Sobre las elecciones en El Salvador
César Villalona
Según los datos preliminares, el FMLN ganó por 0.22%. A eso le llaman final de foto, o “por una cabeza”, como versificó Lepera y cantó Gardel. Pero aunque el final fue reñido, constituyó una gran victoria para el FMLN, que por segunda vez consecutiva derrota a una ultraderecha que gobernó durante 20 años y cuenta con enormes recursos para luchar por sus intereses. Además, el FNLN ganó con un comandante guerrillero al que la derecha intentó denigrar. De manera que la victoria del FMLN tiene más significación si se toma en cuenta la calidad de su fuerza y la naturaleza del poder que logró derrotar.
El FMLN obtuvo casi 180,000 votos más que en la primera vuelta (13.7% de aumento) pero ARENA aumentó su votación en 450,000 (42%). El FMLN ganó en 7 departamentos y ARENA en 7. En la primera vuelta la diferencia había sido de 13 a 1 a favor del FMLN.
ARENA no creció a costa del FMLN, que también aumentó su votación. ¿De dónde, entonces, salieron los 450,000 votos nuevos del partido de derecha? Averiguar eso no es tarea fácil, pues la cifra es muy alta y debe tener varias procedenticas. Daré mis valoraciones al respecto, no para lograr la exactitud, sino para crear un marco general que pueda contribuir al análisis.
Se esperaba que ARENA captara el 50% de los 307,000 votos que recibió Antonio Saca en la primera vuelta cuando fue candidato del Movimiento de Unidad, pues Saca es de derecha. El otro 50% se dividiría entre el abstencionismo y el FMLN. Aunque Saca aparentó imparcialidad en la segunda vuelta, es probable que ARENA haya captado más votos de los que esperaba de los seguidores de Saca. ARENA también debió recibir los 15,000 votos que habían obtenido otros dos candidatos de derecha en la primera vuelta. En total, ARENA pudo obtener 200,000 votos de esas procedencias. Pero todavía nos faltaría ver de dónde salieron los otros 250,000 mil.
En las últimas semanas de la campaña se dijo que ARENA había ayudado a decenas de miles de personas a renovar los documentos de identidad que tenían vencidos para que pudieran votar. El mismo presidente Mauricio Funes se refirió a ese asunto. Y como ARENA no dio ese apoyo gratis, al menos 30,000 personas pudieron honrar sus compromisos con el donante. Incluso, ARENA pudo haberle dado a muchas de esas personas algún dinero adicional para asegurar sus votos. ¿Y cómo es posibles que tantas personas tengan sus documentos de identidad vencidos, cuando dicho documento es obligatorio para hacer cualquier trámite legal? Se sabe que cuando ARENA gobernaba y tenía el control casi absoluto del Estado, miles personas de otros países de Centroamérica recibieron dicho documento para trabajar en los cortes de café y caña a cambio de que votaran por ARENA. Si en la segunda vuelta electoral ARENA logró darles dinero a tantas personas para que renovaran sus documentos de identidad, muchas de esas personas traspasaron las fronteras para votar por la derecha a cambio de favores. Lo extraño es que en las aduanas no se detectó un flujo migratorio anormal.
Ya llevamos 230,000 de los votos nuevos de ARENA. Claro, no se trata de una cifra segura, sino posible. Pero aunque el dato no es exacto, tampoco es descabellado. Falta por explicar la procedencia de otros 220,000 votos, para llegar a los 450,000 que ARENA logró aumentar. ¿De dónde salieron?
Muchos ricos empresarios vinculados a ARENA les dijeron a sus empleados y empleadas que si el FMLN ganaba las elecciones cerrarían sus empresas. El Ministerio del Trabajo reportó más de 150 denuncias de ese tipo contra igual número de empresas y dijo que esa práctica violaba los derechos laborales y electorales. Mauricio Funes dijo lo mismo en un programa de radio. Pero como no se multó a ninguna empresa ni se dieron a conocer sus nombres y sus socios, las amenazas del gobierno cayeron en el vacío. Decenas de miles de personas pudieron asustarse por el mensaje de sus patronos, pues estaban en riesgo sus empleos, es decir, las fuentes de sus ingresos. Jugar con el empleo de una persona es casi jugar con su vida. Las amenazas de los empresarios pudieron incidir mucho en la segunda vuelta electoral.
La campaña de ARENA contra Venezuela pudo haber atemorizado a muchas personas proclives a ser influidas por las mentiras. En las últimas dos semanas de las elecciones, ARENA dijo insistentemente que si el FMLN ganaba, el país sería como Venezuela, donde, al decir de ARENA, abundan las personas hambrientas, escasean la comida y el papel higiénico y el gobierno reprime al pueblo. Esa es una comparación rarísima, pues se trata de países con niveles de vida y sistemas políticos muy diferentes. Poca gente puede considerar que El Salvador es comparable a Venezuela en cuanto a niveles de vida o que en Venezuela hay un gobierno totalitario, pero muchas personas que no votaron en la primera vuelta, sobre todo de capas medias, pudieron creer, al ver las imágenes de los canales de derecha, que en Venezuela hay carencia de alimentos por los pleitos entre los empresarios y el gobierno y que en ese país podría desatarse una guerra civil. Y es precisamente la gente de capas medias la temerosa de perder algo, pues quien no tiene mucho con que vivir tampoco tiene mucho que perder. El grado de confusión que la derecha mundial ha creado sobre Venezuela es tan grande, que un amigo europeo me escribió para preguntarme si Venezuela estaba en guerra y si yo sabía cuándo llegarían las tropas de Estados Unidos. Al levantar ese tema, ARENA se puso a la ofensiva, pues tanto Funes como el FMLN tuvieron que responderle. Y cuando el FMLN decía que El Salvador es El Salvador y Venezuela es Venezuela, no rechazaba las mentiras sobre el país hermano, lo que podía hacer que mucha gente “confirmara” que Venezuela es un desastre, aunque “posiblemente” El Salvador no vaya a ser igual. Es probable que se haya subestimado ese componente de la campaña de ARENA, aunque creo que el mismo no pesó tanto como los otros, porque los sectores medios son minoría y muchos tenían su opción política antes del tema Venezuela.
ARENA también compró votos, como se suele decir. Esa práctica no es nueva en la derecha, pero esta vez pudo alcanzar montos millonarios.
Entonces, la mayoría de los 220,000 votos restantes de ARENA debió provenir de personas que no votaron en la primera vuelta y lo hicieron en la segunda por temor a perder el empleo, por temor q que El Salvador siguiera el rumbo de Venezuela que ARENA le pintó y porque le dieron dinero para que votara por ARENA. También hay que agregar que en la segunda vuelta ARENA tuvo mucho más presencia en los medios que el FMLN. Su campaña fue más agresiva, a tal punto de que hasta vendió la idea de que ampliaría los programas sociales del gobierno.
¿Qué pasará en lo adelante? Es complicado vaticinar en un país tan politizado y con una lucha de clases tan intensa, pero algo debemos decir.
En el corto plazo, ARENA no reconocerá la validez de las elecciones y protestará en las calles, pero no podrá mover a mucha gente, pues la mayoría de quienes le dieron sus votos no apoyarán una desestabilización. Mucho menos la gente de capas medidas que teme a perder el empleo y que el país “caiga en la situación de Venezuela”. ARENA se quedará con las ganas de deslegitimar las elecciones, aunque hará mucho por lograr ese propósito.
ARENA ha tratado de agitar a los militares para que rechacen el veredicto del Tribunal Supremo Electoral (TSE), pero los militares no le harán caso. El FMLN es demasiado fuerte y se hará sentir ante quien intente impedir su triunfo político-electoral. Además, el entorno internacional es contrario a las salidas de fuerza. Desde que la guerra terminó, los militares están en los cuartes y no deliberan en política. Lo han hecho bien. ARENA no logrará cambiar esa realidad, que es resultado de la guerra, los Acuerdos de Paz y la correlación de fuerzas internas e internacional. El gobierno de Estados Unidos también sabe que en El Salvador lo mejor es evitar que alguien tire la primera piedra. Por eso, cuando el candidato de ARENA habló de fraude y se alistó para marchar hacia el TSP tan pronto supo que había perdido, la embajada de Estados Unidos lanzó un comunicado donde llamaba a la calma. El comunicado, que constituyó una injerencia en los asuntos de El Salvador, fue una orden a los revoltosos de ARENA, que eran los únicos que protestaban. Y de inmediato el candidato derrotado detuvo la marcha. Además, como la OEA y los observadores internacionales reconocen la limpieza de las elecciones, ARENA se quedará sin gasolina, aunque podría hacer algunos relajos durante varias semanas, relajos que no le generarán respaldo social, sino rechazo en la población.
El FMLN llamará a formar un gobierno de amplia participación, para corresponderle a las alianzas que hizo con pequeños partidos y con muchas organizaciones sociales, para buscarle respaldo político a su gestión y aislar a ARENA, que no atenderá el llamado del Frente y se empeñará en deslegitimar su victoria, para cohesionar su voto duro.
Es posible que algunos partidos de derecha que apoyaron a Antonio Saca en la primera vuelta electoral acepten el llamado del FMLN a concertar en ciertos temas, aunque no formen parte del gobierno, pues como saben que ARENA se opondrá a todo lo que salga del “gobierno ilegal”, para tratar de cohesionarse y mantener su voto duro, perderá apoyo social si el gobierno tiene éxito en su gestión, como seguramente lo tendrá. Y como muchas personas que votaron por ARENA sin motivaciones ideológicas, sino movidas por el miedo o el engaño, podrían inclinarse hacia Antonio Saca, éste y su grupo ganarían terreno si ARENA descendiera, siempre que mantengan la idea de crear un proyecto de derecha no ultra, que en sus inicios buscaba nutrirse del FMLN pero que hoy solo puede crecer a costa de ARENA, pues si el FMLN se llegara a debilitar, no sería Saca sino ARENA quien se fortalecería, en tanto ARENA encarna la oposición natural al FMLN. Para decirlo de otra manera, Saca entenderá que como oposición al gobierno no tiene mucho espacio ante ARENA, pero que sí podría beneficiarse de un posible descenso de ARENA, lo que en buena medida pasa por un buen gobierno del FMLN, al que él puede contribuir desde su correlación en la Asamblea Legislativa.
De todas maneras, más allá de lo que Saca y su grupo decidan, el FMLN se hará más fuerte porque, entre muchas otras cosas, gobernará bien, por razones que no vamos a detallar ahora.
Como ARENA tuvo un repunte, en el corto plazo podría cohesionarse y detener la crisis que venía arrastrando y que si iba agudizar si perdía por amplio margen. Sin embargo, una cosa es que se cohesione el grupo dirigente de ese partido (incluidos los dirigentes intermedios provenientes de los escuadrones de la muerte) y otra cosa es que el partido se cohesione alrededor de la población que le dio el voto. Lo segundo es muy difícil porque buena parte de ese voto no es ideológico, sino producto del miedo y del engaño y se moverá hacia el FMLN en la medida en que sienta que le mintieron y palpe los beneficios de la política económica y social del gobierno.
Como en marzo de 2015 hay elecciones para el Congreso y las municipalidades, puede ser que ARENA se mantenga unidad para esa batalla. Pero como solo puede hacerlo a partir de una oposición furibunda, tal vez para entonces su natural lenguaje anticomunista y de terror no le pegue mucho.
ARENA, con la participación de sus millonarios empresarios, podría intentar un sabotaje económico para que el gobierno fracase y el FMLN tenga un revés electoral en el 2015. Esa posibilidad no se puede descartar, pero si optan por esa camino el FMLN puede fortalecer sus vínculos con el resto del empresariado, que no es ARENA y que es mayoría numérica, aunque tiene menor capital. También puede reforzar sus vínculos externos y explicarle al pueblo la falsedad de los oligarcas, que dicen ser el sostén de la economía y castigan al pueblo. Si la derecha pierde la cordura, la batalla ideológica sería fuerte y la ganaría quien mejor la libere. El FMLN tiene muchos recursos para dar esa batalla.
La clave para el FMLN está en fortalecer sus bases y al movimiento social y demostrar un buen desempeño en el gobierno. Lo que el pueblo demanda es empleo, mejores ingresos, acceso a la vivienda, la salud y la educación, oportunidades económicas (sobre todo las micro y pequeñas empresas), igualdad entre hombres y mujeres y seguridad pública. En eso se centra lo fundamental de las aspiraciones populares y de los sectores medios, incluidos los pequeños y medianos empresarios y empresarias.
El nuevo gobierno tendrá que tomar importantes medidas entre junio de este año y marzo del año que viene, para que se vea con claridad que atenderá las principales demandas de la población: ampliación de los programas sociales iniciados por el actual gobierno, incluidas la creación de nuevas sedes de Ciudad Mujer, mayor apoyo al agro, creación del banco de la mujer, entre otras.
El nuevo gobierno tiene que trabajar con el pueblo y para el pueblo y garantizar que no haya corrupción. No solo para fortalecerse y debilitar a la derecha, sino porque eso es parte de la naturaleza de la izquierda, en cualquier parte del mundo. El FMLN lo hará bien. Y su éxito será proporcional al debilitamiento de la ultraderecha.
11 de marzo de 2014
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