La muerte del viceministro Illanes
PUKARA
Qollasuyu Bolivia Año 10 Número 121. Editorial
Es difícil apostar que la actual administración podrá restablecer pleno control
y menos retornar a los momentos gloriosos de sus primeros años de gobierno
A Bolivia vive momentos angustiosos. Los incidentes originados a partir de la movilización de los mineros cooperativistas concluyeron con un doloroso saldo humano. Murieron tres mineros y un funcionario del gobierno. Todos esos decesos indican una grave falla en el funcionamiento de los mecanismos de Estado.
De los mineros muertos, dos fueron por heridas de bala. Sin embargo, el gobierno había asegurado que no recurriría al uso de armas de fuego, que los policías movilizados solo utilizarían gases lacrimógenos. Sin embargo, o bien el gobierno miente o existen fuerzas paramilitares que actúan, no sabemos si con el conocimiento y beneplácito oficial o no. En realidad, una reciente publicación periodística asegura que la policía perdió más de 43 rifles y 5 escopetas que les fueron arrebatados por los cooperativistas en los últimos enfrentamientos.
La muerte del viceministro de Coordinación y Gestión Gubernamental, Rodolfo Illanes, fue la que más conmocionó a la opinión pública, pues visiblemente murió por la tortura y los golpes que le propinaron los cooperativistas mineros. Una muerte impactante pero que motivó muchas preguntas que no dejan de cuestionar la pertinencia y capacidad del actual gobierno.
En efecto, las condiciones de su muerte y la naturaleza de su misión no están del todo claras. ¿Por qué el gobierno no lo rescató, cuando aparentemente monitoreaba todo el operativo a través de un dron y, además, tenía infiltrados en el seno de ese grupo de cooperativistas? La familia del difunto indica que él fue obligado hacer ese viaje, el gobierno indica que se presentó voluntario. ¿Cuál fue la verdadera misión del viaje del viceminsitro?
En todo caso, el sacrificio de Illanes dio al gobierno un respiro en ese conflicto. Los cooperativistas anunciaban que así como habían sacado a anteriores gobiernos, podían fácilmente derrocar a este. La calma paz que se vive ahora puede ser rota si el gobierno adopta medidas inadecuadas, pero es difícil apostar que la actual administración podrá restablecer pleno control y menos retornar a los momentos gloriosos de sus primeros años de gobierno. Y es que el gobierno parece dislocado por los escándalos que quiebran sus mitos fundadores. Al desfalco en el Fondo Indígena, que desplomó el mito de la «reserva moral de la humanidad», sucede ahora la catástrofe de que uno de los movimientos sociales, aliado de primera hora del MAS y que cuenta con diputados y funcionarios en el actual gobierno, se revela nada adscrito a los mitos que atiborraban analistas a ese tipo de movimientos y demuestra que más bien ha buscado defenestrar al primer presidente indígena de Bolivia.
PUKARA Cultura sociedad y política de los pueblos originarios.
Periódico Mensual Septiembre 2016 Qollasuyu Bolivia Año 10 Número 121. Editorial
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