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Septiembre 2016

El Plebiscito Geo estratégico en Colombia


Por Alberto Pinzón Sánchez

Un intenso debate, casi una batalla política, acerca de la respuesta que se debe dar este 2 de octubre en el plebiscito refrendatorio de los acuerdos de la Habana, se está dando en Colombia enmarcado dentro de la tradicional e histórica matriz mediática de Polarización y Sectarización entre Liberales y Conservadores, y que ahora ha sido desplazado hacia a los partidarios del Sí y los Partidarios del No.

Pero desconociendo intencionalmente Tres hechos socio-políticos básicos y determinantes: Uno que el gran acuerdo alcanzado en la Habana en este agosto, ha sido un acuerdo político nacional y diplomático Internacional, constituido por 27 sub- acuerdos, sobre 6 temas gruesos de una agenda pactada hace 5 años.

Dos, que ha sido un acuerdo entre el Estado Colombiano (cuya cabeza es el presidente de la república) y una fuerza político-militar insurgente y guerrillera llamada a sí misma FARC-EP, es decir Bilateral.  NO como desvirtúa desde el Estado el procurador Ordoñez: entre Santos y Timoshenko

Y tres, que son más de dos los bandos, cada uno con su propia concepción. los que están en esta batalla política:

A-Los partidarios del No en el Plebiscito, aglutinados bajo las negras banderas oficiales del Procurador Ordoñez y el poder factico regional y nacional de Uribe Vélez (ahora reforzados con los Caballos de Troya de Vargas Lleras y Néstor Humberto Martínez introducidos en su gobierno por el mismo Presidente Santos) y quienes cuentan con el apoyo de un amplio sector del Partido Republicano de Trump en los EEUU.

B-El bando por el Si tiene varios grupos oficiales, que van desde los varios partidos políticos tradicionales de la “gobernanza Santista” con sus ramificaciones clientelares Regionales y Locales, coordinados por Cesar Gaviria, con intereses muy concretos en el futuro de las grandes inversiones trasnacionales anunciadas para el Post Conflicto (dispensadas por su hijo Simón y su ministro Pardo Rueda) y se muestran partidarios de la posible presidencia demócrata de Hilary Clinton en los EEUU.

C- Sin embargo, también ha surgido finalmente y después de muchos sacrificios, un Bloque Popular y Social alternativo, constituido como un sujeto político social múltiple y diverso, partidario de que el acuerdo alcanzado en la Habana Si sea refrendado el 2 de octubre próximo y  que intencionalmente ha sido invisibilizado por la matriz mediática oficial Polarizadora y Sectaria Santos- Uribe; la  que en su ruindad pretende convertir ese proceso refrendatorio en la antesala de la campaña presidencial del 2018 y además, busca superar la división interna existente entre las dos fracciones de la clase dominante, con la mediación de Vargas Lleras y Néstor Humberto Martínez.

Bloque Popular- Social alternativo que basa toda su argumentación en la concepción, hasta ahora imbatible, de la Solución Política al conflicto interno colombiano y en la terminación de la guerra contrainsurgente y geoestratégica de 70 años, y que también apoya el SI en el plebiscito refrendatorio, pero con argumentos diferentes a los oficiales del Santismo.

Así que en la realidad son tres (3) las cosmovisiones y las argumentaciones que se están debatiendo políticamente en este plebiscito y, en consecuencia, debemos separar la argumentación oficialista (ojo) tanto de Santos como la de Uribe-Ordoñez, quienes como argumento de fondo usan la guerra; de la argumentación política del Bloque Popular y Social que se basa en la Solución Política de tal guerra.

Por un lado, el Presidente Santos pite y repite que si gana el No volverá una guerra, casi apocalíptica, en las ciudades colombianas en donde antes no se había sufrido los “efectos colaterales” de tal guerra contrainsurgente y geoestratégica cuyo final se acaba de pactar (no negociar, insisto) en la Habana.

 Por otro lado, el Mini führer Uribe Vélez y su voz dentro del Estado Ordoñez, dice exactamente lo mismo, pero con el argumento más sofisticado de que “la Impunidad” pactada en los acuerdos de la Habana recrudecerán la guerra y por lo tanto hay que decir No a esa impunidad pactada.

No es el momento de entrar a debatir cada una de estas afirmaciones superficiales y engañosas; pues lo importante en este momento es aclarar el argumento geo-estratégico Imperial que subyace en cada una de estas campañas oficiales Polarizadoras, cuyo objetivo final es reforzar el control de las Trasnacionales y la Hegemonía estadounidense en la Región Latinoamericana.

En donde se viene dando una contraofensiva que después de las recomposiciones recientes en Argentina y Brasil, pretende recuperar el terreno perdido en Bolivia, Ecuador, y muy especialmente en Venezuela, objeto en este momento de una ofensiva desestabilizadora de grandes proporciones y de donde Colombia no se puede sustraer por más que lo desee.  

La cuestión es la siguiente: ¿Cómo influirá el acuerdo de la Habana en la situación venezolana y a su vez, la situación venezolana en el momento plebiscitario actual colombiano?

 Uribe- Ordoñez y sus caballos de Troya en el Santismo (Vargas Lleras y Néstor Humberto Martínez) creen firmemente en el destino asignado por los EEUU a Colombia de ser el Israel de America Latina y que continuando la guerra contrainsurgente en Colombia se podrá acabar, manu militari, más rápido con el Castro Chavismo tanto venezolano como colombiano (esto incluye tanto a las Farc como al ELN) y se estará  en mejor situación para recuperar al Ecuador y revertir definitivamente los cambios comunales en Bolivia.  

Mientras que Santos, quien también cree en este destino manifiesto asignado por los EEUU a Colombia (¿qué hace su ex ministro de guerra Pinzón en Washington?) a través de sus asesores israelíes de alto nivel tiene serias dudas, pues está informado de los elevadísimos “costos” de todo tipo que traería la continuidad de la guerra contrainsurgente en Colombia y las proyecciones para convertir el ejército colombiano en un apéndice de la OTAN ( lo que está organizando Pinzón en Washington) y por eso habla de que si se pierde el plebiscito vendría una “catástrofe”.

¿Cuál catástrofe? Sencillo: La total deslegitimación del Estado colombiano a nivel internacional que él dirige; la profundización irreversible de la crisis pestilente de todo tipo estructural y superstructural que corroe a la sociedad colombiana; el surgimiento del Bloque Popular y Social al cual hemos hecho mención, que desatadas sus potencialidades movilizadoras por el acuerdo alcanzado en la Habana, y si se moviliza consiente y masivamente puede hacer cumplir por la comunidad Internacional el pacto de la Habana y evitar que la oligarquía cipaya y lacaya siga llevando a Colombia hacia su único destino: el de la guerra.  

Esta es la opción sin alternativas que rabiosamente el oligopolio mediatico contrainsurgente trata de tapar con una Polarización y Sectarización Santos-Uribe, echando mano a todo tipo de argumentaciones descontextualizados que van desde Sun Tzu hasta Clausewitz, pasando claro está por la versión jesuítica de Maquiavelo, y, frente a lo cual decimos categóricamente que,  la guerra en Colombia ya no es la prolongación de la política porque los acuerdos de la Habana la han convertido en eso, en su contrario dialectico: en Política en acto.

De continuarse la guerra contrainsurgente en Colombia, ya no será por problemas internos, que ante los ojos de los colombianos y ante el Mundo ha quedado claro SI se pueden solucionar dialogando y pactando políticamente; sino que será una guerra externa geo-estratégica e imperialista “Impuesta desde afuera” para dominar, depredar y hegemonizar de la Región latinoamericana.

Esto ni más ni menos es lo que se irá a definir el 2 de octubre próximo. La presidencia de Vargas Lleras (y Néstor Humberto) se verá un poco más adelante  



http://anncol.eu/opinion/item/5144-alberto-pinzon-sanchez







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