TRANSFORMACIONES ACTUALES EN LA ECONOMÍA MUNDIAL:
SURGE UN NUEVO ENTORNO GLOBAL AMENAZANTE
Por Jorge Retana Yarto.
La coyuntura económica a escala internacional se ha modificado, pero sus procesos han sido de tal calado, que sus impactos han alcanzado la estructura de los procesos económicos globales, de algunas variables sustantivas de su dinámica general, por lo que han traído como consecuencia, un nuevo entorno mundial, con nuevas tendencias en desarrollo, cuya duración está a discusión. Hay quien le llama ya, nuevo orden económico internacional, aunque parecería precipitado, pero el proceso es real.
Lo anterior, está provocando un ajuste igualmente significativo en las relaciones de poder, regionales y globales en el Planeta, la cual se aprecia gradualmente entre los actores mayores de la política mundial, apreciable en los conflictos regionales (Ucrania, Siria, Mar de China), es el cambio geoestratégico de la segunda década del siglo XXI.
Nuevamente, como en 2001-2002, o como a finales de 2008 y principios de 2009, tales transformaciones han tomado a la economía mexicana “mal parada”, reaccionando defensivamente, pero sin la oferta de un programa preciso para amortiguar y luego revertir al máximo posible, los procesos negativos que la han alcanzado, y uno más, para reposicionar la economía en un status cualitativamente distinto, e iniciar un ciclo expansivo que la lleve a un lugar destacado en el actual desconcierto económico.
Todo ello se ha expresado, en una caída importante de las ya débiles expectativas de crecimiento, y en una pérdida de $17,000 millones de USD en ingresos internacionales en 2015, de volatilidad en los mercados financieros y cambiarios, y en retrocesos sustantivos del nivel de bienestar de los mexicanos (como tendencia negativa de los últimos gobiernos, acentuada en la coyuntura actual) de por sí, muy castigado desde hace varios lustros. Todo ello enmarcado, por una grave crisis de seguridad, nacional e interior, y de seguridad humana, de constitucionalidad (existen grupos armados en más de un tercio del territorio nacional) y de legitimidad del régimen político actual, que hace mayormente conflictivo el manejo de la situación mexicana.
Ese es nuestro contexto nacional y el de nuestra inserción global, grosso modo.
Presentamos un primer análisis de cinco variables fundamentales del entorno económico global que condicionan nuestras expectativas nacionales.
1.- El Tema del Crecimiento del PIB y del Comercio Mundial
Un tema fundamental, es el del crecimiento de la economía internacional, su problemática sustantiva es de una estructura que no logra adentrase en una tendencia de crecimiento sostenido y omnicomprensivo, aun cuando se han registrado tasas positivas del PIB mundial en los últimos cinco años (salvo casos especiales). Esta última mantiene como zonas de fuerte debilidad, al sur de Europa, señaladamente, pero al conjunto regional, con una marcada tendencia de desaceleración económica, lo mismo que América Latina. Asia exhibe su poder económico y dinamismo, manteniendo altas tasas de crecimiento, con una ligera tendencia a la baja. Además, constatando dos realidades adicionales: los países y regiones económicas que mayor impulso y fortaleza aportaron al crecimiento mundial antes de la fuerte crisis (2008-2009), no han recuperado su ritmo de expansión económica previo a ella; y el propio PIB global no ha alcanzado la misma tasa precedente de crecimiento anual.
Situación del Motor del PIB Mundial: el G-20, Años 2010 y 2014.
País
2010
2014
Alemania
4.1
1.6
Arabia Saudita
4.8
3.5
Argentina
9.5
0.5
Australia
2.0
2.5
Brasil
7.6
0.1
Canadá
3.4
2.4
China
10.6
7.3
Corea del Sur
6.5
3.3
España
0.0
1.4
Estados Unidos
2.5
2.4
Francia
2.0
0.2
India
10.3
7.3
Indonesia
6.2
5.0
Italia
1.7
-0.4
Japón
4.7
-0.1
México
5.2
2.2
Reino Unido
1.5
2.9
Rusia
4.5
0.6
Sudáfrica
3.0
1.5
Turquía
9.2
2.9
Nota: Construcción propia con Datos del Banco Mundial.
http://datos.bancomundial.org/indicador/NY.GDP.MKTP.KD.ZG
Entonces, no hay, como realidad visible, una tendencia sostenida que uniformice inter-regionalmente el crecimiento como variable central de la economía global; las regiones locomotoras (Asia y América Latina, particularmente, en menor medida, la Comunidad de Estados Independientes con Rusia al frente) no han recuperado su ritmo de expansión económica previo, al estar inmersas en una tendencia desaceleradora (leve en Asia, mucho más pronunciada en América Latina y para Rusia, prácticamente en un momento recesivo), y el PIB mundial tampoco llega a los niveles anteriores a la Gran Recesión.
Esto es así, porque el ciclo expansivo 2003-2007, concluyó abruptamente ese último año, habiendo llegado a una tasa de crecimiento de 4.8% en el PIB mundial, cayendo a 1.8% en 2008 y descendiendo hasta un nivel de -1.7% en 2009, para, de allí (producto de los programas generalizados de estímulo económico a la demanda, es decir, contra-cíclicos) ascender hasta 4.3%, debilitándose severamente el despunte de esta tendencia en 2011, descendiendo a 3.0% y manteniéndose los siguientes cuatro años (2012-2015) dentro de un rango de variabilidad de 2.5 a 3.3% (éste último dato es el estimado para 2015), conforme a los estudios de la ONU (Datos “World Economic Situation and Prospects 2015”, United Nations, New York 2015).
Las “economías desarrolladas” crecieron entre 2008-2011 al 0.1% anual promedio, en 2014 su crecimiento fue de1.6%; Japón decreció al -0.7% anual promedio en esos años, y en 2014 su recuperación fue magra, 0.4%; EUA, avanzó al 0.2%, y en 2014 su avance fue más considerable, de 2.3%; la Unión Europea, decreció en el mismo periodo en -0.1% y en 2014 fue también pequeño de 1.3%; la Eurozona decreció también -0.2% al periodo, y en 2014 su avance fue ínfimo, 0.8%. En suma, las aportaciones al crecimiento mundial de las economías post-industriales, entre 2008-2011 y luego en el año 2014, han sido nulas y después frágiles, salvo el caso de los EUA; incluso, empujaron al decrecimiento como grupo, la economía mundial, salvo nuevamente, EUA que hizo una aportación mayor. Uno de los peores periodos económicos - o el peor- de su historia reciente (para Europa Occidental y Japón, especialmente).
La Federación de Rusia, también está en serios problemas económicos: su crecimiento económico entre 2008-2011 fue de 1.4% en promedio anual, pero en 2014 cayó hasta 0.5%, lo que exhibe un deterioro de mediano plazo importante. Sorprendentemente, África se ha comportado sólidamente: 3.5% de crecimiento promedio al periodo 2008-2011, y en 2014 fue del mismo 3.5%. Caso importante es el de las regiones este y oeste de África, que crecieron a un ritmo de 6.2% en promedio anual entre 2018-2011, y en 2014 en 6.5%, y en 5.9% promedio al periodo que venimos comentando, y al mismo 5.9 % para 2014, respectivamente, cada región señalada.
La gran diferencia es la región asiática, claramente convertida en la gran locomotora regional-global: la producción en el Este de Asia aumentó entre 2008-2011 en 7.4% en promedio anual, y en 2014, en 6.1%; el Sur de Asia aumento su crecimiento en 6.2% en promedio al periodo indicado antes, y en 2014 al 4.9%. Individualmente, los dos grandes motores asiáticos, se comportaron así: China creció al 9.6% entre 2008 y 2011, y en 2014 lo hizo en 7.3%, en tanto India creció en 7.3% en promedio al periodo, y en 5.4% en 2014. El poderío regional es notable, pero su fuerte articulación a las economías postindustriales en un ciclo económico errático y débil, en general, de Occidente y Japón, le hace conflictivo su proceso económico interno de carácter expansivo.
Mientras, que América Latina y el Caribe, crecieron al 3.2% para el cuatrienio que venimos observando, y en 1.3% para 2014, Brasil lo hizo a un ritmo promedio de 3.7% y cayó severamente hasta un nivel recesivo de 0.3% para 2014. Son muy similares los datos para América del Sur en conjunto por la sólida vinculación de Brasil en la subregión. Y México, hizo crecer su producción en promedio al 1.4% para 2008- 2011 y en 2.4% para 2014. (Informe ONU, 2015).
El pronóstico para 2015% se ha venido ajustando a la baja durante el propio año, de 3.4% a principios del año a 2.5% a mediados del mismo, casi igual al año previo, es decir, un mal desempeño económico en el último bienio.
En el comportamiento descrito, han gravitado considerablemente, no sólo los problemas estructurales de las economías post-industriales (bajas tasas de crecimiento, predominio del sector financiero sobre la economía real, baja productividad, baja rentabilidad productiva, estrechamiento de los mercados internos y problemas financieros del sector público), sino, especialmente, las de la región europea agrupada en la Unión Económica de Europa, sobre quien han pesado, entre otros, tres macro-factores fundamentales:
Las dificultades severas que han emergido a partir de la integración económica, y especialmente, de la forzada integración de la zona del Euro (sin presupuesto común, sin política financiera común y con la desaparición de las funciones monetarias y crediticias del banco central en las economía menos desarrolladas del sur de Europa, que les afectó gravemente en sus fuentes institucionales y modalidades monetarias de financiamiento) que lanzó a las economías del sur en brazos del capital financiero alemán, sobre todo. Ello ha desvelado –entre otras- la falacia de la teoría y del discurso político sobre los procesos de homogenización económica, condiciones estructurales, y complementariedad, a partir de la integración de economías con niveles de desarrollo y estructuras socio-económicas radicalmente diferentes, que planteó la teoría de la convergencia. Al contrario, las disparidades y desajustes estructurales en las economías más débiles se expanden, como hemos constando igualmente, los mexicanos respecto al TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) que devino en los grilletes geopolíticos puestos sobre nuestro Estado y Nación, y el ASPAN (Acuerdo de Seguridad y Prosperidad de América del Norte).
Los programas de ajuste estructural recesivo y privatizador que les impuso “la troika” (Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional y el Consejo Europeo) a las economías más endeudadas del sur del continente (“restaurar la viabilidad de la deuda a través de la austeridad presupuestaria ha resultado contraproducente” dice en informe de la ONU para 2012), con deflación, cuyo caso más patético es el de Grecia, que sólo reforzó la exigua canalización de excedentes económicos hacia las grandes instituciones financieras privadas de Europa, en paralelo, a una depresión social sin precedentes, en los años posteriores a la segunda posguerra.
Esto ha propiciado un problema de paro laboral y de informalidad económica, que alcanzó niveles históricos en algunos países de la UE, con una drástica caída del nivel de los salarios y del bienestar social en general, sobre todo, de la Europa mediterránea (España, Portugal, Italia, Grecia, etc.), bajo el efecto combinado, de la severa austeridad pública, la grave crisis financiera de sobre-endeudamiento externo, la recesión (caída del crecimiento) y aún, la depresión económica (tasas negativas de desempeño del PIB), sumiendo a esa subregión, en la peor crisis de su historia contemporánea. Aunque, a diferencia de otras graves crisis, con una tasa de inflación controlada: 3.0% como promedio, la estima la ONU para 2015. (http://www.un.org/en/development/desa/policy/wesp/wesp_archive/2015wesp-es-es.pdf)
En contrario, el comportamiento revisado y cuantificado de la economía de otros países y regiones tiene resultados diferenciados, debido a los distintos enfoques y políticas económicas puestas en marcha: en países como EUA, China, India, y las subregiones de Asia y África consignadas, y en menor medida, América Latina, con la excepción de México, los modelos macroeconómicos aplicados son de corte más heterodoxo, más flexibles, incluyendo países sudamericanos (Argentina, Uruguay, Bolivia, Perú, etc.)
La clave sustantiva está en el distinto papel que se asigna al presupuesto público en la dinámica económica, a la demanda interna (incluyendo el consumo popular), al fomento económico desde el Estado, al volumen y la localización sectorial de las inversiones y al control flexible sobre las variables financieras y cambiarias (tasa de interés, crédito, tipo de cambio, y otras), intentando lograr equilibrios entre los estímulos variados a la economía real y la estabilización de las variables financieras y cambiarias. Esto es parte de un modelo macroeconómico de estabilización y crecimiento diferenciado al interior de la economía global y de los países del G-20.
El comercio mundial (importaciones más exportaciones), osciló en un rango de 2.5% a 3.4% de crecimiento entre los años 2008 y 2014, cifras inferiores al periodo de pre-crisis. Esto es resultado de varios factores, pero cuatro fundamentales: el menor crecimiento del PIB mundial, la caída del precio de las materias primas, la desigual recuperación y los desajustes cambiario-financieros (aunque en menor medida).
Crecimiento Anual del Comercio Mundial y Precio de las Materias Primas: 2012-2015
Concepto
2012
2013
2014 e
2015 e
Volumen del comercio mundial (bienes y servicios):
2.8
3.0
4.3
5.3
Importaciones Economías Avanzadas
1.1
1.4
3.5
4.5
Importaciones Economías Emergentes y en Desarrollo
5.8
5.2
5.6
63
Exportaciones Economías Avanzadas
2.1
2.3
4.2
4.8
Exportaciones Economías Emergentes y en Desarrollo
4.2
4.4
5.0
6.2
Precios de las Materias Primas (USD):
Petróleo (*)
1.0
-0.9
0.1
-6.0
No Combustibles (**)
-10.0
-1.2
-3.5
-3.9
Tasa Libor (Interbancaria de Londres, %):
Sobre Depósitos en USD (6 meses)
0.7
0.4
0.4
0.8
Sobre Depósitos en Euros (3 meses)
0.6
0.2
0.3
0.4
Sobre depósitos en Yenes japoneses (6 meses)
0.3
0.2
0.2
0.2
Fuente: Construido con datos de “Perspectivas de la Economía Mundial”, FMI, 2014, http://www.imf.org/external/spanish/pubs/ft/weo/2014/01/pdf/texts.pdf
(*) Promedio simple de los precios de crudos líderes como: Brent, Dubái, Texas Intermediate, etc.
(* *) Promedio basado en ponderaciones de la exportación mundial de materias primas.
El propio FMI consigna en su Informe arriba citado que:
“Los precios internacionales de las materias primas han tenido una tendencia decreciente en los dos últimos años, y no se prevé un alza notoria para el periodo 2015-2016. El precio internacional del petróleo se redujo fuertemente en la segunda mitad del 2014, y se espera que continúe esta tendencia en 2015-2016, dado que el crecimiento de la demanda se espera se mantenga menor al incremento de la oferta. Los precios de otras materias primas también han evidenciado una tendencia a la baja, pero se espera se mantengan relativamente altos en comparación a los niveles de las últimas décadas.”. (p. 2)
Sin embargo, esta caída de los precios internacionales de materias primas esenciales para la economía productiva mundial, si bien afecta considerablemente el ingreso externo de países exportadores (incluyendo los petroleros como México), y por tanto, su demanda agregada, resulta ser un dato positivo para el crecimiento, dado que reduce el costo de producción y puede aumentar la tasa de rentabilidad de la inversión productiva, es decir, mejora la expectativa de ganancias, sin embargo, el entono global (incluyendo los conflictos de orden geopolítico, como en Siria y Ucrania), es decir, la incidencia negativa de otras variables, no favorece esa posibilidad de manera inmediata, por lo menos, como para pensar en que dicho factor detone medianamente una mayor tasa de inversiones a nivel regional o global.
En suma, en cuanto al crecimiento posible del PIB mundial, persiste el riesgo y los factores negativos que están lejos de darle solidez a los países y regiones que pretenden consolidar sus moderados impulsos hacia el crecimiento (“ralentización”, le llaman). La incertidumbre y un optimismo muy moderado o un pesimismo no catastrófico, como se quiera ver, son la óptica correcta que debe predominar, porque las vulnerabilidades se han reforzado en algunas regiones y países (América Latina, Rusia, Europa del Sur), pero han disminuido en otras y otros (EUA, Asia Oriental, Europa del Norte, África, esencialmente).
La a-sincronía, la marcha desigual y lo errático, y la no recuperación a indicadores previos a la Gran Recesión, son los signos del presente.
Sin embargo, el gran tema del presente es la economía china, el impacto en la economía mundial de tres variables fundamentales de su comportamiento actual: a) el tránsito al cambio de su modelo de desarrollo, hacia un proceso de bases esencialmente endógenas, lo cual implica, una expansión sin precedentes de su mercado interno, de las variables que le soportan, principalmente el poder adquisitivo, la productividad y la producción orientada al mercado interno, que hará menos explosiva su tasa anual de inversiones; b) la caída en el ritmo e intensidad de su crecimiento del PIB (“moderación” le llama CEPAL, desde 10.5% a 7.4% en 2012), con el conjunto de efectos que ello trae consigo, particularmente en economías como las del cono sur latinoamericano, insertas en el expansionismo chino de las inversiones de capital y mediante una demanda creciente de productos primarios (su contracción desde el mercado chino, favoreció la caída de los precios), y una importación también dilatada de equipos y manufacturas desde la región; y c) el impacto negativo que ha tenido la economía china en sus interrelaciones económicas (comercio e inversión) con Europa occidental, particularmente el sur de la región, cuya recesión prolongada y sobreendeudamiento externo con amplia austeridad, le ha afectado a China, esencialmente, mediante una contracción drástica de la demanda de sus productos hacia la región en su conjunto.
Economía de China, Indicadores Escogidos: Hacia Un Ajuste Significativo, 2011-2014.
(% y Millones de USD)
Concepto
2011
2012
2013
2014
PIB (Variación Porcentual)
9.3
7.8
7.8
7.4
PIB (Miles de Millones de USD)
7,314
8,387
9,469
10,380
PIB (per Cápita en USD)
5,429
6,194
6,959
7,589
Inversión Total (% del PIB)
48.3
47.7
47.8
46.9
Volumen de Importaciones (variación %)
12.0
8.2
10.8
7.1
Volumen de Exportaciones (variación %)
10.3
7.0
8.7.
6.4
Balance del Gobierno (%/PIB)
0.6
0.0
-1.1
-1.1
Deuda Bruta del Gobierno (%/PIB)
36.5
37.3
39.4
41.1
Balance de Cuenta Corriente (%/PIB)
1.9
2.6
1,9
2.0
Balance de Cuenta Corriente (mm USD)
136
215
183
210
Fuente: CEPAL, con datos del FMI, Informe 2015, p. 14.
El crecimiento del PIB en 2015 fue el menor en más de dos décadas: de 6.9% (la última tasa menor a esta, se produjo sólo para un cuatrimestre, el primero de 2009, que fue de 6.2%, durante el estallido de la crisis financiera internacional y la recesión mundial iniciada durante ese año), según la Oficina Nacional de Estadísticas de China (ONE).
Son cinco las problemáticas centrales que enfrenta la economía china en el presente, según diversos analistas: desaceleración económica, debilidad en las exportaciones, exceso de capacidad industrial, caída de la inversión y débil mercado inmobiliario. Si se observa, cuatro de estas variables (salvo la de exportaciones) están mayormente vinculadas al proceso de transición hacia un modelo con sustentos endógenos (el llamado “crecimiento hacia adentro”), las cuales se expresan con precisión en el comportamiento de los indicadores arriba consignados para este último cuatrienio. Esta es la problemática central para China hoy y en sus impactos hacia el mundo.
Es decir, China se orienta hacia un tipo de estructura socio-económica propia de los países post-industriales: basada en el consumo interno de su población con amplio poder adquisitivo, con industrias orientadas al abasto de dicho mercado, en donde los servicios son el sector central de la economía y del crecimiento, pero con un aparato económico exportador suficiente y competitivo para mantener amplias reservas internacionales, una moneda fuerte, capacidad de importación y pago, influencia en los mercados externos y un flujo amplio y recíproco de inversiones hacia y desde su economía. En suma, un modelo auto sostenido, en donde los shocks económicos y financieros externos –comunes y recurrentes dentro del paradigma de las economías abiertas e integradas- se absorban o atenúen sus efectos con sustento en su gran dinamismo interno. Falta mucho, pero han iniciado el tránsito. Es el gran objetivo estratégico de la China en el primer tercio del siglo XXI.
El reto es retomar tasas de crecimiento cercanas al promedio histórico, sin “calentar la economía” con un proceso de sobreinversión que no pueda absorber la demanda social actual, dado el nivel de ingreso personal, y que ello presione la estructura de precios (hoy el promedio de los últimos 4 años es de 2.6% anual, muy manejable y con tendencia descendente). Mantener un cierto nivel de la tasa de inversión anual para crecer un poco más, haciendo crecer también el ingreso personal, pero evitando –a la vez-, un aumento de la capacidad industrial ociosa (que sub aproveche las potencialidades formadas en la etapa expansiva sostenida), son objetivos en paralelo.
Pero también, se ha visto favorecida por aspectos centrales de la coyuntura actual: en la caída de los precios de las materias primas, energéticas, agrícolas y minerales, China ha ahorrado como importador, un egreso de $460,000 millones de USD, lo que favorecerá igualmente, el debilitamiento de las presiones inflacionarias, aunque están controladas en un nivel bajo, descenderán más, y ha beneficiado también el saldo positivo de la cuenta comercial externa, que ascendió en 2015, a $594,500 millones de USD.
https://actualidad.rt.com/economia/197811-china-ganar-millones-dolares-caida-precios-crudo). A la vez, que estrecha sus relaciones comerciales y político-militares con Irán, su próximo gran abastecedor regional en tales renglones.
Muy probablemente, es la gran economía ganadora de esta variable a escala mundial.
De todo ello, deben provenir los impulsos al crecimiento fundamentales en esta nueva etapa económica para China; adicionalmente, mantener un adecuado ritmo de crecimiento de las exportaciones (a julio de 2015, habían caído en 8.3%, respecto de julio de 2014; en la lógica de recuperación, se inserta el ajuste cambiario del yen decidido por el Banco Central, técnicamente llamado, “ampliación de la banda de flotación”, dentro de un régimen cambiario flexible, el último ajuste, el 15 de diciembre de 2015 en 2% frente al USD, concluyendo así con el proceso de acercamiento de ambas monedas, en términos de valor) para mantener el equilibrio externo, aunque el ambiente económico global (Europa, EUA y América Latina), no lo favorezca. China está en esa lucha.
Pero China, sigue siendo, “motor estabilizador” de la economía mundial: impulsa con su dinámica el crecimiento (aporta, grosso modo, casi el 30% del crecimiento económico mundial), y de igual manera, mantiene los equilibrios macroeconómicos internos fundamentales, evitando así que su ruptura impacte en forma muy negativa el entorno económico regional-global. China ratifica así, una vez más, que no obstante las problemáticas existentes, el futuro es de las economías emergentes, que dicho eufemísticamente, “hacen la tarea”. Ojo México, el gran potencial existe, estorba la politiquería y la aceptación de una Soberanía restringida.
2. La Política Monetaria de los EUA, Factor Desestabilizador
EUA ha venido recuperando cierto dinamismo de su economía (su PIB ha crecido por encima del promedio de las economías post-industriales (con un promedio muy bajo), según Informe CEPAL 2015, creció a un ritmo de 2.1% anual durante 2011-2014), con apoyo en tres variables importantes, que han desatado un proceso llamado “trayectoria de la economía mundial” desde “múltiples velocidades” a “múltiples pistas”, es decir, con ritmos y escenarios resultantes, divergentes:
Las inyecciones periódicas de amplia liquidez a los mercados financieros (compra masiva de bonos de deuda, “activos tóxicos” o “activos basura” llamada política de “gran alivio” o de “flexibilización cuantitativa”, como le llamó el Presidente de la Reserva Federal Ben Bernanke) cuya primera partida con el Presidente Obama fue de $700,000 millones de USD dentro de la “Ley de Estabilización Económica de Urgencia 2008”, favoreciendo así la oferta crediticia, la baja en las tasas de interés y estabilizando a las empresas muy endeudadas, pero, “los salvatajes financieros” y la política de estabilización, sumaron hacia 2009, $2.48 billones de USD, incluyendo a empresas automotrices como GM, y otras. Cifra descomunal pero que fue la base para sortear el grave problema financiero y recuperar el crecimiento (Meena Thiruvengadam: “Los rescates del gobierno de EE. UU. suman $2,48 billones, según supervisor del programa». The Wall Street Journal, 31/03/09). Pero hubo más, mucho más.
Hacia finales de 2012 y durante 2013, La Reserva Federal continuó “con la compra de 40.000 millones de dólares en valores con garantía hipotecaria y 45.000 millones de dólares en valores del Tesoro por mes hasta que la tasa de desempleo de Estados Unidos, que actualmente es de 7,9 por ciento, mejore a 6,5 por ciento. (http://iipdigital.usembassy.gov/st/spanish/article/2013/03/20130301143566.html#ixzz3y6rzJd6F) es decir, a razón de $85,000 millones de USD mensuales (varios meses después, se redujo, a $65,000 millones USD y luego a $45,000). Seguramente, montos jamás usados en operación de rescate financiero alguno, y en una sola economía. En suma, de todo lo anterior debía resultar: una tasa de desempleo de 6% hacia 2016 y una inflación no mayor al 2.5%. Según el reporte de CEPAL antes mencionado, en 2014, el desempleo alcanzó una tasa de 6.2% (cerca del pleno empleo) y la inflación bajó mucho más de la meta prevista, llegó hasta 0.9%. Desde esa perspectiva y en orden a tales variables (incluyendo la reanimación del PIB), tenemos una gestión económica técnicamente exitosa, aunque a un costo financiero desorbitado.
Sin embargo, si bien allí están las bases, no están los motores concretos, estos se dieron mediante la composición de la demanda agregada que impulsaron las inyecciones de liquidez: en 2014-15, predominaron las importaciones, la inversión (fuera del sector petrolero), el consumo y las exportaciones, como variables determinantes del crecimiento del PIB, consigna el Banco Mundial en su muy reciente reporte de Enero de 2016, p, 7.
Una política monetaria intervencionista, favoreciendo la baja en la tasa de descuento interbancaria, para estimular la inversión, el consumo y el empleo, con un aumento moderado del tipo interés (.25%), en diciembre de 2015 (luego de casi una década, a lo que se denominó “normalización de la política monetaria”), programando dos alzas más durante 2016, moderadas sí, pero suficientes para influenciar la dirección de los flujos internacionales de capital hacia sus bancos e instrumentos de deuda, ha fortalecido al USD en los mercados de divisas (lo seguirá haciendo), pero por ello, tales movimientos son portadores de inestabilidad financiera, sobre todo, de las monedas que fijan su paridad con respecto al USD (como México, y más aún, exportadores petroleros), y con lo cual, se salió al paso de un probable repunte inflacionario (se pronostica de 1.6% para este año 2016, cuando la meta de la Reserva Federal es de 2.0%, con un pronóstico de crecimiento del PIB de 2.5%), lo cual ha sido favorecido por la caída de los precios de las materias primas, especialmente del petróleo. Así, los mercados cambiario-financieros están en proceso de transición para absorber la volatilidad cambiaria provocada y los cambios en la liquidez, por lo que es previsible que la Reserva Federal mantenga estas líneas de acción por algunos meses esperando que tales mercados se estabilicen y los agentes se adapten a las nuevas expectativas (incluyendo la caída del ritmo de crecimiento económico de China y las tendencias del desempeño europeo), y mientras prevalezca la debilidad del ambiente económico global.
Una producción incremental de energéticos desde las fuentes tipo shale, orientadas al aumento de la oferta interna (reduciendo las importaciones de energéticos de origen fósil) y a la obtención de la autosuficiencia energética en el mediano plazo, entendida como un tema crucial de seguridad nacional, la describe así Tom Donilon, hacia mediados del 2013, asesor en seguridad nacional del equipo de asesores del Presidente Barak Obama:
“En 2005, el 60 por ciento del petróleo de Estados Unidos era importado (….) En la actualidad, es un 40 por ciento, y sigue disminuyendo, lo cual implica una maniobra radical hacia el objetivo del presidente de recortar nuestras importaciones de petróleo a la mitad para el año 2020". Las importaciones de gas natural también están disminuyendo ya que Estados Unidos se ha convertido en el productor líder mundial de gas natural. Este desarrollo puede atribuirse en gran parte a las innovaciones que permiten la extracción de lo que antes eran combustibles irrecuperables de formaciones rocosas de esquisto”, luego: “El proceso, ampliamente conocido como "fracking" (fractura hidráulica), ha enfrentado oposición, generado controversia y originado cuestionamientos sobre posibles consecuencias ambientales. También generó puestos de trabajo y revitalizó áreas en depresión, en las que minas abandonadas de otra era actualmente se están reabriendo con la promesa de que las nuevas técnicas generarán producción (…) algunas predicciones de la industria prevén que estas tendencias transformarán al continente americano en la fuente de dos tercios de aumento de suministro de energía mundial en los próximos 20 años. Una mayor independencia energética genera fortaleza económica, más puestos de trabajo y menos vulnerabilidad ante los cambios volátiles de los mercados de energía mundiales. "La nueva postura energética de Estados Unidos nos permite involucrarnos desde una posición con mayor fortaleza". (Porter, Charlene: “Crecimiento de producción energética en Estados Unidos, genera cambios en política mundial”, 20 de mayo, 2013; http://iipdigital.usembassy.gov/st/spanish/article/2013/05/20130520147648.html#axzz3y6NaNuXX)
A finales de 2013, por primera vez, la producción de petróleo había superado el total de las importaciones (la primera llegó a 10 millones de barriles diarios, nivel en que se pretende permanezca luego de 2020), en dos décadas, y el gas natural llegó a un récord histórico de producción, ambos, apoyados en una extracción intensiva de los pozos en Texas, Dakota del Norte y el área transfronteriza que comparte con México; en tanto, el gas esquisto es ya 40% de la producción total en EUA (por contraste, sólo 15% en Canadá).
(http://economia.elpais.com/economia/2013/12/20/actualidad/1387508260_777591.html) Todo lo cual, reitera el Presidente Obama es la ruta hacia “la independencia energética de EUA”. Lo anterior, mejora los términos de su sector externo, de su balanza comercial, de su vulnerabilidad ante los conflictos de Oriente Medio y ha favorecido la caída del precio de los combustibles de origen fósil, y le ofrece una mayor ventaja competitiva frente a Europa y otros competidores en Asia. Pero lo que no es propiamente simétrico (aunque si se aprecia cierto cambio en el sentido de reducir la presión geopolítica en ciertas zonas y países), es que este ajuste de poder energético mundial, traiga consigo un clara maniobra en retirada de EUA de la geopolítica energética, pero sí cambios, por ejemplo, en Oriente Medio y Levante, en el Caribe Latinoamericano (Cuba y Venezuela) en donde EUA empieza a flexibilizar su política.
Y en cuanto a su marcha más probable, el peso de los factores de vulnerabilidad estructural, tendrán una gravitación muy significativa, su análisis rebasa los límites de este ensayo, pero están en los fundamentos de las debilidades que podamos observar en el futuro inmediato y mediato de la economía estadounidense, no obstante, lograron que se recuperara el consumo privado (principal variable dentro del producto), que cayera el déficit fiscal (desde 13.5% en 2009 a 5.5% en 2014); la productividad laboral creció 6.5% entre 2010-2014; ello, a pesar de que la concentración de la riqueza es más aguda hoy que antes: “El ingreso promedio del 5% más rico de la población creció 38% en términos reales entre 1989 y 2013, mientras que el del 95% restante aumentó menos de 10%, es decir, menos de medio punto por año. La distribución de la riqueza es aún más desigual que la del ingreso: en 2013, el 50% más pobre de las familias estadounidenses poseía el 1% de la riqueza (3% en 1989), mientras que el 5% más rico poseía el 63% de la misma (54% en 1989)”, nos dice el informe consultado (“América Latina y el Caribe y China: Hacia una Nueva Era de Cooperación Económica, p. 11, mayo de 2015).
Ello significa, que si los favorables datos de coyuntura, de corto plazo, no se ajustan gradualmente a las expectativas de largo plazo conforme a los datos estructurales, la situación es perfectamente reversible en otro momento, tal vez, no lejano.
Pero hoy, los tres apartados de políticas públicas materializados por la administración Obama en sus dos períodos de gestión, que consideramos oportuno enfatizar, han influenciado en forma clara la marcha de la economía mundial y su huella está también, en la coyuntura actual favorable para EUA, aunque repetimos, reversible bajo ciertas circunstancias cuyo secreto está en las vulnerabilidades estructurales.
Y en realidad, no ha sido propiamente o completamente, un perfil de políticas neo-keynesianas, heterodoxas, sino un híbrido pragmático de políticas de estímulo a la demanda agregada (con fines de reactivación de la fase de crecimiento del ciclo económico), una política monetaria intervencionista e inyección masiva de liquidez, como instrumentos de saneamiento de la severa crisis financiera, pero sin menoscabo del liberalismo e integración desregulada de los mercados, en lo fundamental. Es decir, sin la entrada en vigor de algo parecido, o en evolución, a un nuevo paradigma para los mercados financieros, lo que ha hecho hipotetizar a distintos analistas, que puede estarse engendrando una nueva gran burbuja especulativa de carácter bursátil. En suma, uso de instrumentos diversificados sobre una misma cimiente estructural.
3. Cambios en los Mercados Energéticos
El cambio acaecido en los mercados de la energía de origen fósil, especialmente petróleo y gas natural, es altamente significativo porque ha conducido a la economía regional-global a un nuevo escenario: a) la caída de los precios del petróleo que ya rebasa un ajuste de 70% (en los últimos tres años) de su precio promedio alcanzado hasta 2012 (provocando crisis de la economía pública, como en México, y nacional, en algunos casos, como en Venezuela) ha modificado la estructura costo-precio/ganancia de esa industria y muchas más vinculadas a ella, cambiando la dirección y cuantía de las inversiones en el sector, los desarrollos tecnológicos, e incluso, la geopolítica del petróleo en diversas regiones y al nivel global. Ha sido una transformación profunda, y lo que es más, en un entorno en donde han empezado a predominar el concepto de “seguridad energética”, el cual, ha sido trastocado por estos desarrollos habidos; b) el proceso de transición energética hacia las energías renovables e industrias sustentables, ha sido favorecido por este macro ajuste del precio, y uno de sus resultados tangibles es el predominio indubitable del gas natural como el nuevo eje de las disputas energéticas vinculadas a zonas geoestratégicas con abundancia del mismo, tendencia que se venía perfilando con anterioridad. Es la razón fundamental por la que su precio no ha disminuido.
El macroajuste del precio del petróleo ha obedecido a una clara sobreoferta en el mercado, que lo ha hecho descender hasta un nivel cercano al punto de equilibrio para diversas empresas (se está cotizando entre $28-30 USD el barril), resintiendo también la introducción ampliada de nuevas tecnologías energéticas, productivas y de sustitución, más una demanda debilitada por la falta de recuperación económica global y generalizada.
El “Economic Prospects”. Spillovers amid Weak Growth, del Banco Mundial, de enero de 2016, consigna que el precio del petróleo cae en -0.9% (2013), -7.5% (2014) y -46.5% (2015), éste último dato, estimado (Cuadro 1, p. 28), pero es decir, la caída de 2015 fue verdaderamente catastrófica, un ajuste de mercado drástico en extremo, muy cercano al precio al que cayó hacia el año 2002 (en marzo de 2002, costó $23.64 USD por barril, para cerrar ese año, en $27.89 USD por barril. (http://www.indexmundi.com/es/precios-de-mercado/?mercancia=petroleo-crudo&meses=300) Y dichos especialistas del Banco Mundial (BM) estiman que el precio siga cayendo en 2016 pero a un ritmo muy inferior: -8.5%, es decir, aproximadamente, rondará los $25.5 USD, no sin ciertas fluctuaciones en un rango pequeño. Sólo Goldman Sachs, sus analistas, sostienen un pronóstico para el tipo de crudo WTI de $40 USD en algún momento del primer semestre de 2016, o bien hacia finales del año, salvo que el:
"impacto en la oferta o en la demanda ligado con el clima cambie el equilibrio en más de 340.000 barriles por día", el exceso de producción puede ser almacenado por un tiempo más largo de lo previsto antes de que el superávit comience a saturar los mercados y lleve a un colapso en los precios de la materia prima (....) El tema clave del 2016 serán los ajustes en los fundamentos reales que puedan reequilibrar los mercados para generar el surgimiento de un nuevo mercado alcista, algo que todavía creemos que sucederá a fin de 2016". (Enero 15, 2016, http://lta.reuters.com/article/businessNews/idLTAKCN0UT1B0)
En la gráfica se aprecia con absoluta transparencia, una línea de tendencia descendiente que se torna muy pronunciada hacia julio de 2014, llegando a $70 USD por barril de petróleo, pero la caída mayor se produjo durante 2015 y el primer mes de 2016, en donde cayó en picada hasta $28 USD, hacia finales de este último mes mencionado.
Tenemos entonces, claramente, dos escenarios: el pesimista (BM) y el optimista (GS); en el segundo escenario, se ponen en entredicho las inversiones en el sector, y dentro de los cuales, la OPEP, desarrolla una política de estabilización del mercado, no con apoyo en ajustes cíclicos de la oferta de cada uno de sus miembros, sino, del mantenimiento de sus cuotas respectivas del mercado, ya que dicha organización ha visto reducida sensiblemente su cuota global en el mismo, ante los productores “independientes” o no OPEP.
La decisión de Arabia Saudita en tiempos recientes (mediados de 2014) de aumentar, junto con otros miembros, la oferta exportable de crudo, defendiendo o tratando de ampliar su cuota de mercado a costa del precio promedio internacional, parece que ha llegado a su fin, por lo cual, diversas voces ya disienten y abogan sobre la necesidad de cambiar esa línea estratégica de acción para procesar otra de manejo ágil de los altos inventarios existentes con vistas a su rápida reducción. Pero el regreso de Irán al mercado, que comprenderá por lo menos 500,000 barriles más a la sobreoferta existente, hace muy complejo un posible acuerdo, por lo demás, urgente, pero sobre bases distintas, con concesiones importantes al interior de la OPEP, porque una caída de tales dimensiones en el precio, es un severo factor de inestabilidad mundial que a nadie conviene preservar.
En tanto, conforme al mismo BM, el precio de las materias primas no energéticas (mismo cuadro citado), se redujo en -7.2 (2013), -4.6 (2014) y -14.8 (2015), lo que afectó a las economía emergentes, particularmente las de América Latina, subrayadamente, las del cono sur del subcontinente. El planteamiento de la CEPAL (Balance Preliminar de las Economías de América Latina y El Caribe, 2015) es el siguiente:
“La trayectoria de los precios de las materias primas, un factor muy relevante para las economías de la región, ha continuado a la baja en 2015, y para 2016 no se esperan cambios significativos. Entre enero de 2011 y octubre de 2015, la caída de los precios de los metales y de la energía (petróleo, gas y carbón) fue cercana al 50%, mientras que los precios de los alimentos disminuyeron un 30% en el mismo período. Durante 2015, el precio de los productos energéticos es el que muestra una mayor caída, del 24% hasta octubre, mientras que el precio de los metales disminuyó un 21% y el de los productos agrícolas un 10%.
La evolución de los precios de las materias primas refleja cambios en las condiciones de oferta y de demanda (fuertemente determinada por el crecimiento de China), así como los efectos de la volatilidad y la especulación financiera sobre los precios de estos bienes, debido a su creciente papel como activos financieros.” (p-7).
Conforme a los estudios de la Agencia Internacional de Energía (AIE) y sus pronósticos, las tendencias de cambio y redistribución en la participación de las distintas energías primarias en el consumo total, fueron: por ejemplo, desde 1980 hacia 2020, la participación del petróleo habría declinado desde 43% del total al 30%; la del carbón cambiaría desde 25% al 29%, el gas natural ascendería desde el 18% al 25%, las energías renovables ascenderían también, desde el 3% al 15%, la nuclear, desde el 3% al 8%, y la energía hidráulica crecería del 2% al 3% del total. Las mejores perspectivas las situaban para el gas natural, su precio, etc. (http://www.osinerg.gob.pe/newweb/uploads/Publico).
El mejor posicionamiento a futuro es para el gas natural y las energías renovables. Y no olvidar, que el gas natural se usa, igualmente, para generar energía eléctrica, razones por las cuales (ade3más como su mayor facilidad de transportación, los gasoductos kilométricos posibles, los acuerdos por varios años para su suministro, su mayor limpieza en el uso), favorecerán una tendencia alcista, si bien no abrupta ni espectacular, salvo condiciones excepcionales. Su característica de precio ha sido el de una mayor línea de estabilidad, con algunas fluctuaciones
Comportamiento histórico paralelo de los precios del petróleo y el gas Natural
En definitiva, el tránsito es y será gradual desde la etapa del petróleo hacia la etapa del gas natural, un cambio histórico, lo cual expresa incluso en la geopolítica conflictiva, por ejemplo, es el caso de Siria y Ucrania, los cuales, es aconsejable revisar y seguir.
Ahora bien, lo que el Banco Mundial pronostica con relación al comportamiento de los precios del petróleo para este año de 2016, se condensa en el siguiente gráfico:
Una recuperación lenta y no lineal del precio (desde los $28 USD de estos días), para ubicarse en $37 USD promedio por barril, dado que la caída abrupta de los precios en 2015, obedeció “a distintos factores de oferta y demanda” que pueden revertirse.
Tres factores importantes –agregamos- que influirían, pueden ser: un cambio en la política actual de la OPEP (que se ha negado a reducir la oferta mundial de crudo), una reducción en la producción de petróleo esquisto en EUA (por diversas causas) y una reinserción ordenada de Irán a dicho mercado, des-geo-politizando la misma desde Arabia Saudita y demás monarquías del Golfo Pérsico.
4. La Deflación Internacional de los Precios
La deflación, por definición en economía, es la caída generalizada y prolongada (como mínimo, dos semestres según el FMI) del nivel de precios de los bienes y servicios, conforme al indicador y los índices (IPC) que manejan en cada país y que se reportan a los organismos internacionales como el antes citado. Suele responder a una caída en la demanda y puede tener consecuencias más negativas que la inflación, porque, si bien estimula la capacidad adquisitiva del ingreso personal (aunque no siempre se concreta en consumo inmediato, dado que la expectativa del consumidor es que puede comprar a menores precios en un poco de tiempo más), desincentiva la inversión al reducir la masa de ganancias. En general, desacopla las magnitudes de oferta y demanda agregada, rompiendo un equilibrio fundamental de la macroeconomía, detrás del cual, regularmente pueden venir otros, como el de ahorro-inversión.
Casos históricos, han sido la deflación durante la Gran Depresión (1929-33), el proceso de la economía de Japón durante los años 90, y otros. Hoy una variable poderosa de influencia deflacionaria es la caída del precio de las materias primas, energéticas y no energéticas, que reduce los costos de producción y hace necesario reducir los precios para realizar más rápidamente las mercancías, frente a diversos mercados de consumo relativamente rígidos. Pero lo peor, es cuando el proceso se adentra en un entorno de alto endeudamiento de familias, empresas y gobiernos, porque desvaloriza los activos y la cartera de las instituciones financieras, sin que los deudores estén en posibilidad de pagar sus débitos, lo cual mete en problemas mayores a las instituciones acreedoras, porque pierden valor las carteras sin que haya reembolso de adeudos. Es necesario, entonces, bajar las tasas de interés para recuperar cartera. Adicionalmente, la deflación amplía el desempleo, porque con ese nivel de precios de sus productos, las empresas detienen las inversiones o las debilitan, ralentizando la marcha de la economía, que se refuerza cuando es necesario reducir la oferta monetaria total.
El centro de estudios Oxford Economics efectuó un análisis en el que pronostica qué países podrían acceder a un proceso deflacionario en función de la caída del precio del petróleo –en algunos casos, el proceso haber iniciado ya desde 2014, durante el cual, el precio del barril había descendido en forma sensible-, dado que el pronóstico para 2015, era también muy pesimista, y efectuaron el cálculo correspondiente.
Se trató de 21 países cuya posibilidad de entrar en deflación era muy alta, en función de un rango de variación del precio del petróleo de entre $70 (caerían menos países) y $40 USD (caerían los 21 países). Entonces, dentro de esta lógica analítica, el precio actual de cerca de $28 USD por barril (finales de enero de 2016), ha forzado el proceso en un número mayor de países, de economías ya bajo este fenómeno. Este es otro dato de severa inestabilidad del entorno global que agrega incertidumbre al futuro inmediato.
En suma, la deflación dificulta aún más la recuperación, la reanimación del ciclo económico, tan urgente hoy. (Ver https://www.youtube.com/watch?v=_A7KNAk4vhQ)
Ahora bien, como datos duros, no pronósticos, la tasa anual de crecimiento del índice de precios del consumo (IPC) de EUA cayó al 0% en septiembre de 2015, frente al 0,2% en agosto y el 1,7% en septiembre del año pasado. La tasa anual de crecimiento del IPC de la Unión Monetaria Europea cayó al -0,1% en septiembre, frente al 0,1% el mes anterior y el 0,3% en septiembre del año pasado. Y asimismo, la tendencia de crecimiento del IPC de Reino Unido cayó en septiembre con la tasa negativa anualizada de crecimiento, cerrando en -0,1%, frente al 0% en agosto y el 1,2% en septiembre del año pasado. Es decir, la tendencia es muy clara en las principales economías del mundo occidental: el horizonte inmediato es la deflación generalizada, de no contenerse.
Shostak, Frank, “Today’s War Against Deflation Will Make us Poorer”, Mises Daily, 29 de octubre de 2015, “ (https://mises.org/library/todays-war-against-deflation-will-make-us-poorer)
Al respecto, la caída internacional del precio de los alimentos, es, de igual manera, un impulso importante para el proceso deflacionario.
Los Riesgos del Proceso Deflacionario: una Nueva Recesión Global.
Fuente: http://www.dineroenimagen.com/2016-01-22/676
La especialista Concepción Calpe, de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (ONU-FAO), consigna que en el mes de febrero de 2015, los alimentos en el mundo registraron una caída del 1% de su precio respecto al mes anterior (enero). Las tendencias las resumió así:
“Los precios mundiales de los alimentos cayeron a su nivel más bajo en casi cinco años, con un marcado declive de los cereales, la carne y el azúcar, una estabilización de los aceites y un repunte de los lácteos.” Concretamente, refiere, que en febrero los cereales cayeron un 3.2%, la carne 1.4%, el azúcar 4.9%, sólo los productos lácteos aumentaron 4.6%, dado que cada producto tiene una dinámica específica de mercado, hoy los factores comunes a todos son los cambios en el precio del petróleo y del dólar estadounidense, en cuanto a su impacto en los costos, los transportes y seguros internacionales.
Y luego enumeró las causas de proceso ocurrente:
"Elevada producción global, bajos precios del crudo, subida del dólar y una limitada demanda de grandes importadores, incluyendo a China. La situación actual es exactamente la opuesta a la que había en 2007-2008 cuando se produjo la disparada de los precios de los alimentos". (Justo, Marcelo, BBC Mundo, marzo 17, 2015, http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/03/150317_economia)
El proceso general que CEPAL define como “ciclo a la baja” ha sido determinado por cuatro factores sobresalientes: i) aumento de la oferta mundial de los productos primarios (energéticos y no energéticos) dado el incremento de las inversiones en los sectores de recursos naturales durante el último ciclo alcista de los mismos; ii) el cambio de tendencia, que significó una contracción de la demanda, vinculada esencialmente a la disminución de la dinámica económica en China; iii) el aumento en la productividad y en la sustitución de productos en tales sectores; iv) la generación de expectativas futuras de mercado que influyen en el consumo, dado el respaldo en activos financieros de los “commodities” (mercado de futuros), y los factores especulativos a éste inherentes (Balance Preliminar, 2015, p. 17).
En este ambiente agitado, una devaluación competitiva de alguna de las principales economías, sería muy agravante, porque se convertiría en un mecanismo de exportación y profundización del proceso deflacionario. El cómo procesar coordinadamente este fenómeno es uno de los retos más importantes del entorno actual.
5.- Las Burbujas Financieras Recurrentes. Nueva Amenaza
El curso de la economía actual en los mercados financieros, es prácticamente el mismo del periodo previo y durante la grave crisis financiera internacional que desembocó en una gran recesión global durante 2008-09, es decir, se desarrollan bajo el mismo paradigma: liberalización, desregulación e integración de mercados, con un mercado de futuros, coberturas y derivados que pretenden ser los instrumentos de cobertura de riesgos para la circulación de todo tipo de activos bursátiles, inversiones, deuda, precios de productos primarios, tasas de interés, medios de pago, divisas, etc., pero que permiten también una enorme especulación con tales instrumentos mediante esquemas de ingeniería financiera sofisticada para capturar masas de ganancias (para inversionistas especulativos) muy elevadas, y obtener (para los traders), comisiones extraordinarias que no ofrece ninguna otra actividad comercial.
La crisis de 2008-2009 que irrumpió en EUA, tuvo como soporte estructural (hay consenso mayoritario sobre tal tesis), en una política monetaria prolongada (por 18 años) de parte del Banco de la Reserva Federal de los EUA, basada en cuatro instrumentos de política pública: tasas de interés bajas, incluso negativas (cuando son menores a la tasa de inflación anual), mercados líquidos (oferta importante de dinero), control inflacionario y dominación de las variables monetarias y financieras sobre las relativas a la economía real, el llamado “modelo Wall Street” (Bluestone y Harrison: 2001), que alcanzó su auge durante las administraciones Clinton, y significó la versión neoliberal en EUA mediante el “pacto Wall Street-Pennsylvania Avenue” entre demócratas y republicanos, que permitió una tasa de crecimiento sostenida del PIB (ciclo expansivo) promedio de poco más de 4.0% anual sostenido, además, revitalizada con mucho gasto militar, en la primera administración del Presidente G.W. Bush, generando una “burbuja financiera” (un mercado sostenidamente alcista sobre bases artificiales) que condujo a valores de los activos a precios y tasas de rentabilidad muy por encima de sus valores reales de mercado, insostenible en el mediano plazo, cuyo estallido genera un ajuste extremadamente drástico de precios y desploma la rentabilidad dramáticamente, produciéndose pérdidas inconmensurables para inversionistas y ahorradores e instituciones (bancos, empresas, inmobiliarias, etc.,)
Esta “burbuja financiera” permite un auge de los mercados inmobiliarios y de hipotecas (e instrumentos colaterales, seguros, reaseguros), dado que con dinero abundante y barato, con tasas muy bajas de interés, y una economía creciendo, es muy atractivo comprar bienes inmuebles y muebles a precios crecientes (por la enorme demanda de ellos, es decir, una “burbuja inmobiliaria” paralela), generando un “boom” de hipotecas como sustento de los mismos, incluso, en segmentos de mercado que en tiempos normales, podrían representar exceder los límites de riesgos aconsejables por flexibilizar excesivamente los requisitos), que fueron las llamadas “hipotecas sub-prime” o “economía basura” otorgadas a los compradores “Ninja” (sin ingresos, sin empleo y sin activos de respaldo). Los activos financieros se vendieron masivamente en distintos mercados, de EUA y del extranjero (Europa y Asia, esencialmente), que cayeron dramáticamente al igual que los mercados financiero-bursátil, inmobiliario y automotriz de los EUA hacia mediados de 2007, pero con mayor fuerza en 2008.
En la teoría financiera del economista inglés Hyman Minski, se le denomina “el momento Minsky”, es decir, la última fase del ciclo expansivo basado en la deuda, cuando ésta es imposible de pagarse y los agentes han quedado altamente sobre-endeudados. El sistema cae y alcanza la economía real de donde se tomaron los recursos líquidos para invertir, especular y continuar endeudándose. Viene la recesión y la crisis de deuda trae la austeridad y la caída de los niveles de vida, la contracción del Estado, el abandono de la protección y la inversión social, que dura años. El tema central se vuelve el rescate de las instituciones financieras, no de los deudores. Allí está Europa del sur desde hace 8 años. (Ver, https://www.youtube.com/watch?v=1HvFhbTAwI8 y “The Minsky Moment”, Revista “New Yorker”, 4 de Febrero, 2008, http://www.newyorker.com/magazine/2008/02/04/the-minsky-moment). Basado en esta teoría, el autor, John Cassidy anticipa la recesión.
Así concluyó esta etapa dorada de la economía informatizada globalizada, con sus tecnologías de comunicación, información e innovación financiera correspondientes. El “casino bursátil por internet”, la “Nueva Economía” que “suprimía las vulnerabilidades del ciclo económico en el capitalismo”. Una farsa teórica y política más que se desploma.
El paradigma del funcionamiento equilibrado de los mercados que se autoajustan automáticamente cuando hay desequilibrios, mostró su más brutal y desastrosa faz: las autoridades de la Reserva Federal de EUA y del Banco Central Europeo no intervinieron para detener la catástrofe que se vino incubando y creciendo, bajo el dogma no interventor del Estado en los mercados. Vimos ya antes, el perfil de los rescates procesados por Barak Obama. (Ver, https://www.youtube.com/watch?v=OByHmA2V1ho y también, https://www.youtube.com/watch?v=jLp-SfowF6I)
Ahora bien: la experiencia histórica muestra que “las burbujas” (la fase sobre-expansiva) pueden volver a incubarse y desarrollarse en cuanto los mercados financieros-bursátiles se recuperan de la última explosión sin que se hayan producido cambios estructurales sustantivos en su funcionamiento, salvo una cosmética elemental.
Algunos analistas llegaron a la conclusión hacia 2014, que se estaba generando una “nueva burbuja”, no circunscrita a cierto país, sino a regiones enteras, que como en el caso del agente y analista de la City de Londres (centro financiero), Ambrose Evans-Pritchard (y columnista del Dailly Telegraph), concluía a principios de dicho año:
“en conjunto, se trata de una sola burbuja global de crédito. La Fase I fueron las hipotecas de Estados Unidos; Fase II, la crisis de la Unión Monetaria Europea; Fase III, Asia y China frente al ciclo de auge-caída” (“La burbuja financiera que está lista para reventar”, http://spanish.larouchepac.com/node/21144)
Y la base de este proceso, es la expansión crediticia habida en los mercados durante la fase de recuperación de la Gran Recesión (inyecciones masivas de liquidez) y en los años posteriores, la cual conforma, según nuestro autor consultado, “una burbuja global de crédito” que pone en riesgo las bases del sistema financiero en su conjunto, por ello, articula tres fases distintas del fenómeno mundial. Hoy estaríamos situados en la tercera etapa señalada. Se trata entonces, de un fenómeno financiero estructural, no de un proceso coyuntural localizado. Importante enfoque de alguien que “conoce el mar” porque “nada en esas aguas”.
Algunos datos: hasta principios de 2014, los bancos europeos tenían comprometidos $3.4 billones de USD en mercados emergentes que hoy están en retroceso productivo y financiero, la mitad (50%, 1.7 billones USD) de este monto expuesto, se localiza en cinco bancos: BBUV, Santander (tenía comprometidos $132,000 millones de USD en Iberoamérica, y el 23% de sus ganancias, vienen de Brasil), Erste Bank (austriaco), HSBC, Standard Chartered (ingleses) y Unicredit (italiano).
Con datos más recientes, se sabe hoy que las grandes corporaciones globales están más apalancadas (endeudadas) que en los meses previos al estallido de las “burbujas paralelas” en EUA (2007-2008). En una recopilación y análisis hecho por la agencia Bloomberg News el 28 de enero de 2016, se estima que las corporaciones europeas y estadounidenses, todas calificadas positivamente por la calificadora de valores de deuda, Standard & Poors, traen un endeudamiento de $29.0 billones de USD, cifra colosal de deudas que se come sus ganancias y les obliga a un refinanciamiento constante. Adicionalmente, dice el reporte, que los montos de sus deudas:
“fueron tres veces más grandes que las ganancias antes de los intereses, impuestos, depreciación y amortizaciones en el 2015, la mayor diferencia que se haya registrado desde 2003 y hasta 2.8 veces más que el año anterior…La deuda total de las compañías chinas enlistadas, también alcanzó un nivel récord reciente, aunque sólo el nivel más alto en tres años, y no es superior a los niveles del crac de 2008” (Las Corporaciones están más apalancadas que antes del crack de 2008”, http://spanish.larouchepac.com/node/24461)
La gran diferencia con el apalancamiento de las empresas chinas, es que ellas se insertan dentro de un auge productivo, de altas tasas de crecimiento del PIB, y se financian en su propio país (salvo una parte menor de “dinero caliente” que fluye de los mercados europeos) que tiene tasas de ahorro e inversión superiores al 40% como promedio (en más de una década), no es un endeudamiento corporativo alto en el contexto de una recesión o débil crecimiento del PIB y con bajo ahorro nacional, o bien, de una economía nacional sobre-endeudada, como las europeas y estadounidenses.
Es una diferencia estructural, pero la ruptura entre ambos subsistemas del sistema económico, el de la economía real y el de la economía financiera, en donde ésta última se expande exponencialmente sin ser acompañada en la misma magnitud por la economía real, generando un desfase sistémico esencial que más temprano que tarde se sincroniza en la crisis, se ha producido ya en China, y se profundizará, si no hay una intervención estatal suficiente y acertada, que todo indica que en China se está desarrollando ya.
No obstante, otros signos de cuidado en Asia existen, porque la demanda de empresas, sobre todo, que debutan en los mercados de duda asiáticos y su apetito por los bonos, ha provocado que:
“los mercados asiáticos casi dupliquen su tamaño desde finales de 2008 a un valor de 6.5 billones de dólares de bonos en circulación. Ahora, las empresas representan más de un tercio de ese mucho más grande mercado en comparación con alrededor de un cuarto a finales de 2008.
Así que, muchas empresas nuevas -y a menudo más riesgosas- están pidiendo prestado fondos a tasas cada vez más bajas, lo cual está provocando temores acerca de una burbuja en Asia, y del papel del dinero extranjero que está fluyendo desde Estados Unidos y Europa (…) Cada nueva ronda de política monetaria ultra flexible de los bancos centrales occidentales, conocidas como flexibilización cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés), ha impulsado crecientes flujos de dinero en fondos de renta fija que invierten en Asia, pero no en Japón. Más de 5,600 millones de dólares solamente en dinero minorista han inundado esos fondos desde febrero de 2012, según las estimaciones de Citigroup.”
(Paul J. Davies, “Deuda Asiática, ¿en Riesgo de Burbuja?”, 24 de mayo, 2013; http://www.cnnexpansion.com/economia/2013/05/23/deuda-asiatica-en-riesgo-de-una-burbuja )
Una parte del problema de los mercados asiáticos está claramente planteado: el auge económico regional se ha sostenido sólo en parte, de los mercados de deuda, la solidez de la economía real y su tendencia de largo plazo al crecimiento (salvo Japón), aunque empieza a ser más lento, existe y hace diferencia, porque tienen bases endógenas sólidas de crecimiento y cobertura en moneda extranjera de sus ingresos al ser exportadoras, pero las empresas nuevas contratantes, se dejan seducir rápidamente por dinero fresco, abundante, proveniente de Europa y EUA a tasas de interés bajas, no obstante, las alzas recientes y por venir, de las tasas de interés, no sólo pueden cambiar la dirección de los flujos de capital, sino revertir la cuantía de los mismos en determinadas plazas, como las asiáticas para el segmento de empresas medianas, y cambiar la estructura del servicio de la deuda, es decir, crear problemas. El crédito al consumo (misma fuente antes citada) también se ha expandido considerablemente (en Malasia, por ejemplo, constituyó ya en 2013, el 76.6% de su PIB (10% más que en 2007), en tanto, que en Tailandia, no llegaba al 20% del mismo (7% menos que en 2007). Son signos de cuidado, pero bajo un contexto regional distinto con relación a las sur europeas, por ejemplo. Ello permite preconcebir un ajuste económico controlado.
Pero otra parte y mayor, sustantiva, del problema asiático, como signos de cuidado, son lo que algunos analistas llaman “las 3 burbujas chinas”: tienen que ver con tres procesos que evidentemente traen algunas problemáticas: i) el cambio de modelo de desarrollo o endogenización del crecimiento, luego de un proceso expansivo de casi dos décadas; ii) el desfase de las magnitudes de oferta y demanda en el mercado inmobiliario en auge, y iii) la expansión del mercado bursátil insuficientemente sustentado en las ganancias de las corporaciones chinas (una diferencia de entre 50 y 100 veces), ante una disminución de la intensidad o ritmo del crecimiento y la inversión, es decir, del PIB.
Se requiere un análisis cuidadoso de tales procesos que supera nuestros propósitos presentes, pero algunos datos ilustrativos ayudan a entender y estos serían:
La demanda anual de viviendas en China, dado el nivel de poder adquisitivo actual y capacidad de pago, era hacia 2012, de 4 millones anuales, contra una oferta de 18 millones de viviendas, cuya construcción provocó un “boom inmobiliario del mercado” o “burbuja” que cuadruplica la demanda efectiva, concentrado tal exceso de oferta, en los niveles de precio más altos de tales activos, lo cual está reduciendo el precio de venta de los inmuebles y derrumbando los márgenes de retorno esperado de la inversión, situación que llevó a la Comisión Reguladora del Sector Bancario a solicitar (en aquellos días) a los principales bancos comprometidos con inversiones (no sabemos en qué proporción, financiadas con deuda, pero se infiere, importante) es en el sector, que hicieran una “prueba de stress” que cuantifique el impacto de una caída de 30% en sus ventas. Obviamente el impacto particular y general hacia el conjunto de la economía es grande, porque en este último caso, el sector inmobiliario constituye entre 12 y 13% del PIB. (http://www.zaichina.net/2011/11/28/%C2%BFburbuja-inmobiliaria-en-china/).
La política fiscal expansiva para sostener el ciclo de crecimiento del PIB de dos dígitos, propició una política monetaria laxa de liquidez ampliada (crecimiento de M2, base monetaria) con tasas de interés bajas de 3.0-4.0% promedio, que favoreció el auge del mercado inmobiliario, la inversión y las deudas, pero también de otros sectores que impulsaron al alza, la Bolsa de Valores de Shanghái (la corrida fue de 117% en los tres trimestres de octubre-diciembre de 2014 y enero-junio de 2015), en parte, bajo la hipótesis de una planta empresarial inversionista que se financie del mercado bursátil cada vez más, y no de los bancos (de junio de 2014 a junio de 2015, la deuda para adquirir bonos y acciones, se triplicó), pero cuyo mercado –como era de esperarse- sufrió un ajuste drástico y cayó en el primer semestre de 2015 (entre los meses de junio-julio, 2015, -34.52%, (Ver https://www.youtube.com/watch?v=LGnd50xPFgk) modificando sustancialmente la expectativa económica sobre China y sus mercados. Ya en 2015, se produjo la tasa de crecimiento más baja del PIB de los últimos 25 años. Hay una nueva etapa económica, y China muy difícilmente tendrá otra fase expansiva como la previa.
Es decir, China entró en una fase de crecimiento menor y la economía aún deberá tener ajustes en otros sectores (devaluó su moneda en agosto y subió su tasa de interés hacia el cuarto trimestre de 2015), y en aquellas empresas sujetas a planificación centralizada que el gobierno se ha propuesto liberalizar y privatizar, aunque con apoyo en importantes fundamentos de su economía y recursos financieros muy grandes (su reserva internacional superó $2.0 billones de USD en algún momento) entonces, hay un “aterrizaje relativamente suave”. (https://www.youtube.com/watch?v=Vwjzw8MZwQY).
El alza de la tasa de interés en EUA (diciembre 2015, y se han planeado dos más en 2016), está provocando ajustes cambiarios súbitos y negativos en países emergentes (sobre todo, exportadores petroleros como México), de los que se defenderán con alzas paralelas de la tasa de interés, y probablemente, también con medidas de mayor liberalización y desregulación del mercado, con retiro de tasas impositivas para los activos financieros en donde existan, etc.), como medida defensiva para evitar una fuga de capitales hacia las plazas de países desarrollados, que podrían empezar a estimular inversiones especulativas de corto plazo e inflar artificiosamente los precios de los activos y sobre-demandar los instrumentos financieros colaterales de riesgo. En suma, impulsar la especulación. Pero además, ha provocado un alza en el costo del servicio de la deuda de las empresas endeudadas.
La reducción y conclusión de la política de “Emisión Cuantitativa” QE3 (inyección de liquidez en los mercados mediante emisión monetaria para la compra de “activos tóxicos”, hacia finales de octubre de 2014, sumando un total aproximado de $4.0 billones de USD, o tal vez, un poco más ) por la Reserva Federal de EUA y por parte del Banco Central Europeo, apuntan en dicho sentido general correctamente, pero, el tema es ver: a) si la economía de EUA se sostiene sin ese gran apoyo; b) si la banca europea está suficientemente salvada de la quiebra de los países deudores de Europa del Sur; c) si estos últimos están en posibilidades de consolidar una, muy incipiente, recuperación del crecimiento económico, generando el servicio necesario a la deuda restante (que muy poco ha disminuido en términos brutos) exigida por “la troika europea” (Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo y Consejo de la Unión Europea) y los bancos acreedores.
Son cuatro condicionantes fundamentales de cualquier pronóstico al respecto. El caso de Grecia, aunque el extremo, es altamente ilustrativo de dicha imposibilidad.
En suma, estamos ante el surgimiento de un nuevo entorno complejo, problemático, no necesariamente propiciatorio de una tendencia económica positiva hacia la certidumbre y el crecimiento, al contrario, los signos negativos, las amenazas, son claras y relevantes. La contienda abierta por el curso de la economía mundial, incluyendo la dimensión ideológica y mediática, en cuanto a valoración y análisis de las economías, china, rusa e india, y/o de las economías de América del Sur, se traducen en enfrentamientos que incluyen roces militares importantes, todos, como datos de la realidad contemporánea que no se pueden o deben omitir. (Ver https://www.youtube.com/watch?v=5LOfSaxAUzg)
Países como México, sin un Plan coherente e integral para hacer frente a la turbulencia que puede derivar en una grave crisis global, deja a sus sociedades, instituciones y planta empresarial desprovista de “colchones” o “blindajes” o medidas compensatorias promovidos por el gobierno, conforme a premisas y transformaciones exhibidas por el entorno mundial. Puede hacerse, proponerse, ejecutarse mucho más que reafirmar los alineamientos con la política de acción y recomposición estratégica de EUA en las diversas regiones, a cambio de algunos acuerdos económicos que no favorecen el ataque a nuestra problemática estructural de inserción en la globalización.
Nuevamente, confiar en el “equilibrio y re-equilibrio automático de los mercados” (empezando por el cambiario, que ya ha causado estragos en México), vuelve a ser la cara más nefasta del paradigma dominante. A ello dedicaremos una próxima entrega sobre México, de contar con la generosidad de nuestros anfitriones.
Enero-Febrero de 2016.
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