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Septiembre 2016

Pueblos del Medio Oriente

Diferencias étnicas, religiosas y culturales en los conflictos actuales

(Peoples of the Middle East. Ethnic, religious and cultural differences in current conflicts)

Autora: Renee Isabel Mengo

Historia Social Contemporánea

Facultad Ciencias de la Comunicación

Universidad Nacional de Córdoba- República Argentina

Resumen

En la actualidad, el Medio Oriente es una de las zonas con mayor concentración de conflictos armados del mundo.

La gran mayoría de los mismos se libran entre facciones definidas por grupo étnico, religión, estado e ideología política. Aparte del conocido conflicto israelí-palestino que ha durado más de medio siglo, Iraq prácticamente lleva desde 2003 en guerra civil y Siria desde 2011.

En Medio Oriente la mayor religión es el Islam, aunque hay importantes minorías de cristianos, judíos, druces y zoroastrianos. Conviene notar que la división religiosa no tiene por qué coincidir con la étnica. Entre cada grupo étnico hay practicantes de todas religiones y sectas.

Los actuales conflictos en Siria e Irak han elevado las divisiones étnicas y religiosas que existen en la región exacerbando cuestiones no resueltas del pasado.

La mayoría de las ideologías dominantes en los países de Oriente Medio se centran en la cuestión de identidad, a veces por cuestiones religiosas otras veces por cuestiones étnicas.

Palabras Clave:

Medio Oriente – Etnias - Religión - Terrorismo - Petróleo

Summary

At present, the Middle East is one of the areas with the highest concentration of armed conflicts in the world.

The vast majority of them are fought between factions defined by ethnicity, religion, state and political ideology. Apart from the known Israeli-Palestinian conflict that has lasted over half a century, practically it leads Iraq since 2003 in civil war and Syria since 2011.

In the Middle East the largest religion is Islam, although there are significant minorities of Christians, Jews, and Zoroastrians druces. It should be noted that religious division does not have to coincide with ethnic. Between each ethnic group there are practitioners of all religions and sects.

Current conflicts in Syria and Iraq have raised ethnic and religious divisions in the region last exacerbating unresolved issues.

Most dominant ideologies in the Middle East focus on the question of identity, sometimes for religious reasons sometimes by ethnic issues.

Keywords:

Middle East - Ethnic Groups - Religion - Terrorism - Oil

Presentación

Lo que llamamos Medio Oriente, como los pueblos del Mediterráneo Oriental, hoy, parece tener una extensión que va más allá del concepto clásico.

La ampliación de la acepción no está dada por cambios geográficos, sino más bien por el complejo entramado de etnias, subgrupos, líneas religiosas, diversas religiones, petróleo y fronteras impuestas en varios casos para explicar porque el Medio Oriente conceptualmente se ha extendido y su comprensión es fundamental para aproximarse al entramado, a los complejos conflictos que se debaten en la región.

Cuna de culturas milenarias cuyos legados llegan a la actualidad, su ubicación entre el Oriente y el Occidente, hace llamar la atención porque los conflictos en vez de solucionarse se retroalimentan, generando constantemente nuevas situaciones.

Debido a la ubicación y siendo nexo entre los extremos del mundo, fue botín de todos los dominios a través del tiempo, así en la antigüedad fueron importantes los Imperios Asirios y Caldeos; luego el gran Imperio Persa; la siguiente dominación griega; la expansiva Roma; centurias más tarde comenzó el dominio turco otomano que se mantuvo hasta el fin de la Primera Guerra Mundial en 1918, dejando sus huellas como testimonio de cada tiempo. En el siglo XX, las naciones del Medio Oriente fueron Mandatos de Francia y Gran Bretaña hasta que comenzó un lento proceso de descolonización con injerencia de las mismas naciones y de otras por el control del petróleo, siendo la base de la mayor parte de los conflictos hasta el presente.

A qué se debe que la región está permanentemente convulsionada? Las respuestas pueden ser tantas como los diversos enfoques que se aplican sobre la temática regional.

El presente ensayo, trata de plantear una posibilidad de análisis a través del estudio de las etnias, la religión principal, sus diversas líneas de interpretación y los grupos políticos locales y regionales que se representan en ese gran espacio, produciendo la inestabilidad propia del Medio Oriente. La presentación se divide en tres partes: lo étnico; lo religioso y la situación presente.

El abordaje no se puede agotar en esta presentación, sino que más bien debe motivar a seguir y profundizar las investigaciones, ya que el conocimiento del rico y superpuesto pasado es lo que posibilita medianamente comprender el presente.

El Medio Oriente en la actualidad

Aproximación teórica de lo “étnico”

Las Ciencias Sociales se enriquecen permanentemente por los constantes aportes académicos que contribuyen a su actualización. No obstante lo “étnico”, no posee un concepto único o cerrado, ha cobrado una importancia particular para el análisis en la composición, desarrollo y características de los pueblos, por lo que en relación a este ensayo el concepto es transversal al área de Ciencias Sociales (Stavenhagen, R. 2001). Como aporte teórico se considera el planteo del citado autor ya que aborda en relación a lo étnico, (elementos raciales-lingüísticos-culturales-religiosos de un lugar) impactando en la nación primero, y en el Estado después en base a la identidad, categorías todas ellas presentes en el Medio Oriente actual. El autor considera que en la mayoría de los casos se trata de sociedades multiétnicas, debido a la antigüedad de sus representantes y que al no haberse permitido la autodeterminación en los procesos postcoloniales, vuelve aflorar lo más identitario que se posee, más lo religioso, más el cambio socio económico, adoptándose posturas inflexibles, cuando las alternativas pasarían por una mirada pluralista.

Otros cientistas han tratado de explicar lo étnico a través de la teoría del “Desarrollo” propia de la década de los 60 y 70 del siglo pasado entre ellos (Rostow, Walt W.1961). En la medida que la teoría del modernismo atribuya al desarrollo y no a las expresiones culturales propias de un lugar, la via de superación social, las reacciones serán de rechazo, violencia, etc. por parte de los destinatarios.

Estas consideraciones valen también para la teoría política de corte liberal cuando sostiene al individuo por encima del grupo. Con respecto al estructuralismo y funcionalismo, poca importancia le asignan a lo étnico, ya que el primero se refiere a las clases sociales y no a los grupos constitutivos desde lo étnico.

El nacionalismo, tan importante para el logro de las independencias, a veces lo hace a costa de las minorías étnicas que componen una nación.

Se reconoce el resurgimiento del debate sobre lo étnico, confundido con el de clase social por el desarrollo teórico que esto último ha tenido. Volver la mirada hacia un aspecto básico de la matriz social, permitirá encontrar alternativas a la situación presente.

Medio Oriente y los grupos étnicos antiguos

Como se puede observar en la región del Medio Oriente, hubo cuatro grandes grupos étnicos:

Aparecen asentados al final del IV milenio A.C. en las áreas colindantes a Mesopotamia y comprenderían a los siguientes pueblos antiguos:

ELAMITAS - HURRITAS - PROTOHITITAS - CASITAS y SUMERIOS, los más importantes de todos, ya que se les considera responsables de la “primera civilización” histórica en sentido pleno.

Tuvieron un recorrido histórico breve (excepto los sumerios, que estarían presentes en la historia de Mesopotamia durante todo el III milenio), pues serían los primeros en sufrir los efectos devastadores de los continuos y violentos movimientos de pueblos en la zona.

La cultura sumeria no era semita, aunque influyo de sobra sobre las primeras civilizaciones semitas como la Caldea y Akadia y Amorrea.

De hecho la Caldea se sobre impuso a la Sumeria, de alguna manera se puede comparar con la relación entre Grecia y Roma donde Roma tomo gran parte de su cultura de los griegos, sin convertirse en griegos.

El Origen de los Sumerios es un gran misterio hablaban una lengua que no se parecía a ninguna familia cercana a la región( Semita, Indoeuropea, Caucásica), quizá a su vecina la Elamita pero esta lengua no ha podido ser claramente traducida, el sumerio era una lengua Monosilábica como el chino pero no se sabe si era tonal como este, se proponen varios orígenes fuer del medio oriente como el Asia central, valle del Indo, pero no hay nada claro, si es una lengua que puede ser entendida ya que son bien conocidas sus herederas de escritura Cuneiforme Semitas ya que se conservó por largo tiempo viva como una lengua ceremonial , así como hoy en día el Latín.

A todos se les considera autóctonos del Próximo Oriente, al menos desde la perspectiva de los historiadores del Mundo Antiguo. La excepción quizá sean los sumerios, a los que se les considera tradicionalmente foráneos.

La denominación del grupo tiene referencia bíblica (cap. X del Génesis) comprendiendo los antiguos pueblos de: ACADIOS - AMORITAS (AMORREOS) – ARAMEOS – FENICIOS - EBREOS – ÁRABES.

Fueron nómadas procedentes de la Península Arábiga, movilizándose hacia el 3.500 a.c. Las Lenguas y cultura semita al parecer tienen su Origen en la península Arábiga y junto con las lenguas del Norte de África y la zona de Etiopía integran la familia lingüística Afro-Asiática, siendo las lenguas Semitas las únicas que tienen su asiento en Asia por lo que puede presumirse un origen común en África. Hablan lenguas emparentadas entre sí (semíticas). Se hacen sedentarios cuando penetran en las tierras fértiles de Mesopotamia y Levante, y cuando comienza el mestizaje con las poblaciones autóctonas preestablecidas de estas áreas. Se expandieron de forma muy notable por todo el Creciente Fértil (no Egipto).

             Indoeuropeos Orientales: HITITAS, MEDOS-PERSAS, MITTANIOS.

             Indoeuropeos Occidentales: GRIEGOS, ITÁLICOS, CELTAS.

Se destacaron por la expansión notable por toda Europa, pero también por ciertas regiones del Próximo Oriente (Anatolia, Norte de Mesopotamia, Irán).

Sus movimientos implicaron necesariamente profundas diferencias entre unos pueblos y otros. Ello dependió, primero, de los lugares de destino y de asentamiento de cada grupo (desde la Península Ibérica y Britania hasta la meseta del Irán y la Península del Indostán), y, segundo, de los diferentes ritmos de evolución cultural que experimentó cada uno de ellos en cada lugar, de los diferentes influjos que sobre ellos obró el entorno cultural y étnico autóctono, de las diferencias medio ambientales, etc. No obstante, en todos los pueblos indoeuropeos subyace una “hermandad” evidente y relativamente fácil de reconocer.

Grupo étnico restringido al valle del Nilo y zonas inmediatamente colindantes, formado a partir de la mezcla y fusión de pueblos africanos sedentarios y elementos nómadas semitas.

De los cuatro grupos étnicos anteriores, semitas e indoeuropeos serán los protagonistas de la historia del Próximo Oriente y Grecia (los asiánicos irán desapareciendo durante el III milenio, y los camitas quedarán restringidos a ser el sustrato étnico del Egipto faraónico, no extendiéndose más allá del Valle del Nilo).

Lo étnico y la formación de las naciones

En la actualidad, el Oriente Medio es una de las zonas con mayor concentración de conflictos armados del mundo. Aparte del histórico conflicto israelí-palestino que ha durado más de medio siglo, Iraq prácticamente lleva desde 2003 en guerra civil y Siria desde 2011 hasta el presente.

Con sólo el 8% de la población mundial, el Medio Oriente árabe ha sufrido alrededor del 25% de todos los conflictos armados desde 1945. La mayoría de estos conflictos han tenido un origen de carácter étnico. (Saad, Eddin Ibrahim, 1998). La cuestión étnica es uno de los desafíos más graves que afronta el mundo árabe en general y, en particular, los Estados árabes con una acusada diversidad étnica. Ni el sistema naciente de países y Estados modernos, ni la clase intelectual árabe han logrado comprender o lidiar con los problemas étnicos frontalmente.

Al concluir la primera Guerra Mundial, la desmembración del imperio otomano dio lugar a diversos tratados, por lo que en 1922, los británicos y los franceses dividieron el territorio en “Mandatos” (Laurens, Henry.2003) entre sus perspectivas zonas de influencia, que plantaron las semillas de los estados actuales. Sin embargo, la división de fronteras reflejaba los intereses geopolíticos de los poderes occidentales, que poco tenía que ver con la verdadera distribución de los grupos étnicos que llevaban (y llevan) no sólo siglos, sino milenios habitando esta región.

Ignorando las fronteras del Estado, étnicamente, las poblaciones de Oriente Medio se pueden dividir entre pueblos: persas – turquicos – kurdos - árabes junto a otras minorías, destacándose entre los de mayor identidad:

Los persas son la etnia mayoritaria de Irán, cuya lengua materna es el farsi, que forma parte de la familia indoeuropeo, junta a las lenguas eslavas, latinas y germánicas. Históricamente, los persas fundaron una de las civilizaciones más avanzadas y duraderas del Oriente Medio y uno de los imperios más poderosos de la región hasta el siglo XIX. A día de hoy, la gran mayoría de persas son musulmanes chiítas, y debido a factores históricos, no suelen llevarse bien con árabes.

Irán no es un país árabe, ya que su población no es de origen semita, como lo son los árabes, sino que son persas, un grupo indoeuropeo.

Irán si es un país musulmán, lo que no es lo mismo que ser árabe: una cosa es el origen étnico y otra es la religión. Como Irán es un país musulmán, y el idioma utilizado por el Islam en religión es el árabe, a eso se debe que se maneje el idioma, aunque no es el único en la región. Se puede ser iraní y profesar otras religiones, al igual que ser árabe y ser musulmán, cristiano, judío, etc.

Irán es un país de religión musulmana predominantemente de la rama chiíta. El idioma oficial de Irán es el farsi (persa), que se escribe con caracteres arábigos. No se considera país árabe debido al idioma que posee, el mismo caso también lo tiene Turquía e indonesia y todo es debido a sus respectivos idiomas.

Al ser persa de religión Chiita no es considerado árabe (sunníes) pues los persas son muy diferentes a los árabes en cuanto a la forma de culto y étnicamente son diferentes. Un persa y un árabe son parecidos pero no iguales.

Irán no tiene lengua árabe, ellos hablan Persa, tienen una religión musulmana donde la mayoría son chiitas, la religión oficial del Estado y un 9% sunnitas. Algunos si lo consideran como un país Árabe al igual que Afganistán ya que les enseñan árabe por ser el idioma en el cual está escrito el Corán.

Originalmente, los pueblos túrquicos eran nómadas procedentes de las estepas de Asia Central, que invadieron y colonizaron Anatolia en el siglo XI y crearon uno de los imperios más poderosos de la Edad Moderna, el otomano. Las lenguas túrquicas pertenecen a la familia altaica y es estrechamente relacionada con el mongol.

En la actualidad, los pueblos túrquicos constituyen más de 80% de la población de Turquía, la mayoría en Azerbaiyán y los estados de Asia Central, e importantes minorías en Siria, Irak, Irán y Afganistán.

Los turcos son muy nacionalistas, y para ellos es una falta de respeto que los confundan con los pobres árabes. Ellos todavía viven de lo que fue el imperio otomano. No reconocen el genocidio que cometieron contra los armenios, y el que cometen actualmente contra los kurdos.

Por su parte, los árabes tampoco quieren mucho a los turcos, durante el imperio otomano, el mundo árabe estuvo dominado por los turcos otomanos y en ese periodo los árabes eran tratados cruelmente y muchos fueron asesinados por los imperialistas turcos a pesar de la religión, no se quieren aunque es bueno añadir que Turquía es un estado laico secular, en el cual religión va separada del estado mientras que en el mundo árabe (excepto Líbano, Siria y Túnez) la ley se aplica de acuerdo a los principios religiosos

Lo único que tienen en común es la religión pero el origen étnico es totalmente diferente; los turcos son indo-caucásicos, por lo general blancos como los españoles y los italianos mientras que los árabes son semitas, y físicamente son más parecidos a los mestizos, lo único que tienen en común es la religión.

Turquía no es Occidente, pero es miembro de la OTAN. Es Medio Oriente, pero no es árabe. Es islámica, pero también es una república laica. ¿Puede ser Turquía un modelo para los países árabes ahora convulsos? Lo único seguro es que Turquía no es como las autocracias laicas de Medio Oriente ni como las teocracias musulmanas, sean suníes (Arabia Saudí) o chiíes (Irán). La experiencia turca puede ser una inspiración si las revueltas árabes desembocan en una transición a la democracia.

La derrota otomana en la Primera Guerra Mundial supuso la pérdida de sus provincias árabes y abrió las puertas del poder a Mustafa Kemal Atatürk, uno de los jóvenes turcos, que proclamó la república y el final del imperio y del califato.

Kemal, creó el concepto de nación turca, en sustitución de la versión nacional-religiosa otomana que fue el califato. Es decir, creó una Turquía secular, pero que no era por ello menos islámica en cuanto a creencia. Hoy en día, noventa años después, Turquía tiene un sistema político que, aunque limitado democráticamente, es visto como una posibilidad a seguir por quienes pretenden modernizar el mundo islámico, en oposición directa a los regímenes teocráticos.

La filosofía básica del kemalismo afirmaba que para sobrevivir y prosperar un país debe formar parte de la civilización moderna y aceptar mucho de lo que es característico de Occidente, lo que incluye los mismos derechos para hombres y mujeres, la enseñanza de la ciencia moderna y la separación de la religión y el Estado. Arabia Saudí, prooccidental, e Irán, antioccidental, representan el polo opuesto. Son regímenes distintos, pero tienen en común su carácter teocrático.

Los turcos, a diferencia del mundo árabe, no tienen petróleo, por lo que se han visto obligados a desarrollar su economía sin exportar recursos naturales, salvo los productos agrícolas. Por eso Turquía puede ser también una posibilidad, porque el mundo árabe (sobre todo Arabia Saudí) depende de sus exportaciones de petróleo y gas, y tarde o temprano estas se agotarán. Según el Banco Mundial, las exportaciones árabes no petroleras son inferiores a las de Finlandia.

En Turquía, el ejército es, según una Constitución elaborada a su medida, el garante del carácter laico de la república. Pero Turquía ha cambiado desde el 2002, cuando los islamistas moderados de Recep Tayyip Erdogan ganaron las elecciones y formaron gobierno. Los islamistas han tardado casi un siglo en llegar al poder, pero en los últimos decenios se les permitió insertarse en el proceso político y, finalmente, a través de la moderación, ahora dirigen el país, al tiempo que el poder militar se ha visto reducido de forma considerable. La paradoja es que la Turquía actual ha cambiado sustancialmente y su política exterior la ha acercado al mundo árabe, pero, al mismo tiempo, sigue teniendo cerradas las puertas de Europa.

La historia del pueblo kurdo, es milenaria y uno de los pueblos más antiguos de la región del Medio Oriente. Hablan un idioma de origen indo-iraní, estrechamente relacionado con el farsi (de los persas). Los kurdos se ubican en el norte de Irak y corresponden a cerca del 20% de la población. También están en el sur de Turquía. Desde comienzos de los 90 han tenido su propio gobierno y son una región autónoma en las tres provincias del norte de Irak. En Siria también se han situado en el norte. Actualmente, los kurdos son unas de las mayores naciones sin estado, ya que viven repartidos entre las fronteras de Turquía, Irán, Iraq y Siria, constituyendo la minoría étnica sin Estado propio más importante de todo el Medio Oriente con 30 millones de personas. Durante el siglo XX habían sufrido varios intentos de genocidio, tanto por parte de árabes como por parte de turcos.

Desde el año 612 a.C., los historiadores consideran a los kurdos descendientes directos de los medos, el imperio que dominó la zona desde esa fecha hasta su anexión por el imperio persa en 6 a.C. Pero unidos por una lengua propia y una cultura milenaria, el pueblo kurdo nunca ha dejado de soñar con un Kurdistán independiente; algunos creen que la amenaza del grupo autodenominado Estado Islámico podría contribuir a hacer ese sueño realidad.

Durante las posteriores invasiones árabes-musulmanas, los kurdos terminarían convirtiéndose al islam, pero sin perder su lengua e identidad distintiva y a pesar de estar divididos en numerosos principados. Esos principados kurdos se los disputaron por mucho tiempo el Imperio otomano y el persa, que tenían sus capitales en lo que hoy son Turquía e Irán.

En esa pugna, los kurdos terminarían alineándose con el Imperio Otomano por razones religiosas y a cambio de una importante dosis de autonomía que sólo empezaría a ser cuestionada a inicios del siglo XIX. Esa es una de las razones por las que con el desmembramiento del imperio turco, al final de la Primera Guerra Mundial, algunos kurdos –no todos– empujarían con fuerza la idea de un Kurdistán independiente. La idea sería incluso recomendada por el Tratado de Sèvres, que certificó la rendición del Imperio otomano en 1920.

En el transcurso del siglo XX y ante el fracaso de obtener su soberanía, diversos movimientos independentistas kurdos surgirían, inevitablemente en Turquía, Siria, Irak e Irán. Nunca consiguieron el apoyo real de Occidente, más preocupado por lo que las pretensiones kurdas podían significar para la estabilidad regional.

Los sectores más conservadores de la sociedad kurda, más interesados en la protección de su religión que en un incierto proyecto nacionalista, no veían con buenos ojos la separación de la naciente Turquía, que prometía un Estado islámico de turcos y kurdos y terminó quedándose con la mayor parte del Kurdistán.

Las potencias occidentales también redibujarían las fronteras para darle partes del territorio habitado por los kurdos a sus protegidos: Siria, en el caso de los franceses, e Irak, para la que Reino Unido reclamó la rica zona petrolera de Mosul. Los aliados dibujaron las fronteras en función de sus intereses. Luego los proyectos nacionalistas en lo interno de los nuevos países, como Turquía, hicieron todo lo posible por aplastar cualquier oposición.

La orientación comunista del PKK –el Partido de los Trabajadores del Kurdistán, la principal fuerza independentista kurda en Turquía, considerada una organización terrorista por el gobierno de Ankara y sus amigos occidentales– tampoco le ayudaría a los nacionalistas kurdos a granjearse la simpatía de EE.UU. y sus principales aliados.

Los kurdos se han erigido en una de las más importantes líneas de defensa contra los avances de los yihadistas en el norte de Irak y Siria, obligando a Occidente a reconocerlos como aliados clave en la batalla contra EI.

También han aprovechado el debilitamiento de los gobiernos de Bagdad y Damasco para expandir el territorio controlado por las autoridades del Kurdistán iraquí y ganar mayor protagonismo en Siria, donde aspiran a obtener un nivel de autonomía similar al que ya tienen en Irak.

En la actualidad, Turquía está inmersa en un proceso de paz con el PKK marcado por un acuerdo de cese del fuego alanzado en marzo de 2013, el que muchos esperan represente el final de una lucha armada que inició en 1984 y ha causado más de 40.000 muertos.

Y el máximo líder el PKK –Abdullah Ocalan, en la cárcel desde 1999– ya advirtió que si Turquía deja que Kobane caiga en manos de Estado Islámico, las conversaciones llegarán a su fin. El objetivo declarado no es independencia, sino autonomía.

En ese contexto, las cada vez más fuertes protestas de los kurdos en Turquía y los recientes ataques del ejército turco en contra de posiciones del PKK –los primeros en dos años– no auguran nada bueno para las negocaciones en Turquía.

En Irak y Siria es cada vez mayor protagonismo de los kurdos, y las menciones cada vez más frecuentes a la posibilidad de su independencia, ha generado nerviosismo entre las poblaciones no kurdas con las que comparten algunas áreas y ciudades. La posibilidad de un Kurdistán independiente está de nuevo en el tapete, con más fuerza que nunca.

Los “árabes” engloban a todos los pueblos que hablan un idioma derivado del árabe clásico, una lengua de origen semita estrechamente relacionada con hebreo. A día de hoy, la mayoría de la población de la Península Arábiga, Irak, Siria, Jordania, Líbano  y el Magreb son árabes, que a su vez se dividen entre docenas de grupos y clanes independientes, cada uno con su propia cultura, dialecto, historia y procedencia, que no suelen coincidir con las fronteras nacionales.

La gran mayoría de árabes son musulmanes (tanto chiítas como suníes), aunque en Egipto, Siria y Líbano también hay importantes minorías de cristianos.

Un tratamiento aparte, solo mencionado en esta oportunidad fue la situación en las que quedaron los pueblos árabes al desmembrarse el Imperio otomano, al fin de la Primera Guerra Mundial, cuando en el transcurso del conflicto se firmó secretamente el Tratado Sykes-Picot en 1916. La insurgencia árabe fue alentada por los británicos, que junto a Francia, Rusia y otros aliados pretendían derrotar a los otomanos, respaldados por el Imperio austro-húngaro, el alemán y el reino de Bulgaria.

El acuerdo destruyó los sueños y las aspiraciones árabes. Fue una de las razones básicas por las que hoy hay tanta inestabilidad en el Medio Oriente. Las fronteras creadas eran falsas, basadas en líneas dibujadas sin tener en cuenta las nacionalidades o los intereses culturales y demográficos de los pueblos árabes. Las potencias sabían perfectamente cuáles eran los deseos de los árabes porque la Comisión King-Crane (constituida en 1919 y lanzada por EEUU para conocer las aspiraciones de los pueblos en las áreas no turcas del Imperio otomano) visitó la zona y habló con sus habitantes.

Es decir que nunca se lo tomaron en serio ni actuaron según su ética, valores y principios respecto a la libertad, la independencia, los derechos humanos y las aspiraciones de los pueblos. Al conmemorarse este año, el centenario de tal pacto, sería oportuno su revisión.

La religión y las diversas líneas de interpretación

El Islam es la religión principal del Oriente Medio, pero la religión está dividida entre dos ramificaciones: suníes y chiítas. Ambos creen el Alá y el profeta Mahoma, pero los suníes consideran a los descendientes directos de Mahoma como los herederos legítimos de la institución religiosa, mientras los chiítas eligieron a Ali, el yerno de Mahoma. La división sectaria comenzó en el siglo VII y los dos grupos llevan desde entonces en una constante lucha de poder.

A día de hoy, 80% de musulmanes son suníes, pero los chiítas están concentrados en Irán, Iraq y algunas partes de Asia Central. La afiliación de una secta u otra es más una cuestión de ascendencia familiar que de convicción personal.

Dentro de la rama suní hay varias sectas, una de las que tiene mayor poder es el wahabismo, que actualmente gobierna Arabia Saudita. Se destaca por su interpretación más rígida del Corán, con una ideología puritana que lleva al extremo la separación de sexos, la sumisión de la mujer y el castigo de los pecadores.

A parte de Islam, también hay importantes minorías de cristianos, judíos, druces y zoroastrianos. Conviene notar que la división religiosa no tiene por qué coincidir con la étnica. Entre cada grupo étnico hay practicantes de todas religiones y sectas.

La Identidad construida en la religión y la etnia

La gran mayoría de las identidades se forman como una combinación de los dos factores. En Iraq, por ejemplo, los tres principales grupos son: árabes suníes, árabes chiítas y kurdos suníes. En muchos casos, miembros del mismo grupo étnico que practican una religión distinta se consideran etnias distintas.

El caso del pueblo yazidi, que está sufriendo el genocidio del Estado Islámico, son étnicamente kurdos, pero practican una religión ancestral que trazan sus raíces a la época prerromana.

Los azeríes de Azerbaiyan y la minoría turcomana de Siria e Irak son idénticos a los turcos de Turquía en el sentido cultural y lingüístico, pero se consideran pueblos distintos porque son chiítas en vez de suníes.

Los yazidis son kurdos que practican una religión pagana.

La división originada en la identidad e ideologías

La idea de un Estado de derecho de convivencia multicultural donde todas las etnias y religiones tienen los mismos derechos, no goza de mucha popularidad en el Medio Oriente salvo entre la élite intelectual de las ciudades.

La mayoría de las ideologías dominantes en los países de Oriente Medio se centran en la cuestión de identidad, a veces por cuestiones religiosas otras veces por cuestiones étnicas. Por ejemplo, el régimen de Mubarak en Egipto, de Asad en Siria y de Saddam Hussein eran religiosamente laicos, pero promovían el nacionalismo árabe. Es decir, adoptaban una postura inclusiva para todas las religiones, pero marginaban a las minorías no-árabes.

Por otro lado, el régimen iraní es un estado confesional de Islam chiíta, inclusivo a todos los distintos grupos étnicos del país pero intolerante a otras religiones. Los kurdos, por ser una minoría étnica en Iraq, Siria y Turquía y una minoría religiosa en Irán (por ser suníes), son discriminados en todos los países.

En la actualidad, los kurdos en del norte de Siria están intentando construir un estado socialista de constitución laica donde hombres y mujeres, ricos y pobres, obreros, campesinos y empresarios tienen los mismos derechos. Pero si pudieran extender esta misma solidaridad a miembros de otras etnias, sobre todo los árabes, todavía es una asignatura pendiente.

El Estado Islámico

Cuando las tropas norteamericanas invadieron Iraq en 2003 y derrocaron el régimen de Saddam Hussein, fundaron un nuevo gobierno dominado por árabes chiítas, el grupo demográfico más numeroso del país. Estos pronto empezaron a perseguir a los suníes, ajustando cuentas por la represión sufrida bajo el régimen de Saddam Hussein (que era suní). Muchos suníes se sublevaron, llevando el país a una guerra civil sectaria, y entre los grupos armados, el más feroz fue el Al Qaeda iraquí, el antecesor del Estado Islámico.

Al principio, muchos árabes suníes vieron a los de Al Qaeda iraquí como héroes que lucharon por su soberanía frente a los chiítas y kurdos, hasta que empezaron a imponer un código religioso demasiado estricto en el territorio donde controlaban, prohibiendo la música, obligando a todas las mujeres a taparse y decapitando en público a todos los que violaron la ley Sharia.

Grupos etno-religiosos en Iraq

Para muchos, Iraq es un país en constante conflicto. Esto es en parte cierto, pero este problema se ha agudizado en los últimos dos años.

Tras la caída del dictador Saddam Hussein en 2003 y la posterior salida de las tropas estadounidenses del territorio iraquí, el gobierno de este país quedó encabezado por el primer ministro Nuri al Maliki, quien ha recibido críticas por sus políticas sectarias a favor de los chiitas, dejando de lado a las comunidades sunitas y kurdas, cohabitantes en Iraq.

Ante el descontento y sumando diferencias históricas, el grupo extremista conocido como el Estado Islámico en Iraq y Siria (ISIS, por sus siglas en inglés) ha puesto en jaque al gobierno iraquí al tomar el control de regiones estratégicas del norte iraquí –Mosul, Anbar, Tal Afar, Banji, entre otras- y apuntar hacia su principal objetivo, la capital Bagdad, y así cumplir su cometido: establecer un Estado islámico, que se extienda desde Iraq hasta Siria.

Esto ha provocado constantes enfrentamientos entre ISIS –rama de al Qaeda formada en su mayoría por sunitas radicales- y el Ejército iraquí, quienes buscan frenar su avance. En medio quedan los kurdos, que también pelean contra ISIS pero para proteger su territorio, el Kurdistán iraquí, ubicado al noreste.

Los ataques han traído miles de muertes, heridos y desplazados, convirtiendo la disputa en una crisis humanitaria, respecto a los desplazados, la ONU reporta que más de un millón de personas han tenido que desplazarse por la crisis.

Las tendencias dentro del conflicto

En el problema iraquí están presentes las diferencias religiosas y también de etnias, cada una defendiendo sus intereses, ya sea políticos o económicos, y se remonta a siglos atrás.

Chiitas

La comunidad islámica con mayor presencia en Iraq –aunque no en el mundo musulmán- es la chiita, pues de 60 a 65% de los 32 millones de iraquíes (unos 19 millones de personas) pertenece a esta vertiente, de acuerdo con la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés).

Los chiitas, quienes también están presentes en países como Irán, Líbano, Pakistán, Afganistán, Bahrein y Arabia Saudita principalmente, fueron brutalmente reprimidos durante el régimen de Saddam Hussein (sunita) -entre 1979 y 2003-, lo que provocó una gran cantidad de muertes y que miles huyeran del territorio en este periodo.

La operación Libertad encabezada por Estados Unidos puso fin a la dictadura de Hussein, lo que otorgó un poco de liberación a los chiitas y que, por el contrario, los sunitas vieron como una amenaza.

Actualmente, son los chiitas quienes están en el poder: tras la ejecución de Hussein en 2003 y la conformación de una nueva Constitución, Nuri al Maliki accedió al poder en 2006. Aunque en su momento se presentó como un “candidato unificador”, ha sido acusado de concentrar el poder con sus aliados chiitas, de marginar a los sunitas, y de utilizar las fuerzas de seguridad contra estos últimos.

Sunitas

Los sunitas conforman la rama musulmana más numerosa en el mundo, sin embargo, en Iraq no son mayoría. Entre el 32 y 37% de los musulmanes en Iraq son sunitas (cerca de 12 millones de personas), según la CIA.

Los sunitas están establecidos principalmente en el oeste y suroeste de Iraq, un país cuya economía depende de la producción de petróleo. No obstante, los campos petroleros más grandes de este país se encuentran en las zonas habitadas por chiitas y kurdos, etnia presente en el este y noreste del país.

Los sunitas estuvieron representados en el gobierno con el régimen de Saddam Hussein, pero ante su caída empezaron a perder todos los privilegios que tenían. Los militantes de ISIS, quienes están tomando ciudades iraquíes y protagonizan el conflicto bélico, son en gran parte sunitas radicales.

Kurdos

En Iraq hay alrededor de cuatro millones de kurdos. Los kurdos no tienen un interés religioso, sino que históricamente buscan su independencia y la conformación de un Estado, el Kurdistán, que abarca regiones de Iraq, Turquía, Irán, Siria y Armenia.

En 2005 se reconoció al Gobierno Regional Kurdo, con capital en Erbil, la tercera ciudad más grande de Iraq. El Kurdistán iraquí es una zona importante por las reservas petroleras presentes en ella, además de que la región ha crecido económicamente de forma rápida, justamente por las reservas de hidrocarburos.

En el conflicto actual, los kurdos defienden Kurdistán y sus fronteras, las cuales han estado en peligro ante los ataques de ISIS en ciudades fronterizas. En algunas de estas urbes, el Ejército iraquí bajó las armas y huyó, por lo que los peshmerga –milicia kurda- ha tomado control de estas zonas, principalmente Kirkuk, uno de los principales centros petrolíferos.

Alauitas

Parte del chiismo. Aunque los alauitas están presentes en su mayoría en Siria, también se establecen en Iraq.

Tienen una visión particular de los fundamentos del islam, por lo que muchos musulmanes los consideran herejes.

La gobernante familia al Asad en Siria pertenece a esta rama. Concentran el poder en el gobierno, fuerzas armadas y servicios de inteligencia de ese país.

Yihadistas

Los yihadistas son los integrantes de las ramas consideradas más violentas y radicales del islamismo, defensores de la yihad, la cual se refiere a la obligación religiosa de los musulmanes.

La principal organización que defiende estos principios es Al Qaeda, que se ha convertido en la aglutinadora del yihadismo y que busca regresar a los orígenes del islam, aunque dentro de esta se han desprendido grupos extremistas, aún más radicales, como ISIS.

¿al Qaeda e ISIS es lo mismo?

En 2011, luego de la “Primavera Árabe”, estalló la rebelión en Siria, y entre los grupos de rebeldes había muchos árabes de confesión suní que luchaban por su soberanía. Aprovechando la oportunidad, los miembros de Al Qaeda iraquí se unieron a ellos, controlando un territorio donde impusieron el código islámico en el sentido más estricto. A partir de ahí, se denominaron por primera vez “El Estado Islámico”, ISIS, ISIL o DAESH.

Desde 2013, el Estado Islámico ha ido expandiendo y retrocediendo en Siria e Irak dependiendo del apoyo popular que recibe de la población árabe de confesión suní en ambos países, que se ve obligada a elegir entre aguantar la represión de una dictadura religiosa más agobiante, o vivir como ciudadanos de segunda bajo gobiernos dominados por gente de otras etnias/religiones.

El Estado Islámico en Iraq y Siria es un grupo derivado de al Qaeda que nació en Iraq en fusión con el Frente al Nusra –grupo que se creó en 2012 en Siria. Su principal objetivo es establecer un califato o Estado islámico sunita en la región.

Está compuesto por militantes sunitas, chechenos, turcos y de otros países que se sintieron atraídos por el conflicto en Siria.

ISIS se fortaleció en cuanto las tropas estadounidenses se retiraron de Iraq en 2011; actualmente tienen alrededor de 8,000 militantes.

Aunque se haya originado en al Qaeda, su extremismo ha llevado a que incluso esta se haya deslindado de las acciones de ISIS. El líder de al Qaeda Ayman al Zawahiri dijo que la organización que lidera no tiene relación con ellos y no es responsable de sus acciones.

Los militantes de ISIS han llevado a cabo masacres sangrientas, han decapitado a rivales capturados, secuestrado a activistas, realizado actos terroristas y, además, todo esto lo han compartido en internet y redes sociales.

El conflicto no afecta solo a los intereses de Iraq, también están inmiscuidos países como, Irán, Arabia Saudita y Estados Unidos.

Irán es el país con la comunidad chiita más grande, por lo que es uno de los principales aliados del gobierno de al Maliki.

Al contrario de Irán, Arabia Saudita tiene una población mayoritariamente sunita. Este país ha acusado a al Maliki de llevar a cabo políticas sectarias y excluyentes en detrimento de la comunidad sunita en Iraq.

El gobierno en respuesta, ha acusado a Arabia Saudita de interferir en el conflicto y de apoyar a los militantes de ISIS.

El Estado Islámico, a pesar de ser condenado por todos los dirigentes nacionales por las atrocidades que comete, cuenta con el apoyo de los servicios de inteligencia de los países del Golfo, sobre todo Arabia Saudita, cuyos dirigentes wahabíes comparten con ellos la misma visión fundamentalista del Islam suní.

El gobierno Asad de Siria, tras tres años de guerra civil, aún se mantiene de pie, gracias al apoyo económico que recibe  de Rusia y China.

Turquía, que lleva años luchando contra el independentismo de la minoría kurda en el éste de su país, ahora se ve obligado a unirse con ellos para luchar contra un enemigo en común, el Estado Islámico, pero en el fondo no le interesa.

Por parte de los Estados Unidos de Norteamérica que invadió Iraq en 2003 para derrocar a Saddam Hussein, permaneció con fuerzas militares durante ocho años, hasta que en 2011 se retiró del país.

Está intentado solicitar la ayuda de Irán en la lucha contra el Estado Islámico, aprovechando la hostilidad histórica entre los dos pueblos, tanto en el sentido étnico (persas vs árabes) como en el sentido religioso (chiítas vs suníes), aunque en el fondo, Irán también es un estado confesional islamista que no hace tantos años fue considerado el enemigo número uno de los Estados Unidos de Norteamérica.

Los países occidentales, a pesar de condenar la violencia y terrorismo del Estado Islámico, compran petróleo de Arabia Saudita, el principal patrocinador de todos los fundamentalismos suníes tanto en el Oriente Medio como en todo el mundo.

Pero el mayor incógnita es que  todavía nadie puede contestar la pregunta de quién está comprando el petróleo procedente de los pozos dentro del territorio del Estado Islámico.

El presente en Medio Oriente

A la descripción anterior se debe agregar que actualmente el Medio Oriente produce alrededor de un tercio del petróleo mundial y la décima parte del gas natural. Los recursos energéticos están fuertemente concentrados en tres países vecinos que históricamente no han tenido buenas relaciones entre sí: Irán, Irak y Arabia Saudita.

La guerra en estos países ha sacado a relucir las diferencias entre kurdos, sunitas, chiitas y alawitas, que según los analistas, hasta podrían configurar un nuevo mapa que echa por tierra las divisiones geográficas tras la Primera Guerra Mundial.

Los conflictos en Siria e Irak han elevado las divisiones étnicas y religiosas que existen en la región, por lo que a juicio de muchos analistas la posibilidad de un cambio de mapa es altamente probable.

La situación de los kurdos  preocupa a Washington, debido a que, por un lado, sabe que debe armarlos para combatir al Estado Islámico, pero teme que al hacerlo alimente las aspiraciones políticas e independentistas de este grupo en la región. Estados Unidos necesita ayudar a las fuerzas kurdas tanto en Irak como en Siria, por lo que ha entregado respaldo militar al gobierno regional en Irak y ha coordinado los ataques aéreos con la fuerza kurda dominante en Siria, las Unidades de Protección del Pueblo (YPG)

Otra de las entidades que distinguen los analistas son los sunitas, que en Irak corresponden al  20% de la población. Y en Siria, antes de que comenzara la guerra civil representaban entre el 70% y el 74% de la población. Actualmente muchos kurdos viven en zonas bajo el control del Estado Islámico.

A su vez, los chiitas son una mayoría en Irak y una minoría en Siria; la zona bajo el control de los alawitas (rama de los chiitas que corresponden al 10% de la población) del Presidente Basher Assad, ahora defendida por rusos e iraníes, que se convertirá probablemente en la pequeña Siria. El régimen de Assad ha abandonado definitivamente al resto de Siria.  

La tensión entre las naciones de la región es algo que Estados Unidos, como un gran importador de recursos energéticos, ha intentado manejar teniendo siempre en cuenta sus intereses. Así, por ejemplo, se puso en contra de Irán durante la guerra entre Irán e Irak en la década de 1980; en contra de Irak cuando este invadió Kuwait y atacó a Israel y Arabia Saudita en la década de 1990 (Guerra del Golfo); de nuevo en contra de Irak cuando Washington decidió invadirlo en 2003 y en la actualidad apoya a Arabia Saudita y critica cada acción de Irán.

En el presente, a la división religiosa también tiene una vertiente política, que constituye una lucha por la influencia regional entre los poderes políticos chiítas, liderados por Irán, y los poderes políticos sunitas, liberados por Arabia Saudita.

La guerra civil en Siria y el avance del Estado Islámico han sido una catástrofe no solo para Siria, sino también para los países vecinos. Como resultado del conflicto, millones de personas se han desplazado tanto dentro como fuera del país y su número sigue creciendo. El impacto del movimiento de refugiados se siente sobre todo en Jordania y Líbano, que ya cuentan con un importante número de refugiados palestinos.

A pesar de los ataques aéreos estadounidenses, la zona controlada por el EI no se ha reducido de forma significativa, cuando el grupo terrorista se apoderó de grandes partes de Siria e Irak. Hoy en día, el tamaño de su territorio sigue siendo mayor que el de muchos países.

A diferencia de Irak, desde el inicio de los ataques aéreos por parte de EE.UU., el EI ha incrementado el territorio bajo su control en Siria. No obstante, según expertos, la expansión del grupo terrorista no se debe únicamente a la eficacia de su conquista militar, sino también al hecho de que varias fuerzas rivales que luchaban contra el EI finalmente han sido convencidas para unirse al mismo.

El impacto de la lucha sectaria que siguió a la guerra de Irak y la guerra en Siria han tenido como consecuencia una creciente importancia en la identificación religiosa. Una de las hipótesis sobre el desarrollo de este conflicto prevé cómo las tensiones existentes podrían dividir Irak y Siria en cuatro nuevos Estados, el chiíta, el sunita, el kurdo y el alauita.  

Conclusión

A lo largo de los últimos años, Oriente Medio se ha visto sumergido en numerosos conflictos que no solo han afectado la vida de millones de personas, sino que han tenido consecuencias a nivel internacional.

Los grupos étnicos se han convertido en un tema recurrente en los análisis políticos y de relaciones internacionales después del fin de la Guerra Fría y de la desagregación de la ex-URSS al intentar caracterizar los conflictos que tienen lugar en el sistema internacional y con relación a la correspondencia entre los Estados existentes y las sociedades que ellos contienen. El punto de partida lo constituyen fundamentalmente los conflictos intra y transestatales que han tenido y tienen lugar en varios continentes tal como lo sostiene el especialista (Calduch Cervera, R. 2003).

¿Por qué vuelve a plantearse hoy, a los grupos etno-nacionales? Debido a que todos los grupos sociales que comparten uno o varios factores, sean éstos lingüísticos, religiosos o raciales, y establecen a partir de él o ellos un factor de identidad que los diferencia de los otros grupos y que se movilizan para expresarse políticamente con relación a ellos y al Estado o Estados que los contienen. En particular se utiliza este concepto cuando esa identidad sirve de base para reivindicar el derecho a la autodeterminación, sea como una expresión autonómica al interior del Estado o con la pretensión de formar su propio Estado. En el Medio Oriente tienen como centro de reflexión la problemática inter-estatal, en la cual se sitúan el conflicto árabe-palestino-israelí, la correlación de fuerzas entre los Estados de la región: Irak-Irán, Turquía-Irán, Arabia Saudita-Irán, el papel de Egipto, las relaciones sirio libanesas etc., en la configuración política regional, en ella se hallan inscritos en mayor o menor medida aspectos etno-nacionales, aspectos que algunos casos cuestionan la existencia de los Estados dentro de las fronteras internacionalmente reconocidas y/o son parte de los factores que éstos movilizan en sus relaciones de poder mutuas.

Las reivindicaciones étnicas o comunitarias pueden convertirse en un factor desestabilizador e inducir conflictos y reordenamientos mayores o ser utilizados por los actores estatales como cartas para modificar la correlación de fuerzas en la región. La composición étnica de los mismos, aunada a la correlación de fuerzas en el entorno regional y mundial, puede conducir a una modificación del mapa político del Medio Oriente. En el corto plazo, los Estados Unidos de Norteamérica pueden, sobre la imposibilidad que existe actualmente que un Estado pueda confrontarlo con éxito en el plano militar (a nivel regional o mundial), marginar a sus potenciales enemigos. Pero en el mediano y el largo plazo y frente a la incertidumbre de la ocupación militar del territorio iraquí, los líderes regionales utilizarán las fisuras del dominio norteamericano para hacer valer sus intereses y aquí la carta etno-nacional volverá a ser como en el pasado un punto de apoyo y de movilización política.

En el presente, transitando el siglo XXI, en el Medio Oriente, la gran mayoría de los conflictos se libran entre facciones definidas por grupo étnico, religión, estado e ideología política.-

Bibliografía

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Editores. México.









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