México, un Genocidio disfrazado de guerra contra el narcotráfico
Ilka Oliva CoradoEn diciembre de 2012 cuando asumió la presidencia Peña Nieto, reconoció la “guerra contra el narcotráfico” que inició Felipe Calderón. En el gobierno de Calderón comenzarían a evidenciarse las desapariciones forzadas, las torturas y los innumerables asesinatos de civiles que no tenían nada que ver con bandas delictivas, cometidos por la Policía, el Ejército y la Marina. En cifras oficiales se habla de un poco más de 121 mil muertes relacionadas con el “narcotráfico” y de 26, 121 desaparecidos. Una muerte cada media hora y doce desaparecidos al día. Se habla de 4 mil 112 feminicidios y de 112 periodistas asesinados.
Durante el año 2015 se registraron 14 asesinatos de periodistas y dos que se encuentran desaparecidos. En cifras oficiales el gobierno reconoce 48 mil asesinatos de diciembre de 2012 a julio de 2015. Durante el gobierno de Peña Nieto desaparecen 13 personas al día, una cada hora con 52 minutos. Son registrados 7 feminicidios al día. Hay que recalcar lo de “cifras oficiales” que sabemos perfectamente que van con sesgo y que buscan minimizar las cifras verdaderas. Quince meses del crimen de Estado en Ayotzinapa y no hay indicio alguno de que se esclarezca, todo pinta para que sea una Tlatelolco más.
En cifras oficiales del año 2006 a enero de 2015 se han registrado 151 mil 857 “homicidios dolorosos”. Según el Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Salud Pública. “En relación a desapariciones y extravíos” del año 2005 a enero de 2015 van 25 mil 736. Según el Registro Nacional de Personas Extraviadas y Desaparecidas. En las cifras reales sabemos que triplica la cantidad de feminicidios, desapariciones forzadas y asesinatos. Queda preguntar, ¿México vive un Genocidio? ¿Es el mexicano un Estado Fallido?
Ahora bien, ¿y si pensamos en México como el territorio de paso o traslado de migrantes indocumentados en su camino hacia Estados Unidos? ¿Cuáles serán las cifras de violaciones sexuales, de desapariciones forzadas, de asesinatos, del tráfico de órganos, de víctimas de trata con fines de explotación sexual y laboral? ¿Cuántas fosas clandestinas existen en México que aún no han sido descubiertas? Cualquier cifra es espeluznante. ¿Y si abrimos los ojos y aceptamos la realidad, que el abuso de los Derechos Humanos de los migrantes viene del mismo gobierno mexicano? Con sus ramas en la Policía, Ejército, Marina, entes de Migración. Que lo avalan las embajadas y consulados latinoamericanos en el país, que lo solapa la doble moral de la sociedad, que la apatía es el factor principal para que todo lo que suceda con los migrantes sin documentos no cuente como injusticia. ¿Y sí decimos las cosas como son y vemos que el Genocidio de migrantes tiene convertido en ríos de sangre el territorio mexicano?
¿Por qué es indispensable el Estado Fallido en México para Estados Unidos? Tal vez porque es un negocio de contratistas militares estadounidenses que al igual que en países invadidos por la nación norteamericana prestan servicios de asesoría, entrenamiento y venta de armas. El gobierno Mexicano en sí, con esa horda de lame botas y vende patrias es el brazo armado estadounidense en la región. Para ejemplificarlo un poco diríamos que en México se vive una guerra parecida a la de Irak que tiene el mismo objetivo y los mismos planes siniestros, lo mismo que se vive en Siria, la “guerra contra el narcotráfico” no es más que la guerra contra el “Estado Islámico” en aquel país; la excusa perfecta para que Estados Unidos invada y busque “salvar” la región.
En México es más sutil pero igual de sangrienta, en lugar de Estado Islámico es la “guerra contra el narcotráfico” y también el Plan Frontera Sur, y en el triángulo norte de Centroamérica Plan Maya-Chortí. Estados Unidos creó y financia el Estado Islámico y la “guerra contra el narcotráfico”. También creó y financia El Plan Frontera Sur y el Maya Chortí que militariza la frontera desde México hasta Honduras. Para muestra la aprobación reciente del envío de 750 millones de dólares para el triángulo norte de Centroamérica en el disfrazado Plan de la Alianza para la Prosperidad. Y cien millones para México bajo la etiqueta de Control Internacional de Narcóticos y Cumplimiento de la Ley. ¿Quiénes son los que manejan los cárteles de la droga en México? El mismo Gobierno, la Policía, El Ejército, la Marina, los mismos contratistas estadounidenses.
En México, Estados Unidos no ha necesitado ir a bombardear para robar el petróleo y los recursos naturales, el gobierno mexicano se los entrega solo, y realiza el exterminio de su propia gente. Esa guerra contra el narcotráfico, ese Plan Frontera Sur, es un Genocidio que busca exterminar por completo a los jóvenes, a los defensores de Derechos Humanos, a los más golpeados de loas clases sociales. Ese Plan lo único que busca es agilizar el traslado de armas, recursos naturales y drogas entre Latinoamérica y Estados Unidos y acaba con todo aquel que se oponga. No se necesita ser muy inteligente para saberlo.
Viene una pregunta inocente, ¿Por qué estos presidentes latinoamericanos que claman por el fin de la “dictadura en Cuba y Venezuela” no denuncian el genocidio mexicano? ¿Por qué la candidata a la presidencia de Estados Unidos Hillary Clinton no denuncia el exterminio mexicano como lo hace exigiendo “democracia” en Venezuela? ¿Por qué Obama no cumplió su promesa de una Reforma Migratorio ni de Acción Ejecutiva y sigue deportando indocumentados por cantidades? ¿Por qué a aquellos niños que viajaban solos en el años 2014 y a quienes prometió asilo los ha deportado?
Todos estos migrantes que atraviesan territorio mexicano, ya sea de ida o de vuelta, son el negocio redondo para la “guerra contra el narcotráfico “ que existe en el país. Son la carnada. Así como lo son los campesinos, los periodistas, los defensores de Derechos Humanos, las mujeres, los niños, los ancianos, los más golpeados de las clases sociales.
México se está Guatemalizando. Lo que está viviendo México nosotros lo vivimos durante 36 años, y a esa dictadura, a esa invasión estadounidense, a ese Genocidio le llamaron de distintas formas, de algunas muy parecidas a “guerra contra el narcotráfico”. La noticia triste es que nunca acabó, no hay reconstrucción del tejido social, no hay genocidas en la cárcel, no se han encontrado a cientos de desaparecidos, hay cantidad de fosas clandestinas en el país. Y una dictadura más sofisticada ha sido implementada como anexo a esa Operación Cóndor que siempre ha existido en Latinoamérica. Que nos la cuenten como quieran.
La última pregunta y nos vamos a celebrar Año Nuevo, ¿por qué guardamos silencio ante el Genocidio mexicano? ¿Acaso no nos duele, no nos indigna y no nos sacude como latinoamericanos? ¿Qué es realmente una dictadura y bajo qué contexto las estamos viviendo hoy en Latinoamérica? ¿Qué tiene que ver el neoliberalismo y la mediatización en todo esto? ¿Y nuestra indiferencia?
Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado contacto@cronicasdeunainquilina.com
26 de diciembre de 2015.
Estados Unidos.
http://cronicasdeunainquilina.com/2015/12/26/mexico-un-genocidio-disfrazado-de-guerra-contra-el-narcotrafico/
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