Noviembre 2014
El
reconocimiento de Palestina por parte de Suecia: balance y
perspectivas
Nicolás
Boeglin*
El
pasado 30 de octubre, Suecia
procedió a reconocer oficialmente a Palestina como
Estado. La amplia cobertura mediática dada a este hecho se
explica debido a que se trata del primer Estado miembro de la Unión
Europea en reconocer a Palestina como
Estado en varias décadas. Este reconocimiento fue anunciado
hace menos de un mes como uno de los primeros actos del nuevo
Gobierno sueco electo (ver nota),
un anuncio al que las autoridades de Israel respondieron con un
discurso ya bastante conocido cada vez que un Estado reconoce a
Palestina (ver nota de Haaretz):
se escuchó en Costa Rica en febrero del 2008 por parte del
Embajador de Israel y en Guatemala en abril del 2013 por parte de su
homólogo acreditado en Guatemala. Aunado a ello, se apreció
una reacción airada de las autoridades de Israel haciendo
referencia a la sencillez de los muebles de la línea Ikea (ver
nota
de RT), que recuerda la reacción (igualmente airada) israelí
ante la decisión de Brasil de llamar a consulta su embajador
en julio pasado, con referencia esta vez a la derrota de 7-1 sufrida
por Brasil durante la Copa Mundial (ver nota de Haaretz).
En el caso de Suecia, Israel ha decidido esta vez hacer ver su enojo
a las autoridades suecas, procediendo el mismo día 30 de
octubre a llamar a consulta a su Embajador acreditado en Estocolmo,
según reporta
el Jerusalem Post.
Unión
Europea y Palestina: aspectos recientes
Este
gesto de Suecia, que desde la perspectiva jurídica califica
como un acto jurídico unilateral, rebasa el ámbito
estrictamente jurídico: viene a reabrir el debate en Europa,
la cual ha dado muestras de algunas divisiones en años
recientes al abordar el tema del reconocimiento de Palestina como
Estado. A ese respecto, vale la pena recordar lo ocurrido durante la
acalorada votación realizada el 29 de noviembre del 2012 en el
seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas: la Asamblea
aprobó con 138 votos a favor, 9 en contra y 41 abstenciones,
el proyecto de resolución A/67/L.28 impulsado por 60 Estados
(ver nota
publicada
en La Celosía) que reconoce a Palestina la
calidad de “Estado Observador No Miembro” de las Naciones
Unidas. En la lista de los 60 Estados proponentes de dicho proyecto
de resolución no figura ninguno de los 27 Estados miembros de
la Unión Europea, mientras que América Latina participa
con Argentina,
Bolivia, Brasil, Chile, Cuba, Ecuador, Nicaragua, Perú,
Uruguay y Venezuela.
A
la hora de votar el texto (ver texto
de la resolución)
en la Asamblea General, la aparente cohesión de Unión
Europea se desvaneció: a favor del texto votaron Austria,
Bélgica, Chipre, Dinamarca, España, Francia, Finlandia,
Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Malta, Portugal y Suecia. Los
demás Estados de la Unión Europea se contaron entre las
41 abstenciones, con excepción de la República
Checa
que considero oportuno votar en contra, conjuntamente con Canadá,
Estados Unidos, Islas Marshall, Israel, Micronesia, Nauru,
Panamá y Palau (ver
detalle
del voto)
(Nota
1).
Los Estados europeos que no forman parte de la Unión Europea y
que votaron también a favor de esta histórica
resolución fueron Islandia, Liechtenstein,
Noruega, Suiza y
Turquía.
Islandia quien reconoció a Palestina como Estado en el 2011 y
Turquía (1988) figuran en la lista de los proponentes del
texto.
En
una nota
del Washington Post del 29/11/2012, el periodista refiere a una
extraña propuesta de la diplomacia del Reino Unido a
Palestina: Reino Unido estaba dispuesta a votar en favor del texto
siempre y cuando Palestina diera garantías de no accionar los
mecanismos de la Corte Penal Internacional (CPI): “The
U.K. suggested that it might vote “yes” if the
Palestinian Authority offered assurances that it wouldn’t
pursue charges in the International Criminal Court, but apparently
came away unsatisfied”
refiere el Washington Post, usualmente bien informado. En relación
al voto de América Latina, Panamá se unió con
los 8 Estados que votaron en contra de dicha resolución. A
este respecto cabe recordar que en el 2011 el ex Presidente
Martinelli de Panama fue decorado por el American Jewish Congress
(AJC) como "Light
unto The Nations"
(ver
nota de prensa),
en razón de que:
"Martinelli, after his election in 2009, fulfilled a campaign
promise to review Panama's voting record on the Arab-Israeli conflict
in the UN and other international forums".
Al
revisar con detalle la lista de los 27 Estados miembros de la Unión
Europea que mantienen relaciones de Estado a Estado con Palestina,
algunos bemoles se imponen. A Suecia desde el 30 de octubre, hay que
añadir a Malta y a Chipre, que reconocen a Palestina como
Estado (desde 1988), así como a los siguientes Estados del
extinto bloque socialista ahora integrados a la UE, y que
reconocieron a Palestina como Estado (también en 1988):
Bulgaria, Hungría, Polonia, República Checa y Rumanía.
Durante el voto de noviembre del 2012 en la sede de las Naciones
Unidas en Nueva York, Bulgaria, Hungría, Polonia y Rumanía
optaron por abstenerse, mientras que la lealtad de la República
Checa a Estados Unidos y a Israel la llevó a votar en contra:
un ejercicio de inconsistencia jurídica que posiblemente no
tenga precedente alguno.
El
caso de Costa Rica
Cabe
señalar que Costa
Rica procedió
al reconocimiento y al establecimiento de relaciones de Estado a
Estado con Palestina en el mes de febrero del 2008 (ver nota).
A diferencia de Suecia, el anuncio fue sorpresivo, incluso para la
misma Embajada de Estados Unidos, usualmente bien informada. En
un cable confidencial dado a conocer por Wikileaks (ver texto)
se lee que: « On
February 5, GOCR (Government of Costa Rica) Permrep Jorge Urbina
exchanged notes in New York with Palestinian representative Riyad
Mansour, formalizing Costa Rica´s recognition of the ""state""
of Palestine. The MFA in San Jose issued a release eight hours
later confirming the news, which came as a complete surprise to most
local diplomatic missions (including Post)”.
La
sorpresa fue total para Israel, al haberse convertido Costa Rica en
un socio incondicional en las Naciones Unidas y que mantuvo hasta el
2006 su Embajada en Jerusalén Oriental, en abierta violación
a un sinfín de resoluciones de Naciones Unidas solicitando a
sus miembros trasladar sus legaciones diplomáticas a Tel Aviv
(Nota
2).
Los
mismos funcionarios del Departamento de Estado concluyen indicando
que: “The
no-notice, no-consultation way this decision was announced is also in
keeping with the foreign policy decision making style of this second
Arias administration”
(Nota
3).
Un
cable posterior (ver texto)
evidencia la poca capacidad de anticipación de la Embajada de
Israel en Costa Rica y de su socio norteamericano, al solicitar el
representante de Israel a sus colegas norteamericanos cuál
podría ser la nueva sorpresa de Costa Rica: “Ehud
Eitam, Israel's Ambassador to Costa Rica, told us on August 20 that
Costa Rica's relationship with Israel could be better in light of the
Embassy move and increased Arab-Costa Rican ties. However,
he did not dwell on the issue and seemed to be more curious about
what Costa Rica's next no-notice international move would be”.
La
iniciativa de Costa
Rica con
relación a Palestina se fundamentó en razones políticas
y jurídicas. No obstante, fueron presentadas de tal manera que
posteriormente a ella, la
mayoría de los Estados de América Latina procedieron a
reconocer a Palestina como Estado: después del 2008, Venezuela
(abril del 2009), República Dominicana (julio del 2009),
Bolivia, Brasil, Ecuador y Paraguay (diciembre del 2010), Perú
y Chile (enero del 2011), Argentina (febrero del 2011), Uruguay
(marzo del 2011), El Salvador y Honduras (agosto del 2011) proceden
de la misma manera, sumándose así a los reconocimientos
previos hechos por Cuba (1988) y Nicaragua (1988). Los últimos
Estados de la región en hacer este reconocimiento fueron
Guatemala en abril del 2013 (ver
nota)
y Haití en septiembre del 2013. Nótese que si bien
México albergó una representación de la
Organización de Liberación de Palestina (OLP) desde
1975, no reconoce jurídicamente a Palestina como Estado. A la
fecha, Colombia y Panamá de
igual forma se
mantienen en la región sin reconocer a Palestina.
Un
reciente desglose de las distintas reacciones de Estados de América
Latina a la ofensiva militar de Israel en Gaza de julio y agosto del
2014 (ver informe
del CEMOAN de la Universidad Nacional de Heredia) da una idea de la
sensibilidad creciente de los Estados latinoamericanos y de sus
opiniones públicas con relación a la situación
en Palestina. El saldo en vida humanas de esta ofensiva israelí
al 4 de septiembre realizado por la Oficina de Asuntos Humanitarios
de Naciones Unidas (ver informe)
era de 71 muertes israelíes (que incluyen las de 4 civiles y
66 militares) y de 2131 muertes palestinas (de las cuales 1531
corresponden a civiles, entre los cuales 501 niños y 257
mujeres). A ello hay que añadir más de 6000 heridos en
condiciones críticas debido a la destrucción de muchos
hospitales y refugios para personas heridas. Ante ataques tan
desproporcionados como indiscriminados contra la población
civil palestina, en abierta violación a las más
elementales reglas internacionales que aplican en casos de conflictos
(las reglas del derecho internacional humanitario), varios Estados de
América Latina recurrieron a la técnica diplomática
de la llamada a consulta (Nota
4).
Las
posibles repercusiones del reconocimiento de Suecia:
Las
declaraciones, dadas por la Ministra de Relaciones Exteriores de
Suecia, Margot Wallström, explicando las razones para proceder a
este reconocimiento de Palestina como Estado, fueron acompañadas
por un comunicado oficial (ver texto
completo)
en el que Suecia anuncia que aumentará significativamente su
cooperación con Palestina, triplicando su monto: “The
Government also adopted a five-year aid strategy including
substantially increased support to Palestinian state-building.
Bilateral
aid to Palestine will increase by SEK 500 million to SEK 1.5 billion
over the next five-year period, in addition to Sweden's substantial
humanitarian assistance.
Sweden's
contribution aims among other things to make it easier for
Palestinians to support themselves and to continue living where they
are, to strengthen women's empowerment and strengthen resilience to
environmental and climate changes”.
Celebrada
por las autoridades de Palestina como “valiente e histórica”
(ver nota),
cabe indicar que esta iniciativa sueca podría tener
repercusiones en la Unión Europea. No sería la primera
vez que Suecia adopta una postura de vanguardia en el seno del
continente europeo en materia de política exterior. Por
ejemplo, después de los Estados europeos pertenecientes al
bloque socialista, fue el primer Estado de Europa occidental en abrir
relaciones diplomáticas con la República Popular de
China, el 9 de mayo de 1950, seguido por Dinamarca (11 de mayo de
1950), Suiza y Liechtenstein (14 de septiembre de 1950 ambos),
Finlandia (28 de octubre de 1950) y Noruega (5 de octubre de 1954).
El gesto de Suecia con relación a Palestina y su amplia
divulgación en la prensa internacional (y en particular en las
redes sociales) posiblemente revivan el debate iniciado dentro de
varios Estados miembros de la Unión Europea. En una nota
de
El Pais (España), titulada “Suecia
impulsa el debate europeo al reconocer a Palestina como Estado”,
leemos por ejemplo que. “Este
mismo mes, el Parlamento británico y el Senado irlandés
han aprobado sendas resoluciones para pedir a sus Ejecutivos que se
sumen a la lista de países que ya reconocen oficialmente a
Palestina como un Estado”.
La contundencia del voto del Parlamente británico a mediados
de octubre del 2014 exigiendo este reconocimiento al ejecutivo puede
llevar a pensar que, lejos de un acto “simbólico”
(como lo titula por ejemplo el New York Times, ver nota),
la decisión de los parlamentarios británicos tenga un
alcance mucho mayor. Declaraciones un tanto ambiguas hechas a inicios
de octubre del 2014 por parte del vocero del Quai
d´Orsay
en Paris indican que Francia podría reconocer a Palestina (ver
nota
de Le Matin). Más allá de las ambigüedades de la
expresión “il
faudrait bien à un moment reconnaître”
usada por el vocero de la diplomacia francesa (y que dio pié
para una cobertura mediática inusual) la diplomacia israelí
teme las repercusiones que pueda tener el gesto de Suecia en los
demás Estados miembros de la UE: se pudo leer que “Israel
fears that the move by Sweden could lead other influential European
countries to follow suit”
en una nota
reciente del New York Times.
Conclusión:
A
modo de reflexión sobre este delicado proceso que pareciera
iniciar Suecia en el seno de la Unión Europea, nos permitimos
citar de manera textual el planteamiento hecho por el ex canciller de
Costa Rica, Bruno Stagno (2006-2010) expresado en una conferencia
dictada en Montevideo (texto disponible aquí)
y cuya solidez posiblemente haya inspirado a muchas cancillerías
en América Latina y también fuera de ella: ““En
1947, Costa Rica, al igual que otros 12 países de América
Latina y el Caribe, apoyó la resolución 181 (II) de la
Asamblea General sobre el Plan de Partición del Mandato
Británico de Palestina. En esa ocasión formamos parte
de los 33 países que reconocieron tempranamente que la
coexistencia de dos Estados se imponía como la peor solución,
con excepción de todas las demás. Desde entonces hemos
visto pasar una tragedia tras otra, incluyendo guerras e intifadahs,
asesinatos y atentados, afectando seriamente el derecho a vivir sin
miedo de ambos pueblos. Paralelamente, y sin un claro calendario
estacional, hemos visto germinar las promesas y esperanzas generadas
por diversos procesos de paz, sin lograr aún la cosecha de los
dividendos de paz. Ha sido tierra fértil para dobles raseros,
para intereses ajenos, y para una triste reiteración de
eventos que postergan el cumplimiento del mandato acordado en 1947”.
Notas
Nota
1: Un
artículo
del Washington Post intentó explicar las motivaciones de esta
singular “coalition”
(compuesta por Canadá, Estados Unidos, Islas Marshall, Israel,
Micronesia, Nauru, Panamá, Palau y República Checa)
para votar en contra de esta resolución sobre el estatuto de
Palestina de noviembre del 2012. Esta denominada “coalición”
(para retomar el término usado por el Washington Post)
pareciera haber sufrido una reducción significativa: durante
esta misma semana de octubre del 2014, la resolución de la
Asamblea General de Naciones Unidas pidiendo levantar el embargo
económico contra Cuba se votó con 188 votos a favor, 2
en contra (Israel y Estados Unidos) y 3 abstenciones (Islas Marshall,
Micronesia y Palau (ver nota).
Nota
2:
En un libro editado en el 2013, el mismo Bruno Stagno escribe:
“Recordé
dos casos que de una u otra manera reflejaban el intricado, pero aún
velado conjunto de intereses que entraban en juego al tratarse el
tema de Israel. Como Embajador, Representante Permanente ante las
Naciones Unidas, lo había vivido y sufrido. Recordaba como
para marcarme en las votaciones sobre la situación en Medio
Oriente, el entonces embajador de Costa Rica en Washington DC, Jaime
Daremblum, alineaba a algunos miembros del Congreso de Estados
Unidos, para que me enviaran cartas instándome o instruyéndome
a votar a favor de Israel. El congresista Tom Lantos sería el
más insistente, dirigiéndose incluso directamente al
Presidente Pacheco de la Espriella. También, recordé
la indignación con que la Embajadora Emérita, Emilia
Castro de Barish, comentaba cómo en el pasado se había
aceptado que un funcionario de la Misión Permanente de Israel
se sentara en la segunda fila de asientos, reservados para Costa
Rica, con el fin de velar por el voto “correcto” de
Costa Rica
“. Véase STAGNO
UGARTE B.,
Los caminos menos transitados. La administración Arias Sánchez
y la redefinición de la política exterior de Costa
Rica, 2006-2010, Heredia, Editorial UNA (EUNA), 2013, pp.70-71.
Nota
3:
En otro cable confidencial publicado en La Nación (Costa Rica)
- ver texto
- los diplomáticos norteamericanos llegan a similar conclusión
que transmiten a sus superiores del Departamento de Estado: “Like
the 2006 embassy move from Jerusalem and the 2007 recognition of
China, Arias and Stagno acted quickly, without coordinating broadly
within the MFA, with little/no public notice, and without truly
consulting all the interested parties in advance”.
Nota
4:
Sobre el significado y el alcance de esta técnica diplomática,
remitimos
al lector a un breve
análisis
nuestro publicado por el CEMOAN de la UNA de Costa Rica.
*Profesor
de Derecho Internacional Público, Facultad de Derecho,
Universidad de Costa Rica (UCR)
(Volver a página inicial)