(Home page)
Noviembre 2011

Lecciones del conflicto TIPNIS: ¿Principio o fin del «Proceso de cambio»?

Tatiana Mancilla*
Pukara

El MAS y el gobierno tendrán que replantearse desde lo ideológico, el Mentado «Programa o Proyecto Político», para determinar si condice a un proceso de cambio.

A estas alturas… A saber.

El TIPNIS ha marcado el inicio de una nueva realidad en Bolivia, impulsada por la masiva marcha indígena de tierras bajas del oriente, en defensa de su Tierra y Territorio, como señala el «Convenio 169 O.I.T, sobre los pueblos indígenas y tribales en países independientes 1989», las mismas que fueron pisoteadas en la mayoría de sus artículos; así mismo, los artículos 30 - 32 entre otros, de la CPE, por acciones antidemocráticas del Gobierno y sus incapaces e irracionales asesores.

Las críticas del pueblo boliviano al Gobierno están por demás claras; lo alarmante, es en sí las incoherencias «científicas» del Programa o Proyecto Político, la no evidencia de una estructura partidaria del Movimiento al Socialismo. Los acontecimientos nos muestran objetivamente la falta de criterio ideológico, político partidario, ¿este último es «Partido» o Movimiento»?, dos cosas totalmente antagónicas.

Las constantes disculpas por parte del Presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales, a los afectados, después de varios acontecimientos violentos suscitados en el país, ya no son significativas, el daño ya está hecho y, esos errores en ejercicio del Poder son irreversibles. Ahora tendrán que replantearse desde lo ideológico, el mentado «Programa o Proyecto Político» sí condice a un proceso de cambio.

Para señalar sólo tres aspectos:

Desde lo Ideológico:

El Socialismo del Siglo XXI que pregona el Gobierno, -de todos modos- se lo construye de otra manera, es de fondo y no de forma; tendría que ser dialéctico y científico, se transforma y se adecua, según las particularidades de la Nación, en el entendido de cómo se desenvuelve nuestra sociedad, desde el punto de vista social, econó- mico, político y cultural: Tendrían que sustentar la eliminación del modo de producción capitalista.

1. El acceso a la democracia participativa y activa de la sociedad en la planificación económica, esto con el fin de satisfacer las necesidades materiales y culturales de los individuos que conforman nuestra sociedad: urbano, rural y comunidades indígenas. (Ojo, no el totalitarismo ni al abuso de autoridad; la crítica y la autocrítica son condiciones que evita el «culto a la personalidad»).

2. El respeto a los Derechos Humanos y Culturales;

3. El derecho a la libre expresión y al auto determinación de los pueblos indígenas y campesinos.

4. El no acceso de las transnacionales, entre otros puntos que le compete a este Gobierno analizar.

Sin embargo, este nuevo paradigma de Socialismo del Siglo XXI es reformista vinculada al revisionismo, porque se reconoce a la propiedad privada, como modelo de producción capitalista, niega la lucha de clases y, por ende se eliminó la Dictadura del Proletariado y el Campesinado (Este último hubiera fracasado en Bolivia, por las características sociales y culturales).

En este sentido, ¿cuáles fueran las razones para su aplicación?: ¿La Teoría y la Práctica socialista se están dando en este «proceso de cambio»?

Desde la Estructura y Dirección

¿Existe una Estructura y Dirección Política en el MAS? ¿Cuál es el objetivo político del MAS; y cuáles son las tácticas, para alcanzar ese objetivo?, Las preguntas en cuestión, revela en los hechos, o que no existe ni estructura ni objetivos, o están mal planteados. Si no, ¿cómo se explicaría, entre tantos desaciertos, la «pelotita del juego»?

Es por demás conocido, las contradicciones existentes dentro el MAS, desde la toma de decisiones a las acciones, develando inmadurez ideológica y política, esta mala praxis lleva al desgaste por una parte a su «partido o movimiento » y, por otra, la falta de credibilidad de la población en su conjunto acerca de este Gobierno; así se realicen acciones beneficiarias para la mayoría de la población, estas reaccionarán de otra manera, ni siquiera el «beneficio de la duda» será posible para dar crédito a lo que se dice o hace.

La Estructura y el objetivo son fundamentales para que avance el «proceso de cambio», no sólo en el partido, también en la Estructura del Nuevo Estado.

Desde la Militancia

Otro de los problemas visibles, es la militancia, lamentablemente, más que militantes comprometidos en este «proceso de cambio», parecería que son «seguidores» si vale el término, de la figura, del hombre: Evo Morales y no así de su instrumento político. (Con tantos sucesos virulentos, no se puede afirmar si éstos «seguidores» tienen ahora la misma percepción del líder). El militante activo y con ideología clara, aporta con la crítica y autocrítica los errores o aciertos de su Gobierno o partido, son hombres y mujeres nuevos, revolucionarios, consecuentes, amables, gente que en vez de hacer «escapar» a nuevos adeptos, los acogen humildemente; se organizan en las ciudades, en el campo, las consignas las convierten en hechos y no palabras…. ¡Claro, si existen Estructura y Objetivos!

Otra de las preguntas: ¿Cómo escogen a sus autoridades; desde Ministeriales a Direcciones claves del Poder del Estado? Se supone que se está construyendo un paradigma de un Nuevo Estado, esto implica contar con hombres y mujeres comprometidos en el quehacer revolucionario, que conozcan al pueblo desde el punto de vista sociológico, antropológico. No se necesita «izquierdistas e intelectualoides» de escritorio.

Se necesita gente con capacidad de decisión, estratégica, políticos activos, en el entendido de la «praxis de la teoría revolucionaria a una nueva manera de pensar y a la participación activa en una trasformación social». (Hombre Nuevo y Pueblo Nuevo: Ideas de Ernesto «Che» Guevara, análisis propuesto por Giulio Girardi).

Con todo lo expuesto, ahora y aquí, el pueblo en su conjunto ha dicho ¡Basta!

Las reglas del juego han cambiado, para bien o para mal, sin que esto signifique de ninguna manera que dejamos a su suerte a Bolivia en manos de esa derecha fascista que sigue operando sistemáticamente en todo el territorio nacional; este proceso de cambio, para la mayoría de los bolivianos no es CONSIGNA, es LUCHA permanente hace más de 30 años y no se tendría que permitir bajo ningún pretexto, aniquilar la Democracia por la irresponsabilidad, la soberbia y a la arrogancia, de los que detentan el Poder a nombre del pueblo: Hay que escribir la historia con hechos heroicos, trascendentes y no pasar por la historia como traidores.

¡Basta de señoríos y caciquismos!, se tiene que poner en práctica la descolonización, empezando por esa mentalidad oligárquica, arribista, heredada de la viveza criolla. Esta es una crítica constructiva.

* Tatiana Mancilla es comunicadora social rural.

PUKARA cultura, sociedad y política de los pueblos originarios.
Qullasuyo, Bolivia. Año 5, Número 63
Noviembre 2011



(Volver a página inicial)