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Abril 2017

El Ayllu, núcleo de las sociedades andinas


por Guillermo Cock

(Selección de Adrián Tendler)

El Ayllu en la sociedad andina. Guillermo Cock. 
En “Etnohistoria y antropología andina”  Museo  nacional de historia. Lima 1981
Editado por Adrián Tendler. 

Hace casi un siglo Heinrich Cunow publicó sus pioneros y precursores trabajos acerca del parentesco, la organización social y la comunidad entre los inca, en los que se vislumbraba la presencia del ayllu como uno de los problemas fundamentales para el conocimiento del mundo andino.
En la actualidad este interés se ha renovado por el acento puesto en el estudio de los denominados grupos étnicos incorporados al tawantinsuyu (Estado Inca), lo que ha permitido un acercamiento distinto a la problemática andina, en la que se ha reafirmado la importancia del ayllu como unidad social y núcleo de las relaciones sociales y de parentesco, políticas, económicas y religiosas.
Algunas de las dificultades más importantes con las que se han encontrado los investigadores y de las que provienen muchas de las confusiones que se tienen parten de la defectuosa identificación del ayllu como bando, linaje, mitad o parcialidad. Esto se percibe tanto en las crónicas coloniales como en los trabajos de campo realizados por antropólogos contemporáneos.
Una característica del ayllu es la de ser un elemento de cohesión social, al reunir a un grupo de personas bajo relaciones que pueden expresarse de manera ritual, económica, social, parental, etc. Esto es susceptible de ser comprobado en los diferentes aspectos de la vida cotidiana en los que encontramos en funcionamiento el ayllu.
1) Ayllu y cosmovisión
El análisis de la religiosidad andina es uno de los caminos que permiten comprender su  estructura social.
En la “Historia del nuevo mundo” del Jesuita Bernabé Cobo, escrita hacia 1620, encontramos una asociación entre la constelación de las 7 Cabrillas, es decir las “Pléyades” y el ayllu. El cronista nos dice: “…de aquella reunión que se hace de estrellas pequeñas llamadas vulgarmente las cabrillas, y de estos indios llamadas collca, afirmaban que salieron todos los iguales, por lo cual la llamaban madre y tenían todos los ayllus  y familias por guaca (espíritu) muy principal”
De este testimonio se pueden resaltar varios elementos:
  1. La asociación entre la constelación de estrellas y los Colca, que son depósitos o graneros.
  2. La representación de las estrellas como madres que proveen hijos a los ayllus y su adoración como guacas, es decir espíritus, muy importantes.
  3. La identificación de los miembros del ayllu como iguales, a lo que adjudican la conservación de su sociedad.
La relación con el concepto de Colca, o granero, puede estar referida a la idea del ayllu como proveedor de sustento y a los principios de solidaridad interna vinculados a la reciprocidad comunal que se ejerce en el interior del mismo.
La similitud entre las estrellas remite a la condición de pertenencia al ayllu, donde al margen de posibles diferencias, sus integrantes se consideran iguales por descender de un antepasado común.
Como madre de los ayllus, las estrellas proveen los hijos necesarios para la continuidad de la existencia de estas instituciones, lo cual permite la reproducción de la vida social y la continuidad del culto a los antepasados comunes.
2) Ayllu y principios de organización social
El ayllu es un principio de organización que a su vez depende de la división en mitades de las sociedades andinas, la más conocida de las cuales es la división en Hanan y Urin. Cada una de estas mitades está formada por una cantidad de ayllus.
Tomando las crónicas de los conquistadores y las investigaciones arqueológicas, podemos decir que una comunidad andina por lo general se divide en, las ya dichas Hanan y Urin.
A  su vez estas mitades pueden estar subdivididas en cuatro partes mayores llamadas por ejemplo Antamarca, Apcara, Omapacha y Huchucayllo  o en tres partes mayores llamadas Collana, Payán y Cayao. Estas tres partes se denominan también ayllus. Son los Ayllus más grandes o mayores.
Dentro de cada una de estas tres partes están los ayllus menores, que son los que se reconocen como pertenecientes a un mismo antepasado y tienen un mayor grado de unión entre sí.
Estos ayllus más pequeños y más unidos suponen una colaboración más estrecha en el trabajo y también prohibiciones matrimoniales, tiene la obligación de buscar pareja fuera de su grupo pero dentro del ayllu mayor.
Es decir que hay reglas matrimoniales que rigen el intercambio de mujeres por fuera del grupo más pequeño pero dentro del grupo mayor. Así se obtiene la unión en el Ayllu mayor.
Es decir que hay dos mitades, Hanan y Urin, las cuales a su vez de dividen por lo general en cuatro o tres Ayllus mayores. Finalmente dentro de estas subdivisiones, están los ayllus menores que son las unidades de parentesco y de mayor unión social.
Se piensa  que como consecuencia de la conquista española, a partir del siglo XVI, los Ayllus mayores se desarmaron más rápidamente. En cabio las estructuras más pequeñas de ayllus, pudieron adaptarse a las transformaciones del período colonial.
Esta capacidad se manifestó en la manera de responder a las exigencias de los españoles. Por ejemplo los cronistas cuentan que los Kurakas o caciques, ordenaban que los indígenas fueran a aprender la doctrina cristiana a las iglesias siguiendo el orden de los ayllus.
El ayllu se muestra de esta manera durante los períodos prehispánico y colonial como una institución que reúne, organiza y cohesiona a un grupo humano, integrándolo a las actividades sociales desde una posición comunitaria.
3) Ayllu y tributo
La organización de las responsabilidades en relación a los señores étnicos llamados kurakas y al estado inca o tawantinsuyu,  se realizaba durante la época prehispánica, siguiendo el orden de los ayllus. Cada uno de los pueblos o parcialidades (mitades Hanan-Urin), y los ayllus o linajes, pagaban en trabajo a su kuraka o al representante del Estado Inca, llamado Quipucamayo.
Este trabajo se pagaba de acuerdo a un orden ya establecido y a las posibilidades productivas de cada grupo.
Esta costumbre se conservó durante la colonia, ya que los tributos se distribuían entre los ayllus que pagaban a los kurakas. Estos kurakas a su vez lo entregaban a los “señores principales” quienes lo daban al “Corregidor” o al “Encomendero”, quien finalmente hacía llegar una parte al Estado español y otra se la quedaba para su provecho.
Al interior del ayllu, los individuos deben participar del tributo mediante el trabajo comunal, ya sea individualmente o por turnos grupales ( este sistema se llama MITA).
4) Ayllu y tenencia de la tierra
Las tierras del Ayllu formaban parte de una unidad que no se podía dividir y que era utilizable por todos sus miembros.
El mismo cura jesuita Cobo, nos informa que:  “…  uno que representaba siempre la persona del ayllu, como pariente mayor, tenía la tierra en su cabeza y dividía cada año entre los parientes, conforme a sus costumbres, de modo que todos  los miembros del ayllu gozasen de su fruto”
El testimonio del sacerdote vincula la administración de las tierras con la figura del Kuraka. Nos dice que el kuraka tenía las tierras en su cabeza, es decir que era el administrador de ellas.
El kuraka entregaba las tierras para su uso en forma temporal y rotativa, recibía un pago en cantidad de trabajo que los indios realizaban en sus tierras de las cuales obtenía sus productos.
La unión interna del ayllu y su sentido de comunidad están muy ligados a esta distribución de las tierras de manera rotativa y sin propiedad privada. De esta manera cada individuo comparte con los otros una diversidad de aspectos de la vida cotidiana.
Las relaciones igualitarias que se establecen entre los miembros del ayllu reciben el nombre de “RECIPROCIDAD”, en cambio la relación con el kuraka recibe el nombre de “REDISTRIBUCIÓN”.
En la época de la colonia y luego con la independencia cuando las tierras del ayllu sean privatizadas, esta organización social de los indígenas se verá muy perjudicada.
La posibilidad de tener tierras en propiedad privada significó la posibilidad de acumular riqueza y asi surgieron diferencias sociales entre los miembros de las comunidades originarias.

5) Ayllu y trabajo comunal
Otro sacerdote cristiano nos cuenta que para la construcción de la iglesia del Cuzco: “…júntanse por sus ayllus o parcialidades a traer la piedra a nuestra casa y vestidos como de fiesta y con sus plumajes y galas vienen todos cantando por medio de la ciudad…”
El trabajo comunal es la expresión de la solidaridad interna del ayllu y manifiesta la RECIPROCIDAD entre los miembros del grupo. La organización de una tarea que supera las posibilidades del ayllu no implica la mezcla de individuos de distintos ayllus, en este caso la tarea se reparte entre los distintos grupos.
El trabajo comunitario supone la recreación y el fortalecimiento de los vínculos entre los individuos, por eso es que acuden vestidos como de fiesta.
Con la invasión europea y la introducción del individualismo occidental, las comunidades perderán parcialmente esta forma de organizarse. En cada caso se dará una combinación de los dos tipos de trabajo, el comunal y el individual.
6) Ayllu y mitmaqkuna.
Los mitmaqkuna eran integrantes de la comunidad que estaban destinados a producir en zonas alejadas del territorio principal donde estaba establecido el ayllu.
Como la región andina tiene gran variedad de alturas y climas, entonces los pueblos se veían obligados a obtener diferentes productos en las distintas zonas que van desde la costa marítima hasta el altiplano a más de 4000ms sobre el nivel del mar.
Para lograr esto, las comunidades enviaban a algunos de sus habitantes a radicarse en las diversas zonas productivas.
Eran los kurakas de los ayllus mayores quienes regulaban el envío de estos grupos de personas a las zonas de producción. A su vez estos grupos entregaban lo producido al kuraka para que se encargara de la distribución entre los diferentes ayllus menores de la comunidad.
El turno que cada grupo de mitmaqkunas debía cumplir se llamaba MITA como cualquier otro trabajo en grupo de debía cumplirse para la comunidad.
Durante el período colonial, muchos de los mitayos (los individuos del os grupos que iban a otros territorios), no regresarán a sus tierras de origen convirtiéndose en forasteros y muchas veces formando ayllus de forasteros en los nuevos lugares de asentamiento.
7) Ayllu y muerte
La vinculación del individuo con su ayllu la vemos hasta el momento de su muerte y aún después de ella. El padre Cobo señala que: “…y muriendo….y saliendo el alma del cuerpo, lo tomaban los de su ayllu y parcialidad…”
El ayllu realizaba los ritos y ceremonias fúnebres con que el individuo transponía el “puente de cabellos” o Chachacaca a través del cual se dirigía al “Ayaimarca o Upaimarca”, lugar a donde iban los difuntos.
La quema de ropa del difunto, el lavado de la misma, las comidas que se le preparaban después de muerto, eran ceremonias en las que participaba todo el ayllu del occiso.

Texto seleccionado y editado por el profesor Adrián Tendler