Agosto 2014
La
entrega de “laptops” a los estudiantes Bolivianos
Mateo Quispe Quispe
En
estas semanas el gobierno de Evo Morales anuncia que entregará
computadoras personales a todos los estudiantes de secundaria del
país. Para ello se montó una ensambladora de
computadoras en la ciudad de El Alto del departamento de La Paz. Esta
empresa venderá las computadoras al gobierno a un precio que
ronda los 400 $ por unidad.[1] Las
computadoras serán de uso exclusivo en los salones de clase y
no se permitirá que los estudiantes las lleven a sus hogares.
El
público irreflexivo aplaudirá la iniciativa
inmediatamente y de pie. Sin embargo, hay quienes piensan y evalúan
la decisión del gobierno antes de emitir su criterio. Por ese
motivo es que ahora se hace necesario una lectura crítica del
anuncio y de lo que implica para la educación boliviana.
En
primer lugar es necesario indicar que la iniciativa de entregar
computadoras a estudiante no es novedosa y lleva años siendo
implementada en varias partes del mundo. La iniciativa nació
en Estados Unidos el año 2005 en el Media Lab del Instituto
Tecnológico de Massachusetts (MIT), y entre sus principales
impulsores está Nicholas Negroponte, hermano del tristemente
célebre John Negroponte. Actualmente se trata de un proyecto
ejecutado por la organización One
Laptop Per Child,[2] la
misma que viene trabajando en varias partes del mundo, como lo
atestigua su página web.[3] Si
el lector apresurado desea loar al gobierno boliviano por la entrega
de computadoras a los estudiantes, debe reconocer también que
es algo que ocurre desde hace años en varias partes del mundo,
con particularidades regionales importantes, claro.
En
segundo lugar, debe comprenderse que las computadoras solamente serán
ensambladas en Bolivia. Bolivia no posee la tecnología que le
permita diseñar un microprocesador de computadora, que es lo
que hacen las grandes compañías. Estas grandes
compañías dejan luego el trabajo de ensamblaje a países
con regulación laboral favorable a la contratación de
mano de obra barata. Y en Bolivia, incluso el trabajo infantil está
permitido. No es lo mismo ensamblar una computadora, que diseñar
y construir sus componentes.
Algo
similar ocurre con el software. Si bien existen interesantes
propuestas bolivianas en el desarrollo de programas informáticos,
por lo general son resultado de iniciativas privadas con ningún
apoyo del Estado. Pese a que no se conoce la lista de programas
educativos que vendrán incluidos en las computadoras, la
sospecha es que ninguno de ellos fue desarrollado en Bolivia. De
nuevo, como en muchos otros momentos de la historia, Bolivia importa
del extranjero lo que es incapaz de producir. Por estos motivos, el
público y en especial los seguidores políticos del
gobierno debería tener en cuenta que tener una ensambladora de
computadoras de bajo costo, no es un motivo para tener un orgullo
original.
En
tercer lugar, es necesario preguntarse qué información
vendrá en el disco duro de las computadoras. Cientos, quizá
miles de libros dirá el apresurado lector. ¿Alguno de
autores bolivianos? La propaganda del gobierno señala que las
computadoras vendrán incorporadas con los diccionarios de
lenguas indígenas que el ministerio de educación ha
elaborado. Y ante ese anuncio uno podría esperar que dichas
computadoras tengan, también, una enorme colección de
literatura y ciencia escrita desde y en lengua indígena.
¿Existe esa colección? No lo sabemos, pero de no
existir dicha colección, encontraremos en las computadoras lo
mismo que se encuentra en la página de educabolivia: una
sorprendente recopilación de páginas e información
que no ha sido producida en Bolivia, complementada por artículos
breves y otros contenidos sobre algunos tópicos bolivianos
tratados con superficialidad e inconexos entre sí. Si este es
el contenido educativo que vendrá con las computadoras, está
claro que ante todo serán un instrumento alienante y
colonizador. En especial considerando el uso de Internet, lo que nos
lleva a nuestro cuarto punto.
El
Internet es una enorme fuente de información, pero que de por
sí no genera conocimiento. Pero las computadoras y el Internet
no son una aséptica fuente de información, son también
un símbolo de progreso y modernización. Lo mismo ocurre
con el teleférico, el satélite Tupak Katari y otros
artefactos que más que mejorar la vida de las personas, son
ante todo símbolos de progreso al estilo occidental. Gracias a
Internet, la computadora llevará los contenidos de la
civilización occidental (la privilegiada en la creación
de los contenidos que Internet ostenta) a los más recónditos
lugares del país. Entonces, será más fácil
para un adolescente de un pueblo indígena platicar por
Facebook con un hombre extraño de pelo anaranjado que vive en
Islandia, que platicar con su propio abuelo que está a una
habitación de distancia. Será más sencillo
encontrar instrucciones para fabricar un explosivo, que conocer la
manera de elaborar chuño. Pero por suerte, es improbable que
esto ocurra, por lo menos en los siguientes años. No por la
labor del gobierno en la defensa y difusión de la tradición
y conocimiento indígena, sino porque Bolivia tiene las
conexiones a Internet más lentas de Sudamérica. Con el
Satélite Tupak Katari…, dirán los seguidores del
gobierno. Acá simplemente repetiremos lo que el gobierno
ocultó intencionalmente: el satélite millonario es
solamente una repetidora para la televisión extranjera.
En
quinto lugar debemos mencionar a la necesaria infraestructura que
requiere la instalación y uso de una computadora. Analizando
este punto encontramos cosas interesantes. El gobierno gastará
millones de dólares en comprar computadoras, y éstas
serán usadas en aulas con bancas en mal estado, con pisos de
tierra, sin ventanas o puertas. No hablamos de aquella escuela rural
víctima de la sequía. Hay que ir a la ciudad de El Alto
y ver las condiciones en las que están algunas de las aulas
que albergarán las computadoras. Es increíble que el
gobierno de Evo Morales entregue computadoras a miles de estudiantes,
pero no sea capaz de garantizar que los estudiantes pasen clases en
un aula con los cristales de las ventanas completos. Ahí
notamos las prioridades del gobierno. Algunos lectores tributarios
del “hermano” Evo dirán que se construirán
aulas nuevas, pero debe notar que éstas estarán al
servicio de las computadoras, que parecen ser más importantes
que los propios estudiantes pues hasta que aquellas llegaron, no hubo
tantos esfuerzos en mejorar las condiciones de las aulas.
Finalmente,
es necesario hacerse la siguiente pregunta: ¿Por qué ha
decidido el gobierno de Evo Morales entregar computadoras a los
estudiantes? ¿Qué objetivo persigue tal inversión?
¿Cómo se elaboró el proyecto? ¿Existe un
proyecto? ¿Por qué no es público? El lector
apresurado dirá que las computadoras son necesarias y que con
esta iniciativa mejorará la educación. Y entonces cabe
preguntarse, ¿de dónde saca tal conclusión? El
dinero también es necesario y mejora la calidad de vida,
entonces regalar dinero desde los balcones presidenciales es una
práctica que debería popularizarse entre los
presidentes de todo el mundo. Es ya reconocido que entregar
computadoras no implica por sí mismo una mejora en la calidad
de la educación, así como los espejitos y cuentas de
colores no implicaron una mejor vida para nuestros abuelos.
Además,
reconociendo que existe una ley de educación y un nuevo diseño
curricular, ¿cómo apoyarán las computadoras al
logro de los objetivos de la educación boliviana? ¿Cómo
se articula la provisión de computadoras y el nuevo diseño
curricular? No conocemos las respuestas a estas preguntas, pero
esperamos que los funcionarios del ministerio de educación sí
hayan meditado el asunto. Caso contrario, observaremos que en la
práctica de aula, las computadoras serán utilizadas
simplemente para escribir texto con algunas imágenes
(obtenidas de Internet por supuesto), preparar presentaciones en
PowerPoint y ver algún video o animación en Flash
Player. Lamentablemente, parece que la dotación de
computadoras se trata solamente de un gasto con fines electorales que
tiene por objetivo aparentar que Bolivia progresa al estilo
occidental, y nada más.
Existen
evaluaciones de las experiencias de los países que, como
Bolivia, proveyeron a sus estudiantes con computadoras, y los
resultados apuntan a que “Las habilidades cognitivas pueden
mejorar por el uso de los programas de las laptops, ya que éstos
están dirigidos a mejorar los procesos de pensamiento. Sin
embargo, para mejorar el aprendizaje de matemática y lenguaje,
se necesita una instrucción de alta calidad”.[4] A
este respecto, también sería de utilidad conocer la
evaluación del impacto sobre la educación que tuvo la
entrega de laptops a los profesores, pero como ya es evidente, el
ministerio de educación rehúsa hacer evaluaciones de
cualquier tipo. Y ni hablar de las experiencias de algunos países
que vieron cómo la provisión de computadoras y su
correspondiente software fueron motivo para investigar algunos de sus
funcionarios por sospechosas de corrupción.
[1] No
conocemos el detalle que justifica esta cifra.
[2] http://es.wikipedia.org/wiki/OLPC
[3] http://one.laptop.org/map
[4] Julián
P. Cristia et al. “Tecnología y desarrollo en la niñez:
Evidencia del programa Una Laptop por Niño” publicado
por el Banco Interamericano de Desarrollo el año 2012.
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