Entrevista a Felipe Quispe Huanca: Las raíces del militantismo indianista del Mallku
José Luis Saavedra*
Una aproximación testimonial a la autobiografía política de Felipe Quispe Huanca, el Mallku
Felipe Quispe Huanca, el Mallku, es sin duda el más importante líder de la sublevación aymara en los inicios del quinto sol-tercer milenio y cuya combativa vida de lucha es también muy significativa, tanto en términos histórico-políticos como de los procesos de emancipación y liberación del pueblo aymara quechua. Sin embargo, en la última década, Felipe Quispe ha estado y está injusta y racistamente proscrito por el gobierno —supuestamente indígena— del presidente Evo.
El propósito este artículo es precisamente manifestar, sobre todo para las generaciones jóvenes de los pueblo y comunidades andinas, la combativa historia de vida de Felipe Quispe Huanca, desde sus inicios políticos e ideológicos, allá por los años sesenta, en las filas del ELN, hasta el liderazgo de la más trascendental sublevación aymara de y en los albores del siglo XXI. Y lo hacemos no desde fuentes secundarias, generalmente escritas por escribidores blanco-mestizos, sino a partir de la propia palabra viva del Mallku.
Señor Felipe Quispe, ¡muy buenos días! Por favor, háblenos de sus inicios en la actividad y el liderazgo político. Entiendo que una de sus primeras incursiones en el campo político tiene que ver con su participación en el congreso de la CNTCB en agosto de 1971.
Buenos días. Mi interés por la política empieza más antes, cuando estaba en el cuartel, el año 63 hasta el 64. Ahí había un suboficial de apellido Torres, su nombre era Aurelio Torres, él nos repartió un folleto, que no era grueso, un folleto elaborado por los gringos, ahí se hablaba de que el comunismo era malo para nosotros, que nos iban a quitar nuestras tierras, que van a matar a nuestros abuelos, a nuestros padres, que íbamos a vestir de gangochos, que íbamos a seguir muy pobres, como estaban viviendo en Cuba, la Unión Soviética, Hungría, China, etc. Y eso me tocó hasta la profundidad más recóndita, o sea que prácticamente me asusté, era pues novato, en el cuartel, y no sabía nada de la cuestión política.
Fuente foto: http://www.rimaypampa.com/2016/02/quien-es-felipe-quispe-un-debate-para.htmlEl año 64, después del golpe de Estado [de Barrientos], a nosotros nos licencian, ya estábamos afuera, entonces comencé a buscar el libro del partido comunista, no del partido comunista de Bolivia, sino el escrito por Carlos Marx, el ABC del comunismo, el Manifiesto del Partido Comunista1, comencé a buscar hoja por hoja, a leer, todo, resulta que no le encuentro nada, no hay tal cosa, o sea que más bien hablaba de otras cosas, del asalto al cielo [“el proletariado intenta tomar el cielo por asalto”], de la toma del poder por el proletariado obrero, en fin, como todo el mundo ya sabemos. Entonces así, a mí me gustaba leer libros, porque yo nunca había dejado de leer libros, siempre leía y leo.
Y a lo así me encontré con mi paisano, Bernabé Quelca Poma, él había militado en el ELN (Ejército de Liberación Nacional), ha trabajado mucho tiempo, él me ganó para ese partido y luego había otro, Hilarión Quispe, los tres hemos formado una célula, el que nos comandaba era Bernabé, el comandante Berno. Hilarión tenía su quiosco en plena esquina del cementerio, aquí arriba, o sea en la calle Pacífico y Chaco, creo, si no me equivoco. Ese quiosco cumplía función social y función económica, porque su mujer vendía de día y de noche nosotros hacíamos reuniones, o sea que también era un punto de encuentro. Ahí adentro había un hueco, ahí yo daba propaganda del ELN, estaba el Inti2 por ejemplo, en esa época han publicado, ahí él instruía militarmente, por ejemplo tipos de armas, empezaba del 22 corto y terminaba calibre 45, que es muy bueno para el combate. Entonces, como era difícil distribuir, nosotros sabíamos doblar el periódico muy bonito, chico no más, no se podía repartir a la gente porque íbamos a caer a manos del Banzer, entonces agujereábamos los bolsillos, la propaganda salía por el bota pie, por abajo, se iba sembrando, así, de diez en diez, terminábamos, los otros también terminaban, muchas veces también sabíamos colocar a las puertas, tocar o adentro, como si nada.
Así hemos estado trabajando, llegaba pintura, no sabíamos quién nos estaba dejando, y nos decían ustedes van a escribir “Volveremos a las montañas”, eso había, salíamos a las dos de la mañana, Bernabé, como era fácil tres siglas, él escribía E, Hilarión L y yo terminaba con N, ELN, y ahí abajo un fusil.
En una ocasión había una orden porque la orden se cumple, no se discute en esas organizaciones político militares, entonces “pongan siempre en la puerta del cementerio”, y como era cerca nosotros ya pues aceptamos, “muy bien, vamos a poner”, estábamos empezando ahí y casi nos pesca la policía, pero como éramos jóvenes, corrimos rápido, dejando lejos al policía, en plena esquina nos metíamos al quiosco, la policía pasaba por ahí, corriendo, haciendo sonar sus botas al suelo. Así hemos empezado, con el ELN.
El año 72 cae Bernabé, nosotros quedamos dos no más. Y sobre eso muere (el 12 de mayo de 1973) también la Imilla, Mónica Eartl3, entonces ya no había propaganda, nos dispersamos los dos, yo me fui a Santa Cruz, el otro se quedó aquí. Y nuestro compañero en la cárcel, estaba en Viacha, en el cuartel, luego lo llevaron a Achocalla, después a Coati, a Alto Madidi, así ha dado vuelta nuestro compañero; pero él no cayó como ELN, sino como cualquier trabajador no más, porque nosotros hemos manejado esa estrategia de no hablar, yo nunca he hablado, ni estando en el MITKA, ni en el EGTK. Entonces, de ahí he empezado a ser político.
Muchas gracias por estas aclaraciones y por estos importantes antecedentes. Entiendo que luego viene su experiencia indianista en el MITKA.
Sí. El 78, el 77 más o menos, ya existía el MITKA (Movimiento Indio Tupaj Katari), pues yo voy a hablar a la radio (de CIPCA), que estaba ubicada aquí, en la calle Sagárnaga entre Max Paredes, ahí grabamos, hemos grabado, y el que me ha hecho grabar (Jaime Apaza) me dice, “¿me puedes reconocer?, mira mi cara”, “sí claro, yo te puedo reconocer”, por supuesto que era fácil para mí; “entonces, nos vemos a las 6 de la tarde en la puerta del cementerio”, yo esperé todo el día, estuve dando vueltas, él llegó un poco atrasado. Ahí comenzamos a hablar, entonces yo le planteé, primero hemos hablado sobre Tupaj Katari, que ya conocía, y a la vez también ya había leído el libro del Partido Indio de Bolivia, aunque todavía no conocía Revolución india4 , entonces él me dijo que ya existía el MITKA, que podemos militar ahí, yo me animé a ser militante, a lo así yo he caído [llegado] al MITKA.
¿Las actividades que usted desarrollaba en el MITKA era activismo, organización de las comunidades, difusión del pensamiento indianista, y también alguna posición de liderazgo?
No, es que a mí no me gusta estar en la cabeza, yo era de base, yo era uno de los trabajadores, o sea un peón del indianismo, porque Constantino Lima no es un organizador, simplemente es un agitador profesional, nunca ha tenido militantes, hay un solo tipo que lo sigue hasta ahora, ya está viejo también, Ciro Aspi, es el único militante que ha tenido. Igual Luciano Tapia, claro, él escribía algunas cosas, y ahí en conjunto corregían y salía un documento político; pero, él no era organizador, tampoco un buen agitador, sino era uno de esos señores que se ponen al medio, que quiere ser de lo fácil. A mí no me ha gustado lo que se han peleado entre ellos, sabemos llorar nosotros, porque hemos sido jóvenes, porque había energía, había esa voluntad, sobraba ese valor de seguir trabajando; inclusive yo sacaba comunicados, aunque unas cuantas palabritas en los periódicos, pero me han enjuiciado, me han dicho que yo quería sobrepasarles , o sea que no querían que los aludamos, y si alguien los rebasaba ya era un rebelde.
Pero, a mí me ha gustado mucho Jaime Apaza Chuquimia, él tenía esa pinta de ser dirigente, por su parada, por lo que hablaba, yo me copiaba de él, era un modelo para mí, con él sabíamos ir a todas partes, éramos como hermanos, comíamos de un solo plato, hablábamos aymara, en las noches los juntábamos en las comunidades, los comunarios llegaban con sus mujeres, hijos, hasta con sus perros, sus animales también traían. Ahí he aprendido a ser político, yo no sabía, tampoco hablaba mucho, hasta ahora no hablo mucho, porque el que escribe no habla siempre.
Y así he rearticulado [el movimiento indianista], nosotros hemos sido tiempo completo, porque yo tenía mi mujer que trabajaba, ella me decía “anda no más, yo tengo plata para mantener a los chicos, anda”, yo sólo tenía que ser muy correcto con mi mujer, yo no era borracho, no era inmoral, entonces tenía que rendir cuentas en la noche o al amanecer. Y así he trabajado hasta el 80, hasta el golpe de García Meza. Y luego ya salimos a otros países, usted ya sabe de eso. Al regresar, pues veo que ellos no habían trabajado, estaban en sus casas no más, o sea que nunca ganaban militantes, porque hay que ganar al militante, hay que darle escuela, hasta ahora yo tengo grupos, tengo jóvenes, yo sigo trabajando, pero esa gente no, eran unos patrones políticos que comían de lo fácil, eran candidatos, eran jefes, pero no tenían bases. Por eso, como nosotros hemos trabajado, cuando los peones políticos hemos salido [del MITKA], ellos se quedaron solos o se han muerto y ya no existen más.
Es en ese contexto de su retorno de Centroamérica que usted empieza a incursionar en la dirigencia sindical campesina, usted llega a ser —creo— secretario de organización de la federación de La Paz, allá por el 83 u 84.
No podía hacer mucho, ni sabía cómo comenzar, como todo recién llegado del exterior, comencé a buscar y luego busqué la forma de cómo volver a entrar a las comunidades. De ahí es que me incorporé a la organización sindical del campo y en un congreso he sido elegido como Secretario de Organización, tenía que ser [Secretario] Ejecutivo, pero Lechín no me conocía, entonces ha debido pensar que yo no era de una línea correcta y me ha tabeado, pero no importaba porque ha salido Francisco Cusi, o Quispe Cusi, el Franz, así le llamábamos. Entonces, ya tenía credencial, ya podía ir a las comunidades, como era de organización, entonces yo organizaba, así hablaba la gente, pero al que hablaba de la lucha armada, de “entrar a las comunidades con la fuerza de las armas”, a ese lo capturaban; en cambio, yo tenía como una especie de anzuelo para sacar al pez, ya lo tenía señalado, o sea que primero en global hacíamos hablar, ahí ya podíamos estudiar quién servía (o no) para la cuestión militar. Y así mucho me ha servido, estaba ahí como Secretario de Organización, he conocido a mucha gente, inclusive he sido el tercer hombre de la COD (Central Obrera Departamental), aquí en La Paz. Aunque ahí ya no era como en la federación [campesina] de La Paz, sino ya estaban metidos los obreros, los sábados había que ir a posicionar, borrachera no más era, a quién vas a hablar, claro quizás a los comerciantes se podía hablar de la lucha, de la gente que vive, cómo venden, cómo trabajan, cómo sufren, pero nuestra ideología no calaba, no era como en el campo, era muy diferente.
Entonces, de ahí que terminé mi gestión, aunque seguía trabajando, organizando, hablando con la gente, no teníamos local, pero por lo menos en la calle nos encontrábamos, siempre hay que verlo al integrante, hasta volverlo militante, y así hemos estado agrupando, porque hemos sido tres, Fernando Surco, Calixto Jayllita y mi persona. Entonces, ya formamos los Ayllus Rojos, comenzamos a trabajar, tratamos de trabajar a nivel nacional, por eso es que la segunda vez que he llegado a Potosí ha sido el año 1988, para el congreso extraordinario de la CSUTCB (cuando usted presenta un documento), sí, yo redacté, está escrito empíricamente, pero era un documento, nosotros presentamos. Entonces, desde ahí nos han nombrado los Ayllus rojos, el cura [Puente] nos ha bautizado con ese nombre, y nos quedamos con eso, el nombre completo era ORAT, Ofensiva Roja de los Ayllus Tupa-kataristas5.
A propósito, explíquenos un poco más, ¿cómo y por qué surge ORAT?, ¿tiene algo que ver con las dificultades del MITKA?
El año 80 se ha dividido el MITKA, Luciano Tapia se va con su MITKA, Constantino Lima con su MITKA-1, en esas elecciones cada cual saca un diputado, y van al parlamento. Yo era suplente de Luciano Tapia y nunca me dio el curul [parlamentario], inclusive en un Ampliado decidieron “le daremos al suplente, por lo menos un año”, el tipo no quiso, era un tipo que se agarraba con todo, con dientes, con uñas, al curul parlamentario y así murió. Inclusive yo tenía personería jurídica, en esa época no se necesitaba ni firmas sino bastaba con presentar la Declaración de principios y el Programa de gobierno, entonces yo tenía a mi nombre la personería jurídica del MITKA y Luciano Tapia me ha enjuiciado por eso. Esas cosas me han dolido y todos nos hemos salido del MITKA, del MITKA-1, todos se vinieron conmigo, a los dos tipos los hemos dejado, uno servía por lo menos para estar en la casa, pero el otro ya no hacían nada, los dos se juntaban, tres creo, pero no había gente, es que nosotros hacíamos el trabajo político, hemos sido como un motorcito que da luz, que da el calor, que organiza, que trabaja, hemos sido los operadores políticos y como han perdido sus brazos, pues, ya no podían hacer nada.
De esa manera MITKA tuvo que morir, y nosotros salimos, fundamos allá, en Sucre, ahí he conocido a Julián Ugarte, a Clemente Pimentel, a muchos quechuas en los congresos, que también habían estado con el Partido Indio de Fausto Reinaga, incluso a gente que había estado desde los tiempos de Zárate Willka, viejitos he conocido, y ellos me han indicado que yo podía ser la persona que podía generar algo aquí, en Bolivia. Entonces, yo creo que se ha cumplido eso, ellos ya están ahora debajo de la tierra. Entonces a lo así nosotros nos organizamos, ya estaban Ayllus Rojos de pie6.
Finalmente, el año 1985 nos conocimos con Álvaro, aquí en el hotel Avenida. El caso es que Fernando Surco, el Mallku mayor, tenía sus amigos, estando allá en Argentina, con quienes había conformado el EGP (Ejército Guerrillero de los Pobres) de Roberto Santucho7, junto con Juan Rodríguez Guagama, que era diputado, yo no le conocía sino muy recientemente, y el mismo Juan Rodríguez nos presentó a los dos García Linera (Raúl y Álvaro), en el hotel, donde él vivía, aquí, en el hotel Avenida. Desde ahí empezamos a trabajar, pero no nos ha ido bien, porque había mucha discusión, ellos siempre querían estar arriba, han usurpado los puestos, inclusive los de los mineros, que tenían que ocupar los cargos más importantes, ellos dijeron “nosotros no tenemos tiempo”, “le vamos a dejar a éste, al q’ara gringo”, así le llamaban ellos, entonces nosotros aceptamos porque como somos tiempo completo pues estábamos trabajando sin ningún problema.
El EGTK asume el pensamiento indianista, con cierto matiz marxista, traído por los García Linera, y se planteó la rebelión aymara, pero no prosperó, ¿por qué?
El pensamiento era de nosotros, es la base fundamental, el indianismo tupakatarista, por algo también hemos llevado el nombre de Ejército Guerrillero Tupaj Katari, en honor y gloria del gran héroe que murió descuartizado el año 1781. Es que nosotros ya teníamos todo estructurado, en cambio ellos (los García) se aprovecharon de nosotros, porque quién les conocía en el campo, a ellos no les conocía nadie, además [Álvaro] era un extranjero en el campo, era como tener un papagayo en el hombro, de hermosos plumajes, pero que no entiende nada de lo que estamos hablando, aunque también había ratos en que se reía, miraba a la gente, pero no sabía nada.
Tampoco nos ha gustado que ellos se pasearan con la plata que recuperábamos, ellos iban viajando continuamente al exterior y no nos daban las mejores armas, que teníamos, que hemos comprado, supuestamente habrían llevado a las minas. Yo recuerdo que una vez hemos comprado hartas armas en un camión o quizás era simplemente para mostrarnos y luego las han devuelto al ejército, como su papá [Raúl García] trabajaba ahí, era ex militar, su tío Oscar, también era militar, no sé. Pero, de esas cosas ya andábamos molestos, había muchas fricciones, que no eran ideológicas sino más bien relativas a los medios y recursos económicos que habíamos conseguido con asaltos, recuperábamos dineros, participábamos nosotros, ellos también participaban, no vamos a decir que no han participado. Pero, esa plata se acababa rápido, porque ellos vivían aquí, en las zonas residenciales, como Miraflores, Sopocachi, Calacoto, como también El Alto, en Satélite, aunque eso era para los indios, para nosotros.
En eso yo he caído el 14 de noviembre de 1989, sin embargo no, yo no hablé nada, o sea que Inteligencia no sabía de la existencia, sabía de los Ayllus Rojos, pero no sabía del EGTK; salí después de seis meses, creo, si no me equivoco, he vuelto, pero ya era una persona buscada, peligrosa, me estaban siguiendo, tuve que irme a Alto Beni, a Caranavi, porque ahí, en esos lugares, conocía a mucha gente. De ahí ellos (los García) se han aprovechado. A lo así —ya el ’92—caen también ellos, primero caen Raúl García y su mujer, entonces comienzan a hablar todo, ahí cae toda la gente, algunos se escapan, no los que están bien formados, que continuaban luchando, poniendo bombas, trabajando, pero también había gente que no estaba bien formada, pues tuvo que ocultarse.
Entonces, ellos son los que nos han destruido, porque han hablado todo, han entregado dinero, inclusive han sacado dela casa que ya estaba planchada, estuqueada, todo, de ahí han sacado, porque acaso la policía es adivina para saber dónde hay plata, no pues, es cobardía no más. Toda esa gente está pues ahorita en el MAS.
El EGTK es efectivamente desarticulado y usted estará en la cárcel por alrededor de cinco años. No obstante, usted decía que la cárcel también ha sido una trinchera de lucha e incluso de politización.
Es que es una población compleja, es también el reflejo del sistema capitalista, sólo que ahí adentro no hay movilidades, pero hay taxis, así se les dice a los drogadictos que gritan, llaman, salen afuera [hasta la puerta]. Para mí es un lugar muy importante, muy especial, es que yo no he sentido nada, yo estuve como si estuviera en mi casa no más. Había gente que, como el parque zoológico, entraba y salía de su guarida, igualito la gente entraba a su celda, salía y daba vueltas. Yo no sentía eso, sino yo me ocupaba de leer, estudiaba en el CEMA, ya que en esa época ni si quiera era bachiller (...) entonces yo estudiaba8, en las tardes me cambiaba bien, los “amigos” que estaban ahí, parados en los pasillos, me decían “dónde estás yendo”, “ah, yo estoy yendo a pasar clases”, “ah ya, muy bien”, era pues la ignorancia de esa gente porque no aprovechaban, porque en la cárcel hay de todo, se puede aprender varios oficios, inclusive cómo robar un auto, porque ahí adentro están encerrados todo tipo de gente.
Entonces, a mí me ha gustado, me encanta la cárcel porque tiene de todo. Pero, hay que saber, hay que estar formado, porque hay gente que se cae y se hace llevar por el alcoholismo, por la drogadicción, la mayoría de los blanco-mestizos caen ahí, yo he visto, he conocido. Pero, nosotros no, hemos estado fuertes, aunque no he trabajado, rara vez hacía porcelana fría, en cambio siempre estaba leyendo libros, preparándome, auto-educándome ahí adentro.
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1 El Manifiesto del Partido Comunista, a veces llamado simplemente el Manifiesto Comunista, es uno de los tratados políticos más influyentes de la historia, fue una proclama encargada por la Liga de los Comunistas a Karl Marx y Friedrich Engels entre 1847 y 1848, y publicada por primera vez en Londres el 21 de febrero de 1848. Cfr. K. Marx y F. Engels. Manifiesto comunista, Barcelona, Crítica, 1998.
2 Guido Álvaro Peredo Leigue, «Inti», (30 de abril de 1937 en Cochabamba, Bolivia; 9 de septiembre de 1969, en La Paz, BoLivia) fue un político y guerrillero boliviano que integró la Guerrilla de Ñancahuazú bajo el mando de Ernesto Che Guevara en los años 1966 y 1967, donde este último murió. Peredo fue uno de los pocos sobrevivientes. Murió asesinado por las fuerzas de seguridad en 1969.
3 Monika Ertl (Múnich, 7 de agosto de 1937- El Alto, 12 de mayo de 1973), guerrillera alemana (nombre de batalla, Imilla), nacida en una familia burguesa, su padre fue un conocido director de cine. Se la recuerda en Alemania como «la vengadora del Che Guevara». Véase «La mujer que vengó al Che Guevara» de Jürgen Schreiber,
en: https://www.youtube.com/watch?v=hReL49NkTZk
4 Cfr. Fausto Reinaga, La revolución india, Ediciones PIB (Partido Indio de Bolivia), 1969.
5 Según Iván Apaza, la ORAT fue conformada por quienes se retiraron voluntaria y definitivamente en 1984 del MITKA en su III Congreso. Felipe Quispe, junto a Calixto Jayllita y Fernando Surco, optaron por dejar en suspenso la sigla del MITKA. Una de las razones para la insurgencia de la ORAT ha sido la retoma consciente, del legado político militar de las sublevaciones contra el régimen colonial y las luchas heroicas de Tupaj Katari y Bartolina Sisa. De aquí emerge la opción por la vía violenta para cambiar la situación económica, política y cultural de los pueblos aymara quechuas.
6 Felipe Quispe realiza intenso activismo, presentando tesis políticas en los congresos de la CSUTCB, publicando boletines escritos por militantes de la ORAT que denuncian las condiciones de explotación y opresión de los indios, llamando a unirse a la lucha violenta. La ORAT es una célula guerrillera que si bien aún no entra en acción realiza un importante trabajo de ganar militantes y concientizar y politizar a los comunarios.
7 Mario Roberto Santucho (Santiago del Estero, 12 de agosto de 1936 - Villa Martelli, 19 de julio de 1976) fue guerrillero marxista argentino y uno de los fundadores del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), comandó la mayor guerrilla marxista (no peronista) de Argentina, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).
8 Cfr. Entrevista a Felipe Quispe por Gerardo Hirsuta Medrano, Einar Humérez García y Miguel Ángel Gironda (2001) “La cárcel fue mi universidad” Revista Ciencia y criminología, Año 1, No. 2. La Paz, Noviembre 2001.
*Intelectual quechua, militante katarista, profesor universitario y consultor del IESALC/ UNESCO.
PUKARA Cultura sociedad y política de los pueblos originarios. Periódico Mensual mayo 2017 Qollasuyu Bolivia Año 11 Número 129. Pp. 3, 4, 5.
http://www.periodicopukara.com/archivos/pukara-129.pdf
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