íQuien le conoce de verdad, le quiere para siempre!
Mensaje de confraternidad a Fidel y a Cuba
Juan Gallegos Soto
Las enseñanzas de Martí hicieron posible conocer a los hombres de la historia y la historia de los hombres, para finalmente darnos cuenta quiénes son fiel reflejo de ella y sus más dignos y preclaros representantes.
Conocer a Cuba es una lección que también nos ayuda a comprenderlas; Fidel nos ha ayudado a ambas cosas; y ambas cuestiones a conocerle. ¡Quien le conoce de verdad, le quiere para siempre!
Fue una grata sorpresa, después de una instantánea y necesaria reflexión, saber que renunció a postularse y comprender que esta brillante y gran jugada de maestro del ajedrez geopolítico corona muchas otras de su larga vida de revolucionario, y no por eso la última ni la más brillante. Fue un golpe de nocaut a las sucias aspiraciones anexionistas del imperio que soñaban con adueñarse de Cuba, cuando él no estuviese ya ni en la dirección del partido ni al frente de la presidencia de la República. Pensaron una vez más que Cuba caería como una fruta madura, y... ¡oh! el gran chasco de sus vidas; ni cayó Cuba ni caerá Fidel. El mundo seguirá contando con el ejemplo de ambos, pero lo más
importante con el trabajo político y emancipador de quien conjuga los tres tiempos de la historia: el coautor del asalto al cuartel Moneada y toda una pléyade de revolucionarios.
Lo peor para el imperio es y será que siempre, después del primer nocaut, habrá muchos más; y al frente de quien los propine estará nuestro Comandante en Jefe de La Batalla de Ideas: madre de todas las batallas; que es y será la madre emancipadora de los pueblos oprimidos que luchan por su segunda y definitiva independencia
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