El futuro de la integración regional necesita de nueva teoría y estrategia
En momentos en que se manifiestan presiones para desarticular el regionalismo en nombre de “estar abiertos al mundo” existe una preocupación común compartida por sectores económicos, sociales y académicos progresistas de la región sobre la necesidad de un debate concreto de prospectivas y propuestas en el marco de críticos cambios estructurales en el comercio y la economía mundial, y de una ofensiva regresiva desestructuradora de los procesos de integración y la unidad regional.
La presencia de un centenar de académicos, trabajadores, empresarios, estudiantes, funcionarios, parlamentarios y especialistas en la temática, en la antigua Casona Mauá de la capital uruguaya, en el foro “El Futuro de la Integración Regional”, demostró la urgencia de la interpelación de posiciones.
La Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) tomó la iniciativa de impulsar y coordinar la organización del foro, realizado el miércoles 16 de noviembre, con el apoyo y participación de entidades empresariales, sindicales, sociales, institucionales y académicas: el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso),la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), la Presidencia Pro-tempore del Mercosur, la Asociación Latinoamericana de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (ALAMPYME), la Coordinadora de Entidades Sindicales del Cono Sur (CCSCS), la Fundación Vivian Trías (Uruguay), la central unitaria de trabajadores PIT-CNT de Uruguay y el Instituto Argentino de Desarrollo Económico (IADE).
El objetivo del foro era el de generar un ámbito propicio para el análisis de la situación actual y las tendencias en la región, a fin de comprender desafíos y contribuir a la generación, debate y presentación de propuestas conjuntas y concretas en los ámbitos político, económico, social y ambiental.
En la apertura, el presidente de FILA, Aram Aharonian, resaltó la singularidad del encuentro, “porque hoy no están convocados a denunciar, sino a construir. Llevamos demasiados años de denunciología y lloriqueo y no hemos sabido construir una alternativa, hemos olvidado al acervo del rico pensamiento crítico latinoamericano. Sí, claro, es más fácil denunciar que construir”. El foro sirvió para afirmar la necesidad de la unidad y la integración regional, dándole la cara a las posiciones y presiones favorables a la desintegración y reversión de los avances logrados a lo largo de décadas, afrontando conjuntamente la nueva realidad regional y mundial, que suma un nuevo signo de interrogación con la elección de Donald Trump y las presiones de firmar acuerdos comerciales con países desarrollados que perjudicarán aún más nuestras posiciones y nuestra soberanía. ¿Cómo debe posicionarse la región ante un nuevo escenario internacional que incide fuertemente y genera enorme incertidumbe?
Vivimos un momento en que la apertura irrestricta de mercados entre países centrales y periféricos, en un crítico marco de la economía mundial, puede ahondar aún más la asimetrías de la región con el mundo, y también las intrarregionales. La coincidencia fue la necesidad de una integración productiva, financiera y social, y que requiere un diagnóstico preciso de los errores, para avanzar hacia una estrategia común con políticas activas de complementación y desarrollo, y una nueva teoría económica propia, resaltó el vicepresidente de FILA, Jorge Marchini, en la clausura del encuentro.
Especial preocupación de los panelistas fue el hecho de que la desintegración ” globalizadora” amenaza a los derechos sociales y laborales y puede generar tensiones y conflictos regresivos: proteccionismo chovinista reactivo, tensiones migratorias.
Se expusieron alternativas, propuestas viables para relanzar la integración regional y armonizar los vínculos con el mundo, construyendo la teoría, la estrategia común, colectivamente. “Porque la construcción siempre se hace desde abajo. Lo único que se construye desde arriba es un pozo”, dijera Aharonian en la inauguración.
Nota: progresivamente iremos publicando las ponencias presentadas en el foto en formato gráfico y sonoro, además de algunos videos de los participantes.
—todos los videos del Foro en
https://www.youtube.com/watch?v=cnYUBYCanO8
La autocrítica imprescindible y la construcción de un pensamiento económico propio
(Apuntes de la intervención del ex vicecanciller uruguayo Roberto Conde en el panel sobre Integración con la economía mundial)
Antes de que aparecieran Macri y Trump, antes de que ocurriera el golpe de estado en Brasil, Mercosur estaba paralizado y a punto del fracaso… y los responsables somos nosotros. Y debemos tener el coraje de analizar esto con el rigor de la ciencia social, la ciencia política, la sociología del poder. Lo cierto es que el programa de trabajo de Ouro Preto (2004), generado por los gobiernos progresistas, nunca se cumplió, ni en el terreno institucional, ni en el de la integración económica, ni en el de la coordinación macroeconómica, ni en el de la concertación política ni en el de la participación social.
Sería una falsedad histórica, una irresponsabilidad de nuestra parte atribuir el fracaso del Mercosur a la presencia del imperialismo norteamericano y buscar las razones afuera de nuestro continente y de nuestras sociedades. Es imposible reemprender el camino de la integración regional sin examinar la década del 2004-2014 y sin saber dónde estuvieron las debilidades. Hubieron políticas públicas estratégicamente bien definidas, pero nunca hubieron los suficientes recursos públicos como para llevar a cabo esas políticas. ¿Por qué?
Hubo una presencia desestructuradora por parte de la corporaciones económicas trasnacionales, y eso no lo hemos estudiado suficientemente. El sector industrial de media tecnología más importante de la región, el automotriz, nunca formó parte del Mercosur y nunca pudimos hacer que las trasnacionales adoptaran una conducta integradora en un área industrial como esa.
Y, ¿por qué las burguesías de Argentina y Brasil no lograron no solo complementarse económicamente, sino que no lograron otorgarse mutuamente libre comercio. Lo terrible es que ahora estamos preparados, cada país por separado, otorgar a Europa, a China, a quien sea, lo que no fuimos capaces de darnos a nosotros.
Cometimos un error político-estratégico muy grave, sobre todo la gente llamada progresista y de izquierda: despreciamos la integración económica. Sin ella no hay verdadera integración. En los profundos discursos integracionistas la integración económica no aparecía. Por tanto, tarde o temprano, esa integración se iba a caer, porque era pura formulación política.
Brasil lideró la integración en algunos asuntos claves, fue muy importante, pero, por ejemplo, bloqueó la integración financiera, porque tenía resuelto la financiación de la expansión de sus empresas, y el modelo de la integración de Brasil se basaba en la expansión de la actividad económica de los inversores y de las empresas brasileñas, aunque los demás países no tuviéramos fuentes de financiamiento para expandir nuestras propias empresas. Por eso el Banco del Sur no fue capitalizado por Brasil.
Además, tuvimos que pagar el precio político brutal de un enfrentamiento entre Argentina y Uruguay. Argentina, un país con 600 o 700 mil millones de dólares de producto interno bruto le complicó la vida al gobierno de Mujica por 200 millones de dólares en exportaciones que le impidieron concretar hacia la Argentina. ¿Alguien tiene idea de la magnitud del fracaso político que significó esto?¡Cómo es posible que políticamente hayamos manejado tan mal las cosas!
A pesar del poder de las políticas públicas nuestra integración fue impedida por los agentes económicos privados. Porque el 70 u 80% de nuestras economías está en manos privadas. ¿Por qué estos agentes económicos privados no aceptaron el proceso de integración, cuando además van a ser destruidos por el capitalismo global?
Ya se dijo aquí que estamos sufriendo una crisis importante en nuestras burguesías nacional que, además, están desapareciendo, digeridas por el capitalismo global, están siendo destruidas. Y hay que tener en cuenta que la destrucción de nuestras burguesías nacionales es una pérdida del patrimonio económico y productivo de nuestros países, es un debilitamiento del potencial productivo en materia de conocimiento, de inversión, de capacidad productiva. Es una pérdida en materia de soberanía nacional, porque necesitamos recomponer nuestra capacidad productiva.
Es foros como éste que debemos examinar por qué fracasó nuestra integración y justificar por qué necesitamos la integración de aquí en adelante, porque sin integración no tenemos salida. Y hay que tener alternativas: no basta con tener un discurso anti dominio global de las corporaciones, hay que tener un discurso propio. No tenemos pensamiento económico propio en América latina, más allá de la teoría económica de la Cepal, Tenemos que construir un pensamiento económico propio, no alcanza con decir que tenemos que tener cadenas de valores, debemos tener teoría económica.
Y luego, hay que tener una estrategia, tenemos que tener una visión geopolítica suficientemente unificada y una visión de una estrategia de negociación. Por ejemplo, Mercosur tiene que discutir como bloque un acuerdo de asociación estratégica con China. No podemos permitir que cada uno converse con China como se le antoje y que China fije los términos. Mercosur tiene que tomar la iniciativa, porque en el mundo de hoy necesita un acuerdo estratégico – no un acuerdo de libre comercio- que incluya aspectos económicos, geopolíticos, de visión de los temas globales… No podemos permitir que nuestros países se sigan disgregando, negociando uno por uno, cosa por cosa, con lo cual se sigue fragmentando toda la política de la región.
De cualquier forma, Mercosur sigue siendo el único proceso ambicioso y con vida en la región.
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Sembrar nuestras propias cadenas de valor regionales e internacionales (Apuntes de la intervención del exsenador uruguayo Alberto Couriel en el panel sobre la coyuntura económica)
El mundo desarrollado lo que exporta es conocimiento y artículos de alta y mediana tecnología y desde la región lo que exportamos son productos manufactureros. Como solo vendemos recursos naturales, dependemos mucho de los precios internacionales. Hubo un fenómeno que es importante: no aprovechamos ese buen momento de crecimiento que tuvimos en 2003-2004 para cambiar las estructura de las exportaciones y la estructura productiva. Y cuando los precios caen, significan un retroceso relevante que es lo que estamos viviendo en estos momentos.
El proceso de integración en estos momentos se ve afectado por la dificultad de la complementariedad productiva y de la estructura productiva, porque no se crearon las cadenas productivas que se debieron haber generado. Sin integración productiva nuestros países no van a ganar desarrollo. Raúl Prebish decía que si exportamos productos primarios e importamos productos industriales, para desarrollarnos tenemos que industrializarnos. Si exportamos porductos primarios e importamos rubros de alta y media tecnología, para desarrollarnos tenemos que exportar, además de productos primarios con más valor agregado y contenido tecnológico, generar cadenas de valor regionales para poder exportar también alta y mediana tecnología.
El mundo camina por cadenas de valores y nosotros no: tenemos que sembrar nuestras propias cadenas de valor regionales e internacionales, donde podamos avanzar en términos de alta y media tecnología, además de tener que darle a los recursos naturales más valor agregado y contenido tecnológico.
No me quiero olvidar de China. Argentina antes le compraba los insumos a Brasil, hoy a China. El futuro requiere de los acuerdos comerciales, no de los TLC que nos afectaron tanto, con los países desarrollados y especialmente con China.
Para generar esta cadena de valor, para avanzar en el proceso de integración hay que poner en claro que no hubo voluntad política para poder avanzar, tenemos que pensar en empresarios nacionales –privados, de propiedad social, estatal, translatinas, participarán algunas trasnacionales. Tenemos que generar conciencia regional, en los partidos políticos, en los sindicatos, entre los empresarios.
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Producir conocimiento para una integración más allá de los mercados
(Apuntes de la intervención de Marcio Pochmann, presidente de la Fundación Perseu Abramo de Brasil)
La respuesta de unas elecciones en algunos países y el golpe en Brasil retoma el camino de una integración neoliberal. Es un momento importante, singular, que abre la posibilidad de repensar la estrategia que estaba en curso frente a la nueva situaición de los países, que coloca en crisis al Mercosur. Hay también cambios importantes en el mundo, donde Inglaterra sale de la Unión Europea y cuestiona el movimiento de globalización tradicional. El resultado de las urnas en EEUU apunta también a otra forma de globalización neoliberal. Entender esta complejidad es fundamental para tomar decisiones más profundas y adecuadas al momento que estamos viviendo hoy.
Este es el papel de producir conocimiento para que pueda ser difundido y, al mismo tiempo, nuevas posturas de nuestros gobiernos. Partimos del presupuesto de que hay una integración productiva en nuestros países que es hecha fundamentalmente por la voluntad de los mercados y esto significa una reafirmación de la situación histórica de América Latina como partícipe del mercado mundial, partícipe de las nuevas cadenas globales de valor, apenas en la parte formativas de las cadenas como países productores y exportadores de bienes primarios, naturales.
Y esto no es suficiente porque impide la formación de países y sociedades desarrolladas, soberanas. La integración que nosotros soñamos es una integración más allá la exigencia de los mercados, soberana, que permita al pueblo alcanzar la condición de soberanía e independencia frente a los mercados. Para eso es imprescindible la respuesta de los gobierno, la respuesta de las políticas públicas, porque son esas más que complementar las fracturas de los mercados, sirven para marcar un camino diferente que permiten el pleno empleo de los trabajadores y condiciones de vida mejores para todos.
http://integracion.info/?p=3309
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