Nota sobre la teoría política de la República de Platón
Oscar Cuéllar Saavedra, Depto. de Sociología, UAM, Azcapotzalco
Ricardo Yocelevzky Retamal, Depto. de Política y Cultura, UAM, Xochimilco
Introducción
El tema central de la República de Platón es su teoría de la justicia y del estado justo como condición de posibilidad del desarrollo humano, que se basa en su visión de las relaciones entre las formas de la polis y las formas del alma. La obra comienza con una discusión sobre la justicia, continúa con sus tesis sobre el estado bien constituido y el gobierno aristocrático y expone la manera como este se degrada o se corrompe, hasta acabar en la democracia y la tiranía. En esta nota nos referiremos a los supuestos de los que parte Platón, para luego exponer brevemente su teoría del estado, restringiéndonos a sus elementos básicos y dejando de lado otros aspectos de su pensamiento que, aunque importantes, no guardan relación inmediata con el tema.
Supuestos
Luego de plantearse la pregunta por la justicia qué es un hombre justo y, más generalmente, qué es la justicia-, en la República (Libro II, par. 368d, e) Platón sostiene que se puede responder a ambas preguntas mirando a la polis, que sería lo mismo que el alma humana, sólo que en "letra grande" y no en letra chica. En su indagación, Platón opera con tres supuestos básicos y una tesis general. Los supuestos se refieren a las partes del alma humana, a la naturaleza y composición del estado y a la clase de relaciones que supuestamente existirían entre los hombres y la polis. La tesis general versa sobre la importancia de la dialéctica de estas relaciones para el desarrollo humano.
- El primer supuesto dice que se pueden distinguir tres partes o formas del alma humana -la parte racional o del raciocinio, "que es aquella por la cual el alma razona", la de la fogosidad o del coraje (sentimientos), "que vendría a ser como el auxiliar de la naturaleza racional" y la parte de los apetitos o forma apetitiva, "amiga de algunas satisfacciones sensuales de los placeres en general" (República, IV, 440). Platón agrega que ellas conforman un todo armonioso cuando (i) la parte racional domina a la parte fogosa y (ii) cuando ambas en conjunto (o la parte fogosa, en cuanto dirigida por la razón) domina(n) a la apetitiva. En palabras de Sócrates: "al raciocinio corresponde mandar, por ser sabio y tener a su cuidado el alma entera, y a la fogosidad (al coraje) le corresponde ser servidor y aliado de aquel" (República, IV, 441e); "y estas dos especies gobernarán sobre lo apetitivo, que es lo que más abunda en cada alma y que es, por su naturaleza, insaciablemente ávido de riquezas" (República, IV, 442a). Y "cada uno de nosotros será justo en tanto cada una de las especies que hay en él haga lo suyo, y en cuanto uno mismo haga lo suyo" (República, IV, 441e).
- El segundo supuesto dice que la conformación de la república es homóloga de la conformación del alma humana (o viceversa: "en el alma de cada hombre hay las mismas clases e idénticas en cantidad- que en la república": República, IV, 441 c), al punto de que ambas pueden verse como un mismo texto, el primero escrito con letras grandes y el segundo en letras pequeñas (República, II, 368-369 a). En consecuencia, de manera similar a como acontece con el alma humana, en una república bien constituida cabrá distinguir tres partes -o, más propiamente, funciones, junto con sus correspondientes clases- jerárquicamente ordenadas, que deben existir para mantener la unidad del todo y para que este cumpla con el fin para el que naturalmente existe. Las funciones son las de dirección y mando, de defensa y vigilancia y de producción para la satisfacción de las necesidades, que respectivamente corresponde realizar a los "consejeros o guardianes", a los "auxiliares" o guerreros y a los "negociantes" (República, IV, 441 a), además de artesanos y labradores.
- (El tercer supuesto es el de interdependencia (más precisamente, co-determinación) y correspondencia entre las partes del alma y las "partes" (funciones y clases) de la república (República, IV, 443-445). Que haya correspondencia entre las funciones públicas y las partes del alma humana significa que puesto que el hombre y el estado son estructuralmente afines, en consecuencia, el desempeño de cada función pública debe ser realizado por personas en las cuales predomina el don o forma del alma equivalente (mando = raciocinio; defensa = fogosidad y coraje; producción = apetitos).
En relación con el primer supuesto, Platón recurre a un viejo "relato fenicio", para distinguir entre partes o formas del alma. A estas las llama "oro" (parte racional), "plata" (fogosidad, coraje) y "bronce" (parte apetitiva). El relato dice que los hombres habrían estado en el seno de la tierra, que los habría "criado y moldeado" y que los habría dado a luz "cuando estuvieron completamente formados"; por ello es que los hombres "deben preocuparse por el territorio en que viven como si fuese (su) madre "; y (deben) "defenderlo de quien lo ataca, y considerar a los demás ciudadanos como hermanos y como hijos de la misma tierra". Sócrates continúa:
"(a los ciudadanos) les diremos: Vosotros (que) habitáis en el Estado, sois hermanos. Pero el dios que os modeló puso oro en la mezcla con que se generaron cuantos de vosotros son capaces de gobernar, por lo que son los que más valen; plata, en cambio, en la de los guardias, y hierro y bronce en las de los labradores y demás artesanos. Puesto que todos sois congéneres, la mayoría de las veces engendraréis hijos semejantes a vosotros mismos, pero puede darse el caso de que de un hombre de oro sea engendrado un hijo de plata, o de uno de plata uno de oro, y de modo análogo entre hombres diversos el dios ordena que los gobernantes vigilen intensamente qué metal se mezcla en la composición de las almas de sus hijos si sus propios hijos nacen con una mezcla de bronce o de hierro, de ningún modo tendrán compasión (y) los arrojarán entre los artesanos o los labradores. Y si de éstos, a su vez, nace alguno con mezcla de oro o plata los ascenderán entre los guardianes o los guardias " (República, III, 415 a-d).
Si bien el alma de cada hombre tiene tres partes o formas, en principio una de ellas predomina: cada uno nace con una cierta disposición o característica más acusada o destacada que las otras (oro, plata, bronce). El metal dominante en cada persona (hombre o mujer: República, V, 451d; 453 a, b) determina la función que ella ha de desempeñar en la polis. Quienes tienen más acusado el don del raciocinio deberán ser los guías o dirigentes de la república (Platón también les llama "consejeros" o guardianes) y con la ayuda de los auxiliares ("guardias", "defensores" o "guerreros"), deberán orientar y moderar la labor de los labradores, artesanos y negociantes, en quienes predomina la parte apetitiva del alma (República, IV, 439-441) y a quienes corresponde realizar las actividades productivas y de sustento de la polis. El diagrama 1 ofrece una imagen esquemática de la tesis.
Diagrama 1: Esquema de la teoría de las relaciones entre las formas del alma humana y las funciones de la polis
Partes del alma humana "Don"/Metal Clases en la polis
Raciocinio = Oro => Consejeros
______ Fogosidad = Plata => Guardianes ______
Apetitiva = Bronce => Artesanos,
negociantes
__________________________________________________________
Más precisamente, la idea es que el "don" de cada persona puede y debe desarrollarse de manera de alcanzar no sólo un cierto equilibrio o armonía interior en cada uno, sino también una relación equilibrada con los demás miembros de la comunidad. Ahora bien, según Platón, es la educación basada en la música y la gimnástica que se orientan a desarrollar "la fogosidad y el ansia de saber" con miras no al desarrollo separado del alma y del cuerpo, sino a su mutuo "ajuste armonioso", la que tiene un papel principal en el logro del equilibrio (República, III, 411). Cuando este se ha conseguido de manera general, la república está bien constituida (es el estado justo) y se presenta como condición del buen desarrollo de los dones de cada cual.
Pero cabe notar que aquí la idea de equilibrio se opone a la de igualdad y coincide con las de jerarquía y distinción. Para Platón habrá equilibrio mientras se mantengan las diferencias en los dones y cada uno "haga lo suyo" (República, IV, 441e). Esto exige mantener cuidadosamente la distinción entre las clases y sus funciones.
Modelo de la república bien constituida
Veamos ahora cómo Platón desarrolla su imagen de la república bien constituida. Es importante señalar que su teoría de la república justa no pretende dar cuenta de cómo en realidad se constituyen o se constituyeron las comunidades políticas existentes. Más bien, la idea es desarrollar, bajo ciertos supuestos y mediante un análisis racional, una imagen mental coherente de cómo podría ser un estado ideal. Esta imagen es un modelo teórico que tiene un sentido normativo. Por un lado nos puede facilitar tener una idea clara de lo que para nuestro autor podría ser un "buen estado", un estado racionalmente concebido; por otro, también nos puede brindar una vara con la cual medir y evaluar las formas políticas y de estado que de hecho existen.
En los Libros II a V de la República, Platón pone las bases para desarrollar el modelo del estado justo, tocando además varios temas vinculados, que no veremos aquí. El análisis comienza con (a) las condiciones básicas del establecimiento de la sociedad, incluyendo consideraciones sobre las diferencias en las "disposiciones naturales" de los hombres y la necesidad de una rigurosa división y especialización del trabajo, así como de sistemas de intercambios y de coordinación de las actividades; y (b), continúa con la distinción de las tres funciones esenciales del mando, la defensa y la producción. (c) En seguida (Libros II y III), el autor trata de la educación de las clases superiores; y (d) al finalizar el Libro III y en el Libro V, plantea un conjunto específico de propuestas para fortalecer la identificación de los dones de cada cual, que constituyen el llamado "comunismo" de Platón. Ellas se plantean mejorar la raza de la polis mediante la manipulación de los matrimonios y de la reproducción biológica de las clases superiores y la institución de un rígido sistema de estratificación social. En esta sección nos referiremos a los tres primeros puntos y destinaremos la siguiente sección al comunismo de Platón.
- Puntos de partida.
Respecto del establecimiento del estado ideal, Platón lo ve como resultado de la cooperación de un número de hombres que tienen "disposiciones" y "dotes naturales" diversas (República, II, 369b-e; 370b). Es importante subrayar que para Platón los hombres "de ningún modo ( ) son iguales" (República, V, 456d) y que es en el juego de sus diferencias donde él establece el basamento del todo, es decir, de la polis que se trata de imaginar. Las distintas disposiciones facilitan la división del trabajo y presionan a favor de especializaciones diferenciales y excluyentes de los miembros. Esto resulta en una mayor productividad global en beneficio de todos (República II, 370b, c). En su decurso, la división del trabajo, la especialización y la productividad se fortalecen y se complementan con el establecimiento de mercados y de signos monetarios que facilitan los intercambios (República II, 371b) y que aumentan la diversidad y la complejidad, tanto de tipos de actividades como de trabajadores (República II, 371c, d).
- Las funciones de la polis.
En un segundo momento, Platón admite que la comunidad puede gozar de un cierto nivel de lujo más allá de la satisfacción de las necesidades básicas (República, II, 372), lo que pone sobre el tapete los temas vinculados de las relaciones con otros estados, del tamaño que debería tener la sociedad y del papel de las funciones de defensa y dirección. Respecto del tamaño, la idea es que la población no debería crecer más allá del punto en el cual se pueda mantener la unidad del todo. En cuanto a las funciones de dirección y defensa, Platón aplica las tesis de las diferencias naturales en las dotes de cada uno y de la necesidad de organizar a la sociedad según ellas. Hay tareas que se presentan como resultado necesario de la complejidad de la sociedad en un mundo en que existen otros estados con los cuales hay que contender, a saber, las de dirección y de defensa. Estas tareas corresponden a las clases superiores (oro y plata, respectivamente), mientras que las relacionadas con la satisfacción de las necesidades de los miembros corresponden a los hombres de bronce. Estos quedan excluidos del ejercicio de las funciones de mando y de defensa.
Platón parte destacando la importancia de la defensa. La polis debe tener un ejército permanente y especializado de soldados dedicados exclusivamente a su defensa y al apoyo al gobierno. Los miembros del ejército deben ser de "una naturaleza adecuada a la actividad misma" (República, II, 374e) y estar siempre bien entrenados. Deben "poseer agudeza en la percepción, rapidez en la persecución y fuerza, además de valentía" para combatir bien (República, II, 375 a). En suma, deben ser "fogosos" y como "perros de raza": "mansos con sus compatriotas" y "feroces frente a sus enemigos" (República, II, 375b, c, e).
En este punto Platón distingue claramente entre los gobernantes y los defensores (República, III, 414b). Los gobernantes, es decir, los pocos "verdaderos guardianes", superiores a los guerreros (o simples "guardias"), en general comparten las características de rapidez, fortaleza, valentía y fogosidad de éstos, pero se distinguen de ellos en que deben ser "filósofos por naturaleza", "verdaderos amantes del conocimiento" (República, II, 375e; 376 a-c). Los gobernantes "deben ser los mejores guardianes", es decir, "los más aptos para guardar el Estado"; "inteligentes, eficientes y preocupados por el Estado", y han de gobernar "los más ancianos" y "los mejores entre ellos" (República, III, 412c). En particular, deberá seleccionarse a "los más inclinados a hacer toda la vida lo que hayan considerado que le conviene al Estado" (República, III, 412e). Para seleccionarlos, hay que observarlos desde la niñez, sometiéndolos continuamente a pruebas para verificar sus dotes. Hay que encargarles tareas difíciles, incluyendo pruebas de hechicería, y someterlos a "trabajos, sufrimientos y competiciones" en los cuales pueda examinarse su disposición y "aprobar al que tiene buena memoria y es difícil de engañar, y desechar (a los otros)" (República III, 413; 424).
- Sobre la educación (paideia).
En esta conexión, Platón examina el papel de la educación. Ella es tarea prioritaria y exclusiva del Estado y depende de los consejeros o gobernantes, con la ayuda de los defensores. En principio, Platón piensa la educación como dirigida exclusivamente a los miembros de las clases de oro y de plata, dejando de lado a los de bronce y hierro -por lo menos, sus planteamientos toman básicamente en cuenta a las clases superiores sin casi mencionar a las inferiores.
La primera prioridad de la educación consiste en conformar y uniformar las percepciones, los sentimientos y los valores de los ciudadanos de manera que siempre antepongan el bien del todo de la polis- a su interés personal.
Los gobernantes y defensores se deben al todo y el Estado debe preocuparse de que no les falta nada y de que no se acostumbren al lujo ni se corrompan. Recibirán lo necesario para sostenerse, pero "nadie poseerá bienes en privado, salvo los de primera necesidad" y tampoco tendrán una morada privada (República, V, 464c). Vivirán con los demás de su clase en alojamientos compartidos y "se sentarán juntos en la mesa como soldados en campaña" (República, III, 416d, e) y "no les estará permitido manipular ni tocar ni oro ni plata" (República, III, 417 a).
Respecto de los ciudadanos en general, deben ser educados para obedecer absolutamente a los gobernantes y respetar el orden "ideal" que los separa en clases según sus dones y funciones. Además, la educación también debe coadyuvar en la tarea de identificar los dones prevalentes de los ciudadanos para luego clasificarlos y prepararlos para el desempeño de sus respectivas tareas. La idea es que a medida que los ciudadanos se van educando, se puede identificar y observar esos dones, de manera de afinar la clasificación social.
La manera de uniformar e integrar a los ciudadanos en un espíritu compartido de pertenencia al todo consiste en crear sentimientos de identidad y solidaridad entre todos, y de reconocimiento y de respeto a sus superiores, y ello incluso haciendo uso "de la mentira y del engaño" en "beneficio de los gobernados" (República, V, 459d; asimismo, ver V, 462; y III, 389b). Se trata de que los ciudadanos se sientan partes de un todo al que se deben y del que dependen y al que, en consecuencia no podrían menos que considerar como superior. Podría decirse que hay que educar a los ciudadanos para que vean a la comunidad como "horizonte de sentido" de la existencia. Así, la educación adquiere especial relevancia como medio para legitimar las diferencias y suprimir los posibles agravios derivados de la estricta estratificación, entronizando en cada uno la idea de que se tiene el deber de obedecer para merecer la pertenencia a la comunidad.
En la educación se deberá seguir los cánones tradicionales que combinan la "gimnástica para el cuerpo" con la "música para el alma", dando precedencia a la última (República II, 376e). El criterio que debe presidir la formación de los guardianes y defensores debe ser el propósito general de identificarlos con el servicio a la polis (República, II, 377). No debe enseñarse ni dárseles textos que den una mala imagen de los dioses ni que cuenten "mentiras innobles" sobre su comportamiento o el de los héroes (República, II, 378), aunque se puede mentir en beneficio de su formación. Y deberá decirse que "todo lo que es excelente, sea por su naturaleza, sea por su arte o por ambas cosas, es lo que menos modificaciones admite por obra de otro" y que, en consecuencia, "tanto el dios como las cualidades propias del dios en todo sentido son perfectas" (República, II, 381b).
Veamos el sistema de relaciones que configura la teoría de Platón hasta este punto, es decir, hasta antes de examinar el papel de su "comunismo".
Diagrama 2: Esquema de las relaciones en el modelo de la república bien constituida (primer modelo de la República de Platón)
_______ "Dones" ______________________ Clasif./ Funciones
Educación ________________________ Orden _________
___________________________
Como puede apreciarse en el diagrama 2, en la medida en que:
- se haya identificado correctamente el don de cada ciudadano;
- cada uno haya sido adjudicado a la clase que corresponde a su don natural;
- que este se haya desarrollado al máximo mediante la educación integral (paideia), entonces
- cada cual podrá realizar adecuadamente la tarea que le corresponde obedeciendo al principio de jerarquía de las partes del alma y de la primacía y coherencia del todo. En esta situación
- el Estado estará bien constituido, se mantendrán el orden y la armonía general y se facilitará el pleno desarrollo de todos.
El "comunismo" de Platón y el modelo de la república estratificada
El sistema de relaciones resumido en el diagrama 2 da cuenta de la teoría antes de considerar el llamado "comunismo" de su autor. En esta conexión, importa notar que el planteamiento de Platón debe enfrentar dos cuestiones centrales: primero, la de cómo identificar el don natural de cada cual sin error (o con el mínimo de errores) y luego, de dar a los ciudadanos de las clases superiores (dirigentes y defensores) la preparación adecuada para que cumplan sus funciones.
En principio los dones se pueden identificar por observación directa y continua de las personas, o bien recurriendo a la sabiduría de los adivinos y sacerdotes o al proceso educativo. El llamado "comunismo" de Platón surge de subordinar todos estos medios a la propuesta radical de regular estrictamente el apareamiento y la reproducción biológica de los miembros de la polis con el propósito de lograr una sociedad completamente estratificada. Esto significa, primero, que las relaciones sexuales sólo deben permitirse entre quienes tienen el mismo don. Segundo, que ellas deben promoverse diferencialmente por clases sociales: deben ser ampliamente permitidas para hombres y mujeres de oro y plata y mínimamente para los de hierro y bronce (República, V, 459). Esto supone aplicar los conocimientos derivados de la cría de animales para la mejora de la raza (República, V, 451c-e; 456e) al mismo tiempo que eliminar la familia "tradicional" (patriarcal, monogámica) sustituyéndola por un nuevo tipo de "parentesco" basado en el género y en clases de edad (República, V, 461).
(a) La comunidad de mujeres y el sistema de estratificación
Para Platón, se trata de asegurar la estricta estratificación de la polis como medio para eliminar o minimizar el riesgo de error en la identificación de los dones y en la asignación de personas a clases y funciones públicas. De esta manera, también se puede conseguir mejorar tanto al Estado como a sus miembros.
La exposición comienza con las conclusiones de la discusión sobre la igualdad de los sexos. Ya que hombres y mujeres "tienen la misma naturaleza en relación con el cuidado del Estado" con la única diferencia de que "ellas son más débiles" (República, V, 456b), y puesto que "lo mejor para un buen Estado (es) que se generen en él los mejores hombres y mujeres posibles" (República, V, 456e), "es necesario que los mejores hombres se unan a las mejores mujeres la mayor parte de las veces; y lo contrario, los más malos con las más malas" (pocas veces); "y hay que criar a los hijos de los primeros y no de los segundos, si el rebaño ha de ser sobresaliente". Y siempre que sucedan estas cosas, "permanecerán ocultas excepto a los gobernantes para que la manada de los guardianes (defensores) esté libre de disensiones" (República, V, 459, d, e).
El "comunismo" de Platón exige que a los hombres de las clases superiores se les darán mujeres "de naturaleza similar" para que se reproduzcan independientemente de los miembros de las clases inferiores. Ambos sexos tendrán casa y comida "en común, sin poseer privadamente nada", y "vivirán juntos entremezclados unos con otros en los gimnasios y en el resto de su educación, y por una necesidad natural, serán conducidos ( ) hacia la unión sexual" (República, V, 458c-d). Platón insiste en que "todas estas mujeres deben ser comunes a todos estos hombres; ninguna cohabitará en privado con ningún hombre; los hijos (que se procreen) serán comunes y ni el padre conocerá a su hijo ni el hijo al padre" (República, V, 457d;).
Para dar orden a la procreación y la reproducción en beneficio de la república, se buscará "conformar matrimonios sagrados" (República, V, 458e), procurando que procreen "los que están en la flor de la vida" aunque sean parientes entre si (República, V, 459 a, b). Las mujeres, "a partir de los 20 años y hasta los 40" y los hombres después de "pasar la culminación de su velocidad en la carrera, y hasta los 55 años" deberán procrear para el Estado (República, V, 460e). Después quedarán "libres de unirse con cualquiera, excepto el varón con su hija y la madre con su hijo y con su padre y con sus descendientes y ascendientes y no se permitirá que si conciben, esos vástagos sobrevivan" (República, V, 461c).
Los matrimonios en las edades adecuadas se regularán tratando de mantener en lo posible "la misma cantidad de hombres a fin de que el Estado no se agrande ni se achique". Las uniones serán temporales y se harán "por sorteo" -si fuese necesario, trucado para apegarse a esa regla (República, V, 460 a)- y se premiará "a los jóvenes que se destaquen en la guerra" o en el servicio del Estado con "honores y otros premios" y en especial, con "una más plena libertad para acostarse con las mujeres (de su misma clase) para que al mismo tiempo de ellos se procree la mayor cantidad posible de niños" (República, V, 460b).
"Cada vez que nazcan hijos, de ellos se encargarán los magistrados asignados, sean hombres o mujeres"; y los hijos de los mejores serán llevados a una guardería con institutrices especiales. Y "en cuanto a (hijos de) los peores, y a cualquiera de los otros que nazca defectuoso, serán escondidos en un lugar no mencionado ni manifiesto, como corresponde" (República, V, 460b, c) Esos magistrados "también se encargarán de la crianza y de conducir a las mujeres a las guarderías cuando estén con los pechos henchidos, poniendo el máximo ingenio para que ninguna de ellas perciba que es su hijo "; "y en cuanto a las vigilias y otras penurias, las transferirán a las nodrizas e institutrices" (República, V, 460d).
La sustitución de los matrimonios tradicionales por uniones de interés estatal controladas por los gobernantes, lleva a cambiar el sistema de parentesco tradicional por otro basado en el género y las clases de edades, de manera que cualquiera que nazca dentro de un cierto plazo a partir de la unión de sus progenitores, será llamado "hijo" si es macho, e "hija" si es hembra por todos los adultos unidos durante la misma época. Y correlativamente, ellos llamarán "padre" y "madre" a la misma generación de adultos progenitores; y "hermanos" y "hermanas" a los de su propia generación, por lo cual en principio "no se tocarán entre si. Pero la ley permitirá que hermanos y hermanas cohabiten si el sorteo así lo decide y la Pitia lo aprueba". Respecto de los abuelos, se procederá también por imputación genérica y clases de edad (República, V, 461d). Este sistema carece de parientes colaterales.
Platón concluye la exposición del modelo del estado bien constituido señalando que en el caso de los guardianes y defensores, la carencia de riquezas y de propiedades privadas, por una parte, y de formas de apego familiar tradicionales, por otra, tenderían a eliminar las "disensiones" debidas a ellas (República V, 464). Por ello, él esperaría que no surgieran "luchas intestinas", ni tampoco el peligro de que "alguna vez el resto del Estado (la sociedad) entre en querella contra ellos o entre si" (República, V, 465, b). Así, parece que el diálogo de Sócrates con sus amigos ha "producido en palabras un paradigma del buen Estado" (República, V, 472 d-e).
(b) El modelo de la república estratificada
Aunque parezca redundante, vale la pena insistir: de acuerdo con Platón, el estado justo es aquel gobernado por la aristocracia compuesta por un número reducido de personas (dirigentes, consejeros) cuyas almas se caracterizan por el predominio de la parte o forma del raciocinio (oro) y que son auxiliados por los guardias o guerreros (plata), entrenados para la guerra y encargados de mantener el orden, y en los cuales predomina la fogosidad y el coraje. Los dirigentes o consejeros deciden sobre las cuestiones que atañen a la preservación y bienestar de la comunidad y los guardias (auxiliares, guerreros), bajo las órdenes de los consejeros, se encargan de defender la polis y de hacer cumplir esas disposiciones a los demás miembros (bronce: labriegos, artesanos, comerciantes, mercaderes ). Estos últimos no tienen derecho a participar en la toma de decisiones; su papel político se reduce a obedecer sin discusión las orientaciones y mandatos de sus superiores.
Por otro lado, de acuerdo con el principio de retribución del trabajo basado en la prevalencia de dones diferentes y en la estricta estratificación social, las clases superiores no pueden tener propiedades ni riquezas privadas, y esto, con el fin de que puedan dedicarse plenamente y sin distracciones a los deberes que les corresponden. Su mantenimiento depende del trabajo y de las contribuciones de los labradores, artesanos, comerciantes, etc.
Estos, por su parte, no tienen derecho a participar en el gobierno de la polis pero, en compensación, en principio no tienen restricciones para adquirir propiedades y riquezas salvo el límite de la moderación y la templanza que organiza al conjunto del estado y la comunidad-. Obviamente, las retribuciones a los servicios prestados por cada clase están reguladas por la aristocracia gobernante. El diagrama 3 presenta el esquema de relaciones de la república estratificada de Platón.
Diagrama 3: El modelo de relaciones de la república estratificada (segundo modelo de la República de Platón)
_______ ORDEN __________________________ FUNCIONES _____
MATRIMONIOS EDUCACIÓN
_______ DONES __________________________ CLASES _________
En suma, la república ideal de Platón en principio necesariamente debe ser gobernada por la aristocracia, y reposa en un estricto sistema de división del trabajo y de matrimonios social y genéticamente estratificados, que separa completamente a las clases según sus atributos biológicos y mentales imputados. Tal parece que hay cierta ingenuidad en el planteamiento de Platón, ya que al tiempo que separa a la sociedad en clases totalmente estratificadas, pretende unirlas mediante la manipulación y la igualación de sentimientos y valores sustentada en el control de la educación y en el monopolio del uso de la fuerza por parte de las clases superiores.
(c ) Sobre la corrupción de la polis
Puesto que el estado bien constituido se presenta como una forma ideal, de acuerdo con la visión griega es concebida, si no como perfecta, al menos como muy próxima a la perfección. En consecuencia, y dado el concepto de lo perfecto de Platón (y, en general, del pensamiento griego) se trata de una forma de organización que en principio no puede mejorar, aunque eventualmente si podría cambiar por alteraciones o variaciones que pudieran darse en su composición ideal.
Importa destacar que Platón también presenta otras formas de la república que se alejan del ideal. Más precisamente, se trata de tipos de gobierno que se corresponden con formas de corrupción resultado de un creciente desorden en la relación entre dones personales y asignación de funciones públicas. En su perspectiva, el desorden surge de la designación de personas inadecuadas para las posiciones de mando, es decir, de personas que carecen de las disposiciones y las dotes naturales requeridas para el buen desempeño de esas funciones. Esto se traduce en una tendencia a la mezcla e igualación de los dones naturales que lleva a una situación de entropía no sólo en el desempeño de las funciones que constituyen el gobierno y que, más generalmente, contribuyen a configurar a la sociedad y a la comunidad. En esta situación, todo se mezcla y no se puede distinguir el oro de la plata ni esta del cobre.
Es importante tomar nota de que el análisis que Platón hace de las formas de alejamiento del ideal (es decir, de las distintas formas de gobierno y de su relación con los modos de desorganización social) se ubican en un plano próximo a lo real. Es decir, en su análisis de las formas de gobierno Platón no supone que se haya establecido, ni por aproximación, el rígido sistema de matrimonios, parentesco y clasificación social conocido como "el comunismo" de su estado ideal.
Los tipos o formas de gobierno que distingue Platón se ordenan según el grado de distancia respecto de la forma ideal que llamamos "modelo de la república bien constituida". En esta los dones se ordenan según las tareas que deben realizarse. La forma de gobierno que la caracteriza es la aristocracia, que conforma el polo positivo de un continuo que se extiende hasta el extremo opuesto, negativo, en que se ubican la democracia y la tiranía. Las formas intermedias son:
- la timocracia o gobierno de hombres orientados por el honor: se caracterizan por la designación de hombres cuyas disposiciones y dotes naturales corresponden a los defensores y guerreros, es decir, en quienes predomina la parte de la fogosidad y del coraje.
- En un tramo más distanciado se ubica la oligarquía, (ii) que asigna los puestos de mando a los ricos. En este caso, la polis se ha dividido en dos partes separadas y opuestas: la de los ricos que mandan y la de los pobres, que resultan excluidos de los asuntos públicos.
Es importante recalcar que para Platón, la democracia y la tiranía representan la negación de todos los principios de diferenciación y jerarquía que fundamentan el orden propio de la república justa. Su principio rector es, precisamente el de la igualdad de todos que también es, según Platón, el del desenfreno sin límite de los apetitos.
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