José Huenchunao Mariñán - René PanireObservando el medio ambiente desde el mundo indígena
En el marco del Seminario Permanente Sociedad, Territorio y Medio Ambiente de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano se realizó la sesión “Observando el medio ambiente desde el mundo indígena”, en la cual los dirigentes José Huenchunao, mapuche, y René Panire, atacameño, compartieron sus visiones respecto a la experiencia de sus comunidades y los conflictos territoriales que las afectan. El texto que en estas páginas presentamos se realizó a partir de sus exposiciones y la conversación con los asistentes.
José Huenchunao[*]
Yo vengo del territorio mapuche, soy dirigente de una de las últimas luchas de nuestro pueblo. El tema ambiental es bastante amplio, sin embargo, voy a hacer un análisis general de la realidad de la situación mapuche, que tiene que ver con los temas de la sociedad, el territorio y el medio ambiente.
Siempre hemos entendido que dentro del conflicto que hoy tenemos como pueblo nación –pueblo inscrito dentro de los oprimidos–, resulta importante compartir nuestras ideas y discutir con toda la gente que tenga la inquietud de plantear un mundo mejor para la humanidad. La lucha de nosotros tiene que ver con eso, no es solamente contra los medios de comunicación o algunas posiciones ideológicas dentro del mundo chileno, que dicen que lo que estamos haciendo atenta a la convivencia o la tranquilidad de la sociedad. Eso no es así, lo que nosotros planteamos es que aquí hay un conflicto con el sistema capitalista. Ese conflicto ha sido desde que llegó la cultura que denominamos occidental, cristiana y capitalista, y se arrastra hasta el día de hoy.
Cuando llegan los primeros conquistadores a nuestro territorio no somos nosotros quienes generamos la guerra, sino que son ellos con el propósito de adueñarse de nuestro territorio. Posteriormente pasa lo mismo con el estado de Chile, que también invade nuestro territorio e inicia una guerra, conocida como la Pacificación de la Araucanía, que dura aproximadamente veinte años. Esa fue una guerra unilateral donde el Ejército de la Frontera, un ejército que venía saliendo de otra guerra por el salitre en el norte, invade el territorio mapuche. Ahí se aniquiló a nuestro pueblo; según José Bengoa, más del 50% de los mapuche murieron y se nos usurpa el 95% del territorio, mientras el 5% fue entregado en Títulos de Merced que se empiezan a regularizar desde 1900.
Si uno mira atrás, hay un periodo donde nosotros aún vivíamos como pueblo nación con nuestras estructuras propias. Con la guerra nuestra organización política y social se desestructura. Esta intervención no fue con buenas intenciones, sino que el objetivo era instalar un sistema contrario al nuestro, el sistema capitalista. Y las concepciones de vida de este sistema son contrarias a las que tiene nuestro pueblo.
La guerra no se dio solo porque nosotros defendíamos el territorio por considerarlo una entidad productiva, como hoy se piensa debido a que la mayoría de la gente necesita un pedazo de tierra para producir y vivir, sino porque los mapuche reivindicamos la noción de Madre Tierra.
Actualmente, una de nuestras mayores luchas es con las empresas forestales, que para nuestro territorio no han sido ningún aporte, al contrario, han sido parte de la destrucción del medio ambiente, han generado pobreza en nuestras comunidades. De a poco nosotros buscamos expulsar a las empresas forestales y reconstruir el tejido social, la cultura, el medio ambiente, incluso la dignidad de las personas. La pérdida de dignidad que han generado las forestales no se ve solo en nuestras comunidades, sino también en otros sectores. Yo me recuerdo que antes la gente para sobrevivir obtenía su alimento de, por ejemplo, sus animales, su espacio para sembrar, pero durante la dictadura las forestales comenzaron a invadir la zona de Arauco y Malleco y fue tanto el deterioro que han generado, que la gente ya no tiene espacio para criar los animales. Entonces, el estado ha tenido que intentar resolver el tema de la alimentación de los animales, con este hecho ejemplifico lo anterior: una vez vino la municipalidad a entregarle fardos a las comunidades, la gente sentía la necesidad de ir a pedir los fardos, si no se le morían los animales, con muchos de ellos se trabaja la tierra, pero los pastos eran malos, no se los comían los animales. Ahí comprendimos que estábamos llegando al extremo de mendigar, porque por la necesidad la gente pierde la vergüenza de ir a pedir. Hoy la situación está cambiando, la gente está recuperando el territorio, planificando y resolviendo eso para poder dejar de depender de la municipalidad o las políticas, que en realidad son un engaño para nuestra gente.
Las forestales no generan solo disputa por el territorio, sino también contaminación. Las forestales son la amenaza para nuestras comunidades, aunque estamos avanzando, hay muchas otras empresas que están interesadas por los demás recursos naturales que se encuentran en nuestro territorio. Hoy hay muchos proyectos de inversión capitalista enfocados ahí. Aparte de las forestales, tenemos la amenaza de las empresas turísticas, mineras, centrales hidroeléctricas. Sabemos que el estado no respalda a las comunidades locales, sino que respalda a las empresas, el sistema las protege.
Frente a esas amenazas lo único que nos queda es seguir organizándonos como pueblo, resistir a las estrategias de cooptación que nos prometen ser parte de un proyecto que sabemos que nunca vamos a conformar. Un ejemplo de lo anterior son las centrales hidroeléctricas, que cuando llegan nos ofrecen el cielo y la tierra, pero posteriormente ni siquiera nos incluyen como obreros.
Creo que nosotros frente a estos temas medioambientales vamos a tener que estar luchando siempre, porque siempre vamos a proteger la naturaleza y porque constantemente van a haber otras instancias que van a querer considerar la naturaleza como fuente de recursos para ser extraídos y destruidos.
Queremos exponer estos temas para poder encontrar en la gente un poco de ideas que nos permitan encontrarnos, entender que hay que proteger una concepción de vida que no sea destructiva ni invasiva con el medio ambiente.
Estas ideas son concepciones políticas y no una construcción racial, nosotros no pretendemos hacer una limpieza étnica en la zona, como muchas veces se ha dicho, sino que tratamos que exista una idea del territorio, la sociedad, el medio ambiente, la cultura y el desarrollo que se ajuste a lo que en ese territorio históricamente se ha hecho.
Como pueblo mapuche tenemos el objetivo de reconstruirnos como una nación, esa es nuestra lucha y tiene que ver con reconstruir los aspectos territoriales, medioambientales, sociales, culturales, económicos. Para eso, hemos venido recuperando algunos espacios territoriales para reconstruir ahí la cultura mapuche, sus valores. Nosotros queremos compartir y entregar los fundamentos de nuestra lucha para que esto se vaya conociendo, ya que la sociedad chilena está golpeada de igual manera, estos temas no preocupan solamente a nuestro pueblo.
Ahora, producto de la resistencia de las comunidades de nuestro pueblo, pienso que aún tenemos esperanza de seguir existiendo y ser un aporte para la humanidad, porque sabemos que hay un conflicto mayor que tiene que ver con el medio ambiente, con la deformación de la sociedad mundial producto de este sistema que no ha sido justo, pero en nuestro pueblo aún hay valores y códigos que pueden ser un aporte al tratar de equilibrar la situación de crisis que se vive. Por eso es la decisión de seguir resistiendo, si nosotros dejamos de resistir y entregamos todo en manos de las empresas y el sistema, que buscan destruir los últimos rincones de este mundo, vamos a estar mal como humanidad.
Nuestra lucha es porque esa concepción de dominación de unos ante otros ha primado, ese es el problema de esta sociedad. Pero sabemos que vamos a luchar por mantener un medio ambiente sano, limpio, equilibrado, para ajustar nuestra reconstrucción de sociedad mapuche a los valores de nuestro pueblo. Somos nosotros quienes vamos a tener que hacerlo.
René Panire[**]
Mi nombre es René Panire, soy de Aiquina, del interior de Calama, mi apellido significa “el que lleva”, o “el que da”, soy descendiente de un gran líder, Tomás Paniri, lo que me hace sentir una gran responsabilidad.
El problema ambiental que vivimos en la zona se deriva fundamentalmente de la extracción y la minería y el uso de los de derechos de aguas. Y esto no es solamente donde vivo, sino que todo el Alto Loa y parte de San Pedro de Atacama padecen igual.
El estado ha desconocido las demandas ancestrales y no ha cumplido en cuanto al reconocimiento y restitución de nuestros territorios, como lo estipula la Ley Indígena, ya que solo reconoce la propiedad privada de las personas, es decir, las casas pequeñas. Pero no solamente se vive en esos espacios, el mundo indígena se desarrolla en un territorio mucho más amplio. Este está poblado de señales que demuestran su uso ancestral, como apachetas que indican las direcciones y demarcaciones de los lugares. Sin embargo, muchas comunidades no tenemos territorio, vivimos en un terreno prestado, los espacios en los que vivimos son otorgados en comodato o concesiones a veinte años, nadie nos garantiza que eso se renueve y es mucha la vulnerabilidad.
Diversas comunidades del sector tienen problemas de contaminación por la minería y los relaves, también se ha usurpado la propiedad de las vegas y las tierras de pastoreo, el uso ancestral de los cerros, el paso de las cañerías. Codelco no paga los derechos de servidumbre.
La Ley minera tiene más derechos que la propia vida humana, en Calama se ve cómo se genera la contaminación sin medir consecuencias. La consulta que realizan las mineras se reduce a un mero trámite, en donde no importa lo que opinen las comunidades, ya que los derechos de extracción los obtienen a diario. Eso es algo que no nos favorece, al principio podemos sentir que somos considerados, pero al final somos engañados. Lo mismo está sucediendo respecto a la instalación de generadores de energía eólica y paneles solares, las empresas llegan y cuentan una gran historia, donde prometen capacitaciones y empleos, cuando finalmente solo te terminan ofreciendo un celular de mala calidad. Las diferencias de educación generan desigualdad e incrementan la timidez de las personas que viven en el norte, somos muy respetuosos de las autoridades, todavía se cree en ellas, pero estas personas se aprovechan de eso.
Y no solamente los Pueblos Indígenas vivimos con problemas ambientales, sino que Calama lo vive a diario con el Relave Talabre, que contamina a todos los pueblos del interior y al río Loa.
A la vez, nuestras comunidades han perdido progresivamente el agua, todos vivimos el mismo problema, se nos da el agua de manera controlada porque la mayoría se le entrega a Codelco. Codelco está entubando las aguas provenientes de las lagunas que están en altura, incrementando la escasez de agua de la zona. Zonas que hace años atrás eran verdes, con su propia vegetación, hoy se encuentran secas, son pura arena, las vicuñas no tienen dónde beber. Un claro ejemplo de ello es la situación del Ojo de San Pedro, que se encuentra detrás del volcán Paniri y se ha secado completamente, hoy es prácticamente un salar.
Con respecto a nuestra comunidad, el año 1987 Codelco quería llevarse una vertiente que tenemos dentro del territorio. Nuestra comunidad tiene un título vigente inscrito en 1907 en Bienes Nacionales de Antofagasta, reinscrito en 1932, en donde se estipula que la propiedad implica a las aguas que nacen y mueren dentro. Gracias a eso nos pudimos ir a juicio contra Codelco y ganarle.
Sin embargo, tenemos muchos otros problemas, por ejemplo, en septiembre celebramos la gran fiesta de Ayquina, a la que llegan más de cien mil personas, es la segunda fiesta más grande después de La Tirana. Cuando llega tanta gente se nos genera un problema, el pueblo no está preparado para recibirla ya que no tenemos luz. Yo siempre veo que cuando cortan por dos hora la luz en Santiago todos reclaman, nosotros allá no vivimos con luz, solo la tenemos dos horas al día. Además, consumimos agua industrial, que muchas veces tiene hasta gusanos, y tampoco tenemos alcantarillados, el tema sanitario es un problema.
Hemos planteado estos problemas, pero no se nos construye red de alcantarillado porque, se nos señala, estamos sobre propiedad privada, por eso el municipio no intercede. Incluso, algunos parlamentarios irresponsables están proponiendo esa fecha como feriado nacional.
Conadi ha sugerido que traspasemos nuestra propiedad a la figura jurídica de comunidad que establece la Ley Indígena, pero nosotros tenemos el ejemplo del pueblo de Río Grande, que pertenece a la comuna de San Pedro, ellos también tenían un título de dominio de 1903 y al pasar a conformarse como comunidad indígena quedaron expuestos a que se les desplace, pues el rango constitucional de la Ley Indígena es menor que el de muchas otras leyes. Si nosotros cambiamos la figura jurídica a comunidad quedaremos expuestos a que nos quiten las napas subterráneas, pues ya se han acercado mineras y han encontrado cobre en nuestras tierras. Por eso le interesa a Conadi cambiar nuestra figura.
El daño ambiental produce la pérdida de animales, de vegetación y que nuestra población deba bajar a la ciudad. Y ahí, si no tenemos estudios, no podemos trabajar y pasamos a conformar un problema en la ciudad, cuando lo que anhelamos es solo una vida tranquila y sencilla. A veces la gente dice que los indígenas lloramos más de la cuenta, pero la contaminación que produce la minería es real, eso es lo que motiva nuestra lucha. Nosotros pretendemos ser un pueblo autónomo, sentarnos a conversar de igual a igual con las empresas, poder decidir respecto a la educación de nuestros hijos.
A lo mejor no tengo palabras muy técnicas, pero trato de que la gente entienda que traigo la voz de una persona que vive a diario en el pueblo. Y así también transmitir que el agua quiere volver a salir en nuestro territorio, tomar su curso normal y sentirse, como todos nosotros lo deseamos, libre.
[*] José Huenchunao Mariñán, destacado líder del movimiento mapuche. Ex vocero de la Coordinadora de Comunidades en Conflicto Arauco-Malleco (CAM), originario de la comunidad de El Malo, en la ribera del lago Lleu Lleu, actualmente es werkén en el Territorio Lleulleuche de la provincia de Arauco. Ha dedicado su vida a luchar por los derechos de su pueblo.
[**] René Panire. Presidente de la Comunidad Indígena Likanantay de Ayquina, Alto Loa. Ha trabajado en la restitución de territorios ancestrales de las comunidades indígenas de la II Región
http://rufianrevista.org/?portfolio=observando-el-medio-ambiente-desde-el-mundo-indigena
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