Mi respuesta a Beatriz Sánchez
por Margarita Labarca Goddard
Actualización: Declaraciones de Beatriz Sánchez (video) – Chile, respuesta de Margarita Labarca a la precandidata presidencial del “Frente Amplio”: Beatriz Sánchez a sus afirmaciones sobre Fidel Castro y Cuba
Publicado el 11 abril, 2017
Actualización: Declaraciones de Beatriz Sánchez (video)
#CombinacionClave Editorial Beatriz Sánchez: Fidel Castro es un Dictador
Publicado el 28 nov. 2016Mira y escucha #CombinacionClave con Beatriz Sánchez
Mi respuesta a Beatriz Sánchez por Margarita Labarca Goddard
Mire señora Sánchez –ya que no la puedo llamar compañera- le voy a contestar lo que usted ha dicho sobre Fidel Castro, pero la respuesta tendrá que ser larga porque el tema lo es. Pues usted, con mucho desparpajo, se permite hacer afirmaciones en las que descalifica al comandante Fidel Castro, sin tener idea de lo que está diciendo. Parece evidente que usted se basa en la información de El Mercurio y otra prensa afín, ya que en Chile casi no hay prensa independiente. Pero eso no la exime de responsabilidad, porque uno puede informarse de muchas maneras, si quiere. Me parece extraño que usted, que se las da de persona modesta e inexperta políticamente, se meta con Cuba y con Fidel con tanta falta de respeto. Le diré que yo he vivido seis años asilada en Cuba con mi familia y conozco bastante bien la situación que prevalece allá, porque además me he preocupado de leer al respecto. Creo que usted no lo ha hecho y se permite insultar la memoria de uno de los hombres más ilustres de América. Así no se va a ganar a los momios y en cambio va a perder a la poca gente de izquierda honesta que habría podido apoyarla. Lo que espero es que su postura sea a nivel individual y no la del Frente Amplio.
Bueno, voy a comenzar a contestarle.
1.Dice usted que Fidel Castro “resolvió” quedarse para siempre y se negó a las elecciones. El que resolvió que Fidel se quedara fue el pueblo de Cuba, que lo respetaba y amaba profundamente y con razón. Pero el hecho es que en Cuba se hacen elecciones periódicas, bastante más democráticas que en Chile y que en Estados Unidos. Al respecto escribí un artículo en el número 867 de la revista Punto Final, de 23 de diciembre 2016, que le recomiendo leer. Lo encontrará en internet. No puedo reproducirlo aquí por lo largo que saldría esto, pero le voy a copiar algunos párrafos: “Trump quiere que Cuba avance en la democracia. Lo que más le interesa son las elecciones, y pone como ejemplo las de EE.UU., en que el que pierde, gana. El señor Trump también quiere que en Cuba haya “prensa libre”. Por ejemplo, como en Chile, en que El Mercurio y Copesa reciben los avisos del gobierno, y la prensa de oposición nada”. Bravo, doña Beatriz, veo que usted coincide en mucho con Trump.
También en ese artículo (Elecciones en Cuba) expliqué que en Cuba se ha establecido un sistema electoral cada vez más democrático. Primero se eligen las asambleas municipales del Poder Popular, en cuya elección votan todos los mayores de 16 años que vivan en un distrito, que es un territorio pequeño en que todos o casi todos prácticamente se conocen. Los asistentes son gente sencilla, que se preocupa especialmente de los méritos laborales de los candidatos y de que éstos puedan plantear y defender los intereses del sector que los elige. He visto esas asambleas porque me invitaron.
No se hacen campañas electorales. En la propia asamblea, la persona que propone a un candidato tiene que dar sus razones. Si alguien no está de acuerdo o quiere oponerse, lo hace. Cada elector puede expresar su criterio en favor o en contra del compañero(a) propuesto(a).
El Partido Comunista Cubano no presenta candidatos. Los órganos representativos del poder del Estado son renovables; los elegidos tienen que rendir cuenta de su actuación y pueden ser revocados en cualquier momento de su mandato. Vota casi todo el mundo, hay muy poca abstención.
Los diputados y delegados no son profesionales, por tanto no cobran salario. Deben seguir desempeñando su trabajo habitual, paralelamente con el cargo de delegado o diputado. La iniciativa legislativa la puede ejercer mucha gente, como las organizaciones sindicales, estudiantiles, de mujeres, organizaciones sociales en general, y los propios ciudadanos. En este último caso se requiere que ejerciten la iniciativa legislativa diez mil ciudadanos como mínimo.
Para la elección de los delegados a las Asambleas Provinciales del Poder Popular o de los diputados a la Asamblea Nacional, existen las comisiones de candidaturas, que se encargan de organizar el proceso y de remitir a las asambleas municipales las propuestas de unas y otras e, igualmente, organizan la elección de la Asamblea Nacional. Estas comisiones de candidaturas están integradas por lo más granado de las organizaciones sociales del pueblo cubano: representantes de la Central de Trabajadores de Cuba, los Comités de Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas, la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media, y la Federación Estudiantil Universitaria. Es como si en Chile, en lugar del Servel, las elecciones las organizaran y las supervisaran la CUT, la Anef, la Fech, la Federación de Estudiantes Secundarios, y otras.
La Asamblea Nacional del Poder Popular, que es el máximo órgano de poder, elije, de entre sus diputados, el Consejo de Estado y el presidente del mismo. El presidente del Consejo de Estado es jefe de Estado y jefe de Gobierno. El jefe del Gobierno cubano primero tiene que haber sido elegido diputado por la población.
El sistema electoral cubano se parece un poco al de algunos países europeos, es una especie de sistema parlamentario. En teoría, el primer ministro inglés podría ser reelegido durante 40 años o más, si la salud y la suerte lo acompañan.
¿Y cómo elegían a Fidel Castro? A Fidel lo proponían en su respectivo municipio o distrito, y era elegido. ¿Por qué? Porque Fidel era respetado y amado por su pueblo, pero nada obligaba a elegirlo.
2. Afirma usted que Fidel controlaba todos los poderes del Estado pero no dice en qué basa tan peregrina afirmación. Yo creía que los periodistas honestos tenían la obligación de fundamentar sus dichos. Pues nada de eso ha hecho usted. Pero fíjese que como le he explicado, el principal poder del Estado cubano es la Asamblea Nacional del Poder Popular, compuesta por 612 diputados, a la que ya me he referido.
Desde luego, no voy a negar que Fidel Castro era un hombre de tal nivel intelectual, moral y cultural, que con su sola presencia lo dominaba todo. Cualquier persona de ideología absolutamente contraria que lo haya frecuentado, quedaba completamente subyugada por su inteligencia y personalidad, además de su encanto personal. Pero usted, no sé con qué autoridad, se permite ofender su memoria.
3. Que Fidel nombraba a sus herederos, y finalmente dejó a su hermano Raúl.
A Raúl Castro lo ha nombrado Presidente del Consejo de Estado y Jefe de Gobierno, la Asamblea Nacional del Poder Popular, igual que en cualquier país de sistema parlamentario, ya que él también es diputado elegido por el pueblo. ¿A Raúl lo elegían diputado porque era hermano de Fidel? No señora, Fidel Castro tiene varios otros hermanos y varios hijos, ninguno de los cuales es diputado ni ocupa ningún cargo de importancia, que yo sepa. A Raúl lo han elegido porque participó en el asalto al Cuartel Moncada, estuvo en la Sierra Maestra desde jovencito, fue preso de la dictadura de Batista y luchó valientemente por la revolución junto con Fidel. Y posteriormente fue el que se encargó de organizar el ejército de Cuba, una institución que funciona como un reloj en la isla. Raúl Castro es muy respetado por todo el mundo, lo puede comprobar cualquiera que vaya para allá.
4. Que Fidel no dejaba salir a la gente de Cuba ni tampoco dejaba entrar a quien quisiera. Me voy por lo más fácil: el gobierno cubano, como todos los gobiernos del mundo, deja entrar a su país a quien le parece y no deja entrar a quien no le parece. No me voy a extender en esto porque es una absoluta tontería.
¿No deja salir a la gente? Pues fíjese señora Sánchez que esto es absolutamente falso. Me voy a tener que extender un poco, desgraciadamente. La cosa es así: antes de la revolución, los cubanos tenían una relación muy estrecha con Estados Unidos. La gente con dinero viajaba casi semanalmente a Miami, y todo lo compraba allá, incluso la mantequilla.
Admiraban a Norteamérica, los autos, los mejores sueldos y todos los productos del mundo desarrollado. Mucha gente quería irse a vivir y trabajar allá, como quieren los mexicanos y como querrían la mayoría de los habitantes del tercer mundo. Todos los años se ven transitar por México cientos de miles de migrantes y campesinos mexicanos, que tratan de pasar ilegalmente la frontera hacia el sueño americano, ahora convertido en pesadilla.
A los cubanos se les exigían visas desde antes de la revolución. Pues ya después se fueron acabando las visas y también los vuelos y los medios de transporte normales, puesto que comenzó el bloqueo. Así es como se fue mucha gente en condiciones muy precarias y peligrosas, no porque el gobierno cubano no la dejara salir, sino porque no había cómo viajar. Secuestraban aviones y transportes marítimos. Por supuesto que los aviones y barcos secuestrados los yanquis no los devolvían. El gobierno cubano tuvo que tomar algunas medidas restrictivas para evitar estos secuestros, que generalmente eran con rehenes. Mucha gente se iba por mar en balsas o botes inapropiados y si lograba llegar, eran bien recibidos y les daban rápidamente la green card. Pero si los capturaban las autoridades migratorias gringas antes de llegar, no los recibían y los regresaban a Cuba. Esa fue la cruel realidad de la Ley de Ajuste Cubano, llamada “pies secos/pies mojados” que al parecer ahora se ha derogado. El gobierno cubano hizo muchos esfuerzos para que se regularizara esta situación. El presidente Reagan prometió dar 20.000 visas al año, pero si dio mil quinientas fue mucho. Por eso la gente se iba en condiciones peligrosas. Así se van también los mexicanos y centroamericanos, pero allá no los reciben. Tienen que atravesar el desierto de Arizona que es tan hostil, que muchos mueren en la travesía.
La culpa de todo esto no la tiene por lo tanto el gobierno cubano. Naturalmente, trata de evitar que se vaya un grupo de personas, incluyendo niños, en una balsa que no es apta para la navegación en alta mar. Así se produjo el famoso caso del niño Elián González, que la madre y otras personas lo subieron a una balsa para llegar a EE.UU. La balsa naufragó, la madre y otros se ahogaron y el niño fue rescatado por los guardacostas norteamericanos, que se lo entregaron a su familia en Miami. Después de una ardua lucha judicial, el padre, un revolucionario que estaba en Cuba, consiguió que le devolvieran a su hijo, que ahora es un joven estupendo que estudia en la Universidad de La Habana.
Señora Sánchez, usted no sabe nada de Cuba. En la década de 1950 tenía tasas de analfabetismo que superaban el 70 %, sólo un 15% de la población disponía de agua corriente y sobre ella se abatían los parásitos y las enfermedades. Además la mayoría de los campesinos no consumían proteínas y pocas veces disponían de verduras. En la Sierra Maestra, foco del movimiento revolucionario, las condiciones de vida del proletariado rural rayaban en la desesperación. Padecían la explotación, los robos y a menudo la brutalidad policial.
Y por otra parte le diré que Cuba es un país muy pobre en recursos naturales. No tiene petróleo ni caídas de agua ni ninguna fuente de energía suficiente. Están ahora tratando de usar la energía solar, pero nadie les vende los elementos esenciales para fabricar los paneles solares y tienen que soldarlos a mano. No tienen minerales valiosos como el cobre de Chile, ni otras riquezas parecidas. Su agricultura produce buenos frutos, pero trate usted de comprender que en un país tropical, la distribución de esos productos requeriría una gran flota de camiones refrigerados, que no pueden adquirir debido al bloqueo. El precio del azúcar se ha desplomado debido a los edulcorantes artificiales y a que muchos otros países también comenzaron a producir y vender azúcar.
Y este pueblo, que después de la revolución y debido al bloqueo, dependía de su comercio con los países socialista, de la noche a la mañana se quedó sin proveedores y sin compradores, cuando la URSS y los países llamados socialistas del Este europeo se cayeron. Y sin embargo el pueblo siguió apoyando al gobierno revolucionario, aguantó y salió adelante. Ya han superado en gran parte –solos- esa etapa tan dura llamada “periodo especial”, pero sin llegar a normalizarse.
La mayor riqueza de Cuba está en su pueblo, en sus científicos, en sus médicos que han logrado producir algunos de los medicamentos y tratamientos más importantes, como los del área neurológica, que es una de las mejores del mundo; una vacuna contra el cáncer de pulmón que no pueden comercializar en el extranjero porque el bloqueo se lo impide. Y es obvia su preeminencia en las artes, particularmente en la música y en el ballet.
Mire algunos los resultados de la “dictadura” que según usted ha imperado en Cuba:
– Uno de los países con mayor índice de desarrollo humano (ONU)
-54% del presupuesto destinado a servicios sociales
-De los 200 millones de niños que duermen en las calles, ninguno es cubano.
-El mejor sistema educativo de América Latina
-Veinte estudiantes por docente
-El país que más aporta del PIB a la educación
-Único país de América sin desnutrición (UNICEF)
-Sistema de salud, un ejemplo para el mundo
-Tasa de mortalidad infantil más baja de América
-130.000 médicos graduados desde 1961
-Desarrollo de cuatro vacunes contra el cáncer
-Primer país en eliminar la transmisión del VIH de madre a hijoY además, y quizás lo más importante de esa Cuba dirigida por el compañero Fidel Castro, es que es profundamente internacionalista, solidaria y generosa.
Los rasgos más importantes de la Revolución Cubana son la dignidad y su “inagotable capacidad de solidarizar con el sufrimiento y las necesidades de otros pueblos.
Esa dignidad, fruto del coraje y patriotismo del pueblo y de sus dirigentes, se ha demostrado en forma serena y resuelta en cada una de las muchas circunstancias duras y riesgosas que le ha tocado enfrentar en su primer medio siglo.
Por otra parte, la solidaridad generosa e incondicional de Cuba con otros pueblos es, quizás, el fruto más hermoso de una revolución que ha puesto el acento en la transformación ética de la sociedad. Es muy difícil encontrar a otro pueblo que sea capaz, como el cubano, de renunciar a su propio pan para aliviar el hambre y la necesidad de sus hermanos en lejanas tierras.
Además, después del golpe de 1973, vino la enorme solidaridad con los perseguidos por la dictadura chilena.
No fuimos los únicos a los que Cuba brindó refugio en esa época tenebrosa de América Latina. Estaban también las familias argentinas, uruguayas, bolivianas, peruanas, nicaragüenses, salvadoreñas, haitianas, colombianas, hondureñas, que huían del terror, la prisión y la muerte en sus países. Eramos miles de latinoamericanos refugiados en la isla mientras Cuba enfrentaba los rigores del bloqueo norteamericano. Ser chileno era casi un privilegio que nos hacía sentir rodeados de amistad y cariño, jamás solos o abandonados a nuestra suerte.Cuba es uno de los países que más víctimas del terrorismo ha tenido (unos 3 mil 500 muertos) y que más ha sufrido de terrorismo en los últimos 60 años. Ante tanto y tan permanente ataque, las autoridades cubanas han preconizado, en el ámbito interior, la unión a ultranza. Y han aplicado a su manera el viejo lema de San Ignacio de Loyola: “En una fortaleza asediada, toda disidencia es traición”. Pero nunca hubo, hasta la muerte de Fidel, ningún culto a la personalidad.
Fidel Castro no sólo colocó a Cuba en el escenario mundial y les dio dignidad a todos los cubanos, sino que fue el artífice de la liberación de muchos países de África como Angola y Namibia; colaboró a la independencia de Etiopía y al término del apartheid en Sudáfrica.
Bajo su dirección, su pequeño país (100 mil kilómetros cuadrados, 11 millones de habitantes) pudo conducir una política de gran potencia a escala global echando hasta un pulso con Estados Unidos, cuyos dirigentes no consiguieron derribarlo ni eliminarlo, ni siquiera modificar el rumbo de la Revolución Cubana.