Warista. Comprueba que las escuelas mexicanas, a pesar del apoyo económico, fracasan y que ninguna se asemeja a su Warisata, hecha de sudor y sangre.

La participación de las comunidades aledañas consolidó la escuela de Warisata, lo que atrajo la simpatía del medio urbano y de la clase media comprometida: socialistas, anarquistas, indigenistas, artistas, políticos, estudiantes, universitarios y empresarios apoyaron la obra educativa con un altruismo que rayó en la locura. Personajes del extranjero llegaron a Warisata y apreciaron la obra educativa que se volvió el centro del indigenismo internacional.

Si las escuelas despertaron pasión en la clase media, en los indios generó un compromiso total. El indígena fue partícipe y constructor de edificios escolares, que esta vez eran para él mismo. Controlaba celosamente el proyecto de enseñar a leer y educar a los niños indios, con sus instituciones seculares nacidas de su propio entorno, necesidades y aspiraciones: Veían a las escuelas “como defensoras de sus derechos y de su porvenir.” Levantaban sus escuelas con “feroz determinación,” se volvieron “vigilantes”, ejercían “severo control” con la mística, “la gravedad” y “circunspección,” “característica de la raza”. Elizardo Pérez anota que con la voluntad de estos hombres se podía mover montañas. “El viajero indígena para el que no hay distancias, solía llegar de apartadas regiones sólo para pisar el sagrado suelo y llevar a su aldea el relato de lo que había visto aquí. El llamado de Warisata se oía sacudiendo la fibra más íntima del indio, en donde quiera que este tuviese su morada. Desde los tiempos de Tupak Katari jamás se había producido movilización tan grande como ésta. El despliegue de energía y valor llegó a hazañosas altitudes,” eran verdaderas “movilizaciones de masas.” “Llegaban a besar el sagrado suelo.” (C. Salazar en Pérez 92.) Quizá porque el TAKKE JAKKEN UTAPA (La Casa de Todos), despertaba ecos libertarios y anhelos de justicia, es que fue borrado de nuestras portadas junto con el WARISATT WAWAN CHCHA-MAPA (El Esfuerzo de los Hijos de Warisata) (estas son dos divisas que se escribieron en la portada del balcón de la Escuela –Ayllu) después que el gamonalismo consiguió echarnos de Educación Indigenal.” (:153)

Cada conmemoración de la fundación de la Escuela era una fiesta educativa. Se concentraban miles de comunarios a la cabeza de autoridades de gobierno, junto a embajadores de repúblicas hermanas. Sigue sucediendo lo mismo en el área rural de muchos departamentos, influencia fuerte de las escuelas, pero ya no con la participación de esos ilustres visitantes.

El 14 de julio de 1937 asume la presidencia el teniente coronel Germán Busch (1937-1939), héroe de la guerra del Chaco. Uno de sus primeros actos de gobierno, el 20 de julio de 1937 a los 6 días de asumir la presidencia, fue decretar el 2 de agosto, Día del Indio, en honor a la fundación de Warisata. Acto de reconocimiento y de respeto al indio, de quien valoró su valía como combatiente durante la contienda del Chaco. Hasta entonces el indio era, ni más ni menos, una bestia de carga. Semejante disposición en honor al indio sonó como una bomba en el medio minero–feudal.

Busch se caracterizó por apoyar a las clases mayoritarias, fomentar la educación y recuperar ingresos por las materias primas. Busch y Villarroel son ejemplo de militares progresistas, capaces de defender los intereses de la nación. En su gobierno se promulgó el Reglamento de Educación Campesina o Indigenal, que hizo progresar la educación también en la región selvícola y dio protección a las fronteras. Maestros mexicanos que observaron el desarrollo de las escuelas en Bolivia publicaron un libro que fue presentado en el Primer Congreso Indigenista9.

Por la oposición a su régimen, la corrupción e infiltración de sus propios ministros (algunos eran abogados de las empresas mineras), Busch se declara Dictador. Para frenar la intromisión de EEUU hace un pacto Bolivia, Argentina y Perú. Sus cuñados Goitia y Carmona (que estuvieron a su lado la noche de su supuesto suicidio) junto a Quintanilla cercan a Busch, logrando el alejamiento de sus antiguos amigos ideólogos y militantes socialistas. Estaba a punto de realizar una Reforma Agraria y poner escuelas productivas en los latifundios, dictando la abolición del pongueaje. En occidente como en oriente, llevaba una política de protección al indígena y al salvaje. Recordemos que México, Perú y Colombia apoyaban estas escuelas. En México, Lázaro Cárdenas —amigo personal de Elizardo Pérez— había dado un viraje hacia el socialismo y otorgado asilo político a León Trotski, a quien debía entrevistar Elizardo Pérez en 1940... lastimosamente fue asesinado antes. El presidente Toro había nacionalizado el petróleo de manos de una empresa norteamericana, las consecuencias del encono de la embajada norteamericana las tuvo que soportar Busch.

El breve gobierno de Busch continúa la política educativa de sus antecesores: la llamada década de oro de la educación indigenal. El Ministro de Educación mantiene a Elizardo Pérez en su cargo. Se fundan los Núcleos de Jesús de Machaca (los indios prometen superar Warisata trabajando en turnos día y noche) (13) con Cupertino Pozo como Director. La historia de su fundación es muy interesante. (: 254-260) y el de Cliza, (14) en los valles de Cochabamba, con el Director Juan Carni.

Elizardo Pérez — admirador de las antiguas misiones franciscanas y jesuíticas —, piensa en escuelas en la selva para proteger las tribus y resguardar las fronteras con el Brasil. Sin mayores precauciones se lanza al oriente. Desde Trinidad, recorre el Mamoré y el Iténez llegando a Puerto Siles donde funda el Núcleo de Moré (15) hábitat de la tribu del mismo nombre. “Con bosques de madera finísima, castaña y goma, lo cual aseguraba un gran porvenir económico.” Nombra director a Luis Leigue, uno de los mejores profesores del Beni. En 1938 escribe sobre Casarabe: “Aquellos maestros, perdidos en las soledades del Oriente de Bolivia merecen el reconocimiento unánime del país porque constituyeron un altísimo ejemplo de valor y de constancia, como Juanita Tacaná.” (:272)

En una antigua misión franciscana, en la confluencia de los ríos Chapare e Ichilo, funda el núcleode Chapare (16). Su director fue Arturo Sánchez. “Era una zona extraordinariamente rica y de una belleza incomparable” donde habitaba la etnia de los yuracarés.

Con la creación de estos cuatro últimos núcleos hubo un total de 16 núcleos indigenales en toda Bolivia. Elizardo Pérez recibe una carta de Germán Busch que “estimula y aplaude en justicia, la labor patriótica y abnegada realizada, y aprecia la acción educacional desarrollada en esas apartadas regiones del territorio patrio” (:278). También es congratulado por el Ministro de Educación. Desde su lecho de enfermo, habla con el Ministro sobre reformar la educación urbana. Para ello prepara un proyecto de la educación productiva, lastimosamente rechazada por el normalismo, horrorizado de que las políticas del taller de los indios contagien la ciudad.

En esos años ya se hablaba de la necesidad de una reforma agraria. Elizardo Pérez compartía las ideas de Busch: “Se debía respetar el latifundio y su estructura ancestral, económica-productiva. Al patrón había que sustituirlo por ese Inka que se preocupaba por el bien de la comunidad y que se podría encomendar a la Escuela. Pues ese momento se estaban dando unas ideas descabelladas por parcelar la tierra, como posteriormente (en 1952) lo hizo el MNR, destrozando los restos de la organización agraria del Incario, lo que trae como secuela la pérdida irreparable de la vieja cultura india cimentada en aquella estructura.” (: 245-246).

Bolivia nunca más pudo resurgir como lo había hecho esos nueve increíbles años. Esos extensos ayllus, que no conocían la propiedad privada, semilla viva del socialismo comunitario, fueron liquidados y la Revolución del 52 se encargó de ello, pues si bien liberó a los indios del pongueaje, también eliminó los latifundios y las escuelas tipo Warisata.

El gobierno en 1939 promulga el Reglamento de Educación Campesina. Para la clase burguesa criolla dicha política ya era intolerable y se establece una confabulación imperialista de alianza con los latifundistas de oriente y la rosca minero-feudal de occidente. Arremeten a través la prensa y con más abusos a los indios. Raúl Pérez es detenido en Achacachi. Elizardo Pérez, abrumado, acude al mismo Presidente Busch. Este le responde premonitoriamente: “Elizardo lo sé todo; sé cómo te combaten y de qué clase son las fuerzas que tienes al frente, porque son las mismas que están socavando mi gobierno.” “Tú y yo caeremos juntos, Elizardo.” (: 328)

El penúltimo 2 de agosto fue impresionante. Personalidades, entre locales y embajadores se trasladan a Warisata. Los periódicos señalan treinta mil comunarios presentes. Terror y amenaza para sus enemigos que se ven arrasados por esa masa pidiendo justicia, como sucederá en 1952.

Para Busch la presidencia fue más difícil que la misma guerra. Muchos frentes con que lidiar, sin tregua ni pausa, que urdían su eliminación, sirviéndose de sus propios intrigantes cuñados y del ambicioso general Carlos Quintanilla.

El 23 agosto de 1939, la noticia de la muerte del presidente estremece a Elizardo Pérez, recordando lo que le había augurado: que su caída iba a ser también la del indio. “En adelante no tendríamos quien nos defendiera, porque debo decir que si nos habíamos mantenido hasta entonces, era porque Busch paraba los ataques, vinieren de donde vinieren”. El pueblo, inconsolable y dolorido, afirma que fue magnicidio y no suicidio.
“La rosca minero feudal habría maquinado arteros hilos para acabar con el Presidente. Sea por mano propia, sea por mano ajena. Dos meses y medio después del Decreto minero, Busch agonizaba en el pensionado del Hospital de Miraflores”10.
Sí hubo un “Dictador Suicida”11, porque fue suicidio desafiar a los poderosos del mundo, al gobierno de EEUU que temía su ascendencia en Alemania y enfrentar a la petrolera norteamericana, recién nacionalizada, Standard Oil; a los barones del estaño: Patiño, Hoschild y Aramayo; a los latifundistas organizados en la Sociedad de Propietarios de Haciendas del Altiplano y Los Yungas; a las nacientes empresas textiles que explotaban a los obreros, a los dueños de medios de comunicación que de comunista y camba no lo bajaban; a las casas comerciales del oriente; al rey de la coca que tenía 20 haciendas en los Yungas12 con mano de obra esclava afro descendiente; a la clase media que medraba de la política. Semejantes enemigos inventaron el suicidio, ¡diciendo que Busch no pudo soportar el dolor de la extracción de una muela! Si hubo suicidio fue el de destruir estas magníficas escuelas, puntal del desarrollo integral de Bolivia y admiración de Norte y Sur América. El pueblo tuvo claro que fue un magnicidio, nunca aclarado oficialmente.

Busch y las escuelas indigenales tenía que ser liquidados. En México y Bolivia las escuelas indigenales eran acusadas de comunismo pro-soviet. Eran centro de atención, especialmente del gobierno de EEUU. Por su posición geopolítica Bolivia estaba en la mira: En el corazón de Latinoamérica se gestaba una revolución socialista bajo pretexto de educar a los indios. Riesgo de influencia “comunista” en el continente. Busch estaba a punto de promulgar la Ley de Reforma Agraria, manteniendo el latifundio a cargo de las escuelas y expulsando a los patrones13.

Fallecido Busch, el General Carlos Quintanilla fue nombrado presidente y empieza una política contraria a Busch. A mediados de 1940, destruye lo que se había hecho hasta entonces. Un decreto suprime la Dirección de Educación Indigenal y pone a Elizardo Pérez en manos de sus rivales: Vicente Donoso Torres, Max Byron y Rafael Reyeros, como interventores y a Gustavo Adolfo Otero, como ministro de Educación. Ellos se ocupan de destruir casi todos los núcleos indigenales y de perseguir y acusar de toda clase de delitos a directores y profesores. La primera medida fue derogar el Reglamento de Educación Indigenal. (DíazMachicao: 112)

Ante tanta arremetida, Elizardo Pérez viaja a México, junto a su flamante esposa, la maestra de Warisata y poetisa, Jael Oropeza, para preparar el I Congreso Indigenista de Pátzcuaro - México, del 22 de abril de 1940. Triunfa en México con su ponencia educativa a favor del indio. El Congreso recomienda la ponencia warisateña como política educativa en todos los países donde se tuvieran indígenas para educar. Mientras, en Bolivia los dieciséis núcleos indigenales caen víctimas de los mismos que asesinaron al Presidente Germán Busch. Llica pudo resistir por estar situada estratégicamente detrás del salar de Uyuni y por la madurez que mostró ante la adversidad. Décadas después, Llica eliminó completamente el analfabetismo y defendió la soberanía nacional ante la remoción de hitos por Chile, pero la intervención le hizo perder su característica de educación productiva comunal. Actualmente la escuela de Llica guarda los talleres, instrumentos musicales, herramientas e inclusive la carrocería de la camioneta que manejaba Bernabé Ledesma, como para un museo. Llica es admirable, lo mismo que Warisata, pues guardan la memoria viva de la historia de sus escuelas. No así Caiza, donde se desconoció la obra sacrificada de Raúl Pérez.

Tras el I Congreso, los gobiernos de Perú, Ecuador, México, Colombia y Guatemala impulsaron políticas de desarrollo educacional indígena basadas en los principios de Warisata. La educación en Cuba, que actualmente es una de las mejores en Latinoamérica, se basa totalmente en estos principios.

Pronto, el pueblo se dio cuenta de que un régimen de derecha gobernaba. Empezaba un nuevo régimen servil a los intereses imperialistas y volvía la esclavitud del ndio. Había ganado una vez más la rosca minero-feudal. Nos entregaban a la voracidad del capital extranjero. De 1943 a 1946, surgió otro gobierno del pueblo, Villarroel, igualmente asesinado, esta vez ahorcado de un farol en la plaza Murillo. Pero “la llama de la rebeldía jamás extinguida había prendido” y se extendió como reguero de pólvora... hasta encender la Revolución de 1952.

*Yvette Mejía Vera es licenciada en Filosofía

1 Soraya Aguilar e Yvette Mejía Vera, tríptico publicado por la Campaña Boliviana por el Derecho a la Educación (CBDE) en 2017.

2 La escuela originalmente fue fundada con este nombre, pero Elizardo Pérez tituló su libro: Warisata La Escuela-Ayllu. Por eso, de aquí en adelante, nombraremos a la Escuela con ese nombre o simplemente la Escuela-Ayllu, o Warisata, que se convirtió en núcleo y englobó también a todos los núcleos que se fundaron con esta política educativa.

3 Mejía Vera 2005: 65-80 (Internet)

4 Conceptos de la sociología, son instituciones de obligatoriedad moral, de solidaridad y de reciprocidad comunal. Ayni, cuando los miembros de una comunidad se organizan voluntariamente para construir, labrar la tierra o cosechar gratuitamente, con el fin de apoyar a un objetivo común. La reciprocidad es el bien que se recibiría como consecuencia de esa acción conjunta. La minkha era casi lo mismo, actualmente es un trabajo remunerado. La utawawa, es la organización comunal que se encarga de dar vivienda, alimentar, vestir y educar a un huérfano. Mä ch’amaki, viene del aymara, maya, uno y ch’ama, fuerza, sería el esfuerzo físico que realizan varios comunarios como si fueran uno solo.

5 Sólo la Casa Suárez, consolidó en 1916, 5.051.842 de Has. En 28 propiedades, (Gamarra Téllez 2012:59) justificada por “leyes de Andrés de Santa Cruz... el libre derecho de todos los bolivianos para penetrar a las provincias de Mojos, Yuracaré y Chiquitos, pudiendo... emprender libremente de sus producciones naturales y fomentar la extracción de cascarilla, cacao, vainilla y resinas de gomas.” (Gamarra T. 2012:35)

6 La tumbas de Elizardo Pérez y Aveliño Siñani, décadas después fueron profanadas. No se sabe actualmente donde están sus restos.

7 Avelino Siñani, por las investigaciones que pude realizar, era un maestro esoterista de misterios mayores, eligió morir a voluntad, pudo anunciar su muerte y predecir exactamente muchos acontecimientos posterior a su deceso, que se cumplieron tal cual él lo había dicho. Poseía muchas virtudes morales y extrasensoriales. (Pérez 62: 70, 400, 401).

8 Este número entre comillas va enumerando los dieciséis núcleos que existieron en toda Bolivia.

9 Velasco, Adolfo.- La Escuela Indigenal de Warisata.

10 Ríos Alborta, La Nación: Folio 8.

11 Está aludiendo al título del libro escrito por Augusto Céspedes.

12 José María Gamarra, llamado el rey de la Coca, por tener veinte haciendas productoras de Coca, en las provincias de Nor y Sur Yungas de La Paz.

13 (Azurduy :116) La noche antes de morir, Busch conversa con el Ministro de Gobierno y le dice: “Mi querido Vicente. Dentro de poco voy a dar una gran noticia. Una noticia tan sensacional que te vas a quedar asombrado.” No aclara exactamente cuál podría ser esa noticia, es una suposición nuestra. O podría ser también que declaraba abiertamente su apoyo a la Alemania nazi, pero esto, está probado, no lo quería el gobierno alemán que deseaba discreción y más bien utilizar la alianza bajo razones comerciales. Y tampoco le convenía una alianza abierta con el gobierno alemán a fin de no bloquear las negociaciones que tenía con EEUU.

PUKARA Cultura sociedad y política de los pueblos originarios. Periódico Mensual Febrero 2018 Qollasuyu Bolivia Año 12 Número 138. Pp. 7,8,9,10.

http://www.periodicopukara.com/archivos/pukara-138.pdf







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