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Diciembre 2015

HAITÍ, VENEZUELA Y DESPUÉS…

Esteban Pérez

HAITÍ: Se acerca fin de año y con él la necesidad del gobierno uruguayo de volver a poner en consideración del Parlamento la renovación de la permanencia de tropas compatriotas en Haití.

En el año 2004 Uruguay envía tropas a dicho país integrando las Misiones de Estabilización de las Naciones Unidas (MINUSTAH), con la oposición unánime y firme del Frente Amplio.

Se consideró que era un intervencionismo de corte imperialista de Estados Unidos y Francia, quienes previamente actuaron para sustituir de facto el gobierno popular elegido legítimamente, presidido por Aristide, un sacerdote tercermundista quien unificó en torno suyo las distintas vertientes del movimiento popular haitiano.

El Frente Amplio tenía resuelto no participar con fuerzas militares en el continente, así como tampoco en ninguna parte del mundo, para "imposición de la paz".

En esa instancia los legisladores frenteamplistas fundamentaron duramente en contra de la participación de nuestras Fuerzas Armadas en las MINUSTAH, porque no se trataba de una misión de paz, sino de una legitimación de un golpe de estado.

En el año 2005 se da un giro de 180 grados, cuando el Frente Amplio, ya en el gobierno, decide continuar participando de la ocupación en HAITÍ.

Cuando se violan principios siempre se encuentran justificaciones. Una de ellas fue que Uruguay estaba en Haití para que "no estuvieran los yanquis".

Se mintió. Se le mintió a la base frenteamplista y se le mintió a los legisladores, a quienes también les cabe la responsabilidad por votar, con mano de yeso, sin ponerse a estudiar ni profundizar el tema.

Quienes deciden (Uruguay y el resto de las tropas latinoamericanas acatan) son los embajadores de Canadá, España, Estados Unidos, la Unión Europea, Brasil y los representantes de la OEA, conocidos como el CORE GROUP y ese es el verdadero comando político y militar en Haití.

Su objetivo no es la democracia, el objetivo es el enclave estratégico de la isla frente a Estados Unidos y Cuba y fundamentalmente su enorme reserva de oro.

Este hermoso país hermano, el primero en independizarse en América con su revolución originada en el movimiento libertario de esclavos, derrotando al ejército de Napoleón, ha sido transformado en una neocolonia, a partir de la primera ocupación yanqui entre 1915 y 1934.

Haití sufre desde hace varias décadas una profunda crisis debida al colapso de las estructuras de dependencia impuestas por la ocupación. Su población sobrevive en un espantoso empobrecimiento con increíbles niveles de explotación por la misma causa. Una minoría detestable concentra el 80% de las riquezas cumpliendo un rol servil y de intermediario de los grandes y medianos capitales extranjeros.

Este pueblo, desde su victoriosa revolución de los esclavos en 1804, está acostumbrado a resistir más allá del aislamiento de sus hermanos de la región y a no dudarlo, lo está haciendo en forma permanente y heroica desde los sectores populares.

El imperialismo, para mantenerse en el poder junto con la oligarquía haitiana, recurrió a crueles dictaduras como la de la nefasta familia Duvalier, que duró casi 30 años, a masacres y diversas intervenciones militares.

La última ocupación, de la que Uruguay es cómplice por servil, la decretó el Consejo de Seguridad de la ONU con la Resolución 1.542, con el irónico nombre de "Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización en Haití".

Las tropas de la MINUSTHA llevaron consigo la prostitución, las violaciones de niños y niñas, el cólera, que en una población desnutrida generó rápidamente la muerte de nueve mil personas y ochocientos mil contaminados.

El 25 de octubre pasado se desarrolló una farsa electoral que, al decir del luchador haitiano Henry Boisrolin "no fue una elección sino una selección".

Menos del 30% de los haitianos habilitados concurrieron a votar. Se constataron fraudes en los 10 departamentos y se pudo observar como ambulancias trasladaban de un lado a otro urnas con votos que favorecían al oficialismo.

Siete de cada diez ciudadanos no fueron a votar por la desconfianza en la joda sistemática desde que está la MINUSTAH.

Dos aviones de EE.UU. con tropas aterrizaron en Puerto Príncipe y están desplegadas en la zona de su embajada… casualmente, las minas de oro del Norte de Haití son del hermano de Hillary Clinton…

Los movimientos del campo popular llaman a resistir. Las multitudinarias manifestaciones están siendo reprimidas con gases y balas, con el saldo de numerosos muertos y heridos.

Los barrios populares están sufriendo el terror de balaceras y metrallas por las noches y la violación indiscriminada de mujeres.

Se están asesinado militantes sociales e incluso ultimaron al encargado de Seguridad del ex - senador y candidato presidencial Moise Jean Charles, de larga trayectoria de lucha y referente popular; este dirigente es el mismo que se entrevistó con Mujica en el 2013 y al que le prometió "en noventa días nos vamos de Haití, no podemos convertirnos en la guardia pretoriana de Martelly".

Recientemente, también un buque de guerra del Comando Sur se instaló en las costas haitianas.

El "CORE GROUP" emitió una declaración criminalizando la violencia popular e invocando el orden interno; nuestro país con su presencia ha permitido y convalidado toda esta situación.

Cuando el Frente Amplio empieza a justificar lo injustificable e incluso a sancionar a quienes se mantienen firmes en los principios, no es de extrañar lo que está sucediendo en su interna con Venezuela.

VENEZUELA – Quien hoy está sentado en la OEA, cuando era canciller de la República, no sólo mantuvo las tropas en Haití sino que dio los argumentos para ello: "Estamos militarmente para supervisar el proceso de institucionalización democrática".

El hombre, senador electo por el MPP e integrante de su Dirección Nacional, proviene del Partido Nacional; aceleradamente accedió al máximo órgano de dicho movimiento, siendo electo mediante la recomendación a la base (que no lo conocía) del entorno más cercano a Mujica.

Hábil como diplomático, no le costó "trasvestirse" ideológicamente.

En su momento lo dijimos: Almagro no iba a retirar las tropas de Haití porque perseguía un objetivo personal, acceder al cargo en la OEA o al Consejo de Seguridad de la ONU y para eso necesitaba ser santiguado por Obama.

Lo logró, como cuando se colocó bajo el ala de Mujica y llegó a ser Canciller.

Habiendo vendido el alma al diablo, actúa en consecuencia; lo primero que hizo fue meter las narices en Venezuela pidiendo el expediente de procesamiento de Leopoldo López y ahora enviando la famosa "cartita".

Ni pidió el levantamiento del bloqueo a Cuba ni metió la nariz en Méjico por la brutal represión de los estudiantes.

No sería extraño que llegado el momento, en nombre de la "democracia", se le ocurra una especie de "supervisión democrática" para Venezuela, algo así como unas "MINUSTAV".

Venezuela tiene algo muy codiciado para el Imperio: Petróleo.

Con la misma virulencia que el diputado Trobo, yancófilo confeso y su antiguo correligionario, Almagro se lanza a la aventura de generar condiciones para la injerencia externa en los asuntos internos de Venezuela, en la medida y el alcance que lo estime conveniente el Imperio.

Quienes lo justifican pasan también la raya y se colocan de hecho, del lado de EE.UU.

Poco importa al Imperio si Maduro es inmaculado, si habla con los pajaritos o no, menos le interesa la democracia venezolana.

Insistirá por todos los caminos a su alcance hasta lograr el objetivo.

Ese "bicho" al que llamamos imperialismo, vive, lucha y su guerra actual es por el control del cada vez más escaso petróleo.

A veces sus armas son balas y bombas, otras golpes de estado duros o blandos, otras incidir para que gane un candidato servil a sus intereses y todo lo que se le pueda ocurrir intentar.

Ando embuchado y para desembucharme siento la necesidad de decir: El problema no era Sadam Husein, era el petróleo; el problema no era Gadafi, era el petróleo. ¡No sea nabo Mujica! El problema no son los presos políticos en Venezuela, el problema no es Maduro, el problema es el

petróleo venezolano que Estados Unidos no puede controlar.

M´HIJO, ¿SE OLVIDÓ DE AQUELLO DEL IMPERIALISMO YANQUI?...

http://www.semanario-alternativas.info/archivos/2015/11%20noviembre/385/PORTADA/Art/Uruguay/art.uruguay/HAITI_VENEZUELA_YDESPUES.html







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