Deep State II (America First)
Por: Lic. Alejandro Marcó del PontEl periódico inglés The Guardian arrojó por la borda el discurso de American First (América primero) del presidente D. Trump al descubrir que la explotadora fábrica textil PT Buma, de Indonesia, se encarga de proveer las prendas para la marca de su hija Ivanka Trump (https://goo.gl/w8al4P).
La fábrica asiática es proveedora de G-III Apparel Gruoup, mayorista de ropa que abastece a grandes firmas como Guess, Levi´s, Calvin Klein, entre otras, siendo la confección con los peores salarios del sudeste asiático: U$S 173 al mes. Dada las metas de producción diarias pretendidas por la firma, que, por cierto, rara vez son alcanzadas, las horas extras son algo común y no remuneradas, por lo que se sospecha que en realidad el valor hora rondaría los 0.80 centavos de dólar.
Sin vacaciones, cesados antes del Ramadán y recontratados después para no pagar el bono de vacaciones religiosas, es una muestra de un rosario de atropellos. Indonesia, al igual que México y China, fue llamado al orden por D. Trump al detectar una balanza deficitaria de U$S 13.000 que no permitirá, según su discurso, explotación, ni siquiera con las prendas de su hija.
El caso chino es aún más emblemático para el nacionalista discurso de Trump. Hua Haifeng, activista laboral chino, fue detenido por las autoridades por poseer un obrero encubierto en una fábrica que produce los zapatos de la marca Ivanka Trump. Más allá de la explotación, con China el baile parece diferente.
Los orientales detectaron que el combativo y justiciero presidente finge demencia cuando se trata de su hija, o de hacer múltiples negocios que engordan su fortuna, aunque no sea en la tierra de la oportunidad. Los chinos le otorgaron 38 patentes a Trump desde que llegó a la presidencia, en tiempo record y en actividades non santas.
Las concesiones sospechosas por su diligencia, desde su llegada a la presidencia, se pueden ver en el artículo de The Guardian (https://goo.gl/6r13Jo) son de diferente misturadas en general, y tan abarcativas que incluyen hasta una proveedora de damas de compañía (escorts). El artículo no comenta el combo propuesto a inversores chinos por el mercader de armas, yerno y asesor presidencial, Jared Kushner, que ante sumas mayores a U$S 500 mil en rascacielos, ofrece una green cards de regalo (https://goo.gl/9r9PiA)
Al parecer, el pragmatismo deambula por la Casa Blanca. Por ejemplo, Jeff Immelt, el CEO de General Electric, fábrica de armas que, sin duda, es del núcleo del Deep State, es miembro del Consejo Consultivo de Manufactura del presidente Trump. Su fábrica en Wisconsin, una de las zonas más afectadas por el desempleo (el cinturón oxidado) se traslada completa a Canadá por un endeble incentivo de U$S 2.000 millones (https://goo.gl/JUugF1)
Hijos, yernos y negocios propios dejan fuera cualquier intento discursivo por salvaguardar los empleos, los niveles salariales y el America First. Aunque en economía se dice que hay un first best (primero mejor), también hay un second best (segundo mejor), y chinos, mexicanos, canadienses e indonesios estarían, secretamente, adentro.
La loca teoría en que Trump estaría dando un golpe de estado nacionalista a la globalización neoliberal parece un tanto descabellado. El símbolo de un intento de reconstrucción ideológica dentro del campo conservador–liberal entre facciones del Deep State quizás tendría más lógica si es que existe un “entre” cuando parece ser todas las mismas.
Muchos piensan en esta batalla al considerar que la mayoría de los 15 secretarios propuestos por el presidente, sólo cinco tienen conocimiento del Estado. La teoría de los privados manejando el Estado americano es absurda porque siempre pasó. Millonarios manejando el Estado, también.
Comenzaremos por el Secretario de Comercio, Wilbur Ross. Lo interesante de este millonario que basa su fortuna en la compra empresas quebradas para revenderlas con pingües ganancias, es que su fortuna la hizo como gestor de fondos del Grupo Rothschild, mayor accionista, entre otros, de Vanguard Grup, que de aquí en más veremos cómo juega en los negocio que Trump le dio a los malos.
No retomaremos, por deferencia al presidente americano, un estudio ruso, sino de dos escritos nuestros, “Los Mercados y las Calificadoras” (https://goo.gl/vmv6T7 y https://goo.gl/iQKJc1), del 2013, con algunos agregados actuales.
La mayoría de las compañías y los bancos que dominan el Deep State están manejadas por cuatro gigantes: BlackRock, State Treet, Fidelity y Vanguard, todas controladas por esta última y de propiedad del Grupo Rothschild. Los mayores fondos de inversión son las cuatro compañías antes nombradas y los tres más grandes bancos y las dos mayores calificadoras son también los mayores inversores.
Por ejemplo, Steven Mnuchin, Secretario del Tesoro, es un ex socio de Goldman Sachs, firma que tiene como principales accionistas a Vanguard (8%), BlackRock (8.30%) y State Treet (7.80%). Gary Cohn, Consejero Económico de la Casa Blanca, Steven Bannon, Galter Clayton, abogado propuesto para la Comisión de la Bolsa de Valores (SEC, por su siglas en inglés) también trabajaron para Goldman Sachs, y Gretchen Butler, la esposa de Clayton, trabaja allí en la actualidad.
Pero volvamos por un segundo con los chicos amigos de los rusos, los combustibles fósiles y el cambio climático, y del Secretario de Estado, Rex Tillerson, socios Mobil–Neftegas empresa ruso–americana. Cómo vimos en el artículo anterior Deep State I (https://goo.gl/jTudge), Exxon Mobil tiene como accionistas mayoritarios a BlackRock, State Treet y Vanguard que juntan el 35% de los inversores institucionales del 51% del total de accionistas institucionales.
El asesor especial para la Energía y el Medio Ambiente es Mike Catanzaro, quien trabaja para Industrias Koch, conglomerado conocido por sus inversiones en gas y petróleo, cuya alianza más conocida es con Halliburtong, empresa cuyo 30% de acciones está en manos de BlackRock, State Treet, Vanguard.
Keith Rupert Murdoch es un empresario australiano, nacionalizado norteamericano, dueño de medios de comunicación y con gran llegada a la Casa Blanca. También es socio con Grupo Rothschild de Genie Oil & Gas, cuyo 33% de acciones está en manos de Vanguard y BlackRock. Junto a ellos en la Junta Directiva está Larry Summers, ex director del Consejo Económico de Obama; Dick Cheney, vicepresidente de Goerge W. Bush y Bill Richardson, Secretario de Energía de Bill Clinton.
¿Están seguros que después de ver sólo una parte de los favorecidos ganadores de la administración Trump, él está defendiendo los intereses del pueblo americano?
https://eltabanoeconomista.wordpress.com/2017/06/20/deep-state-ii-america-first/
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