CONDICIÓN NECESARIA MÁS NO SUFICIENTE
Walter Ritter Ortiz
Sección de Bioclimatología, Centro de Ciencias de la Atmósfera, UNAM. Circuito Exterior s/n, Ciudad Universitaria, Deleg. Coyoacan, México, D. F. email: walter_ritter@hotmail.com
INTRODUCCIÓN
El verdadero objeto de reflexión filosófica ha de ser la de una reflexión cada vez más exacta del mundo, donde los signos y señales de identidad serán la reflexión y una activa autoconciencia, donde no hay punto de vista cósmico y por lo mismo, no hay examen de significado cuya verificación pueda darse con un éxito o un fracaso.
Para Nagels, la explicación que ofrece el neodarwinismo respecto de la evolución de la naturaleza, la vida, la conciencia, la razón y los valores morales, es casi con toda certeza falsa.
Reconociendo al mismo tiempo que nos es imposible abandonar la búsqueda desde un punto de vista trascendental, que nos permita conocer el lugar que ocupamos en el universo, contemplando la posibilidad de que la vida no sea un mero fenómeno físico, sino que pudiera incluir algunos elementos teleológicos; de tal forma que se daría una predisposición cósmica al surgimiento de la vida y la conciencia; una predisposición que sería inseparable de estos elementos, siendo poco probable de que esto se dé en el actual clima intelectual.
Son muchas las personas que continúan tratando de encontrar una forma de contemplar el mundo en el que habitamos y que no responda a los tradicionales puntos de vista religioso. La religión no implica necesariamente una creencia en Dios, sino al significado de la vida humana y, a lo que implica una buena vida, donde los ingredientes principales consisten en sostener que la vida posee un sentido, lo que permite la existencia y genera sentimientos de dignidad, siendo el misterio un componente importante de este sentimiento, también experimentando una reacción emocional muy próxima a los de una religión.
Posiblemente la cosa más importante que existe, es la de una sensación de totalidad, de plenitud de sentido y de algo más elevado, advirtiendo que el mundo moderno padece una “ceguera generalizada”, que impide ver que la vida tiene un propósito más allá de lo cotidiano.
Al carecer de todo sentido de trascendencia, todo lo que nos queda son unos valores “tristemente inadecuados”, donde nos embarga una sensación de malestar y de vacío y ansia de sentido de la vida, con sensaciones de monotonía. Cuando lo cierto es que sólo mediante una recuperación de trascendencia nos hará colmar la necesidad de significado, nos dice Peter Watson.
Lo que da lugar a que vivamos experiencias que sean menos sutiles y carentes de inspiración espiritual, de espontaneidad, al estar desprovistos de armonía y de equilibrio, revelándose al final como enfermiza.
Manteniendo una actitud abierta a todos los sentimientos y experiencias de el mundo, contemplándose como “el de ahí afuera”, ya que se niegan esas experiencias debido a que nuestra educación científica sólo nos enseña “conceptos” y, a que nuestras experiencias son intelectuales, emocionales, sexuales, pero no experiencias de la “Totalidad”.
Negando una narrativa que permita hallar el lugar que le es propio y de ese modo, al no disponer de ella, es posible como señala Watson, que la sensación de pérdida no llegue a “sosegarse nunca”; donde al no haber perspectiva, no se logren concebir “Sentimientos de Grandeza” del que pudiera emerger algo “Más Elevado”.
El universo es totalmente natural y en un sentido accidental, la vida no puede tener propósito alguno y no hay más significado que aquél que nosotros mismos alcancemos a darle, planteándonos la pregunta de cómo vivir sin una entidad sobrenatural en la que poder confiar y, en la que únicamente podemos contar con nosotros mismos.
Los seres humanos no podrían soportar una vida carente de sentido, ya que tenemos la sensación de que incluso en el caso de que se llegaran a responder todas las preguntas científicas posibles, los problemas de la vida seguirían totalmente intactos.
La vida no puede aguardar a que las ciencias alcancen a explicar de forma científica el universo. No podemos posponer el acto de vivir hasta que nos encontremos listos para responder a sus misterios. Es posible que la existencia carezca de sentido y sin embargo, la pasión de vivir es más fuerte que la explicación de la vida.
El problema del sentido de la vida surge, porque tenemos la capacidad de situarnos en una perspectiva desde la cual nuestras más imperiosas preocupaciones personales resultan insignificantes.
Si Dios no existe, todo queda permitido. Estamos evolucionando y de un modo que la ciencia es incapaz de medir, hacia fines que la teología no se atreve a considerar, ya que un ser humano no es alguien que vaya en pos de la felicidad sino más bien, una persona que busca una razón para ser feliz. Sin embargo, la felicidad es algo que nos es dado imaginar, pero no experimentar.
Los hombres han de vivir como profetas vivientes de los tiempos venideros, antes que cegados por el temor de Dios o por la luz de la razón. Al ser las ideas un conjunto de respuestas provisionales a unas circunstancias tan particulares como imposibles de reproducir, su supervivencia es algo que no podía depender de su carácter inmutable, sino de su capacidad de adaptación.
Sin embargo, no hemos aprendido nada, ya que continuamos abrazando doctrinas tanto obsoletas como desautorizadas, siendo víctimas de estafas y, permitiendo la manipulación de embaucadores y charlatanes.
Sin embargo, vemos que lo que parece batirse en retirada es el ateísmo tal y como lo conocemos, sabiendo que la secularización era y es todavía una buena cosa, ya que se desembaraza de fenómenos religiosos retrógrados, supersticiosos y reaccionarios.
El mundo actual se revela tan furibundamente religioso como siempre y, todo movimiento que prometa renovar certidumbres, encontrará ávidos de su mercancía, pues hay algo con el carácter superficial de una cultura, que intenta salir adelante sin contar con ningún punto de referencia trascendente.
Tenemos la necesidad de tener la convicción de que existe en el universo y en nuestro interior, un creador de suprema inteligencia.
En la última década, se han planteado distintos argumentos destinados a comprender la religión como fenómeno natural, que han surgido de toda una serie de nuevos hallazgos científicos que han cambiado el carácter del debate. Pero ¿Cómo abordar un estado de cosas en el que el ateísmo es quién presenta los mejores análisis y en el que se introducen argumentaciones inéditas, siendo la religión la que cuenta con el apoyo de las masas, pese a sus posibles sin sentidos?
Estamos situados en el límite de una nueva fase de la existencia. El nuevo milenio marca un importante punto de inflexión en muchos aspectos vitales de la historia humana, como son el progreso y la transformación.
Generando continuamente búsquedas de un orden económico, social y político, cada vez más amplio.
El propósito es saber dónde estamos en relación con el de dónde venimos, e identificar los impulsos que nos empujan hacia el futuro.
Su propósito es reflejar las preocupaciones actuales y relacionarlas con el dónde venimos y a donde parecemos estar yendo, cuando hablamos del futuro que viene.
Cada vez que la historia se repite, aumenta su precio, nos dice un refrán anónimo.
La existencia de mundos diferentes, dificulta establecer generalizaciones únicas acerca de la humanidad en el pasado, ahora y para el futuro; donde la historia humana debe ser narrada como un conjunto de historias superpuestas.
Sólo si comprendemos el presente, adquirimos penetración en el futuro, ya que nos interesan los proyectos factibles y no los imposibles del pronóstico infalible.
Donde la percepción de la verdad al igual que la del futuro, se ajusta continuamente; por ello la importancia de comprender dónde nos encontramos. Y donde la predicción, no excluye la posibilidad de comprensión.
La construcción de escenarios y el arte de la predicción, arguyen que para actuar con confianza, uno debe estar dispuesto a mirar adelante y a considerar la incertidumbre, ya que los que reaccionan negativamente ante la incertidumbre, jamás podrán abrir nuevos caminos ni lograr la satisfacción de haber encarado un desafío, nos dicen poéticamente Buzan y Segal.
Habría mucha menos disputas en el mundo si las palabras se tomasen por lo que son: solamente signos de nuestras ideas, no las cosas mismas.
La idea es el objeto del pensamiento y, dado que toda persona es conciente de que piensa y que aquéllo a lo que su mente se aboca al pensar, son las ideas. Y debemos preguntarnos: ¿Cómo las adquirimos? ¿De dónde saca la mente los materiales de la razón y el conocimiento?
Las preguntas centrales de la filosofía, según Hume, son la de: ¿Cómo trabaja la mente y porqué de esta manera y no de otra? ¿Cuál es la naturaleza final del hombre?
Si todo lo que existe son partículas interactuando entre sí, ¿Cómo surge la Conciencia?
La conciencia parte esencial de nuestra existencia, es algo que damos por hecho mientras observamos el mundo. Para poder entenderse, la naturaleza a través del hombre, debe saber que se observa a sí mismo.
Percibimos no sólo lo que vemos, sino lo que esperamos ver.
La percepción falsea los datos de los sentidos y en realidad, la mente humana funciona como una totalidad. Y no son los sentidos, sino el sujeto, quien percibe.
Si percibiéramos mecánicamente, como lo hace una fotografía, las cosas se nos aparecerían tan deformadas que nos costaría reconocerlas. Los filósofos han llegado a decir que lo que percibimos son nuestras propias ideas.
Es increíble la poca información sensorial fidedigna con que operamos, al percibir la realidad.
Tenemos conciencia de ser un producto del mundo y de su historia, de un modo que difícilmente acertamos a comprender, de forma que en cierto sentido, lo que toda vida individual representa, va más allá de sí misma.
La existencia es una cosa formidable y, tu rutina diaria, por indispensable que resulte o te parezca, es una respuesta insuficiente; un déficit de conciencia, donde una vida de carácter meramente humano resulta insuficiente, dado que, equivale a asumir una ceguera parcial frente a nuestra existencia o bien, a rechazar los términos de la misma.
¿Cómo puede incorporarse uno a su propia vida, el pleno reconocimiento de la relación que le une con el universo en su conjunto?
El problema de la conciencia tiene que ser abordado por la filosofía; pero si bien la física no puede despejar el problema de la conciencia, también reconocemos que sin ella, sólo estaremos dando palos de ciego, nos dice Arroyo Perez.
La física es el principal medio que nos permite entender el universo en su conjunto, aunque siga pareciéndonos ininteligible, como factor capaz de dar sentido a la existencia humana considerada en su totalidad.
Para algunos científicos, la conciencia es producto de las leyes de la física, pero hay otros que piensan que la conciencia es algo distinto a la materia, por lo que la ciencia nunca podrá entenderla.
Los que creen que la mente y la materia son lo mismo, considerados como “Monismo” y, “Dualismo”, a que son diferentes.
En el “Animismo” no es la mente la que rige las leyes del universo, sino que era el universo el que se regía por las leyes de la mente.
Galileo, Newton y Descartes: Dualistas declarados, cimentaron la revolución científica.
El monismo o creencia de que mente y materia son lo mismo, ha representado un obstáculo para el desarrollo de la ciencia, basada en la creencia de que el universo opera según leyes predecibles, novedosa idea de que el universo se rige por leyes matemáticas y de que está exento de milagros y, sin tener libre albedrio.
Para Descartes, el cuerpo era material pero no la mente, donde ésta, no se regía por leyes físicas. Pero las personas dan por hecho que la realidad es lo que observamos, independientemente de quién la percibiera o de cómo lo hiciera y, de que el mundo se comportaba de la misma manera si lo observábamos o no lo observábamos.
Pero, la mecánica cuántica acabó con la idea de una conciencia pasiva y separada del resto del universo, donde el electrón se comporta de forma distinta dependiendo de cómo se le observa.
Que el observador modifica lo que observa, es algo que debería ser conocido por cualquier científico social, ya que existe la posibilidad de que la formulación de las preguntas, altere la respuesta de la gente.
La realidad depende de quién la mida, algo inaceptable para quién piense que la realidad existe y es la misma para todos.
Lo que obliga a los físicos a incluir el propio acto de medir en las leyes de la física, siendo que en la mecánica cuántica el acto de medir es una parte fundamental de la teoría. Así también, en la teoría de la Relatividad, los observadores que se muevan a velocidades distintas, medirán distintos tamaños en los intervalos de tiempo, para un mismo suceso.
Así parece, que el universo cambia de aspecto según quién y cómo lo observa; como si los observadores, por el hecho de estarse moviendo, distorsionaran la realidad.
Para Einstein: Un hombre debe buscar lo que es, no lo que él cree que debería ser. Y para Melanie Klein, no podemos existir por nosotros solos: Necesitamos crecer en relación con un “otro” que, para bien o para mal, contribuye a nuestro desarrollo como personas insertas en el mundo. Schrödinger añade: “Nadie es sólo él mismo”.
El choque con la dura realidad de la vida se manifiesta desde el nacimiento: en la mente del niño se hallan presentes contenidos angustiantes primordiales, a los que se incorporarán otros durante los primeros años de existencia.
Psicólogos y psicoanalistas han reconocido en sus estudios sobre la naturaleza relacional, de que ciertas emociones como el amor, el odio, la angustia, la envidia y los celos nacen de la relación del sujeto con el otro.
¿De dónde venimos? ¿Qué somos? ¿Por qué estamos aquí? ¿A dónde vamos? Son éstas las únicas preguntas que vale la pena hacerse.
La vida en su forma más simple, aparece donde existen las condiciones para que prospere en períodos de tiempo geológicamente cortos, del orden de millones o decenas de millones de años, mientras que necesita miles de millones de años para alcanzar formas complejas.
A la vida en la Tierra, le llevó unos 3000 millones de años alcanzar el nivel de complejidad de organismos pluricelulares a partir de la vida unicelular.
Por todas partes, lo único que hay es una claridad implacable de un universo incandescente y, el caos de una materia, que aún carece de sentido y de nombre.
Nuestro origen personal se da en el momento en que nuestros padres nos concibieron, en donde aceptamos que el mundo existía antes de ese instante, pero no sabemos nada para antes del origen del universo.
Desde ese comienzo, la materia incandescente se combina bajo la acción de fuerzas asombrosas que aún gobiernan nuestro destino: ¿Qué son estas fuerzas misteriosas? ¿De dónde viene el movimiento irreversible de la complejidad?
Donde según Simonnet, la naturaleza, sabe que la búsqueda de nuestros orígenes posee una dimensión que ninguno puede capturar y que, no se puede encerrar en una teoría.
Podemos hablar de un comienzo verdadero si estuviéramos seguros de que antes de ese acontecimiento no había nada; pero, con las temperaturas observadas no podemos aplicar nuestras nociones de tiempo, espacio, energía y temperatura y, nuestras leyes universales ya no funcionarían y nos hallaríamos completamente desarmados para entender la situación.
Sobre todo, al observar que los rayos cósmicos no fueron sintetizados ni adquirieron su gran energía del Big Bang.
¿Qué había antes? ¿Cómo la vida ha nacido de lo inanimado? ¿Va a proseguir la evolución? Pero la única pregunta verdadera es la de nuestra existencia, la de la realidad y la de nuestra conciencia.
Si una teoría es bella, al final puede resultar útil; sin embargo, es un error capital teorizar antes de tener datos. Pero para Anaximandro, la fuente de la que las cosas derivan su existencia es también aquélla a la que regresan al ser destruidas.
Para San Agustin, la creación no sólo fue de la materia sino también del tiempo.
La totalidad de lo que existe en la naturaleza, genera con sus leyes el orden natural y, el hecho de que todo procede de algo más, decimos que es la ”ley férrea” a la que está sometida la realidad entera y procede la totalidad de lo existente.
En varias ocasiones el hombre ha estado a punto de darse cuenta de que la realidad, tal como se nos presenta, es fruto de un largo proceso de transformación, (contrario a lo que Aristóteles como buen fixista creía, de que el Sol y las estrellas no habían nacido ni perecerían nunca y, nada lo hubiera sorprendido más que oír que una especie procedía de otra ). Donde, en líneas generales de ese prolongado proceso de transformación de la realidad, se conocen en cierto modo de la larga y fascinante historia de la cosmogénesis. Darwin demostró que desde hace millones de años, la vida evoluciona con arreglo a unas leyes relativamente simples.
Al hombre le costaba aceptar que la materia diera lo que no tenía: la vida, el pensamiento y en consecuencia las teorías evolucionistas; donde Spencer, como uno de los primeros evolucionistas, afirmó que a partir de un oscuro principio, todo el dinamismo cósmico había estado regido por una ley de diferenciación y complejidad creciente.
Es decir, que en su conjunto, la evolución biológica manifiesta una dirección de progreso, con la aparición ordenada de especies nuevas de creciente o superior jerarquía adaptativa o dirección progresiva, del proceso filogenético.
La vida asciende hacia niveles de autonomía funcional frente al medio. Unida a esto, aparece un aumento de calidad de la conducta hasta llegar al comportamiento del hombre.
Para nuestros propósitos diarios, la mente humana no puede entenderse sólo desde sí misma, pero somos capaces de indagar en nuestras propias vivencias y de comprendernos a nosotros mismos por medio de la introspección.
Pero la observación interior y el estudio de la conducta, son insuficientes si no se da en el marco biológico e histórico en el que el hombre ha llegado a ser lo que es.
Nuestra sensibilidad no se limita a reflejar dócilmente lo que ocurre a nuestro alrededor; los mecanismos atencionales se encargan de filtrar la información que nos llega, reforzando algunos de sus aspectos e ignorando o minimizando otros. Y nos abre las puertas de un universo misterioso y fascinante, del que siempre queda algo por descubrir; aunando diversos saberes se nos ofrece una visión armónica de los factores fundamentales y nos permiten conocer los secretos de la mente humana, responsable de la perfección y cuidado de nuestra vida.
Resulta que un misterioso caos acecha detrás de la fachada de orden y en cambio, dentro del caos, se esconde también un orden aún más misterioso, nos dice Hofstadter.
Recordando el largo y complejo proceso evolutivo en el que se ha originado nuestra mente y al igual que el resto de los seres vivos, el hombre desciende de otras especies inferiores por evolución, en lo que se conoce como filogénesis, que la naturaleza llevó a cabo en una serie de transformaciones conocidas como hominización.
Las personas tienen diferentes ideas, de acuerdo con las diferentes situaciones con que se encuentren, traten y entren en contacto, ofreciendo una mayor o menor variedad de ellas; por lo que podemos decir de que todas nuestras ideas proceden de la sensación o la reflexión y, es de la observación lo que provee al entendimiento de todos los materiales del pensamiento: es de la experiencia en lo que se basa todo nuestro conocimiento.
La mente humana no es una tabula rasa, una pizarra en blanco sobre la cual la experiencia dibuja imágenes complicadas; se le puede describir con mayor precisión como instrumento de toma de decisiones, como un explorador alerta del medio ambiente que elige cierta clase de opciones y no otras, pero se inclina hacia una opción entre otras y ordena entrar en acción de acuerdo con un programa que cambia gradualmente desde la infancia hasta la vejez.
En sentido estricto, nunca se puede ver el estado presente del mundo, ya que cuando miro, veo el estado en que se encontraba lo observado hace una centésima de micro segundo, tiempo en que la luz ha tardado en llegarme y que a escala atómica, es mucho tiempo, aunque éste no llegue a ser perceptible para nuestra conciencia.
Esto significa que el cielo que observamos, sólo son ilusiones: una superposición de imágenes del pasado.
Los seres humanos con absoluto derecho, deseamos saber dónde nos encontramos y qué sucede con la totalidad del universo, ya que ello constituye la esencia del hombre. El hombre es un animal al que le interesa saber su “posición en el cosmos”, desde donde observamos el mundo, del punto de vista de un ser humano.
Las ciencias naturales investigan sus ámbitos de objetos y a menudo, tienen razón, pero a veces se equivocan. La filosofía por su parte, quiere saber quiénes somos, que nace del deseo de conocerse a sí mismo.
La ciencia ha reconstruido la historia del mundo y también tiene su opinión, no sólo la filosofía y la religión, observando un proceso de evolución que empuja a la materia a organizarse, donde los elementos que componen nuestro cuerpo son los que antaño fundaron el universo.
Se sugiere que el universo era más pequeño en el inicio, que el de hoy, pero también pudo haber sido infinito y siempre haberlo sido. Pero cómo nos vamos a imaginar un universo infinito desde su origen y que empieza a crecer, si la palabra crecer no tiene sentido en un espacio infinito.
Hay numerosas razones para pensar que la aparición de la vida en un planeta adecuado, no es de ningún modo improbable e incluso se puede afirmar que desde los primeros tiempos del cosmos, la posibilidad pero no la necesidad de la aparición de la vida, estaba inscrita en la forma misma de las leyes de la física.
La vida es la adaptación a las circunstancias exteriores, donde toda cosa viviente muestra una enorme tenacidad en mantenerse viva, creciendo y adaptándose a las condiciones en que tiene que vivir. Vivimos en un planeta de abrumadora diversidad orgánica, las proyecciones indican que el número total de especies animales es entre tres y diez millones.
Como seres humanos que hemos dejado de ser animales, poseemos intuición, raciocinio y sentido común que nos permite conocer la Verdad o meditar sobre la Realidad que está oculta detrás de la apariencia material, lo que a veces basta para verla transformarse, donde la ley natural con sus canales infinitos nos sorprende, con una solución que jamás se nos hubiera ocurrido.
Demócrito nos dice: En realidad no sabemos nada, porque la verdad reside en un abismo. Y Goethe agrega: Vemos sólo lo que conocemos.
La creencia de que sólo existen campos energéticos que se multiplican de infinitas maneras, con infinitas variaciones, nos permiten analizar al ser humano con independencia de cualquier imagen del mundo, en la consideración de que son falsas todas las imágenes, porque presuponemos que existe un mundo a partir del cual nos hacemos una imagen.
Protágoras, nos dice que el hombre es la medida de todas las cosas. Por su parte Wilfrid Sellars nos dice: Cuando hablo como filósofo, entonces puedo afirmar que es irreal el mundo cotidiano de los objetos físicos en espacio y tiempo, que allí donde se trata de describir y de explicar el mundo, la ciencia es la medida de todas las cosas, tanto de las que existen como de las que no existen.
Enfrentamos a viejos prejuicios y conceptos erróneos sobre la relación entre lo innato y lo adquirido. La solución ha dejado huellas en las actividades y actitudes humanas más características, según revelan sus profundas raíces en la vida de los hombres primitivos de la última glaciación.
Si la humanidad evolucionó de acuerdo con la selección natural, decimos que las especies fueron creadas por “el azar genético y las necesidades ambientales” y no por Dios. Por más que adornemos esa desnuda conclusión con metáforas e imágenes, sigue siendo el legado filosófico del último siglo de investigación científica y es, la primera hipótesis esencial de cualquier consideración seria de la condición humana, según Edward Wilson.
Sabemos que las galaxias evolucionan conforme el universo envejece y que el hecho de que el universo sea homogéneo, significa que todos los lugares en él tienen que ser equivalentes y que las leyes físicas deben ser las mismas en todos ellos.
Los animales y las plantas contienen un número enorme de compuestos químicos diferentes, cada uno cumpliendo al menos una misión dentro del organismo. Parece razonable suponer que existe un mínimo de complejidad química necesaria para que exista la vida o, de que un organismo vivo no puede estar constituido por un conjunto reducido de compuestos químicos o de que deben de estar formados por un número pequeño de elementos químicos, pues de otro modo sería muy difícil darse lo que se necesita, a partir de otros.
Los elementos químicos más abundantes en los seres vivos no son los más frecuentes en la corteza terrestre.
Los seres vivos necesitan de una fuente de energía de alta calidad y de un sumidero térmico que reciba el calor que ellos mismos disipan. La fotosíntesis es el proceso por el cual se generan compuestos químicos complejos, usando la energía de la luz solar.
Cuando se forma en el vientre materno, el hombre pequeño rehace, aceleradamente, el recorrido de la evolución animal.
LA ONTOGENIA SIGUE A LA FILOGENIA, donde la historia de ser humano (ontogenia), contiene en sí misma a la historia de toda la especie (filogenia), que nos hacen atravesar toda nuestra historia personal, como la historia misma de la humanidad. ¿Podrá el Hombre trascender el estado del Hombre?
Vemos que el bebé sujeta con rapidez, firmeza y fuerza sorprendente todo lo que roce la palma de su mano, lo que refleja al hombre primate que sobrevive gracias a sujetarse fuerte y firmemente a las ramas de los árboles. Un día ese hombre primate igual que el bebé, se eleva y apoya sobre sus dos piernas, dejando de ser el olfato el sentido privilegiado, transformando toda su realidad cuando sus ojos son su nueva herramienta, la que le permite atravesar su mundo circundante.
Y sólo cuando alcanza el lenguaje articulado, reconocemos en aquel primate a un Hombre y, el bebé se hará Hombre en la medida en que articule un lenguaje que le permita comunicarse con el resto de la humanidad, nos dice Parise.
La palabra posibilitó el mundo del hombre y para alcanzar el estado de Hombre, es necesario alcanzar La Palabra, sinónimo de decir que fue por lo mismo, gracias a lo cual se accedió al lugar evolutivo de lo que es el Hombre. Así, el estado de Hombre se inicia con La Palabra y Parise nos hace la pregunta más desafiante que un hombre puede formularse: ¿Es posible que haya llegado un Tiempo en que el Hombre deba Evolucionar y Trascender el estado de Hombre, donde seamos “Más que Hombre, pero menos que Dios”?
Sólo somos chispas irrisorias en relación con el universo. Ojala tengamos la sabiduría de no olvidarlo, nos dice Dominique Simonnet.
A lo largo de la historia, algunos personajes han cambiado la manera de pensar y la manera en que nos vemos a nosotros mismos y a los demás. Estos personajes nos han transformado y han inspirado el debate, la discordia, la guerra y la revolución. Nos han iluminado, indignado, provocado y consolado, así como enriquecido vidas y también las han destruido.
Las obras de estos grandes pensadores, pioneros, radicales y visionarios cuyas ideas sacudieron la civilización y nos impulsaron a ser quienes somos. Modificaron según Locke, el rumbo de la filosofía, al asegurar que la razón es la llave del conocimiento y que sin duda, forman parte de estos personajes que más han influido en nuestros pensamientos.
Así también, vemos que en los actuales estudios sobre Sistemas Complejos, se superan barreras disciplinarias; en la universalidad de sus comportamientos, se establecen puentes entre multitud de fenómenos, donde el elemento sorpresa es recurrente y su carácter inter y transdisciplinario, nos permite abordar problemas que según Flores Valdes, son de trascendencia, preferentemente con miras a un bienestar social.
La nueva física para un nuevo orden social, nos hablan de los llamados efectos no lineales, que pueden dar lugar a que la materia se comporte de forma milagrosa, autoorganizandose y desarrollando pautas y estructuras espontaneas, donde el caos es un caso especial de esto que se da en sistemas que se vuelven inestables, que cambian de forma aleatoria e impredecible, evaporándose el determinismo, para ser reemplazado por un mundo donde el futuro está abierto y la materia adquiere un elemento de creatividad, siendo reemplazada también por conceptos como organización, complejidad e información.
La humanidad entendió que se encuentra en un contexto mucho mayor al que nunca se había atrevido a soñar y que este contexto, de ninguna manera está de acuerdo con nuestras necesidades. La elegancia, podemos decir la belleza de cualquier generalización científica particular, se mide por su simplicidad con relación al número de fenómenos que puede explicar.
Spencer, señala la necesidad de un enfoque racional de la ética, que el sistema nervioso había sido modificado a través de millares de generaciones para crear ciertas facultades innatas de intuición moral, consistente de emociones que respondían a la conducta recta por medio de “el riguroso mantenimiento de las condiciones de cooperación social armoniosa”.
Antony Flew, extiende la idea de que la conducta ética ha evolucionado y que por lo tanto, está sujeta a evaluación empírica.
El corazón del método científico es la reducción de los fenómenos percibidos a principios fundamentales y, que se pueden probar. Para Ernst Mach, precursor del positivismo lógico, la ciencia puede considerarse como un problema mínimo que consiste en la presentación más completa de hechos con el menor gasto posible de pensamiento.
Sin embargo, la reducción es sólo la mitad del proceso ya que el resto consiste en la reconstrucción de la complejidad por medio de una síntesis bajo el control de leyes demostradas por medio del análisis, lo que revela la existencia de nuevos fenómenos emergentes.
Los grandes dilemas deducidos de lo anterior es que: Ninguna especie, incluida la nuestra, posee un propósito más allá de los imperativos creados por su historia genética.
Las especies carecen de cualquier propósito más allá de su ambiente inmediato u objetivo evolutivo, hacia el cual los dirija automáticamente su organización o arquitectura celular. Así, si el cerebro evolucionó por selección natural, sus capacidades son adaptaciones directas de situaciones ambientales del pasado en las que evolucionaron las poblaciones.
La mente humana es un mecanismo de supervivencia y se ha señalado que la realidad física sigue siendo tan misteriosa, debido a la extrema improbabilidad de que fuera construida para ser comprendida por la mente humana.
Según Weinberg, el intelecto no fue construido para comprender los átomos o para comprenderse a sí mismo, sino para fomentar la supervivencia de los genes humanos.
Las personas reflexivas saben que su vida está guiada a través de un ordenamiento de etapas y que al final de cuentas, ésta va a ayudar solamente a perpetuar el mismo ciclo eterno y, concluir que la especie carece de cualquier objetivo externo a su propia naturaleza que podamos imaginar.
La gente educada y noble desea creer que más allá de las necesidades materiales, está la satisfacción y la realización del potencial individual. Las actuales más sombrías interpretaciones perciben a la humanidad como en peligro inmediato de decadencia, con regresión declarada al egoísmo, donde el deseo de poder no se habrá desvanecido sino que su intensidad se alterará drásticamente y con rápida disolución de los objetivos trascendentales, hacia donde podamos orientar nuestras energías.
En algún momento, debemos elegir conscientemente entre las guías emocionales alternativas que hemos heredado y la planificación de nuestro destino, lo que significa que debemos cambiar del control basado en nuestras propiedades biológicas, a otra dirección precisa basada en el conocimiento biológico. Y el único modo es estudiar la naturaleza humana como parte de las ciencias, en un intento de integrar las ciencias naturales con las ciencias sociales y las humanidades.
Ya que solamente el conocimiento empírico de nuestra naturaleza biológica, obtenido y ganado por la fuerza del trabajo, será la que nos permita elegir las mejores opciones entre los diferentes criterios que existen.
Se están reconociendo como artificiales las divisiones que existen entre las ciencias, estando en boga una actitud a los problemas y a los proyectos particulares que tienen en cuenta la relación que existe entre las diferentes materias. Hasta ahora, pocos han conseguido dominar con el mismo grado todas las demás materias, para poder estar en posición de entender las implicaciones de un nuevo tipo de metodología y, que también deben ser capaces de manejar no sólo una amplia gama de ideas científicas, sino también de ideas políticas, sociológicas y económicas y lo que es más, saber relacionarlas entre sí.
El método científico que ha tenido tanto éxito, por el hecho de haber aislado y tratado los problemas menores independientemente de su verdadero ambiente global, es en la actualidad el blanco de una crítica generalizada.
El desarrollo inicial más importante del análisis, será la conjunción de la biología y las ciencias sociales, incluyendo la economía. Para Edward Wilson, un científico completo es aquel que estudia tres materias: Su disciplina, la antidisciplina del nivel inferior y la materia para la cual su especialidad funciona como antidisciplina; por ejemplo, para la química pasaríamos a la física en el segundo caso y en el último, serían los aspectos físicos de la biología.
Donde el inter juego entre campos adyacentes, será tenso y creativo en un principio, pero con el paso del tiempo se hacen plenamente complementarios; sin embargo, algunos bioquímicos todavía creen que la vida “no es más” que las acciones de los átomos y las moléculas.
En los sistemas complejos, un orden emerge espontáneamente del caos, sin intervención alguna del ser humano. Y existen una multitud de sistemas con propiedades similares, no sólo en la física, sino también en la química e incluso en la economía, sociedad, clima o ecosistemas. También haciendo incapie en los sistemas matemáticos que exhiben propiedades de autoorganización.
Leyes sencillas pueden producir una gran complejidad, sin necesidad de la intervención humana, además de que la autoorganizacion no es un fenómeno raro y no requiere de gran complejidad para darse, lo que coincide con la visión del mundo como un sistema físico regido por un conjunto finito de leyes simples, que a pesar de todo, dan lugar a creaturas complejas incluyendo al mismo hombre.
CONDICIÓN NECESARIA MÁS NO SUFICIENTE: EL FUTURO QUE VIENE
Lo mejor del futuro es que sabemos que pronosticar no consiste realmente en profetizar un determinado futuro; consiste en comprender el presente y, a través de la visión tanto del pasado como del futuro, arrojar un haz de luz sobre lo que verdaderamente importa. Ocupándonos de cómo hemos llegado a donde hemos llegado y hacia dónde parecemos dirigirnos.
La disposición para contemplar diversos escenarios, es un vehículo para el aprendizaje, donde la ilusión de la certeza no es preferible a una comprensión de los riesgos y realidades. Si bien no puede haber un cuadro exacto del mañana, puede haber mejores decisiones acerca del futuro y, mejor comprensión del presente, donde la suspensión voluntaria de la incredulidad, es algo deseable.
Prever los acontecimientos futuros de sus tendencias de hoy, tratando de un orden bajo el desorden de la historia, puede parecer un acto frívolo para algunos, pero para otros puede ser un proceso viable y racional. La meta es identificar las principales tendencias, geopolíticas, demográficas y culturales entre otros, en su más amplio sentido y definir los posibles acontecimientos o posibles escenarios más importantes que podrían ocurrir. Es decir, el lograr conocer cómo funciona el mundo en la actualidad y con esto, poder definir a su vez la forma en que se dará en el futuro.
Observar y buscar los amplios patrones e impulsos en la historia y en el desarrollo de la organización social, política y económica, que apunten hacia donde podríamos estar yendo. ¿Qué lecciones se pueden aprender, del destino de las numerosas civilizaciones e imperios que crearon la historia humana?
Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen en circunstancias que la hayan elegido ellos mismos, sino en circunstancias dadas y transmitidas desde el pasado, que pesa como una pesadilla. Según Ortega y Gasset, necesitamos de la historia completa para ver si podemos eludirla.
En el inicio del siglo XIX, el futuro parecía ser de una Europa pacífica y prospera que gobernaría el mundo. Sin embargo, en 1920 encontramos una Europa destruida por una guerra atroz. En 1940, Alemania resurge dominando el resto de Europa, pero en 1960, Alemania había sido vencida y Estados Unidas y la Unión Sovietica surgían como superpotencias. Los Estados Unidos dominaba todos los mares del mundo y con su fuerza nuclear, podía imponer sus condiciones a cualquiera. En 1980, esta superpotencia fue vencida por Vietnam del Norte. Estados Unidos se alía con China para poder contener a la Unión Sovietica; sin embargo en el año 2000, la Unión Sovietica se desploma totalmente, en tanto China seguía siendo comunista aunque en la práctica se volvió capitalista.
Tratándose del futuro, en lo único que podemos estar seguros de qué es lo que sigue, será la de que la lógica habitual fallará, porque sencillamente lo que en la historia parece permanente y dominante en un momento dado, puede cambiar con asombrosa rapidez. En el momento, es el consumismo, el amor a los bienes privados de consumo, que se ha venido apropiando de las mentes del mundo entero.
El análisis político convencional padece de una falta de imaginación, suponiendo que las cuestiones pasajeras son permanentes, sin poder percibir los cambios impresionantes y duraderos.
Para George Friedman, al formarse Alemania, que se dio en una posición insegura al estar atrapada entre dos potencias, Rusia y Francia, muchos pudieron pronosticar la probabilidad de una guerra. Así también fue posible pronosticar el ascenso como superpotencias de Estados Unidos y la Unión Sovietica, como lo hicieron Tocqueville y Nietzche.
Para Friedman, Estados Unidos es el país más poderoso del mundo y no hay rival que amenace este poder. Los cambios a una era distinta que siempre son inesperados, cuando un país no sale destruido, las guerras estimulan el crecimiento económico.
Se considera que el hecho más importante en el siglo XXI será el fin de la explosión demográfica, donde los países industrializados perderán población de forma drástica.
El sistema global económico se ha edificado sobre la expectativa del crecimiento continuo de población donde, a más trabajadores, más consumidores y más soldados, con lo que el sistema de producción deberá de cambiar, que lo obligará a depender más de la tecnología que sustituirá al trabajo humano.
La reducción demográfica provocará gran escasez de mano de obra, con lo que el problema de la inmigración dará un vuelco, donde en la actualidad es la de impedir su entrada y en el futuro probablemente el problema será convencerlos de que entren. Viraje irónico pero inevitable, según Friedman.
Es imposible pronosticar detalles precisos sobre el futuro, pero es perfectamente posible visualizar a grandes rasgos, lo que puede suceder, por especulativa que se dé la situación.
Las personas razonables son incapaces de prever el futuro, por lo que para ser prácticos debemos esperar lo imposible. Idea central del método geopolítico.
Rara vez los políticos son actores libres, pero bien examinados, es raro que sus errores sean absurdos ya que lo más probable es que les sean impuestos por las circunstancias y las políticas públicas; son una respuesta a la realidad.
La geopolítica no tiene que ver con lo correcto o incorrecto, tiene que ver con fuerzas impersonales y generales que constriñen a las naciones e inducen a actuar de cierta manera. La clave para entenderlo es aceptar que siempre hay consecuencias no buscadas.
Actos que la gente lleva a cabo por buenas razones, tienen resultados que no previó ni planeó, la geopolítica. Roma no fue planeada, pero tampoco fue obra del azar, nos dice, Friedman.
Si bien la humanidad está fragmentada en muchos sentidos, la mayoría está interconectada, pero suele ser interdependiente en muchos modos importantes, donde estar interconectado no es necesariamente estar en armonía o integrado.
Nuestras actividades económicas empiezan ahora a afectar nuestras propias condiciones de vida. Las partes mejor organizadas y más poderosas de este sistema, configuran el patrón general de relaciones, sin considerar si conviene a los intereses de las partes más débiles.
¿Qué o quién estableció las circunstancias que hicieron surgir este sistema global con tanta velocidad y violencia?
Estados Unidos libró guerras pero no las experimentó en su territorio y muchos países han perdido tiempo recuperándose de las guerras. Estados Unidos no, ya que en realidad ha crecido por ellas. Su marina controla todos los océanos del mundo, ya que las fuerzas del resto del mundo no igualan a la suya. Esto quiere decir que puede invadir otros países, más no ser invadido.
Los países europeos transformaron el mundo y crearon el primer sistema político económico global en la historia humana, pero se derrumbó por completo en el siglo XX, ocupando un poderío que duró quinientos años. El vacío fue llenado por Estados Unidos. Obteniendo el dominio global a un costo de quinientos mil muertos, en una guerra en la que perecieron cincuenta millones de personas y Europa quedo hecha pedazos. Y nos preguntamos, ¿fue una brillante jugada maquiavélica?, ya que controlar Europa, significó controlar el mundo. En geopolítica lo importante son las consecuencias no buscadas.
Se dice que para comprender el siglo XXI, es necesario comprender los cambios estructurales y fundamentales del siglo XX.
El argumento es que no sólo ha sucedido algo extraordinario, sino que también dichos sucesos, apenas fue decisión de los Estados Unidos, ya que no se trató de medidas planeadas, sino más bien de la forma en que operan las fuerzas geopolíticas.
LA TOMA DE DECISIONES
Las decisiones son una parte esencial de la vida, abarcando todo el proceso que consiste en lo adecuado y lo eficaz. Dichas decisiones, desde la deliberación inicial hasta la puesta en la práctica. De cómo generar ideas, predecir, evaluar riesgos y abordar incluso los asuntos personales.
La toma de decisiones correctas en cada situación, bien merece la pena esforzarse para alcanzarlas, nos dice Heller.
Considerando a la decisión como una elección entre varias opciones presentes, que surgen en muchas situaciones, donde para tomar una decisión debemos examinar todas las posibilidades y elegir una entre ellas.
Cuando las decisiones son a largo plazo, no debemos dejar de considerar las de corto plazo, modificando las que ya no son adecuadas. Suponiendo además que cada decisión puede ser muy importante, pero estar preparados para cualquier cambio posible y preguntarse siempre qué es lo que pueda salir mal, considerando siempre todos los resultados posibles.
Debemos desglosar el proceso de toma de decisiones: comparando soluciones, comprendiendo los riesgos y evaluando soluciones. Identificando el problema, analizándolo y evaluando opiniones, así como la de identificar soluciones y poniendo en la práctica las medidas y soluciones identificadas.
Las preguntas por plantearse serán: ¿Cuáles son nuestros objetivos a corto y largo plazo? ¿Obtendremos algún beneficio? ¿Qué papel de relevancia obtendremos? ¿Qué ocurrirá si se da un cambio inesperado? ¿Cuáles son nuestras posibles peores situaciones y, cómo las enfrentaríamos?
La toma de decisiones supone tener acceso a información precisa y detallada, donde los métodos sistémicos pueden ser de ayuda para la creatividad, tomando en cuenta las objeciones, donde correr riesgos conocidos es mejor que arriesgarse con los desconocidos, donde es mejor reflexionar que tomar una decisión apresurada.
Los métodos sistémicos garantizan que se aborden todos los temas pertinentes; donde se reúne la información necesaria, se consideran y comparan correctamente todas las alternativas, se identifican las dificultades y se evalúa la factibilidad teniendo en cuenta las consecuencias.
Permite preparar medidas lógicas y eficaces, de manera que el proceso de la decisión pueda explicarse con claridad. Y si se tiene problemas para tomar una decisión, cambiar el enfoque y pensar quién se verá afectado por dicha decisión. Las decisiones que sólo abordan una parte del problema tienden a fracasar, que al establecer los límites correctos, se obtendrán mejores resultados.
Los modelos para resolver problemas, nos piden no confundir los problemas con las situaciones difíciles, ya que estas últimas son solamente el síntoma de la acción de un problema. Un problema es un obstáculo, donde al determinar qué está originando la situación difícil, se detectará el o los problemas.
Las soluciones realistas y creativas se buscan en función de las condiciones y requisitos previos del problema que queremos resolver; de otro modo sólo estaremos soñando, liberando la imaginación y juzgando las ideas en función de las condiciones previas, donde la mejor solución será aquélla que cumpla con el mayor número de condiciones previas, siendo objetivo, estableciendo prioridades.
Es posible que en algunos pasos de un plan a desarrollar, tengan obstáculos para ser realizados. Es importante detectar estos problemas y examinar cada paso y determinar qué puede impedir que se lleve a cabo, encontrando soluciones previas que permitan tener respuestas para hacerles frente. Todos deben conocer el objetivo final, con verificaciones intermedias, antes de la fecha de cumplimiento de la entrega de resultados finales.
DOMESTICACIÓN DEL AZAR
Los escenarios generados por procesos de simulación, proveen de un indicador de posibilidades (pero no así de algo definitivo), siendo las bases para realizar proyecciones que aplican las herramientas del pronóstico bioclimático en escenarios específicos.
Los atributos de los ecosistemas pronosticables, son aquéllos en los que la incertidumbre puede ser reducida a la magnitud en la que con los pronósticos estamos reportando información útil para la toma de decisiones, determinando además cómo el sistema mantiene su estabilidad o identificando mecanismos por los que puede perderla, pronosticando futuras manifestaciones de los sistemas existentes, proyectando ciclos y tendencias, evaluando los impactos de políticas opcionales e identificando escenarios en que la estabilidad se pierda o se restaure.
Lo más valioso de un modelo será su capacidad de detectar los cambios y fluctuaciones, como de identificar las variables críticas responsables de dichos cambios y así capturar y entender los efectos de retroalimentación en el sistema, ya que en los sistemas dinámicos, sus elementos se modifican de manera constante y complicada e incluso sorpresiva.
Sujetos a los sistemas dinámicos, tenemos una posición en el espacio de fases, que evoluciona según una regla fija de ciertas condiciones iniciales y que desembocarán algunos en puntos fijos, después de los cuales no se presentará alguna evolución. En tanto otras llegarán a ciclos límite, donde el mismo comportamiento se repetirá una y otra vez y finalmente, algunas trayectorias acabarán en atractores extraños, que mostraran un comportamiento imprevisible y por lo mismo no periódico.
a) BIOGEOGRAFÍA Y NIVELES GLOBALES DE ORGANIZACIÓN BIOCLIMÁTICA
La posibilidad de comprender todo lo comprensible, depende más de la estructura de nuestro conocimiento que de su contenido, donde nuestras teorías llegarán a ser tan generales y tan profundas y, a estar tan integradas entre sí, que se convertirán, de hecho, en una sola teoría de una estructura unificada de la realidad.
Las estimaciones iniciales de simulación pueden ser derivadas de la información empírica o aún de sugerencias razonables de los expertos en la materia o del equipo de modeladores; ya que los modelos construidos en tales situaciones de incertidumbre pueden ser de gran valor y utilidad en la toma de decisiones, proveyéndonos de un cuadro congruente de referencia, en lugar de información exacta.
El flujo de información de una variable de estado, dentro de un sistema, se hace a través de cadenas de transformación para dirigirnos a las variables de control, cambiando así las primeras y entrando en ciclos siempre cambiantes, para al final volver a otra variable de estado o tal vez, irse hacia el infinito, al cero o al comportamiento caótico. Esto nos habla de un proceso de retroalimentación, hecho tan común en los sistemas ambientales.
La retroalimentación negativa tiende a forzar a las variables de estado hacia metas establecidas y es la idea básica, de los sistemas dinámicos de control. La variación en el proceso de retroalimentación puede llevarnos a relaciones no lineales, las cuales se hallan presentes si una variable de control no depende de otras variables de manera lineal. Como resultado, los procesos de retroalimentación no lineales, pueden exhibir comportamientos dinámicos complejos y consecuentemente debemos poner especial atención a la no linealidad particularmente si se trata de efectos de retraso.
b) INFORMACIÓN, AUTOORGANIZACIÓN Y SISTEMAS DISIPATIVOS EN EL PRONÓSTICO DE LA DINÁMICA PRODUCTIVA DE LOS ECOSISTEMAS
Los modelos son herramientas para detectar “patrones” o tendencias que pueden ser útiles para generar hipótesis comprobables, acerca de la organización de comunidades. La abundancia relativa de grandes ensambles heterogéneos de especies, tiende a ser gobernada por muchos factores independientes y, de acuerdo al teorema de límite central, será distribuida en forma log-normal. Un alto grado de ajuste al modelo log-normal indica que la comunidad está en alto grado de equilibrio. Sin embargo, buenos ajustes a la distribución log-normal pueden ocurrir a pesar de los cambios y condiciones en la composición de la comunidad.
La principal motivación al crear los modelos de distribución, fue desarrollar un modelo general de abundancia de especies, para facilitar la comparación de diversas comunidades por sus diferencias o similitudes en los parámetros del modelo, el cual potencialmente daría información fundamental de los nichos de las especies y, cómo las especies coexisten o comparten los recursos ambientales disponibles. Aunque tal modelo general sería una herramienta valiosa para el ecólogo, no parece existir tal paradigma general, revelándose qué hipótesis contradictorias pueden llevarnos al mismo modelo y cómo diferentes modelos derivados de postulados en conflicto, pueden ser ajustados al mismo grupo de datos.
El mayor obstáculo a resolver al usar índices de diversidad, es su interpretación, ya que si se da sólo el valor del índice de diversidad, es imposible decir la importancia relativa de riqueza y uniformidad, pues una alta riqueza y baja homogeneidad será equivalente a un sistema de baja riqueza y alta homogeneidad.
En general, podemos decir que un ecosistema será más complejo conforme sea más maduro, cualidad que aumenta con el tiempo en que permanezca sin ser perturbado. La sucesión nos lleva a considerar como más maduro o más complejo al ecosistema, cuando esté compuesto de un mayor número y grado de interacción de sus elementos. Igualmente, largas cadenas alimenticias, un uso más completo del alimento, como de relaciones bien definidas o más especializadas, situaciones más predecibles, promedio de vida mayor, menor, número de hijos. La organización interna pasa por perturbaciones aleatorias, a ritmos cuasi-regulares.
En cada nivel: Los elementos se van reagrupando para formar nuevas estructuras, en un nivel superior. Y cada una, posee propiedades que los elementos, individualmente, no poseen y se dice, que son propiedades emergentes.
Si se desea pronosticar futuros procesos de producción, será necesario tener una descripción de estos sistemas en su ambiente particular, que incluya tantos detalles relevantes como sea posible.
Debemos estar interesados en todas las interacciones que controlan o alteran el número o tipo de organismos encontrados en una región dada; ya que una noche fría o una hora de fuerte viento pueden producir grandes diferencias en el mundo biológico.
Tal información puede ser construida en una simulación poblacional, que puede ser usada para predecir los efectos de políticas particulares de administración.
El valor de la simulación es obvio, pero su utilidad reside principalmente en que analiza casos particulares.
Una teoría bioclimática, debe de hacer de preferencia afirmaciones sobre el ecosistema como un todo global, así como de especies y de tiempos en particular y, afirmaciones válidas para muchas especies y no solamente para una.
La alternativa es intentar analizar la naturaleza de tal forma, que pueda ser descrita en una forma rigurosa, donde las predicciones puedan ser derivables mediante procedimientos reproducibles. Y, siendo capaces de definir, en algún grado, la diferencia entre lo que conocemos sobre bases teóricas y lo que nos falta por hacer, antes de que podamos realizar predicciones más seguras.
Una descripción matemática precisa de los sistemas productivos, puede incluir cientos de parámetros; muchos de los cuales son difíciles de medir y cuyos resultados esperados, a partir de las muchas ecuaciones diferenciales parciales simultáneas no-lineales de simulación, usualmente no tienen solución, para conseguir respuestas que son complicadas expresiones de los parámetros y que no son fáciles de interpretar.
Claramente se observa la necesidad de diferentes metodologías para tratar con estos sistemas, que son intrínsecamente complejos.
El establecimiento de relaciones clima-vegetación, puede ser útil para propósitos de pronóstico ya que la vegetación refleja el ambiente y los cambios; en uno, pueden resultar en cambios en el otro y tales cambios, pueden ser usados para evaluar la naturaleza y magnitud de impacto ambiental.
Cualquier modelo puede ser considerado como una teoría surgida de los datos y, necesitamos evaluar su exactitud predictiva, generalidad, complejidad e interpretabilidad.
No debemos buscar una solución a un problema específico de predicción, sino buscar aquellas características que nos permitan predicciones más generales. Identificar patrones activos, definiendo el interés en términos de utilidad para obtener algún fin, por lo que la exactitud de las predicciones no debe ser lo único a juzgar.
Se pueden encontrar patrones similares de interacción en sistemas muy diferentes y, una vez que los patrones básicos sean entendidos, todos los sistemas podrían ser comprendidos.
Los modelos nos permiten realizar deducciones, formular hipótesis y predecir resultados; construyéndose así las teorías y, en un despliegue de sistemas, las leyes se revelarán por sí mismas con este nuevo enfoque, donde las pautas básicas se deben clasificar y los conceptos básicos se deben inferir.
Los sistemas complejos que cuentan con una gran riqueza de conexiones cruzadas, muestran conductas complejas y estas conductas pueden ser complejas pautas de búsqueda de metas.
Las matemáticas de la complejidad de la naturaleza pasan de los objetos a las relaciones, de la cantidad a la cualidad y, de la sustancia al patrón de la forma, eludiendo todo modelaje mecanicista, donde simples ecuaciones deterministas pueden producir una insospechada riqueza y variedad de comportamientos. A su vez, lo que pareciera un comportamiento aparentemente complejo y caótico, puede dar lugar a estructuras ordenadas con sutiles y hermosos patrones de formas, con frecuentes ocurrencias de procesos de retroalimentación autorreforzadora, donde pequeños cambios pueden ser repetidamente amplificados.
La mayor contribución de Poincare, fue la recuperación de las metáforas virtuales, rompiendo el dominio del análisis y las fórmulas, volviendo a los patrones visuales.
La predicción exacta, aún para las ecuaciones estrictamente deterministas, no existe; pero ecuaciones simples pueden producir una increíble complejidad que supera todo intento de predicción.
La organización del sistema complejo es independiente de las propiedades de sus componentes y, su objetivo es la organización y no la estructura, en la que la función de cada componente, es participar activamente en la producción o transformación de otros componentes del sistema.
El producto de su operación es su propia organización, donde toda la red se hace a sí misma, continuamente.
c) DESAFIOS DE LOS PROBLEMAS AMBIENTALES
En base a la nueva visión de la ciencia del enfoque sistémico, es posible proponer la creación de modelos generales de simulación y pronóstico, que de forma integrada, den respuesta a una serie de cuestionamientos sobre ecología, manejo de recursos naturales y evaluación de impacto ambiental.
La visión filosófica de estos modelos tiene su fundamento en el “enfoque sistémico” derivado de la “teoría general de sistemas”, cuyo proceso metodológico nos permitirá la creación de escenarios requeridos para una mejor toma de decisiones.
Definimos al pronóstico ecológico, como el proceso de predecir el estado del ecosistema y de sus servicios por aportar, su capital natural de crecimiento, contingencias y escenarios sobre el clima, uso del suelo, población humana, tecnologías, actividad económica y educativa.
A fin de utilizar aspectos de metodologías comunes, en los diferentes proyectos por desarrollar, se hace necesario incorporar en los objetivos de este estudio, un proceso de descripción general de las mencionadas metodologías del enfoque sistémico a utilizar en el desarrollo de dicho modelo y, en los posibles proyectos por derivarse de éste, esperando con esto una mayor homogeneidad y cohesión de sus propósitos, así como en una mayor sistematización en la obtención de los objetivos planteados.
El objetivo consiste no sólo en ofrecer un planteamiento coherente y sistémico, de una visión unificada de la vida y el ambiente, sino también de algunas de las cuestiones críticas de la economía, sociales y personales que vivimos en nuestra época y actúan como procesos de retroalimentación de los objetivos iniciales.
Cuando nos encontramos con un problema de tipo ambiental o de cualquier otro tipo y necesitamos resolverlo, además de considerar las interacciones entre los factores físicos, biológicos y ecológicos, debemos tomar en cuenta también los factores económicos, culturales y legales; ya que si abordamos estos problemas por métodos simplistas, llegaremos al diseño de experimentos y muestreos de baja calidad, que nos conducirán a tomar decisiones erróneas e inadecuadas.
El análisis de sistemas para la solución de estos problemas, se basa en un planteamiento holístico y con los requeridos modelos matemáticos para identificar, simular y predecir las características importantes de la dinámica de estos sistemas considerados como complejos.
Actualmente, el uso de esta perspectiva en ecología, climatología, evaluación, manejo de recursos naturales, simulación y pronóstico de impacto ambiental, consiste en proporcionar un enfoque que permita abordar la solución de dichos problemas en los sistemas complejos (como son todo tipo de ecosistemas conocidos) y que además, promueva el diseño de proyectos de investigación que nos ayuden a tomar decisiones adecuadas.
Como climatólogos ecólogos y administradores de los recursos naturales, frecuentemente debemos analizar sistemas que están caracterizados por una complejidad organizada, como cuando se cuenta con poca información, pocos datos y poca expectativa de generar una base de datos completa.
Para esto, es precisamente que ha sido diseñado y desarrollado el análisis de sistemas y sus metodologías de investigación, que permiten integrar el conocimiento obtenido por medio de la descripción, la clasificación y el análisis matemático y estadístico de las observaciones del mundo real.
En el modelo tradicional los expertos interpretan los datos, eligiendo algunos de sus aspectos e ignorando otros.
Necesitamos una amplia distribución de información, puntos de vista e interpretaciones, si queremos entender el significado del mundo en que vivimos. El cual debe entenderse no como un mundo de objetos, sino de procesos.
La grandiosa meta de toda ciencia es abarcar el mayor número de hechos empíricos por deducción lógica, a partir del menor número de hipótesis o axiomas, como solía decir Einstein. Mandelbrot, nos dice que en un mundo cada vez más complejo, los científicos necesitan tanto las imágenes como los números, es decir la visión geométrica y la analítica.
Necesitamos partir de un marco teórico para el desarrollo, evaluación y uso de los modelos de simulación y pronóstico, en impacto ambiental, climatología, ecología y manejo de los recursos naturales.
Donde, en el desarrollo del modelo conceptual podamos abstraer del sistema real aquellos factores y procesos que deben ser incluidos dentro del modelo, por ser relevantes en nuestros objetivos específicos, de tal manera que en la evaluación del modelo, se compare el enfoque de sistemas con otros métodos utilizados para resolver problemas en estas y otras áreas.
El modelo, puede ser de lo más simple posible siempre y cuando no excluya a aquellos componentes cruciales para su solución, donde las decisiones deben estar basadas en la información de mejor calidad que tengamos, acerca del sistema en estudio.
En otro caso, podrá ser necesario monitorear varios atributos del sistema en forma simultánea, clasificando los componentes del sistema de interés por sus diferentes funciones en el modelo.
Dichos componentes, los podemos clasificar como: variables de estado, variables externas, constantes, variables auxiliares, transferencias de materia, energía e información, fuentes y sumideros.
Obviamente, si con los conocimientos adquiridos no podemos formular hipótesis útiles, acerca de la estructura y funcionamiento del sistema, debemos concentrar nuestro esfuerzo en realizar nuevas observaciones en el sistema natural.
La idea básica, fundamental detrás de todo esto, es que podamos realizar experimentos de simulación de la misma forma en que se pudiera realizar en un laboratorio o en la misma naturaleza.
La justificación del estudio es, nuestro interés por lograr un crecimiento económico sin destruir los sistemas ecológicos que forman la base de nuestra existencia.
Necesitamos introducir el uso del análisis de sistemas y su simulación, como herramientas de apoyo para resolver los problemas de impacto ambiental que a diario se nos presentan y que además, nos ayuden en la toma de las mejores decisiones.
El análisis de sistemas y su simulación, es un conjunto de técnicas cuantitativas desarrolladas con el propósito de enfrentar problemas relacionados con el funcionamiento de los sistemas complejos, como son los diferentes tipos de ecosistemas conocidos.
La utilidad del análisis de sistemas y su simulación, se da tanto por el proceso de identificación y especificación de los problemas, así como por del desarrollo, usos y producto final del modelo.
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El objetivo general es: el de diseñar y generar un modelo integral de simulación y pronóstico de los sistemas ecológicos, bajo el enfoque de sistemas y de sistemas complejos, con aplicaciones específicas a la evaluación del impacto ambiental y manejo de recursos naturales, del cual se puedan derivar proyectos más específicos en la solución de problemas regionales.
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Generar escenarios de los sistemas ecológicos, en el tiempo histórico (en el pasado, actual y futuro) y en el espacio, para evaluar el impacto de origen humano.
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Analizar la dinámica de transferencia productiva (flujos de materia, información y energía) de los sistemas ecológicos, para determinar su estabilidad o inestabilidad a través del tiempo y el espacio.
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Realizar en forma funcional, el modelo integral de simulación y pronóstico de los diferentes sistemas ecológicos y climáticos, incorporando las potenciales redes de intercomunicación en dichos ecosistemas, de tal forma que el modelo sea multidisciplinario, multifactorial, multirelacional y multifuncional, que sirva de herramienta en la simulación de posibles escenarios y a su vez sea, una herramienta para la toma de decisiones.
METODOLOGÍA BÁSICA GENERAL DEL ENFOQUE SISTÉMICO
Para contestar una pregunta, demostrar una teoría o para clasificar una parte del mundo real, todos coincidimos en que dependiendo de nuestros intereses, algunas de las posibles perspectivas a elaborar serán más adecuadas y útiles que otras; donde los sistemas de interés generalmente presentan dos propiedades de importancia primordial:
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Primera, los sistemas pueden estar anidados, es decir, que un individuo es parte de una población, una población es parte de una comunidad y así sucesivamente.
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Segunda, a cualquier escala y a cualquier nivel de detalle, los sistemas naturales pueden ser estudiados usando el mismo conjunto de principios y técnicas desarrolladas y conocidas por la teoría general de sistemas, donde debemos definir cuidadosamente los límites del sistema de interés, de acuerdo con el problema que estamos estudiando.
El reduccionismo actual, (estudio de las partes por separado) ha demostrado ser muy eficiente en la ciencia, siempre y cuando podamos entender que las entidades complejas de la naturaleza, no sólo son la suma de sus componentes más simples.
Las matemáticas de la física clásica, están concebidas para complejidades no organizadas y, muchos de los problemas biológicos, económicos y sociales son esencialmente organizados, multivariados y complejos, por lo tanto deben introducirse nuevos modelos conceptuales, incluyendo: la cibernética, teoría de la información, teoría de juegos, teoría de decisiones, análisis factorial, ingeniería de sistemas, investigación de operaciones, etc. Considerar los sistemas como un complejo de componentes interactuantes, con conceptos característicos de totalidades organizadas como son: interacción, suma, mecanización, centralización, competición, finalidad, etc., y, saber aplicarlos a fenómenos concretos.
La naturaleza posee un orden que podemos comprender y la ciencia, tan solo es una descripción optimista de cómo pensar una realidad que nunca comprenderemos del todo. Sin embargo, con el enfoque sistémico, comenzamos a entrever una forma enteramente nueva de comprender: las fluctuaciones, el desorden y el cambio, donde conceptos como los de atractor, retrato de fase, diagrama de bifurcación y fractal, no existían antes del desarrollo de la dinámica no lineal.
En la modelación de impacto ambiental, lo consideraremos ejemplificado por nuestros estudios de diagnóstico, simulación y pronóstico, que estarán apoyados exclusivamente en las metodologías de simulación. Si escogemos las variables apropiadas y representamos adecuadamente las reglas que gobiernan la dinámica y el proceso de cambio en el sistema de estudio, debemos poder predecir los cambios de dichos sistemas a través del tiempo, es decir, podríamos simular correctamente el comportamiento del sistema, basados en las cuatro etapas fundamentales del proceso de desarrollo y uso del modelo, las cuales, son las siguientes: Desarrollo del modelo conceptual; Desarrollo del modelo cuantitativo; Evaluación del modelo y Uso del modelo. Grant et al (2001).
En primer lugar, hay que identificar el problema con claridad y describir los objetivos del estudio con precisión, teniendo en mente que vamos a estudiar la realidad como un sistema.
El resultado de esta fase ha de ser una primera percepción de los elementos, que tienen relación con el problema planteado. La estadística y los métodos numéricos serán de gran utilidad cuando exista una gran abundancia de datos y podamos suponer que la realidad permanecerá estable.
Debemos conocer los elementos que forman el sistema y las relaciones que existan entre ellos, ya que con frecuencia para solucionar un problema es más fácil y efectivo trabajar con las relaciones, incluyendo sólo aquellos elementos que tienen una influencia razonable sobre nuestro objetivo, que es la de proponer acciones practicas para solucionar el problema.
En las diferentes fases de construcción del modelo, se añadirán y suprimirán elementos con la correspondiente expansión y simplificación del modelo, donde a través de un diagrama causal, se incorporan los elementos clave del sistema y sus relaciones.
El concepto de rizo (definido como una cadena cerrada de relaciones causales), será muy útil, porque nos permitirá a partir de la estructura del sistema que analizamos, llegar hasta su comportamiento dinámico.
Donde, podemos ver que los sistemas socioeconómicos, ecológicos y climáticos estarán formados por cientos de rizos positivos y negativos interconectados, identificando las razones estructurales que nos permitan decidir cómo modificar los bucles causales que lo alteran, ya que es la estructura del sistema lo que provoca su comportamiento.
Notándose que en las estructuras de los sistemas estables, hay un número de relaciones impar y el bucle o proceso de retroalimentación es negativa y donde, cualquier acción que intente modificar un elemento, se ve contrarrestado por todo el conjunto de bucles negativos estabilizando el sistema y, neutralizando en conjunto la acción o los cambios del exterior.
En tales sistemas, el factor limitativo es lo verdaderamente importante, el cual es dinámico con capacidad de producir comportamientos inesperados, pero al final será el rizo negativo el que estabilice el sistema.
Así mismo, a través de los objetivos, debemos determinar si el modelo es apropiado o no para cumplir con nuestros propósitos y, dependiendo de dichos objetivos, podemos profundizar en la interpretación de las relaciones entre sus componentes, así como en su capacidad predictíva, donde además, nos interesa evaluar qué tan sensibles son las predicciones del modelo a aquellos aspectos que hemos representado, con cierta incertidumbre.
Debemos definir los objetivos, en términos del problema que queremos resolver o de la pregunta que queremos responder; donde las preguntas o problemas pueden surgir a partir de observaciones en el sistema real o, pueden ser impuestas por la necesidad práctica de evaluar diversos esquemas de manejo.
Dichos objetivos deben definir el marco conceptual, para las bases, desarrollo y evaluación, así como interpretación de los resultados del modelo.
El objetivo final del análisis de sistemas, será responder las preguntas identificadas al comienzo del proyecto, lo cual implica, que debemos diseñar y simular con el modelo desarrollado los mismos experimentos que realizaríamos en el mundo real, para responder nuestras preguntas fundamentales.
Si en el diseño experimental es necesario desarrollar una versión estocástica del modelo, podemos correr el número de réplicas necesarias y comparar los valores predichos en el marco de cada uno de los regímenes de nuestras variables, usando un análisis de varianza y detectando cualquier incoherencia que nos ayude con su identificación a comprender el sistema y, obtener sus beneficios en el proceso de desarrollo del modelo.
En forma sintética, podemos decir que con el desarrollo del modelo conceptual, definimos un proceso por medio del cual abstraemos del sistema real aquellos factores y procesos a incluir en nuestro modelo y, por ser relevantes para nuestros objetivos específicos, de tal forma que en la evaluación del modelo, podamos determinar la utilidad del modelo desarrollado.
Con respecto a nuestros objetivos específicos: definiremos los límites del sistema de interés e identificaremos las relaciones entre los componentes que generan la dinámica del sistema, basados en las siguientes etapas de desarrollo del modelo:
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Definir los objetivos del modelo;
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Definir los límites del sistema de interés;
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Clasificar los componentes del sistema de interés;
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Identificar los componentes del sistema;
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Representar formalmente el modelo conceptual;
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Describir los patrones esperados del comportamiento del modelo.
Durante el desarrollo del modelo cualitativo, trataremos de traducir nuestro modelo conceptual a una serie de ecuaciones matemáticas, que en conjunto forman el modelo cuantitativo, haciendo uso de los diversos tipos de información sobre el sistema real. Posteriormente, resolvemos todas las ecuaciones del modelo para el periodo completo de simulación. Esta simulación recibe el nombre de Simulación de Referencia.
Con la generación de este modelo, esperamos simular adecuadamente la dinámica general y productiva del sistema, la magnitud del impacto ecológico y económico. Además de pronosticar el destino de los sistemas actuales, ya podremos generar escenarios que nos permitirán derivar la mejor toma de decisiones. Así mismo, nos permitirá conocer el grado de estabilidad de los sistemas existentes (naturales, implantados e impactados).
La elección entre un modelo analítico de la física y un modelo de simulación del análisis de sistemas, implica para el primer caso, pérdida de realismo ecológico para tener más potencia matemática; y para el segundo, la pérdida de potencia matemática para incluir más realismo ecológico.
Esto es muy importante, ya que en muchos problemas ecológicos, el manejo de recursos naturales y estudios de impacto ambiental, es necesario representar el sistema de interés de una manera demasiado compleja, recurriendo para su solución, a metodologías de análisis sistémico, ya que no se puede hacer ni conviene hacer, de forma analítica.
RESULTADOS Y CONCLUSIONES
Según Aristóteles, la felicidad es el propósito y lo que le da sentido a la vida, la meta del ser humano; pero cada persona tiene su propia idea de felicidad. Unos son felices sabiendo que existen, otros se regodean en sus propias desgracias y otros, incluso disfrutan atormentando al prójimo, nos dice Haim Shapira. Para Freud, “El plan de creación no incluye el propósito de que el hombre sea feliz”; para Nathaniel Hawthorne, “La felicidad es como una mariposa, cuanto más la persigas más te eludirá, pero si aquietas la mente, se posará suavemente en ti. Piensa que ya eres lo que deseas ser”.
Lo real es infinito, de modo que los métodos consistentes en dividirlo en un conjunto de porciones comprensibles, han de ser igualmente infinitos. La totalidad de la materia rebasa nuestra capacidad de comprensión; deberemos concluir que no existe método alguno, ni siquiera el de la ciencia, que pueda considerarse definitivo.
Para Husserl, la “experiencia” es la única forma posible de conocimiento y que hay al menos dos clases de existencia. Según él, los objetos cotidianos existen en el mundo real que nos rodea, mientras que los conceptos residen en nuestra conciencia.
La conciencia no es el mero hecho de percatarse del mundo, consiste también en tener conciencia de dicha conciencia. Ya que no es posible acceder a lo que se halla tras la conciencia, a fin de lograr un más “intimo” vislumbre de la vida o de la realidad, “El mundo no es lo que pienso, sino lo que vivo”.
Para los “fenomenólogos”, no necesitamos instrumentos para comprender el mundo que nos rodea; las cosas son lo que parecen ser, y nada más. La conciencia es invariablemente conciencia de algo y el único modo de “entender” las cosas, consiste en utilizarlas, ya que la “contemplación” o la “reflexión pura” no puede conseguirlo. El hecho de analizar la sustancia de las cosas, jamás podrá permitir que los científicos alcancen a comprenderla.
Si tiene algún sentido lo que hacemos en esta vida, se encuentra en las cosas sencillas e importantes a la vez, en lo que de verdad importa.
La humanidad ha evolucionado en un entorno climático radicalmente inestable, con frecuentes e inestables oscilaciones de temperatura, enormes capas de hielo que avanzaban y retrocedían sobre los continentes y el nivel del mar, subía hasta 200 metros. Los climas locales cambiaban drásticamente y con las capas de hielo, se destruía la vida vegetal y animal empujando al sur las zonas templadas.
Cuando el clima se calentó y estabilizó, se pudo desarrollar la agricultura y surgieron ciudades y civilizaciones. El clima más cálido significó que el planeta podía sostener una cantidad mayor de gente.
El riego extensivo y los buenos suelos, generaron condiciones para el desarrollo de densos núcleos poblacionales y exportar excedentes. A medida que aumentaba la dimensión de las comunidades, los individuos pasaban de la libertad de las sociedades igualitarias, a la servidumbre de las sociedades jerarquizadas. La revolución agrícola generó el auge de los primeros estados y civilizaciones.
Surgió la especialización en la producción de las distintas comunidades, producto de los diferentes nichos ecológicos donde los humanos se establecieron. Ciudades e imperios alimentaban y eran alimentados por redes comerciales, donde los poderosos competían.
Un rasgo reiterado del desarrollo humano, son las transformaciones fundamentales de la caza a la agricultura, del mundo rural al urbano y del agrario al industrial. Pero, ¿Hasta qué punto es dependiente la civilización humana de la estabilidad del clima planetario? El clima ha sido notablemente estable en los diez milenios, en los cuales la humanidad ha construido la civilización.
Cada día la humanidad es más capaz de provocar cambios en el medio ambiente; sin embargo, la naturaleza sigue siendo la mayor fuerza de cambio existente. La aparente estabilidad del clima de la Tierra es apenas un pestañeo cuando lo observamos en una perspectiva prolongada de millones de años y, tenemos razones para creer que la humanidad no gozará de esta estabilidad por mucho tiempo más pero, el problema es que nadie puede decir por cuanto más.
El cambio puede venir de la naturaleza o de la humanidad. Los patrones pasados sugieren un giro hacia el frío, que puede suceder dentro de los próximos años. Una nueva era glacial, dejaría expuesta más tierra, pero suprimiría muchas de las actuales áreas de producción de alimentos aunque, con el calentamiento, mucha tierra hoy congelada se haría productiva. Los impactos humanos y los ciclos naturales parecen empujar en direcciones opuestas. Pero es la naturaleza la que ha suprimido mucho más especies que los humanos.
Desconocemos, mucho, acerca de las conexiones de los complejos sistemas biológicos como para responder muchas preguntas. Carecemos también de medios claros para comparar el costo y beneficio de tan difíciles opciones. La discusión ambiental arroja enormes dilemas de análisis de costo beneficio, no sólo acerca de quién paga los costos y quién obtiene el beneficio, sino también acerca de qué costos pagados producirán los beneficios esperados y, acerca de si valdrán la pena.
A lo largo de toda la historia, el golpe del cambio ha sido peor cuando el hombre ha sido incapaz de comprender lo que tenía delante de sí mismo; asimismo, que el reconocimiento y el temor de los universales derechos humanos y de los milagros tecnológicos se den y queden sólo en promesas desperdiciadas y peligros asegurados.
Cuando analizamos la atmosfera, en períodos de semanas, los océanos, continentes, vegetación y efectos humanos, son todos considerados como efectos externos que no influyen mucho en el cambio atmosférico; pero si nos enfocamos en ciclos interglaciales de cientos de miles de años, los océanos y los hielos polares son parte del sistema climático interno y varían, como una parte integral del sistema climático terrestre.
La importancia de considerar causas externas e internas, fue identificado por Edward Lorenz, pionero en el descubrimiento de la teoría del caos, observando que un sistema complejo, conocidos como no lineales, presentan varios tipos de comportamiento, donde factores causales externos y sistemas determinísticos, implican posibilidad de pronóstico. Pero Lorenz, sugirió de que existían algunos sistemas no lineales que eran ni deterministicos ni estocásticos y, el hecho de que presenten dichos comportamiento o comportamientos caóticos, se debe a que actúan en diferentes circunstancias en las que se encuentren.
Si la deforestación va acompañada por incendios a gran escala, el humo genera un aerosol que puede alterar la temperatura, la lluvia y la nubosidad local. Efecto conocido como retroalimentación biogeofísica, y representa un conjunto de procesos internos que necesitan ser tomados en cuenta en el modelado de los sistemas terrestres. Si la deforestación se llega a dar a gran escala, puede reducirse la evapotranspiración y disminuir la precipitación.
Tenemos sistemas que están empujando y jalando en diferentes períodos de tiempo, pero no estamos completamente seguros de cómo, cada uno influye en el sistema.
El comportamiento del clima se puede entender si se analiza la atmósfera como un sistema dinámico. Y el hecho de que el clima permanezca estable por varios siglos, indica que el sistema se encuentra cerca de un atractor y que tenderá al equilibrio tras pequeñas perturbaciones, manteniendo patrones de comportamiento relativamente constantes. Sin embargo, cuando la perturbación es muy grande, el sistema sale del área de influencia y se vuelve impredecible, hasta que encuentre un nuevo atractor de influencia, sin que podamos saber cuál es éste. Ya que si consideramos que el calentamiento global es el responsable del cambio climático, pero el cambio de respuesta, no tiene porqué ir en la dirección de más calentamiento. Y por su estado impredecible, no sabemos cuándo volveremos a una situación de estabilidad y de qué forma. La agricultura necesita patrones climáticos estables y un posible cambio, podría producir hambrunas en el planeta.
El tan anunciado “Nuevo orden Mundial” se ve caracterizado por un nuevo desorden general. Históricamente, las transiciones de una era a otra han sido épocas difíciles, donde la transición a una nueva era nos trae, inesperadas pesadillas. Pero es también un sello de ello, de que bajo lo que parecen ser nubarrones, descubrimos pautas e incluso una lógica, no convencional y contradictoria y, en una dirección, que ya no sigue un curso simple y lineal.
El mundo se precipita, simultáneamente hacia una potencial era dorada de unidad mundial y, hacia una nueva era oscura de fragmentación, a causa de rivalidades económicas y diferencias sociales; pero esto no quiere decir que todas las cosas sean diferentes. Ahora, el progreso depende mucho más de la ciencia, la información y la innovación.
El poder, se basa ahora más en la fuerza económica que en lo militar o extensión territorial. La difusión del poder está cambiando hacia un nuevo conjunto de bloques económicos. Parece que la humanidad, al planear sus objetivos desde el punto de vista de la razón, el individualismo y la ciencia, se dan a expensas de valores tradicionales y necesidades primordiales. Y, se ha ido demasiado lejos.
Las enseñanzas y legado de la ilustración, no se han perdido y continuarán siendo las principales fuentes de inspiración. Comprenderemos que tenemos y merecemos el derecho de controlar nuestros destinos y el de nuestras comunidades.
Se tendrá por objetivos, hacer efectivos estos derechos, conservando al mismo tiempo tradiciones y fuentes de identidad. Representará, de muchas maneras, nos dice Wright, el triunfo y mayor desafío de la ilustración.
Diciéndose, que la capacidad de la humanidad para el cambio, ha superado la capacidad del hombre para entender.
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