Umberto MazzeiLa Trascendencia de la Nueva Ruta de la Seda
Esta semana tiene lugar en Beijing el acontecimiento más importante para la economía internacional en lo que va del siglo. Me refiero al Foro Internacional sobre la Nueva Ruta de la Seda.
Con su típica miopía la gran prensa occidental prefirió resaltar el lanzamiento de un misil norcoreano. El objetivo del foro es discutir los proyectos de infraestructura para acercar y conectar las dos más grandes economías del mundo, con mayores capitales disponibles: la Unión Europea y China.
Básicamente se trata de conectar por tierra el Atlántico con el Pacifico. Es una nueva versión, con tecnologías mucho más avanzadas de lo que fue el principal motor de la economía internacional durante el Siglo XIX. El desarrollo de la infraestructura entre la costa atlántica de los Estados Unidos y su nueva costa del Pacífico. El desarrollo de esa infraestructura se convirtió en el imán que atrajo las inversiones de los capitales del resto del mundo. Fue entonces cuando los banqueros de la City en Londres se fusionaron con los banqueros de Wall Street en New York. El efecto de esas inversiones catapultó la economía de los Estados Unidos entre las más desarrolladas del mundo.
El proyecto de la Nueva Ruta de la Seda mira a sembrar prosperidad en los países que atraviesa, con el resultado colateral de mayor estabilidad política en los vecinos de China. La Nueva Ruta de la Seda tiene seis ejes principales: Bangladesh, China, India, Myanmar; Asia Central y Asia Occidental (Rusia, Mongolia, China, Península de Indochina); Área económica China y Pakistán; el Gran puente terrestre Euroasiático (China, Rusia, Bielorrusia, Unión Europea). Los proyectos serán financiados por el Banco Euroasiático de Infraestructura, con un presupuesto de cinco millardos de US$ dólares para el próximo quinquenio. Los países inversionistas son ya 77 y entre ellos todos los principales de Occidente menos Estados Unidos. Entre los países Latinoamericanos participan Bolivia y Chile.
El evento fue inaugurado por el Presidente chino Xi Jingpiao, seguido del Presidente ruso Vladimir Putin, a quienes siguieron muy significativamente dos antiguos aliados de Washington el Presidente turco Erdogan y el Presidente filipino Dutarte.
Ginebra, 14/05/2017
http://www.alainet.org/es/articulo/185484
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