LA GUERRA ECONÓMICA CONTEMPORÁNEA: UNA GUERRA GEOESTRATÉGICO- MILITAR
EL FRACASO DE LA GUERRA ECONÓMICA EUA-OTAN CONTRA RUSIA Y EL CAMBIO HISTÓRICO EN ORIENTE MEDIO Y LEVANTE
Por Jorge Retana Yarto
Introducción
La economía, como espacio material para la dominación política transnacional se remonta a por lo menos el último tercio del siglo XIX, al tiempo del surgimiento de lo que algunos autores llaman “el imperialismo clásico”, mismo que estudiaron los autores también clásicos de esta materia (Hobson, Hilferding, Bujarin, Lenin), con importantes diferencias analíticas y teóricas entre ellos, pero que ofrecieron testimonio y análisis del fenómeno, características fundamentales e implicaciones para la economía y la política internacional. Hoy estamos ante una fase sustantivamente diferenciada, no podemos hablar de un tipo sistémico de imperialismo clásico que desata guerras de conquista aquí y más allá (aunque las ha habido recientemente, no como proceso sistemático), en donde lo fundamental sea la conquista del territorio, del dominio de sectores clave de la economía, sino, de un tipo de hegemonismo económico y político-militar de carácter estratégico, en donde la penetración en las naciones y regiones tiene como objetivo fundamental apuntalar, global-regionalmente, el sistema capitalista mundializado, como sus empresas globales más poderosas en sectores estratégicos (energéticos, informáticos, etc.), controlando regiones completas de materias primas estratégicas, o conformando plataformas territoriales de ofensiva económica contra enemigos-rivales poderosos (o sólo “interferentes tácticos”, según el caso), tomando posiciones geoestratégicas-militares e iniciando, desde allí, una guerra económica de debilitamiento progresivo, de acorralamiento, de bloqueo con medios muy diversos (ejércitos mercenarios, grupos militares de élite, sublevaciones internas inducidas mediante maniobras y asesinatos de los aparatos de inteligencia, para disminuir las capacidades nacionales de defensa, combate y resistencia, por parte de los contendientes estratégicos o de potencias con ambiciones hegemónicas).
La importancia de un conocimiento que se obtenga, sistematice, ordene a manera de un programa de inteligencia táctica y estratégica relativa al sistema económico y a la coyuntura económica de un adversario, es hoy fundamental para los servicios de inteligencia de un Estado, desde donde se transmitirán los planes y directrices tácticas, mediante las cuales, toma forma la guerra económica (evidentemente, no hablamos de la competencia económica abierta en los mercados), dirigidas para su cumplimiento por los grupos de tarea, de élite, de despliegue rápido, etc. (sabotajes, asesinatos de ministros, proyectos estratégicos de los Estados, irrupción de una confrontación militar interna con causalidades políticas inducidas, que están presentes en la trama socio-política del país, del Estado, prolongada o suficientemente intensa, según sea el caso), conformando con ello un componente de alta influencia que altera las relaciones geoeconómicas y geoestratégicas entre potencias o entre países emergentes y países-potencias globales o regionales, dado que este tipo de guerra enfatiza los riesgos y amenazas surgidos por las tendencias económicas y financieras o tecnológicas mundiales, que se potencializan adversamente dentro de un Estado Nacional, para causar el mayor desequilibrio posible en la estructura socio-económica y política de un rival, vecino, regional o estratégico, del que se desea obtener mucho.
Todo esto constituye hoy, una disciplina de muy alta especialización, de observancia y diseño como prioridad de Estado; un nuevo campo de estudio (no derivado, sino autónomo) en las últimas décadas, que puede favorecer, desde la otra parte nacional-estatal involucrada (país objeto de la guerra económica), una línea estratégica de defensa de planes, objetivos económicos permanentes en tiempos de escasez o abundancia. Aquí, la inteligencia económica de alta especialización tecnológica, en la recopilación, sistematización, procesamiento y puesta en operación de planes y programas de ofensiva, derivan en una abierta guerra económica, la cual, en su caso, adquiere una relevancia estratégica para los futuros equilibrios mundiales de poder, al interior de un sistema u orden regional-global.
Algunos Casos en la Memoria Histórica
Recordemos, por ejemplo, cuando los estudiosos y analistas especializados de las relaciones internacionales en la contienda este-oeste de finales de los años 70 y los 80, enfatizaban, cómo, en las condiciones de una economía atrasada con graves problemas de acumulación y expansión, así como de generación y abasto de alimentos y disposición de divisas internacionales, que fue el caso de la URSS, se echaron a andar tres poderosas armas económicas contra el rival estratégico, la URSS, en una abierta intriga-provocación político-militar.
Empezando por esta última, se forzó la intervención y ocupación militar de Afganistán, por el ejército rojo, ante las maniobras del gobierno estadounidense (mediante el brazo de la CIA y el MI6 inglés) interviniendo abiertamente en el proceso político militar afgano (1979), ante la llegada al poder de una fracción militar proclive a Moscú, para su derrocamiento. Retomemos la trama:
“Como puso de relieve hace once años Zbigniew Brzezinski , consejero de seguridad nacional del presidente Jimmy Carter, en el curso de una entrevista concedida al semanario francés Le Nouvel Observateur, la CIA había penetrado en Afganistán con el fin de desestabilizar al gobierno de Kabul, ya en julio de 1979, cinco meses antes de la intervención soviética. La primera directiva con la que Carter autorizaba la acción encubierta para ayudar secretamente a los opositores del gobierno filosoviético se remonta, de hecho, al 3 de julio. Ese mismo día el estratega estadounidense de origen polaco escribió una nota al presidente Carter en la que explicaba que su directiva llevaría a Moscú a intervenir militarmente. Lo que puntualmente se verificó a finales de diciembre del mismo año”, lo cual permitió “dar a la Unión Soviética su propia guerra de Vietnam. El conflicto, insostenible para Moscú, conduciría (…) al colapso del imperio soviético. El largo compromiso militar soviético a favor del gobierno comunista de Kabul, de hecho, contribuyó ulteriormente a debilitar a la URSS, ya en avanzado estado de crisis interna, tanto en la vertiente político-burocrática como en la socio-económica.” (Graziani, Tiberio, “La Trampa de Afganistán, 1979-2009”, http://www.voltairenet.org/article163239.html).
Los tres procesos ulteriores de abierta guerra económica, fueron:La caída drástica de los precios del petróleo (toda semejanza con la actualidad es mera coincidencia); usando como puntal a Arabia Saudita, Kuwait y otros, mediante la táctica de “inundar el mercado petrolero” e impulsar las compras a futuros (ventas de papel). Los precios internacionales se derrumbaron desde $40 USD a $ 10 USD (perdían más 1,000 millones de USD diarios), manteniéndose en tal nivel, prácticamente toda la década de los años 80 (tras una etapa de estancamiento económico en la década anterior), con lo cual, colapsaron la capacidad adquisitiva para la compra de alimentos (sobre todo, trigo), demandados por la población soviética y vital para la estabilidad social de una población tan grande (ver, James Norman Hull, entrevista con Daniel Estulín, https://www.youtube.com/watch?v=h7e3gXgYwoA). Adicionalmente, le privaba de divisas para mantener el financiamiento de su guerra en Afganistán, en tanto la OTAN, reforzaba sus ayudas a los grupos de “guerreros santos” (muyahidines) que combatían la intervención soviética. El gran pilar de la producción era el campo petrolero Samotlor (descubierto en 1965, ubicado en la zona de los Urales, que producía 2.5 millones de barriles diarios y, que hacia 1997, producía sólo 300,000 barriles al día), el cual, ante la escasez de recursos, colapsó también productivamente, cancelando así, una posible re-emergencia petrolera. Hoy lo opera una filial de British Petroleum, TNK (Alexander's Gas & Oil Connections - TNK to revive Samotlor oil field, mayo 28, 2001). Incluso, para otros autores, los ingentes recursos petroleros y la renta que de ellos derivó, bloquearon los cambios socio-económicos y políticos indispensables en la URSS, en su sistema, algunos de los cuales, tardíamente, intentó Gorbachov con la Perestroika.
La IDE (Iniciativa de Defensa Estratégica, llamada popularmente Star War), aceleró considerablemente el proceso de desintegración del modelo de socialismo realmente existente en dicho país, al lanzar un reto de una magnitud militar-tecnológico-financiero inalcanzable en términos de respuesta estratégica simétrica, desde la propia URSS, bajo las condiciones sistémicas descritas; quien (la URSS), no obstante, hizo esfuerzos dramáticos de orden financiero-militar para ofrecer una respuesta al desafío (su gasto militar presupuestado fue para esos últimos años, de más del 20% del PIB, un PIB estancado) y, acelerando y dilatando con ello las vulnerabilidades estructurales (que existían y muy severas) de su modelo (http://www.historiasiglo20.org/FGF/gorbachov.htm). Sin embargo, hay estrategas muy cercanos a Reagan, que sostienen que el anuncio de los preparativos de la IDE (SDI, 23 de marzo, 1983) “fue la mayor operación de engaño de la historia», como afirmó Robert McFarlane, consejero de Seguridad Nacional 1983-1985. ¿Por qué? “Requería una red de más de dos mil doscientos satélites militares equipados con unas armas que aún no habían sido inventadas y cuyo coste estimado, sobrepasaría el billón y medio de dólares (…), el equivalente a casi la mitad de todo el PIB estadounidense de aquel año. Así, que no es de extrañar que fuera considerado de inmediato una pura fantasía de ciencia-ficción”, basada en el autor Frances Fitzgerald, en su libro “Way Out There In The Blue (Una Salida allá en lo azul). Finalmente la primitiva concepción de Reagan, del mundo y la sociedad, estaba basada en las películas de Hollywood. Pero, la gerontocracia soviética al parecer (líderes de casi 90 años), “mordió el anzuelo”. (http://www.jotdown.es/2013/09/la-guerra-de-las-galaxias-de-ronald-reagan/).
EL robo masivo de rublos, con la participación de los grandes bancos occidentales, para entregarlos a la mafia italiana calabresa y, cambiados por dólares americanos en su poder, en una relación de 100/1, para que ella, pudiera comprar masivamente activos dentro de la URSS. Como así, la circulación oculta (mercado negro) del dólar americano, deliberadamente, como moneda de referencia al interior de la economía soviética, fueron factores que desquiciaron progresivamente a los mercados, ya dañados por la escasez de productos y, por una inflación galopante, que hacía casi imposible disponer de aquéllos. Todo lo anterior, hundió al rublo, cuya debacle era la expresión de la pérdida de control de las variables económicas fundamentales, que se movían sin rumbo ni racionalidad alguna. Había una guerra declarada contra el posible éxito de la Perestroika, pero, igualmente, el “Plan de 500 días” (impulsado por el FMI) para sentar las bases de la transición, desde una economía centralizada, hacia una de libre mercado, fue un gravísimo error (aceptado así por el propio Gorbachov), que detonó problemas mayores que se volvieron incontrolables. (Documental, “Los Últimos Días de la URSS”. (https://www.youtube.com/watch?v=_JtVPuHCmfM)
Daniel Estulin, explica las intenciones estratégico-militares de las potencias occidentales, en su guerra de devastación económica contra la URSS: “iban a arrebatarle todos sus activos. La estrategia pretendía que el país cayera en la anarquía, hasta el punto de que Rusia no pudiera combatir las operaciones militares de Estados Unidos, que se asegurarían el control de las reservas de petróleo y gas de Asia Central”. (El Imperio Invisible, Editorial Planeta, p. 40, 2011). Dicha operación la reconoció como tal Zbigniew Brzezinski, en su libro, “El Gran Tablero Mundial: la supremacía estadounidense y sus imperativos geoestratégicos”, de 1997.
De allí que, las inflexibilidades de Reagan y del primer ministro británico, John Mayor, para pactar un acuerdo de reducción considerable o total, del armamento nuclear (el logrado, en diciembre de 1987, fue centrado en los misiles de mediano alcance, que afectaban sobre todo, a Europa). Así, como principalmente la declinación de la prometida gran ayuda financiera de Occidente-Japón al proceso de reestructuración económica y política, encabezado por M. Gorbachov, (se habló entonces, de posibles créditos, hasta por $20,000 millones de USD, desde el G-7), que tendrían el objetivo global de consolidar la restructuración económica y la liberalización política, que eran de vida o muerte para la economía soviética y para el destino de Gorbachov. Fue el golpe maestro que volvió irreversible el proceso catastrófico. El final es conocido.
Si seguimos reflexionando, con memoria histórica, tenemos que mencionar la Segunda Guerra de Irak, previos, a los 8 años de debilitamiento económico del régimen de Sadam Hussein, como del ejército iraquí (especialmente, la Guardia Republicana). La embestida militar occidental-aliada, por ello, fue relativamente sencilla, sin la resistencia necesaria (además del bombardeo salvaje de los primeros dos días, basados en la “doctrina estratégica Powell”: abrumador ataque aéreo, avasalladora superioridad tecnológica-militar y victoria rápida sobre el adversario, previamente debilitado por la estrechez económica, destruyendo así su ejército y resistencia, en unos cuantos días. En lo fundamental, salvo los primeros enfrentamientos habidos, en que las fuerzas militares irakis presentaron diversos frentes de combate terrestre, batallas de posiciones, mediante los grupos de élite del régimen concentrados en la Guardia Republicana, sumamente disminuida por las “sanciones económicas” prolongadas.
Una guerra económica de larga duración, preparó el golpe final: la guerra militar fue espectacular y fulminante y de un solo lado, con muy bajo nivel de resistencia. Esta última, vino realmente después, para hacer imposible o muy complicada la permanencia de las tropas de ocupación. Y, con el rediseño socio-político-tribal del invasor hacia la población sometida, su cómoda ocupación, su victoria total. La retirada militar estadounidense no dejó tras de sí, el escenario ideado por EUA-OTAN-aliados secundarios, en Irak. Hoy, el gobierno de filiación chiita, milita en la alianza oriental encabezada por Rusia-China-Irán, que todo indica, gana adeptos subregionales, ante el debilitamiento pronunciado de la alianza occidental-israelí-saudí.
Sin embargo, la guerra económica en contra de Irán (embargo petrolero y sanciones económicas, en la terminología convencional) no fue lo mismo que con Irak. ¿Qué cambió? Podría haber distintas interpretaciones, pero, desde nuestra perspectiva, consideramos seís cuestiones fundamentales que arrojaron un resultado distinto y que tiraron por tierra las previsiones estratégicas EUA-OAN y aliados regionales:A pesar de que el régimen iraní también se debilitó económicamente en forma considerable por las “sanciones impuestas”, igualmente prolongadas, el tema de la energía nuclear en el que Irán avanzó, que preocupó a EUA-OTAN-aliados regionales, especialmente, a Israel y Arabia Saudita (por sus consecuencias para el equilibrio militar regional actual, porque no sabían hasta dónde podía llegar ese avance), fue un factor de implicaciones estratégicas, es decir, que impactó considerablemente, el desenlace del conflicto;
El rearme iraní logrado durante todo ese tiempo, especialmente en el diseño y puesta en práctica de misiles de largo alcance, producción de radares de alta precisión y de drones con capacidad ofensiva (dentro de lo que se llamó “fuerzas armadas iraníes para la disuasión”, contando, además, con una fuerte y extensa cooperación militar de Rusia), lo cual se percibió como amenazas a objetivos occidentales y de sus aliados regionales, que consideraban necesario detener de alguna manera, no obstante el conocimiento sobre la guerra económica desatada en su contra, fue otro factor de gravitación diferenciadora;
Explotó y piensa seguir haciéndolo, su extraordinaria ubicación geopolítica, geográfica, para impulsar al máximo una gran corriente de ingresos en divisas, dada su posición como troncal en las comunicaciones comerciales subregionales, fronteras terrestres al norte y hacia el Mar Caspio, Asia Central, al Cáucaso y a la Federación de Rusia, además, de sus salidas al Mar Negro y al Golfo Pérsico. De igual manera, los vuelos internacionales, desde el inicio del nuevo gobierno (2014), se han triplicado, e igualmente el volumen de mercancías por vías férreas que cruzan por Irán hacia otros países, se ha duplicado. Así, Irán hizo frente a la guerra económica de occidente, también, fomentando su postura de cruce de caminos comerciales, por tierra, mar y aire, muy importante estrategia, porque se trató de abundantes pagos en divisas internacionales, que generaron también, empleos. Hoy, con acuerdo nuclear en mano, Europa desea convertir a Irán en el mayor socio comercial en la zona, sustituyendo a Turquía, tradicional país cruce entre el mundo oriental y el occidental. (Bizaer, Maysam: “Can Iran around Turkey to reach Europe? https://mail.aol.com/webmail-std/en-us/suite).
La coyuntura por la que atravesó el entorno estratégico fue, de igual manera, distinta sustantivamente: en éste último caso, el escenario regional en Oriente Medio y Levante, se caracterizó por el debilitamiento de la alianza occidental formada para acorralar a Irán, comparativamente con el momento de la 2ª Guerra en Irak (sobre todo, del rol de EUA, de los cambios en su política exterior, ante su fracaso de obtener una victoria en la guerra desatada contra Bashar el Assad-Siria, que influiría poderosamente en un mayor debilitamiento iraní, quién comprometió apoyos importantes en dicho país), más el ascenso de la política regional rusa y china;
La presencia de Rusia re-potencializada en la región, sus avances militares considerables (en armamento convencional y no convencional, nuclear y nuevo, tecnológicamente), su alianza con Irán y China (en menor medida, esta última para el caso de Oriente Medio), así como el hecho de no haber doblegado y derrotado por parte de la alianza occidental, al régimen sirio, bastión previo, a la embestida militar en contra de Irán, fueron determinantes en el cambio de escenario estratégico. El mes de setiembre de 2015, será recordado como fecha del cambio estratégico.
Y, la presencia de un aliado circunstancial sumamente “incómodo” (por sus métodos de lucha, repulsivos para Occidente) y “poco confiable”, como ISIS en la región, con objetivos propios, ejército propio, fuentes de reproducción económica propias (petroleras, aunque conquistadas militarmente, y por ello, sujetas a cambios del balance de fuerzas militares); introdujeron para la alianza occidental, un factor más de gravitación, que No permitía enfilar todas las fuerzas hacia Irán, sin antes resolver su paso por Siria y el tema del Daesh o Estado Islámico. Todo ello, entrampó, complicó la guerra económica contra Irán y, la resolución del conflicto favorablemente para los objetivos del rediseño regional de los equilibrios de fuerza, desde las proyecciones de la alianza occidental. La victoria sobre Irán se atascó en Siria y hoy, Irán vuelve por su lugar como potencia regional re-fortalecida.
El resultado de este intrincado proceso, lo definió la capacidad diplomática del nuevo gobierno en Irán (2013) de Hasán Ruhaní (aprovechando todos los factores favorables para este propósito, con Rusia como aliado fundamental); y de pactar con EUA-OTAN un acuerdo nuclear, que aisló y derrotó las pretensiones israelí-sauditas (y de otros países regionales de menor peso); o de encuadrar tal conflictiva política (el desarrollo de la energía nuclear iraní) en un contexto de solución militar, para arrasar a Irán del escenario. Incluso, con las múltiples acciones unilaterales que Israel llevó al cabo contra las instalaciones nucleares de Irán. (https://www.youtube.com/watch?v=JfFDO30z_Y4).
A lo cual, debemos agregar la gran habilidad diplomática de la política exterior de Rusia, cuando el gobierno de Obama pretendió “un ataque fulminante” contra el gobierno sirio, acusándolo falsamente de usar armas bioquímicas contra su población, viejo pretexto trillado, acción que la propia opinión pública estadounidense rechazó tajante. El tema del arsenal bioquímico de Siria se encauzó mediante una negociación multilateral, para que tales armas quedaran bajo control internacional.
Considerando ambos aspectos del uso de la diplomacia para atar las manos a los halcones de EUA-OTAN-Israel, más los cambios de correlación de fuerzas en el teatro de las operaciones militares, lo allí acontecido, constituye una lección de sabiduría, de sagacidad diplomática-militar de la alianza encabezada por Rusia-Irán, que ha propinado una derrota histórica de la alianza occidental-israelí-saudita en Oriente Medio y Levante y, que marcó un gran fracaso de la guerra económica como arma estratégica del modelo EUA-OTAN. Ha emergido un Nuevo Orden regional preciso y precursor.
En América Latina, la guerra económica contra Venezuela, principalmente, pero no sólo contra ella, es un ícono prototípico de nuestros días: un debilitamiento progresivo de la economía y de la base social del gobierno bolivariano. Aspira a dos desenlaces coyunturales posibles: un golpe parlamentario de destitución del actual Presidente (activando el principio de revocación del mandato), con gran apoyo externo; o bien, el desprendimiento de una facción del ejército No proclive a las fuerzas externas que han desatado y apoyan activamente la guerra económica de carácter estratégico contra el gobierno venezolano, sino ante la amplitud de la protesta social y la perspectiva cierta de guerra civil, para favorecer una fórmula de relevo desde el interior del bloque gobernante, pactando con la oposición un gobierno de coalición que detenga la insurgencia de la derecha y la pérdida completa del poder y, dé paso a un proyecto de reconstrucción económica, con concesiones al neoliberalismo de mercado y abstinente.
Sin embargo, en Venezuela se está produciendo una situación inédita: hay una contraofensiva política a la guerra económica desde el gobierno, dirigida a descabezar a los aliados internos y protagonistas del proceso, apoyados ideológica y económicamente desde el exterior, es decir, los grupos empresariales venezolanos, como fue el caso a principios de 2015, de la cadena de farmacias “Farmatodo”, a quiénes se ha acusado de “boicot económico” y “desestabilización de la economía nacional”. Dicha cadena de tiendas fue luego tomada por el gobierno y fusionada con una empresa de supermercados del Estado.
Igualmente, sucedió con el dirigente de la Asociación de Clínicas y Hospitales, ante la escasez de suministros médicos, quién luego fue liberado mediante una advertencia para su recaptura en caso de probarse actitudes de sabotaje económico. De igual manera, el Presidente Maduro ordenó que el ejército vigilara todos los supermercados, ante la aguda escasez de productos básicos, presuntamente provocada artificialmente como parte de dicha guerra económica al régimen bolivariano. (¿“Guerra Económica le abre paso al Crimen Organizado en Colombia?”, http://es.insightcrime.org/analisis/guerra-economica-venezuela-abre-paso-crimen-organizado)
Sin embargo, el desabasto no se ha revertido y la derecha parlamentaria -manteniendo una línea de acción ofensiva mediante movilizaciones masivas- en la Asamblea Nacional, hoy, en mayoría frente a la bancada oficialista, se apresta a abrir un proceso constitucional para concluir anticipadamente el mandato del Presidente Maduro y destituirlo, lo cual tensará al máximo las fuerzas actuales en pugna y por supuesto, movilizará masivamente a la base social del gobierno con apoyo del ejército bolivariano. El futuro inmediato, presagia enfrentamientos difíciles de controlar, que abren una coyuntura del tipo intervencionista de orden externo que puede asumir formas y acciones impredecibles.
El Uso del Combate Militar
Las guerras económicas, con objetivos geoestratégico-militares, no significan que no haya o pueda haber confrontaciones armadas (esporádicas o prolongadas) , como las ha habido, pero no son la apuesta fundamental para la victoria, sino su complemento necesario o desenlace coyuntural, para lograr la totalidad de los objetivos propuestos.
Una guerra económica victoriosa hoy, es el equivalente a una “batalla final territorial”. De allí que Edward Luttwak definiera a la geo-economía como: “el mantenimiento de la antigua rivalidad existente entre las naciones utilizando medios económicos en lugar de bélicos” (http://www.mba.com.gt/?p=5014). La nueva ruta de la confrontación entre potencias y de ellas, con Estados y ejércitos comparativamente débiles, es: hacer uso de la geo-economía (entroncando así con la geopolítica clásica) con visión y apoyo en la geo-estrategia militar, teniendo como fondo instrumental, la guerra económica, acompañada de rebeliones, sublevaciones internas, complementadas con ejércitos provenientes del exterior, armamento y recursos financieros (adicionando, mercenarios, fuerzas especiales de élite de un país adversario), socavando al rival y, propinándole en el momento oportuno, el golpe final, con fuerzas más poderosas o bien, induciendo su derrota a manos de otras fuerzas aliadas, internas o regionales, previo caos económico, que genere o amplíe el descontento generalizado y genere amplios sectores internos como aliados del proyecto.
Se ha creado así, un nuevo encadenamiento por el que cursa la dinámica de los conflictos internacionales, que involucra a los grandes poderes planetarios y sus Estados, economías y ejércitos: geo-economía-geopolítica/ geo-estrategia y geo-diseño militar, es decir, guerra económica-conflicto político exacerbado-desenlace militar-nuevos posicionamientos geoestratégicos. Para lo cual, se requiere un nuevo nivel de entendimiento, un nuevo modelo de análisis y re-direccionamiento de los acervos teórico-conceptuales, así como, la incorporación de otros instrumentos, para entender los ejes de la conflictividad regional-actual, de sus disputas estratégicas, o globales. Se han creado nuevos escenarios económico-político-bélicos. O mejor dicho, los entornos de conflictividad político-estratégicos se atienden desde plataformas militares, que les guían en sus acciones desde cada adversario o enemigo.
La herramienta, como en los tiempos anteriores de la geopolítica clásica, es la inteligencia, el ciclo de inteligencia, los diseños de la inteligencia estratégica y las operaciones tácticas y encubiertas, la contrainteligencia, la alta tecnología, que incluyen acciones diversas en el espacio sideral. Todas, volcadas hoy a descubrir las vulnerabilidades de sistema económico de los adversarios o retadores estratégicos; es decir, la inteligencia económica-financiera, la inteligencia industrial, la inteligencia tecnológica, para atacarlos con la máxima fuerza posible en el momento más oportuno o bien, induciendo la llegada de ese momento.
Como nos dice el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE, Cuadernos de Inteligencia No. 162), conceptualizando la guerra económica moderna: “Es el conjunto de acciones coordinadas de investigación, tratamiento y distribución de la información para tomar decisiones en el orden económico. Acciones que se dirigen tanto al ámbito de la economía nacional como en el dominio empresarial, pues la globalización de los mercados pone también en riesgo a las propias empresas.” (p. 11). Es decir, promoción, defensa de las fortalezas económicas propias y ofensiva económica sobre el adversario.
Pensemos, hoy tan sólo, en los aspectos que hemos venido conociendo sobre la “guerra cibernética”: siendo total, como una avanzada de esta guerra económica-tecnológica, puede paralizar la economía, la política y los ejércitos de un país. Sus efectos masivos pueden ser devastadores y, sin disparar un solo tiro.
No será necesario reivindicar la enorme importancia que tienen los fundamentos y la dinámica económica, en las formaciones sociales de ámbito nacional, con la fuerte imbricación y vulnerabilidad que poseen las economías menos sólidas en diversas regiones, que acusan, frente a las tendencias económicas mundiales conflictivas, factores adversos. Como así mismo, la capacidad de estos últimos para desajustar la convivencia pacífica y la vigencia de las instituciones (en muchos casos, de por sí, endebles, desarticuladas y escasamente funcionales). Aunque también, la de las formaciones sociales más sólidas, comparativamente. Francia, hoy, es un gran ejemplo de este último tipo de impacto, gran dis-ruptor sobre una cimiente institucional más sólida, que manifiesta ya los efectos de los factores desestabilizadores en juego, sin que ello signifique que Francia hoy sea blanco de una guerra económica, probablemente, de una ofensiva política sostenida por la derecha atlántica.
Es muy factible, como han sugerido distintos especialistas, que la Tercera Guerra Mundial está en curso y, se procesa mediante una guerra sin cuartel por el control de las variables fundamentales de la economía mundial; en otros términos, por la hegemonía dentro del Nuevo Orden Económico Mundial proyectado hacia el Siglo XXI (para muchos, esta guerra la encabeza desde hace varios años el Club Bilderberg), con expresiones en manipulaciones de los mercados energéticos, las materias primas, los recursos hídricos, los mercados alimentarios y, los flujos financieros.
El corolario de todo ello o parte de ello, según sea el caso, puede ser una ofensiva militar o político-militar, directa o a trasmano (mercenarios, oposición interna, un ejército vecino, sabotajes, atentados de falsa bandera, asesinatos, etc.).
La Guerra Económica Contra la Federación Rusa
Hay tres aspectos sustantivos que le preocupan seriamente a EUA-OTAN y aliados menores, de la Federación de Rusia y, que fueron determinantes en su ofensiva económica contra ella:El aprovechamiento puntual del ciclo alcista de los precios internacionales del petróleo, que le dieron a la Federación de Rusia y al liderazgo de Vladímir Putin, un margen muy amplio de maniobra política, nacional, regional y global-estratégica, dado que su duración fue de una década, prácticamente.
Le reconformación de la economía rusa, de sus sectores energético-industrial y tecnológico-militar, a pesar de mantener, por su propia magnitud, una serie de vulnerabilidades importantes. No obstante, ello fortaleció considerablemente su capacidad geopolítica en la zona euro-asiática, en Oriente Medio y Levante, en Asia Central, en América Latina; sus capacidades militares, tanto de armamento estratégico (termonuclear modernizado) como convencional (en ambos casos, durante el auge petrolero, se le invertían cerca de $20,000 millones de USD anuales al ejército), en donde (por ejemplo, en los aviones de combate, en los tanques, en los misiles de largo alcance, etc.) ha alcanzado tecnológicamente a EUA y la OTAN, aunque según opinan expertos, en casos concretos, ya los ha superado.
Su capacidad de juego estratégico: la creación de los BRICS (aunque han perdido fuerza por las problemáticas económicas y políticas en que se han visto envueltos sus miembros), de la Organización para la Cooperación de Shanghái (OCS), a la que se están uniendo cada vez un número más significativo de miembros de Asia (India, Pakistán, Repúblicas centro-asiáticas, etc.), la cual puede evolucionar hacia un Pacto militar y de Defensa; como así mismo, la Unión Económica Euroasiática (UEEA, 2015), con la orientación de expandirse hacia el Cáucaso (ya se incorporó Armenia, además de Kazajistán, Bielorrusia y Rusia, Kirguistán y Tayikistán, con la cual, Rusia vuelve a la gran influencia sobre Asia Central. Faltaría Ucrania, en disputa estratégica, con un gobierno actual aliado de EUA-Europa-OTAN; luego Uzbekistán, Turquía, Georgia, Moldavia, y otros. Y el mantenimiento de su rol en Europa como proveedor de gas, fundamental en su proporción, para varios países.
Era y es necesario tratar de detenerla: su actuación mediante una política de poder en Ucrania y en Siria, detonaron los enfrentamientos. El caso de Ucrania, abrió la ofensiva económica contra la Federación de Rusia. Allí, el liderazgo ruso paró las pretensiones americano-occidentales de acercar por esta zona, la estructura militar de la OTAN a la frontera rusa, y de engullir económicamente la economía ucraniana (incluyendo las industrias con inversiones rusas) en serios apuros, bajo el supuesto de su ingreso a la Unión Económica Europea.
El 16 de marzo de 2014, Sebastopol y Crimea celebraron un referendo donde aprobaron su incorporación a la Federación Rusa. Su población es de mayoría absoluta de origen ruso (90%). Los gobiernos de EUA-Unión Europea (UE) impusieron una serie de sanciones económicas contra bancos, funcionarios, empresarios y parlamentarios, y algunas compañías rusas. SE abrió un capítulo nuevo: la abierta y formal guerra económica contra Rusia.
A pesar de las presiones de Occidente, el presidente ruso Vladimir Putin promulgó la incorporación de la República de Crimea y del puerto de Sebastopol a la Federación de Rusia, previamente ratificado por el Consejo de la Federación, reunificando el país con esta región que le perteneció hasta 1954.
A finales de julio de 2014 (luego del derribo de un vuelo civil sobre Ucrania, atribuido sin pruebas fehacientes, a los milicianos que combaten en Ucrania contra el gobierno golpista, armados parcialmente por Rusia), los líderes de la Unión Europea decidieron imponer nuevas sanciones económicas (intensificar la guerra económica contra Rusia) dirigidas hacia sus industrias: “energéticas, de defensa, bienes de uso militar y civil, y tecnologías sensibles”, las cuales, serán “revisadas después de tres meses (…) con ello buscan obligar al presidente Vladimir Putin a desactivar la crisis en Ucrania”. Pero, los consensos en el frente anti-ruso se empezaron a debilitar y aparecieron matices importantes en la postura atlántica:
“la UE en particular había evitado medidas diseñadas para dañar sectores vitales de la economía rusa. La UE tiene una relación comercial más de 10 veces mayor con Rusia que Estados Unidos, y depende en particular del gas natural ruso para su industria y para abastecer sus ciudades. Algunos de los 28 estados miembros del bloque están nerviosos sobre el riesgo para sus propias economías, y los líderes de la UE están buscando un equilibrio entre infligir daño a Rusia e impedir que las frágiles naciones de la UE vuelvan a caer en la recesión.” (http://www.elfinanciero.com.mx/mundo/union-europea-acuerda-sanciones-economicas-para-rusia.html)
El liderazgo ruso respondió a principios de agosto del mismo año, con dos tipos de medidas: consolidando sus posturas y posicionamientos en Ucrania (favoreciendo la ofensiva militar contra el gobierno ucraniano y combatiendo desde sus propios medios, la histeria mediática anti-rusa en Occidente, difundiendo información silenciada por las agencias europeo-estadounidense, como masacres masivas de opositores al gobierno); y aplicando a su vez, embargos económicos y sanciones a EUA-UE, para los sectores agrícolas, alimentarios, principalmente, en donde los productores-exportadores resultaban afectados. En 2013, las exportaciones de Europa a Rusia habían sumado $5,252 millones de euros, que se reducían en forma dramática por las sanciones europeas y el propio embargo ruso. La más afectada, Alemania, perdería para sus exportadores $600 millones de euros, tan sólo ese año de 2014. Los Países Bajos perderían una cifra muy similar; los más débiles como Polonia, $840 millones de euros; y Lituania, $924 millones de euros (http://www.telesurtv.net/news/Recuento-de-las-sanciones-de-Occidente-contra-Rusia-20140917-0056.html). Es evidente a quiénes se estaba afectando mayormente y en forma deliberada. No todos tienen allí el poder político-militar.
Al anuncio del liderazgo ruso de agosto, la comandancia atlántica encabezada por Barak Obama, respondió con nuevas sanciones, con el mismo señuelo político, la situación en Ucrania, y declaró: “Vamos a profundizar y ampliar las sanciones contra el sector financiero, energético y de defensa de Rusia. Estas medidas van a incrementar el aislamiento político de Rusia, así como los costes económicos". La estrategia de guerra económica para debilitar el aparato militar y de defensa de Rusia, así como profundizar los daños causados por las caída de los precios del petróleo y en el sector financiero, eran evidentes. Aquí, Obama, también pretendía arrastrar desde su postura, a los sectores europeos que no deseaban profundizar su apuesta en la guerra económica, dada la propia afectación a sus productores y exportadores. Las empresas y sectores afectados por estas nuevas medidas en Rusia, entre las empresas sancionadas por Obama se encuentran: Gazprom Neft; Lukoil, Rosneft, Gazprom, Surgutneftegaz, Transneft, Rostec y la corporación aeroespacial Oboronprom. Se restringió igualmente el acceso al mercado de capitales a varios bancos rusos, reduciendo el plazo de los préstamos hasta 90 días. Estas medidas abarcarán a las entidades financieras Sberbank, Banco de Moscú, Gazprombank, Rosseljozbank, Vneshekonobank y VTB. Además, entraron en la lista varias empresas de defensa: la oficina de diseño Raspletin, el Instituto de Estudios para Diseño de Instrumentos Tijomirov, la planta Kalinin, la planta Mytischenski, así como también la empresa de investigaciones Dolgoprudny. (http://www.telesurtv.net/news/Recuento-de-las-sanciones-de-Occidente-contra-Rusia-20140917-0056.html, 17 de septiembre de 2014).
Canadá y la Unión Europea, siguieron la pauta estratégica de EUA y aplicaron sanciones a entidades rusas en sus territorios, como sujetos del intercambio económico: bloqueo de créditos a empresas y bancos rusos, prohibiciones para la emisión de obligaciones financieras en plaza y otros valores, a un plazo mayor a 30 días; así como a líderes empresariales de Rusia y Ucrania (los que están en los territorios incorporados con Rusia), así como a miembros de la Duma de Rusia.
Se trató entonces, claramente, de un intento de colapsar la economía y las capacidades militares y de defensa de Rusia, en una operación de guerra económica a fondo. Aprecien ustedes el perfil estratégico-militar de la ofensiva desatada contra la URSS en sus años de la Perestroika y en el declive de ella, y la actual. Las similitudes son realmente evidentes. La historia no se repite, pero contiene grandes enseñanzas practicables en otros momentos históricos. Parece que el Estado del inmenso territorio euro-asiático existente y el que habita el Estado de la Unión Americana, están condenados históricamente, por sus vocaciones hegemónicas (igual que en el caso chino), a confrontarse permanentemente, con episodios de apaciguamiento y estabilidad.
Tales sanciones económicas costaron anualmente a Rusia $32,000 millones de euros. (http://www.rtve.es/noticias/20141124/sanciones-ucrania-cuestan-rusia-32000-millones-euros-ano/1053700.shtml)
El canciller ruso, viendo con agudeza el entorno creado por las sanciones y, la compulsión estadounidense sobre varios países muy afectados por aquéllas, declaró:
“Estados Unidos quiere utilizar la situación actual (la crisis ucraniana) para separar económicamente a Europa de Rusia y conseguir así condiciones más ventajosas en las negociaciones para la creación de una asociación transatlántica para el comercio y las inversiones". (http://www.telesurtv.net/news/Recuento-de-las-sanciones-de-Occidente-contra-Rusia-20140917-0056.htm). Es decir, inducir el debilitamiento de la situación económica europea, para presentar a los mercados de EUA como la única opción viable para re-fortalecerse, arrancando así mayores concesiones de los europeos, ante el eclipsamiento de sus intercambios con Rusia. No parece descabellado, al contrario. Rusia optó por acudir a América Latina para importar los alimentos que necesita (Argentina, Brasil, Ecuador, Chile).
Las exportaciones de la UE a Rusia sumaron $283,000 millones USD en 2013, ello lo hace el tercer socio comercial de la UE. Los productos energéticos que exporta Rusia a la UE representan el 76% de Europa desde Rusia (y el 80% de ese porcentaje total, vía gasoductos, pasa por Crimea). Es decir, una nueva etapa de sanciones podrían ser para Europa un verdadero boomerang; no obstante, EUA está dispuesto a ir adelante con esta guerra económica, pero porque los objetivos militares son predominantes en su actuación (Ver entrevista a Konstantín Sivkov, analista militar “Lo que EUA esconde en Ucrania”, del 24 de abril, 2015, https://www.youtube.com/watch?v=wEecaNReKEE). La tesis central expuesta es que la ocupación de Ucrania por EUA-OTAN, tenía como propósito crear una base de operaciones para dar un golpe en Rusia y poner al frente a un nuevo Yeltsin. Se afirma categóricamente. (https://www.youtube.com/watch?v=WtGpDpB6IV)
Pero toda esta andanada económica contra la economía Rusa, formaba parte de un plan más amplio que conformó la inducción de una caída dramática de los precios del petróleo, que afectó severamente a Rusia (principalmente, entre muchos otros países) durante 2014, trayendo consigo una severa devaluación del rublo. Se estimó, por el viceministro de Economía ruso, Alexéi Védev, con una pérdida de ingresos del monto de 125,000 millones de USD (ó 106,800 millones de euros) para el año 2015, (durante este mismo año, comparativamente, México perdió $19,000 millones de USD), llegando el rublo a una tasa de cambio de $49 unidades por 1 USD (las previsiones habían apuntado a $37.7 unidades por USD) y, una caída del PIB (cuya perspectiva oficial era ya muy modesta, de 1.2%, a la mitad, es decir, a 0.6%, lo que implicaba prácticamente la entrada de la economía, a un espacio de recesión productiva, con una inflación cercana al 8.0%, cuando las previsiones oficiales se situaban en 5.5% (2 de Diciembre, 2014, http://www.elmundo.es/economia/2014/12/02/547daaf1e2704e37598b457c.html).
En Septiembre de 2013, ante la sustitución de fuentes y productos energéticos de origen fósil, por productos de fuentes shale o lutitas en EUA y Canadá, por ejemplo, que afectaba severamente a Arabia Saudita, pero que había creado un boom de inversiones en dicho sector de la energía de tales países (sobre todo, EUA), y que incluso, determinó que el propio Presidente Barak Obama y sus asesores económicos más cercanos, hablarán del logro de una autosuficiencia energética en el mediano plazo; el Bank of America Merrill Linch publicó en un Informe, que anunciaba que Arabia Saudita se adentraría en una estrategia de precios a la baja de forma intencional, hasta que el precio cayera de más de 100 USD, a $85 USD (más o menos, de un 20%). Fue el petróleo tipo Brent el primero en llegar a $88.7 USD (octubre, 2014, el petróleo ruso de exportación Urals tiene su referente de precio con este tipo de petróleo inglés), luego de que la propia Arabia Saudita rebajara el precio de sus entregas en Asia, al tiempo que lanzaba una estrategia más agresiva para Europa, con reducciones mayores. Aproximadamente, el 50% de la producción rusa es de exportación, y obviamente, predomina el petróleo.
Aunque esto afectaba el boom de inversiones en EUA (al disminuir la rentabilidad de las mismas, por la caída del precio de compra), surgió la sospecha de que una medida de este tipo no la tomaría unilateralmente Arabia Saudita, sin pactarlo con su comprador principal y socio estratégico más relevante en Occidente y en el mercado petrolero internacional, EUA, dadas las confrontaciones que se venían sucediendo con Rusia por el tema de Ucrania y, ante el desplazamiento del eje de los mismos a la región del Medio Oriente y Levante (en donde Rusia sostenía al gobierno de Siria y se confrontaba así con sus detractores, entre ellos, Arabia Saudita). Por ello, era bastante útil y funcional ampliar el frente de la guerra económica sobre Rusia, dañando sus ingresos internacionales por este concepto. Los datos arriba aportados por el propio gobierno ruso, son sumamente severos para su economía. El ministro de Finanzas de Rusia, Alexéi Kudrin, a pregunta expresa sobre la posible conspiración, contestó:
“Ya fue hecho en el corto plazo (refiere el año 2008). Antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos este tipo de acuerdo funcionó durante un año, según nuestros datos, y el precio bajó hasta los 92 dólares". (http://www.sexenio.com.mx/articulo.php?id=54095)
Sin embargo, la caída se habría aún de magnificar hasta los $40 USD por barril (en agosto de 2015, ya estaban los precios en $49 USD por barril), en el transcurso del propio año 2015, es decir, en los meses subsiguientes. La afectación ha sido realmente dramática para Rusia. A las nuevas caídas, contribuyó la re-incorporación de Irán al mercado petrolero, luego de sus acuerdos en materia nuclear con Occidente. Las autoridades iraníes declararon que estaban en posibilidad de aumentar su producción en 500,000 barriles diarios, en tanto el debilitamiento del ritmo de crecimiento de la economía china desde 2014, al reducir la demanda mundial del mismo, a la vez que la OPEP, decidió mantener las cuotas de producción intactas, dejando que el precio se hundiera; se conjuntaron para crear un impacto multidimensional de gran afectación.
Si bien, podemos establecer una multicausalidad en la caída de los precios del petróleo, por ejemplo, de los cuatro factores determinantes antes mencionados; en dos de éstos incide directamente la política de Arabia Saudita (su decisión de bajar los precios unilateralmente a sus clientes y, en el acuerdo sobre las cuotas en la OPEP); en tanto en uno, la de los EUA (en la firma de los acuerdos con Irán y el levantamiento de las sanciones económicas, con lo cual, era previsible su inmediato re-posicionamiento petrolero, que en las condiciones de bajo precio no le beneficiaría tanto, pero sí, contribuiría a la sobre oferta existente); y en otra más, en el caso de la economía china, que parece un factor más objetivo de su estructura económica y de la coyuntura económica internacional. En contrario, el USD se ha revaluado respecto a prácticamente todas las monedas en el mundo. Es decir, se ha beneficiado considerablemente.
Aunque no debemos ignorar que el propio ministro de Relaciones Exteriores Lávrov, dijo enfáticamente: “No creo que haya un complot. Aunque, evidentemente, para algunos resulta más interesante pintar una realidad en la que Rusia depende totalmente del petróleo. Pero en este caso, yo no apoyaría la teoría del complot.” https://es.rbth.com/internacional/2015/05/20/lavrov_niega_un_complot_entre_ee_uu_y_arabia_saudi_contra_rusia_49725). ¿Habrá sido una convicción o una postura diplomática?
La idea del “complot petrolero” contra Rusia, se estimuló bajo la idea expuesta por George Soros, que sugirió liberar parte de la reserva estratégica de EUA (estimada en 700 millones de barriles) para “castigar a Rusia”, haciendo así bajar el precio del barril de crudo. Para Tatiana Mitrova, jefa del Departamento del Complejo de Gas y Petróleo del Instituto de Investigaciones Energéticas de la Academia de Ciencias de Rusia, señaló que si EE.UU. saca al mercado todas sus reservas estratégicas, esto podría bajar el precio del petróleo para un corto plazo, "unos dos o tres meses". Pero luego Washington necesitará compras adicionales de crudo para restablecer sus reservas, por lo que "los precios no sólo se recuperarán, sino que también subirán". Los beneficios rusos de la venta de petróleo no se verán afectados seriamente, esta medida, más bien, podría ser "un acto de presión psicológica a corto plazo". (https://actualidad.rt.com/economia/view/123486-occidente-complot-desplome-precio-petroleo-rusia) Las acciones paralelas entre Arabia Saudita y Occidente (EUA) son evidentes.
Hay dos factores en el que los pronósticos más optimistas han fallado: la barrera rota de los $60 USD por barril y, la recuperación de los precios en el corto plazo. Porque cayó, a menos de $40 USD (aunque por breve tiempo) y no se han recuperado ni siquiera hasta $50 USD. Entonces, ello revela que la afectación obedece a factores estructurales del mercado, pero estimulados coyunturalmente con propósitos geopolíticos, como los señalados antes, en donde usamos cuatro determinantes de incidencia fuerte y directa para nuestro análisis. Es decir, Occidente manejó las variables del mercado que se presentaron y afectaban el precio hacia una baja drástica, pero no ha hecho nada para recomponer la situación, porque no le afecta directamente (el caso de las inversiones en gas shell, entraron en una pausa conveniente, porque la situación de la protesta social se había complicado, debido a las afectaciones al medio ambiente por la técnica del fracking) de manera que esta pausa fue favorable.
No es realista pensar que si EUA-OTAN-Gobiernos de Occidente y aliados en Medio Oriente, con capacidad grande de influir en las variables decisivas del mercado petrolero, viendo la oportunidad de acentuar tendencias que afectaban a Rusia, dada la dinámica de guerra económica en su contra, dejaran pasar dicha opción como si no les importara o, no vieran en ello, la potencialización de daño a Rusia que estaban buscando causar, y más aún, si Rusia estaba metido en Siria con toda su fuerza.
Creo que bajo estas consideraciones, sí es posible hablar de una conspiración contra Rusia (o mejor, de una ampliación de la guerra económica desde el frente petrolero), complementariamente a todas las medidas aquí presentadas, y usando las tendencias que acusaba el mercado del crudo desde principios de 2013, por lo menos, (tendencias a la sobre oferta de producción que forzaría una caída de precios). Y, hasta donde fuera posible, sin apenas hacer nada para contener la caída en su magnitud. No afectaría a Rusia por igual un precio de $80 o $60 USD por barril (que ya es casi, este último, una brutal caída del 50%), que otra a $40 USD (que es una caída de 70%). Aquí las magnitudes son fundamentales para causar el máximo daño económico y político estratégico, posible, modificando las percepciones y costos de Rusia sobre su actuación en Ucrania y Siria. En las guerras, se participa con mucho dinero de por medio. Pero, fracasó dicha ofensiva, porque el gobierno ruso entró más directamente al conflicto en la zona de Levante y Oriente Medio e impuso un cambio estratégico, fundamental, histórico.
La crisis de Ucrania, en la dinámica descrita, pudo haber provocado una conflagración regional entre Rusia y Occidente. Hubo maniobras militares, amenazas, alineamientos político-militares de países menores vecinos en contra de Rusia, etc. Es decir, la guerra económica de ninguna manera se posicionó y desarrolló sólo como tal: el recurso a las presiones y amenazas militares se dio reiteradamente a lo largo de meses y meses. La gran barrera de contención para la apertura de las hostilidades armadas es y será (no sabemos si siempre) los arsenales termonucleares en posesión de ambas potencias. Pronto se debilitarían las grandes tensiones en Ucrania y se trasladarían a Siria, pero bajo otros parámetros que seguían involucrando a las mismas potencias, con otros aliados y actores, otro escenario de conflicto.
Ante la tercera oleada de sanciones económicas, los daños severos y las presiones internas para Vladímir Putin, las acusó el liderazgo ruso respondiendo con un Plan de Paz para Ucrania, el 5 de septiembre de 2014 (ver documental con parte del discurso de Putin y la intervención de Obama en: http://www.telesurtv.net/news/Recuento-de-las-sanciones-de-Occidente-contra-Rusia-20140917-0056.htm), iniciando con un alto al fuego en el este de Ucrania (en donde combaten los milicianos afines al gobierno ruso). Ya con la intervención occidental, el Plan se firmó, con tres acuerdos sustanciales negociados hacia el mes de abril de 2015, cuando la caída internacional de los precios del petróleo, se profundizaba:El desarme de todos los grupos armados en Ucrania.
Una especie de perdón-amnistía a todos los activistas pro-rusos involucrados en hechos del oeste del país, así como la entrega de los edificios gubernamentales en poder de los rebeldes.
Una reforma constitucional que incorpore las demandas y aspiraciones nacionales de todos los habitantes de Ucrania.
Se aprecia con claridad las concesiones mutuas para cada parte involucrada en el conflicto: gobierno ucraniano, occidente y Rusia. En adelante, las acusaciones mutuas de no cooperar con el Plan, de no respetar el alto al fuego, de no buscar realmente el cese de hostilidades, fueron constantes y mutuas, tanto del lado ruso como del lado occidental. Sin embargo, introdujo un elemento no menor de distención en la situación ucraniana y, mostró una voluntad de Rusia de apaciguar la situación, la cual occidente había puesto en entredicho permanentemente.
El conflicto cambiaba de faz y sus contornos, también se modificaban (Donetsk, había manifestado su deseo, de igual manera que Crimea (mediante un Tratado de Adhesión), de unirse a la Federación de Rusia. El nerviosismo en todos los actores aumentaba.
Pero, Occidente-OTAN y, desde la Casa Blanca, Barak Obama amenazó con atacar a Rusia con mayores sanciones (observen como se alternan las ofensivas, económica, diplomática y las amenazas militares dentro de un estrategia de guerra económica estratégico-militar) si incumplía con los acuerdos (fines de abril, 2014). Putin respondió que a Rusia “no se le podía hablar con el lenguaje de los ultimátums” (https://actualidad.rt.com/actualidad/view/148721-putin-intentos-hablar-rusia-ultimatums-inutil).
Los milicianos se negaron a dejar las armas y a abandonar los edificios gubernamentales si el gobierno golpista no renunciada. El mapa político militar se había complicado: EUA exigía a Rusia controlara a sus aliados y Rusia respondía que no lo eran y no les darían órdenes, porque son ciudadanos que actúan bajo sus propias expectativas y responsabilidad. La OTAN respondió con maniobras militares cercanas, ante el pedido de la primera ministra de Ucrania que pide ayuda militar a la OTAN.
Sin embargo, un año después, se avanzó en Ucrania mediante la firma de un nuevo Acuerdo de Paz (Febrero 12, 2015), firmado por Ucrania, Rusia, Francia y Alemania, en Minsk, Bielorrusia; en realidad se buscaba pactar los mecanismos más precisos para la instrumentación del cese al fuego (en el este del país) como también el desarme: las milicias populares aceptaron finalmente retirar armamento pesado, comenzaron el repliegue de sus fuerzas (lograron ganar terreno al ejército ucraniano en decenas de kilómetros, por lo que se negaban a regresar a las líneas del frente, de 6 meses atrás). Así, crear con ello, una “zona de seguridad”, que serían las dos medidas fundamentales buscadas, agrupadas en un total de 13 puntos de acuerdo, que incluyeron también, amnistía a los rebeldes e intercambio de prisioneros. (http://noticieros.televisa.com/mundo/1502/acuerdo-paz-ucrania-podria-ser-firmado-este-jueves-minsk/). Ratificaron las reformas constitucionales.
Adicionalmente, los procesos de legitimación política de los avances rebeldes: El acuerdo contempla, además del alto el fuego, el restablecimiento del control total de la frontera con Rusia por parte del Gobierno de Ucrania, para fines de 2015, y si para entonces, se regula políticamente el problema del Este y los líderes electos de las zonas hoy rebeldes, dan su consentimiento. Para la futura regulación, se prevén cambios constitucionales descentralizadores, que deben ser planteados en el Parlamento de Ucrania; igualmente las elecciones locales con observadores internacionales, un régimen especial con prerrogativas tales como el nombramiento de fiscales y así mismo, la formación de una policía popular e igualmente la autodeterminación lingüística, lo que aparentemente supone que podrán usar el ruso en los trámites oficiales, si lo desean los habitantes filo-rusos. (http://internacional.elpais.com/internacional/2015/02/12/actualidad/1423724916_757541.html). En la implementación de todos esos acuerdos, se está, no sin enormes dificultades.
Así, la guerra económica contra Rusia había fracasado, tomando como punta de lanza el tema de Ucrania, con los objetivos estratégico militares de las potencias occidentales en dicho país. El desarrollo del conflicto no había permitido avances sustanciales, salvo un gran respiro, para todas las partes. En buena medida, se estabilizaría al gobierno de Ucrania, se lo alejaría del fantasma de una derrota a manos de las milicias populares sublevadas, pero tendría que reconocer los avances político-estratégicos esenciales de sus adversarios, a partir del campo de batalla. Rusia no controló la totalidad de las regiones más importantes de Ucrania, pero tampoco logró entrar EUA-OTAN a ella, como deseaban. El cambio en la correlación de fuerzas al interior de Ucrania a partir de la intervención rusa, se consolidó y legitimó, pero Occidente impidió un derrocamiento.
SITUACIÓN DEL CONFLICTO EN EL ESTE DE UCRANIA
A largo plazo, parece que la situación tiende a favorecer a las fuerzas disidentes del este (cuyos territorios con gobiernos autoproclamados, tendrán ahora un Estatuto Especial), ya que la verdadera y real riqueza económica del país está en el este, no en el oeste de Ucrania, aunque este último, contará con el apoyo occidental.
Fuente: “Pentágono, Rusia es capaz de derrotar a OTAN en 60 horas”, 9 de Junio, 2016. m/actualidad/209821-pentagono-rusia-capaz-derrotar-otan)
El caso de la guerra económica y estratégico militar, que parte de un objetivo de neutralización y dominio contra Rusia, se concreta en el cerco militar que se ha tendido contra la Federación de Rusia (y de paso, contra Irán). Aprecien el emplazamiento de fuerzas, para el caso de ser necesario un “golpe final” de carácter militar contra cualquiera de ambos contendientes. La alianza Rusia-Irán fue entonces, la respuesta idónea ante tales propósitos y, resistieron hasta hoy victoriosamente pasando a la ofensiva en Siria y ampliando sus márgenes de influencia en la región.
Es sabido que, en cuanto a la expansión actual de la OTAN respecto al ingreso de una Alemania unificada a dicho pacto militar y, bajo el supuesto de controlarla, testigos de dicha negociación ofrecen testimonio de que Gorbachov se oponía a ello (aunque muy debilitado ya, desde luego), pero que le ofrecieron que sería ésa la última frontera de la OTAN hacia el este. Gorbachov lo aceptó y lo engañaron. La OTAN ha avanzado hacia las fronteras con Rusia, proceso que se ha querido redondear mediante la operación en Ucrania, que el actual gobierno ruso impidió.
Pero el eje estratégico de la lucha por un nuevo equilibrio político-militar entre EUA-OTAN y la Federación de Rusia, se había desplazado hacia la región de Levante en el Medio Oriente, a Siria, y allí, como escribimos en otro análisis (diciembre de 2015), la alianza atlántica, más Israel, Arabia Saudita y Turquía (con otros aliados de menor relevancia), se llevó una nueva derrota a manos de la coalición oriental, encabezada por Rusia con Irán, China, Irak, Siria y Afganistán.
Allí las ambiciones estratégicas de la alianza atlántica eran y son mayores: concretar una nueva división política y territorial regional, conforme a sus expectativas de corte neo-colonialista (mediante el acuerdo secreto entre Francia y Gran Bretaña, el de Lancaster House, 2010, que reordenaba la región, pasando por el desmembramiento territorial de Siria), apuntalando a las grandes corporaciones globales de la energía, de los gobiernos occidentales, mediante el dominio de las regiones y las rutas del gas, los grandes troncales de gasoductos, desde las zonas de abastecimientos de las potencias energéticas de la región hacia occidente y otras subregiones; por ello llamada “la guerra de los gasoductos” (por más que la propaganda negra de occidente hable de “derechos humanos”, de “armas químico-biológicas”). Todo, con el apoyo de la OTAN bajo los cálculos militares y geoestratégicos del caso.
El escenario se modificó radicalmente con la intervención directa de Rusia al interior del conflicto y del territorio sirio: Rusia ha logrado "cambiar el orden mundial" existente y, al mismo tiempo, su propia imagen (…) La imagen de Rusia, como país débil y poder regional que influye poco en los acontecimientos del mundo, resultó ser errónea (…) La participación de las Fuerzas Aéreas rusas en las operaciones militares en territorio de la República Árabe "cambió el curso del conflicto", escribió el analista Eugene Rumer, director del programa de “Rusia y Eurasia” de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional y ex integrante de la Comisión Nacional de Inteligencia de EE.UU., en 'The Financial Times' (7 de abril, 2016, https://actualidad.rt.com/actualidad/204065-ft-rusia-cambiar-orden-mundial). Puede verse también nuestro análisis en estas mismas páginas.
El ministro ruso de defensa, Serguéi Shoigú, comentó recientemente dos cuestiones relevantes según su información de inteligencia, incluyendo sus visores satelitales: “Unos 624 misiles de crucero estaban listos para realizar, al cabo de unas 24 horas, un ataque múltiple contra Siria", hablando al canal de televisión “Rossía-24”. Y agregó que: “de haberse asestado un golpe tan fuerte, habría sido extremadamente difícil recuperar la estructura del Estado sirio”, lo cual evitó la intervención de la diplomacia rusa, cuando Occidente pretextaba el uso del gobierno sirio de armas químico biológicas (gigantesca provocación y acción de falsa bandera) contra su población civil. Y, mientras se desarrolla una gran batalla por la estratégica ciudad de Alepo en nuestros días, Rusia y EUA están a punto de alcanzar un acuerdo para actuar conjuntamente contra el Estado Islámico. (https://actualidad.rt.com/actualidad/216090-rusia-ataque-siria-misiles-otan).
Como hipótesis: El conocimiento o intuición de ello, puede ser una determinante de los sangrientos ataques recientes del propio Estado islámico contra objetivos en los países occidentales y contra Turquía (que todo indica, los ha abandonado).
Por consiguiente, el análisis de esta historia, es la de un doble (o triple) gran fracaso de la política de guerra económica moderna desde EUA-OTAN-Occidente contra la Federación de Rusia (y contra Irán, por lo aquí expuesto). Demostró, que está para posicionarse como una gran potencia regional-global, a pesar de todos los variados esfuerzos por contenerla, de parte de sus rivales estratégicos y, de sus vulnerabilidades económicas, aún existentes, no obstante, no en menoscabo de los grandes avances tecnológicos de gran alcance, hoy, en sus aplicaciones militares.
Pero el poder despótico y la soberbia política-militar, son ciegos y sordos; no ven ni oyen los cambios que va registrando la realdad, perciben sólo SU realidad. Tampoco aprenden con las lecciones históricas.
Agosto, 17 de 2016.
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