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Septiembre 2012

El pensamiento liberal en el proyecto de resistencia del gobierno evista

Jorge Lora Cam

Lo decisivo en la definición del Gobierno y la sociedad boliviana de hoy es el fracaso en la construcción del llamado Estado plurinacional y el relativo triunfo neoliberal es su aspecto ideológico. No podemos desestimar los otros elementos: el económico, militar y político. Si la construcción estatal es un proceso de integración del país, ésta no solo no se ha logrado sino que la desintegración tanto de las elites como del campo popular es mayor que antes. La recomposición del Estado compartido y la contrarreforma agraria constitucionalizada, la subordinación a los intereses brasileros y de las trasnacionales, son elementos que son potencialmente emancipadores.

El irrespeto a los pueblos indígenas y a sus demandas, el rechazo de viejos aliados, la imposición del MAS en la geografía política, la represión a las luchas sociales.

En el campo de las ideas, donde radica la verdadera fuerza de la ideología está en que los funcionarios y políticos gubernamentales, así como parcelas de la misma sociedad, no puedan pensar su condición y proyecto sin la ideología capitalista, sin los parámetros del decadente pensamiento liberal, sin la mutua determinación de los componentes de la dominación, en una subjetivización donde en apariencia la explotación y la lucha de clases desaparecen y donde la situación colonial ha sido liquidada (discursivamente) por el gobierno progresista.

Cuando el ideario se transforma en poder olvida lo que quería desterrar y se vuelve a un pasado, a una gestión de la acumulación capitalista que les asegure estabilidad y una débil redistribución legitimadora y electoralista. Como dijera Rosa Luxemburgo hace un siglo: "Del mismo modo que el liberalismo en su época de decadencia apelaba de la monarquía mal informada a la mejor informada, el centro marxista pretende apelar de la burguesía mal aconsejada a la que necesita adoctrinamiento".1 Aquí también podría aplicar la teoría mimética, donde unos no reconocen similitudes y al mostrar su originalidad buscan la unanimidad, volviéndose fuerza disgregadora y violenta, mostrando como los seres humanos imitamos a otros en función del deseo y una intrínseca tendencia que tenemos a dominar a los mas débiles, transfiriendo la culpa a terceros. En Bolivia el MAS comienza enfrentando a una derecha dura de Oriente, con la que el Gobierno termina aliándose, imitándola en lo neoliberal y adoctrinándola en el desarrollismo, en un gobierno compartido con ella.2 Y el tercero a enfrentar, el chivo expiatorio de este gobierno mestizo, es el pueblo boliviano.

La búsqueda de obediencia y la complacencia se pretende con las mismas armas oligárquicas para acabar con el conflicto y la crítica. Un Gobierno mestizo y de clase media, que navega entre dos aguas en la política, algunos de sus miembros con experiencia gubernamental neoliberal estatal y oenegeista - olvidando sus metas colectivasr de despolitizarsepoder estatal.nales y locales, etc. pero expertos en desarrollo social- es el mejor capital político que reciben los sujetos de la acumulación para esta tarea. Son quienes pueden lograr consensos entre trasnacionales, grupos de interés, patrones, sindicatos, colectivos sociales, medios, poderes regionales y locales, agrupaciones étnicas, etc. Pero para lograrlo deben destruir los colectivos que los llevaron al poder estatal. La contradicción estriba en que mientras la acumulación por desposesión agranda la brecha social y la conflictividad, el Gobierno aspira a terminar con ellos, la sociedad se politiza en lugar de despolitizarse y no olvida sus metas colectivas.

Lo que nos debe de preocupar no es el debate mestizo-antimestizo, respecto al censo, con claras posturas esencialistas coloniales y objetivos electorales, que al dejar de lado el aspecto relacional en continuo movimiento, polarizan la sociedad y, paradójicamente, colocan a muchos intelectuales críticos cerca del Gobierno. Lo mismo ocurre con la categoría nacional y plurinacional, que también nos deja y entrampa en el campo conceptual liberal colonial. La bolivianidad -como la peruanidad vista por Mariátegui- está hecha por la totalidad de las bolivianas y los bolivianos, y tiene como fundamento a los pueblos indígenas originario campesinos, a las comunidades interculturales (como son las poblaciones de las ciudades, las poblaciones migrantes) las poblaciones multiétnicaselementos militar y político-.eral es su aspecto ideol elementos militar y político-.eral es su aspecto ideolEEntra en con y afrobolivianas que en conjunto constituyen el pueblo boliviano. Pero además hay muchos otros bolivianos colonialistas que deben ser confrontados con un proyecto de país anticolonial, una minoría blanca burguesa o terrateniente aliada con trasnacionales por un lado y con mestizos e indígenas de la misma posición.

INDIGENISMO NEOLIBERAL Y DESAFÍOS CONCEPTUALES

La construcción conceptual esta pendiente, la categorías antes vistas lo demuestran, en América Latina tiene que ver con la formulación de preguntas y en la incapacidad del cómo incorporamos el momento histórico y la necesidad emancipatoria de ese momento, una realidad y unos sujetos que exceden los códigos teóricos.

Los conceptos que venimos utilizando están seriamente cuestionados pues también son derivaciones de la cultura de occidente, que no logro implantarse en realidades distintas. Las categorías república, nación, plurinacionalidad, etnia, liberalismo, democracia, soberanía, autodeterminación, mestizaje, multiculturalismo, etc. hay que manejarlos con pinzas y más aun los conceptos precedidos de pos: postcolonial, posneoliberal, poscapitalista, posmoderno o que trasmiten el "fin" de aspectos que fundan la realidad social: el sujeto, la historia, las grandes, narraciones y otras. Esperemos que podamos construir categorías que designen mejor estas complejas realidades neocoloniales.

Sin embargo, precisamente las categorías que aluden a la condición colonial y al imperialismo, a la soberanía popular y la autodeterminación, entre otras, que tantos problemas le crearon al imperio en los últimos 50 años son desechadas. Lo mismo ocurre con escuelas y teóricos, que con sus deficiencias y errores, y eso en todos, aportaron al conocimiento no eurocéntrico. La teoría de la dependencia, la filosofía de la praxis, la educación para la libertad, el pensamiento afroindígena, la memoria colonial-anticolonial y el pensamiento libertario, el guevarismo, el colonialismo interno, la resistencia cultural y en los últimos años el buen vivir, el mandar obedeciendo, los derechos de la naturaleza, la multidiversidad, la colonialidad del poder-saber-hacer, etc.

El concepto de Estado "plurinacional" es sintomático, pues ha sido adoptado por intelectuales y políticos de izquierda ecuatorianos, bolivianos y peruanos sin mayor duda y reflexividad. Algunos de ellos cuestionan los conceptos de Estado-nación, etnia, mestizaje, raza, y otros más. El problema estriba en que en los países indígenas Latinoamericanos (Perú, México, Guatemala, Bolivia y Ecuador) las nacionalidades no son tales, no constituyen prefiguraciones nacionales, aunque tengan territorio, lengua, religión, cultura diferentes continúan siendo victimas de la desintegración; mas aun si incluimos que deben ser grandes grupos humanos con una economía y memoria compartida y tener un proyecto político alternativo.

En Perú y Bolivia, con decenas de pueblos indígenas, la macroetnia quechua/aymara quizás sea la única que cumpla parcialmente con este requisito, mientras las otras etnias o pueblos indígenas aunque mantengan las formas tradicionales de vida (vestido, lengua y costumbres) y se les reconozca todos los derechos, incluyendo la autonomía y autodeterminación no son nacionalidades. Es mas correcto hablar de una Bolivia fundamentalmente indígena, con sus poblaciones indias y pluriculturales, y con migrantes establecidos, con los mismos derechos que los primeros bolivianos.

Igualmente, los conceptos de nacionalidad identitaria y el de nación son polisémicos y de fuerte contenido ideológico, como elementos constitutivos del estado-nación. Hacen alusión a la pertenencia a un grupo social identitario en el contexto del nacionalismo criollo que se impone en el siglo XIX en América Latina al inicio del proceso de una independencia, que prosigue su curso y que aun no culmina y que mas bien aparecen como construcciones cíclicas de composiciones, desestructuraciones y recomposiciones. El principio de nacionalidad que alude a la identidad entre nación y Estado, fue imposible de concretarse en la practica -incluso en Europa- dada la multiplicidad de identidades y confusión entre diferentes etnias, comunidades, culturas, lenguas, religiones, territorios y fronteras, acrecentada con las migraciones.

Para nuestros fines, es mas apropiado hablar de países coloniales y colonizados, los primeros capitalistas y los otros capitalistas coloniales. En los primeros se construye un real y/o aparente Estado nacional en beneficio de los poderosos y parcialmente de todos sus habitantes. En estos últimos con el colonialismo interno se configura una clase dominante que gestiona el nuevo colonialismo y por tanto en muchos casos no llega a estructurarse un Estado Nación pero si un Estado-gamonal a favor de muy pocos que gestionan la acumulación por desposesión.

El retomar la idea de estado-plurinacional significa continuar bajo estos parámetros, mas aun si se desechan las categorías de indio, etnia y mestizaje. Que seguirán siendo usadas hasta no inventar los conceptos mas adecuados El primero que nace con la colonización española, ha sido antes largamente cuestionado, y sin embargo hoy ya no se discute. El segundo en su momento también sirvió para otorgarle la misma calidad a las comunidades étnicas -o pueblos indígenas- que a la que compone el estado nación y se había apoderado de la soberanía: la nación criolla. Y el ultimo, también colonial, ofrecía ventajas y desventajas a este grupo poblacional y era y es un factor de movilidad social.

El proyecto gubernamental consiste en ciudadanizar el país, conservando el pasado y extendiéndolo a toda la población, que radica en terminar con los supuestos resabios del sistema de castas y de privilegios para ilusoriamente homogenizar al país. Copar el poder político en oscuras alianzas y utilizando todos los medios legales e ilegales no garantiza la construcción de ciudadanía. En Santa Cruz apoyan al burgomaestre Percy Fernández (ex MNR), acusado de corrupción por sus ex aliados, y paralelamente quieren expulsar al Gobernador Costas.

Si bien es cierto que la idea de mestizaje conlleva la idea de blanqueamiento y mecanismo defensivo, que termina ocultando lo indígena y negando el racismo, también es cierto que es el fundamento del nacionalismo y así ocurrió en México, donde en la segunda mitad del siglo XIX se convirtió en elemento central estructurante de la identidad mexicana a costa de la exclusión y devaluación de lo indígena y después de la revolución, con el discurso indigenista que procura incorporar al indio a la civilización occidental y cristiana. EL PRI condensa esta aspiración y se convierte en un real factor de movilidad social, en los últimos 80 años los indígenas desde el campo pasando por los pequeños pueblos llegan a cargos estatales importantes, aunque siempre subordinados a los criollos y blanco mestizos. En Bolivia se continua por este camino y sus gobernantes enfatizan en que la gran transformación esta en que los indígenas han ocupado los espacios de poder político.

El concepto de etnia si bien es un concepto también racista e implica devaluación y racismo, es mas correcto hablar de pueblos indígenas, cuya condición de humanidad esta en la reivindicación de tierras y territorios ancestrales con soberanía sobre ellos y los recursos que contienen. Cuando los pueblos asumen las grandes luchas lo hacen recuperando la capacidad de soberanía. Es la ruptura con los valores asumidos de quienes dominan y oprimen. Es un cambio de subjetividad. Es superar los conflictos culturales internalizados, es la reindianizacion en la lucha.

El neoliberalismo adopta la multiculturalidad frente a las demandas de los indianistas de ser considerados pueblos originarios, negando ambas concepciones su coetaneidad en la modernidad, y, al mismo tiempo, negaba la indianidad o etnicidad de campesinos, de los pueblos urbanos y muchos otros trabajadores que le otorgaban la calidad de mayoría viva y cotidiana. La reciprocidad, las culturas y otras características de los pueblos también se invisibilizan. Así mismo, antes, como hoy, frente al discurso que solo recupera símbolos y subordina clientelar y paternalistamente a los indígenas, la modernidad continua materializándose en los pueblos indios de la mano con la permanente recolonización cultural sobre las múltiples diversidades culturales aparecen coordinadoras de pueblos indios que establecen creadoramente programas anticoloniales de lucha en dialogo intracultural e intercultural que descolonice el mestizaje.

El mestizaje puede ser visto como un proceso de miscegenación (mezcla) y/o como hibridación y transculturación, que transforma permanentemente las complejas identidades históricamente construidas. Sin embargo no podemos dejar de lado las categorías dominación y heterogeneidad, asimilación e imposición, ocultamiento y objetivación, sumisión y subversión para caracterizar a dos grupos poblacionales: indígenas y mestizos. Con esto expresamos la indeterminación cultural e identitaria, las fronteras y el futuro visto a través del lente mexicano.

Debemos dejar de seguir elucubrando especulaciones eurocéntricas e investigar estos procesos en su momento histórico. En el caso boliviano los pueblos indígenas han estado unificados cuando enfrentaron el despojo capitalista, la acumulación por desposesión, impulsado por un poder publico secuestrado, que ha dejado de representarlos como sujetos contestatarios, como pueblos que aspiran a la libre determinación bajo la forma autonómica y el derecho a un desarrollo propio. Enfrentan un Gobierno que no les reconoce siquiera su condición de ciudadanos, pues los abusos a los derechos humanos son cosa de cada día y no se les reconoce sus derechos individuales y colectivos.

El racismo sigue permeando la vida social, las diferencias continúan siendo racializadas y esencializadas desde el propio poder. Los estereotipos racistas y machistas aparecen en boca de la alta jerarquía política a cada momento. La no incorporación de la categoría mestizo en el censo tiene un manejo ideológico, hay el temor de que la mayoría se declaren mestizos. La política indigenista de asimilación, integración y control -complementada por la invisibilizacion y menosprecio- impulsada por el MNR en su versión reformista y neoliberal es proseguida por las ONGs y después por el gobierno evista, separando a indígenas y mestizos enfatizando en sus diferencias haciéndolos inconmensurables. Cuando en realidad, ante la visión hegemónica en el MAS del indígena como rezago de la modernidad, hay que aceptar que la mayoría la hacen los indígenas y los mestizo indígenas, verdaderos o falsos, que deben tener iguales derechos respetando la pluralidad mestiza e indígena.

La discriminación en los ámbitos escolar, lingüístico, cultural en el medio urbano

En definitiva estamos en presencia de otra recomposición mas del Estado colonial donde la vida cotidiana no ha cambiado, se reconstituye el sentido común y la subjetividad colonial, se transforman las contradicciones en los fetiches y en la idea de modernidad, prevalece la óptica eurocéntrica, se construye un fetiche del poder donde realmente manda los gestores del capital y aparentemente mandan los indígenas. La realidad no cambia con una nueva Constitución. No se respeta la pluralidad de visiones políticas, étnicas y culturales, incluyendo la naturaleza como sujeto de derechos, el buen vivir, la recuperación del bien común, la desconexión, el mandar obedeciendo, los usos y costumbres, el cuidado agroecológico de la tierra, el derecho a la consulta previa, la ciudadanía colectiva, etc. Tampoco se recogen los aportes de occidente y del liberalismo revolucionario de su primera etapa: igualdad, dignidad, fraternidad, justicia, solidaridad, bienestar. La descolonización del mestizaje.

El poder queda sometido a las trasnacionales, al BM, al FMI, a la mediocracia y las oligarquías regionales. El país sigue siendo exportador de materias primas y reserva de mano de obra barata. Y en lo ideológico el mito civilizatorio, la desvalorización de lo propio, la etnicidad como cuestión de minorías indígenas, el patriarcalismo y el machismo, neutralización prebendal y clientelar, el uso de palabras que encubren, internalización de lo valores de los opresores, los indígenas son un ornamento y son objetos emblemáticos, simbólicos.

Los mestizos durante la dominación colonial no tuvieron un proyecto político propio por que no estaban organizados ni unificados siquiera tras la no tributación, el acceso a la tierra o el derecho a ejercer ciertas profesiones. Nunca fue la síntesis de la nacionalidad, pero si la síntesis de lo contradictorio, de lo contrapuesto, de la ambigüedad, de la aculturación y asimilación, de alienación , de la indefinición, de quienes quedaron entre la occidentalización y un imaginario de lo originario, es la permanente reconfiguración abigarrada de otras culturas mestizas, es lo intermedio, lo indeterminado y lo mutable, pero que si algo lo identifica es su cercanía al poder y eso es el gobierno del MAS, una expresión de lo mestizo. El gasolinazo y el conflicto del Tipnis son los corolarios de turbios procesos que ya venían dándose desde el inicio del Gobierno, que agrega nuevos ricos a los viejos, que consolida una alianza con trasnacionales y oligarquía para establecer un Gobierno compartido, una gestión colectiva del capital desde un control total del ejecutivo.

La perdida de legitimidad se expresa en la continuidad de la lucha y en el alejamiento de los movimientos sociales, intelectuales de izquierda y ONGs, los tres "instrumentos" que posibilitaron la llega de Evo al Gobierno. Y es que ha roto con la memoria de lucha del pueblo boliviano: no vemos que haya una reconstrucción estatal inidianista, tampoco descolonización, las nacionalizaciones y la revolución agraria fueron una farsa, menos se retomo el socialismo comunitario para engarzarlo con un proyecto de nuevo socialismo. Quienes mejor lo expresan son los compañeros de la CAOI donde están la CONAMAQ y la CIDOB (que celebra sus 30 años de lucha) quienes acusan a los gobiernos progresistas o alternativos de continuar con el modelo neoliberal extractivista vulnerando los derechos indígenas y de responder a las luchas con la criminalización, estigmatización, persecución, militarización.

Contra ello proponen persistir en la lucha y en la construcción de un nuevo paradigma civilizatorio. Su principal enemigo es el imperialismo venga de donde venga. Se ha dicho que en el TPNIS ya existían carreteras y traficantes de madera, que la dirigencia de la CIDOB recibe apoyo de USAID y que se había aliado con la derecha cruceña pero no se dice de los compromisos del Gobierno con la oligarquía, con las trasnacionales brasileras y que 35%% del territorio del TIPNIS ha sido concesionado para la exploración de hidrocarburos. Los argumentos de García Linera son banales y falsos no es que se quiera asegurar el acceso indígena a los derechos constitucionales, la vinculación territorial o acabar con las amenazas de la derecha.

En efecto si miramos la economía y a la sociedad veremos que la política macroeconómica no ha cambiado, el extractivismo (gas, petróleo, minería y biomasa, madera) la flexibilidad laboral, el manejo de las pensiones, los derechos laborales fundamentales, el contrabando, la economía informal y la corrupción (entre otros solamente en YPFB: Santos Ramírez y la creación de una empresa fantasma, Gerson Richard Rojas en la compra de terrenos para plantas de urea y amoniaco, adjudicación de la construcción de plantas de separación de líquidos, incremento de incentivos a las trasnacionales etc.), las demanda de autodeterminación y autonomía, los ingresos de la economía extractiva basada en la migración de contratos, el problema de la tierra, etc. No han cambiado. Y lo mas importante, la resistencia impide la política despolitizadora y que desaparezca el pensamiento critico, la política ha vuelto a las calles y caminos de Bolivia y se expande por el mundo.

¿QUÉ OCURRIO EN MÁS DE UN SEXENIO?

Un sexenio de Gobierno del MAS es un proceso que adiciona coyunturas muy complejas pero que va definiendo el rumbo estratégico, los límites que se ha autoimpuesto y el futuro esperable. Si analizamos la praxis y la ideología que le imprime el régimen irá desapareciendo la complejidad e ira apareciendo un país donde pocas cosas han cambiado y donde los beneficiarios son los mismos de antes.
1. Resalta la opción del Gobierno boliviano por el extractivismo, por la acumulación por desposesión, por la política económica neoliberal con cierta dosis de desarrollismo, que en resumen es inclinarse por la recolonización. Ello deriva del objetivo político de la dirección del MAS de permanecer en el poder para continuar los cambios, sean cuales fuesen. Buscar estabilidad económica y con ello respaldo electoral, lo lleva a favorecer intereses opuestos a la Agenda de Octubre: trasnacionales, banca, oligarquía oriental, latifundistas y agronegocios extranjeros (un millón de hectáreas en manos de brasileros), gran burguesía comercial, incluso el contrabando y la narcoeconomía. Esto ocurre en un contexto en donde al permanente despojo de recursos naturales y a la sobre explotación del trabajo ahora se agrega la disputa entre trasnacionales y potencias antiguas y emergentes por la expropiación de territorios con tierras, yacimientos, recursos acuíferos y biodiversidad.

2. El Gobierno del MAS no ha perdido rumbo -como algunos sostienen- desde el inicio estuvo decidido por el capitalismo andino y el Gobierno compartido con la derecha, bajo la dirección política de Álvaro García-Evo Morales. Siendo su principal objetivo la descolonización, entendida por este dúo como el desplazamiento étnico de los funcionarios y la ocupación de las instituciones, este ya se habría conseguido. Ahora falta desarrollar el capitalismo andino. Dejando la dirección económica a tecnócratas heredados del neoliberalismo que solo conocen la macroeconomía neoclásica y que saben de economía lo suficiente para aplicar las políticas del FMI-BM-BID combinadas con el neodesarrollismo industrializante de la CEPAL. Tarea difícil de llevar a la práctica pues una se opone a la otra.
El comportamiento de los gobernantes en seis años expresa su preferencia por la economía primario exportadora donde la economía solidaria y/o comunitaria ha pasado a último plano. Esta política ha orillado al Gobierno a pretender seguir los pasos de Brasil pero subordinándose a su política expansionista de imperio emergente y a sus empresas trasnacionales protegidas, de igual modo respecto a Chile que aunque le reclamen salida al mar, este país contribuye al empleo por el gran comercio y el contrabando de vehículos usados (180 mil en la última autorización), ropa de desecho y nueva y bienes de consumo de China, etc.
3. Siendo un Gobierno de intelectuales de centroizquierda y de la derecha reciclada, de tecnócratas neoliberales, oenegesitas y exlíderes populares -que no toman decisiones pero son intermediarios de algunas demandas sociales- aliados a banqueros y agroexportadores, asumen la total libertad de mercado y no trascienden el capitalismo. La política macroeconómica se basa en las políticas neoliberales de combate a la inflación, reducción del déficit fiscal y equilibrio de la balanza de pagos buscando la estabilidad y evitando la inversión productiva estatal. Sin embargo, el populismo electorero ha acrecentado la inflación a dos dígitos al centrar su política social en los bonos sin generar empleo, en el subsidio a la gasolina para la clase media y al diesel para los empresarios y el crecimiento de la burocracia en un 213%. Para evitar la escasez el país ha quedado inundado por las importaciones y contrabando de bienes de consumo convirtiéndose junto a con la narcoeconomía y la construcción con estos ingresos y las remesas en el motor de la economía.

4. Estos objetivos político económicos ha determinado la persistencia en reconstruir un Estado señorial, moderno-colonial que necesita expandirse y fortalecer la economía primario exportadora, mantener las cadenas hidrocarburífera para exportación de petróleo crudo, la agropecuaria soyera y ganadera, minera, comercial y de ser necesario destruir la economía tradicional y las organizaciones que las defienden, desconocer su propia Constitución. Solo así se explica la planta de etanol en el parque Madidi, la apertura a los transgénicos, el amplio apoyo a los soyeros y agroexportadores con créditos (por 1400 millones, para 42 proyectos, desafiándolos a utilizar 2000) y subsidios, la apertura del mercado de vehículos y chatas (en este caso reduciendo en 50% los impuestos).
En esta perspectiva la economía solidaria, comunitaria, autogestiva no tiene ninguna posibilidad, no solo es bloqueada su posibilidad sino que es atacada la que existe con la mercantilización de tierras, la titulación de propiedades privadas y el apoyo a la expansión latifundista.
5. En este contexto se explica la idea de obstruir toda idea de autodeterminación y autonomía, de autogestión y redistribución comunal de la tierra. Y también el alejamiento de los intelectuales más honestos y críticos por persistir de alguna manera en la Agenda de Octubre o en cambios graduales pero más profundos.

6. La llamada revolución agraria queda como una farsa total. Esta no pasa de ser una medida neoliberal basada en la redistribución de tierras fiscales, la expropiación de latifundios con formas esclavistas, la apertura del mercado de tierras y el respeto a todo latifundio productivo. El Vicepresidente miente cuando dice que los latifundios han pasado a manos indígenas. Solo 4 millones de hectáreas de Alto Parapetí otras zonas, en manos de madereros y ganaderos, han sido desapropiadas quedando más de 15 millones en manos de terratenientes.

7. La otra gran mentira es la nacionalización de los hidrocarburos. El instrumento del IDH no fue creación revolucionaria del MAS, fue aprobado el 2005 al incrementar en 32% los impuestos llegando al 50%. Con el MAS aumentó otro 32% De otro lado lo que ha permitido mejorar los ingresos han sido principalmente los mayores precios y volúmenes de producción. Sin embargo, las decisiones sobre producción, inversiones y reservas, comercialización y transformación siguen en manos de las trasnacionales. Tener mayoría accionaria no les sirve al Estado mientras no busquen nuevos territorios para exploración que limite el poder de las trasnacionales sobre el sector y puedan potenciar a YPFB. Esto ocurre porque aunque la frontera hidrocaburífera se ha expandido 4 veces desde el 2005 hasta el 2012 afectando a 22 comunidades, el hecho de que las reservas estén bajo control de las trasnacionales y que estas puedan generar una crisis energética obliga al Gobierno a aumentar aun más las exploraciones a expensas de otros pueblos indígenas.3
De acuerdo con una investigación del CEDLA :

a) el 80% del control aun está en manos de las trasnacionasles,
b) El control del sector por las trasnacionales ha ido creciendo llegando a controlar el 85% de las reservas, destacando Petrobras y Repsol,
c) Las trasnacionales de los hidrocarburos tienen altas ganancias y un incremento del precio por barril del 27% al 59% previsto por el "gasolinazo" de diciembre del 2010 hubiesen aumentado aun mas sus ganancias.4

En Minería el principal inversor es privado alcanzando el 97% en minas descubiertas en la colonia o incluso antes, exportando básicamente concentrados sin ninguna transformación. A Bolivia le queda el 8% del valor exportado, mientras COMIBOL (1952-1956) dejaba el 56%.
8. Mientras el Gobierno siga respondiendo a las exigencias de la globalización imperialista, del capital especulativo financiero, de las trasnacionales del sector extractivo energético y de la oligarquía del oriente boliviano, los pueblos seguirán luchando por recuperar su capacidad de decidir manteniéndose como sujetos en resistencia y ello tiene que ver con su oposición a la expansión capitalista y la defensa de sus territorios, el rechazo a la propuesta estatal y campesina para favorecer a las trasnacionales y a los campesinos ricos y latifundistas con una nueva ley de hidrocarburos y de tierras. Esta ofensiva estatal que se expresa en lo político en la asimilación de representantes de la macroétnia quechua-aymara, el control de la COB (donde están mineros cooperativistas, la CSTUCB y otras organizaciones manipuladas por el Gobierno) y en la destrucción de sujetos opuestos como los indígenas del oriente y las ONG críticas.

9. La carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos ruta f-24 que fue contratada en agosto de 2008 en tres tramos, sin consulta previa, con toda la intención desde ese entonces de en su momento imponer el tramo II. De otro lado hay que recordar que desde el 2003 más de 40 veces los indígenas del oriente se pronunciaron contra la posibilidad de construir dicha carretera. Esta información es vital para entender la actual coyuntura y por qué el Gobierno quiere derogar la ley 180 de protección del Tipnis promulgada por el mismo. Los pueblos indígenas están en contra de los fines recolonizadores de esta carretera y contra la expansión de los cocaleros, sin embargo lo único que piden es que cambie su recorrido. Pero los compromisos con Brasil parecen más fuertes y obligan al Gobierno boliviano a cumplir con sus compromisos con la empresa OAS financiadora de las campañas del PT.

10. Han aparecido nuevas contradicciones que se suman a las viejas. Los movimientos sociales han sido divididos y se enfrentan entre ellos, hasta polarizarse. Los movimientos populares e indígenas (CIDOB-CONAMAQ) se enfrentan al gobierno y a los cocaleros, colonizadores y mujeres campesinas en defensa de la Agenda de Octubre y de sus territorios que se vienen subastando. La derecha secesionista está en franca extinción al judicializarse la persecución política y al perder el apoyo de los empresarios orientales. Sus promotores externos buscan nuevas opciones, mientras esperan apoyan al Gobierno del MAS que sigue dando muestras de buen comportamiento.
Los partidos en general siguen perdiendo protagonismo, excepto en procesos electorales. Los intelectuales de las ONG y de la izquierda también están escindidos, la mayoría está en franca oposición crítica y fundamentada al Gobierno y muy pocos -generalmente asalariados por el Estado- lo defienden. El Gobierno pierde cada vez más apoyo popular aunque mantiene algo de fuerza en base al prebendalismo, corporativismo y clientelismo en la COB, entre los guaranís la APG, lo que tiene que ver con el siguiente aspecto.
11. Después de varias derrotas en el 2011 que se inicia con el levantamiento popular contra el gasolinazo, en las elecciones en Quillacollo y Sucre, mas tarde en las elecciones judiciales donde obtuvieron 40% de los votos y finalmente la VIII marcha indígena de la CIDOB a favor del TIPNIS con la que lograron la Ley Corta, el Gobierno organiza una Cumbre Social en Cochabamba con la intención de escuchar demandas y procesar las que le interesa, mientras desata una iniciativa de recapturar sindicatos y organizaciones populares. Al margen de lo que logre, lo cierto es que ya ha perdido el último recurso legitimador que se encontraba en la ética y la verdad, en la honestidad y el combate a la corrupción. El encubrimiento de diversos casos de alta corrupción ampliamente difundidos.

12. En el fondo, el objetivo político parecería ser la despolitización revolucionaria, la desculturación indígena, desaparecer la conciencia crítica y lograr el consenso del no cambio y mantener la confianza en el sufragio. Paralelamente seguir concentrando el poder político institucional, impedir las autonomías, compartir el poder con los empresarios, latifundistas y trasnacionales y difundir la ideología del consenso y la industrialización. No se trata de destruir al viejo poder económico sino de persistir en la bifurcación que integre a los empresarios andinos.

13. Lo que no se puede negar es que el Gobierno del MAS ha logrado concentrar el poder político y reemplazar a gran parte del funcionariado por mestizo indígenas que se suman a muchos reciclados de la derecha y de la vieja burocracia. Para García Linera esta es la descolonización articulada al control de las Fuerzas Armadas y Policiales, del Poder Ejecutivo y Electoral, de la Asamblea Plurinacional y gran parte del ejecutivo de los departamentos y municipios. Este control es el que ahora le permitirá continuar con sus políticas entreguistas y la persecución de toda oposición, sea de derecha o izquierda, la acumulación de fuerzas a través del clientelismo y prebendalismo.
Esta fortaleza táctica puede convertirse en su debilidad estratégica. Si consideramos que hay cada vez más conciencia de que el Gobierno del MAS nunca quiso construir un Estado democrático yantiimperialista, si por ello se entiende un proceso a favor de la autodeterminación y la autonomía, del autogobierno y la defensa de los bienes y reivindicaciones comunes. Tampoco quiso ni quiere construir un Estado Plurinacional o por lo menos respetar las culturas y territorialidad indígena en el Oriente, a las comunidades multiétnicas que aunque no son nacionalidades, ni naciones son el fundamento originario del país. Quedarse en la defensa de las instituciones y del sufragio electoral liberal, impide la construcción de sujetos que impongan cambios permanentes y destruyan la hegemonía capitalista.

Desde fuera del Estado se está dando la resistencia acompañada de una solución articulada de la conciencia histórica, la memoria y la conciencia social como base de la unidad de la izquierda, con espacios creados desde abajo, con articulaciones políticas duraderas y militantes que repolitizan los pueblos, democratiza las sociedad y permite la aparición de nuevos líderes.

La alianza de indígenas y mestizos con otros sectores tiene como requisito un proyecto de país que presente alternativas al capitalismo, que amplíe la democracia.

  1. Rosa Luxemburgo, La acumulación de capital, Grijalbo, Mexico 1967. P. 453.
  2. Miguel Concha, Teoría mimética y construcción social, La Jornada, México, agosto 2012.
  3. Pablo Villegas, "Que significan las declaraciones de Evo Morales del 26/09/2011. El objetivo del Gobierno: liquidar las TCO y entregarlas a las petroleras", www.rebelión.org enero 2012.
  4. Gasolinazo, "Subvención popular al Estado y las trasnacionales", www.plataformaenergética.org








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