Abril 2012
LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIÓN NEOLIBERAL EN AMÉRICA LATINA
Yoandris Sierra Lara 1
Introducción
En los últimos años, se ha venido sucediendo en América Latina procesos nacionalistas, populares, democráticos, que hasta cierto grado, han roto con los esquemas más ortodoxos del pensamiento y la arquitectura económica-social y política que como camisa de fuerza impuso en la región la denominada "globalización neoliberal".
Estos procesos, que aun no están ciertamente consolidados como alternativas al capital trasnacional y el imperialismo, al menos han comenzado a fracturar el mito de la posmodernidad, del postdesarrollo y del pensamiento único, mostrando lo débil que es toda la concepción de la globalización y especialmente, de la superación histórica del Estado y sus políticas económicas y sociales para alcanzar el desarrollo.
Este trabajo aparece como apoyo a esos procesos de transformación, y su utilidad consiste especialmente en mostrar los verdaderos resultados de esta etapa neoliberal en la región, toda vez que aún muchos se aferran a tal época presentándola como de mejor resultados que los procesos actuales.
En ciencias sociales, es cuando los procesos y hechos comienzan a quedar en el pasado, cuando mejor puede analizarse la esencia, características, causas y consecuencias de los mismos y felizmente, el neoliberalismo comienza a quedar en el pasado de nuestros pueblos, en un proceso que el economista cubano Osvaldo Martínez define como la "compleja" muerte del neoliberalismo.
Desarrollo
El sistema de impactos neoliberales en América Latina es tan amplio y variado como mismo lo es la aspiración del modelo de imponerse como regulador de la sociedad, la economía y la política en su conjunto. De ahí que la cadena de impactos alcance lo económico, lo social, lo político, lo ambiental e incluso lo ideológico-cultural.
Desde el punto de vista sociopolítico, el analista norteamericano James Petras refiere que "El neoliberalismo en el poder, ha transformado la naturaleza de las políticas y las propias relaciones políticas e interestatales. El hecho político fundamental es la aparición de un sistema político neoautoritario, bajo el disfraz del proceso electoral. Los regímenes recurren a un estilo autoritario de gobierno-característico de regímenes militares-para poder implementar las políticas neoliberales antipopulares de privatización de empresas públicas, promover los intereses agro-industriales en desmedro de los campesinos y obreros rurales e incrementar el número de desempleados para bajar los sueldos urbanos.
1o Gobiernan por decreto: la privatización de las empresas públicas se decreta por el Ejecutivo sin consultar a la ciudadanía ni al Congreso.
2o Las decisiones las toman organizaciones no electas por la ciudadanía, como las instituciones financieras extranjeras y domésticas.
3o El aparato del Estado (judicatura, altos mandos militares, policía y agentes de inteligencia) permanece incambiado con respecto a la dictadura.
4o El régimen promueve una cultura de miedo: se usan amenazas de fuerza e intimidación para inhibir la movilización de masas y la oposición pública.
5o Las elecciones se controlan a través de la manipulación y el control de los medios de comunicación, vía fraude (como en México) o por la compra de diputados del Congreso (como en Brasil).
El neoliberalismo es compatible con las elecciones, pero depende de medidas autoritarias e instituciones para implementar su programa. El proceso electoral en sí, se devalúa porque los políticos neoliberales nunca hacen campaña para su programa real e incluso prometen corregir los abusos del neoliberalismo. Una vez electos, proceden a profundizar y extender el proceso de privatización.
(
) En resumen, el neoliberalismo corrompe el proceso legislativo, haciendo de los miembros del Congreso elegidos por los votantes, meros funcionarios del Ejecutivo. El nuevo autoritarismo de los neoliberales se manifiesta en su política hacia los trabajadores. Mientras los regímenes militares sencillamente reprimieron los derechos laborales, los neoautoritarios aprueban leyes laborales restrictivas, que facilitan el despido de los trabajadores, debilitan o derogan las regulaciones con respecto a la salud y al bienestar, y alientan a los patrones a intensificar la explotación a través de prácticas de "flexibilidad laboral" El crecimiento del desempleo y las nuevas leyes laborales, tienen el doble efecto de "fragmentar" los sindicatos tradicionales, debilitando su poder colectivo de negociación"2.
Sin lugar a dudas, décadas completas de práctica neoliberal tuvieron un impacto en las condiciones de organización de la clase obrera, el papel del sindicalismo y la fortaleza y dinámica de los vínculos sociales por un lado y en cuanto a la dimensión sociopolítica- institucional del Estado burgués por el otro.
En cuanto al primer aspecto, los cambios en la base económica sucedidos en los últimos treinta años han provocado situaciones como las siguientes: "..., en el modelo postfordista la cohesión social dejó de ser algo dado. La sociedad de nuestros días está dominada por el riesgo, por una absoluta falta de seguridad, por lo impredecible. ( ...) En esta sociedad el desarrollo industrial no puede seguir garantizando la reconstrucción de los vínculos sociales; estos vínculos, o se reconstruyen artificialmente de alguna manera o están ausentes"3.
Estos sucesos de asocian a la asimilación de un nuevo paradigma en la acumulación capitalista y sobre todo, a la pérdida de importancia relativa de la economía real, la demanda efectiva y con ella de los trabajadores como clase social4.
En esta misma lógica puede plantearse que "
los problemas de legitimidad política entran en franco conflicto con los problemas de la racionalidad económica"-al tiempo que "se privilegia la cuestión de los equilibrios macroeconómicos por encima de los mecanismos de integración social"5.
La segunda dimensión conlleva un análisis más detenido. Está claro que aún en las condiciones de un retraimiento del Estado en los asuntos económicos como el sucedido en los últimos treinta años, no debilita ni un ápice el carácter burgués de esta maquinaria y su naturaleza represiva de una clase social contra otra. El Estado sigue siendo burgués y sigue siendo represivo por naturaleza. Pero una pérdida real de poder económico, expresada en un debilitamiento de la capacidad reguladora, interventora y propietaria de esta institución, tiene por fuerza que afectar su dimensión política6.
Esta debilidad en la dimensión política del Estado-sobre todo el periférico-no se hace evidente mientras prosiga dominando un gobierno burgués proimperialista, al que le bastará con aplicar la fuerza bruta para controlar la situación social; pero en cuanto un gobierno nacionalista llega al poder político, encuentra una estructura debilitada en lo económico y por tanto, limitada en lo político. Consideramos que la debilidad política del Estado Nación viene así a sumarse a la debilidad económica del mismo y a un tipo de acumulación especulativo-financiero como el utilizado por el neoliberalismo bajo su dominio.
Desde el punto de vista económico, los impactos han sido variados entre los países, aunque de forma general se puede plantear que los mayores logros del neoliberalismo fueron en cuanto a generar estabilidad macroeconómica y mitigar los procesos inflacionarios, siendo afectada seriamente la capacidad industrial de los países, el empleo, la estructura productiva de los mismos, el dominio soberano sobre los principales recurso, etc.
Reproducimos a continuación un análisis magistral de Adrián Sotelo Valencia sobre las características y los efectos perniciosos del neoliberalismo en América Latina. Así plantea:
"El resultado de la crisis del patrón de reproducción de capital dependiente exportador en América Latina puede ser caracterizado como la entrada de la región en la etapa de la des-industrialización y el desarrollo de un nuevo "modelo" primario-exportador que descansa preferentemente en la producción y exportación de productos primarios como alimentos, materias primas y minerales y en la venta al exterior de fuerza de trabajo barata que genera nuevas trayectorias a los procesos migratorios a finales del siglo XX y principios del XXI.
Las características de esta nueva formación económica pueden ser enunciadas como las siguientes:
a) Un profundo deterioro de la capacidad de negociación de los gobiernos y países con las grandes empresas transnacionales y los organismos financieros y monetarios, que por lo menos atenuara la reforzada dependencia estructural de las importaciones y de lo que queda de la "sustitución" de las mismas.
b) El abandono de la industrialización como "estrategia de desarrollo" ha provocado que los países latinoamericanos en su conjunto cambien su "mapa económico" en el mercado internacional, por uno donde los recursos naturales, los alimentos y las divisas -derivadas de las remesas que miles y miles de trabajadores latinoamericanos envían desde Estados Unidos a sus países de origen como producto de la venta de su fuerza de trabajo- desempeñen el papel central en el nuevo patrón dependiente de acumulación y de reproducción de capital.
c) La actividad de maquila y la exportación de fuerza de trabajo se convierten, así, en las principales "estrategias de desarrollo" de los gobiernos y los diseñadores privados nacionales y extranjeros de las rutas que América Latina debe seguir para estar "a tono" con las exigencias de la globalización capitalista.
d) Una reforzada dependencia en todos los órdenes (comercial, financiero, tecnológico y científico) que implica la cesión de soberanía en favor del capital y los inversionistas privados nacionales y extranjeros.
e) La incapacidad estructural y política que se deriva de la lógica del patrón capitalista dependiente neoliberal "primario-exportador" para generar "políticas de desarrollo" y de bienestar social, en la medida en que su proceso de obtención de ganancias radica fundamentalmente en el exterior, es decir, en la dinámica de los mercados internacionales y depende también del lugar que cada país de América Latina ocupe en la división internacional del trabajo.
f) La crisis y la desindustrialización del capitalismo latinoamericano en las dos últimas décadas del siglo XX forjaron sociedades subdesarrolladas con grandes contingentes poblacionales sumidos en la pobreza extrema, en la precarización del trabajo y en la marginalidad social"7.
Otro de los graves efectos socioeconómicos del neoliberalismo es el impacto negativo sobre el empleo, tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo. Así, "En 1999, el 50% de la fuerza de trabajo de Latinoamericana se encontraba en el desempleo abierto o bien en sectores de baja productividad; porcentaje que para las áreas rurales era mucho mayor. Así, la desocupación alcanzó alrededor de 8.6% (más de 18 millones de personas), al mismo tiempo que se dio un deterioro en la calidad de los empleos, dado que siete de cada diez nuevas plazas se generaron en el sector informal"8.
La siguiente tabla muestra las tasas de desempleo de la región desde el año 1985 hasta 1996, donde se evidencia cómo el desempleo era un grave problema social. Algunos de los países más críticos eran Argentina, con una tasa de desempleo promedio del 9.03% en el período, Chile con un 8.47% promedio, Panamá con un altísimo 17% y Venezuela, un país de inmensas riquezas naturales con un 10.06%.
Tabla 1. Desempleo en América Latina. 1985 - 1996.
Fuente: Gigli, J.M. Neoliberalismo y Ajuste Estructural en América Latina.
La misma lógica neoliberal de ubicar el motor del crecimiento económico en las exportaciones llevó a impactar negativamente en las conquistas de los trabajadores en el afán de hacer más competitivo el sector exportador y más baratas las mercancías exportadas. "En la búsqueda por mantener o incrementar la competitividad de la economía a nivel internacional, la organización del trabajo en América Latina durante los noventa, tuvo cambios significativos que se caracterizaron por la precariedad.
En este sentido, se acentuó la desregulación laboral mediante la reducción de los costos de mano de obra, las contrataciones de corta duración, la reducción de las indemnizaciones por despido y del derecho de huelga, entre otras cosas. Esta precariedad, por supuesto, se vinculó con menores remuneraciones, mayor vulnerabilidad y pobreza"9.
En la misma medida en pleno período neoliberal se da un claro retroceso o disminución de los ingresos reales de los trabajadores de la región, como evidencia la siguiente tabla.
Tabla 2. Evolución del salario real en América Latina por períodos.
Fuente: Gigli, J.M. Neoliberalismo y Ajuste Estructural en América Latina.
Estos datos y otras realidades demuestran como la lógica y práctica neoliberal es pro capital y abiertamente anti obrera, el ajuste estructural de la economía es la prioridad y a ello se subordina la situación social. De hecho, los datos sociales son todavía más negativos que los del comportamiento económico, sobre todo cuando se analiza la evolución de la pobreza en todos sus variantes, la concentración del ingreso, la infraestructura hospitalaria y educacional, las redes de seguro social, etc.
Los siguientes datos y análisis argumentan estas tesis:
· En relación con el ingreso, al finalizar los noventa, la mayoría de los países de América Latina siguieron presentando un perfil de distribución caracterizado por la elevada desigualdad, lo que ha colocado a este continente como la región más inequitativa del mundo. Tal situación se expresa, en parte, en la elevada proporción del ingreso total captada por 10% de los hogares de mayores recursos, que supera 19 veces la que recibe en promedio 40% de los hogares más pobres en algunos países de la región y se atenuó la tendencia favorable en otros"10.
· "La aplicación de las políticas neoliberales es también un proceso de redistribución de ingresos tanto entre clases sociales (de los trabajadores hacia los empresarios) como entre sectores dentro de la clase dominante (de los que producen para el mercado interno hacia los exportadores). Un primer balance de la crisis de la deuda y la aplicación de las políticas propugnadas por el FMI, daba cuenta que en América Latina, durante la llamada década perdida, el ingreso de los trabajadores había disminuido en un 25 %, mientras el de los empresarios había aumentado en más del 15%" 11.
· "La CEPAL consignó en uno de sus estudios que el 5% más rico de la población elevó sus ingresos no sólo en términos relativos, sino también en términos absolutos y en el 2001 constataba el alto nivel de desigualdad que se expresa entre otras cosas "en la elevada proporción del ingreso total captada por el 10% de los hogares de mayores recursos, que supera 19 veces la que recibe el 40% de los hogares más pobres"12.
· "Un estudio publicado en la revista Pensamiento Iberoamericano mostraba las variaciones del ingreso promedio, medido en dólares, entre el 1% más rico y el 1% más pobre a lo largo de 15 años, al analizar las cifras se constataba que en 1980 la diferencia entre ambos grupos era de 237 a 1, en 1990 la diferencia era ya de 360 a 1 y en 1995 llego a alcanzar una diferencia de 417 a 1. Esa tendencia a la polarización social es ratificada por el BID.
En reciente informe consigna que en América Latina una cuarta parte del ingreso nacional es percibida por sólo el 5% de la población y un 40% por el 10% más rico, contrasta esto con la distribución en los países capitalistas más industrializados en los que el 5% más rico sólo recibe en promedio el 13% del ingreso nacional"13.
· "Respecto a la pobreza, hacia finales de 1999 su incidencia en América Latina alcanzaba 35% de los hogares, mientras que la indigencia o pobreza extrema afectaba al 14%, lo que significó una disminución en relación con los porcentajes de 1990 y 1997 que fueron de 41 a 36%, respectivamente; en tanto que el de la indigencia había sido de 18%. Sin embargo, esta variación no se dio de manera uniforme, ya que al finalizar la década se hizo más evidente la elevada proporción"14.
· "Durante los setenta la pobreza en la región disminuyó un 40% del total de población. La década del ochenta, la década perdida, trajo un aumento en esa proporción. En 1990 se calculaba que el 48,3% de la población vivía en condiciones de pobreza. Al finalizar el siglo XX, CEPAL reportó que en América Latina el 43,8% de las personas vivía en condiciones de pobreza, mientras el 18,5% lo hacía en la indigencia (CEPAL, 2001B).
Traducido a cifras absolutas, lo anterior significa que en 1999 más de 211 millones de latinoamericanos estaban sumidos en la pobreza y 89 millones en la indigencia. Entre 1990 y 1999 la pobreza aumentó en 11 millones de personas, lo significativo es que mientras entre 1990 y 1997, este aumento fue de cuatro millones, sólo entre 1997 y 1999 -según reportes de CEPAL- aumentó en 7,6 millones de personas"15.
El caso de Bolivia
Según refieren Nina Osvaldo y Mónica Rubio "Al finalizar la década de los años setenta, las distorsiones producidas por el agotamiento del modelo de sustitución de importaciones junto a la crisis de la deuda externa a partir de 1982 determinaron el agotamiento del patrón de desarrollo adoptado hasta entonces. Esta situación produjo caídas en la actividad económica por la escasez de recursos externos que restringieron el funcionamiento del aparato productivo y por la postergación de las inversiones en los diferentes sectores, principalmente en las actividades de exportación. La fuerte contracción en los sectores productivos, principalmente en la industria manufacturera, hidrocarburos y minería, ocasionaron caídas en la tasa de crecimiento del PIB y del producto per cápita"16.
Estos elementos condicionaron la aplicación de ajustes estructurales de corte neoliberal en Bolivia, especialmente para enfrentar el grave problema de la inflación. Dicho ajuste en el caso de Bolivia no iba a diferir especialmente de los desarrollados en el resto de América Latina, se trataba de una reducción del tamaño económico del Estado, de un proceso de desregulación, privatización y desnacionalización de los principales recursos productivos del país.
Desde el punto de vista macroeconómico puede distinguirse en dos etapas la aplicación de la lógica neoliberal en Bolivia. Una primera etapa de "estabilización macroeconómica", donde el crecimiento económico prácticamente sería imposible y donde el mayor impacto negativo recaería sobre la población especialmente sobre la más pobre, y una segunda etapa, que coincide con la década de los 90 del siglo XX donde el crecimiento, el desarrollo y la mejoría social llegarían a ser posibles.
Los datos indican que ciertamente en la década de los 90 hubo un cierto crecimiento macroeconómico del orden del 3,5% como promedio anual y una inflación moderada, sin embargo los datos sociales permanecieron en estados bien negativos, persistió todo el tiempo un déficit fiscal crónico, y para nada se alcanzó el salto cualitativo en el desarrollo del país.
Las siguientes tablas extraídas del trabajo Bolivia. Desempeño Económico y Pobreza muestran la complicada situación social del país en los años más duros del ajuste estructural.
En la tabla 3 se evidencia los drásticos recortes presupuestarios en el área del gasto social en general, con un bajísimo 0,9% de gasto de salud.
Tabla 3. Gasto Social en Bolivia. 1980 - 1985.
(Como porcentaje del PIB).
La tabla 4 muestra la situación del mercado laboral, y refleja como entre el año 1980 y 1985 la tasa de desempleo urbano alcanzó como promedio el 8.2% mientras que en el campo fue del 53.9%, una situación ciertamente dramática.
Tabla 4. Indicadores del Mercado Laboral. 1980 -1985.
Los datos sobre pobreza también exponen una situación crítica. Según la tabla mostrada más abajo, en el año 1989 la pobreza afectaba el 54% del país, en la extrema pobreza se encontraba el 23.2% de la población, mientras que el índice gini mostraba el grave problema de desigualdad del ingreso subsistente.
Tabla 5. Distribución del Ingreso y Pobreza.
Otro de los impactos más graves del neoliberalismo en Bolivia fue sobre el sector de la pequeña producción nacional. Según refiere Nele Marien "A partir de la promulgación del decreto que aplicaba el nuevo enfoque de políticas económicas cambió todo el entorno para los pequeños productores. Se acabó la protección de mercados y disminuyó la regulación de los precios que fueron decayendo paulatinamente. En un periodo de 20 años se cuadruplicaron las importaciones oficiales, en especial del 98 en adelante, mientras que el Estado reacciona de manera muy permitente ante el contrabando de los productos agrícolas.
Así, los ingresos de los pequeños productores se redujeron considerablemente desde la implementación del neoliberalismo. Esto se refleja en los altos índices de pobreza en el área rural boliviana. Lo único que los mantiene alejados de la hambruna es el gran autoconsumo que poseen, ya que, dependiendo de la zona y de la cultura, éste alcanza entre el 50 y el 70 por ciento de la producción"17.
También se evidencia cómo el ajuste en realidad se traduce en una imposición de fuerzas económicas y políticas y en una transferencia de los recursos soberanos de la nación a entes trasnacionales. Según la propia autora "Desde la implementación de las nuevas políticas económicas, la explotación se ha transferido a las empresas transnacionales, que han obtenido concesiones madereras, petroleras y mineras. (
) "De esta forma, las transnacionales se adueñan del subsuelo, muchas veces, también de la biodiversidad de la región y son totalmente depredadores del medio ambiente: tanto los petroleros como los madereros destruyen bosque primario, contaminan el suelo, el agua y afectan, en muchos casos, el equilibrio ambiental, elementos imprescindibles para la sobrevivencia de los pueblos indígenas"18.
Según Roger Alejandro, los análisis de lo que ha sido la experiencia neoliberal en Bolivia muestran cuatro problemas principales sin resolver:
1. déficit de crecimiento, 2. déficit de empleo, 3. déficit fiscal y déficit de equidad.
Siendo así, se repite en Bolivia la regularidad mostrada en todos los modelos neoliberales, el equilibrio macroeconómico como un fin en sí mismo, donde la inflación parece ser el único elemento resuelto, y esto por supuesto para darle estabilidad a la valorización del capital19.
Siguiendo al propio autor "El nivel promedio de crecimiento entre 1985 y 2003 es inferior al nivel promedio de crecimiento del ciclo anterior, que fue de 1960, más o menos, a 1978"20.
La causa básica de este déficit de crecimiento estaría dada en que las inversiones se orientaron básicamente al sector de hidrocarburos y telecomunicaciones, desconociéndose así la necesidad de la inversión en el tejido industrial del sistema, lo que no estimula el crecimiento del empleo ni el encadenamiento productivo del país.
Como puede razonarse, el viraje nacionalista y el rumbo socialista que señala el actual gobierno vigente en el país, se presenta como una reacción crítica, a escala popular y oficialista ante la herencia del período neoliberal que muy poco pudo aportar en cuanto a crecimiento económico y mucho menos en cuanto a desarrollo social del país.
Bibliografía
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· García Batista, R. 2007. El consenso de Washington como estrategia del Imperialismo. Su inviabilidad en América Latina. Ponencia presentada en el IX Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas del Desarrollo.
· Gigli, Juan Manuel. Neoliberalismo y Ajuste Estructural en América Latina.
· Marien, Nele. El neoliberalismo en Bolivia: adiós al pequeño productor.
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· Ochoa García, C. Globalización, Neoliberalismo y Porvenir.
· Petras, James. El impacto político y social del Neoliberalismo. Sitio digital.
· Ramirez Mateu, J. y William Brasset, J. La Globalización: sus efectos y bondades. Fundación Universidad Autónoma de Colombia.
· Sierra Lara, Y. 2010. Las transiciones intrasistemas del capitalismo. Una perspectiva teórica. Revista Globalización.
· _______________. 2008. La Dinámica Neoliberal en el Capitalismo Subdesarrollado. Revista Contribuciones a la Economía. ISNN: 1696 - 8360. www.eumed.net. España.
· Sotelo Valencia, A. América Latina: entre la globalización neoliberal y la alternativa de desarrollo. UNAM.
NOTAS
- Doctor en Ciencias Económicas. Profesor Auxiliar de Economía Política y Pensamiento Económico Universal. Universidad de Pinar del Río, Cuba. Contactos: ysierra1981@yahoo.es / ysierra@fcsh.upr.edu.cu. 2012.
- Petras, James. El impacto político y social del Neoliberalismo.
- M. Revelli. Citado en: Petras, J. Vetmeyer, H. Vasapollo, L. Casadio, M. 2004. Imperio con Imperialismo. La dinámica Globalizadora del Capitalismo neoliberal. 36. p.
- "A fin de cuentas, todos los rasgos técnicos del Postfordismo intentan satisfacer la misma necesidad: reducir los costos en una época en la que el crecimiento e s lento y hay que tomar las cosas como se presentan y movilizarse a fin de enfrentar el mercado que no se puede planificar, que es impredecible, transitorio e incierto". M. Revelli. Citado en: Petras, J. Vetmeyer, H. Vasapollo, L. Casadio, M. 2004. Imperio con Imperialismo. La dinámica Globalizadora del Capitalismo neoliberal. 35. p.
- Contreras Natera, M. A. 2004. Ciudadanía, Estado y democracia en la era neoliberal: dilemas y desafíos para la sociedad venezolana. En Daniel Mato (coord.), Políticas de ciudadanía y sociedad civil en tiempos de globalización. Caracas: FACES, Universidad Central de Venezuela, pp. 111-132
- El individualismo que subyace al discurso neoliberal no sólo se muestra en la prioridad del individuo frente a la colectividad, sino también implicaba un cambio en la comprensión del trabajo. De cualquier manera, se avanzaba en un campo de profundas redefiniciones del papel del Estado con un énfasis hacia la exigencia de un Estado neo-liberal, no interventor, con una reducción significativa de su injerencia en la actividad económica. La radical despolitización de la vida colectiva es acentuada por la resignificación y miniaturización del espacio de lo público. Contreras Natera, M. A. 2004. Ciudadanía, Estado y democracia en la era neoliberal: dilemas y desafíos para la sociedad venezolana. En Daniel Mato (coord.), Políticas de ciudadanía y sociedad civil en tiempos de globalización. Caracas: FACES, Universidad Central de Venezuela, pp. 111-132.
- Sotelo Valencia, A. América Latina: entre la globalización neoliberal y la alternativa de desarrollo. UNAM.
- Naciones Unidas. 2001.
- Mota Díaz, L. 2002. Globalización y Pobreza. Dicotomía del Desarrollo en América Latina y México. Revista Espacio Abierto. Volumen 11. #2.
- Mota Díaz, L. 2002. Globalización y Pobreza. Dicotomía del Desarrollo en América Latina y México. Revista Espacio Abierto. Volumen 11. #2.
- Bell Lara, J y Luisa López, D. La Cosecha del Neoliberalismo en América Latina.
- Informe de la CEPAL. 2001.
- Bell Lara, J y Luisa López, D. La Cosecha del Neoliberalismo en América Latina.
- Naciones Unidas. 2001.
- Bell Lara, J y Luisa López, D. La Cosecha del Neoliberalismo en América Latina.
- Osvaldo, Nina y Rubio Mónica. 2000. Bolivia. Desempeño económico y pobreza. BID. 16. p.
- Marien Nele. El neoliberalismo en Bolivia. Adiós al pequeño productor.
- Ibídem.
- En la misma línea de razonamiento se inscribe Juan Manuel Gigli cuando razona: "No podemos negar que los Programas de Ajuste Estructural aplicados en América Latina durante los años tuvieron "éxito".Considerando la gravedad de la situación en que se encuentran inmersos millones de latinoamericanos, esta afirmación suena totalmente desvergonzada. Pero, la intención es expresar claramente que todo el proceso de Ajuste Estructural, que debía guiar a los gobernantes latinoamericanos a la senda del desarrollo, nunca tuvo la meta de lograr un mejoramiento de la situación de aquellos más empobrecidos. Mas bien, se trató de asegurar una estabilización de las variables macroeconómicas, situación que, de acuerdo a la más clásica teoría neoliberal, "derramaría" en los mas empobrecidos". Manuel Gigli, Juan. Neoliberalismo y Ajuste Estructural en América Latina.
- Banegas Rivero, Roger Alejandro. 2005. Tres grandes problemas de la economía boliviana. Revista Observatorio de la Economía Latinoamericana. www.eumed.net.
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