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Octubre 2015

MANIFIESTO INTERNACIONALISTA EN SOLIDARIDAD CON LA REPÚBLICA ÁRABE SIRIA, SU PUEBLO, SU GOBIERNO Y SU EJÉRCITO


Comité Antiimperialista

Nos hemos concentrado aquí con objeto de mostrar una vez más nuestra solidaridad internacionalista con los sufrimientos padecidos y la heroica resistencia ofrecida por el pueblo sirio, su Gobierno, su Estado popular y su ejército nacional frente a la invasión mercenaria reclutada, entrenada y enviada por el Hegemonismo sionista estadounidense, que ha contado y cuenta con el total apoyo logístico, territorial, militar y dinerario de sus esbirros imperialistas israelíes, británicos, europeos, turcos y arabescos (Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Arabia Saudí).

A pesar de que desde hace más de 50 años el imperialismo dictaminó contra la RAS un férreo bloqueo tecnológico, de fuerzas productivas y a la circulación del secreto industrial y científico, nuestro país, comandado en lo político por la coalición BAAZ y en lo ideológico por la unidad árabe y socialista como horizonte, ha salido adelante por sus propias fuerzas, construyendo soberanía alimentaria, industrial y financiera. Siria es aún hoy día una excepción mundial, libre al completo de deuda externa pública y libres sus campos respecto de la dictadura del hambre, ejercida a lo ancho del Planeta por los monopolios agrónomos y articulada a través de la Bolsa alimentaria con centro en Chicago. El grano se distribuye, junto con decenas de productos básicos, ajeno a los itinerarios de mercado. A contracorriente del asedio imperialista e incluso en mitad del demoledor escenario actual, Siria ha conservado la soberanía nacional sobre las telecomunicaciones, sobre la producción de material sanitario y de instrumental médico, sobre medicinas (cuyo volumen era independiente al 70% respecto de los monopolios “occidentales” químicos y petroquímicos), sobre la energía y los hidrocarburos, sobre la gestión de las aguas, sobre la construcción de infraestructuras. A los jóvenes farmacéuticos recién licenciados la rama sindical correspondiente les garantiza en Siria disponer de una farmacia para el ejercicio de su profesión y para su subsistencia. Destinado a las jóvenes familias y matrimonios, el parque estatal de vivienda fue, en condiciones normales de paz, económico y accesible.

La revolución agraria había repartido los terrenos desde la época de la revolución nacional que puso fin al feudalismo otomano y a sus herencias coloniales galas. El sindicato agrario gestiona un sistema de créditos a intereses bajos y laxa devolución para los campesinos que quieren mejorar la productividad de sus tierras. Para los jóvenes y las familias que desean acceder a suelo cultivable, el Estado sirio practica una política de irrigación gratuita, preparación de suelos y cesión al productor, cuya licencia lo es en propiedad. El importe anual de la educación universitaria es, para el estudiante, de 1.5 euros. Aun bajo las circunstancias actuales, a los niños sirios les equipa el sindicato de enseñanza con gratuidad de libros, material didáctico y de escritura. Hasta las mochilas escolares se les da a los niños. En materia de internacionalismo, Siria ha demostrado siempre su compromiso con la resistencia palestina (FPLP, FDLP), con la resistencia popular kurda frente al racismo genocida otomanista (PKK) y con la resistencia árabe en Líbano, condenada a estar en guardia frente a los delirios bíblicos territorial-expansionistas del supremacismo israelita. En otras palabras: Siria encarna el ejemplo de lo Imposible para el imperialismo internacional. Si los países pasaran a regirse por tales premisas auto-sustentatorias en lo que a estructuras materiales se refiere, entonces al supuesto “mundo rico” se lo tragaría la ruina. El proyecto de grabar “el fin de la historia” y “el mundo libre” a modo de axiomas en los horizontes subjetivos de nuestra especie humana (pensamiento único), requiere de instaurar una realidad única mundial libre de tener que confrontar alteridad comparativa alguna.

La dimensión de Soberanía e independencia nacional que caracteriza a la Siria baazista ha sido y es indigerible para un imperialismo “occidental” en decadencia, cuya solución de salida a su crisis de rentabilidad acumulativa capitalista reside forzosamente en abrir nuevos mercados rentables para la exportación de capitales y nuevos nichos de extracción de factores productivos (hidrocarburos, minerales, algodón, grano, etc.). A ello se debe que, como jugada primordial en su diseño de la sumisión para el Mundo Árabe (o Primaveras Árabes), al Hegemonismo estadounidense, entonces con Hillary Clinton y Brzezinski a la cabeza, se le ocurriera en 2010 aplicar la violencia a lo que llama “la liberalización” de Siria, es decir, su “apertura” a la penetración de capitales, su homologación al club de Estados acatadores de la jerarquía internacional y su ingreso en los organismos internacionales instrumento del imperialismo (OMC, OIT, etc.). La previa combinación de coacciones y de acción diplomática, emprendida hacía casi una década atrás por George Bush-Colin Powell, no había fructificado. Henry Kissinger había declarado al respecto, que, debido al denso tejido de alianzas de Siria con las potencias emergentes, así como tomándose en consideración la capacidad siria de respuesta a una entidad sionista geográficamente colindante (a través de Líbano-Hezbu Allah, del EAS y de la resistencia palestina radicada al interior), el sistema sirio no podría ser destruido mediante guerra convencional, sino solamente inyectando el principio de disolución al corazón mismo del país.

Y así fue como el imperialismo estableció decenas de campos de entrenamiento de la CIA en territorio jordano y turco fronterizo, donde fue forjando a los caza-recompensas que adentraría en el país mientras hacía lazos y promesas con un puñado de jerarcas militares corruptos del interior, enseguida idealizados con la cantinela romántica de “desertores” por la prensa “occidental”. Se les irían añadiendo soldados de fortuna, lúmpenes y fanáticos procedentes de hasta 86 países. Al envite externo se le sumaría una minoría de reaccionarios del interior, arrastrados por una mezcla de hirviente fanatismo sectario y gélido cálculo de intereses de clase. En efecto; no hay que ocultarlo: la destrucción imperialista del tejido económico e institucional soberano interesa en Siria a fracciones parasitarias de clase, radicadas sobre todo en la pequeña burguesía, en la burguesía comercial y burocrático-compradora, y en los residuos venidos a menos del viejo caciquismo agrario-tribal.

Este escarnio contra el pueblo sirio ha venido siendo disfrazado por la prensa “occidental” en concepto de “revolución siria”, “rebelión popular” contra un supuesto “Régimen dictatorial demoníaco”, “guerra inter-confesional”, “guerra inter-étnica”. Pero, como reza el antiguo principio griego filosófico, “la verdad –la libertad- triunfa”, y hasta los espectadores más desorientados terminan por recelar de cada falsificación; serpiente que ha tenido que ir mudando la piel hasta culminar en la última etiqueta hoy en boga. El imperialismo nos habla “de intervención contra el Estado Islámico y por librar a Siria de una catástrofe humanitaria…”, que ellos mismos han propiciado produciendo a sus títeres genocidas “rebeldes” del Consejo Nacional Sirio y a su brazo armado, el Ejército Libre de Siria (Conferencia de Doha, Qatar). El propio anfitrión de la maniobra, el Emirato qatarí, había gastado ya a fecha de 2012 la cantidad de 30.000 millones de $ en financiación a la propaganda, inversión que en parte explica la nauseabunda postura mistificadora mantenida por TV3, LASEXTA, EL PAÍS, ARA, EL MUNDO y cientos de otros medios de prensa en esta Europa comparsa del atlantismo asesino. Por más que el imperialismo gaste y gaste en tapar con una alfombra roja de falaz “revolución” su propia basura generada, llega siempre el tiempo en que el volumen de basura es tan gigantesco que es ella quien tapa la alfombra de idealización. A pocos escapa ya que cuanto se está haciendo con Siria fue desde el inicio una invasión violenta y lo sigue siendo. La atrocidad mercenaria ha sido auspiciada coetáneamente por distintos planes imperialistas “alternativos” en función de fracción específica, y que van desde la “liberalización” política de Siria (es decir: transformarla en mercado de barra libre y en libre despensa de recursos para el Hegemonismo estadounidense), hasta la partición del país en múltiples Estados confesionales o pseudo-étnicos, pasando por la entronización de la reaccionaria Hermandad Musulmana ubicándose a Siria y a Egipto como ejes de una especie de neo-sultanato dirigido por la Turquía de Erdogan, y donde el subdesarrollo, el atraso, la postración y la distracción maniática clerical les estén garantizados a masas así convertidas en individuos pasivos, desarticulados y por ende dependientes de las exportaciones del imperialismo.

La destrucción de Siria propiciada por el imperialismo y sus agentes es extrema: cada día llegan a las familias las listas de bajas de los soldados que en el frente defienden su pueblo; hay apropiación colonial de oleoductos y gaseoductos; sabotaje de polígonos industriales; detonación de puentes e infraestructuras; asedio a hospitales; quema de escuelas nacionales por no ceñirse al protocolo de escuela coránica tan grato a los “rebeldes”; cientos de miles de desplazados que huyen invariablemente de las áreas controladas por esos “rebeldes” y corren a refugiarse a los territorios sirios protegidos por el Estado y con implantación institucional y militar; matanza de los cristianos sirios y éxodo de estos fuera de una tierra candidata a “islamización” integral violenta para dar así mayor credibilidad a la narrativa “occidental” de “continentes-civilización” en shock de incompatibilidad; se provoca la sed de la población, por ejemplo en Alepo, a fin de expulsarla y así colonizar el suelo y ocupar los inmuebles; pozos de agua potable y canales son envenenados; los mercenarios extranjeros “islamistas” devenidos auténticos colonos se implantan en las tierras tomadas a la población siria, tal y como el sionismo hiciera con la tierra palestina con previedad a la fundación del Estado de Israel; los rebeldes asesinan selectivamente a maestros, profesores, ingenieros, arquitectos, personal técnico y científico, personal médico y sanitario…, a la orden de quienes les pagan desde “occidente”, y que ejecutan aquel precepto postulado por el viejo Kissinger: “A Siria solamente podremos doblegarla operando desde dentro”.

En las cruciales circunstancias citadas, es imprescindible volver una vez más a clarificar en voz alta el total apoyo que a los pueblos y naciones del Mundo y al proletariado internacional, les corresponde dispensar al pueblo sirio y a su resistencia nacional, liderada por el Gobierno socialista árabe que preside el Dr. Bashar al Assad. Dicho gobierno, bien lejos de ser un “régimen” o una “dictadura”, es obediente reflejo de la Voluntad Popular y cuenta con la adhesión de las amplias masas sirias. Es más: todo posicionamiento centrado hoy en atacar la persistencia gubernamental del Dr. Bashar al Assad es objetivamente parte del criminal asedio imperialista, pues su salida podría generar el contra-ataque de fracciones y elementos vende-patrias que hoy callan bajo la hegemonía de las fuerzas patrióticas, y así precipitar luchas intestinas nefastas para una resistencia antiimperialista que necesita de la unidad como respirar requiere oxígeno.

Más importante aún que esta cuestión estratégica defensiva del pueblo sirio: nuestro respaldo al Gobierno sirio es una cuestión de Principio; no somos nadie para desdecir al pueblo de Siria, que ha hablado en las urnas dándole su apoyo presidencial y parlamentario. Este posicionamiento democrático de Principio no nos convierte, ni en lo personal ni como Comité, en “assadistas”, contra eso que reza la etiqueta ideada por el social-imperialismo y colocada a todos aquellos que denunciamos a sus ratas del Ejército Libre y a su presumida “revolución”. Pero, a la vez e indisociablemente, nosotros, contra la masacre imperialista, contra sus diseños de transformación esclavizadora y contra sus agentes de allí y de aquí (trotskismo organizado, LIT, Izquierda Anticapitalista, En Lucha, Lluita internacionalista, Avalot, CGT, CC.OO, UGT, etc.) –en esa dialéctica concreta- sí somos asaddistas, y a mucha honra.

En base a idéntica lógica, el Ejército Árabe Sirio tiene todo nuestro apoyo. Aunque difamado hasta la saciedad por la prensa sionista, el EAS dista de ser el ejército “de Assad”, ni tampoco lo es de ningún régimen, confesión, clan o camarilla. Ni siquiera es el ejército del Estado. Es el ejército nacional de Siria, consagrado a defender al pueblo y a protegerlo contra quienes le pretenden liquidado, esclavo y sometido al orden internacional proyectado por el Hegemonismo estadounidense y sus consortes supremacistas. Ni los jóvenes soldados del EAS ni las mujeres sirias combatientes en los CPD piden a sus compatriotas ni carnet ni explicaciones sobre filias políticas. Ejército y Comités defienden sencillamente a la población siria, sean, unos u otros sirios, mucho, poco o nada “assadistas”, por ironizar con el juego-lenguaje de nuestros enemigos.

Nosotros, el Comité Antiimperialista, seguiremos con nuestro posicionamiento internacionalista de apoyo a Siria en su combate y periplo contra quienes tratan de secuestrar su independencia nacional, de retornarla a la semi-feudalidad o de cercenarla en micro-Estados de opereta. Extendemos este posicionamiento, naturalmente, a la Causa árabe sea en su expresión iraquí, palestina, libanesa, sudanesa, yemení… Llevaremos a la práctica nuestro posicionamiento desde donde se precise y, para empezar, desde este rincón del podrido “occidente” que duerme cínico y egoísta su sueño de prepotencia, de ignorancia, de confusión, de rapiña y de racismo; hablando una vez más de “arreglar el mundo” y de “salvarlo” con “intervenciones”, cuando al mundo oprimido le bastaría con que “occidente” lo dejara en paz dejando de dispensarse privilegio material, sobre-salarios y superbeneficios a costa de su sangre, de su tierra y riquezas, de su sudor y de su trabajo.

¡DEJAD EN PAZ A SIRIA!, ¡ADELANTE SIRIA!, ¡CON EL PUEBLO SIRIO HASTA CULMINAR LA INDEPENDENCIA NACIONAL, AHORA Y SIEMPRE!

¡EL MUNDO ÁRABE ENTERO LIBRE Y SOBERANO COMO DAMASCO!

¡SIRIA ES PALESTINA, PALESTINA ES SIRIA: ADELANTE HASTA LA DESTRUCCIÓN DE LA ENTIDAD SIONISTA Y, MÁS PROFUNDAMENTE, DEL SIONISMO INTERNACIONAL!

ABAJO EL HEGEMONISMO; SU IDEOLOGÍA DE VARIANTE RACISTA SIONISTA O TEOLÓGICA SUPREMACISTA, RADIQUE EN TEL-AVIV, JERUSALÉN, WASHINGTON O NY; SU BRAZO ARMADO LA OTAN; SU BRAZO FINANCIERO EL FMI; SUS ESBIRROS REGIONALES REACCIONARIOS; SU PERRA UNIÓN EUROPEA Y SUS AGENTES OCCIDENTALES FALSOS “REVOLUCIONARIOS”

ABAJO LA CARTA IMPERIALISTA DE ENFRENTAR A LOS SIRIOS A TRAVÉS DEL IDENTITARISMO DE CONFESIÓN O CORPORATIVO: ¡SOMOS SIRIOS Y SIRIAS!. ¡VIVA LA MUY MAYORITARIA INTEGRACIÓN KURDA EN EL COMBATE ANTIIMPERIALISTA DE TODA LA NACIÓN SIRIA!

CONTRA EL DIVIDE Y VENCERÁS, UN SOLO PUÑO DIRECTO A LAS ENTRAÑAS DEL ENEMIGO COMÚN DE TODOS LOS PUEBLOS QUE COMPONEN EL ORIENTE ÁRABE

¡SIRIA VENCERÁ!

Comité Antiimperialista
En Barcelona, 5 de octubre de 2015






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