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Mayo 2012

Reforma educativa: Conocimiento científico y mítico en la educación boliviana

Ramiro Gutiérrez Condori*
Pukara

El objetivo del presente artículo es reflexionar brevemente sobre los desafíos que plantea la implementación del nuevo modelo educativo comunitario en la educación boliviana. Para realizar el análisis de estos tópicos, he recurrido a los libros Mito y Significado (Alianza Editorial, 1995) y Pensamiento Salvaje (FCE, 1964) de Lévi-Strauss, ayudándome a comprender que el Modelo Educativo Comunitario en Bolivia es viable, siempre y cuando seamos capaces de manejar el conocimiento científico y mítico con pertinencia y reconocer sus limitaciones.

Pensamiento científico y pensamiento mítico


Haciendo referencia al pensamiento académico de los siglos XVII y XVIII Strauss señala que «la ciencia necesitó erguirse y afirmarse contra las viejas generaciones del pensamiento místico y mítico; se pensó entonces que ella sólo podría existir si volvía la espalda al mundo de los sentidos, al mundo de que vemos, olemos, saboreamos y percibimos, que el mundo sensorial era un mundo ilusorio frente al mundo real, que sería el de las propiedades matemáticas, que sólo pueden ser descubiertas por el intelecto y que están en total contradicción con respecto al testimonio de los sentidos» (Lévi-Strauss 1995: 24).

Respecto al conocimiento mítico el autor señala «su finalidad reside en alcanzar, por los medios más diminutos y económicos una compresión general, sino total. Es decir, se trata de un modo de pensar que parte del principio de que si no se comprende todo no se puede explicar nada, lo cual es absolutamente contradictorio con la manera de proceder del pensamiento científico que consiste en avanzar etapa por etapa, intentado dar explicación para un determinado número de fenómenos y progresar, enseguida, hacia otros tipos de fenómenos y así sucesivamente» (Lévi-Strauss 1995: 38)

¿Por qué hago referencia a estos temas de antropología cuando hablamos de concreción del currículo comunitario en Bolivia? Porque el nuevo modelo Socio comunitario Productivo que analizamos en este artículo, nos plantea el desafío de articular pedagógicamente el pensamiento científico occidental con el pensamiento científico y pensamiento mítico (o ciencia de lo concreto para Lévi-Strauss) de las distintas nacionalidades del Estado Plurinacional, lo que significa un cambio en el abordaje de estos dos tipos de conocimientos.

Antes de entrar a?analizar estos temas es necesario dejar claro?que el nuevo modelo?educativo comunitario?está basado principalmente en principios de equidad y de igualdad, el reconocimiento cultural de las diversas nacionalidades y el derecho a decidir qué tipo de educación quiere cada pueblo, aspectos que se reflejan en la Ley Avelino Siñani-Elizardo Pérez y el Currículo Base que el Ministerio de Educación viene construyendo desde el 2006.

El sistema Educativo Plurinacional señala que «el currículo es un espacio de construcción y de producción de sentidos», asimismo se señala que el diseño curricular reconoce la existencia de las dimensiones del Ser, Conocer, Hacer y Decidir para el Vivir Bien, que básicamente hacen referencia a tres de los cuatro pilares del clásico informe Delors que hablaba del Saber, Ser, Hacer y Convivir.

El pensamiento mítico y científico en la educación boliviana


Después de muchos años de trabajo del nuevo diseño curricular, que está en formato casi final, plantea una organización curricular basada en cuatro campos de saberes y conocimientos:

cosmos y pensamiento, vida, tierra y territorio, comunidad y sociedad y ciencia tecnología y producción


áreas de saberes y conocimientos (áreas curriculares) y ejes articuladores:

Educación intracultural, intercultural y plurilingüe;
educación en valores socio comunitarios;
educación en convivencia con la naturaleza y salud comunitaria
y educación para la producción


terminología técnica que ha sido desarrollada para poder visibilizar el nuevo modelo educativo comunitario. En esta nueva propuesta se plantea lograr un «desarrollo integral» u «holístico», además de desarrollar una educación intercultural y descolonizadora que permita rescatar y fortalecer los valores culturales de las distintas nacionalidades

¿Qué implica el desarrollo holístico y rescate y revalorización cultural? ¿Qué quiere decir cuando se señala: «desde la perspectiva de la concreción pedagógica y didáctica, los saberes y conocimientos son trabajados de manera holística, ecléctica, dialógica y cíclica»?

Si bien todos los pueblos han realizado y realizan abstracciones del mundo y lo reflejan en su cultura material y espiritual, estas abstracciones de su relacionamiento con el mundo material o espiritual se concretan en una serie de acciones que buscan solucionar los problemas que se presentan en el cotidiano como comer, alimentarse, trabajar, vestirse, etc. Al respecto Lévi-Strauss señala: «los pueblos indígenas son perfectamente capaces de poseer un pensamiento desinteresado; es decir son movidos por una necesidad o un deseo de comprender el mundo que los circunda, su naturaleza y la sociedad donde viven.

Por otro lado responden a este objetivo por medios intelectuales, exactamente como lo hace un filósofo o incluso, en cierta medida, como puede hacerlo o la hará un científico» (Lévi-Strauss 1995: 37). El autor señala la limitación de la ciencia de lo concreto o pensamiento mítico para responder a ciertos problemas: «esta ambición totalitaria de la mente salvaje es bastante diferente de los procedimientos del pensamiento científico. Y la gran diferencia, en verdad, reside en que esta ambición no alcanza el éxito». (Lévi-Strauss 1995: 38)

Asimismo señala que «la grandeza y la superioridad de la explicación científica no sólo reside en las realizaciones prácticas e intelectuales de las ciencia, sino también en el hecho, del que damos testimonios a diario con mayor claridad, de que la ciencia no sólo está preparada para explicar su propia validez, sino también aquello que, en cierta medida, es válido en el pensamiento mitológico». Strauss es claro en señalar la necesidad de observar y estudiar los aspectos cualitativo y no solo los cuantitativos. ¿Qué quiere decir el autor con esto?

Está claro que el pensamiento concreto o mítico del que habla Lévi-Strauss, es sin duda el pensamiento que los pueblos indígenas y el Estado de Bolivia quieren reivindicar, como parte del proceso de descolonización, y que al igual que el pensamiento occidental busca dar solución a los problemas fundamentales de los individuos o la colectividad. Para esto recurre al conocimiento científico local (igual que occidente) pero también al conocimiento mágico religioso.

Sin embargo, el conocimiento mítico puede tener limitaciones en el momento de responder a los problemas que se presentan en una determinada sociedad; por ejemplo, para controlar las inundaciones los agricultores andinos recurren a una serie de ceremonias y acciones comunitarias que buscan que los fenómenos naturales no dañen sus cultivos. En muchos casos los efectos de esta determinación social de realizar rituales no son los esperados, como por ejemplo: hacer llorar a los niños para que llueva. Esto muchas veces no tiene el impacto esperado, ¿Por qué?

Muchos economistas y cientistas sociales han mostrado las potencialidades del conocimiento andino respecto a la producción, pero también han mostrado las limitaciones de la tecnología andina en la producción agrícola y la necesidad de recurrir a la tecnología occidental para solucionar problemas de aumento de la productividad, que el conocimiento científico y el conocimiento mitológico de los pueblos involucrados, lo soluciona de manera limitada.

Necesidad de manejar contenidos y metodologías de manera pertinente


Es necesario hacer comprender al padre de familia, al docente y al estudiante que el nuevo Currículo Base logrará los mismos resultados del currículo tradicional que priorizaba el desarrollo de habilidades técnicas y científicas y que lo preparará para ingresar a cualquier universidad del mundo o vivir en cualquier contexto cultural, con un buen nivel de formación básica. Que el conocimiento mítico de ninguna manera se constituirá en una limitación, sino más bien en una complementación que permitirá una formación integral con identidad.

Está claro que el nuevo modelo educativo plantea integrar el conocimiento cien- tífico y el conocimiento mítico en el proceso pedagógico, por lo que no debería tener ningún efecto negativo en la preparación de los futuros bachilleres y postulantes a las universidades.

Cuando el Ministerio de Educación anunció en febrero que el nuevo diseño curricular entrará en vigencia en los primeros años de primaria y secundaria del 2012, algunos docentes y padres de familia han manifestado su desaprobación a la aplicación del nuevo diseño curricular, sin comprender ni evaluar lo que implica esto.

Algunos se han adelantado a señalar con cierto grado de ignorancia que esto es acientífico y que sólo se convertirá en un retroceso. Mientras las editoriales han logrado cambiar el nombre de la graduación de seis años de primaria y seis de secundaria (el único cambio) por efectos de la aplicación de la nueva Ley 070/10, el Ministerio de Educación sigue en la revisión del Currículo Base, el mismo que aun no ha sido aprobado por el magisterio rural ni urbano. ¿Por qué se dan estos temores?

Es muy probable que esto responda a un débil abordaje de lo intercultural, la presencia abusiva (en algunos de los casos) de los contenidos locales, el andinocentrismo, el tratamiento poco pertinente del conocimiento científico, la poca posición crítica de los técnicos del Ministerio de Educación, la inexistencia de procesos de capacitación y la poca información respecto a cómo abordar y comprender estas temáticas.

A pesar de que se han desarrollado consultorías y organizado talleres para definir contenidos con sabios indígenas y especialistas de educación, el currículo aún no ha logrado concretarse oficialmente. Hasta ahora no se ha recibido una explicación coherentemente respecto a cómo tratar el conocimiento científica y mítico, sólo se han escuchado alabanzas de lo mítico andino y rechazo al positivismo occidental, sin ninguna reflexión seria acerca de cómo integrar ambos conocimientos ni cómo desarrollar las bases teóricas y metodológicas del nuevo modelo educativo comunitario.

Las ideas confusas de intra e intercultural han generado este rechazo, sin que nadie aclare esto. Esto quizá se debe también a la poca información respecto a cómo se operativizará el currículo en el aula y cómo se garantizará que los estudiantes no bajen de nivel académico, ni se limitará a enseñar lo que ya saben por experiencia de vida propia. Las observaciones a las ideas andino centristas que aparecen en la propuesta curricular y las imprecisiones respecto a cómo tratar ambos tipos de conocimientos (conocimiento científico y mítico) en los ámbitos urbano y rural, son algunas de las preocupaciones de muchos ciudadanos de este país que tienen hijos en el sistema educativo público o privado.

Si bien el modelo educativo comunitario ya tiene forma, falta aun visibilizarlo ante la sociedad, aprobarlo de manera participativa y concretarlo en el currículo des- de un enfoque intercultural que trate el conocimiento científico y mítico en una especie de trama constructivista (tercer nivel de concreción del currículo) y se concrete en metodologías apropiadas a las actuales condiciones de infraestructura y de recursos huma- nos con que cuenta el Sistema Educativo Plurinacional.

Esto implicará desarrollar materiales interactivos, formar a los maestros, sensibilizar a los padres de familia y, lo más importante, desarrollar contenidos y métodos y tratarlos de manera coherente. De un buen manejo de los contenidos y las nuevas metodologías dependerá si el cambio educativo fracasa o no.

En todas las latitudes del mundo las sociedades han pasado de simples a complejas, al pasar el tiempo y como producto de los procesos de intercambio cultural propio de las distintas sociedades, los encuentros y desencuentros entre estas diversidades han hecho que surjan nuevas necesidades referidas al ámbito laboral que tienen que ver con la especialización de las personas y con las demandas del mundo globalizado.

El contexto actual requiere ingenieros, informáticos, cientistas sociales, médicos y todo tipo de profesionales que utilicen y produzcan conocimiento y desarrollen tecnologías que permitan afrontar los desafíos del futuro, en las mismas condiciones que los países desarrollados. Entonces, la educación comunitaria no puede ignorar las Tecnologías de Información y Comunicación, ni olvidar que necesitamos el conocimiento científico occidental en todas las disciplinas; sin este conocimiento estamos destinados a seguir sien- do dependientes y exportadores de materia prima.

Es necesario que los educadores piensen en los nuevos contenidos y metodologías que se implantarán en los colegios, sin despreciar o minimizar el cono- cimiento mítico o científico. Occidente ha empezado a mirar a las diversidades étnicas positivamente para aprender de ellas, una muestra es la obra de Lèvi-Strauss o de otros cientistas sociales que valoran el conocimiento mítico y que han sido capaces de entenderlo, en esta misma lógica de reconocer y valorar lo diverso.

Es necesario que los que diseñan las políticas educativas de este país, logren enseñar ambos tipos de conocimientos, evitando caer en el etnocentrismo y peor en el andino centrismo, o un comunitarismo extremo, que lo único que hará será generar más xenofobia y racismo.

No deseamos que los alumnos se conviertan en buenos agricultores que recurran sólo a ritos de petición de lluvias o que respondan solo a los bioindicadores como el canto de un pájaro que anuncia la época de siembra o la floración de ciertos cactus que anuncian también tiempo de siembra, para garantizar una buena productividad, sino agricultores que además de realizar estas actividades del conocimiento mítico, sean capaces de desarrollar conocimientos y utilizar nuevas tecnologías que permitan aumentar la producción y controlar los efectos del daño ecológico.

Debemos ser capaces (padres, profesores y estudiantes) de comprender que ahora el conocimiento científico (conocer y hacer) va junto al conocimiento mítico (saber ser) en el mismo nivel, y que su compresión implica asumir un enfoque intercultural y crítico. Además, no debemos olvidar que el conocimiento mítico no sólo es tradición (danza, música, juego, etc.) sino también religión, lo que plantea el desafío de operativizar el cuarto componente que es el saber decidir, y que pondrá en cuestión, todo lo que se refiere al tema de identidad y de posición ideológica y política.

Debemos reconocer que la ciencia occidental nos ayuda a comprender temas del pensamiento mítico, pero también a reconocer que el pensamiento mítico tiene ciertas limitaciones en el momento de plantear soluciones reales a problemas de la vida. Si no somos capaces de enseñar de manera integral ambos conocimientos, no lograremos nunca la tan mentada formación holística y crítica y sólo seguiremos formando ciudadanos sin identidad, para el consumo global.

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* Ramiro Gutiérrez Condori es antropólogo.
Pukara.
Periódico mensual Abril 2012
Qollasuyu?Bolivia. Año 6 Número 68








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