Plan de desestabilización imperial para Nuestra América
Carlos Rang
Existe una disputa entre fracciones e intereses de distintos proyectos estratégicos en EE.UU., con discrepancias en la política exterior (Demócratas de la Casa Blanca y Republicanos del Pentágono neocons-sionistas y entre los halcones y palomas de ambas fracciones) acerca de cómo llevar la guerra contra el Estado Islámico en Irak y en Siria y las relaciones con Irán y Cuba.
En este contexto Obama decretó la "emergencia nacional", en la cual acusa a Venezuela de "amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y política exterior de los Estados Unidos". Emitió este decreto argumentando que existe una "erosión de las garantías de los Derechos Humanos por parte del Gobierno de Maduro", dejando abierta la posibilidad de intervención directa de EEUU.
Toda esta maniobra se enmarca en una escalada desestabilizadora en contra de la estrategia multipolar y sus distintos países (Venezuela, Brasil, Argentina, Irán, Siria, Rusia, China) y los bloques de poder autónomos (UNASUR, Unión Euroasiática, Cooperación de Shanghái) que disputan el poder en el nuevo orden global.
Existe una disputa entre fracciones e intereses de distintos proyectos estratégicos en EE.UU., con discrepancias en la política exterior (Demócratas de la Casa Blanca y Republicanos del Pentágono neocons-sionistas y entre los halcones y palomas de ambas fracciones) acerca de cómo llevar la guerra contra el Estado Islámico en Irak y en Siria y las relaciones con Irán y Cuba.
En este contexto Obama decretó la "emergencia nacional", en la cual acusa a Venezuela de "amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y política exterior de los Estados Unidos". Emitió este decreto argumentando que existe una "erosión de las garantías de los Derechos Humanos por parte del Gobierno de Maduro", dejando abierta la posibilidad de intervención directa de EEUU.
Toda esta maniobra se enmarca en una escalada desestabilizadora en contra de la estrategia multipolar y sus distintos países (Venezuela, Brasil, Argentina, Irán, Siria, Rusia, China) y los bloques de poder autónomos (UNASUR, Unión Euroasiática, Cooperación de Shanghái) que disputan el poder en el nuevo orden global.
Debemos tener en cuenta que la estrategia imperial angloamericana requiere una nueva reconfiguración del orden global. Para ese objetivo requiere de la guerra, que adopta un nuevo formato para nuevas exigencias, un nuevo poder basado en la inteligencia, que combina estratégicamente, la diplomacia, la persuasión, la construcción de capacidades, la proyección del poder militar y económico, intentando una legitimidad política y social. Sus maniobras son la promoción de la democracia, la guerra de baja intensidad, guerra económica, el espionaje global, las operaciones especiales, las provocaciones, los sabotajes en áreas estratégicas, las operaciones de falsa bandera,elmagnicidio, el acaparamiento y desabastecimiento, eloenegeismo,las acciones para-policiales, el narcotráfico, el crimen organizado, los ejércitos de mercenarios, las operaciones mediático-psicológicas, lamovilización de multitudes convocadaspor redes sociales y medios masivos de comunicación.
La Coyuntura con la caída de los precios de los Comodittes
La reducción de los programas de estimulación monetaria de la Reserva Federal de EE.UU (FED), en medio de una guerra de monedas entre las fuerzas unipolares y multipolares, llevó a la desaceleración de la economía China. Por otro lado, la recesión de las grandes economías mundiales explica por qué la demanda agregada externa que enfrentan los países de América Latina se ha debilitado.
Este escenario permite explicar por qué los precios de las materias primas han descendido a lo largo del 2014; con una caída del precio estimada en promedio para el conjunto de las materias primas en alrededor del 10,5%, en comparación con una disminución del 5,2% en 2013. La caída de los precios internacionales de nuestros productos exportables va a acentuar la baja de la actividad económica, si esta tendencia continúa y persiste en el tiempo podría complicar seriamente a toda la región.
A este fenómeno hay que sumarle los problemas estructurales como la poca diversificación productiva, la concentración económica, la dependencia financiera y tecnológica que conduce a la restricción externa y pasa a ser -en esta coyuntura- una cuestión fundamental para las economías de la región.
Además se puede observar cierto estancamiento de los procesos de integración soberanos, producto de la contraofensiva del imperialismo y de las clases dominantes locales. Con la propuesta de regionalismo abierto de la Alianza del Pacífico y su acercamiento al Mercosur, o el intento de firma de un tratado entre éste y la Unión Europea.
Venezuela
El impacto mayor en el Bloque lo va a sufrir la República Bolivariana de Venezuela, porque en su territorio se encuentran las mayores reservas probadas del mundo con 316.000 millones de barriles según estudios de PDVSA y produce unos 2,4 millones de barriles al día (principal motivo de la desestabilización por parte del imperio). Por ser un país monoexportador (el petróleo representa el 90% de sus exportaciones) su economía depende casi exclusivamente de la renta petrolera, que constituye cerca de un 50% de los ingresos fiscales.
Con la caída de los precios del crudo en un 40% por la baja de la demanda mundial y ofensiva especulativa de los Estados Unidos y Arabia Saudí. Este hecho es determinante para América Latina, y muy particularmente en el caso de Venezuela, agobiada porla desestabilización con guerra sucia, sanciones económicas, asesinatos, las guarimbas violentas, las protestas y movilizaciones de la oposición, el desabastecimiento de productos básicos y la inflación.
Esta situación está agravada por las próximas elecciones legislativas donde la oposición quiere ganar para aplicar el llamado referéndum revocatorio que le permitiría sacar a Maduro del gobierno.
Argentina
La desestabilización toma forma de operación golpe de mercado-político-mediático. La embestida comenzó con el llamado fenómeno de restricción externa, por el acaparamiento y la no liquidación de divisas por las grandes empresas exportadoras y la retención de los grandes productores de la cosecha de cereales del 2013; al mismo tiempo en que se provocaba la orquestación de la especulación con el dólar por parte de Shell y el CEO de Deutsche Bank.
Estos ataques fogoneados por los grandes medios de comunicación presionaron al Gobierno y su Banco Central -especulación, corrida cambiaria, fuga de capitales, inflación- que ante las cuantiosas caídas de Reservas, se vio obligado a cambiar la cotización de la moneda con una devaluación (produciendo así un millonario traspaso de ingresos a los grupos exportadores concentrados, a costa del salario de los trabajadores). Como tiro de gracia el pueblo soportó una estampida del aumento de precios de los alimentos. Luego vinieron los ataques de los fondos buitres cuando el 16 de junio 2014 la Corte Suprema de Estados Unidos rechazó la apelación del gobierno de Argentina, esto le complicó al gobierno argentino la estrategia del crédito barato y la llegada de la inversión extranjera directa, obligando al camino del enfrentamiento contra los capitales financieros usurarios y a la política de profundización de las alianzas con el mundo multipolar y en especial con China.
Las denuncias de corrupción contra funcionarios del gobierno y hasta la misma presidenta y ahora, con la muerte del fiscal Nisman, intentan deslegitimar al gobierno. Los medios hegemónicos de comunicación hacen agitación y convocatoria por la TV, diarios, radio y redes sociales potenciando la antinomia Kirchnerismo anti Kirchnerismo como trampa y apuntan a la sensibilidad de las clases medias ingenuas que marchan en las calles y legitiman el armado del llamado partido Judicial como nuevo fierro desestabilizador.
Brasil
Con la postura del gobierno de transformarse en un actor global, jugando fuertemente en la región y con los BRICS, desató una disputa con EEUU y una guerra político mediática (Espionaje de la NSA de EEUU, protestas sociales en el marco del Mundial de Fútbol, denuncias de corrupción en Petrobras entre empresarios y funcionarios), todas estas amplificadas en el momento del enfrentamiento electoral en las presidenciales de octubre 2014, complicándole las elecciones con un ajustado triunfo y un cambio de la correlación de fuerzas hacia sectores más neoliberales dentro de gobierno y el debilitamiento del Partido de los trabajadores.
A esto se le suma la crisis internacional que llevó al deterioro de la balanza comercial, inflación que se intenta corregir con medidas de ajustes y con devaluación. Este coctel crea el clima necesario y suficiente para que los sectores neoliberales más concentrados soliciten el impeachment de Dilma por corrupción, (otros sectores de intereses empresariales como la organización Vem Pra Rua convoca por las redes sociales a la movilización por mayor ética pública, menos estado y más iniciativa privada). El bloqueo de carretera y lockout empresarial transportista que se está llevando adelante está creando bastantes problemas para la circulación de ciudadanos y mercancías, enrareciendo el clima político. Esta coyuntura precipitó el debate interno y profundizó la crisis interna del PT donde su bancada advirtió que no apoyarán las medidas de ajuste, Lula salió a buscar apoyo en las organizaciones Sindicales y consiguió a seis importantes centrales sindicales -entre ellas la CUT- además de los movimientos sociales brasileños como los que adhieren a la vía campesina que convocaron a jornadas de protestas y movilización en todo Brasil, para defender la democracia, Petrobras, la banca pública, los logros en materia social y en contra del ajuste.
¿Qué Hacer?
Nuestra región debe repudiar la injerencia y la desestabilización y recuperar la iniciativa del camino de la lucha política y sostener el proceso de paz, retomando como eje principal los pasos dados en materia de integración regional para poder pararnos como bloque continental y transformarnos en un polo de poder en el marco del multipolarismo mundial.
Para ello, se deberían acelerar los instrumentos para la integración financiera, la complementariedad productiva (con cadenas regionales de alto valor agregado y de transformación de nuestras materias primas), el desarrollo de Petroamérica, la inversión para la infraestructura y la soberanía tecnológica, el desarrollo de los mecanismos de defensa con el Consejo Suramericano de Defensa, la democratización de los medios de comunicación para dar la batalla cultural.
Buscar ejes políticos que permitan una agenda común regional como la paz regional, la causa Malvinas, el levantamiento del bloqueo a Cuba, la Independencia de Puerto Rico, acabar con las asimetrías en el Mercosur, el reclamo de Bolivia y su necesidad de salida al mar, entre otros.
La clave está en que los pueblos puedan pasar de la fragmentación a la Integración y de la integración al Protagonismo y para eso hay que recuperar la movilización popular y ampliar la base y la escala.
Porque la clave está en articular un nuevo estado de relaciones de fuerza a nivel continental.
10 de marzo 2015
Carlos Rang
Especialista en Estudios Latinoamericanos. Docente de Estudio de la Realidad Nacional Universidad Nacional de Río Cuarto.
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