El diálogo es la herramienta para la defensa de la soberanía y la pazLa derecha venezolana cierra las puertas a la concertación
Mientras el Gobierno Bolivariano impulsa, con apoyo de los países de la región y de la Unasur, el mecanismo del diálogo para la búsqueda de soluciones a la problemática nacional, la oposición busca la intervención y la violencia
Ante la actual problemática económica que atraviesa el país, en medio de una agresión multifactorial de carácter político, financiero, psicológico e informativo, y las consecuencias propias de la crisis estructural del capitalismo en la región, el Gobierno Bolivariano propuso la herramienta del diálogo como un método para lograr el consenso entre sectores en conflicto y de este modo buscar soluciones en conjunto.
La guerra económica, como ha denunciado tanto el Ejecutivo nacional como las fuerzas revolucionarias, obedece a una estrategia sistemática, apoyada por factores financieros internos y externos, para depreciar el valor de nuestro signo monetario, generar una espiral hiperinflacionaria y mermar los ingresos a las arcas públicas provenientes de la renta petrolera.
A ello se le une el apalancamiento por parte de un sector empresarial opuesto al planteamiento del Socialismo Bolivariano, del la escasez inducida con el acaparamiento y el contrabando y el auge de fenómenos sociales como el bachaqueo vinculado con las bandas criminales y paramilitares que actúan a lo largo y ancho de todo el territorio nacional.
En medio de ese grave escenario, la oposición venezolana desde la mayoría circunstancial en la Asamblea Nacional (AN), sigue el guión de la “confrontación de poderes” para azuzar un conflicto artificial entre el Poder Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Electoral y Moral a objeto de desestabilizar las bases del Estado democrático.
En ese contexto, el Gobierno Bolivariano impulsa el diálogo con todos los sectores como mecanismo para resolver los conflictos internos y avanzar en los planes de recuperación económica, punto principal de la gestión del presidente Nicolás Maduro.
APOYO INTERNACIONAL
Por iniciativa del presidente Maduro, y con el respaldo de la Unión de Suramericana de Naciones (Unasur), se conformó una comisión mediadora integrada por los expresidentes José Luis Rodríguez Zaṕatero (España), Leonel Fernández (República Dominicana) y Martín Torrijos (Panamá) que ya ha realizado una ardua tarea en pro de la concertación y el diálogo entre las partes en conflicto; labor que ha sido reconocida por la Organización de Estados Americanos (OEA), instancia que pretendió ser utilizada por la derecha internacional para promover la intervención imperialista en los asuntos internos del Estado venezolano.
Al respecto, Fernández ha señalado que “el diálogo es la única opción viable para la solución de los problemas de Venezuela”.
Torrijos indicó que “la mesa de diálogo es el lugar para solucionar las diferencias”. Por su parte, el secretario general de la Unasur, Ernesto Samper, destacó que se ha hecho “un llamado muy cordial a los actores políticos venezolanos para que le den esa oportunidad al país para seguir adelante”.
También, el pasado 21 de junio, el Consejo Permanente de la OEA, tras la presentación del informe del ex presidente Rodríguez Zapatero sobre los avances del diálogo en Venezuela, recibió el respaldo de la gran mayoría de los Estados miembros, incluyendo EEUU, quien además envió al subsecretario de Estado Thomas Shannon para encauzar una nueva etapa de en las relaciones bilaterales entre Washignton y Caracas.
Este panorama favorable al diálogo en Venezuela, contrasta con la opción por que apuesta la oposición venezolana y la derecha internacional: la desestabilización del país a través de la violencia para propiciar una injerencia política y militar directa en Venezuela.
DICEN QUE QUIEREN PAZ PERO CIERRAN LA PUERTA AL DIÁLOGO
En esa circunstancia, el presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, declaró a los medios que la oposición nacional ha decidido no participar en las reuniones preparatorios del diálogo que se gestan en República Dominicana porque su espacio será la OEA, donde el Secretario General Luis Almagro, insiste en la aplicación de la Carta Democrática Interamericana para convertir a Venezuela en un “Estado paria”, dentro del sistema jurídico y político del hemisferio.
“No vamos a República Dominicana a reunirnos con nadie, una de nuestras decisiones es no reunirnos en República Dominicana, vamos a reunirnos en la OEA o aquí en la Asamblea Nacional”, señaló Ramos Allup.
La oposición dice que no aceptará “imposiciones de nadie”.“La agenda de un eventual diálogo de parte nuestra la ponemos nosotros y si no están de acuerdo no vamos. No vamos a hacer del accesorio un conflicto”, expresó Ramos Allup con una actitud que descarta de antemano la posibilidad de un consenso toda vez que señalan que no aceptarán imposiciones pero sí quieren imponer condiciones a los otros.
Ramos Allup insiste en la descalificación del Consejo Nacional Electoral (CNE) y del Poder Electoral, del Tribunal supremo de Justicia (TSJ), de la Fuerza Armada nacional Bolivariana (FANB), como método propagandístico para deslegitimar el diálogo, teniendo por aliados los grandes emporios comunicacionales en manos de la oligarquía continental que buscan derrocar al Gobierno Bolivariano para afianzar la restauración neoliberal, que avanza desde Brasil y Argentina tras el advenimiento de una nueva derecha producto de los golpes institucionales de un renovado Plan Cóndor que se ha puesto en marcha en Suramérica.
Ramos Allup aseguró en el programa Vladimir a la 1, por Globovisión, que la oposición sacará al país adelante de manera pacífica, través de la consulta popular, el revocatorio. Sobre el diálogo dijo que la crisis actual no propicia una conversación entre las partes.
“Cuando seamos gobierno van a tener que cumplir sus funciones constitucionales, esa patraña de unión cívico-militar no existe en la Constitución ni en ninguna parte”, expresó Ramos Allup en clara ofensa a los principios ideológicos y teóricos que rigen a la actual doctrina militar de la FANB.
Esa exposición demuestra claramente que la oposición y la derecha venezolana, quiere imponer su modelo y su proyecto a costa de cualquier consecuencia, porque tampoco tienen el respaldo de la mayoría. Encuestas recientes demuestran que si bien existe gran descontento en la población por la escasez, la inflación y el desabastecimiento, la mayoría del pueblo no estaría de acuerdo con la reinstauración de políticas neoliberales que harían retroceder los beneficios y conquistas sociales obtenidos en 17 años de Revolución Bolivariana.
DIÁLOGO O VIOLENCIA
Es el título de un acertado análisis del avezado periodista José Vicente Rangel, donde advierte que la actual problemática nacional nos hace transitar por una “campo minado. Hay cargas explosivas provenientes de la situación económica, concretamente de todo cuanto tiene que ver con el angustioso tema del desabastecimiento y el costo de vida, que tensa la situación social y, por otro lado, los movimientos de sectores de la oposición donde crece la angustia porque sus cálculos para salir de Nicolás Maduro y del chavismo no se dan”.
JVR asegura la oposición en este contexto está “propensa a la desesperación que conduce a incurrir en episodio de violencia como el 11-A, el paro petrolero y las guarimbas.” A ello se le suma, nos indica, la influencia injerencista del Gobierno de EEUU, que insiste en presionar para aislar diplomática y políticamente al Gobierno Bolivariano.
En esa circunstancia, JVR explica que el diálogo emerge como una herramienta para impedir la caotización.
“En estos momentos las perspectivas del país no cambian por culpa de una oposición que cada día se aparta más del camino institucional y democrático. La posible frustración del revocatorio por culpa propia por recurrir a insólitos extravíos que no se sabe si son deliberados o consecuencia directa de las pugnas y desorganización imperantes en su seno, impide acceder al diálogo que los venezolanos reclaman. Igual pasa con la insensata propuesta de aplicar en la OEA a Venezuela la Carta Democrática, que no es otra cosa que el aval que necesita una intervención foránea que, ineluctablemente, conduce a la violencia. Razón por la cual el dilema es claro: o se dialoga o la violencia se apodera del país. Pero el diálogo se impondrá. Como se impuso en la OEA, dejando con los crespos hechos a la oposición aventurera”, destacó el experto analista político.
Al respecto, también el diputado del Bloque de la Patria y periodista Earle Herrera, dijo en reciente entrevista en una televisora privada: “tanto Ramos Allup como los sectores que quieren la intervención de Venezuela, que no seamos nosotros los venezolanos los que resolvamos nuestra situación, pues sufrieron una derrota aplastante en la OEA”.
“La agenda no la impone una sola parte cuando se va a dialogar, la agenda la hacen las dos partes y cuando hay sectores de buena voluntad o mediadores o como se le quiera llamar participan en esa situación sin condiciones previas, allí en esa reunión del Consejo Permanente de la OEA se le dio un respaldo a Unasur, se le dio un respaldo a las iniciativas de diálogo”, expresó Herrera.
T/Modaira Rubio
F/Archivo- AFP
http://www.correodelorinoco.gob.ve/tema-dia/derecha-venezolana-cierra-puertas-a-concertacion/
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