GRANDES CUESTIONES: LA FIRMA DE TODAS LAS COSAS
Walter Ritter Ortiz
Sección de Bioclimatología, Centro de Ciencias de la Atmósfera, UNAM. Circuito Exterior s/n, Ciudad Universitaria, Deleg. Coyoacan, México, D. F. email: walter_ritter@hotmail.com
RESUMEN
He tenido la fortuna de encontrarme en condiciones que me han permitido estudiar los fenómenos de la vida en su perturbadora complejidad. Sin pretensiones de querer conocer las cosas que se encuentran fuera del dominio de la observación científica, distinguiendo lo conocido de lo que pudiera conocerse y por averiguar, de la existencia de lo desconocido y de lo que no es posible de conocer. Gracias a esto he podido extender mi atención a variados dominios de especialización, conocidos como transdisciplinarias que permiten la posible solución integrada de los problemas y la aplicación y desarrollo metodológico para este propósito. He tratado de hacer un trabajo de divulgación dirigida tanto a conocedores como a ignorantes en el tema, en la pretensión suprema de contribuir tal vez mínimamente, al propósito aristotélico de formar al futuro hombre universal del conocimiento, sabiendo de antemano que los especialistas lo encontraran superficial y al público no especializado de demasiado técnico, confesando que es una tentativa que pudiera ser abortada pero que vale más que la ausencia de toda posible tentativa a realizar.
En ocasiones se ha tenido que sintetizar en pocas líneas trabajos o aspectos que a los expertos les ha llevado atender y ha absorbido su atención por muchos años. Debido a límites en los espacios de expresión nos vemos obligados a resumir de manera demasiado breve, conjuntos gigantescos de observación; en la consideración de que hace falta liberarnos de los errores observacionales de estudios mal hechos y de los falsos problemas perseguidos por los débiles de espíritu de la ciencia, de los seudo descubrimientos de los charlatanes y de los sabios creados y celebrados por la prensa cotidiana. De aquellos trabajos tristemente inútiles, de los estudios de cosas sin significado, confusión que crece y de que se ha dado desde que la investigación científica se ha convertido en una profesión como cualquier otra y a la que tiene acceso cualquier persona con las facultades requeridas y necesarias o sin ellas.
Ya hay bastantes límites naturales para el conocimiento humano sin que tengamos que sufrir los que surgen de la racionalización ignorante. Una afirmación o medición sólo tiene sentido si se define el marco de referencia. Cualquier suceso puede tener una infinidad de causas posibles. Y, estamos atrapados en los marcos de referencia que empleamos para comprender nuestro mundo cotidiano, y no somos capaces de escapar a su punto de vista, profundamente matemático, en el que se disuelven las contradicciones. Las mediciones difieren dependiendo del marco de referencia. Parece que esto nos deja en una situación en que todas las mediciones son relativas y ninguna puede considerarse definitiva o cierta. No hay un punto de vista o un marco de referencia verdadero, a partir del cual podemos entender objetivamente lo que estamos contemplando. Podemos elegir el marco de referencia que queramos, pero no podemos decir que tenga más validez que ningún otro.
Muchas de las reglas de las matemáticas llamadas axiomas, se basan en consideraciones que parecen razonables pero que tienen que ser aceptadas por la fe. Las matemáticas necesitan fundamentos más fuertes que el puro sentido común. Los números son conceptos inmateriales y por lo tanto, no tienen una existencia física, sino inmateriales; sin embargo, 1+1=2 no es un enunciado inmaterial arbitrario sino una verdad fundamental, como todos sabemos. Los especialistas son necesarios, sin ellos la ciencia no puede progresar, pero la aplicación de sus esfuerzos exige la síntesis previa de los conocimientos dispersos que surgen del análisis. Nos encontramos frente a problemas extremadamente complicados, con la tentación de construir hipótesis que nos lleven a artículos de fe, que nos mantengan inmovilizados en situaciones rígidas y dogmaticas. La realidad no es necesariamente clara y sencilla, ya que no podemos tener la seguridad de que sea siempre inteligible y puede presentarse bajo formas infinitamente variadas. Deben emplearse todos los métodos donde lo cualitativo es tan verdadero como lo cuantitativo. Las relaciones en lenguaje matemático no poseen una realidad superior que las que no lo tengan.
La dificultad o la oscuridad de un tema u objeto no es razón suficiente para no analizarlo y abandonarlo. Todo tiene un significado pero a la vez, no hay territorios privilegiados. En la actualidad, los aspectos más fragmentados se consideran como capaces de expresar el todo, pero a veces, los hechos más importantes son completamente suprimidos haciendo a un lado lo que no entra en el cuadro de creencias científicas o filosóficos de la época. Y, se cree de buena fe que lo que no es explicable por estas teorías clásicas, simplemente no existen. A un conocimiento sin importancia se lo considera de un valor superior al del conocimiento profundo de toda una ciencia. El desarrollo de la ciencia sintética, depende de un inmenso esfuerzo intelectual que reclama una revisión no sólo de la concepción del sabio, sino también de las condiciones en las cuales se efectúa la investigación científica.
Muchas de las consideradas grandes revoluciones de la ciencia se han dado de remover, seleccionar y combinar ideas preexistentes para dar con ellas una nueva interpretación del mundo. Se dice que en realidad, todo estaba ya ahí, aunque por separado y desconectado; y el genio estuvo en unir ciertos elementos y releerlos, con una peculiar y singular combinación de éstos donde todas las ideas viables tenían su precedente, algunos oscuros y marginales pero la potencia creadora estaba en su particular combinatoria y en su capacidad interpretativa.
La buena metáfora, requiere un esfuerzo interpretativo que conduce al descubrimiento o creación de nuevas relaciones analógicas. El tránsito de la expresión metafórica a la analógica, no consiste en el mero despliegue de lo implícito sino que requiere la fuerza de toda la inteligencia creativa puesta al servicio de la interpretación. Es en los comienzos de la historia de la ciencia, más que en su apogeo, cuando la ciencia tiene necesidad de los espíritus superiores. La crítica a lo que somos y poseemos, nos proporciona numerosas opciones y nociones positivas que nos permitirán construir esquemas y nociones positivas, esquemas más ricos y creativos que los mismos esquemas clásicos del momento. La adhesión a un sistema filosófico cambia el significado de los fenómenos observados, lo que significa que contemplamos los sucesos a través de cristales teñidos por doctrinas falsas o inexactas, que importa ser suprimidas. Debemos concentrar nuestra atención sobre la humanidad y sobre las causas de su incapacidad moral e intelectual.
Es inútil continuar con la elaboración de un modo de vida que lleva consigo la desmoralización y la desaparición de los elementos más nobles del ser humano. Hasta el presente, la ciencia no ha logrado sustraerse de la influencia del dualismo carteciano, siendo dominadas por el mecanicismo y el materialismo. Hace falta un cambio radical: necesitamos generalistas capaces de reunir en su conjunto integrado los descubrimientos de los especialistas, progresando en los esfuerzos conjuntos de análisis y síntesis, para una concepción completa y simple que sirva de base a nuestro accionar. Sin embargo, sabemos que la síntesis no puede nunca lograrse de datos recolectados de cada uno de los especialistas y, no del esfuerzo colectado del grupo, sino de un hombre experto en el tema transdisciplinario.
La síntesis de la que tenemos necesidad para el avance del conocimiento, debe ser elaborado por un cerebro único y entrenado en este propósito. Desafortunadamente, hoy en día los conocimientos acumulados por los especialistas permanecen sin ser utilizados porque nadie es capaz de coordinar el conocimiento adquirido, sin poder enfrentarse con el conocimiento en su total conjunto. Se ha fortalecido siempre a los trabajadores científicos que se aíslan en un estrecho campo, entregándose al estudio prolongado de un detalle a veces insignificante. Es notable observar que tenemos muchos trabajadores científicos pero pocos científicos verdaderamente sabios. Es decir, que son pocos los espíritus de amplia fortaleza, conocimiento y sabiduría que de los de espíritu preciso y estrecho. Estos hombres excepcionales son capaces de adquirir un conocimiento que se puede utilizar en numerosas ciencias a la vez.
Desafortunadamente cada año se desperdician grandes sumas de dinero en investigación, ya que a los que se le confían estas investigaciones no poseen en alto grado las cualidades indispensables para su adecuado desarrollo; donde por lo general, estamos unidos con una muchedumbre con apetitos puramente materiales con lo que los conocedores se desgastan en sus esfuerzos inútilmente, perdiendo su tiempo, tratando de encontrar las condiciones indispensables para poder darse la manifestación de sus pensamientos y que además, muchos tratan desesperadamente de que no se lleguen nunca a dar.
No podemos decirles a los consejos de administración, a las comisiones de gobierno o a los demás organismos rectores de las instituciones académicas que nuestra función consiste en remover conciencias, en hacer que nuestra sociedad se sienta culpable, en mantenerla en un cierto desequilibrio y que la educación superior tampoco consiste en inculcar o deducir la verdad, sino en incitar la duda y estimular la imaginación, cuestionando con ello, el consenso reinante. En la actualidad, los estudiantes tienen como meta retener lo aprendido en su memoria y en sus notas y saben que no deben producir ni crear algo nuevo. En vez de ser recipientes pasivos, lo más importante es captar y responder de manera productiva y activa; con su participación van surgiendo nuevas preguntas, ideas y perspectivas, dando vida a lo que oyen. Ante el material estimulante que los hace sentirse afectados, tratar de cambiar, siendo alguien distinto después de la clase. La charla vacía no ayuda si no hay un interés, si el contenido no pasa a ser parte de sí mismos y sus pensamientos no lo enriquecen ni lo amplían.
Alumno y conocimiento continúan siendo extraños entre sí. Es necesario que de antemano piensen los alumnos en los problemas que se tratarán en clase y tener en mente cuestiones y problemas propios, que se ocupen del tema y de su interés. La memoria y la creatividad para funcionar bien, necesitan un interés poderoso e inmediato, que en la actualidad no se les está dando. ¿Queda todavía algo parecido a un método de descubrimiento? Queda en efecto algo distinto del “Todo se vale”, algo que medie entre el algoritmo y el anarquismo. Es la persona creativa la que puede alumbrar nuevas conexiones, imágenes o teorías. Esta es la única regla que puede enfrentarse con la realidad siempre distinta, nueva cambiante, porque es ley encarnada.
INTRODUCCIÓN
Todos los hombres tienen por naturaleza el deseo de saber. En la ciencia lo que nos une es la pasión compartida por el saber y el desesperado deseo de comprender cómo funciona el mundo y de qué están hechos los mecanismos de la vida. Desde que existen registros, existe evidencia de que las personas se han estado haciendo preguntas filosóficas impulsadas por un esfuerzo en entender y predecir el mundo y su realidad, así como el papel que estamos jugando en éste; no nos hemos conformado con contemplar acontecimientos inconexos e inexplicables, sino que hemos estado tratando de forjar una comprensión clara del orden subyacente del mundo.
Para nosotros la vida gira alrededor del supuesto de que el mundo es riguroso y ordenado, y que los desvíos ocasionales que pudieran presentarse, son, en realidad, la consecuencia de una percepción errónea. ¿De qué está hecha la realidad? ¿Cuáles son los constituyentes últimos de la materia? ¿Cuál es su esencia? Las diferentes respuestas se presentaron tempranamente en las diferentes escuelas de la filosofía griega. Sin embargo, toda tentativa que no se apoya en una experiencia probada está condenada al fracaso.
Los griegos hicieron hincapié en el estudio de la naturaleza para comprender, apreciar y aprehender la realidad subyacente. Desde los pitagóricos, todos los filósofos griegos afirmaron que la naturaleza obedecía a un plan matemático, lo que sirvió de guía a la mayor parte de los grandes matemáticos, donde se consideraba que el cosmos opera de acuerdo con unas leyes al alcance del pensamiento humano. Y donde para ellos, la verdad por su propio significado, solamente podría pertenecer a relaciones y entes permanentes e inalterables; pero, ¿Existe una manera precisa de distinguir entre explicación y descripción? ¿Cómo aprendemos a aprender lo que es el mundo?
La ciencia es el conocimiento de la realidad, pero ¿Cómo distinguir lo que es ciencia de lo que no lo es? Con frecuencia, uno llega a la incoherencia de aplaudir tanto una idea como su negación, lo que no es tan contradictorio como pueda parecer, nos dice Jorge Wagensberger. Según él, ciencia es todo conocimiento en cuya elaboración se hayan respetado “Los tres principios fundamentales del Método Científico”, es decir: “Objetividad, inteligibilidad y dialéctica”. En los tres casos se trata de expulsar al sujeto del conocimiento del seno del objeto de conocimiento, de excluir a la mente creadora de aquello que ha creado, de sacrificar todo lo que recuerde al creador dentro de su creación.
El método científico es el método que utilizan los científicos para hacer descubrimientos científicos. Una versión ideal del método científico es de que tiene la capacidad de “detectar la existencia de un problema”; Separa y desecha los aspectos no esenciales del problema; Reúne todos los datos posibles que incidan en el problema; Propone una hipótesis, que sea un enunciado breve o relación matemática, es decir elabora una generalización provisional que describa los datos de la manera más simple. Con la hipótesis se pueden predecir los resultados del experimento, mirando si la hipótesis es válida. Si la hipótesis funciona ésta sale reforzada y adquiere el reconocimiento de “teoría” o “ley natural”. Aunque debe quedar claro que ninguna teoría ni ley natural adquiere el carácter de definitivo. Las viejas leyes se pueden ver superadas por otras, más generales, que expliquen un poco más de lo que explicaban las anteriores.
La tarea es reducir el conocimiento en general a un conocimiento científico, es decir “acordar” qué clase de conocimiento estamos dispuestos a llamar ciencia. Según Wagensber, la literatura nunca ha tenido nada en contra de lo superfluo o del error e indulta incluso el error condenado por la ciencia. Con el método científico se puede construir un esquema conceptual, con el cual podamos analizar el conocimiento “no científico” desde la visión clara, precisa y esclarecedora de la ciencia.
Si dos personas quieren conversar inteligentemente, tienen que ponerse de acuerdo acerca del significado de los símbolos que utilizan y sus comentarios han de tener sentido en función de ese significado. Las preguntas que no tengan sentido en función de las definiciones convenidas, se les descartará y se dice entonces, que las preguntas no tienen respuesta, porque la pregunta nunca debió ser formulada. La verdad matemática no es absoluta, sino relativa a ese sistema, en el sentido de que una proposición que es válida en una teoría, puede dejar de ser lógicamente verdadera en otra teoría.
En la ciencia, el sujeto investigador es mucho más complejo que los objetos que se tratan de comprender; sin embargo el principal inconveniente para hacer ciencia es el propio científico. Por eso en la ciencia se intenta barrer de sus contenidos todo lo que huele a creencia, sentimiento o emoción y, cuanto más simple es el objeto de conocimiento, más fácil para el sujeto investigador o sujeto de conocimiento para aplicar los tres principios a sus objetos. De que se elija aquellas maneras en que el observador afecte lo menos posible a lo observado, con esto “expulsamos el YO de la ciencia”. Se recomienda para esto la máxima objetividad posible, no la objetividad absoluta, para conseguir la máxima universabilidad del conocimiento, al expulsar lo que haya de creencia, ideología o sentimientos.
Lo primero a expulsar es lo superfluo, lo que no tiene soporte en la evidencia experimental. El principio de “inteligibilidad” recomienda también la máxima inteligibilidad posible, no la inteligibilidad absoluta, ya que no toda realidad necesariamente tiene que ser comprensible y es posible además, que no sea posible encontrar nada más compacto que la realidad misma, para representar tal realidad analizada. Otra de las limitaciones posibles es tratar de conocer algo más complejo que nosotros mismos, rebasando los límites permisibles.
El principio dialéctico enfrenta lo que aceptamos como verdad científica, con lo que se pretende comprender en busca de posibles contradicciones. Donde la verdad tiene prioridad y el creador de la ciencia no puede forzar a la realidad a encajar en su verdad. El principio dialéctico condena el error en la ciencia, donde detrás de cada contradicción se esconde un error, ya sea en la observación o en la comprensión de la realidad. Es decir, de nuestra capacidad de observación o del grado de “visibilidad” de la realidad observada.
En resumen, es “científico” todo aquello que no escapa a la regulación de estos tres principios. Con estos tres principios, la ciencia gana “Universalidad, anticipación y progreso”, nos dice Wagensberg. Se llega a comprender la realidad marginando y sacrificando creencias y sentimientos; Todo aquello de su identidad que lo haga distinguible de cualquier otro posible mortal.
La naturaleza es creativa, prolífera, imprevisible y feraz. Y por medio de la investigación científica, el hombre ha alcanzado una reconstrucción conceptual del mundo que es cada vez más amplia, profunda y exacta.
En el universo podemos ver una serie de fenómenos coordinados, pero también podemos ver una serie de paradojas o de excepciones y podemos percibir hechos accidentales, los cuales a su vez, se reducen a excepciones más excepcionales que las otras y que constituyen las llamadas singularidades.
¿Vivimos en un mundo, que es el mejor posible como pensaba Leibniz?
¿Quiero vivir feliz en un mundo que no entiendo?
La ciencia no garantiza una respuesta a todo. Lo único que ofrece es un sistema para obtener respuestas una vez que se tiene suficiente información. A su vez, hay muchas preguntas que no tienen una respuesta sensata. Escribir sólo vale la pena si se nos ofrece el placer del hormigueo de la aventura, nos dice Nassim Taleb y esa es la razón de que se disfrute escribiendo libros, pero desagrada la camisa de fuerzas en que se ha convertido el escribir artículos científicos de opinión limitada y que aún sin sus tonterías y sus absurdos, aburran hasta morir y a más no poder.
Para Alfredo Marcos, la ciencia es acción humana y social que busca producir conocimiento riguroso (lógico y empírico, no solo y no siempre matemático) y objetivo que no dependa de los puntos de vista subjetivo o de las capacidades extraordinarias de un sujeto.
La ciencia es un homenaje a lo que podemos saber, reconociendo que errar es humano y de que somos falibles y donde siempre buscamos a tientas pero con esperanzas, donde todo juicio es personal y está siempre en el filo posible del error.
Es la supresión sistemática de la incertidumbre y la aleatoriedad de las cosas, el intento es de hacer que las cosas sean previsibles, hasta el más mínimo detalle.
Somos incapaces de reconocer la misma idea cuando se presenta en un contexto diferente. No podemos entender que la incertidumbre, la comprensión incompleta, el desorden y la volatilidad son parientes cercanos.
La ciencia la dividimos en “formales” o ideales y “fácticas” o materiales: Las ciencias formales se contentan con la lógica para demostrar rigurosamente sus teoremas, mientras que las ciencias fácticas necesitan más que la lógica para confirmar sus conjeturas y necesitan de la observación y la experimentación. El conocimiento fáctico verificable se le llama a menudo “ciencia empírica”. Los rasgos esenciales del tipo de conocimiento que alcanzan “las ciencias de la naturaleza” y de la sociedad son la racionalidad y la objetividad.
La lógica y la matemática tratan de entes ideales y estos entes sólo existen en la mente humana; la materia prima que emplean no es fáctica sino ideal. El teorema de Gödel es aplicable a sistemas deductivos, pero como sabemos, la deducción no es el único modo de descubrir la verdad.
¿Dónde está la frontera entre la verdad y la falacia?
En el especialista, su ciencia se centra en esa su parte de la realidad ya que gracias a ese recorte puede mantener los estándares de rigor y objetividad exigibles a la ciencia. Pero para el científico transdisciplinario, su visión debe coordinarse con un punto de vista más amplio y ético, que permita equilibrar valores y que custodie otros valores además de la obtención de conocimiento riguroso y objetivo; valores como la libertad, la dignidad y la justicia dentro de la sociedad; con lo que parece que ciencia y ética deben de estar en contacto y cooperar, lo que significa aceptar mutuas influencias, así como la búsqueda de una interrelación con todo lo posible de relacionar, para conseguir obtener la realidad integral de las cosas.
Las leyes de la naturaleza no son reglas de la naturaleza, es el científico el que las concibe para que le ayuden a comprenderlas. Son invenciones humanas, eficaces y cómodas para conocer y sobre todo, para intentar predecir. No existe una ciencia de la naturaleza, sólo hay una ciencia del conocimiento de la naturaleza por parte de los hombres.
Para determinar si los métodos de las ciencias son aplicables a cualquier materia o, si son capaces de responder todas las preguntas importantes, es obvio que necesitamos saber con exactitud qué son esos métodos. A su vez intentar ser demasiado preciso, puede causar más mal que bien y hacer que no entendamos el tema esencial, algo que ocurre a menudo.
Popper nos enseña que la ciencia consiste en la refutación de las certidumbres.
La vieja forma de razonar, considerando el mundo como un objeto que ha de ser analizado, diseccionado y controlado ya no funciona en el contexto actual de los numerosos problemas que enfrentamos. La posesión más valiosa de un ser humano es su propia mente, y cuando una mente permanece subdesarrollada, la vida humana no es plena. Con el sueño aristotélico, del ciudadano intelectual, la pregunta obligada era de cómo debemos vivir; La mejor vida para el ser humano, ahora lo sabemos, es la vida del intelecto.
No se trata de que uno lo sepa todo, sino de que nos demos cuenta de que no será así, pero podemos determinar en qué punto de la escala entre la certeza absoluta en un extremo y la incertidumbre absoluta en el otro, se puede situar su creencia; porque sabemos que el conocimiento tiene que estar en una condición incierta y que nunca más se puede estar absolutamente seguro. Cuando se ha apreciado por completo el misterio, podemos dirigir la mirada objetiva y percibir la vida como parte de este misterio universal de la mayor profundidad.
Para Stephen Hawking, la estirpe humana no es más que un sustrato químico en un planeta pequeño, orbitando alrededor de una estrella mediana, en los suburbios de una galaxia del centenar de miles de millones que existen. Para el biólogo, la vida es algo que se reproduce a sí misma y que los errores en la replicación los corrige la selección natural. En cambio para un físico, la vida es un sistema que funciona como un frigorífico; toma energía libre y se construye a sí misma en forma de estructura disipativa.
Somos habitantes de un universo que se organiza a sí mismo. La vida puede transmitir información y conocimiento de una generación a otra, de lo que hay que hacer para seguir existiendo de forma casi inmortal con la existencia y permanencia de las especies. El genoma existe como un flujo de información y son una descripción codificada de información histórica conservada como un manual de supervivencia, donde ciertos errores de reproducción son fruto de la historia y la selección natural y el mismo cerebro, está diseñado para sobrevivir y no para buscar la verdad.
¿El cerebro es un intérprete fiel de lo que sucede en nuestro exterior, sobre todo cuando recibe poca información y muy vaga? Nuestro cuerpo no obtiene información sobre el entorno por medio de un sistema lógico.
La verdad es relativa a un terreno independiente, que se puede descubrir y ése es, el estándar contra el que se evalúa lo verdadero y lo falso, lo correcto y lo incorrecto, y lo bueno y lo malo. Compartimos un mundo en el que distintos grupos tienen opiniones diferentes del mundo. Compartimos la idea de que hay una realidad objetiva y de que existe independientemente de cómo pensamos acerca de ella.
La línea entre la apariencia y la realidad, lo que está hecho y lo que se crea, es en sí una creación y no un descubrimiento. Si no podemos ver el contraste significativo entre nuestra cosmovisión y la cosmovisión de otros, no tenemos una buena razón para reconocer que existen distintas cosmovisiones allá afuera.
Conocemos algunas de las principales características de la investigación científica y sin embargo, éstas no proporcionan una definición precisa del “método científico”, ni está claro si será posible proporcionar una definición semejante en el futuro. La ciencia cambia de forma notable con el paso del tiempo, de modo que la suposición de que existe un “método científico” inmutable empleado por todas las disciplinas científicas- y en todas las épocas, está aún lejos de lograrse. Tenemos que buscar sobre todo coherencia; Y donde ésta haga falta, debemos sospechar de engaño.
A su vez, las teorías científicas deben aceptarse o rechazarse en base a las pruebas experimentales; el de que éstas no se acomoden a nuestra intuición debe ser irrelevante. Una sola predicción fallida debe obligar a modificar o abandonar la teoría utilizada. La teoría cuántica es completamente correcta y las leyes de Newton son una aproximación.
Muchas veces los factores no racionales infringen nuestra racionalidad. La paradoja es algo con cualidades contradictorias. Para que una persona sepa que se equivoca, debe saber en qué se equivoca. ¿La verdad es una condición necesaria del conocimiento? ¿Esto se fundamenta en la intuición de que el conocimiento se opone a la ignorancia?
La ciencia se basa en problemas y explicaciones y buscar la mejor explicación posible, es también el modo de encontrar la mejor teoría posible. Razonar por “inducción” plantea problemas lógicos; Pero toda la ciencia está basada en la inducción y, el inductivismo se basa en observaciones y predicciones; Superficialmente ésta parece plausible, a pesar de su intrínseca falsedad. Una mentira es una distorsión de la realidad, porque el que la dice afirma algo que no existe.
Sabemos que si hacemos una suposición e inferimos una contradicción de ella, entonces nuestra suposición debe ser falsa. Los juicios de valor parecen distintos al discurso científico, exactamente porque lo que se hace o pueda hacerse, no es una guía segura de lo que deba hacerse.
La reflexión en torno al problema de la inducción da pie a interesantes preguntas acerca de la estructura del razonamiento científico, la naturaleza de la racionalidad, el nivel apropiado de confianza en la ciencia y la interpretación de la probabilidad, entre otras cosas. Al igual que la mayoría de las interrogantes filosóficas, tal vez estas preguntas no admitan una respuesta definitiva, pero al abordarlas aprendemos mucho acerca de la naturaleza y los límites del conocimiento científico, nos dice Samir Okasha.
En el positivismo la teoría de que todo enunciado que no describa o prediga valores carece de significado y no puede ser defendido coherentemente. Así también nuestro lenguaje tiene una influencia sobre nuestra perspectiva del mundo. Una dependencia tan reciproca entre el lenguaje y las formas de vida puede albergar consecuencias negativas, porque nuestra perspectiva del mundo puede limitarse por nuestro lenguaje. Lo que implica que muchos de nuestros comentarios tienen un significado fijo. Nos volvemos tan dependientes de él que finalmente influye en nuestra forma de pensar.
Mantener sus significados no fijos, implica mantener un lenguaje vivo y diverso y así también multifuncional.
El lenguaje comunica información no sólo acerca del mundo sino también acerca del grupo al que pertenece el usuario humano.
No fue sino a mediados del siglo XX que la especialización de las actividades científicas e intelectuales condujo a un distanciamiento entre la ciencia y la filosofía. Sin embargo, Einstein y Bohr y muchos otros, tenían inspiraciones filosóficas que les permitían abordar problemas fundamentales de la física, de manera relevante y fecunda, tanto para la filosofía de la ciencia como para el desarrollo de la propia física… Sabemos que sólo a través de la colaboración entre la ciencia y la filosofía y de una retroalimentación continua de sus saberes y en la propia convergencia de aproximaciones diferentes sin embargo complementarias, la filosofía de la ciencia puede contribuir al acercamiento entre sus áreas de pensamiento, que para muchos no debieron separarse y distanciado jamás.
La filosofía es la herramienta que nos permite cuestionarnos; La filosofía no es para salir de dudas, sino para entrar en ellas, nos dice Fernando Savater.
La filosofía es la pretensión de que hay que crear un marco dentro del cual entre lo relevante y que de alguna manera, sirva de muralla contra lo irrelevante, lo trivial y lo engañoso.
Para Faraday la ciencia era, por encima de todo, filosofía natural.
Algunos filósofos dependen de mundos posibles para especificar la cercanía a la verdad. Un mundo posible es una descripción completa de cómo podrían haber sido las cosas, aunque las cosas no sean realmente así.
En las lógicas de múltiples valores, uno puede tener todos los valores de verdad que quiera.
Para poder saber que uno está equivocado, debe saber lo que es correcto.
Si se sabe que estás equivocado, siempre que estás equivocado, ¿Se puede probar que cuando estás equivocado, puedes no saber que estás equivocado? ¿La única vez en que no sabrías que estás equivocado, sería aquélla en que tienes razón?
Las inferencias inductivas notan similitudes o regularidades entre un grupo de datos y luego, llegan a conclusiones generalizadas al respecto, las cuales a menudo son predictivas. Cualquier generalización basada en experiencias pasadas podría resultar ser falsa; sin importar qué tan improbable sea. Aunque jamás podremos saber con certeza que nuestras inferencias inductivas son verdaderas, al menos podemos estar seguros a veces, de que nuestras inferencias inductivas son falsas. Jamás podremos estar seguros de que las generalizaciones inductivas son ciertas, pero por lo menos a veces podemos saber cuándo las generalizaciones son falsas y en algún sentido, estar mal y saberlo.
Es mejor ser libres y vivir en profundo desacuerdo que vivir bajo el tipo de tiranía necesaria para un acuerdo, en múltiples esferas de asociación. Muchas veces nuestra manera de hablar del mundo está vinculada muy de cerca a nuestra manera de ver el mundo; las prácticas lingüísticas de ciertos grupos expresan o reflejan, el esquema conceptual del grupo. La lengua representa o incluso copia nuestro mundo, de tal manera que los dos comparten una estructura lógica; Esta es la teoría del uso del significado.
Hay verdades sobre el Universo que aún deben aprenderse, pero con cada descubrimiento científico, nos acercamos más y más a la verdad. Así que la idea de “proximidad a la verdad” parece inteligible. Sin embargo, estar equivocado es un estado absoluto y no está sujeto a la gradación, pero si la verdad tiene grados, ¿Por qué no la falsedad?
¿Creamos la verdad o, son cosas que están afuera a la espera de ser descubiertas? ¿Es sólo nuestra comprensión de esas cosas lo que es incompleta? Para muchos, no hay nada allá fuera por ser descubierto; sin embargo, la realidad social se crea, nos dice Ruth Lowe.
La curiosidad intelectual y el deseo de comprender el Universo son metas apropiadas de la actividad científica, ya sea que nos lleve o no a resultados útiles, ya que el conocimiento por sí mismo es una actividad suficiente de justificación, que no requiere de mayores aclaraciones. Sin embargo, Bacon no está de acuerdo con esto y declara que el conocimiento que no pretende más que satisfacernos, no pasa de ser una cortesana.
Bacon se dio cuenta de que los propósitos de la ciencia, debido a la complejidad del universo, no requería los esfuerzos de un hombre sino los de muchos, no de una vida, sino de generaciones de individuos que trabajasen con un propósito en común.
Existen sustancias que no podemos ver, pero que constituyen la mayor parte del universo; probablemente diez veces mayor de lo que observamos. En más de un noventa y nueve por ciento del universo es plasma, que es un estado de la materia en la que las partículas existen como objetos individuales sin acoplarse unas con otras. Nuestros cuerpos están hechos principalmente con elementos de la primera mitad de la tabla periódica. El paso del agua líquida al estado sólido es una transición de fases que se producen en los sistemas autoorganizados.
Basándose solamente en la física y la química no debería existir vida en la Tierra. El Sol transforma masa en energía, que a su vez alimenta la vida en la Tierra. Nuestros cuerpos se han formado a partir de comunidades de antiguas bacterias que en otro tiempo tuvieron una vida independiente y ahora están permanentemente integrados en nosotros.
Vemos el Universo que nos conviene en función de lo que estime adecuado nuestro cerebro para sobrevivir. Todos los sistemas tienden a autoorganizarse;
Los seres vivos pueden autorreplicarse y evolucionar. ¿Podemos decir que estudiamos la “emergencia de sincronías” en la naturaleza? ¿En el proceso de “autoorganización” existe un objetivo prefijado? ¿La evolución va en la dirección de una mayor complejidad y aumento del orden, sobre la Tierra?
Según la segunda ley de la termodinámica, los sistemas aislados tienden al desorden. Los organismos vivos como sistemas de equilibrio dinámico tienden a degradarse, desordenarse y desaparecer. Son sistemas abiertos capaces de reducir su entropía interior tomando energía de su entorno y devolviéndola en forma degradada. Pero al ser un fenómeno estadístico, sucede que en ciertas condiciones la entropía puede revertirse, es decir, que se da la construcción de “orden” e incrementar su complejidad, como también la información.
La entropía mide la incertidumbre de un mensaje y será nula cuando la certeza sea absoluta. Y mientras un sistema reciba energía más estructurada que la que emite, podrán reducir su entropía. Pero también existe un umbral de entropía donde, arriba de éste, los seres vivos dejan de existir. Stephen Jay Gould nos dice que es mentira que marchemos hacia algo cada vez más grande y perfecto, e incluso para Ken Nealson, “la vida es una equivocación”. Según Heráclito: El ser es una ficción vacía; No hay más mundo que el “aparente”, el “mundo verdadero” no es más que un añadido falaz.
Las probabilidades de que la vida surgiera de la no vida, son tan astronómicamente remotas que el hecho de que se diera es una imposibilidad virtual. ¿Cuáles son las probabilidades de que el Universo tuviera las condiciones adecuadas para darse la vida? El hecho de que se diera un Universo como el nuestro, nos parece increíblemente improbable.
Todos los objetos son solamente probables y una doctrina de probabilidades que no está suspendida de una verdad, se hunde en la nada; para definir lo probable hay que poseer lo verdadero. Para que haya una verdad cualquiera se necesita una verdad absoluta; Y, ésta es simple y fácil de alcanzar, está a la mano de todo el mundo; consiste en captarse sin posibles intermediarios. Es la condición misma de su accionar, porque esto supone que se enfrenta a una pluralidad de posibilidades, y cuando se elige una, nos damos cuenta de que sólo tiene valor porque ha sido elegida.
Siendo sólo un producto de desecho, el oxígeno es la clave de la vida planetaria, es realmente la molécula que fabrica el mundo. No sólo salva la vida del planeta sino que infunde vigor a toda la vida y hace que ésta florezca. Ninguna otra cosa puede suministrar la energía necesaria para satisfacer las demandas de la vida multicelular.
Todo el oxigeno liberado al aire por la fotosíntesis es absorbido de nuevo por la respiración. Las cadenas tróficas son viables sólo si hay respiración con oxigeno.
Los modelos de la naturaleza son los modelos del caos. El caos implica ramificación, contracción y cambio. Las creaciones de la naturaleza emergen de un proceso caótico holístico en que las partes están interconectadas, que contienen individualidad, espontaneidad y misterio, imposibles de reproducir en algoritmo alguno, nos dice Robert Clarke.
La naturaleza crea formas mezclando artísticamente la simplicidad y la complejidad. Y utiliza el caos para crear y mantener la coherencia del universo. Trasciende y apunta más allá de la simplicidad y la complejidad, la objetividad y la subjetividad.
El caos nos anima a cuestionar nuestras creencias más queridas y nos incita a formular nuevas preguntas acerca de la realidad. Es la aleatoriedad junto con una sencilla regla iterativa, lo que hace la complejidad del mundo. El modo de hacer estructuras complejas a partir de reglas sencillas es la “repetición”.
¿Es que acaso el “azar” está asociado a una sensación de incertidumbre estimulante?
Siguiendo una regla sencilla, repetida de manera aleatoria, se pueden producir imágenes fractales parecidas a formas de seres vivos. La “autosimilitud” opera a cualquier escala en muchos objetos cotidianos, pero sólo a ciertas escalas especificas en el caso de los fractales.
Los generadores de números aleatorios que se usan en los ordenadores no siempre son realmente aleatorios.
Debemos tener presente que, cuando haya cualidades que valoramos, pero no podemos medir fácilmente, nuestro cálculo será limitado. Una correlación puede decirnos si una cosa tiende a aumentar o a disminuir junto con otra cosa, o si no existe ninguna relación entre ambas. Pero las únicas soluciones pueden venir de la imaginación o bien de la declaración de que los problemas no existen, o sea, la vida aceptada de forma aproblemática.
De hecho, un problema, por su proposición, significa voluntad de solución y de ejecución en un plano más o menos productivo.
Cuando las evidencias son escasas, los resultados se dice que están más cerca de las conjeturas que de las hipótesis. Tal parece que todas las grandes preguntas sobre la naturaleza del Universo, desde su principio a su fin, resultan imposibles de responder. Claro que cuando decimos que algo es totalmente imposible, realmente lo que queremos decir es que son imposibles para una civilización primitiva como la nuestra.
Las ideas son incorpóreas e intemporales; necesitamos las ideas para razonar con lógica y para explorar la niebla de incertidumbre que rodea la vida cotidiana. El factor fundamental de la curiosidad sobre el funcionamiento del mundo son los motivos fundamentales que nos llevan al estudio de la ciencia. Para Stephen Hawking, La raza humana necesita un desafío intelectual. Debe ser aburrido ser Dios y no tener nada por descubrir.
Una de las pruebas de que el mundo probablemente es coherente y lógico es que se puede describir en sus grandes líneas, usando un pequeño número de leyes físicas, que siempre están en armonía, nunca se contradicen y tienen validez para todo, a cualquier escala, nos dice Hubert Reeves; no hay ruido sino música. El mundo es mensaje, código e información.
Obtener un conocimiento profundo acerca de algo requeriría comprender su conexión con toda la historia de la evolución y la dinámica total de su entorno, con lo que conocerse uno mismo requeriría comprender todo el universo, nos dice Robert Clarke.
El aspecto más interesante de la evolución es que sólo actúa gracias a su antifragilidad. Le encantan los estresores, el azar, la incertidumbre y el desorden, y si bien los organismos individuales son relativamente frágiles, el patrimonio genético se beneficia de las crisis para mejorar su capacidad de adaptación.
La naturaleza no considera que los individuos sean muy útiles cuando han agotado su capacidad de reproducción. La naturaleza prefiere dejar que el juego continúe en el nivel informativo, el del código genético. Los organismos deben morir para que la naturaleza, esa naturaleza cruel, optimista y egoísta, sea fortalecida o antifragil, nos dice Nassin Taleb.
Para Anaximandro lo ilimitado es a la vez el principio y, un elemento de las cosas que existen. Que algo de naturaleza ilimitada fue de donde surgieron los cielos y los mundos que hay en ellos y de los que surge todo lo que existe, pero a la vez a dónde van a parar cuando se destruyen.
Vivimos en un mundo fascinante, en el que se siente la aventura y la magia de la búsqueda de lo desconocido, bajo el control del razonamiento lógico y de la comprobación. En el que los protagonistas son científicos que intentan resolver problemas abiertos, en dominios que podemos considerar de básicos o fundamentales.
Existe en las comunidades humanas una creación social, así como una creación artística y científica. No hay pueblo primitivo sin religión ni magia, tampoco sin actividad científica. El hombre primitivo sólo se valió de la magia, porque era incapaz de razonar científicamente.
El hombre no es hombre sino dentro de la comunidad humana, pero es él quien genera ésta, por medio de una incesante continuidad de actos inteligentes. Ni todas las decisiones racionales de cada día crean historia, ni las que sí las crean, son siempre aquéllas que con nuestro criterio de hoy consideramos buenas y plausibles.
Para el biogeógrafo, el flujo de biomasa a través de redes alimentarias es primordial; para el biólogo evolucionista, el flujo de genes a lo largo de generaciones es lo que realmente importa. Las especies son construcciones históricas, son también construcciones pasajeras en el flujo de los materiales genéticos. Para Richard Dawkins, las plantas y animales son tan sólo “Maquinas de Supervivencia” que han sido construidas para alojar y perpetuar el flujo de materiales replicantes. Los replicadores que sobreviven son aquéllos que construyeron maquinas de supervivencia, para vivir en ellas.
Podemos adelantar que en la “escala histórica” de estos hechos, no es un nivel estático de correlaciones, sino un manojo de posibilidades de desarrollo, nunca regidas por el azar.
A partir de un hecho o de una necesidad real, la imaginación humana construye un mito. El mito cumple su propia función y no debe ser juzgado como la simple deformación de una realidad pretérita. El mito es una de las interpretaciones de la realidad: Es la realidad como la interpreta el hombre partiendo de la existencia y el obrar de fuerzas naturales. Existen religiones orientales que carecen de la idea de un Dios y por lo mismo, son extrañas a toda idea de divinidad.
Los filósofos se han dado cuenta de las grandes potencialidades y maravillosas facultades humanas. A lo largo de todas las épocas, los hombres han estado tratando de descubrir el significado de la vida y, la gran acumulación de conocimiento acerca del mundo físico, sólo nos convence de que su comportamiento parece carecer de sentido y significado.
Para Inmanuel Kant existe un Dios, porque la naturaleza misma aún en condiciones de caos, no puede manifestarse más que como de una manera regular y ordenada.
Para el astronauta Edward Mitchell, el cosmos tiene un propósito que supera la capacidad racional de comprensión humana que ha surgido de un modo no racional de comprender, lo que ha estado más allá de toda experiencia previa y que nos da la sensación de que en el universo existe inteligencia, armonía y amor.
Dostoievski solía decir: Si todo en la Tierra fuera racional, no sucedería nada.
Para Leibniz, el mundo en que vivimos no es perfectamente bueno, pero es sin embargo el mejor posible.
La capacidad de detectar las falacias de pensamiento, con las que podríamos descubrir y criticar los argumentos insustanciales e ilógicos que se encuentran con mucha frecuencia, engañan con mucha facilidad a quienes no se toman la molestia de aprender el fascinante arte de la lógica.
La lógica simbólica aparece ante nosotros como la más fascinante y estimulante recreación intelectual. Proporciona la habilidad para encontrar una serie de caminos a seguir de forma metódica y ordenada. Una cosa puede tener muchos atributos y un atributo, puede ser correlativo a muchas cosas.
Por supuesto, con esto, nadie debe exasperarse de su propia estupidez.
Se dice que tenemos apetito de maravillas, apetito poético que la auténtica ciencia debería alimentar, pero que está siendo secuestrada con frecuencia por el afán de lucro, por los proveedores de lo irracional.
Queremos saber porqué, lo que vemos a nuestro alrededor puede explicarse como un sistema concreto de reglas lógicas con un único conjunto de axiomas, lo que muestra que el mundo puede describirse mediante ideas simples e inteligibles. Simplifica las cosas todo lo que puedas, pero no las trivialices, nos dice Einstein.
Para Poincaré, el origen de la invención matemática es el acto en el que el espíritu humano parece necesitar menos del mundo exterior, en el que no actúa o no parece actuar más que por sí mismo, y sobre sí mismo, de manera que estudiando el proceso del pensamiento geométrico, podemos esperar alcanzar la esencia del espíritu humano.
Las matemáticas son sin duda una herramienta muy potente, pero sólo es útil para las fórmulas matemáticas: son formalizaciones de las reglas de la lógica y la ciencia, cuando los supuestos de donde parte el análisis matemático son verdaderos. El hecho de que ciertas fórmulas deben contener belleza caótica,k es bastante destacable. Un objeto complejo está compuesto por varias partes, todas las cuales contribuyen a su función.
Hay algo revitalizador y profundamente fascinante en los modelos recurrentes e incesantes de la naturaleza. Cada parte es un microcosmos autosemejante de la dinámica del todo. La “autosemejanza”, se convierte en una visión transformadora, que cambia sutilmente nuestra experiencia de orden en el mundo.
Los modelos de la naturaleza son los modelos del caos, donde los fractales hacen referencia a las formas realizadas por la acción de sistemas dinámicos caóticos, nos dicen Peat y Briggs.
El grado de madurez de una ciencia se mide a menudo en función del grado de matematización al que ha llegado. Para André Weil, Dios existe porque las matemáticas son consistentes y el Diablo existe porque no podemos demostrar que son consistentes. Hay que ir más allá del enfoque descriptivo cualitativo, es decir, ir hasta el enfoque analítico cuantitativo, que nos llevarán a comprensiones más profundas acerca del porqué los seres vivos se comportan como lo hacen. Sin embargo, para G. H. Hardy, la matemática es una ciencia inútil, entendiendo por ello que no puede servir directamente para la explotación de nuestros semejantes, ni para su exterminio.
Éste es un trabajo acerca de la ciencia, para saber cómo se hace, de su filosofía subyacente, de sus fundamentos matemáticos, de los experimentos que se realizan y que verifican y ponen al descubierto los profundos secretos de la naturaleza, a fin de contribuir a la formación tan necesaria de una sociedad del conocimiento, que es el concepto de una sociedad regida por filósofos científicos.
He hecho todo lo que estaba a mi alcance para presentar al mundo, la ciencia como un bien intelectual. Es sobre todo, por convenir así, a las necesidades supremas del intelecto; en especial es porque lo considero saludable, no sólo como fuente de conocimiento sino como medio de disciplina, por lo que me empeño en orientar la atención de ustedes hacia las reivindicaciones de la ciencia, nos dice Johan Tyndall.
Para Nassim Taleb, los libros no son artículos de revistas ampliados, sino una experiencia de lectura; y los académicos que tienden a leer para citar a otros en sus escritos, en lugar de leer para disfrutar, por curiosidad o simplemente porque les gusta, suelen sentirse frustrados cuando no pueden examinar el texto con rapidez y resumirlo en una frase, que lo conecte con algún discurso ya existente en el que ya ha participado.
Un “sintetizador” es un experto en sistemas complejos, pero para ser un sintetizador de un conjunto de ideas emergentes que están surgiendo desde áreas científicas distintas y desconectadas entre sí, no es necesario ser un experimentador experimentado o hacer miles de cálculos, pero tal vez, sí es posible que muchas de las ideas avanzadas obtenidas sean especulativas o imposibles de verificar todavía.
El sintetizador intenta extraer “ideas claras” que sean clave en las disciplinas dispares, para intentar conectar distintos aspectos de sus estructuras en distintos puntos, a fin de establecer una explicación científica plausible para la inexplicable cualidad con la vida, de las leyes físicas y las constantes que prevalecen en nuestra naturaleza; característica improbable que plantea “La más grande de las grandes preguntas”.
El ensanchamiento del campo del conocimiento y de la ciencia es tal, que la inteligencia de un solo hombre no puede abarcar más que una pequeña parte. Esta es la razón por la cual, ahora más que nunca, son necesarios los trabajos de síntesis. Nuestros intelectuales son como niños que sólo conocen el pasado más cercano, pero que cada diez años la ciencia dobla el conjunto de conocimientos, pero gran parte de este prodigioso volumen de esfuerzos, es simplemente un ruido blanco que contribuye poco a la formación de los valores.
El hecho de ser un extraño en un área disciplinaria, sólo significa el hecho de no ser un prisionero de paradigmas y prejuicios de una disciplina en particular, nos dice James Gardner. Pudiera considerarse que es una debilidad de la metodología, por el hecho de carecer de experiencias profundas como pudiera tenerlo un especialista; pero también es una ventaja clave, porque como sintetizador y científico generalista, seremos capaces de presentar una visión fría y completa del conjunto de los hechos. Este enfoque coincide con las metodologías de la teoría de sistemas complejos, ámbito de preferencia de los sintetizadores, como el que se pretende abordar aquí.
La cuestión de cómo se hizo complejo el universo y cómo se hizo compleja la biosfera está escondida y no tenemos ninguna respuesta todavía, lo que nos deja consternados, por los esfuerzos en tratar de saberlo; pero el hecho de que se esté planteando lo que se cree que son preguntas fecundas, es la razón por la que soy feliz haciendo lo que hago, nos dice Stuart Kauffman.
El cambio es una constante de la naturaleza. La cosmología se concibe como un paso progresivo de la turbulencia al orden, del caos a la razón, del ateísmo primario a un universo regido por la lógica.
Muchos científicos son escépticos ante la idea de que los mecanismos darwinianos pueden explicar todo el fenómeno de la vida, pero otros lo creen. La objetividad y la credibilidad de la ciencia se fundamenta, sobre todo, en la verificación o justificación de sus enunciados, de sus leyes y teorías.
La metodología, ya sea inductiva o deductiva, se refieren al grado en que las consecuencias de una hipótesis justifican la misma o permiten, al menos, elegirla con razón entre las varias disponibles; considerando que lo racional es lo real y lo real es lo racional.
Cualquier actuación que tienda a dificultar o bloquear el curso de la investigación ha de ser considerada tanto irracional como inmoral. Ser uno mismo, en un mundo que trata constantemente de hacer de ti alguien diferente, es el mayor de los logros.
Sólo una cosa importa, la investigación de nuestro Yo trascendental: Este Yo, lo advertimos a veces en las palabras de los poetas y de los sabios, en el fondo de algunas alegrías y de algunos dolores y en inesperadas coyunturas, en que desde lejos nos muestra nuestras relaciones con el universo, dice Novalis.
¿Acaso no nos parecemos a un hombre que perdió la vista en los tiernos años de su infancia? Es necesario vivir todos aquéllos que atravesáis, días y años sin acciones, sin pensamientos, sin luz, porque vuestra vida, a pesar de todo, es incomprensible y divina. Es preciso vivir porque no hay horas sin milagros íntimos y sin inefables significaciones en un mundo donde no hay grande ni pequeña vida.
Si nuestros estudiantes se encuentran en un presente perforado con una serie de pozos aislados y profundos, nuestro futuro realmente se presenta baldío. Si las escuelas se repliegan en sí mismas, cerrando toda posibilidad de intercambio, no tienen excusa para guardar silencio. Si se repliegan en sí mismas dentro de un profesionalismo cerrado, ¿quiénes y cómo van a formar nuestra sociedad?
El hombre posee la extraña facultad de poder plantearse un número infinito de preguntas carentes de sentido preciso, donde las decisiones equivocadas son tan importantes como las correctas; A veces son aún más importantes. Y desde siempre ha existido tensiones entre el estudio de la substancia, átomos o materia y el estudio de la forma. Ambos son acercamientos muy distintos y que han venido compitiendo a lo largo de nuestra tradición científica y filosófica.
¿Es posible afirmar que, por el hecho de tener la misma forma, tenemos la misma función? ¿Podemos justificar el razonamiento por el razonamiento?
El método científico es la colección de hechos reunidos dentro de unas líneas precisas, de donde esta operación se extrae una serie de brillantes generalidades que llegan a convertirse en teorías científicas y luego, con el descubrimiento de más hechos confirmados, en leyes de la naturaleza.
Existen incertidumbres, no sólo en nuestro conocimiento de las leyes de la naturaleza y su uniformidad, sino hasta en el concepto mismo de lo que entendemos por leyes de la naturaleza. Se dice que tenemos la costumbre de percibir en la naturaleza más leyes de las que realmente existen; en vista de esto podría resultar posible que “La completa anarquía” pueda ser la única verdadera ley de la naturaleza y de que las cosas observadas puedan tener un origen puramente caótico. Hasta podríamos imaginar de que no existe ninguna ley de la naturaleza y acudir a principios de lógica y estadística, para explicar el mundo ordenado que nos rodea.
Desde la física hasta la fisiología, ninguna rama de la ciencia, antigua o moderna, puede vanagloriarse de verse libre de inclinaciones metafísicas de uno u otro tipo… de hecho, todos ellos han seguido un curso en zigzag, más sorprendente a veces que la misma evolución del pensamiento complejo.
La historia de las teorías, puede ser considerada una historia de obsesiones esquizofrénicas controladas y, el modo como se llegó a algunos de los más importantes descubrimientos individuales, recuerda más la actuación de un sonámbulo que la de un cerebro electrónico, nos dice Arthur Koestler.
Lo mejor de la ciencia no consiste en sus matemáticas, modelos y experimentos, como lo dicen los libros de texto; esto más bien viene después, de viejos hechos y frescas metáforas y la revuelta locura de imágenes: donde ir hacia adelante significa nuevos patrones de pensamiento, que a su vez dictan el diseño de los modelos y nuevos experimentos. Fácil de decir, difícil de alcanzar, nos dice Schneider y Sagan.
Nadie que simplemente mida con regla, puede presentar de manera adecuada ningún campo del pensamiento científico. Muchas partes de la historia de la ciencia son susceptibles de verse transformadas por alguien con imaginación. Gracias al distinto giro que puede tomar el razonamiento, es posible deducir nuevos detalles y de que otros se pongan de manifiesto. Con la observación, no sólo de los logros científicos sino también de los métodos de trabajo que se ocultan tras de ellos será posible el trazado de una unidad y de recuperar su consistencia, lo cual nos ha mostrado la plausibilidad y la coherencia de la mente que se oculta en el genio de los grandes personajes.
¿Los problemas de la ciencia, son los problemas de la razón? Es difícil o, mejor dicho, imposible decir si el filósofo tiene o no razón. Esto es a fin de cuentas un asunto de evaluación y preferencias, de valor personal; ningún argumento por depurado y elegante que sea, puede demostrar o refutar la verdad de un valor. Los valores no son ni ciertos ni falsos, sólo se adoptan o se rechazan.
Los despachos y los pasillos de los centros académicos están llenos de dos clases de personas: están los ocupados en ajustarse a criterios bien definidos a la hora de contribuir al conocimiento y los que tratan de expandir su propia imaginación moral y leen libros para ampliar su noción de lo que es posible y de lo que es importante, tanto para ellos mismos en cuanto individuos como para su sociedad.
Para Darwin, cada materia tenía una vida aparte, pero todas se alimentaban mutuamente y le capacitaron al final para resolver el rompecabezas de la evolución. La visión integral constituye uno de los problemas más urgentes que debe afrontar el planeta. La comprensión de la imagen global puede ayudarnos a encontrar soluciones más inteligentes. Podríamos utilizar la visión integral para cambiar el rumbo de un mundo que está enloqueciendo poco a poco, nos dice Ken Wilber.
Kauffman opina que la teoría de la complejidad podría explicar no sólo el origen de la vida sino también los cambios climáticos y las relaciones ecológicas, los patrones culturales y la economía.
El primer modo de saber algo es a través de la experiencia personal y el segundo modo de saber, es por una autoridad. Es decir, nos valemos de una fuente de información, considerándola confiable, cuando no tenemos experiencia propia. Los científicos saben las cosas por experiencia propia o por autoridad, nos dice Michael Behe. Los científicos se basan en la autoridad en casi todos sus conocimientos científicos. Si preguntamos a un científico algo, casi siempre nos indicará la bibliografía científica y no sus registros en el laboratorio; reposando sobre el trabajo publicado y no sobre las divagaciones de los individuos, los cuales deben contener las pruebas pertinentes.
Voltaire desconfiaba de la tendencia de los intelectos superiores a entregarse a especulaciones enrarecidas y categorías vacías; perdemos el tiempo intentando resolver cuestiones metafísicas últimas, solía decir. Y Aldous Huxley responde: No niego ni afirmo la inmortalidad del hombre. No encuentro razón para creer en ella, pero, por otra parte, no tengo medios para refutarla. ¿Seguiremos siendo ignorantes?
Para Du Bois-Reymond, al menos tres de las grandes cuestiones fundamentales de la física, biología y psicología, trascienden la capacidad científica del hombre; éstas eran palabras provocadoras para pensar sobre “los límites de la ciencia” y negando reconocimientos a algunas certidumbres consideradas y clasificadas de superiores, lo que indignaba a los creyentes y los descreídos convencidos.
Para Ernest Haeckel, todos los enigmas habían sido resueltos salvo el problema de la sustancia, el origen de la materia y sus leyes, la cual era más metafísica que científica. Para Nicolas Rescher, Du Bois Reymond no tenía más que fundamentos muy precarios para poder extrapolar la existencia de irresolubilidad a partir de nuestra presente ignorancia y que, Haeckel, también se equivocaba al implicar que la ciencia estaba cerca de cumplir todo su cometido y que pronto conoceríamos todas las respuestas.
Las teorías científicas son producto de la imaginación informada. Van más allá de su dominio para predecir la existencia de fenómenos previamente insospechados. Generan hipótesis, conjeturas disciplinadas sobre temas inexplorados cuyos parámetros ayudan a definir. Las mejores teorías generan las hipótesis más fructíferas que se traducen limpiamente en preguntas que pueden responderse mediante la observación y el experimento, nos dice Edward Wilson.
En cambio, Ray Bradbury nos dice: El mejor científico está abierto a la experiencia y ésta empieza con la idea de que todo es posible.
Cuando se trata de encontrar la verdadera naturaleza de la realidad, la experiencia del sentido común es engañosa y con las matemáticas como herramienta, podemos llegar a mirar más allá de las apariencias comunes; con intuición física y rigor matemático y, guiados y confirmados por la experimentación y la observación. Si además contamos con el espacio, el tiempo, la materia y la energía como participantes, obtenemos comportamientos diferentes de las cosas de las que directamente somos testigos. Un análisis penetrante y profundo de estos descubrimientos nos están llevando a una revolución en el conocimiento.
Se intercalan en este estudio, metáforas y analogías a fin de dar una explicación ampliamente accesible, ya que más allá de hacer predicciones, las teorías físicas deben ser matemáticamente coherentes.
¿Debemos entender que “aprender” significa realmente “comprender”? No basta una evidencia a priori para zanjar las cuestiones; se deben consultar los hechos empíricos.
El conocimiento genuino se obtiene de la experiencia de los sentidos, mediante la intuición y la abstracción; son las ideas, las realidades eternas y el verdadero objeto del pensamiento. La ciencia es un conjunto de conocimientos y actividades donde las observaciones y experimentos realizados, al igual que sus teorías, nos permiten ordenar conjuntos de fenómenos y poder entenderlos; no se limita a lo que con mayor seguridad ya sabemos, sino también a la búsqueda de soluciones y de nuevos problemas, de ideas que se imaginan y que se prueban.
Cada disciplina considerada como importante, puede ser definida por una ecuación o un conjunto de ecuaciones centrales; sin embargo, el problema que se da es que mayoritariamente en todas las situaciones, las ecuaciones son muy difíciles de resolver, obligándonos a utilizar las simplificaciones. Con esto hacemos las matemáticas más fáciles y podemos obtener soluciones aproximadas. Existen muchos fenómenos que son demasiado complejos para ser descritos matemáticamente, con demasiada precisión. Dichas complicaciones por lo general son descartadas, obteniéndose así una formulación matemática manejable que nos permite obtener los detalles esenciales.
La aproximación es un medio potente para avanzar; sin embargo, puede llegarse en ocasiones a ser un peligro que no consideramos. El arte de la física reside en decidir lo que se puede ignorar, nos dice Brian Greene.
Es claro que la ciencia no existiría si los seres humanos no la practicaran. Cabe mencionar que la mera recolección de datos, independientemente de lo rigurosos y detallados que sean, no es ciencia. La mera clasificación de los hechos observados independientemente de lo exhaustiva o lógica que sea, no es ciencia. La ciencia proviene de los nuevos conceptos que surgen de experimentos y observaciones y que, a su vez, esos conceptos conducen a más experimentos y observaciones.
La textura de la ciencia moderna es el resultado del entretejido de los conceptos fructíferos; en su éxito o en su fracaso, es el estímulo de la experimentación y observación adicionales que a su vez demuestran ser fructíferos.
Para Guillermo de Occam, la ciencia es la búsqueda de la simplicidad; las entidades no deberían multiplicarse más allá de lo necesario, principio conocido como de “Parsimonía” o también como “La navaja de Occam”. Lo que significa que no deberían ser postuladas más causas que las que son necesarias para dar cuenta del fenómeno observado; que la explicación más simple que satisfaga todos los hechos conocidos es la que se debe preferir. Un programa de investigación bien planeado actúa de lo general a lo particular: Observaría primero los comportamientos más generales de las poblaciones, hasta llegar al estudio individual.
Una demostración matemática no es una simple yuxtaposición de silogismos “colocados en cierto orden”, ya que el orden con que están colocados estos elementos es más importante que los mismos elementos. Si tengo la intuición de este orden, de manera que se perciba con una ojeada el conjunto del razonamiento, ya no debo temer el olvidar uno de sus elementos, ya que inventar es discriminar, es escoger. No consiste en hacer nuevas combinaciones con entes ya existentes ya que esto podría hacerlo cualquiera, y las combinaciones que así se podrían formar, serían infinitas y muchas de ellas carecerían de interés. Inventar consiste precisamente en no construir combinaciones inútiles. Los hechos matemáticos dignos de ser estudiados son los que, por su analogía con otros, son susceptibles de conducirnos al conocimiento de una ley matemática y, las más fecundas, serán a menudo las formadas por elementos tomados de dominios muy alejados; y al final en el campo de la consciencia, sólo aparecerán las combinaciones útiles, nos señala Poincaré.
En la antigüedad era posible que una persona aprendiese la totalidad del saber de su época. Pero actualmente son tantos los conocimientos que existen que nadie puede aspirar a lo largo de su vida a aprender más que una minúscula parte de lo que existe. El conocimiento humano se ha multiplicado y ya tenemos más elementos de juicio para realizar nuestras investigaciones.
Tenemos un caudal de información que rebasa toda posibilidad selectiva de síntesis, no hay vida que alcance para poder revisarlas ni mucho menos de ordenarlas de manera metódica y estar en capacidad de producir resultados concretos y demostrados; es dura la tarea sin embargo necesaria. La misma matemática tiene incertidumbres y hasta contradicciones.
Los hechos no pueden ser entendidos simplemente porque sean expresados mediante una fórmula, sólo pueden ser comprendidos si son explicados. Las principales teorías en la actualidad ofrecen tanto profundas explicaciones como ajustadas predicciones. Pero la motivación básica es el deseo de comprender mejor el mundo y, la mayoría de ellas llegan a ser rechazadas porque contienen “explicaciones defectuosas” y no porque no superen las pruebas experimentales. Sometiendo a prueba aquellas nuevas teorías que parecen ofrecer mejores explicaciones.
La capacidad de una teoría para explicar lo que conocemos sólo por la experiencia, no es su más valioso atributo sino el hecho de que explique la estructura de la realidad. La “comprensión” no depende del conocimiento de una infinidad de hechos aislados, sino de disponer de los conceptos, explicaciones y teorías adecuadas.
Utilizar las teorías que conocemos para explicar un fenómeno desconocido, requiere la intervención del pensamiento creativo. Las nuevas teorías son cada vez menores en número, pero más profundas y generales, lo que significa que explican más cosas y que dicen más cosas acerca de un abanico más amplio de situaciones. Es decir, que las teorías modernas son más generales y profundas y tenemos que ampliar nuestros conocimientos para mejorar nuestra comprensión.
La ciencia como toda actividad experimental, no puede ser ni radical ni conservadora, sino fiel a los datos. No es cosa de crear polémica porque sí, sino reflexionar sobre la ciencia y en qué se ha convertido. De su papel como medio para entender el mundo que nos rodea y entendernos a nosotros mismos.
El fanatismo de lo considerado como absolutamente verdadero, pierde cada vez más credibilidad. ¿Podemos considerar que pueda existir un progreso en la “regresión de este hecho de que existe una verdad única? ¿La búsqueda de la perfección nos puede conducir al aniquilamiento? ¡Qué maravilloso que hayamos tropezado con una paradoja! Ahora tenemos alguna esperanza de hacer progresos, solía decir Niels Bohr. La vida no es una condenada cosa tras otra. Es la misma condenada cosa una y otra vez, nos dice Edna St. Vincent Millay.
Que la hipótesis de la terminación de la ciencia es tan solo una ilusión.
La naturaleza es inagotable y no enseña ningún fondo visible.
Para Bacon, la finalidad de la ciencia consiste en mejorar el destino humano y en proporcionar el máximo bienestar para todos.
El “Cibionte” según Rosnay, es el mundo de varias personas que forman una sola mente ordenadora del caos, una fuente de interminables conexiones entre los fenómenos vivos, las leyes que hemos descubierto y la innumerable variedad de incógnitas que aún quedan por resolver.
En la mecánica cuántica, se estudian los componentes básicos de la materia, las partículas de las que está hecho todo el universo, incluyéndonos obviamente a nosotros mismos.
La falacia más peligrosa y obstructora ha sido la creencia de que las personas inteligentes piensan bien. La gente muy inteligente puede resultar un fiasco para pensar. El acto de pensar no siempre tiene una finalidad concreta. Investigar es la única forma de saber si investigar vale la pena. A veces la esperanza puede ser más apropiada que la convicción; el resultado evidente es que no se hace nada para desarrollar directamente la capacidad de pensar.
La inteligencia es una capacidad mental muy general que, entre otras cosas, involucra la capacidad de razonar, planear, resolver problemas, formar pensamientos abstractos, comprender ideas complejas, aprender rápido y, a partir de la experiencia. Refleja una capacidad más amplia y profunda para comprender nuestro entorno: “Darse cuenta”, “Hacer que las cosas tengan sentido” o “Planear” lo que se puede hacer, nos dice Ian J. Deary.
La facilidad de palabra a menudo se confunde con la profundidad de pensamiento y cualquiera puede caer en la tentación de hablar mucho sin decir nada. La persona que piensa, tiene que crear el contexto, los conceptos y los objetivos. Tiene que pensar de forma expansiva y especulativa, nos dice Edward de Bono, ya que por lo general, frente a un montón de datos en vez de pensar, ellos clasifican. Prefieren darle más valor a la habilidad que a la sabiduría.
Con frecuencia, los descubrimientos científicos se evalúan no por sus méritos o su valor científico, sino por sus supuestas implicaciones políticas. En tal clima, a quiénes quieren llegar a su propia conclusión, les resulta difícil saber a quién creer.
En ocasiones, el descubrimiento puede ser más fascinante por lo que no nos dice, que por lo que revela. Es justo decir sin embargo que, así a lo más que podemos llegar es a más conjeturas. Y pueden llegar a existir otras propuestas, pero sin olvidar que todas sólo serán especulaciones.
Los desacuerdos entre científicos, no causa desaliento, ya que la investigación científica rara vez comienza con definiciones totalmente compartidas, aunque puede llevarnos a ellas. Se dice que no hay una realidad sin su opuesto.
La única excepción a la ley de las excepciones es, que nada debe escapar del estado de excepción permanente, que se convierte así en ley general elevada a la totalidad.
Una inteligencia elevada significa un pensamiento eficaz. Lo que interesa es encontrar métodos eficaces para pensar, al fin y al cabo, si nos confiáramos sólo de nuestra capacidad matemática “natural”, no llegaríamos muy lejos.
Con todas sus imperfecciones, la ciencia es una técnica que se amolda lo suficiente a la naturaleza, como para poder funcionar. La ciencia es como es no tanto a causa de procesos accidentales sino porque la naturaleza es así.
Podemos decir que es una práctica que nos permite aprender cosas fiables acerca del mundo. Y así podemos hablar del suceso en que se dio el descubrimiento de la ciencia. Pero también es posible que la ciencia no haya adquirido todavía su forma definitiva; por grande que sea el avance realizado en los métodos científicos, hoy en día podríamos estar repitiendo algunos de los errores del pasado. Convirtiendo en “Dogma” el conocimiento científico actual.
La soberbia engendra al tirano y la religión suele recomendar la ignorancia como mejor vía para creer y para la obediencia; pero la ignorancia consciente de sí misma es la verdadera sabiduría. ¿La duda corrompe o ilumina? ¿Hemos superado la necesidad de castigar la herejía y la blasfemia? ¿La fe sobrevive mejor con la ignorancia o con el conocimiento? ¿Cómo podemos distinguir lo verdadero de lo no verdadero? ¿Podrá el conocimiento resolver nuestros problemas? ¿Promoverán a la larga nuestro bienestar y contener convulsiones sociales y políticas?
En el campo del silencio y la conciencia pura, está el campo de correlación infinita, el campo de poder infinito de organización, la base fundamental de la creación, donde todo está conectado con todo lo demás, nos dice Chopra.
Nada es estático. No puede haber otra verdad que ésta: “Pienso, luego existo”, ésta es la verdad absoluta de la “Conciencia” captándose a sí misma.
Las emociones son vitales en la toma de decisiones, pero nadie ha dado con una definición adecuada de conciencia. ¿Son las emociones un subproducto de la evolución y representan la cumbre del desarrollo humano? ¿Habría que clasificar los diversos tipos y niveles de conciencia antes de debatir cuestiones filosóficas sobre su significado?
Tu mente interacciona con la mente del universo y tu cuerpo con el cuerpo del cosmos. Tu energía es una expresión cósmica y el flujo de la vida es la interacción armoniosa de todos los elementos y fuerzas que estructuran el campo de la existencia, nos dice Deepak Chopra.
En cada semilla está la promesa de miles de bosques, pero la semilla no se debe atesorar; debe dar su inteligencia al suelo fértil. A través de lo que tiene que dar, su energía fluye hacia su manifestación. Dar y recibir son aspectos del flujo de energía del universo; si los detienes, interfieres con la inteligencia de la naturaleza.
Un pensador eficaz es alguien que tiene confianza en lo que piensa, no porque confía en que está en lo cierto o en que vaya a encontrar respuestas a sus problemas, sino porque puede enfocarse deliberadamente y a voluntad, en la dirección que desee.
Según Robert Park, para vestir el manto de Galileo no basta con ser perseguido por una institución cruel, también se ha de tener la razón.
G. Bernard Shaw nos dice que la ciencia siempre está equivocada, sólo resuelve problemas para sustituirlos por otros. Y Anatole France nos dice: “desprecio la ciencia, hijo mío por haberla amado demasiado, como esos voluptuosos desencantados que reprochan a las mujeres no haberles dado la satisfacción que esperaban del amor. Ahora aprecio que lo que tomé tan en serio entonces, no era sino la agitación, harto superficial y diluida de controversias mucho más ondas, que envolvían el mundo sabio.
En cuestiones del intelecto, sigue tu propia razón hasta dónde ésta, te lleve. No aceptes nada sin demostración; y es posible incluso que alcances la verdad. Sostengo que el oficio del sentido será únicamente juzgar el experimento, y que será el experimento el que juzgue la cosa, nos dice René Dubos.
Nada debe obstaculizar la búsqueda y comunicación del conocimiento. Hemos despertado a los peligros que corre nuestro entorno físico, pero nos hemos ocupado menos de las amenazas intelectuales y morales. ¿Hay cosas que no debemos saber? ¿Puede alguien proponer límites al conocimiento?
¿Quién se atreverá a poner límites al ingenio de los hombres? Se pregunta Galileo.
A primera vista, el cosmos puede parecer una maquina en perpetuo movimiento, pero en realidad vivimos en un mundo repleto no tan solo de estructuras, sino también de procesos metaestables. Tal vez el rasgo más definitivo de la vida es de que, sus elementos, no tan sólo se reproducen, sino que tienden a mantener sus características más relevantes contra la resistencia del entorno.
Imaginar, observar y recordar son tres facultades que juegan para sí y en algún momento, se ponen de acuerdo y nos permiten continuar el viaje mental en el plano consciente. Nuestra percepción de los objetos de la realidad, y por tanto nuestra consciencia de ellos, cambia por la manera como los observamos y, en gran medida, como los nombramos, según Carlos Chimal.
La mayor parte de los hombres de ciencia han encontrado más fácil ver los fenómenos del mundo natural como multiplicidad de acontecimientos discretos.
Para Georg Hagemann, la proposición “todo efecto tiene una causa”, es un juicio analítico en el cual no es posible pensar en el concepto de efecto sin pensar a la vez en el de causa. Para negar este principio se necesitaría poder pensar sobre un efecto como efecto y a la vez como no-efecto, despreciando el principio de contradicción.
Estamos ante un modelo de racionalidad que se hace duro a costa de hacerse también estrecho.
El mero hecho de responder ante un estímulo y reaccionar con una gran variedad de respuestas, no determina el resultado final sino tan solo modifica la distribución de probabilidades entre los resultados posibles y sus consecuencias.
La ciencia acepta que las leyes de la naturaleza no han cambiado con el tiempo. Se dice que la comprensión de la vida empieza con la del “Patrón de organización”.
Para entender el fenómeno de la “autoorganización”, debemos comprender primero la importancia del “Patrón de organización”, que se ha convertido en el centro de atención del pensamiento sistémico.
Norbert Wiener, con su cibernética, buscaba una “síntesis conceptual” de conjunto y la búsqueda de “patrones generales” y poderosas abstracciones universales. Las “Propiedades Sistémicas” son propiedades de un “Patrón Organizativo”.
Mientras que “Estructura” implica cantidad; el “Patrón de Organizativo” implica cualidades. El estudio de los “Patrones de Organización” fue eclipsado por el estudio de los “Átomos” de las substancias o de las estructuras, hasta resurgir en la época actual, por los “Pensadores Sistémicos”, considerándolo como esencial para la comprensión de la vida.
Los “Científicos Reduccionistas” no pueden llegar a entender la importancia del “Patrón de Organización” y consideran que las leyes de la biología, si es que existen, “pueden” ser reducidas a las de la física y la química, sin considerar que los organismos son algo más que eso y de que existe algo más en la vida, algo inmaterial e inmanente, observado en el “Patrón de Organización”. Se trata de patrones de organización en forma de “Redes”, por lo que, si vemos vida, vemos redes.
Los pensadores sistémicos, generalizan los modelos en red y desarrollan técnicas y modelos matemáticos para analizar dichos patrones de organización en red, originando interconexiones y redes, anidando en sistemas de redes mayores, convirtiéndose en “Bucles de Retroalimentación” cuya primera propiedad es su “No Linealidad” en sus respuestas, pero con capacidades y habilidades de poder regularse a sí mismas.
Darwin basó su teoría en la “Mutación Aleatoria” y la “Selección Natural”. Para Jacques Monod: “Únicamente el azar es la fuente de toda innovación y de toda creación en la biosfera. La idea de Darwin de cambios evolutivos graduales, junto con la idea de estabilidad genética de Mendel, se dio “la síntesis” conocida como “neodarwinismo”. ¿Cuáles son los caminos por los que la creatividad de la evolución se expresa? La mayoría de las mutaciones son dañinas y sólo algunas desembocan en variaciones útiles. Nuestra atención se está desplazando de la evolución a la “Coevolución”.
Las formas vivientes que los biólogos estudian son mucho más complejas que los átomos de los físicos. Un átomo es por demás simple comparado con el más pequeño de los organismos vivos. Una bacteria está compuesta por un número tan grande de átomos que desafía cualquier comprensión basada en cualquier posible modelo de representación.
Las plantas simplemente heredan la capacidad para florecer y dar frutos en respuesta a ciertas condiciones externas favorables y difieren ampliamente en lo referente a sus requerimientos climáticos.
El término “reloj biológico” se ha hecho de uso común entre los científicos, y este concepto ha promovido gran cantidad de trabajos experimentales que aportan nuevos e inesperados conocimientos a antiguos problemas biológicos.
Plantas y animales llevan a cabo sus actividades según ritmos sincronizados con regularidad, desplegando periódicamente actividades recurrentes. ¿Dónde está ubicado el reloj en el organismo? ¿Cómo trabaja? ¿Ayuda al organismo en su lucha por su supervivencia? Y en este caso, ¿Cómo? Nuestro ciclo de vigilia alcanza su punto más bajo alrededor de entre las tres y las cinco de la mañana. La luz solar es lo que vuelve a configurar el reloj biológico. Cada célula tiene un ritmo de voltaje que sube y baja en un ciclo de veinticuatro horas.
Los ritmos biológicos, se da en plantas y en animales y en el hombre se observa entre otras cosas, que la tolerancia a la glucosa es menor si la glucosa se administra entre las dos y las cuatro de la tarde que si se hace por las mañanas y será menor, si se aplica en septiembre que si se realiza en abril. El aumento de la insulina por las mañanas hace que el aprovechamiento de los carbohidratos y aumento de enzimas gástricas beneficien la digestión de proteínas al anochecer, nos dicen Agnés y colaboradores.
La respuesta de un organismo a un estímulo externo varía rigurosamente de acuerdo con la fase del ciclo rítmico que está desarrollándose en ese momento. Sabemos que las variaciones periódicas pueden tener un alcance tan vasto, que el mismo agente es capaz de producir un efecto favorable si se le introduce en una fase del ciclo periódico o bien, puede matar si se le introduce en otra fase. Es decir, que: ¡Los textos de biología deben ser escritos de nuevo!
Son sólo unos pocos los científicos que han dado al mundo ideas tan revolucionarias que, después de ellos, el concepto que el hombre se hace de la naturaleza ya no puede ser el mismo. Por otro lado, la carrera de un científico que se atreva a desafiar las ideas fijas del “establishment”, se debaten en una tormenta que los obliga a vivir muchos años en un clima de enormes dificultades. Donde la mescla de ignorancia e insolencia que caracteriza una gran proporción de los ataques con los cuales son asediados, lleva la triste señal del criticismo absurdo. Mark Twain, nos dice: Si un hombre no cree lo mismo que nosotros, decimos que es un loco, y ahí queda todo. Bueno eso pasa ahora, porque ahora no podemos quemarlo. Y Rubik nos dice: Se puede reconocer a un pionero por las flechas que lleva en la espalda. En cuanto a mí concierne, creo que he actuado legítimamente al dedicar mi vida a la ciencia con una constancia inalterable, nos dice Darwin.
Siempre ha existido gente que creían con fe absoluta y absoluto dogmatismo en algo. Insistían en que el resto del mundo tenían que estar de acuerdo con ellos, llegando a hacer cosas que eran directamente incompatibles con sus propias creencias, para mantener lo que ellos decían que era lo verdadero.
Según Weill, algunas ciencias, por la potencia casi ilimitada que confiere su uso arbitrario, están en vías de convertirse en monopolio de casta, tesoro celosamente guardado bajo el sello de un secreto que es necesariamente fatal para toda actividad propiamente científica.
La ciencia está hoy en día más fragmentada y es menos capaz de hacer síntesis y reestructuración. Sigue siendo opaca y menos accesible a los usuarios y existe todavía un abismo entre ciencia y sociedad. ¿En manos de quién se encuentra la ciencia… quién decide qué investigar… Hacia dónde va… Está en manos privadas o en manos del estado? ¿Nos ha traído más seguridad, salud y bienestar en general? La ciencia no escapa a la naturaleza humana…, burocratismo, elitismo, autoritarismo, conformismo, sumisión intelectual e imperialismo cultural. Es una más dentro de las actividades sociales y políticas. Habría que ver a quiénes se les concede el premio Nobel y, por qué razón, nos dice Levy-Leblond.
La virtud puede enseñarse, pero la verdad puede tener consecuencias imprevisibles y devastadoras para muchas personas. Las élites dominantes en algunas sociedades científicas, les cuesta un trabajo enorme mantener a sus paisanos en una mazmorra intelectual oscurantista, para que “el tuerto” siga siendo el rey, nos dice Marcelino Cereijido.
La ciencia no ha sabido integrarse en la cultura. Ésta se aleja cada vez más de las preocupaciones cotidianas de los seres humanos, porque habla en clave, de cosas que sólo interesan a un pequeño grupo de especialistas. La ciencia ha alcanzado tal grado de especialización que ya no se entienden, no sólo entre una disciplina y otra, sino entre un sector y otro, dentro de la misma disciplina.
El investigador hoy está preso de unas limitaciones que pueden impedir la aparición de nuevos creadores. La historia de las ideas científicas no ha entrado todavía a formar parte de la cultura de las personas. La ciencia siempre ha sido una duda permanente, pero la cultura tiene que salir beneficiada de la tarea de pensar en formas originales, al responder a las preguntas que se hacen las personas.
La presencia permanente de los medios audiovisuales desde la infancia, amenazan con modelar nuestro carácter y conducta, al igual que la de la manipulación genética.
La ciencia sólo se reconoce a sí misma por alrededor de lo que es una década. Más allá, pierde la memoria activa de su vida y la deja deslizarse al tranquilo olvido de los archivos rara vez consultados. Lo que producimos en ciencia se vuelve arcaico con el tiempo. Se dice que es el destino del trabajo científico y al que se encuentra sometido todo mundo en el campo científico.
Todo logro de la ciencia implica nuevas interrogantes y, de qué tendrá éste que ser superado y de qué también envejecerá irremediablemente. Quién quiera dedicarse a la ciencia debe de contar con esto. Existen realizaciones científicas, que por el hecho de ser superables, debe considerárseles no sólo como el destino de cada uno de nosotros, sino también la finalidad de que nos es común a todos. Imposible también, se nos haría trabajar sin la esperanza de que habrá quiénes lleguen más lejos que nosotros, en un progreso que por principio, no tiene fin. ¿Por qué consagrarse a algo que, realmente no tiene ni puede tener nunca fin? ¿En qué sentido el científico debe consagrarse a la creación de algo cuyo destino tiende necesariamente a envejecer, que debe abismarse en esta empresa fraccionada en parcelas de especialidades y sin una meta definitiva? Hemos llegado al meollo de la cuestión del sentido de la ciencia, nos dice Max Weber.
Esta obsoleciencia tan rápida, de la producción científica considerada inútil y costosa; esa vasta masa de investigaciones invisibles, donde son pocas las que marcan el camino que lleva finalmente a un descubrimiento importante. En este gigantesco trabajo subyacente no hay un resultado científico destacado que no resulte de múltiples contribuciones modestas y dispersas, que por lo general son pasadas por alto. Con los progresos de la ciencia sucede lo mismo que con sus verdades, son innegables, pero relativas y después, quedan sujetas a la sospecha, y condenadas a la amnesia.
Todas las invenciones que posee el mundo, no fueron encontradas primeramente por la razón ni por el cerebro, sino que fueron alcanzadas por aquéllos que tuvieron la suerte de tropezar con ellas por descuido o equivocación. ¿No debemos preocuparnos de que los trabajos de investigación se deslicen al olvido indulgente y sean hojas muertas que se vuelven el humus fecundo, en el que posiblemente no pudieran enraizarse los brotes futuros?
Los valores humanistas han sido postergados en beneficio del valor central del poder y el dinero; el cual sin embargo, no ha funcionado satisfactoriamente para controlar la naturaleza humana. Donde, si desafiamos abiertamente al poder, podremos ver que los más intransigentes son la gente de la baja jerarquía que está ansiosa por demostrar que forma parte del equipo.
La gente negativa se halla encerrada en un ciclo de egoísmo, avaricia, ira, desprecio hacia los demás y una ambición implacable, del cual no pueden escapar.
Cuando las aspiraciones de una persona exceden a sus capacidades o superan sus circunstancias, un acto auténtico de nobleza sería en hacérselo saber de forma amable pero clara, independientemente del daño que pudiera causarle. Sin embargo, al hecho de confabularnos y perpetuar el engaño, podría tener desastrosas consecuencias.
La necesidad de aprobación y de controlar las cosas y la necesidad de poder externo son necesidades que están basadas en el miedo. ¿Es posible una vida verdadera en la falsedad? ¿La vida individual puede llegar a buen puerto a pesar de que en el entorno social reine el conflicto? ¿Tanto esfuerzo y tanta disposición son necesarias para conocerte? ¿Acaso no basta para conocer tus leyes, con volver a nosotros mismos y escuchar la voz de nuestra conciencia…? ¿No es acaso ésta la verdadera filosofía?
Tu verdadero ser es, inmune a la crítica y al miedo y aún así, experimenta respeto por toda la gente y al mismo tiempo es, humilde y no se siente inferior a nadie, es constructivo más que crítico y no le interesa probar que es más listo que los demás. Considera la arrogancia como el peor pecado de la inteligencia.
La fuente de toda creación es conciencia pura, buscando expresarse de lo inmanifiesto a lo manifiesto; donde por “ley”, entendemos el proceso por el cual el observador se convierte en observado y donde todos los procesos de creación son procesos por los cuales el ser se expresa a sí mismo, y de cómo los objetos del universo se encuentran en la eterna danza por la vida. Es el campo de todas las posibilidades y creatividad sin fin e infinita. En el Himno de la creación, del Rig Veda, nos dice: Al principio no había ni existencia ni no-existencia. Todo era energía inmanifiesta… No había nada más ahí.
La ciencia como sabemos no es la realidad, sino tan sólo un modelo mental de ella. La termodinámica a la vez, es una ciencia rara, un sistema de lógica basado en tres postulados que nunca fueron probados ni refutados y en medio de todo, un mundo que no necesita de dogmas ni de milagros para ser bello y hasta comprensible, nos dice Marcelino Cereijido.
La ciencia existe en la medida que la sociedad científica respeta los paradigmas que la rigen, lo que quiere decir que la religión existe en la medida que los dogmas que la rigen se respetan y no se ponen en duda.
La termodinámica es necesaria para poder comprender todos los procesos complejos. La segunda ley de la termodinámica revela aspectos capitales de los procesos evolutivos y ecológicos. Los comportamientos gobernados por la segunda ley, se aplican a una vasta variedad de sistemas que de manera natural “calculan como llegar al equilibrio a partir de los materiales de que disponen”.
Crea estructuras a base de seleccionar compuestos en combinaciones de baja energía y redes cíclicas que degradan energía de manera continuada y cuanta más autonomía alcancen, más posibilidades tendrán de sobrevivir al entorno.
Los sistemas complejos de no equilibrio, no son la excepción sino la regla. Donde los misterios del origen de la vida, la biología evolutiva y la ecología no sólo se aclaran con la termodinámica, sino que resultan fundamentalmente comprensibles. Considerándose como la madre de todas las ciencias de la complejidad. No tan solo organizan la vida en la Tierra, sino también ejercen una fuerte influencia sobre el clima global.
Extrañamente desconocemos que algunos de los procesos termodinámicos de no equilibrio y que son atribuibles exclusivamente a la vida, pertenecen también a otros sistemas de no vida y son ampliamente compartidos como sistemas complejos, ya sea que se den en la física de la atmósfera, el océano y otros ecosistemas.
Para la termodinámica, la vida es un desequilibrio que le roba energía al orden del universo. El equilibrio, es el estado más probable y donde su entropía crece y tiene mucho más microestados que cualquier otro; donde la entropía es la cantidad de información que necesitamos para comprender cuál es el orden de algo que, por el momento nos parece desordenado y con la incapacidad de realizar un trabajo.
La vida sólo es capaz de desarrollarse cuando existe en el universo una cantidad relativamente baja de entropía. Sólo en las zonas de entropía baja pueden producirse los procesos físicos y biológicos necesarios para crear vida.
Nuestra propia existencia indica que ha ocurrido lo improbable. ¿Acaso pudiéramos pensar que Dios programó la creación y la evolución? ¿La evolución existe porque somos seres imperfectos? ¿El tiempo empuja a los seres vivos a cambiar? ¿La vida no puede ser sometida al tribunal de la razón?
El tiempo crece en el sentido de la “entropía”, pero una vez que se alcanza el “Máximo equilibrio”, no puede crecer más y “la flecha del tiempo” desaparece; donde la energía libre consumida y la cantidad de entropía producida, guardan una relación con la magnitud del desequilibrio. Observándose que cuando “los estados estacionarios” se alejan demasiado del equilibrio, aparecen las no-linealidades y desaparecen las relaciones de causa efecto.
No somos una cosa sino un conjunto de moléculas presentes en este “eterno” proceso de ser nosotros. En un universo donde no hay cosas sino procesos que evolucionan. ¿A grandes misterios, grandes modelos? Todo sistema reacciona ante un cambio, pero los miles de millones de procesos que se dan dentro del cuerpo humano, son todos propulsados por el “desequilibrio” y cuando los procesos se alejan demasiado del equilibrio, se llega a la “crisis” y el sistema cambia de estructura.
Un sistema biológico adopta siempre actitudes que le permitan “desorganizarse” lo menos posible y no sólo no están en equilibrio, sino que están lo más alejado posible de él. En conclusión, podemos decir que cada desequilibrio origina una fuerza y que cada fuerza origina un flujo y cada flujo tiende a reequilibrar el sistema. Los fenómenos naturales no sólo destruyen, sino que también crean, mediante la destrucción de gradientes. Los gradientes tienden a desaparecer por la acción de los sistemas complejos autoorganizados que aceleran su desaparición, nos dice Schneider y Sagan.
La termodinámica no tan sólo se aplica a los motores sino también a la vida, a la vez que se dice que se simplifica. Nuestra vida se caracteriza por el cambio constante: Nacemos, crecemos, envejecemos, nos consumimos y morimos y nunca se vuelve a saber de nosotros. Con la edad nos volvemos cada vez más conscientes del paso del tiempo y para Jorge Luis Borges, “El tiempo es el único misterio esencial”. Pero para que estuviéramos presentes en este momento, tuvieron que agruparse de forma compleja miles de millones de átomos, para realizar también miles de millones de tareas necesarias para que experimentes lo que se llama “existencia”, donde los átomos son partículas ciegas y sin vida y que responden al impulso de que sigas siendo tú, pero que no saben que estas ahí y no se preocupan tampoco por ti y que tampoco saben que están en ti.
Uno de los más antiguos sueños filosóficos ha sido el de encontrar la vía perfecta hacia el conocimiento, la que nos permitiese averiguar cosas nuevas sobre el mundo, acrecentar nuestro acervo cognocitivo y a un tiempo, saber con certeza que lo hallado es verdad.
Pensar es el supremo recurso del hombre, por lo que debería darse la enseñanza directa de la capacidad de pensar como materia obligatoria en los programas de estudio en las escuelas. Como alguien que es objetivo y advierte en qué falla su pensamiento, controla su pensamiento en lugar de vagar de idea en idea y de emoción en emoción, teniendo claro lo que se propone; define sus objetivos y se decide a conseguirlos; que al mismo tiempo con un enfoque claro y visión amplia, prefiere la sabiduría a la inteligencia; confiado y decidido, pero sobre todo humilde. Y al final de sus pensamientos, es capaz de discernir cuáles han sido sus progresos, apreciando lo que ha logrado, considerando la arrogancia como el peor pecado de la inteligencia.
El progreso moral parece depender más de una cierta mística que de un perfeccionismo científico. La crisis actual en los fundamentos de la ciencia moderna, señala la necesidad de revisar estos fundamentos hasta sus capas más profundas, para al final poder preguntarnos, lo he dado todo para llegar a ser lo que soy. ¿Ha valido la pena?
Desde sus inicios, la filosofía buscó una visión que abarcara la totalidad del mundo. Con esto, si la filosofía tiende a dar una explicación de la totalidad y, cualquier descubrimiento que pudiera ensanchar nuestra visión, será considerado un verdadero hallazgo o descubrimiento filosófico. Sin embargo, todo descubrimiento polariza la atención sobre lo que se ha descubierto y mal podría satisfacernos un esquema interpretativo si se deja fuera y se ignoran partes importantes de la realidad.
Para explicar los fenómenos de la naturaleza, tenemos que hallar sus principios, elementos o causas y a partir de éstos, deducir el porqué de dichos fenómenos. ¿Sólo en las matemáticas existe ciencia y demostración en el sentido estricto? El método ideal para descubrir las ideas cuya certeza sea justificable, debería ser ejecutable de manera automática.
El papel que desempeña el pasado y el futuro en nuestro conocimiento, nos indicaría su diferencia intrínseca: El pasado conocido e inalterable, el futuro desconocido y alterable, diferencias que pudieran tener su base en las leyes físicas de la naturaleza. Sin embargo, estas leyes son invariantes con respecto a la inversión del tiempo, donde las leyes de la física cuántica no se alteran al dejar correr el tiempo hacia atrás; la idea metafísica de la causalidad y con ella la idea del tiempo en una sola dirección, puede entrar en la física a través de la interpretación estadística de dichas leyes en términos de probabilidad.
No hay pasado, no hay futuro sólo el ahora. ¿El tiempo es tan sólo un movimiento de conciencia? Lo importante no es que todo esté hecho como lo señala el determinismo, sino el qué y tenemos infinitas posibilidades de elección, aunque el pasado es una cadena de elecciones en busca de la verdad, al final, tu eres el que decide; el destino depende de ti.
Con el “Renacimiento” se rompe con la escolástica, prevaleciendo la observación sobre la especulación. En el campo de la naturaleza, hay que basarse constantemente en la observación, comprobando cada respuesta con esa otra modalidad de interrogación, llamada experimentación. La observación del mundo condujo a generalizaciones útiles y acabó formando parte del sentido común.
Las especulaciones no aportan ninguna información nueva acerca de la naturaleza y, no conducen a un método que permita poner a prueba su teoría. La ciencia con cada descubrimiento nos lleva a nuevos problemas y nuevos métodos de solución y, abre nuevos campos de exploración. Nadie niega que los científicos trabajan dentro de cierto marco filosófico, y que su trabajo se ve afectado por factores culturales y por sistemas de poder y de muchas otras cosas. ¡Ay de vosotros doctores de la ley, que os habeís apoderado de la llave de la ciencia; y ni entraís vosotros ni dejaís entrar! Nos dice Lucas, 11:52.
La ciencia para Engels continuará, por siempre, descubriendo nuevas cosas y donde dicho conocimiento obtenido está gobernado por un número finito de leyes universales y que el hombre puede llegar a descubrir y utilizar en su provecho y beneficio. El empeño científico es un proyecto inacabado y siempre lo será, por mucho que pensemos que es mucho lo que sabemos; esto apenas acaba de comenzar y si las respuestas no han sido claras, será porqué las preguntas tampoco lo han sido.
Las sorpresas las encontraremos en las respuestas a preguntas que todavía no somos capaces de formular. La belleza es verdad, la verdad belleza; esto es todo lo que sabeís en la Tierra, y todo lo que necesitais saber, nos dice Keats. La descripción determinista no se aplica más que a situaciones sencillas, idealizadas, que no son representativas de la realidad física que nos rodea. Las estructuras de la naturaleza nos constriñen a introducir la probabilidad, independientemente de la información que poseamos; Donde sólo importa la coherencia de los conceptos y la pertinencia de los hechos; Donde en muchas ocasiones se camina a tientas, se duda, tropieza y retrocede, pero también donde es posible establecer múltiples vínculos entre cosas que considerábamos diferentes.
La ciencia carteciana se define en base a la certeza, donde se trata de trazar métodos en los que no podamos sino confiar al margen, de que la certeza subjetiva vaya o no acompañada de la verdad objetiva. Se trata de garantizar el conocimiento en el orden de la certeza.
La llamada “doctrina de la necesidad” de Pierce, es la de que el estado de las cosas existentes en un determinado momento, junto con ciertas leyes inmutables, determinan por completo el estado de cosas de otro momento. Si se conocen las leyes que gobiernan ciertos fenómenos, y se conocen sus condiciones iniciales, cómo también que se tengan los medios para calcular la solución, entonces se puede predecir con total certeza el futuro del sistema estudiado.
Lo que hace impredecible a algunos fenómenos naturales es la imposibilidad de poder determinar con la suficiente exactitud las condiciones iniciales, así también el crecimiento de los errores de medición y por lo tanto, de la incertidumbre acerca de su evolución debido a dinámicas caóticas, que ha sido la razón del hundimiento del determinismo.
El comprender, se convirtió en descomponer las cosas en sus elementos y explicar los lazos causales que los unían, donde la predicción y el control fueron las fuerzas dinámicas de la sociedad científica. La “Lógica Inductiva” de Bacon, se le ha visto como “destinada a no utilizarse”; un método con el que no podemos hacer nada; que quizá sea un método o mecanismo sutil e ingenioso pero que no puede producir nada.
Si deseamos entender la verdadera naturaleza del conocimiento, así como su lugar en la estructura de la realidad, debemos afrontar el hecho de que el inductivismo es falso de raíz. Ningún razonamiento científico que haya resultado cierto, ha encajado en la descripción inductiva.
Lo que necesitamos es una teoría que permita comprender: cómo, porqué y cuándo debemos aceptar que nuestras percepciones cambien nuestra concepción del mundo y una vez obtenida, no necesitamos separar la teoría de las predicciones. Es imposible extrapolar observaciones, a menos de haberlas situado previamente dentro de un marco explicativo.
Las teorías capaces de ofrecer explicaciones más detalladas son preferidas de modo automático. Una teoría al ser más específica, sobre más fenómenos, se abre a sí misma y a sus rivales a más formas de crítica y en consecuencia, tiene más probabilidades de hacer avanzar el proceso de resolución de problemas. Si dicha teoría sobrevive a la crítica, dejará menos cosas por explicar que es de lo que se trata, nos dice David Deutsch.
En la ciencia hay muchos problemas específicos, y no es posible resolverlos todos a la vez. La ciencia tampoco trata de excepciones sino de reglas, y las reglas que rigen la aparición de la vida en nuestro planeta, deben ser de aplicación en todo el universo. La búsqueda del origen de la vida no es un intento de reconstruir lo que pasó, sino de hallar las reglas generales que han de regular la aparición de cualquier tipo de vida, en cualquier parte del universo.
La mecánica cuántica demuestra que todo está interconectado con todo y de que no es posible observar la realidad sin cambiarla. La mecánica cuántica afirma que las mediciones iniciales no pueden ser totalmente precisas y el caos, asegura que las imprecisiones acabarán destruyendo toda capacidad de predicción. La mecánica cuántica choca violentamente con la visión científica clásica del mundo; sin embargo, los físicos no tienen inconveniente en aceptarla como los cimientos de toda la física y de toda la ciencia.
La clorofila, que roba un haz de luz y por arte de de magia, lo convierte en un cuanto de energía, accionando la vida de plantas y animales. Miller electrificó una mezcla simple de gases y en ella, se dieron todos los componentes básicos de la vida; con esto, el origen de la vida parecía fácil, y de que es posible fabricar moléculas orgánicas con medios sencillos en el laboratorio.
La interacción dinámica de los orígenes y extinciones de las especies, determina la diversidad de la vida sobre la Tierra.
Basados en la intuición más que en los hechos, los biólogos han creído que la complejidad de las interacciones entre especies dentro de los ecosistemas es importante para su estabilidad. Sin embargo, los modelos teóricos señalan por el contrario, que a más pocas especies contenga el ecosistema, será más estable; que a mayor número de componentes existan en el sistema, más cosas pueden equivocarse; y si los componentes estuvieran fuertemente interconectados, algo equivocado en alguna parte del sistema, pueden iniciar el colapso, según lo demostrado por Robert May.
Una cosa es creer que las ideas complejas se derivan de percepciones sensoriales simples y otra bien distinta, es mostrar cómo funciona eso en la realidad, incluso en la más simple de las situaciones. La idea compleja formada por la combinación de varias ideas simples, debería decirse que resulta de: o que es generada por las ideas simples, y no que consiste en ellas.
Sabemos que la complejidad no puede darse de la nada, ya que un sistema complejo sólo puede ser creado por otro sistema que sea al menos tan complejo como él mismo; sin embargo, la complejidad gravitacional emerge de forma natural a partir de un estado inicial simple.
¿Qué manera de invertir nuestro breve tiempo bajo el sol, puede ser más noble y esclarecedora que trabajar para comprender el universo y nuestro despertar en él? Carl Sagan nos dice que resaltar la magnificiencia del universo tal como lo revela la ciencia moderna, podría ser capaz de movilizar reservas de reverencia y admiración. Fontenelle nos dice que: “La naturaleza nunca es tan admirable ni tan admirada como cuando es comprendida”.
A partir de un proceso de descomposición de un mundo analógico, en digital y su recomposición en analógico, obtenemos un estado consciente nos dice Carlos Chimal. ¿Pero cómo se hizo digital la naturaleza? ¿Pueden las leyes de la naturaleza, dar cuenta de una transición semejante? Para ver porqué no, es necesario profundizar un poco más en el carácter informativo de la vida. No se trata de una simple cuestión de refinamiento y adaptación de una amplificación de la complejidad o de administración de la información, sino de un cambio de concepto fundamental.
La ciencia no es más que una parte de la aventura humana y es considerada como el estudio y la interpretación de los fenómenos de las leyes de la naturaleza, que se encuentra en permanente lucha para poder superar y expandir sus propios límites. La ciencia es un ente único, para guiarte e iluminarte, darte conocimientos y liberarte de los miedos generados de la ignorancia y disolver así el escepticismo de lo considerado como imposible de realizar, haciéndote recuperar fuerzas y alegrías, con cada propósito y objetivo alcanzado.
Sabemos además, que ninguna explicación del origen de la vida puede estar completa sin abordar la pregunta de si: ¿Podría la “finalidad” ser una propiedad implícita en la naturaleza? Sabemos que el ser humano tiene propósitos por lo que: ¿“la capacidad de propósito” debe surgir en algún nivel y ser intrínseca en la naturaleza?
Se conoce como “teleología” el estudio general de los comportamientos intencionales. Según Schneider y Sagan: Es absurdo suponer que no hay propósito porque no observamos al agente intencional. Lo teleológico es el propósito que encontramos en los actos deliberados conscientes. Los organismos están profundamente ligados a la función.
La naturaleza no es sencilla y la supuesta armonía tampoco existe, nos dice Leakey. El hombre comparte el mundo con millones de creaturas constituyendo un sistema de gran diversidad y complejidad. Necesitamos entender las fuentes de esta gran diversidad y su posible destino. Entender nuestro lugar en esta enorme diversidad. ¿Somos acaso el producto inevitable de este flujo de vida?
Necesitamos entender las finalidades. Es un desafío para nosotros el poder discernir el flujo de los procesos evolutivos que dan forma al mundo en que vivimos. ¿De los patrones de manifestación del pasado, podemos predecir que es lo que va a pasar en el futuro?
Los biólogos están interesados en los patrones de vida sobre la Tierra y en las fuerzas encargadas de formar dichos patrones: Bajo qué situaciones aparecen las nuevas especies y bajo qué circunstancias desaparecen. ¿Quiénes son los responsables de la formación de dichos patrones de manifestación?
La ciencia es acumulativa; cada nueva teoría incorpora las teorías anteriores válidas cómo aproximaciones, e incluso explica porqué esas aproximaciones llegan a ser funcionales. Las teorías científicas no se pueden deducir a partir de razonamientos matemáticos.
Para Roger Penrose, las matemáticas son un descubrimiento no una invención. Las nociones matemáticas son entidades intemporales que van más allá de nuestra existencia y a la vez son una realidad profunda que va más allá de lo material.
La manera en que hacemos ciencia debe ser dictada por la naturaleza, donde la prueba de una teoría científica es su capacidad de predecir los resultados de un experimento y ésta exige que redefinamos lo que entendemos por predicción y confirmar que los diversos posibles resultados ocurren con las probabilidades predichas por la teoría cuántica.
Para la física clásica: “Si conocemos todo”, entonces podríamos predecir el futuro con exactitud. En cambio, la mecánica cuántica considera que el universo funciona en su nivel fundamental, no a partir de certezas científicas fijas, sino de probabilidades e incertidumbres, donde sólo puedes saber que habrá un determinado nivel mínimo de incertidumbre y aleatoriedad, en todo lo predicho u observado.
Bajo exactamente las mismas condiciones, la aleatoriedad inherente a la misma naturaleza nos puede producir un resultado diferente. La búsqueda de la precisión ha llegado a un prematuro e insatisfactorio final, nos dice Prigogine.
En física, cualquier teoría nueva se basa en una ley. Para que algo sea una ley, no ha de tener excepciones y no puede ser específica. En biología en cambio, no hay leyes, es ante todo una ciencia descriptiva. Pero si las teorías científicas se basan en leyes y no hay leyes en biología, ¿Cómo sabemos que las teorías científicas en biología son correctas? Mediante comprobaciones continuas y otros métodos para determinar si nuestro concepto y las consecuencias que surgen de él, pueden confirmarse, nos dice Mayr.
No sólo el cálculo matemático es imprescindible para la investigación científica, sino que una comprensión adecuada del mundo de las probabilidades ayuda a resolver y tomar las decisiones más acertadas y adecuadas. La idea de que la naturaleza, en su nivel fundamental es aleatoria, va en contra de nuestro sentido común.
Estamos hechos de miles de millones de moléculas de comportamiento aleatorio, que cuando son tomadas en su conjunto, su dinámica es completamente previsible. Es decir, que la aleatoriedad a nuestra escala no es significativa, pero es fundamental en la escala atómica, ¿Cómo se genera esa aleatoriedad? La respuesta no la sabemos.
El objetivo del análisis de datos es encontrar un “patrón” o “estructura” que modele o reproduzca la información contenida dentro de los datos. Al analizar los datos en la forma de series de tiempo, en la consideración de que la presencia de un atractor (convergencia de valores) nos puede llevar a comportamientos complicados, que pueden ser reproducidos por ecuaciones no lineales sencillas y que además, pueden exhibir comportamientos temporales y espaciales complicados, yendo desde comportamientos periódicos a caóticos, atraído a un estado final no periódico y extremadamente complejo.
Los sistemas complejos se debilitan y hasta mueren si se ven privados de estresores. Si la antifragilidad es una propiedad de todos los sistemas naturales y complejos que han sobrevivido, privar a estos sistemas de volatibilidad, aleatoriedad y estresores los perjudicará, debilitándose por lo que morirán o desaparecerán nos dice Nassim Taleb.
Einstein jamás acepto la “aleatoriedad” como algo inherente a la naturaleza e insistía en que las leyes de la naturaleza deben ser descritas por una matemática precisa y determinista, que no deje lugar a la elección, a la incertidumbre o a la aleatoriedad. Que el hecho probable es: de que dichas leyes sean muy complejas y de que posiblemente nunca podamos entenderlas completamente, pero que se debería de evitar cualquier uso o mención de la probabilidad u otros factores desconocidos.
El hecho de que la mecánica cuántica sostenga que la probabilidad no es simplemente la medida de nuestra ignorancia, sino que también es una ley fundamental innata de la naturaleza. Con esto, comprender la probabilidad y la incertidumbre pasa a tener una importancia capital y definitiva y que por lo visto, constituye una parte básica del cómo, del funcionamiento de la naturaleza.
La creencia en un mundo determinista se basa en el atractivo de una fórmula que responda a todo. Un matemático supremo podría poseer la fórmula del universo, la cual incluiría, una completa descripción de la naturaleza.
Todo en la naturaleza es el producto de dos factores fundamentales: azar y ley. Son así, en parte “necesidad” y en parte “azar”, pero en lo referente a la creación de la vida, ¿Qué tanto fue necesidad y, que tanto fue azar? Si rechazamos el azar como elemento creativo de la naturaleza, hay que aceptar que existe un elemento implícito de “Necesidad” o sometimiento a la ley. Los científicos observan los datos para ver si revelan un esquema básico, que es la condición necesaria para cualquier fórmula de éxito.
Es el uso activo de la información y no su almacenamiento pasivo, lo que constituye la vida; y quiénes piensan que el objetivo de la selección natural es “el gen”, están equivocados; pero ¿cuál es el origen del orden en biología?
Sabiendo que la “Ley Normal” en estadística no es enteramente un “a priori”.
Sabemos que hacen falta cien o doscientos mil tipos de proteínas para formar una célula, pero no sabemos qué es lo que hace que las células sean seres vivos. Todos los organismos de vida libre son agentes autónomos, que es algo que puede actuar en su propio interés en un determinado ambiente. ¿Que la emergencia de la vida es el resultado del desarrollo normal de leyes universales, que producen vida en todos los rincones del universo?
Si la vida es de algún modo inevitable, independientemente de los accidentes del destino, es seguro que debe alcanzarse un fin concreto; porque éste está incorporado en las leyes del universo. ¿La simplificación excesiva nos llevará a la distorsión?
La biosfera es una de las cosas más complejas que conocemos en el universo; que necesita una teoría de la organización que describa lo que la biosfera hace, cómo se organiza, cómo se construyen las restricciones y cómo se detectan nuevas fuentes de energía libre. No tenemos ninguna teoría al respecto, de todo esto.
Las leyes del universo han fabricado su propia comprensión por sí mismas. Y ¿los principios matemáticos de la física en su elegante simplicidad, saben algo por anticipado de la vida y su vasta complejidad? ¿Toda la física es una tautología? Estamos trabajando con sistemas complejos y no sabemos encontrar las soluciones.
James Lovelock, señala que la superficie entera de la Tierra regula sus gases atmosféricos de modo parecido a como nosotros regulamos la composición de nuestra sangre: manteniendo la temperatura, salinidad y acidez en un rango “metaestable” lo cual es indicativo de un ser vivo. Se dice que la Tierra es un planeta vivo, porque se regula a sí mismo, igual a como lo hacen los seres vivos.
Henri Bergson plantea una visión termodinámica del mundo. Somos sistemas termodinámicos y como todos los sistemas complejos abiertos, requerimos de gradientes de energía y, aquellos seres que mejor acceden a la energía y la almacenan y aprovechan de manera más eficiente, prosperan. Se dice que somos legados energéticos genéticamente organizados, y cuanta más energía es transformada por los procesos vitales, más aumenta la masa total del sistema, manifestada en lo que conocemos como crecimiento.
Cuanta más energía se tiene, más especies se pueden mantener; es decir: a más energía más especies. Tenemos más especies en el ecuador, sobre todo en las zonas tropicales, los bosques húmedos de la selva tropical. Y cuanto más tiempo un área ha sido la misma y no ha cambiado, se encuentran más especies y se convierte en más estable.
El progreso de la ciencia es algo en que de repente, se abren horizontes completamente nuevos y se encuentran nuevas maneras de pensar. La cuestión primera es: en qué medida puede nuestra humanidad quedar revelada e incluso definida, por vivir nuestras vidas en medio de una neblina de incertidumbre sobre todo una serie de cuestiones que son en realidad de interés e importancia fundamental para nosotros.
Entre los griegos, ninguno de ellos intentó verificar y ni siquiera justificar de manera fundamentada sus especulaciones y seguimos indagando cuáles son los constituyentes fundamentales de la naturaleza.
Al ser “realistas” creemos en la existencia del mundo, sin embargo, esto no deja de ser sólo una conjetura y las reglas del “juego de la ciencia” siguen y permanecen sin cambio. pese a los cambios que ha habido en la forma en que vemos el mundo.
Si puedes medir aquéllo de lo que hablas y si puedes expresarlo mediante un número, sólo entonces podrás suponer que sabes algo. Metáforas y analogías son los recursos de una conciencia que penetra más en los aspectos no evidentes de la realidad. Las metáforas son utilizadas para describir cosas o que unen ideas o imágenes para reforzar una exposición, donde las semejanzas entre los términos son la clave de la metáfora; las cuales constituyen un modo de crear nuevas categorías o nuevas abstracciones.
Al estudiar la naturaleza, la ciencia generalmente ha rehuido lo complicado y las interferencias de la misma naturaleza. En vez de permitir que la naturaleza nos hable directamente, la ciencia muchas veces se apodera de su conocimiento a través de experimentos que la forzan en contextos artificiales, buscando una unidad abstracta que a su juicio, debe existir y subyacer en la diversidad de la naturaleza. Por el contrario, es posible desarrollar un sentido de unidad empática con la naturaleza, que nos permita percibir la unidad directa y vívidamente como algo real en vez de como una abstracción, como sugería Goethe. La intuición objetiva, siguiendo dicha propuesta, podría ser usada para complementar los métodos de análisis, sugiere Goodwin.
Los fractales naturales son autosemejantes a diferentes escalas. Toda la creación es un fractal y en cada escala, es al mismo tiempo él mismo y algo diferente.
En cuanto se habla de la vida, hay muchas cosas que no sabemos, entre ellas el cómo se puso en marcha por primera vez. Los genes no son nada más ni nada menos que instrucciones para hacer proteínas. La mayor parte del ADN, está dedicado no a ti, sino a sí mismo.
Puede haber hasta un millón de diferentes tipos de proteínas en el cuerpo humano y cada una de ellas, es un pequeño milagro; pero según las leyes de la probabilidad, las proteínas no deberían de existir. Para que una proteína sea útil no sólo debe agrupar aminoácidos en el orden correcto, debe entregarse y plegarse de una forma muy específica. Incluso con toda su complejidad estructural, una proteína no sirve de nada si no puede reproducirse, pero las proteínas no pueden hacerlo y sin las sustancias químicas, la célula también carece de propósito. Sin embargo, para las bacterias no es difícil de evolucionar en planetas que reúnan las condiciones adecuadas. Se cree que el 25% de las moléculas del cometa Halley son moléculas orgánicas. Si un número suficiente de ellas aterriza en un lugar apropiado, se tendrán los elementos básicos necesarios para la vida.
La vida, al surgir tan pronto como pudo hacerlo, estaba químicamente destinada a llegar a ser, como nos dice Bill Bryson. El orden de la vida, a la vez puede manifestarse en cualquier lugar donde los modelos fractales nos rodean por todos lados.
La autosemejanza, es un producto de las complejas relaciones internas que se retroalimentan a sí mismas; es una manera de ver y conocer el misterioso e impredecible movimiento que crea el mundo y lo mantiene cohesionado. Una nueva visión e imagen del misterio esencial y el orden, que se da en la vida.
Los biólogos utilizan la palabra “genotipo” para referirse a la información contenida en el genoma que se transmite de una generación a otra; y “fenotipo” para referirse a la expresión real del genotipo en el organismo vivo. En el mundo del ARN, genotipo y fenotipo son una y la misma cosa. La vida, tanto en su ontogenia como en su filogenia, consiste en una serie de saltos a nuevas estructuras, con nuevas formas de funcionar. ¿Es una ley de la naturaleza, el que la ontogenia repita a la filogenia? Es decir: ¿Por qué el proceso evolutivo del hombre a través de millones de años, tiende a repetirse en cada feto del vientre humano, en sólo semanas o meses?
Se cree que la conciencia es una propiedad distribuida a lo largo de la escala filogenética del hombre. ¿Es probable que la conciencia sea el resultado del ensamblaje de neuronas frente a necesidades específicas? ¿Cómo surge el instante en que todo se integra y adquiere sentido? ¿El sistema nervioso integra la realidad de modo discontinuo, igual a como se da en el movimiento? ¿La creación de la realidad coincide con la creación del tiempo, donde los objetos con contenidos de materia, energía e información ocupan el espacio y no dejan de pasar y de tener un continuo de intercambios, de un objeto a otro; pero los fenómenos de todo tipo, prefieren actuar y manifestarse en el tiempo?
Sabemos que la atención se halla gobernada por fuerzas conscientes e inconscientes y que, sin una experiencia selectiva, la experiencia sería un completo caos. Las diferencias existentes entre lo que filtra cada individuo y “determinan diferentes percepciones del entorno”, basados en la peculiar distorsión que afecta cada persona al aceptar o rechazar las señales sensoriales. Pero estamos seguros de que la mente humana no quedará satisfecha con un universo en el que todos los fenómenos fuesen gobernados por un proceso matemático, totalmente abstracto.
Parménides, nos dice que la realidad superior del “ente” no llega a “ser” y no deja de ser; ni fue ni será que esta vez es ahora todo uno y continuo. Son en el mejor de los casos, únicamente ilusiones. ¿Con el avance del futuro, podemos decir que “las cosas” surgen de la nada, para convertirse en algo? Algo, lógicamente imposible para todos.
Tal parece que las cuestiones más difíciles de la ciencia son en realidad las más atractivas, ya que conforman los interrogantes básicos de la humanidad ¿Qué sabemos del universo, de dónde viene y hacia dónde va? ¿Tuvo un origen y tendrá un final?, ¿Cuál es la naturaleza del tiempo? Son algunas de las muchas preguntas que están presentes todo el tiempo.
Nuestra época es la del descubrimiento de las leyes fundamentales de la naturaleza; estamos cerca de comprender los fundamentos del universo, tratando de encontrarle un sentido y de ver como encajamos los humanos, en este extraño y maravilloso universo.
Conocemos cuatro fuerzas fundamentales en la naturaleza, pero todas ellas son misteriosas. Pero los físicos, tienen la esperanza de que una teoría unificada combine estos cuatro misterios en uno solo. Nunca podríamos estar seguros de haber hallado la teoría correcta, ya que las teorías no pueden ser demostradas; pero si la teoría fuera matemáticamente coherente y siempre proporcionara predicciones acordes con las observaciones, podríamos estar confiados en que es la correcta. El objetivo es tratar de encontrar una descripción del universo que sea mecano-cuántica. ¿Nos encontramos ante un universo mecánico o ante un universo termodinámico?
Vemos que no todas las interacciones afectan a todo, del mismo modo; que la gravedad parece ser universal y afecta a todo y que las influencias eléctricas y magnéticas sólo afectan a determinados tipos de objetos. La claridad simple y sobria será suficiente, porque los hechos y las ideas hablan por sí solos.
La ciencia es útil, pero esto no es todo lo que importa. El futuro pertenece a la ciencia y a quienes se lleven bien con ella. Los científicos pueden transformar el mundo de manera más efectiva que los políticos y hombres de estado, pero esto no es todo lo que hacen y no todo lo que podrían hacer.
El secuestro por los pseudocientíficos y la hostilidad de algunos académicos sofisticados, no es la única amenaza a nuestro sentido de maravilla. Existen aquéllos que la consideran como uno de tantos mitos culturales, no más validos que los mitos de cualquier otra cultura. Así también, conforme el científico se hace más arrogante, la sociedad puede llegar a rebelarse y dejar de darles crédito y tomar otros sistemas de creencias irracionales como verdaderas.
¿Cuántas rebeliones y agresiones más o menos beocias ha habido contra generalizaciones que sin embargo llevaban en sí el sello de una inteligencia superior? ¿Podemos también llegar a pensar que existe progreso debido a la ciencia? Si vemos que la guerra es cada vez más atroz, que la radio propaga tantas mentiras e insensateces y de que el cine no vale mucho más espiritualmente, que no podemos hablar de ningún progreso moral en este tiempo histórico de existencia de la ciencia. La idea de progreso moral, debido a la ciencia, podemos concluir que es simplemente nula.
El crimen organizado de la academia vive de la impunidad que le dan sus influencias y su fuero, así como del trabajo de sus incondicionales. Ser amable con el arrogante no es mejor que ser arrogante con el amable, transigir con alguien que comete un acto indigno, equivale a aprobar ese acto.
Los académicos parecen no fiarse unos de otros, nos dice Nassim Taleb. Viven inmersos en obsesiones mezquinas, envidias y odios, con pequeños desaires que con el tiempo se convierten en rencores que se fosilizan en la soledad del trabajo ante una pantalla de ordenador y en la inmutabilidad del entorno. Por no hablar de unos niveles de envidia, que casi nunca he visto… Ideas y cuestiones abstractas como “reconocimiento” y “mérito”, las deforman generalmente una atmósfera de rivalidad perpetua. He acabado encontrando repulsiva y de poco fiar a la gente ávida de credenciales.
Hemos supuesto que todos los sistemas necesitan un liderazgo y que siempre, bajo cualquier circunstancia los necesitamos, y esto no es cierto. Muchos sistemas funcionarían mejor si se les permitiera organizarse a sí mismos. Los movimientos políticos y las rebeliones pueden ser muy robustos y por lo general, se intenta reprimirlos usando la fuerza bruta en lugar de hallar estrategias más astutas; y lo que logramos es sólo ir abonando y agrandando el problema. Algunos pensamientos son tan robustos, que al intentar librarnos de ellos, no hacemos más que alimentarlos hasta convertirlos en obsesiones. “El genio surge de la dificultad”, es mucho más profundo de lo que parece y también, contradice en muchos niveles los métodos y las ideas actuales, que intentan innovar partiendo de una situación de comodidad, seguridad y previsibilidad. Privar a los sistemas de estresores vitales, puede ser perjudicial.
Pero si vamos hasta la noción de medida de un conjunto, pronto podrán aparecer nuevos objetos de extraño aspecto. Ahí donde no hay nada que medir, subsisten sin embargo posibilidades de construir estructuras.
¿Podemos a partir de la concepción de la medida, construir toda la física clásica?
Mikio Kaku nos dice: Sigo soñando despierto sobre mi duradera relación amorosa con lo imposible y me pregunto si, y cuando, alguna de estas imposibilidades podría entrar en el ámbito de lo cotidiano.
Las células, son los objetos más complejos del universo y son la base de cualquier forma de vida; sin embargo, no hay nada que gobierne esta sociedad cooperativa, realizando una cantidad enorme de cosas diferentes y que funcionan siguiendo los mismos principios básicos. ¿Cómo ha emergido la información en el universo?
Este misterio está íntimamente relacionado con el origen de la complejidad observada en la naturaleza, considerado como otro factor importante en la presencia de la vida. ¿La complejidad se comporta como materia o como información? ¿Permanece constante la complejidad global del universo? ¿Existen leyes de la complejidad?
La Información biológica es diferente y se dice que está repleta de significado, mientras que lo no biológico, como un copo de nieve, contienen información en sus formas geométricas exagonales; sin embargo, estas pautas no tienen ningún significado más allá que la que le da su propia estructura. Es decir, no codifican ni simbolizan nada.
Los aparatos electrónicos, con respuestas simples, pueden ser complicados o elaborados, pero no son complejos, porque no presentan interdependencias. En un mundo complejo, la noción misma de “causa” está bajo sospecha o es prácticamente imposible de detectar o no está definida.
La clave de los sistemas complejos, los formados por componentes que interaccionan entre sí, es que comunican información por medio de estresores.
Pero no basta con tener una fuente de energía libre que proporcione información biológica, sino también comprender cómo nace dicha información biológica, ya que es la calidad de la información y no su existencia, la que constituye el misterio de la situación.
El entorno entendido como el universo entero, se dice que no es un diseñador inteligente, pero ¿qué sabemos sobre el contenido de información del entorno? ¿Y de dónde procede el contenido de información del universo? ¿Es la gravedad una fuente de orden?
La inestabilidad inducida gravitacionalmente, son fuente de información donde toda la vida se alimenta del hueco de entropía que ha creado la gravitación. Roger Penrose, considera que la gravedad podría afectar a las biomoléculas a través de procesos cuánticos.
La explicación del origen de la vida está profundamente vinculada al origen del propio universo. ¿Qué extraño fenómeno hizo emerger algo donde no había nada? El Sol es la fuente de energía libre o entropía negativa (negentropía) que impulsa a toda la vida en la Tierra mediante la fotosíntesis y donde, todo hecho particular del universo está determinado por leyes.
Si las constantes físicas del universo hubiesen sido distintas, no estaríamos aquí, porque la vida sería imposible, en el universo que se habría creado. Sólo las condiciones existentes permiten un mundo con los elementos precisos para ser lo que somos. No sería sorprendente que el origen y el destino de la energía del universo, no pueda entenderse del todo si se aíslan de los fenómenos de la vida y la conciencia. Sin embargo, en lo que concierne a la consciencia, nadie tiene la más mínima idea de cómo algo material puede ser consciente. ¿Cómo los procesos materiales pueden producir una experiencia consciente? También resulta incomprensible cómo algo tan extraordinario como el estado de consciencia sea el resultado de estimular el tejido nervioso.
Se hace ineludiblemente necesario poder explicar el origen de esta información biológica; donde lo que importa es la complejidad organizada, pero ¿Cómo es posible que algo tan complejo como es un ser vivo pueda ser producto de procesos físicos simples? Las leyes de la naturaleza nos dicen “cómo” se comporta el universo, pero no responden a la pregunta del “porqué”. Sin embargo, el hecho de que existamos, restringe las características del entorno en que nos podemos hallar y desarrollar. La vida es tanto un producto como una causa de la incesante actividad de la Tierra. ¿La vida es la expresión de las leyes esenciales de la naturaleza? ¿Los fenómenos irreversibles son el origen de la organización biológica?
El mundo inorgánico es fundamentalmente perezoso; generalmente se comporta de forma que requiere de la mínima energía. En un ambiente suficientemente rico, y dado el tiempo suficiente, la materia ordinaria se configurará autónoma y necesariamente en forma cada vez más compleja, hasta que la vida emerja de manera espontánea.
La diferencia entre lo vivo y lo no vivo es una cuestión de organización, no de componentes; sólo ocurre cuando las partes están convenientemente organizadas. Es un proceso no una sustancia. La información es tratada como lo opuesto a la entropía, y la segunda ley de la termodinámica puede ser considerada o entendida como aumento de entropía o como pérdida de información.
Después de todo, la tarea del genoma consiste en almacenar información. El ADN puede almacenar información sobre cómo reproducirse y sobre el desarrollo de un organismo, almacenando las instrucciones necesarias para construir un organismo que funcione; es un plano o algoritmo para obtener un producto específico.
Sabemos que el azar produce aleatoriedad y que una ley produce un producto específico y predecible. ¿Cómo en un proceso ambas propiedades pueden combinarse para obtener una estructura específica? Sabemos de todo esto porque sabemos que ninguna ley hasta hoy conocidas en la naturaleza, podrían conseguirlo.
Mutaciones aleatorias, más selección natural, son una vía segura para generar información biológica. La forma útil de expresar la pauta manifiesta es hacerlo en términos de información, compactando dicha información en una fórmula compacta o algoritmo, donde los datos que describen el comportamiento del sistema no son aleatorios y el futuro del sistema, puede predecirse exactamente con una fórmula bastante simple. ¿Podemos esperar que nuestra constitución esencial pudiera ser reducida a una formula?
Un organismo superior tiene aproximadamente cien mil genes capaces de almacenar información, la cual puede estar sujeta a errores de copiado. La base de la vida es molecular. El proceso por el cual el ADN hace copias de sí mismo, requiere de matemáticas muy complejas. A la vez que se ha comenzado a reconocer las conexiones entre las constantes fundamentales de la física y la existencia de la vida en nuestro planeta, somos el producto de fluctuaciones cuánticas del universo primitivo. Pero la cosmología afirma que las leyes aparentes de la naturaleza son diferentes para historias diferentes y de hecho, se empieza a aceptar de que existen muchos universos, con muchos conjuntos diferentes de leyes físicas. ¿Se puede utilizar las leyes de la física para calcular cómo esa historia se va desplegando con el tiempo?
Por las leyes de la relatividad, sabemos que la materia y la energía deforman el tiempo y hacen posible que la dimensión temporal se mezcle con las dimensiones espaciales y de que la gravedad a su vez, deforma también el espacio y el tiempo. Sabemos que no existe línea divisoria tajante entre sistemas vivos y no vivos, sólo un sistema de procesos moleculares que tomados colectivamente y como un Todo, pueden considerarse como vivos. La vida del humano no consiste en otra cosa que de bacterias.
Cada uno de nosotros es una ciudad de células, y cada célula es una aldea de bacterias. El modo en que están compuestas y funcionan como totalidades es lo que distingue lo vivo de lo no vivo. Donde todas las formas observadas de generación espontánea de estructuras existentes en el mundo material, sugieren que la materia inorgánica es mucho más variable y creativa de lo que hasta hoy nos habíamos podido imaginar.
Donde se nos da una creatividad inherente a la materia y, se nos presenta como la nueva visión del mundo, de que al exhibir “propiedades emergentes” se están manifestando las propiedades características de un Todo y además, donde el análisis irá de la mano de la síntesis en su accionar.
La realidad, es un flujo continuo de materia, energía e información, experimentando transiciones críticas, información acumulada que enriquece las dinámicas no lineales disponibles, para la generación de nuevas estructuras y procesos.
El ser humano no ve las cosas como son, sino como parecen… En mecánica cuántica, observador y observado son la misma cosa y, esto que parece inconcebible, es el estado nuevo que la conciencia necesita descubrir. Lo que está aquí, eso está allá; lo que está allá, eso está aquí, nos dice Katha Upanisad.
Todas nuestras percepciones, son una especie de “realidad virtual constreñida” y construida en nuestros cerebros. Al conseguir sintetizar sustancias orgánicas de sustancias inorgánicas, se demostró que la vida no era necesaria para hacer sustancias orgánicas y, se puso fin a la idea de que las sustancias químicas orgánicas eran diferentes, haciendo innecesario postular tipos distintos de materia.
La vida humana no sólo no está en el centro, no sólo no es organismo diferente al de los animales, no sólo no está hecha de un material especial, sino que los propios procesos de la vida, la forma en que se comportan, los compartimos con los sistemas inanimados.
En el largo proceso de evolución biológica, la mente y la inteligencia se han establecido como una fuerza motriz, infiltrando la materia y tomando el control. ¿Puede nuestro cerebro acostumbrarse a entender la realidad como procesos y continuidad?
Ahora sabemos que los átomos se reciclan continuamente a través de la biosfera, dentro y fuera de los organismos vivos. Stephen Hawking, nos dice: no se trata de decir que Dios no existe, sólo que, en estos casos, no es necesario. ¿Podemos considerar esto como una ley de la naturaleza? Y, donde todas las cosas son diferentes manifestaciones de esta realidad dinámica y material, representando los diferentes caminos y firmas de expresión, así como de interacción y coexistencia.
El cómo y el porqué están íntimamente ligados cuando reconstruimos la historia de la vida. La presencia de la vida en cada hábitat, se aprecia mejor si se le considera como un estado de la materia inquieto, escudriñante y especial.
La “naturaleza” significa “las leyes no promulgadas” y los procesos naturales que determinan lo que ésta ha estado haciendo y probando; los varios modelos posibles que han permitido sobrevivir a las especies en los “nichos” que ahora ocupan.
La cadena alimentaria, es de una inestabilidad desesperante, pero de algún modo funciona; lo más notable del asunto es que no sabemos cómo lo hace. Donde el “instinto” es la expresión “genética” y el aprendizaje obtenido del “medio ambiente” se dan como complementarios, con destellos de razón pura. El sólo instinto primitivo no es capaz de realizar un desarrollo completo.
Darwin, clasificó como inferiores a las especies más simples, más lentas de cambiar y más antiguas; como superiores, a las más complejas, más rápidas para cambiar y más jóvenes en el sentido geológico. Donde a través de “la selección natural” se da la eliminación de lo inadecuado; proceso este por el cual se moldea a las especies y de cómo éstas se van adaptando a un medio ambiente cambiante, el cual no es aplicable a los individuos, sólo a las poblaciones y especies, eliminando individuos y preservando aquéllos más capaces de sobrevivir y dejar descendencia, también capaz de sobrevivir. Los bien adaptados, heredan los rasgos de la forma y funcionamiento que los capacitan para explotar y poder resolver los problemas que sus nichos les presenten. Y donde dos especies diferentes no pueden coexistir por mucho tiempo, ya que a través de la competencia, se llevará a la extinción a los menos adaptados. Maravillándonos de sus estrategias adoptadas para su supervivencia, proceso que se realiza con un total desconocimiento del papel que juegan en los avatares de la vida.
Las mutaciones que tienen éxito, son las que están mejor adaptadas a su entorno y es por lo tanto, el entorno el que proporciona o selecciona la información que termina en el ADN. Si los replicados del genoma fueran completamente exactos, la vida nunca podría adaptares a las circunstancias cambiantes del medio ambiente y la extinción de las especies, se produciría inevitablemente.
Para tener éxito, una especie necesita llegar a un equilibrio entre muchas y pocas mutaciones, ya que los errores en la transmisión de información son similares a los ruidos o entropía que hacen que la información se pierda, lo cual es contrarrestada por la selección natural que actúa como fuente de información. Si el entorno mediante esta vía no puede reponer tanta información como la que se escapa, los errores se acumularán y la reproducción deja de darse.
Más importante aún que los hechos sobre ADN que puedan aportar los científicos, es la teoría subyacente de la probabilidad y la estadística; son los métodos científicos para hacer inferencias de lo que debe aplicarse. Estos temas van más allá del reducido campo de las pruebas del ADN. Cada gen específico se basa por entero en la probabilidad. Genes distintos en combinaciones distintas, afectan a distintos atributos.
Una vez que apareció la vida, la selección natural tomó las riendas. Procesos similares a la evolución pueden ser percibidos en esferas muy diferentes. Las capacidades y ciertos rasgos de un niño son conformados por su entorno dominante.
La energía, permanece constante y se transforma constantemente en una sola dirección: de disponible a no disponible; donde podemos considerar a la materia como constituida por las regiones del espacio en las que “el campo de energía” es extremadamente intenso y, donde no hay lugar en esta nueva física para el campo y para la materia juntos, pues el campo de energía es la única realidad.
La evolución humana, se da como una de tantas formas de autoorganización de la energía, observándose que lo destacable en las civilizaciones será el incremento en el flujo de materia y energía y sus transformaciones y que además, son muchas las normas institucionales que han emergido de forma no planeada. A su vez, la conquista progresiva del pasado, es hecha en términos contingentes: procesos que ocurrieron pero que pudieron no haber ocurrido.
Vivir es un proceso inexcusablemente irreversible. La existencia de estos procesos naturalmente irreversibles, supone que al igual que la vida misma, el universo envejece cambiando de un día para otro, de un modo que no se podía volver nunca hacia atrás.
La idea de un “presente móvil” donde el presente se desplaza del pasado al futuro, es considerado un fenómeno subjetivo, donde existe la oscuridad tanto en un pasado muerto como en un futuro desconocido, en el que de lo que sigue o de lo que ocurrió antes de nacer, somos absolutamente ignorantes. El antes y el después de nuestro nacimiento nunca existieron; en el antes sólo había la nada, pero la nada no da ninguna información posible. ¿Cómo pudo emerger algo donde no había nada?
Hay que seguir la firma de todas las cosas para buscar las causas que han producido el orden físico y biológico del universo. Una vez aceptado un “paradigma” se hace difícil sino imposible, cuestionar sus supuestos básicos, puesto que éstos parecen reflejar el orden natural de las cosas. Las explicaciones alternativas del mundo rara vez se contemplan porque ponen en entredicho lo que se acepta como verdad inequívoca. Su aceptación incondicional y la negativa a aceptar explicaciones alternativas, conducen a una serie de incoherencias que se van acumulando, hasta que se alcanza un punto en el que el paradigma existente se desmorona y es reemplazado por otro, capaz de encajar mejor las novedades e ideas en una nueva narración general.
Lo que en 1900 se creía haber resuelto, en el 2000 se aceptaba no tener respuestas sobre ninguna de sus preguntas verdaderamente básicas y trascendentales. ¿Acaso el conocimiento no tiene límites? Conociendo el poder de la ciencia, ¿Debemos mantener alejados del poder del conocimiento a la gente con fines perversos? ¿Cuáles son los obstáculos que impiden y que no permiten que la política esté al servicio de la población?
Estamos inmersos en un universo en evolución, donde el tiempo ha adquirido una nueva imagen. Carnap, nos dice que “El tiempo no está en la física”; Newton, consideró el tiempo como independiente y absoluto; Einstein, pensó en términos de un espacio-tiempo continuo, donde el tiempo y el espacio influyen el uno en el otro.
El punto de vista de la física, es el de que el tiempo en cuanto a “Reversibilidad” es ilusión y por lo tanto, no puede ser objeto de la ciencia. La nueva perspectiva científica nos dice que “La irreversibilidad del tiempo” es fuente de orden y organización.
Todos conocemos la importancia de la “Evolución” en biología y en “Cosmología” y todos también están de acuerdo de la importancia del tiempo. Vemos que existen fenómenos “irreversibles” en la naturaleza, con funciones constructivas en la formación de “estructuras” y organizaciones relevantes.
¿Significa todo esto que estamos entrando en un período de una nueva sistematización conceptual de la física? ¿Faltaría incorporar la irreversibilidad en la base fundamental de la ciencia, como pide Prigogine? O debemos escuchar a Jacques Monod, cuando nos dice: “La antigua alianza está rota; el hombre sabe al fin que está solo en la inmensidad indiferente del universo de donde ha emergido por azar”. Igual que su destino, su deber no está escrito en ninguna parte. No queda más que persistir en el camino arduo del escepticismo positivista y limitarnos a los hechos y fenómenos que se manifiestan en la naturaleza.
Einstein, decía que Dios es sutil pero no malicioso y que el hombre acabará por hallar la razón del mundo y de que ésta debía de ser fundamentalmente simple y racional. Pero a la vez, debemos agregar de que: No hay ninguna razón fundamental conocida por la que el universo no pueda haber existido siempre.
Una teoría, es tan sólo un modelo y un conjunto de reglas que relacionan las magnitudes de dicho modelo con las observaciones que efectuamos, pero sólo existe en nuestra mente por lo que no es una realidad; diciéndose que es una teoría buena si describe con precisión las observaciones efectuadas con pocos elementos arbitrarios y que además, sea capaz de efectuar predicciones en futuras observaciones.
La teoría de la gravedad de Newton, a pesar de su simplicidad, predice los movimientos del sol, la tierra y los planetas con un alto grado de precisión. Sin embargo, las teorías físicas sólo son hipótesis y son siempre provisionales. Nunca podemos estar seguros del siguiente resultado y podemos refutar dicha teoría encontrando una sola observación que discrepe de sus observaciones, con lo que debemos modificar o abandonar dicha teoría.
Con esto podemos decir, de acuerdo con Karl Popper, que una buena teoría debe caracterizarse por hacer predicciones que en principio puedan ser refutadas o falsadas por la observación. Para muchos científicos, la dinámica clásica, donde se podía medir todo y conocerlo todo, había alcanzado su forma definitiva, apareciendo también el determinismo, como una condición de algo inteligente y razonable. Hoy vemos que no es así, que con la física moderna quedó restringida esta visión demasiado simplista del universo. Motivo por el que Lighthill, máximo dirigente de la confraternidad de la mecánica clásica, se vio obligado a declarar: “QUEREMOS PEDIR EXCUSAS COLECTIVAMENTE POR HABER ENGAÑADO AL PÚBLICO DIFUNDIENDO IDEAS SOBRE EL DETERMINISMO DE LOS SISTEMAS BASADOS EN LAS LEYES DE NEWTON QUE DESDE 1960 SE HAN DEMOSTRADO INEXACTAS.
De seguir en la mejor tradición impuesta por los grandes científicos de la historia, de escribir sobre los hallazgos complicados de la ciencia de tal manera que todos los entiendan, y atrevernos a ir más allá especulando sobre la existencia de otras dimensiones imperceptibles y nuevas realidades, en la cual puede haber tiempos imaginarios y ortogonales, como nos lo dice Carlos Chimal.
Los matemáticos han descubierto que el concepto de infinito, es susceptible de un tratamiento lógicamente consistente y de que la infinitud de puntos sobre una línea, difiere de la infinitud de los números enteros y la idea errónea de que la aritmética es tan básica y natural, que tiene que ser única. Con esto, se quería demostrar que el cambio y el futuro son ilusorios y que la realidad y el futuro, tienen una existencia atemporal al margen de la experiencia humana y sus insuficiencias. ¿Cómo ser indiferentes cuando nada entendemos y cuando recordamos lo que sentimos al saber que una infinidad podría contener otra? ¿De dónde ha venido la información presente hoy en el universo?
En los años ochenta se descubrió que la energía total del universo podría ser realmente cero y que por lo tanto, se trataba de un caso de nada por nada. La razón es que su campo gravitatorio tiene energía negativa. Toda la materia cósmica fue creada como un proceso físico natural, con lo que se dice que ya no hay necesidad de explicar el origen de la materia, pero sí el de la información.
El hecho de que el universo contiene información y por el hecho de que ésta no puede crearse, debe haber estado allí en el comienzo de todo. Es decir, que el universo ya venía en su aparición lleno de información, desde que se dio el inicio de todo. La teoría de la “Panspermia” contempla la vida como una propiedad que impregna el cosmos y por ende, no necesita tener un origen. La esencia del lenguaje del conocimiento es la comunicación de información, y la esencia de la información consiste en realizar una elección.
La idea de que “la entropía” se corresponde en cierto sentido con la incertidumbre acerca del estado preciso de un objeto, cuando era bastante conocida, donde un decrecimiento de la entropía física debería implicar un crecimiento en la información obtenida.
La ciencia de la información, debe adoptar como tarea fundamental la formulación matemática de los procesos de elección. Cuanta más amplia sea la posibilidad de elección, mayor será la cantidad de información. Las probabilidades representan en conjunto, el estado de ignorancia acerca del resultado entre las muchas alternativas dadas.
RESULTADOS, COMENTARIOS Y OBSERVACIONES GENERALES
La evolución de las teorías científicas ha seguido en estos años un ritmo imparable y ha hecho que nuestra visión de muchos aspectos de la vida, del universo y de la mente entre otros, cambie radicalmente. La ciencia trata de responder a preguntas fascinantes como pudieran ser: ¿Podemos fiarnos de las percepciones de nuestro cerebro? ¿Qué leyes rigen la evolución? ¿Cómo se originó el universo? Y muchas otras más.
Nuestras preguntas no dejan nunca de aparecer, como tampoco podemos decir que no existan “verdades últimas”. Rechazando cualquier forma posible de “Omniciencia”, así como de “Irresolubilidad” y planteándonos preguntas interminables que van al pozo sin fondo de la naturaleza, concluímos así el hecho de que no podamos decir nunca, que conocemos de forma concluyente y exhaustiva el mundo que nos contiene.
Los cambios en el ambiente físico pueden ser un poderoso elemento de los cambios evolutivos y a menudo, han sido el factor crucial de cambio. La “lucha por la vida” o elemento de sobrevivencia de las especies, tiene que ver con las interacciones con otras especies u otras formas de vida y el ambiente físico. Es la vida la que finalmente ha sido la diseñadora del planeta y no al revés.
Los tipos más dramáticos de innovación evolutiva están entre los componentes menos entendidos de los procesos evolutivos. La vida se expande continuamente y luego se elimina en gran parte, con las grandes extinciones que se han dado. Sin embargo, podemos decir que más especies existen hoy en día que en cualquier otra etapa anterior. Este aumento de diversidad es uno de los misterios sobre la Tierra. Desde el punto de vista de la ecología, si eliminamos por completo una especie dada, desestabilizaremos la cadena trófica. Si se trata de una especie predadora, sus presas se multiplicarán sin control dando lugar a complicaciones y consecuencias en cascada.
Hay entre 1.5 y 1.8 millones de especies conocidas, identificadas y con un nombre científico, pero la estimación es de que puede haber en total alrededor de diez millones.
Algunos tipos de animales y plantas son dominantes, proliferan nuevas especies y se dispersan sobre grandes partes del mundo. Otros se reducen hasta hacerse raros y son amenazados de extinción. Las hormigas en el Amazonas ocupan más del 10% de la biomasa de todos los animales. La prevalencia de las hormigas, debe tener algo que ver con su organización avanzada. La actividad de las lombrices facilita una mayor absorción de la lluvia, por lo que aumentan las aguas subterráneas y el suelo se mantiene húmedo más tiempo permitiendo una mayor variedad de cosechas. Si se plantan arboles se puede reducir la temperatura del suelo entre diez y quince grados. La tierra es menos compacta y tiene más nutrientes y puede convertir una zona árida y casi inerte en una rica pradera en unos pocos años.
Ejercemos tanta presión sobre la Tierra que nos vemos obligados a recurrir a la tecnología para alimentarnos y mantenernos. Cuando sólo éramos mil millones en el planeta, nos hubiéramos podido salvar con las energías renovables, pero ahora con más de seis mil millones debemos recurrir a la tecnología para mantenernos. Cuando surgen condiciones difíciles, en los animales en la naturaleza, como períodos de hambrunas, tienen que almacenar suficiente energía para continuar con vida, desconectándose de las actividades reproductivas y aumentando el mantenimiento del cuerpo.
La ciencia natural, cae completamente dentro del formalismo matemático de las teorías de la física moderna, que considera su objetivo como si fuera una formulación matemática, en la que hay que ceñirse a ciertos principios preconcebidos y acordar con ellos, en definitiva, la observación.
El mundo sigue siendo probablemente mucho más rico de lo que imaginábamos y quizá, sólo estemos arañando la superficie de todo lo que existe. El balance final es que la vida es asombrosa y gratificante, tal vez hasta milagrosa, pero de ningún modo imposible.
Paradójicamente, cuanto más avanzan el hombre y la ciencia en sus conocimientos acerca del mundo, nuevas cuestiones a menudo más complejas, más oscuras y más aparentemente inexplicables, vienen a sustituir a las ya resueltas. La mayoría de las respuestas narra una historia y lo importante es saber quién cuenta la historia, quiénes son los protagonistas y si la historia tiene o no moraleja. La moraleja es que no hay moraleja.
Para Jacques Monod y Jean Paul Sartre, el universo es indiferente a los propósitos humanos y la vida, es el producto del puro azar, totalmente libre, pero ciega. El hecho de que haya respuestas radicalmente distintas, sugiere que como deducciones de la ciencia, son poco claras y no traen consigo una moraleja.
El individuo no es una masa, es una singularidad. Pero de la observación reiterada de algo, no puedo concluir ni un enunciado de lo general ni posibilidades de lo observable.
Toda la vida es una; somos el resultado de “un truco genético” transmitido de generación en generación a lo largo de casi 4,000 millones de años.
Según la escuela determinista de la biología, la vida es inevitable dadas las condiciones correctas. La vida se formará automáticamente en cualquier ambiente similar a la Tierra. Que la vida y su formación es inevitable en las condiciones correctas, que el universo es un semillero de vida y que ésta, emerge como consecuencia inmediata y de forma automática, de las leyes de la naturaleza. Físicos y químicos descubrieron que los fenómenos asociados a la vida obedecen en todos sus pasos, las mismas leyes fisicoquímicas que operan en el mundo sin vida.
Si las leyes de la naturaleza fueran perfectamente simétricas, no habría seres humanos, no habría ni Tierra ni estrellas. El sobrante de materia respecto de la antimateria después del Big Bang, fue la encargada de formar galaxias, estrellas y planetas y por último, de la vida que conocemos.
Que la vida es el producto de fuerzas deterministas, de que hay o existen leyes de la misma manera que hay leyes de la física. De que la vida y la consciencia, emergen no como actos o resultados accidentales raros sino como manifestaciones naturales de la materia en el universo. Esta “autoconstrucción” no aleatoria, infunde información biológica crucial para preparar el camino para la aparición de la vida, manifiesta en su total complejidad.
La búsqueda de la vida en el universo es una búsqueda de nosotros mismos: quiénes somos y cuál es nuestro lugar en el gran esquema de las cosas. ¿Somos simplemente fenómenos insignificantes o los productos esperados en un universo evolutivo? ¿La vida es coexistencia con el universo, tanto en el espacio como en el tiempo? ¿La vida, podría estar diseminada por todo el universo, sin haberse originado en ningún lugar? Si la evolución es un hecho, ¿qué es lo que la motiva?
Desafiando posibilidades astronómicas en contra, nos hemos despertado de un sueño de miles de millones de años y gradualmente vamos acumulando conocimientos según vamos creciendo, disfrutando de un planeta único, idóneo y apto para la evolución de la vida. Y donde se nos ha concedido la oportunidad de preguntarnos y de comprender porqué estamos aquí y porqué vemos lo que vemos. No sólo estamos hechos de sustancias de poco valor comercial, sino que también estamos hechos de la organización precisa de estos materiales.
Cada célula del cuerpo, tiene unos ciclos boquímicos que la mantienen en sincronización con el mundo que nos rodea las veinticuatro horas del día. Sin embargo, ninguna célula sabe quién eres ni le importa.
Respirando oxigeno, éste llega a la sangre y a cada célula del cuerpo y, es la célula la que quema el oxigeno para generar la energía que nos permite vivir.
Y sin embargo, al ser el oxigeno un elemento muy reactivo, puede causar mucho daño en el interior de la célula, con sus radicales libres, y el resultado es el envejecimiento de las personas. Se dice que las “mitocondrias” guardan el secreto del envejecimiento, ya que son las generadores de energía de cada célula que suministran toda la energía necesaria para el cuerpo. Con esto, el oxigeno es a la vez nuestro amigo y enemigo.
Roger Penrose, piensa que estamos descubriendo el mundo no inventándolo, pero John Wheeler, sugiere que nosotros creamos el universo y que, al buscar una descripción coherente de él, en el que no hay ningún objeto cuando comienza el interrogatorio, pero en la que cada respuesta que se da, debe ser compatible con todas las ya dadas y, con el tiempo surge un objeto que encaja con las respuestas.
El científico o el maestro que guarda silencio, con la excusa de que la materia está fuera de su campo de especialización y abandona la lid a otros menos idóneos, no debe tener excusa para guardar silencio e iniciarse en otros campos de oportunidades.
La manera en que las cosas están estructuradas, es lo realmente importante. El mundo es en realidad tan solo una interacción entre las cosas que están en él. Las únicas cosas que son reales son los “ahoras”, en uno de los cuales estamos ahora. El Ahora, es lo que es real.
Sabemos que los ecosistemas son procesos disipativos de no equilibrio. Y de que la sucesión, es un proceso universal que sigue una trayectoria predecible. A la vez, Herbert Spencer habla de una “Ley Universal de la Evolución”, consistente en un incremento de la complejidad basado en la energía.
El patrón de organización capaz de “Autoorganizarse”, es el “Patrón de organización de la vida”, donde la autorregulación y la retroalimentación están ligadas al concepto de redes. Y al final, todo comportamiento y lógica de todo proceso, puede transformarse en reglas para la construcción en redes.
Aún y cuando se tengan modelos simplificados, éstos son buenas aproximaciones para poder descubrir que de procesos aleatorios después de un tiempo, pueden emerger “Ciclos y Patrones ordenados”, que se da en la mayoría de “Los Modelos en Redes”. Y con el concepto de “Orden” en relación con el “Máximo desorden posible” de la teoría de la información de Claude Shannon, también conocido como “Orden desde el ruido”, el cual absorbe materia rica en energía y la integra a su propio estructura, aumentando así su orden interno, nos dice Fritjof Capra.
No existe evidencia de ningún plan, objetivo o propósito en el proceso global evolutivo y por lo tanto, tampoco lo hay de progreso evolutivo; pero aun así existen patrones de desarrollo reconocibles, que pudiéramos llamar la firma de todas las cosas.
Lo que se conoce como “Convergencia” es la tendencia de los organismos a desarrollar formas similares para responder a desafíos parecidos, a pesar de tener historias ancestrales distintas. Las alas y los ojos han evolucionado en múltiples ocasiones, por rutas distintas, deduciéndose que tal parece que la creatividad de la naturaleza no tiene límites.
La masa corporal de un animal es proporcional a su volumen y cuanta más masa tiene, más alta su tasa metabólica; sin embargo, aunque la masa aumenta según una ley potencial de exponente 3, la tasa metabólica crece siguiendo una ley potencial de exponente 2.25, con lo que parece que los animales se comportan como si su tamaño no se ajustara a un volumen sino como algo intermedio, entre un volumen y una superficie, como una superficie fractal extremadamente arrugada.
El clima lo hace el Sol, los problemas ecológico ambientales el hombre y no tenemos porqué confundirnos. Pero, sí es necesario que debamos saber que las medidas de sobrevivencia que debamos tomar son completamente diferentes para situaciones de un calentamiento o las de un enfriamiento.
La temperatura de nuestro planeta nunca ha sido estable: depende de procesos solares, astronómicos, geológicos y biológicos. Y las glaciaciones presentan un carácter cíclico, fácilmente determinado por los métodos de Milankovtich. Las altas frecuencias e intensidades de eventos extremos climáticos, es dada por el gradiente de temperatura entre el ecuador y el polo y éstos, se presentan principalmente con valores altos en condiciones de frío en el polo y calor en el ecuador, y no con la homogeneidad climática entre ambas, derivada del aumento de temperaturas o calor.
Sabemos que no se puede esperar de los datos y de las teorías científicas una plena certeza. Se ha renunciado a hacer predicciones y en su lugar, se ofrecen posibles escenarios donde los modelos climáticos, para simular las tendencias observadas, aún siguen teniendo incertidumbres considerables respecto de factores considerados de esenciales.
Nos movemos en la incertidumbre a la hora de establecer el efecto humano sobre el clima, así como la incertidumbre de las diferentes políticas a seguir en el futuro para su posible atenuación. Es decir, que las decisiones prácticas a seguir las tenemos que tomar sin esperar la certeza científica, con información incompleta y en situaciones de incertidumbre. Los datos y teorías actuales nos ofrecen síntomas e indicios, pero no certezas, y por lo mismo tampoco nos dan recetas a seguir seguras.
La incertidumbre será nuestro único dato seguro.
Cualquier experimento biológico que omita tener en cuenta los efectos de los ciclos naturales, no es en absoluto un experimento controlado, y no merece ser llamado científico.
De esto puede deducirse que gran parte de la literatura tendrá que ser descartada o revisada. Tal vez los textos de la biología deban ser reescritos.
La variación en las especies se ha producido porque el medio ambiente y el uso o no uso de los órganos, han traído como consecuencia cambios en la estructura que son heredados. Los trabajos originales de Darwin, continúan siendo una cantera de ideas para la renovación de las investigaciones, que además contienen una fuente inagotable de problemas para la investigación, de fundamental importancia en la actualidad.
Además de los genes, compartimos un mismo ambiente con nuestros padres. Quizá sea el entorno el que nos ayude a formar nuestra capacidad intelectual.
No podemos separar el doble efecto de nuestros padres, pues la misma gente que mezcló nuestro “coctel genético” también fue el que produjo el ambiente en que nos desarrollamos. Podemos deducir que el ambiente tiene una influencia muy grande sobre las diferencias en la inteligencia humana.
Proponer una idea, en muchas ocasiones, le deja a uno a merced de aquéllos de quien depende la evaluación de la misma.
Según Heisenberg, debemos abandonar todas las concepciones previas del mundo derivados de nuestras experiencias y nuestros sentidos y dejar que las matemáticas nos dirijan.
En mecánica cuántica, se pueden realizar y hacer predicciones con un alto grado de precisión, lo que no sucede o es raro en otras áreas. Pero lo que verdaderamente sucede es que nadie entiende lo que sucede. La matemática de la mecánica cuántica no presenta dificultad alguna, pero es muy difícil establecer la conexión entre su matemática y una imagen intuitiva del mundo físico.
Alan Aspect, proporcionó una convincente y completa evidencia de la existencia del fenómeno de Entrelazamiento, considerado como el más extraño de los fenómenos de la teoría cuántica: probó que no era algo absurdo sino la descripción de un fenómeno real y en contra de la posible visión limitada de la realidad y de cuan extraño efecto forma; en efecto, es parte de la naturaleza.
Los experimentos muestran no sólo que el Entrelazamiento realmente existe, sino que además está siendo utilizado en tecnologías de gran avance: Para velocidades cercanas a las de la luz o, para masas del orden de las estrellas, la mecánica de Newtón pierde su validez. Del mismo modo, para objetos muy pequeños, la teoría deja de funcionar y se pierde además la validez del concepto de “Causalidad”, que nos dice que todo cambio y todo proceso, tiene una causa. Para Geyser, esta proposición es absolutamente estéril en su aplicación científica: cuando sabemos que algo es un efecto, nuestro conocimiento de este algo no aumenta en nada porque se nos diga simplemente que tiene una causa. Para poder hacer con sentido esta inferencia, la ciencia necesita un principio de un contenido muy diferente, del que dice que todo efecto tiene una causa.
Al cuestionarnos, todo se convierte en un taller de lo posible, en un sitio donde los vagos presentimientos alientan las posibles formas hipotéticas. Nos puede llevar a mundos fantásticos, donde incluso las formas más simples de materia y energía poseen un potencial de creatividad y “autorganización”, que va más allá del tipo relativamente sencillo de organización. También, la complejidad biológica es complejidad basada en información e involucra a incontables moléculas en coordinación sinergética, espontanea, autosostenida y autocreadoras.
¿Cómo aprendimos a aprender lo que es el mundo?
¿Nos encontramos viviendo en un mundo minado por una continua problemática irresoluble?
El hombre es un producto de interacciones intrincadas e impredecibles, entre los procesos evolutivos y creativos y a la vez, el caprichoso azar de las extinciones. Podemos echar un vistazo a los procesos fundamentales de esta creatividad y sus persistentes misterios y ver la extraordinaria importancia de las crisis ocasionales, en la historia evolutiva del mundo.
La idea de que cualquier experimento dado tiene un resultado y sólo uno, es falsa. Las matemáticas de la mecánica cuántica sugieren que suceden todos los resultados posibles y cada uno de ellos, habita en su propio universo.
Al establecer que las predicciones de la ciencia son necesariamente probabilistas, podemos predecir probabilidades de obtener un resultado o podemos predecir las probabilidades de otro; pero en general, no podemos predecir lo que sucederá realmente.
Creo que más que nada lo que necesitamos desesperadamente, son ideas sobre cómo debería organizarse la sociedad humana y sobre cuál es su finalidad y cómo vivirla… Necesitamos con desesperación: ¡Nuevas ideas extraordinarias! ¡Cambios de paradigma! ¡Significado, intuición y creatividad! ¡Necesitamos reinventarnos a nosotros mismos!
La vida sólo tiene un sentido: La realización de la vida misma. El objeto del arte de vivir no es tal o cual quehacer, sino “el quehacer” de la vida misma, el proceso de desarrollar lo que potencialmente es el ser humano. El crecimiento del ser humano es un proceso de nacimiento constante, un despertar constantemente nuevo y, que nos toca realizar y llevar a cabo.
Vivimos los peligros de la religión del progreso y sus fanáticos sacerdotes de bata blanca: Los estragos de la tecnología y de la sociedad industrial; La crueldad del poder y su grotesca soberbia; El desastre ecológico; y en fin, el Apocalipsis que está por caer, pero sin final feliz. Aplicarnos, con vigor incansable del niño que juega a reinventar la vida y combatir todo aquello que la niega.
En una era en que muchos preconizan los productos de la ciencia como panacea contra todos los males, biológicos y sociales; mientras que otros pregonan la bancarrota de la actividad científica. Resulta muy oportuno que se analice la naturaleza auténtica de la ciencia y las actitudes y aspiraciones de quiénes la cultivan. Tema semejante no sería accesible al gran público; y es éste el escaso crédito que merecen tanto las pretensiones sin medida, como las detracciones rotundas, en las múltiples facetas de uno de los problemas decisivos de nuestro tiempo.
Unamuno y Ortega, nos dicen que la mayor parte del pensar científico corresponde a una actividad mecánica, de orden más bien bajo. Es faena mecánica de pensamiento que puede ser ejecutada por cualquiera o poco menos… Y ni siquiera es forzoso para obtener abundantes resultados, poseer ideas rigurosas sobre el sentido y fundamento de ellos… Habremos de decir que es un sabio-ignorante… No sólo no se ocupa de los problemas del hombre real de carne y hueso, sino que se vuelve contra aquéllos que se niegan a someter a su ortodoxia del ridículo y el desprecio. Y para Macneile Dixon: “La ciencia es la visión de la vida de la que está excluido todo lo que sea humano.
Es inhumana, a propósito, por suponer que mientras más nos apartemos de nosotros, más nos acercaremos a la verdad. Y para Kennet F. Boulding: “La ciencia pudiera definirse como el proceso de sustituir por cuestiones sin importancia, a las que puede responderse, cuestiones importantes a las que no se puede”.
Para José Manuel Rojo, Enrico Baj no escatima sarcasmos e injurias si están destinados a los científicos, a los que acusa sin medias tintas de ser criminales o como poco, de suministrar “las armas para el crimen”; en todo caso “habrá que detenerlos” por todos los medios… Los científicos se inclinan a suponer que el público no tiene la preparación o la capacidad requerida para apreciar la belleza intelectual y la superior moralidad de la ciencia.
Algunas crisis históricas, tradicionalmente atribuidas a conflictos sociales o económicos, están correlacionadas con variaciones climáticas. Francia, es sabido que experimentó diez hambrunas generales en el siglo X, veinte y seis en el siglo XI, dos en el siglo XVII y dieciséis en el XVIII. En casos extremos la gente no sólo comió hierbas sino cortezas e incluso tierra.
Hay que recordar que el CO2, al que se le atribuye la culpa del calentamiento global, existe en la atmósfera de modo natural y que las cantidades emitidas por el ser humano son relativamente modestas en comparación con las emisiones naturales. Además, habría que cuestionarse si existe algún vínculo causal entre ambos, y esto no lo dicen los datos ya que los vínculos causales entre ambos fenómenos, se establecen mediante conjeturas teóricas.
El problema ya no es recibir información, pues hoy todo el mundo tiene más información de la que puede manejar o asimilar; el problema es orientarse de tal manera que la información sea realmente fiable y sirva para algo, y no simplemente para ahogar de información a la persona.
Deberíamos preguntarnos por la fiabilidad de los datos utilizados, ya que organismos muy solventes discrepan en cuanto a los valores que ofrecen, además de que estos son medidos en las ciudades o sus proximidades; así también, de que las series realmente confiables son muy cortas para ser indicativas, nos dice Alfredo Marcos. En definitiva, se requiere no sólo más datos fiables, sino largas series de dichos datos fiables. Entendiendo por esto además, de que están libres de cualquier posible manipulación.
Nadie sabe, cuánto habría que reducir las emisiones o el ritmo de aumento de las mismas, para que la temperatura del planeta no se disparase. Las proyecciones sobre el panorama futuro del mundo se hace según el ritmo de aumento de la temperatura, y no según el ritmo de aumento de las emisiones del CO2, porque nadie es capaz de establecer en qué medida lo uno afecta a lo otro.
El buen patafísico, ama la paradoja, pero odia la ambigüedad. Y, el relativismo, pues la regla de que todo es lo mismo, no rige si estamos hablando de ciencia y arte: por eso el pensamiento blando del espectáculo duro es ambiguo, porque lo confunde todo, en el mismo derrame cerebral de lo relativo.
Gregory Bateson, dice que toda la contaminación nace de la mente antes que de la chimenea de una fábrica.
El problema somos nosotros los intelectuales de mierda, que producimos manipulaciones de imágenes y de palabras, que suministramos los textos a la televisión para anuncios publicitarios o para masacres de thriller, que todo es lo mismo; que producimos bellas y lustrosas superficies, diseños refinados y eslóganes de gran impacto. Y no nos preocupamos de nada, y menos todavía de la destrucción que sembramos con nuestra indiferencia. Todo esto constituye el deshonor de toda cultura, nos dice Enrico Baj. Nos señala que cualquier cosa menos quedarse como estaban, porque eso significaría que Hitler no había sido derrotado del todo, pues sus vencedores, capitalistas liberales y capitalistas de estado, no eran mucho mejores ni tenían mucho más que ofrecer.
Nuestra sociedad produce muchas cosas inútiles y en la misma medida, también muchos seres humanos inútiles. Las inclinaciones más bellas del ser humano, así como las más abominables, no son un componente fijo, biológicamente dado de su naturaleza, sino el resultado del proceso social que nos hace humanos.
Los verdaderos hombres de acción de nuestro tiempo, los que transforman el mundo, no son los políticos y hombres de estado, sino los científicos. Sólo la ciencia puede resolver los problemas del hambre y la pobreza de la insalubridad y el analfabetismo, de la superstición y las costumbres y tradiciones letales de los recursos enormes que se pierden en un país rico habitado por gente que se muere de hambre ¿Quién puede permitirse ignorar la ciencia hoy en día? Pero también: ¿Qué utilidad tiene traer un niño al mundo si lo único que hace con su vida es trabajar para poder vivir?
La riqueza extrema y la democracia no pueden coexistir, se debe asegurar la “propiedad moderada y suficiente” y la “prosperidad duradera” para todos. Una igualdad que diera, ”a cada uno según su necesidad y que exigiera a cada uno según su capacidad”.
En el proceso social actual, el ser humano se transforma en una parte de la maquinaria total, bien engrasado y puesto a punto, pero inactivo y falto de vida y pobre de sentimientos. La crisis medioambiental no es una crisis del medio ambiente, sino de nosotros mismos.
Para Freud, el hombre es una creación malograda y carece de talento para la felicidad. El “propósito” de que el hombre sea feliz, no está contemplado en el plan de la “creación”.
El trágico destino de la mayoría de los seres humanos es que mueren antes de haber nacido. Educar para la vida es sinónimo de educar para la creatividad, donde si se ponen obstáculos a la tendencia de la vida a crecer y vivir, la energía inhibida padece un proceso de transformación y se convierte en energía destructiva para la vida.
He pasado por la vida, he aprendido, vivido y quizás haya resuelto, todos sus enigmas, todos sus espantos, todas sus profundidades, y nunca jamás desearía no haber vivido, cara a cara, la vida y yo.
Lo que es la vida, sólo se puede experimentar dedicándose sin reservas a ella en el amor, en el odio, en la tristeza, en la desesperación, en el aburrimiento, en el asco. Se trata sólo de intensidad, según Alfredo Marcos.
La felicidad consiste en descubrir nuestro sí mismo y sentirnos a la vez uno, con los demás. Ser feliz significa vivir la plenitud y no un vacío que haya que llenar.
Leyes sencillas, procesos no lineales y sensibilidad a las condiciones iniciales y a la retroalimentación, son los factores que hacen funcionar el mundo.
A partir del caos, han emergido la complejidad del universo y la propia vida. Se dice que es la aleatoriedad, junto con reglas sencillas iterativas, lo que hace la complejidad del mundo.
Los objetos y fenómenos más complejos y más interesantes del universo se dan en el borde del caos, justo antes de que el orden se destruya, en el clásico recorrido conocido como ruta del caos.
La descripción más breve del universo es el universo mismo.
Se conoce como transición de fases al cambio, que se da cuando la simetría se ha roto dentro de un sistema. Es en el espacio de fases y no en el espacio real, donde tienen lugar las transformaciones topológicas más interesantes. Donde se necesita un ordenador de memoria infinita, para especificar el estado de una sola partícula.
Es la ausencia de caos en la cambiante oblicuidad de la Tierra, lo que gracias a la presencia de la luna, ha permitido que la vida en la Tierra evolucione en circunstancias climáticas más o menos estables, durante miles de millones de años.
Turing, demostró la existencia de sistemas que no pueden comprimirse mediante un algoritmo y cuyas representaciones más compactas son ellos mismos.
La suerte del descubrimiento, sólo se da en las mejores mentes en cuya intuición se ve recompensada debido a su experiencia, comprensión profunda y pensamiento disciplinado.
La teoría del caos, puede decirnos el total de desastres locales que tienen que suceder de vez en cuando en algún tramo de la red de suministro de energía, pero no puede decirnos dónde, ni cuándo, por lo que esto no consuela mucho a las personas afectadas.
Los vínculos existentes entre los procesos aleatorios, el caos y los fractales, pueden explicarse examinando el “triangulo de Sierpinski”, donde las instrucciones hablan de una sencilla iteración repetitiva. Una entidad que posee autosimilitud y que es también un fractal, con una dimensión comprendida entre 1 y 2, donde hace el papel de atractor y donde, con independencia de dónde se comience, se terminará siempre después de cientos de pasos en dicho atractor; esto se dará correctamente si es que se usan números auténticamente aleatorios.
La fuente última de información y orden biológico, es la gravitación.
La noción de cambio en la naturaleza, es fundamental y se manifiesta en el hecho de que más del 99% de todas las especies que han vivido alguna vez, están extinguidas; pero más importante son los patrones de cambio manifestados en el flujo de la vida; dichos patrones de cambio son “las firmas de todas las cosas” manifestados en el flujo de la vida, que son las imágenes que emergen en el escrutinio de las comunidades ecológicas, cómo la manifestación de un Todo.
Es en esta manifestación, que llegamos a encontrar la verdadera naturaleza del mundo en que vivimos. La naturaleza es compleja y es difícil ver su armonía, pero la evolución y la ecología están a punto de reconocer la profunda realidad, manifestada en la “firma de todas las cosas”, donde probablemente la imagen pudiera darse o verse incompleta, pero para los de suficiente agudeza, podrán al fin ver por primera vez una nueva realidad en el mundo.
Será un mundo diferente del que creíamos que existía, hace tan solo unos pocos años. Es ahora posible observar las fuerzas creativas que dan forma al flujo de la vida y manifestadas en los profundos procesos evolutivos y en los ensamblajes de las comunidades con inesperadas dinámicas emergentes. Con esto, concluimos que la naturaleza no es simple y sin una supuesta armonía, enfrentamos todo un reto: el poder llegar a apreciar el flujo de los procesos evolutivos, manifestados en la firma de todas las cosas y que dan forma al mundo en que vivimos.
La información almacenada en el ADN de cada célula de un ser vivo, contiene el plan original que detalla cómo está formado ese ser. Un dibujo que representa con detalle todo lo que hay en un ser vivo y cómo esta ensamblado.
Es difícil entender cómo, toda la riqueza de ADN contenida en una sola célula que se desarrolla para convertirse en un ser vivo, pueda contener el autentico proyecto original de todas las estructuras complejas existentes.
Los genes tienen que decidir cuánta energía destinar a los procesos de reparación y mantenimiento. Envejecemos porque es un lujo y una pérdida de energía para los genes, “invertir en el mantenimiento” del organismo una vez que se ha reproducido.
La variación genética, entre individuos de una raza es mayor que la variación entre razas; lo opuesto de lo que debería ser si la superioridad racial fuera un hecho.
Las “redes neuronales”, son un intento de demostrar que cualquier sistema mecánico lo suficientemente complejo, “podía aprender de la experiencia” sin que lo programe ninguna inteligencia exterior.
El hombre primitivo se veía afectado por estímulos naturales como son el clima, el miedo, hambre y deseos que hacían que respondiera y se fuera adaptando a su entorno. Gran parte de la vida moderna consiste en enfermedades evitables, causadas por estrés crónico.
Los errores y sus consecuencias, son información también. Hablar de sistemas complejos equivale básicamente a hablar de información. A nuestro alrededor hay mucha más fuentes de información de la que podemos ver, lo que hace que la lógica habitual y gran parte de los métodos convencionales de análisis, sean inaplicables y, debido a su no linealidad, necesitamos una mayor visibilidad que en los casos de los sistemas normales.
Es más fácil determinar la sensibilidad al daño, causado por la volatilidad o aleatoriedad, que prever el suceso que causará el daño
Todo lo que salga más beneficiado que perjudicado de sucesos aleatorios, será según Nassim Taleb: “Antifragil”. Si lo robusto o antifragil es una propiedad de todos los sistemas naturales y complejos que han sobrevivido, privar a estos sistemas de la volatilidad, aleatoriedad y estresores del entorno los perjudicará. Se debilitarán, morirán o desaparecerán. ¿Todo lo que surge desde abajo,i prospera con una cantidad adecuada de desorden o estrés?
Desde hace tiempo, no somos conscientes de que son otros los que deciden por nosotros. Los economistas se han hecho cargo sin que nos hayamos percatado de ello. Al implantarnos un modelo que cambia nuestra vida de forma continua y donde la trampa se camufla como ley de la naturaleza. Se ha dado una gran manipulación al desarrollar un modelo de ser humano egoísta, individualista y egocéntrico. Una gran trampa que nos conduce hacia un colapso inevitable. Es hora de pensar en una vía de salida, nos dice Frank Schiurmacher.
Para Noam Chomsky, las fuentes de poder real actual de la sociedad, se encuentra en las instituciones totalitarias, los grandes consorcios de dimensiones internacionales que controlan la economía y que establecen las condiciones bajo las cuales funcionan los gobiernos, ejerciendo un gran control sobre ellos y nuestras vidas.
Que en la crisis se privaticen ganancias y se socialicen pérdidas, no sólo es un hecho que insulta a la razón de cada uno, sino también un ataque a la misma democracia.
Hemos de protegernos de aquéllos que no sólo proclaman la desconfianza y el culto al egoísmo, sino que también desean instalar en nuestros cerebros un expendedor de etiquetas de precios.
En ese momento supe el camino que debía seguir, nos dice Bateson: Podía ver con claridad las propiedades de todos los sistemas, de las pautas de interrelación que conectan las cosas. Me sorprendió descubrir que estas comprensiones fragmentarias parecían reflejar una pauta que se repetía en todos los niveles de la conducta, desde el biológico hasta el psicológico y el social. Y cuantas más evidencias acumulaba y más reflexionaba sobre el tema, esta pauta fue tornándose cada vez más clara. Y agrega Shrodinger: Debemos insistir, por más evidente y claro que pueda parecer, en que el conocimiento aislado obtenido por especialistas en un campo limitado del saber carece en sí de todo valor. Su único valor posible radica en su integración con el resto del saber y en la medida en que nos ayuda a responder a la más acuciante de las preguntas: ¿Quién soy yo?
Todo lo que podemos decirnos es nada, en comparación de lo que tiene lugar y de lo que nuestra alma ignora; sólo nos resta la vida cotidiana, y sin embargo no podemos vivir sin grandeza.
BIBLIOGRAFÍA DEL AUTOR SOBRE EL TEMA EN 2015
1.-Ritter-Ortíz W. (Febrero 2015) LA ESTRUCTURA DE LO COMPLEJO: Dinámicas caóticas y complejas del fenómeno climático global de El Niño y La Niña y sus interfases de cambio. (EL*). 12 pags. . (EL*). Rcci.net/globalización, http://rcci.net/globalización/2012 /fg966.htm (Febrero 2015), Globalización Revista mensual de economía, sociedad y cultura.
2.-Ritter-Ortíz W. (Mayo 2015) La biomasa del atún aleta amarilla (Thunnus albacares) en el Oceano Pacífico Oriental como bioindicador de la presencia de El Niño/Oscilación del Sur (ENSO. (EL*). Rcci.net/globalización, http://rcci.net/globalización/2012 /fg966.htm (Mayo 2015), Globalización Revista mensual de economía, sociedad y cultura
3.-Ritter-Ortíz W. (Junio 2015) Efectos de la interacción Océano Atmósfera en la producción pesquera en el Océano Pacífico del Este, (EL*). Rcci.net/globalización, http://rcci.net/globalización/2012 /fg966.htm (Junio 2015), Globalización Revista mensual de economía, sociedad y cultura
4.- .-Ritter-Ortíz W. (Agosto 2015) ¿Qué medimos cuando medimos? (EL*). Rcci.net/globalización 46 páginas.http://rcci.net/globalizacion/2013/fg1617.htm
Globalización Revista mensual de economía, sociedad y cultura
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