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Enero 2014

Desde el Paquetazo a la Reforma Laboral

Con la reforma fiscal nos empaquetaron en la miseria y con la reforma laboral nos encadenaran a la esclavitud.

Felipe Lora

El científico alemán, Albert Einstein  en una ocasión  dijo: “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.  Esta sencilla frase, cargada de sabiduría y sentido común,  ha sido y es convenientemente ignorada por los promotores del neoliberalismo,  quienes, copiando la fallida ola de reformas laborales y ajustes fiscales de la estancada comunidad europea,  continúan vendiéndonos la falsa idea de que sólo reduciendo el costo de la mano de obra se puede reducir el desempleo e incrementar la competitividad. Nada más falso.

Es, en este marco, que vemos con claridad la relación existente entre la salida de Leonel, la abultada nómina del estado,  el vertiginoso aumento de la deuda pública y la decisión del Estado de obligar a la clase media y los trabajadores dominicanos a pagar por la ineptitud gubernamental, por la rampante corrupción y por el extravagante y pomposo estilo de vida de los propulsores y representante del empobrecedor  e inhumano sistema capitalista.

Todas estas características negativas fueron pensadas, planificadas y aprobadas por el poder ejecutivo (Leonel Fernández) y por el  sumiso y complaciente Congreso Nacional. Como consecuencia de estas heridas auto infligidas, se aceleró  el descalabro del sistema  económico dominicano, creció el desempleo y aumentó, considerablemente, la criminalidad.

Por otro lado, la danza de millones de los últimos años de la administración del Presidente Leonel Fernandez comenzaba a dar señal de “cansancio” y la población comenzaba a dar señales de disgusto.

Solo una magistral jugada política podía salvar al PLD de una inminente derrota electoral y, al mismo tiempo, garantizarle vigencia política e impunidad al expresidente Leonel Fernandez y sus cuarenta asesores. Es así como un torrentes de millones logran inundar la campaña pre-electoral del PLD dando como resultado a la Primera Dama como vice y todos los recursos del aparato peledeista a disposición de la campaña Danilo-Margarita.

Además, como si las estrellas se hubiesen alineado en favor del PLD, en el PRD se imponen los remanentes recursos de los últimos cuatro años en el poder y eligen al gastado Hipólito Mejía, quien le garantizaba una derrota segura.

Sin sorpresa, Danilo llega al poder y en sus primeros 100 días de gobierno deja claro la relación que existía entre la salida de Leonel, su llegada a la Presidencia  y la urgente aplicación de la reforma fiscal, popularmente conocida como el Paquetazo.

En esos 100 días, al Presidente Danilo le sobró tiempo para darle carácter  personal y “humano” a la Presidencia. Esto, debido a que las medidas tomadas en los primeros meses habían sido diseñadas de antemano por la cúpula leonelista siguiendo los mandatos del Fondo Monetario Internacional.

Pero las medidas “correctivas” eran tantas y tan dolorosas para la población que debieron ser aplicadas con un cuenta-gotas.  Sin embargo, la administración no tomó  en cuenta la fuerte oposición por parte de la población y se vio obligada, no solo a  extender los lapsos de tiempo entre las medidas económicas diseñadas, pero además, se vio forzada a  “anular” algunas de las medidas fiscales, como fueron los casos del impuesto a las placas de vehículos y a los rabos de cerdos.

Una vez pasado el vendaval de protestas y reclamos, las condiciones para continuar con la aplicación de las medidas neoliberales volvieron a ser favorables. Siguiendo el plan trazado, el presidente Danilo Medina, por decreto,  crea una comisión especial para reformar el Código de Trabajo con la finalidad de “propiciar el empleo digno, formal y remunerado mediante un ordenamiento jurídico-laboral acorde con la realidad actual del país y suficientemente avanzado para enfrentar los retos futuros”.

En otras palabras, se creó una comisión encargada  de sentar las bases que permitan reformar el Código Laboral  para “favorecer al trabajador y aumentar la competitividad”

Sorprendentemente, las declaraciones sobre la necesidad de reformar nuestro Código Laboral ofrecida por el Estado y por los Empresarios son tan similares que, no sólo  llegan a confundirse, sino que crean suspicacia y profunda preocupación dentro de la clase trabajadora.

Esta preocupación puede ser fundamentada sobre los conocimientos económicos básicos que aseguran que “la falta de competitividad no es creada por los códigos laborales vigentes ni por  los beneficios de los trabajadores, sino por la ineficiencia de los empresarios”.

El  economista español Jorge Fabra Utray lo expresó de la siguiente forma en una entrevista para el diario.es:
“Cuando hablamos de competitividad del trabajo debemos cuestionarnos, ¿es que tenemos trabajadores vagos? Esto no es cierto. Lo que tenemos son empresarios muy ineficientes. La competitividad del trabajo depende de la organización del trabajo y de la capitalización tecnológica de las empresas. Y al revés, que los empresarios puedan mejorar sus costos con la devaluación salarial es un incentivo a que reduce la eficiencia en la organización del trabajo ya que reduce la capitalización tecnológica para competir con nuestro entorno”

Todo lo anterior nos impulsa a concluir  que la verdadera intención de la reforma laboral no es favorecer al trabajador ni mejorar la competitividad como expresó el ex-ministro de Trabajo, Francisco Dominguez Brito haciéndole eco a la clase empresarial, sino bien “para violentar el principio de no regresividad en materia de derechos sociales y económicos, que el Estado dominicano se ha comprometido a respetar”, como escribió el abogado y economista Ricardo Rojas León en su artículo de opinión ”Estado Social y reforma laboral”.

http://loro.redom.com/2013/12/desde-el-paquetazo-la-reforma-laboral.html







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